火垂るの墓 (Grave Of The Fireflies)

“1945年9月21日... 私が死んだ夜だった”
(21 de septiembre de 1945... esa fue la noche en que morí)

Las películas bélicas, salvo excepciones, normalmente hacen las veces de denuncia, y tratan de hacernos ver algo que, por otro lado, no es muy difícil de ver; la inutilidad de las guerras, el dolor innecesario que se causa a las víctimas, el horror, el odio incomprensible, la destrucción, la muerte, etc.
El Bombardeo de Kōbe en La Segunda Guerra Mundial, el 16 y 17 de marzo de 1945, fue parte de la campaña de bombardeo estratégico, emprendida por los Estados Unidos de América, contra blancos militares, civiles y centros de población durante la campaña de islas de origen de Japón, en las etapas finales de La Segunda Guerra Mundial.
La ciudad sería bombardeada de nuevo en los últimos meses, matando a unas 1.700 personas en total.
En ese contexto creció 野坂 昭如/Akiyuki Nosaka, un novelista y cantante japonés, miembro de La Cámara de Consejeros de Japón; que escribió bajo el seudónimo de 阿木 由紀夫/Yukio Aki; y cantó utilizando el nombre クロード 野坂/Claude Nosaka.
Adoptado por una familia de Kōbe, Nosaka pasó su infancia en esa ciudad, que fue duramente bombardeada en La Segunda Guerra Mundial, ocasionando la disrupción de la familia adoptiva, por lo que Nosaka tuvo que pasar un par de años en un orfanato.
Kōbe fue seleccionado como objetivo para ataques con bombas incendiarias por varias razones:
En primer lugar, era la 6ª ciudad más grande de Japón en ese momento, con una población de aproximadamente 1 millón.
Las casas fueron construidas en su mayoría con madera y, por tanto, altamente inflamables, perfectas para iniciar y mantener grandes incendios.
Era el puerto más grande de Japón, hogar de la mayor concentración de fabricación naval y fabricación de motores marinos.
Kōbe también era una ciudad importante para el transporte y los negocios.
Las carreteras nacionales atravesaban la ciudad, especialmente a través de la congestionada sección de negocios, y Kōbe tenía instalaciones comerciales para acero, maquinaria, goma, equipo ferroviario y municiones.
Por último, el bajo suministro de agua de Kōbe, que consta de solo 3 embalses, y su pobre equipo de lucha contra incendios, crearon un ambiente muy propenso a incendios.
La experiencia de dicho bombardeo, así como de la miseria vivida durante los últimos días de la guerra y el periodo que le siguió, fue fundamental en la obra de Nosaka, y que refleja en “火垂るの墓” (Grave Of The Fireflies – 1967), donde parece que en un bombardeo sobre Kōbe por la aviación de EEUU, huyendo de las bombas incendiarias, el protagonista pierde a su madre adoptiva, que acabará muriendo, así que debe hacerse cargo de su hermana pequeña de 4 años.
Tras vagabundear por los despojos de una ciudad calcinada, lamentablemente también su hermana muere de inanición.
En la obra también se hace hincapié en la desorientación de los japoneses ante la pérdida del mundo en que habían vivido como cultura y como sociedad, en una línea semejante a aquella desarrollada por Yukio Mishima.
Nosaka explicó que la novela es “una historia de doble suicidio”
El famoso director, Isao Takahata, dijo que veía similitudes con las obras de suicidio doble de Chikamatsu Monzaemon, un dramaturgo japonés del “jōruri”, un arte teatral de marionetas, antecesor del “bunraku” y del “kabuki”, y que es considerado uno de los dramaturgos más importantes de Japón, debido a su innumerable cantidad de obras realizadas, unas 110 obras de “jōruri” y 30 de “kabuki”, razón por la que es conocido como “el Shakespeare Japonés”
Akiyuki Nosaka escribió el libro durante un período de gran crecimiento económico, y dijo que la era le era extraña, y que “el verdadero espíritu de la humanidad era diferente”, por eso deseaba representar a Seita, el personaje principal en “una situación de humanidad idealizada” entre un hermano y una hermana, o “en última instancia, de un hombre y una mujer”
Nosaka dijo que él mismo había estado en ese escenario hasta los 14 años, y luego tuvo que crecer muy rápido, quedando “peor que otros niños”; y explicó que Seita y Setsuko, sobreviven al entorno de guerra “encerrándose en un mundo propio”; y agregó que después de que su madre, su única guardiana, muere; Seita “decide convertirse en el guardián de su pequeña hermana, incluso si eso significa convertirse en un enemigo fuera del mundo”
En un momento, Seita tiene una recepción favorable para convertirse en una fuente de alimento para su hermana; a lo que Nosaka argumentó:
“Por un lado, eso es muy trágico, pero también es una bendita situación.
Para Seita, es como si él pudiera tratar de construir un cielo solo para ellos 2”
Nosaka argumentó, que mientras Seita “retrata de la realidad no es un romántico porque también tiene hambre”, objetivamente hablando, “Setsuko, a los 4 años, está en el período en que una chica se ve más linda y Seita se da cuenta de su masculinidad en su etapa adolescente”; los 2 tienen una “relación consanguínea obvia” y que Setsuko es la única persona en quien Seita puede confiar.
Nosaka agregó que “aunque hay una fuerte relación de sangre, no puede amarla como a una niña” y que su tensión aumenta a niveles altos y, por tanto, se produce la sublimación.
Nosaka explicó que Seita “está más bien consentido por un niño en tiempos de guerra” y, por tanto, los niños de 1987 actuarían como lo harían si se los pusiera en esa situación.
Anteriormente creía que los niños siempre desarrollaban la voluntad de vivir, pero Seita opta por no soportar dificultades sentimentales; cuando su tía lo insulta, Seita no actúa de manera estoica, y en cambio se retira de la situación.
Takahata argumentó, que los sentimientos de Seita son mejor entendidos por los niños en 1987, quienes a menudo basan sus decisiones en sí son agradables o no, mientras que durante ese año, su generación creía que Seita necesitaba soportarlo.
Nosaka dijo que en la historia, Seita “se transformó cada vez más en un ser humano mejor” ya que estaba tratando de “compensar todo lo que yo no podía hacer” y que nunca fue “amable como el personaje principal”; explicó que “siempre pensé que quería hacer esos actos generosos en mi cabeza, pero no podía hacerlo”
Creía que siempre le daría comida a su hermana, pero cuando obtuvo comida, comió.
La comida sabía muy bien cuando era escasa, pero sintió remordimiento después.
Nosaka concluyó que “pensaría que no hay nadie más desesperado en el mundo que yo.
No puse nada sobre esto en la novela”; y dijo que Setsuko también tiene que crecer rápidamente, y toma el papel de la madre de Seita, “y en otras ocasiones, el papel de su amante”
Setsuko actúa como el apoyo espiritual de Seita, mientras Setsuko confía en Seita para alimentarse.
Nosaka dijo que “al final, resulta que los días previos a su muerte, son como el desarrollo de una historia de amor”; y dijo que la muerte de su hermana “era una coincidencia exacta con la novela”
“なぜホタルはとても若くなくてはならないのですか?”
(¿Por qué las luciérnagas deben morir tan jóvenes?)
火垂るの墓 (Grave Of The Fireflies) es una película animada japonesa, del año 1988, escrita y dirigida por Isao Takahata.
Protagonizada por Tsutomu Tatsumi, Ayano Shiraishi, Yoshiko Shinohara, Akemi Yamaguchi, entre otros.
El guion basado en la historia corta homónima de Akiyuki Nosaka, publicada en 1967, la cual, a su vez, se basa en las propias experiencias de Nosaka vividas durante La Segunda Guerra Mundial, por lo que es un drama bélico sobre un adolescente y su hermana pequeña, y cómo enfrentan la invasión de EEUU a Japón durante La Segunda Guerra Mundial.
El autor, Akiyuki Nosaka, ha dicho que recibió muchas ofertas para crear una versión cinematográfica de 火垂るの墓 (Grave Of The Fireflies)
Sin embargo, Nosaka argumentó que “era imposible crear la tierra estéril y quemada que iba a ser la escena de fondo de la historia”
También argumentó que los niños contemporáneos, no serían capaces de interpretar de una manera convincente a los personajes protagonistas; y expresó su sorpresa cuando se le ofreció realizar una versión animada.
Después de ver los guiones gráficos, Nosaka llegó a la conclusión de que no era posible que tal historia se hubiera hecho en cualquier método que no fuera animación, además, expresó su sorpresa ante la precisión con la que se describían los arrozales y el paisaje urbano.
火垂るの墓 (Grave Of The Fireflies) fue la primera película dirigida por Isao Takahata con el Studio Ghibli; y el tercer largometraje del estudio, más de 20 años desde la publicación del cuento.
Como dato, Isao Takahata era el único animador viviente involucrado en el proyecto, que había sobrevivido a las explosiones de bombas.
Una vez recordó, cómo cuando tenía 9 años, huyó del bombardeo en pijama, y vio con sus propios ojos innumerables cadáveres...
En su estreno en los cines, 火垂るの墓 (Grave Of The Fireflies) estuvo acompañada por となりのトトロ (My Neighbor Totoro) de Hayao Miyazaki en un estreno doble.
Se dice que en la producción, muchos de los animadores tuvieron problemas para recordar, qué película estaban animando…
Tanto Isao Takahata como Miyazaki, ambos fundadores del Studio Ghibli, querían mostrar “la cara y cruz de la temática que ambas trataban”
Mientras que となりのトトロ (My Neighbor Totoro) iba dirigido a un público infantil, 火垂るの墓 (Grave Of The Fireflies) iba enfocada a un público adulto.
Esta película se distribuyó inicialmente con la de Miyazaki porque era la única forma en que Miyazaki podría haber sido capaz de hacerla.
La razón es que la película original para esa película fue rechazada, por lo que lanzaron una doble función con la de Takahata, y el proyecto finalmente fue respaldado financieramente por el escritor original del libro en el que se basa, Nosaka.
A menudo se pasaba por alto como una película, porque cada vez el filme de Miyazaki se proyectó primero, la gente se quedaba feliz, y no deseaba entristecerse con el filme de Takahata después.
Sin embargo, el éxito fue desigual.
となりのトトロ (My Neighbor Totoro) tuvo un enorme éxito, y su éxito se vio agravado gracias una importante estrategia de “marketing” y “merchandising”, pero 火垂るの墓 (Grave Of The Fireflies) tuvo un éxito más discreto debido a su carácter adulto y realista sobre La Segunda Guerra Mundial en Japón.
No obstante, en Corea del Sur, el lanzamiento de la película se pospuso indefinidamente debido a la preocupación de que la película justificara algo el papel de Japón en La Segunda Guerra Mundial.
El hecho de que la película presente a Japón como un actor pasivo, en lugar de explicar su política imperialista, provocó que fuera prohibida en China, que la consideró demasiado humana con su enemigo.
El film no acabó de encontrar a su público en su estreno, pero su distribución posterior en otros formatos, la han convertido en una de las mejores películas para entender los efectos de la guerra en Japón.
Incluso así, 火垂るの墓 (Grave Of The Fireflies) gozó del respaldo de la crítica, tanto a nivel nacional como internacional, y es considerada una película de culto.
Otro dato es que el film fue animado por Studio Ghibli para el editor de la historia, Shinchosha Publishing, convirtiéndose en la única película de Studio Ghibli bajo la propiedad de Tokuma Shoten, que no tuvo participación de ellos.
Así pues, a diferencia del resto del catálogo de Studio Ghibli, los derechos de distribución de 火垂るの墓 (Grave Of The Fireflies) no pertenecen a Disney, siendo la única película de Ghibli que no es distribuida por Walt Disney Company, ni en la que tampoco es una de los productores financieros.
Esto es porque 火垂るの墓 (Grave Of The Fireflies) no fue producida por Tokuma Shoten, antigua productora de Ghibli que fue sustituida por Disney a partir de もののけ姫, (Princess Mononoke – 1997), sino por Shinchosha, ya que Tokuma Shoten fue la productora de となりのトトロ (My Neighbor Totoro), y no podía producir los 2 estrenos debido al coste.
En definitiva, 火垂るの墓 (Grave Of The Fireflies) se trata de una película reflexiva que, a su vez, nos incita a la reflexión, a renunciar a los placeres de entregarnos a nuestra pulsión escópica como meros observadores, a mirar desde la distancia sin ser vistos; pues estamos siendo observados.
清太/Seita (Tsutomu Tatsumi) y 節子/Setsuko (Ayano Shiraishi), son hijos de un Oficial de La Marina Japonesa que viven en Kōbe.
Un día, durante un bombardeo, no consiguen llegar a tiempo al búnker donde su madre (Yoshiko Shinohara) los espera.
Cuando después buscan a su madre, la encuentran malherida en la escuela, que ha sido convertida en un hospital de urgencia.
Su trágica lucha por la supervivencia, se convierte en una oda al espíritu humano y en un emotivo homenaje a los olvidados.
Ese inicio hace pegarte al asiento, y no te suelta hasta el final.
Pero además, lo que más fascina es que es una película ambientada en La Segunda Guerra Mundial, en la que no hay tiroteos ni escenas de acción, y en la que es toda reflexión; y lo mejor, hace que te sientas identificado con los protagonistas, sobre todo con la hermanita pequeña, Setsuko.
Su ternura e inocencia en un mundo lleno de maldad, violencia, oscuridad y miseria, nos conquista el corazón.
Hablamos de un film colmado de amor y de ternura, donde la empatía hacia los personajes protagónicos, Seita y Setsuko es inmediata.
Pero donde no faltarán también imágenes estremecedoras y momentos tristísimos que ilustran los horrores de la guerra, pero no desde el ya tan trillado punto de vista del campo de batalla, sino desde los ojos de una niña inocente, incapaz de comprender al ser humano.
火垂るの墓 (Grave Of The Fireflies) es todo un clásico de la animación de la factoría japonesa Ghibli; una historia de supervivencia que obtuvo excelentes críticas en todo el mundo.
La crítica estadounidense dijo de ella:
“Es una película obligatoria para todo aquel que duda de que el cine de animación pueda contar historias serias y profundas.
Una maravillosa historia que te romperá el corazón”
¡Y lo hizo!
Que la historia haya sido hecha dibujo, tiene un mensaje más poderoso que si se hubiera hecho en acción real, pues la sensibilidad y el objetivo de conmover, no es el mismo.
El filme ha recibido 2 remakes en “live action”:
Uno en 2005, en celebración del 60° aniversario del final de La Segunda Guerra Mundial, que cuenta la historia desde el punto de vista de su tía, y trata el tema de cómo un entorno de guerra podría transformar a una mujer amable en un demonio de sangre fría; y otro en 2008 que fue más un rehacer del filme animado.
火垂るの墓 (Grave Of The Fireflies) es una de las más grandes obras maestras del cine animado japonés, pues su historia es real, presentada de manera brutal, sin concesiones para el espectador, por lo que no es un filme sensiblero, todo lo contrario, es un alegato en contra de la guerra, que relata con crudeza extrema y desgarradora lo que vivieron muchos japoneses tras el genocidio de EEUU contra el pueblo nipón.
A solo 2 días de la muerte de Isao Takahata, este filme demuestra lo mucho que será extrañado.
No hay palabras para describir tanto horror y corazón puesto es una obra que perdurará por su mensaje universal.
“彼女は食べ物が必要です...
私はどこで食べ物を手に入れましたか?”
(Ella necesita comida...
¿Dónde supone que obtendré comida?)
Ha habido incontables producciones narrando La Segunda Guerra Mundial desde distintos puntos de vista, pero no parece haber muchas centradas en cómo eso afecta a los más pequeños, los niños.
El estudio Shinchosha realizaría su primera película animada en 1988, con la ayuda del Estudio Ghibli, al que contrató para realizar la animación de火垂るの墓 (Grave Of The Fireflies)
Y en ese sentido, El Estudio Ghibli no se anda con pamplinas, sus films tiene una madurez que llega a asustar.
Probablemente el caso más explícito sea este, y podría tranquilamente entrar en una de esas listas que tanto nos gustan sobre “las películas más tristes que hemos visto”
Su historia, sin ningún tipo de concesión, alcanza una dureza que se vuelve insoportable en determinados momentos; pues durante el largometraje, somos testigos de la crueldad que puede albergar el ser humano, aunque también su fuerza y su tesón a la hora de sobrevivir y seguir hacia adelante sin importar las circunstancias.
Y sorprende gratamente el hecho de encontrarnos ante un film de animación, que durante años, muchos han creído equivocadamente que la animación era “sólo para niños”, una animación hoy en día primitiva si la comparamos con los niveles de perfección de Pixar, por ejemplo, pero que curiosamente y debido a la sobriedad de lo que narra, uno no se la imagina de otra manera.
火垂るの墓 (Grave Of The Fireflies) está basada en la novela parcialmente autobiográfica del novelista japonés Akiyuki Nosaka; que concibió su novela como una disculpa dedicada a su propia hermana, que murió de malnutrición, y se basa en la propia experiencia del autor durante el bombardeo de Kōbe en 1945; donde habla de la niñez rota, de la violación de la inocencia, de la crueldad humana, del desinterés y el egoísmo en tiempos de guerra.
Se supone que en los momentos más difíciles de una persona, sobre todo si el contexto es una guerra, lo mejor del ser humano tendría que salir a flote...
Isao Takahata narra con esa sencillez típica de los grandes clásicos, al más puro estilo de John Ford o de Yasujiro Ozu, sin cargar las tintas en los momentos emotivos, y haciendo grande una historia pequeña.
Y hablando de emoción, podríamos decir que todo el film en sí mismo es un bloque emotivo, angustioso, cruel, en el que no hay ni un sólo punto álgido que destaque por encima de los demás, como suelen hacer en otras películas, una emoción contenida, verdadera, sincera, directa, que viste la narración sin ningún tipo de artificio o filigrana argumental, de esas que engañan al espectador para llevarlo al borde de la lágrima; y aquí se está al borde continuamente, y uno nunca se siente manipulado, porque el film no cae ni un sólo momento en la sensiblería barata, algo en lo que le hubiera resultado muy fácil caer.
La película comienza en la estación de tren de Sannomiya, el 21 de septiembre de 1945, poco después de la finalización de La Segunda Guerra Mundial.
Seita, un niño indigente, agoniza en la estación…
La gente transita a su alrededor, comentando el desagrado que les provoca la escena, demostrando la ausencia de compasión ante el dolor ajeno.
Ya después de muerto, su cadáver es revisado por los encargados de aseo, quienes buscan objetos de valor entre los cuerpos que yacen inertes en dicho lugar, y hurgando al joven muerto, encuentran una lata de caramelos, aparentemente sin valor, y la arrojan entre las piedras.
Así es como finaliza la cruda historia de Seita, la cual será contada a lo largo de unos 90 minutos que dura la cinta, a modo de “flashback fantasmal”
Tras morir por inanición, el espíritu de Seita se encuentra con el de su pequeña hermana, Setsuko, y comienza a recordar los sucesos anteriores a su muerte.
Takahata nos muestra la muerte de Seita nada más empezar la película, y es su fantasma el que se convierte en narrador de la historia.
De un plumazo, se marca el tono inevitablemente trágico de la película, y se anuncia que lo importante no está aquí, en la trama.
En marzo de 1945, en Japón, la aviación estadounidense somete las ciudades japonesas a continuos ataques aéreos.
En uno de los bombardeos, la ciudad de Kōbe se convierte en un infierno humeante para Seita, de 14 años, y su hermana menor Setsuko, de 5, quienes son hijos de un Oficial de La Armada Imperial Japonesa.
Durante el apogeo de la guerra, ambos viven con su madre, pero un día y tras un bombardeo, ambos niños se retrasan, y no consiguen llegar al búnker donde ella los espera.
Son tomados desprevenidos por las bombas, las cuales rápidamente destruyen su vecindario y la mayor parte de la ciudad.
Después del bombardeo, los 2 hermanos buscan a su madre, y Seita la encuentra en la escuela que ha sido convertida en un hospital de urgencia, muy malherida con quemaduras graves en la totalidad de su cuerpo.
Poco después, su madre muere, y ambos hermanos se alojan en la casa de su tía (Akemi Yamaguchi), quien no los recibe con agrado, y su indiferencia inicial pronto deja paso a un desprecio cada vez más evidente.
Posteriormente, los 2 hermanos deciden irse de la casa de su tía, y vivir por su cuenta en un refugio antiaéreo abandonado, esperando a que su padre vuelva de la guerra.
Aunque allí pueden vivir con mayor desahogo y sin suponer un estorbo para nadie, las cosas no les van mejor; la comida escasea y no pueden esperar ningún tipo de ayuda, obligando a Seita a robar a los agricultores locales, y saquear hogares durante los ataques aéreos.
Lo que es peor, los estragos de la desnutrición cada vez son más visibles en la pequeña Setsuko…
Pese a estar conscientes de la gravedad de la situación y al dificultoso futuro que los espera, los niños asumen los problemas con resignación, tragándose sus penas, en especial Seita, quien ahora debe cumplir las labores de padre y madre de la pequeña Setsuko.
Y es que los niños no pierden su condición de niños pese a todo; construyen columpios, cazan luciérnagas, y echan a volar su imaginación, intentando escapar por un momento de la cruenta realidad.
Los narradores de la historia son 2 fantasmas, un par de presencias que son ecos del horror, distinguidos por la textura rojiza espectral con la cual son representados gráficamente; y Takahata los recupera al final, tras la cremación de Setsuko, reunidos en una panorámica sobre el Kōbe contemporáneo, vuelto a erigirse sobre las ruinas morales y físicas que se esparce como un montón de luciérnagas, ese motivo recurrente que remite de manera directa a la fragilidad de la existencia y a lo efímero de la misma, y de las mejores cosas que puede ofrecer: La calma, la belleza, la nostalgia…
Takahata construye una cinta trágica, inmensamente dolorosa, que muestra una realidad que usualmente preferimos ignorar.
Son pocas las películas que causan el efecto que produce esta, dejando al espectador con un dejo de impotencia y con una tristeza sobrecogedora, al ser testigo de, cómo el entorno de los niños, y finalmente el mismo Seita, autoproclamado como el protector de su pequeña hermana, son incapaces de evitar la escalada de acontecimientos trágicos de los que son víctimas.
Takahata además aprovecha este entorno realista para integrar más de algún simbolismo, otorgándole una trascendencia dramática a los objetos, en especial a una caja metálica de caramelos, que en cierto modo pasa a ser un contenedor del amor incondicional entre los hermanos.
Hasta cierto punto, los caramelos y las luciérnagas pasan a tener un significado similar; ambas representan una luz de esperanza en un mundo oscuro y desolador, dominado por el miedo, el egoísmo y la violencia, donde los recuerdos de los momentos felices vividos, parecieran ser la única vía de escape que se tiene.
Y aquí también entran a jugar las luciérnagas.
En función de los horizontes de sentido que atraviesan la configuración sociocultural japonesa, las luciérnagas, al igual que las flores de cerezo y su fragilidad, simbolizan lo bello de lo fugaz, de lo momentáneo, destacado por la religión “shinto”
El origen del nombre de esta película, se ve reflejado en una de las escenas en las que Setsuko entierra los cuerpos de las luciérnagas que su hermano y ella cazaron durante la noche para iluminar su pequeño hogar.
Setsuko compara la tumba de los insectos con la de su madre, y Seita se rompe, emocionalmente hablando, dejando ver el dolor que había estado ocultando durante todo ese tiempo.
Existe además una analogía entre la corta vida de las luciérnagas y el número limitado de caramelos, con la vida de los pequeños.
Si bien ellos no están exentos de momentos llenos de felicidad y tranquilidad, estos serán breves y limitados, lo que irá apagando la vida y el alma de los pequeños de manera lenta y dolorosa.
“¿Por qué las luciérnagas mueren tan pronto?”, preguntará la pequeña Setsuko en un pasaje del film.
Esto no es más que una metáfora en forma de pregunta, que el espectador, una vez terminada la película, le costará responder.
Pero a la vez, las luciérnagas forman parte de esa colección de insectos, moscas, hormigas, larvas… en los cuales la película se detiene para testimoniar de forma minuciosa, la intendencia de la muerte; el proceso de descomposición de la carne es una metáfora brutal de la descomposición de un país bajo la guerra y sus derivaciones.
De nuevo la dualidad, tanto con las personas como con insectos y situaciones.
Algunos críticos en Occidente han visto el filme como una película antibelicista, debido a la descripción gráfica y emocional de las perniciosas repercusiones de la guerra en una sociedad y las personas en ella.
La película centra su atención casi en su totalidad en las tragedias personales que provoca la guerra, en lugar de buscar “glamorizarla” como una lucha heroica entre naciones en competencia; hace hincapié en que la guerra es el fracaso de la sociedad para realizar su deber más importante:
Proteger a su propia gente.
Otro de los puntos clave, y que más puede llegar a tocar al espectador, es el hecho de que los 2 protagonistas pierden su inocencia demasiado pronto, pues lo que les toca vivir, no es algo fácil para unos niños.
Así es cómo intentan sobrevivir en un mundo de adultos durante una etapa realmente complicada en la historia nipona.
Pero Takahata evita este peligro, trabajando con 2 realidades en constante conflicto.
Todos los esfuerzos de Seita, están encaminados a evitar que su hermana de 4 años sufra:
Le oculta la muerte de su madre, decide abandonar la seguridad de la casa de su tía cuando Setsuko comenta que no le gusta, y busca comida desesperadamente para alimentarla y mantenerla viva.
Así, el joven va construyendo una realidad en la que solo existen su hermana y él, apartados del mundo y de la guerra.
Cuando los 2 van a la playa a jugar y bañarse, él impide que su hermana mire a un cadáver oculto entre 2 barcas, de la misma forma que la entretiene haciendo ejercicios en una barra en el momento en que la niña se entera de que su madre está enferma.
El resultado no estaría muy lejos del oscarizado filme “La Vita È Bella” (1997), pero la mirada de Takahata es mucho más compleja que la de Roberto Benigni, y también más cruel y honesta.
Al mantener el foco narrativo férreamente clavado en Seita, la película nos permite ver lo que el adolescente ve, ese Japón en ruinas, pero también sus fantasías.
Seita sueña con volver a la época anterior a la guerra, volver a estar protegido bajo la sombra de su cariñosa madre, y la imponente figura paterna, ese Almirante al que solo se muestra erguido como un palo y uniformado, militar antes que padre.
Es a esta época a la que hace referencia cuando, en mitad de la noche, se despierta canturreando una canción bélica que habla sobre aplastar al enemigo.
Al terminar una estrofa, Seita juega a ametrallar a sus enemigos mientras imita el ruido de las balas con la boca.
Es en este momento, con un gesto muy sutil, cuando Takahata nos indica que no hemos estado viendo lo que creíamos...
Cuando Seita vuelve a tumbarse y se acurruca junto a su hermana buscando algo de calor humano, ella le echa quejándose de que no le deja dormir.
Bien podríamos insinuar que busca algún favor sexual, pues el joven está creciendo sexualmente, y busca cómo “satisfacerse”
Entonces se hace evidente, hasta qué punto Seita necesita a Setsuko mucho más que la hermana a él.
Este muchacho que anhela volver al Japón glorioso que iba a poner de rodillas a sus enemigos y conquistar el mundo, está usando a su hermana como escudo para negar la realidad que le rodea, le oprime y le entristece hasta niveles que es incapaz de procesar.
Pero Takahata se asegura de que este acto de negación no esté reñido con el amor que Seita siente por Setsuko
火垂るの墓 (Grave Of The Fireflies) es tanto la historia de un país sumergido en el proceso de duelo de su fantasía belicista, como la de 2 hermanos que luchan por seguir juntos, seguir vivos, y seguir queriéndose.
Sin embargo, el director Takahata negó en repetidas ocasiones que la película fuera una película contra la guerra.
En sus propias palabras:
“La película no es para nada un anime antibélico, y no contiene absolutamente ningún mensaje de ese tipo”
En cambio, Takahata tenía la intención de transmitir una imagen de los hermanos y hermanas que viven una vida fallida, debido al aislamiento de la sociedad, e invocar simpatía particularmente en personas en su adolescencia y en sus 20s.
De hecho, toda la película está narrada por Seita después de su muerte, y los fantasmas de este y su hermana, deambulan por el tiempo y el espacio, observando sus acciones y contemplando qué les condujo a su trágico destino.
Es a través de esa herramienta, que Takahata, más interesado en hablar de la sociedad japonesa que de la guerra, nos fuerza a mirar al pasado.
Cuando alcanzamos el último plano, con los 2 espectros observando el nuevo Japón, iluminado como un millar de luciérnagas, construido sobre las ruinas del antiguo, se entiende que la película no buscaba otra cosa que recordarnos que ese espíritu prebélico, victorioso e imperialista, aún sigue presente.
Dado que la película da poco contexto a la guerra, Takahata teme que un político pueda reclamar fácilmente que es necesario luchar para evitar tales tragedias.
En general, él es escéptico de que las representaciones de sufrimiento en trabajos similares, realmente impidan la agresión.
Sin embargo, el director es un defensor contra la guerra, un firme defensor del Artículo 9 de La Constitución Japonesa, y ha criticado abiertamente la inclinación de Japón a la conformidad, lo que les permite unirse contra otras naciones.
Ha expresado desesperación y ansiedad, cada vez que se le dice a los jóvenes que se alineen, un recordatorio de que el país en su núcleo no ha cambiado.
En lo que respecta a los aspectos técnicos, la animación de la película, que recordemos que es del año 1988, es excelente, incluso mejor que la de algunas superproducciones actuales.
El diseño de los personajes, real y proporcionado, es otro de los puntos a destacar.
Asimismo, todo se une en un producto con una narración y animación fluida, y que no decae en ningún momento, dejándonos a veces con la boca abierta.
La dirección de animación y diseño de personajes, corrió a cargo del talentoso Yoshifumi Kondo.
Los personajes son típicos de la animación japonesa moderna, con sus enormes ojos, cuerpos infantiles y características de gran plasticidad, como las bocas muy pequeñas cuando están cerradas, pero gigantes cuando se abren con el llanto de un niño.
Estos detalles demuestran que la animación produce efectos emocionales, pero no por intentar emular la realidad.
Una vez más, son las pequeñas cosas las que importan, como los niños moviéndose torpemente, una pequeña mueca en la cara… no podemos dejar de admirar tanta atención al detalle.
El dibujo es hermoso, con gran precisión técnica, como por ejemplo la escena inicial de los 2 niños en el tren, donde un simple caramelo, el desenvolverlo y llevárselo a la boca tienen un gran realismo por los gestos y los  movimientos que sorprende; al tiempo que todas las emociones de los personajes son sentidas, lo más importante, la historia, la convierte una prueba de resistencia para el público, que al final se deja caer irremediablemente ante lo que acaba de presenciar.
Setsuko es uno de los personajes más reales y queribles que se hayan visto en el cine animación.
Actúa con la ingenuidad, el candor y la curiosidad normal de una niña de su edad, llegando con facilidad al corazón del espectador que tendrá que ver con amargura todo lo que le sucede a la pequeña.
Seita por su parte, es un personaje que hará hasta lo imposible por ayudar a su hermana, sin importar que esto signifique robar o tragarse la inmensa pena que siente tras la muerte de sus seres queridos, con el fin de mantener la integridad emocional de su hermana.
Isao Takahata comentó, que se vio obligado a realizar la película después de ver cómo el personaje principal, Seita, “era un personaje único de 9° en tiempos de guerra” y explicó que cualquier historia de guerra, ya sea animada o no animada, “tiende a ser lacrimógena”, y que los jóvenes desarrollan un “complejo de inferioridad” donde perciben a las personas en épocas de guerra como más nobles y más capaces de lo que son, por lo que la audiencia cree que la historia no tiene nada que ver con ellas.
Takahata también argumentó, que quería disipar esta mentalidad.
Cuando Nosaka le preguntó, si los personajes de la película estaban “divirtiéndose”, Takahata respondió que claramente Seita y Setsuko tenían sus días “sustanciales” y que estaban “disfrutando de sus días”
Para Takahata, Setsuko fue un personaje aún más difícil de animar que Seita, debido a que nunca antes había trabajado con una niña menor de 5 años.
Takahata dijo que “cuando haces una película de un libro, Setsuko se convierte en una persona tangible”, y dijo que los niños de 4 años, a menudo se vuelven más asertivos, egocéntricos y tratan de seguir sus propios caminos”; y explicó que la película es del punto de vista de Seita, “e incluso los pasajes objetivos se filtran a través de sus sentimientos”; y argumentó que “no son solo los niños... creo que los tiempos se están volviendo así también”, y por eso le gustó la idea de adaptar la historia como una película.
Takahata dijo que había considerado usar métodos de animación no tradicionales, pero debido a que “el cronograma fue planeado y la fecha de lanzamiento de la película, y el personal se reunió, era evidente que no había lugar para tal enfoque de prueba y error”; y dijo que tenía dificultades para animar el escenario, ya que en la animación japonesa, uno “no tiene permitido” representar a Japón de manera realista.
Los animadores a menudo viajaban a países extranjeros para investigar cómo representarlos, pero tal investigación no se había hecho antes para un entorno japonés.
La mayoría de los contornos de la ilustración en la película son de color marrón, en lugar del negro habitual.
Siempre que se usó negro, solo se usó cuando era absolutamente necesario.
El coordinador de colores, Michiyo Yasuda, dijo que esto se hizo para dar a la película una sensación más suave; y dijo que hasta ese momento, nunca antes se había usado en un anime, “y fue un desafío”
Yasuda explicó, que el marrón es más difícil de usar que el negro, porque no contrasta tan bien como el negro.
Como dato, las gomitas de fruta que come Setsuko, fueron hechas por Sakuma Confectionary Company, que en la vida real fueron hechas en 1949, 4 años después de que los eventos en esta película se llevaran a cabo.
Hace unos años, Sakuma produjo latas de edición limitada que se parecían a la que se ve en la película.
Algunas variaciones de estas latas, también tenían una imagen de Setsuko mirando a través de su lata para la última gomita.
Sobre el reparto, desde el comienzo de la producción, el director Isao Takahata quiso interpretar a niños de la edad apropiada en los papeles de Seita y Setsuko.
Debido a que la película tiene lugar en Kōbe, la búsqueda se limitó a la región de Kansai en Japón, con el fin de encontrar niños que hablaran el dialecto correcto.
Le presentaron a Ayano Shiraishi, a través de una compañía regional de actuación infantil, y él decidió convertirla en Setsuko, después de escuchar solo 2 frases:
“Mi nombre es Ayano Shriraishi.
Tengo 5 años”
Más tarde, uno de los líderes de la compañía le dijo que esperaba que Ayano fuera demasiado joven para el papel, y esas eran las únicas frases que le habían dicho que recitara en la audición...
Isao Takahata también hace un cameo de voz, como el paciente que viene a ver al doctor después de Setsuko.
Como dato, según la película, el padre de los niños era un Capitán de La Armada Imperial Japonesa (IJN) que sirvió a bordo del Maya, un crucero pesado de clase Takao, que participó en varios combates navales durante La Segunda Guerra Mundial.
El 23 de octubre de 1944, durante La Batalla del Golfo de Leyte, Maya fue torpedeada por un submarino estadounidense, y se hundió con la pérdida de 479 hombres, incluido el capitán del barco.
El nombre del barco deriva del Monte Maya, una montaña situada cerca de la ciudad de Kōbe, que es donde tiene lugar la película.
Para el escritor de la novela:
“Honestamente, la muerte de mi hermana también fue un alivio para mí, una carga que me sacaba de encima.
Saber que nadie volvería a despertarme de noche con su llanto, que podría ir de un lado para otro sin tener que cargar con una niña en mi espalda.
Me duele mucho decir esto sobre mi hermana, pero también esos sentimientos eran reales.
Por eso, porque todo eso me resulta odioso, es que nunca quise releer mi novela.
Es tan hipócrita...
Hay muchas cosas que no pude resolverme a escribir.
Pero en la historia, el hermano mayor se va volviendo cada vez mejor persona... fue una forma de tratar de compensar todo lo que en la realidad no pude hacer.
En ese entonces, siempre me proponía en mi cabeza hacer actos de generosidad, pero no podía.
Siempre pensaba:
“No voy a comer para darle alimento a mi hermanita”, pero cuando finalmente tenía la comida en la mano... estaba hambriento y comía.
No hay delicia comparable a la de comer, en esos momentos.
Y el dolor que venía después, era igual de enorme.
No creo que existiera una persona más desesperada que yo...” diría Nosaka.
Él es Seita sobreviviente, aunque dulcificó muchos aspectos para moldear el cuento original, más seco, lacónico y despojado que la película, ya que su egoísmo por vivir, algo que consiguió, estaba por encima del deber de proteger a su hermana o su madre.
Es decir, Seita es una versión heroica de Nosaka, una donde el “Giri”, la obligación, todavía pesa más que en “Ninjo”, el deseo propio.
De cualquier modo, esa pulsión cultural, histórica, y psicológica, conduce irremediablemente a la muerte.
No cabe otra conclusión que no sea el pesimismo, es así.
Seita ejemplifica el estoicismo y el combate íntimo entre la individualidad y su auto-represión presente en la cultura japonesa.
Ambos son hijos de un Oficial de La Marina, es decir de una familia respetable y los aspectos más crudos del relato, inciden en el brutal despojamiento de esta condición honorable.
Seita robará, incluso aprovechando el toque de sirena de los bombardeos, se apartará de la familia, se volverá egoísta… se deshonrará en definitiva en múltiples formas, solo para intentar garantizar la supervivencia de su hermana, entregándose a ella al extremo de perder su propia dignidad.
En este caso, no se nos cuenta la historia de grandes héroes del bando estadounidense, sólo una visión de la población civil más desprotegida en el Japón que tuvo que recibir los bombardeos:
Un niño y una niña huérfanos.
Y es que la guerra iguala a todas la clases, su capacidad de destrucción es transversal, nos parecen decir Akiyuki Nosaka e Isao Takahata, ambos nacidos en la década de 1930, ambos hijos de la guerra, los bombardeos, el hambre y la ocupación.
Todos hijos de la humillación individual y colectiva, en definitiva; por lo que se nos ofrece una magnífica visión de la cultura japonesa, donde las necesidades del individuo no son tan importantes como las necesidades de la familia y la nación.
También recalca incesantemente la absoluta indiferencia que siente el ser humano ante el dolor y miseria de los demás.
Desde los vecinos y conocidos, hasta los propios familiares que prefieren mirar hacia otro lado, no tener un ápice de caridad y preocuparse solo de sí mismos, ignorando los problemas que no les afectan directamente.
Incluso el médico no presta la menor atención a sus pacientes...
Si las personas siempre han mirado hacia otro lado cuando los demás tienen problemas, en tiempos de guerra, esa carencia de humanidad llega a su límite más cruel.
Solo nos preocupamos de nosotros mismos, como si ayudar a un enfermo nos contagiase la enfermedad.
¡Somos una raza despreciable!
Se suele etiquetar a esta película cómo una de las más tristes de la historia, algo con lo que estoy de acuerdo; pues en muy pocas ocasiones, he visto una película tan dura, tan triste y tan hermosa a la vez.
El abandono, el hambre, la guerra, los abusos, serán el plato de cada día en la vida de estos hermanos que vivirán día a día con la esperanza de volver a sentir el calor de un hogar, una caricia, o algo tan sencillo como una caja llena de caramelos.
El problema que encuentro, es que llega un momento en el que el espectador necesita un respiro entre tanto drama.
Y la película no solo no se lo da, sino que se recrea más, si cabe, en la tragedia de estos 2 niños.
Pero la película intenta transmitir verdades, no quiere otorgar un final feliz al estilo de las historias de Disney; simplemente refleja una realidad humana, la del dolor y la pérdida en los conflictos bélicos, algo que siempre ha existido.
Pero pese a esta reticencia, encuentro que es una película que perdura en el tiempo, y que cala muy hondo en el público, ya que es muy realista; gracias a que hay momentos individuales de gran belleza:
Como cuando una noche, los niños cogen luciérnagas y los utilizan para iluminar la cueva.
Al día siguiente, Seita encuentra a su hermana pequeña enterrando cuidadosamente los insectos muertos, de la misma forma que se imagina como su madre fue enterrada; u otra escena en la que se juega con el tiempo y el uso del silencio, el momento en el que se encuentran un cadáver en la playa…
Pero la verdadera fuerza de la película radica en el poderoso imaginario que evoca:
Un tren en la puesta del Sol, simboliza el paso de la vida a la muerte, algo que de nuevo veremos en 千と千尋の神隠し (Spirited Away – 2001) de Hayao Miyazaki, o una caja de dulces vaciándose representando la esperanza desapareciendo.
Durísima escena cuando Setsuko confunde la comida con piedras, y los caramelos con botones.
En esa parte ya uno se rompe sin remedio...
El dibujo de la madre muerta llena de insectos alrededor, vendada y con sangre; es una de las razones por la que los niños no pueden verla.
Porque 火垂るの墓 (Grave Of The Fireflies) es un admirable cuento de fantasmas, pues mientras se nos cuenta las desventuras de estos 2 niños en la guerra, los vemos a lo largo de la película observarse a sí mismos en el pasado, mientras vagan en compañía de sus inseparables luciérnagas por un Japón contemporáneo y masificado de tecnología y electricidad, en contraste con la austeridad y precariedad de la época que conocieron, y en la que vivieron estos niños.
Atención, en este sentido, al maravilloso plano final, lleno de reflexiones.
Por último, la banda sonora fue compuesta por Michio Mamiya, que es especialista en música barroca y clásica.
La canción “Home Sweet Home”, fue interpretada por la gran soprano de coloratura, Amelita Galli-Curci; y que en conjunto logran meternos de lleno en la trama:
Melancolía, tristeza... muchos son los sentimientos que provocan todas y cada una de las melodías que se pueden escuchar.
“彼女は決して再び起きなかった”
(Ella nunca se despertó de nuevo)
Cuando la única vida que poseemos se ve amenazada por uno de los peores males de La Tierra, la guerra...
¿Qué opciones nos quedan?
¿Qué nos prepara para soportar lo peor?
¿Hasta qué punto podemos aguantar?
¿Por qué lo bello resulta tan efímero?
¿Por qué los hombres arrebatan la vida de otros hombres sin ni siquiera conocerlos, tan sólo por el hecho de cumplir las órdenes que reciben de unos superiores a los que tampoco conocen?
¿Qué sentido tiene entonces la guerra?
¿Cuántos conflictos ha solucionado?
¿Qué bien han hecho a la humanidad?
¿Qué importa qué bando está ganando?
¿Qué importan las batallas?
Lo que importa realmente, es que hay niños y un pueblo sufriente, que están perdiendo todo, vivienda, riqueza, infancia, la vida…
¿Cómo le explicas a una niña de 5 años, una guerra que por propia naturaleza es absurda?
火垂るの墓 (Grave Of The Fireflies) está enfocada más que nada en lo mal que pasaron las familias, algunas con parientes militares como el papá de los niños protagonistas del film, el cual no regresa, ya que murió luchando como muchos otros, sin embargo Japón pierde en la guerra.
La real implicancia de la cinta, es hacer una crítica social al desamparo de los niños, a la falta de percepción del dolor ajeno, a la ausencia de compasión ante las personas vulnerables, en este caso, 2 huérfanos de los cuales nadie quiere hacerse cargo, y que no tienen suficiente edad para entender el contexto que los rodea.
En cuanto a la guerra, el aporte no deja de ser enorme, por dar la mirada de quienes perdieron, quienes pasaron del cielo al infierno, y vieron el vuelco del panorama; para ellos, su causa era noble,  y los personajes más conservadores hacen gala de ello, del orgullo nacional que involucra verse como protagonistas de la guerra, y las familias deben servir a ésta.
Y todos aquellos que rodean a los niños protagonistas parecen pertenecer a otra especie de vida, a una en la que la indiferencia y la insensibilidad son las propiedades reinantes.
Y si a ratos, la extrema dureza del film parece ser un ensañamiento sin compasión con el espectador, por el hecho de que los 2 personajes centrales sean indefensos niños, ésta tiene su lógica por el hecho de que en toda guerra, las peores víctimas en todos los aspectos, son precisamente los niños.
Éste film, es muy importante en la animación, pues es una de las primeras que muestra en dibujos, un poco sobre lo acontecido en La Segunda Guerra Mundial y lo que sufrieron aquellas personas al final la guerra, la que hacen los políticos, los dirigentes, pero afecta al pueblo, a la pobre gente que poco tiene que ver con las grandes discusiones de la humanidad, y ahí, da igual que seas de Irak o japonés, los estragos de la guerra te alcanzan seas quien seas, y te llames como te llames.
Por ello esta historia trasciende los límites del propio medio en sí, y aunque enfrentarse a ella más de una vez puede resultar totalmente desesperanzador, dada la visión que del ser humano da, creo que es una de esas películas necesarias, de ésas que no saben ni conocen de fronteras, como la naturaleza del verdadero arte, pues en su ilimitada fuerza que hace que sea comprensible para cualquier persona en cualquier parte del mundo, reside todo su encanto y su única razón de existencia.
Por último decir que Isao Takahata, el director japonés de animación que fundó Studio Ghibli junto a Hayao Miyazaki, conocido por su galardonado filme 火垂るの墓 (Grave Of The Fireflies), falleció este jueves en Tokio, a la edad de 82 años, debido a un problema en el corazón.
El productor de Studio Ghibli, Toshio Suzuki, calificó la muerte de Takahata como “irreparable”, y dijo que sentía que el director aún tenía muchos proyectos por cumplir.
En una entrevista en el año 2015, Takahata confesó que todas sus historias buscaban instar a todas las personas a vivir sus vidas al máximo, y no dejarse hundir por pequeñas preocupaciones:
“La Tierra es un buen lugar, no porque haya eternidad, sino porque todos deben llegar a su fin en la muerte.
Pero en un ciclo, repetido una y otra vez, siempre habrá quienes siempre estén con nosotros”
Vuela alto querido Takahata, al encuentro de Seita y Setsuko, que te esperan con dulces caramelos y luciérnagas.

“寝る時間”
(Hora de ir a la cama)



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