The United States Vs. Billie Holiday

Terminando de ver “The United States Vs. Billie Holiday” (2021) de Lee Daniels con Andra Day, Trevante Rhodes, Natasha Lyonne, Garrett Hedlund, Rob Morgan, Tone Bell, Da'Vine Joy Randolph, Evan Ross, Dana Gourrier, Melvin Gregg, Erik LaRay Harvey, Tristan D. Lalla, Kwasi Songui, Alika Autran, Blake DeLong, Jeff Corbett, Miss Lawrence, Mark Antony Krupa, Karl Graboshas, Randy Davison, Sylvia Stewart, Dusan Dukic, Arthur Holden, Damian Joseph Quinn, Richard Jutras, Nealla Gordon, Alexander Bisping, Philippe Hartmann, Catherine Lemieux, Letitia Brookes, Ray Shell, Christopher Wyllie, Yvanna-Rose Leblanc, Eric Clark, entre otros. 

Drama musical basado en el libro “Chasing the Scream: The First and Last Days of the War on Drugs” (2015) de Johann Hari que trata temas como la depresión , la guerra contra las drogas, y entre los personajes históricos presenta un perfil de figuras tempranas de la guerra contra las drogas como la célebre músico de jazz Billie Holiday, tanto entonces como ahora, considerada una de las 3 voces femeninas más importantes e influyentes de este género musical, junto con Sarah Vaughan y Ella Fitzgerald. 

Nacida como Eleanora Fagan en 1915, fue conocida profesionalmente como Billie Holiday, con una carrera de 26 años. 

Apodada “Lady Day”, Holiday tuvo una influencia innovadora en la música jazz y el canto pop; por su estilo vocal, fuertemente inspirado por los instrumentistas de jazz, fue pionera en una nueva forma de manipular el fraseo y el tempo; y era conocida por su entrega vocal y sus habilidades de improvisación. 

Sin embargo, a fines de la década de 1940 ella estaba plagada de problemas legales y abuso de drogas; y después de una breve sentencia de prisión, actuó en un concierto con entradas agotadas en el Carnegie Hall; pero su reputación se deterioró debido a sus problemas con las drogas y el alcohol. 

Sobre todo, Holiday es el objetivo del gobierno en un esfuerzo por racializar la guerra contra las drogas, y evitar que cante su controvertida canción “Strange Fruit” considerada como “la mejor canción del siglo XX” por la revista Time en 1999, una canción escrita por Abel Meeropol y grabada por Billie Holiday en 1939 en protesta por el linchamiento de afroamericanos, con letras que comparan a las víctimas con el fruto de árboles. 

Estos linchamientos habían alcanzado un pico en el sur de los Estados Unidos a principios del siglo XX, y la gran mayoría de las víctimas eran negras; de ahí que la canción ha sido llamada “una declaración y el comienzo del movimiento de derechos civiles”; por ello, la cantante la convirtió en una parte habitual de su vida; y con el tiempo se convirtió en la grabación más vendida de Holiday; pues ella ya no era sólo una mujer que seducía al público, era capaz de convulsionarlo. 

El valor artístico de la cantante reside tanto en su capacidad interpretativa, como en su dominio del swing; asimismo, destacaba por la capacidad de adaptación de sus cualidades vocales al contenido de la canción; pues impregnaba sus canciones con una intensidad inigualable que, en numerosos casos, era fruto del traspaso de sus propias vivencias a las letras que cantaba; de ahí que ese tono tan personal que la caracterizaba, hizo que su estilo estuviera muy vinculado a intérpretes clásicos de blues como Bessie Smith o Ma Rainey. 

Respecto al filme, ambientado durante la última década de la vida de Holiday, la muestra durante su carrera cuando es atacada por El Departamento Federal de Narcóticos, con una operación encubierta dirigida por el agente federal negro, Jimmy Fletcher, con quien tuvo una tumultuosa aventura. 

Pero el filme vale solo y exclusivamente por ver a Andra Day que le da a Billie una voz de esplendor nacarado que, con el tiempo, se vuelve áspero y duro, y vemos lo mismo que le sucede a Billie en el interior en el transcurso trágico inevitable del metraje. 

Descubierta por Steve Wonder, este es la 3° película de Day, cuyo nombre artístico irónicamente se inspiró en Billie Holiday, y ofrece una actuación cruda de indignación abrasadora, dura y vulnerable. 

Andra se mete bajo la piel de Holiday, dando un retrato honesto de una artista bajo presión pero determinada en su creencia de que puede usar ese arte y talento para hacer del mundo un lugar más justo; así, el filme la sigue entre persecuciones, amores intensos, drogas y canciones desgarradoras. 

Del resto del reparto, Trevante Rhodes es el interés amoroso inalcanzable; mientras que el villano recae en Garrett Hedlund como Harry Anslinger, un racista consumado y enemigo acérrimo de la artista. 

Y los Estados Unidos del título... es el personaje invisible de la película, o tal vez somos nosotros mismos, a los que Andra canta en primerísimos planos para hacernos ver el horror que le causamos todos, no solo EEUU, sino toda la humanidad que todavía permite el racismo. 

Por su parte, las producciones de Lee Daniels acostumbran abordar temáticas íntimas y comprometidas como el racismo, la violencia familiar y el sexo, sobre todo el homosexual, y aunque aquí menudo se avergüenza de la trascendencia de su tema, existe una nube de solemnidad y reverencia que nubla todo el fondo que pretende denunciar, marcándolo a punto de viñetas sobre la vida de la cantante, brevemente disipada por la propia música y por la actuación de Andra Day que ofrece una brillante compensación. 

Pero los personajes van y vienen constantemente, sin explicación ni profundidad; y eso le cobra factura, y la llegan a comparar con aquella películas biográficas en las que el actor principal imita más al personaje que proporciona una verdadera comprensión del tema real y de su vida; y es también una de esas películas en las que el canto se prolonga demasiado, pero cuando eso sucede, sabes que es porque la escritura y el guión es escaso. 

Por otro lado, en pleno tiempo del #BlackLivesMatters y #MeToo, aquí hay muchos hombres violentos... y alejándose de la realidad, urge dejar de mostrar que a las mujeres negras les encanta que los hombres de sus vidas les pisoteen el culo. 

¡Eso NO es amor! 

Y eso inquieta y causa extrañeza, pues la cantante, golpeada una y otra vez, nunca tiene un solo moretón en la cara cuando la vemos, por lo que creo que esta película probablemente podría haber sido mucho mejor con un director diferente, y ciertamente con un guión mucho mejor; pero para ello está la crudísima “Lady Sings the Blues” (1972) protagonizada por Diana Ross. 

Más allá de eso, y con algunas imperfecciones, “The United States Vs. Billie Holiday” es un retrato interesante, y por momentos elegante de una cantante perseguida por su obra y por ser quién fue; por lo que el propósito aquí no es solo el de contar una historia con una mirada en la actualidad, sino también el de rescatar un personaje, darle un contexto y afirmarlo dentro de una galería de figuras representativas para los reclamos de la comunidad afroamericana. 

“...y de pronto el olor de la carne quemada...” 

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