War Horse

“Be brave!”

El ser humano ha empleado durante milenios a los caballos para la guerra, probablemente desde su domesticación.
La primera evidencia arqueológica de caballos empleados para la guerra data de los años 4000 o 3000 a. C. en las estepas de Eurasia, la región que actualmente ocupan Ucrania, Hungría y Rumania.
En esa zona, no mucho después de la domesticación del caballo, las personas comenzaron a vivir en comunidad dentro de grandes pueblos fortificados para protegerse del ataque de jinetes.
De ahí que el caballo ha sido entrenado especialmente para varios usos militares, incluyendo batallas, combates individuales, reconocimiento, transporte y abastecimiento.
El término “Caballo De Batalla” hace alusión a los caballos que son utilizados para la lucha, ya sea como caballería en un enfrentamiento o en un combate individual.
No obstante, incluso los caballos utilizados para otros propósitos que no fueran el combate directo tenían un papel sumamente importante en el éxito de los enfrentamientos militares.
El caballo era una parte tan temible del ejército, que el mero sonido de muchos caballos y carros era suficiente para inspirar temor y hacer que el enemigo se creyera inferior en número y huyera presa del pánico.
El poder militar del antiguo Egipto, Asiria, Babilonia, Medo-Persia y otras naciones dependía en gran manera de los caballos.
A comienzos del siglo XX aún podía observarse a la caballería ligera operando en los campos de batalla.
Aunque la caballería formal comenzó a dejarse de lado como fuerza de combate durante o poco después de la Primera Guerra Mundial, las unidades de caballería siguieron teniendo aplicaciones militares en la Segunda Guerra Mundial.
En las campañas de África del Norte por ejemplo, los generales como George S. Patton lamentaron la ausencia de caballos diciendo:
“Si hubiésemos tenido una división de caballería estadounidense que cargase artillería en Túnez y en Sicilia, ningún alemán habría escapado”
El Caballo De Batalla más conocido era el destrier, empleado por los caballeros de la Edad Media.
En el mundo moderno, aún existen usos para los caballos dentro de la milicia.
Un principio fundamental a lo largo de la historia de la bélica caballeresca ha sido el tipo de uso que se daba a los caballos.
Partiendo de esto, la clase de caballo que se utilizaba a la hora de combatir dependía de las necesidades del momento.
En el combate existía un equilibrio entre la velocidad y la protección, y la adición de peso llevaba consigo una reducción de la velocidad, tal como se puede observar hoy en día en la hípica.
A pesar de ello, cada soldado requería un cierto grado de protección contra los enemigos, ya que una excesiva ligereza armamentística podría resultar fatal en situaciones de peligro.
A la hora de combatir, a pesar de la consiguiente reducción de velocidad, se consideraba más importante la protección de los soldados.
De ahí que el caballo utilizado en la guerra variaba de tamaño en función del empleo que se le dé, el tipo de soldado que porte y la distancia que tenía que cubrir.
Un caballo medio puede transportar aproximadamente el 25% de su peso corporal, ya que el peso portado por el caballo también afecta a su resistencia.
En algunas culturas, los guerreros iban a la guerra montados en caballos ligeros y a la hora de combatir, cuando vestían armaduras pesadas, pasaban a un caballo más pesado.
El caballo empleado para arrastrar vehículos también ha variado de tamaño.
Cuando los vehículos que portaban se empleaban para comerciar se potenciaban la velocidad, el peso y la potencia en detrimento de la protección que cuando se empleaban para guerrear.
Un par de caballos podían conducir un carro ligero que portaba a un conductor y a un soldado.
Por otra parte, los vagones de suministros y otros vehículos destinados al apoyo logístico requerían para su transporte un número superior de caballos, generalmente pesados.
Aunque todo caballo puede arrastrar un peso superior al que puede llevar montado, este peso varía en función de la anatomía de la bestia y la estructura del vehículo.
Se deben tener en cuenta además otros factores como si el vehículo posee ruedas o va simplemente arrastrado y si se debe transportar por una carretera bien acondicionada o por un terreno más difícil.
Así vemos como este animal tuvo un papel protagónico en la historia de nuestra humanidad, muy ligada a nuestros logros y fracasos.
“I promise that I'll look after him, and if possible, I'll return him to your care”
War Horse es una película norteamericana e inglesa, dirigida en el año 2011 por el realizador Steven Spielberg, y escrita por Richard Curtis y Lee Hall.
War Horse se basa en la novela infantil homónima, concebida por el escritor británico Michael Morpurgo, y escrita durante la Primera Guerra Mundial, fue publicada en el Reino Unido en 1982, y tuvo además una representación escénica en el año 2007.
War Horse está protagonizada por un correcto reparto encabezado por Jeremy Irvine, Emily Watson, Peter Mullan, Niels Arestrup, Tom Hiddleston, David Thewlis, Benedict Cumberbatch, Celine Buckens, Toby Kebbell, David Kross, Leonhard Carow, Eddie Marsan, Patrick Kennedy, Liam Cunningham, Robert Emms, Matt Milne, Hinnerk Schönemann y Geoff Bell.
Y está maravillosamente ambientada con la música del maestro John Williams, con sutiles acordes que recuerdan a partituras anteriores.
War Horse obtuvo 6 nominaciones al Oscar como mejor película, dirección de arte, cinematografía, banda sonora, edición de sonido y sonido.
Cada vez que Steven Spielberg se va a la guerra, siempre se las ingenia para atraer al espectador desde una perspectiva emocional.
O al menos, eso es lo que logra transmitir con War Horse.
War Horse mueve nuestros sentimientos, si es cierto, posee toques de ser tramposa, manipuladora y edulcorada, no con una trama, sino con una historia llena momentos dramáticos, que a medida que avanza se torna tan profunda, que aunque resulte predecible, termina satisfaciendo nuestros sentidos espléndidamente.
Puedo decir que War Horse es otro logro cinematográfico del maestro, curioso que no obtuvo una nominación como mejor director, porque apuesta fuerte en todos los aspectos técnicos que componen una buena película.
Desde la impecable dirección de arte, que emula la época a la perfección hasta la exquisita fotografía, que impacta nuestros ojos con unos paisajes impresionantes.
En este último aspecto, resulta un poco curiosa la forma vivida con se muestran los paisajes coloridos, es decir, Spielberg por alguna razón quiere generar un aire “western”, en una cinta que por así decirlo, no contiene dichos elementos, a excepción del caballo “Joey” el Caballo De Guerra.
Me agrada el hecho de que el personaje principal aquí es Joey, el caballo.
O al menos eso pensé, porque a medida que avanza la historia seguimos al caballo en medio de los horrores y vivencias de la Primera Guerra Mundial.
Aunque en varias ocasiones cruza de un bando a otro, siempre cae en manos de personas que le dan un buen trato.
Se puede notar que la cámara de Spielberg enfoca los caballos en algunas escenas que muestran como estos animales son maltratados crudamente durante la guerra, logrando así una política de protección hacia los animales y por ende a la naturaleza en general.
War Horse es una fábula, muy importante tomar en cuenta esto.
War Horse es un cuento de lealtad, esperanza y tenacidad, ambientado en la Inglaterra rural y Europa en tiempos de la Primera Guerra Mundial.
War Horse nos contará la extraordinaria historia de amistad que surge entre el joven Albert Narracott y un caballo llamado Joey, separándose sus caminos a causa del enfrentamiento bélico.
Entonces, el padre de Albert vende a Joey a la caballería del ejército británico para luchar en el frente.
Joey será testigo de un extraordinario periodo de la Historia con la Gran Guerra como trasfondo.
La Primera Guerra Mundial es retratada a través de la travesía del animal, una odisea de gozo y penas, de profundo afecto y de gran aventura.
War Horse es una de las más grandiosas historias de amistad en tiempos de guerra, así lo presenciamos cuando ambos son apartados por la fuerza.
War Horse sigue el fenomenal viaje del animal a través de territorios en guerra, que irá modificando e inspirando las vidas de todos los personajes que conoce a su paso:
La caballería británica, los soldados alemanes y hasta un granjero francés y su nieta, antes de que la historia alcance su emotivo clímax, en el corazón de una tierra de nadie.
A pesar de los obstáculos que encuentra en su camino, su coraje será fuente de inspiración para todos los que se cruzan con el noble animal.
Albert no puede olvidar a su caballo y abandona su hogar para luchar en los campos de batalla de Francia.
Allí busca incansablemente a su amigo para traerlo sano y salvo a casa.
En general, los personajes de War Horse están bien estereotipados, pero las actuaciones son buenas; matrícula de honor para los caballos, la verdad que se lucen.
“There are big days and there are small days.
Which will it be?”
Como he puntualizado, War Horse es la historia de la vida de un caballo, de muy mala suerte para quien lo posea, y su amo.
También es la historia de una relación completamente improbable sobre un caballo y un joven que, desde los primeros momentos de este, quedo enganchado a este.
¿La escena inicial?
¿Exagerada?
Para nada.
Es que aparentemente olvidamos que de esto se trata, de la relación de los dos personajes.
¿Por qué dije que Joey es de muy mala suerte para quien lo posea?, sencillo:
Lo compra el padre, Ted Narracott y este cae en la ruina.
Con gran arrojo labra Joey un campo para salvar a la familia pero la cosecha se pierde.
A Joey lo compra un joven oficial de la caballería, el Capitán Nicolls y le matan en batalla.
Lo cogen dos jóvenes soldados alemanes, los privates Gunther y Michael Schröder, estos huyen de la guerra con los caballos pero la infantería los encuentra y les fusilan.
Luego Joey es hallado por una joven, Emilie y ella muere, aunque la joven ya padecía una enfermedad, aparentemente incurable.
En batalla, Joey se hace amigo de un caballo negro llamado Topthorn y este muere por inanición.
Poco antes del reencuentro el amigo de su dueño, casi se muere… y el dueño Albert, antes de encontrarle, se queda medio ciego.
Por último, quien lo compra, el abuelo de Emilie, se gasta una fortuna y lo regala, quizás es el único de todos que actuó más “inteligentemente”
En fin…
¿Es Joey un caballo que designa muerte y/o mala suerte?
¿Quién sabe?
Lo que sí sabemos es que es un Caballo De Guerra y pues esos acontecimientos traen consigo la fatalidad.
No olvidemos que War Horse es la adaptación de un material ya existente.
Tenemos en cuenta el hecho de que Spielberg debía hacer una película apegándose a algo que existía previamente.
¿Qué se esperaba?
¿Qué olvidara todas las cosas que (aunque no concuerdo) parezcan “ridículas” e inventarse algo?
Al parecer hemos pasado por alto que es una “novela infantil” y como apunté inicialmente War Horse es una fábula y hay que aceptarla como tal.
Sin lugar a dudas, Spielberg ha hecho de una novela infantil, posteriormente adaptada a una obra teatral, una película inteligente, sin tener que dejar a un lado el hecho de que no es más que eso, una novela infantil.
Ok, ¿Es ridículo que el padre compre el caballo cuando no tiene dinero?
Hmm, no sé…
¿Qué debía hacer Spielberg?
¿Olvidar esta parte?
Sin ese evento, no hubiera trama.
Y es que en realidad el mensaje que se quiere llegar con esta escena son las líneas dichas por el padre:
“Algunos días son grandes, otros pequeños…
A ver qué día será hoy”
Y es que de esto se basa el éxito.
Tomar riesgos.
Joey es un caballo, como nos lo repiten una y otra vez, milagroso.
¿Por qué?
Nadie parece saberlo.
Pero el caballo logra unir bandos opuestos en una guerra, logra volver flexibles a los militares más estrictos, logra entrenar a otros caballos para que sean serviles e incluso intenta dar su vida por un compañero equino.
Y no hay necesidad de que la gente se cuente las hazañas del animal: nuevos personajes que no saben nada sobre él descubren, a primera vista, su grandeza, y saben que puede pasar cualquier cosa, pueden morir todos los soldados que sean necesarios y pueden perder todos sus ahorros, pero el caballo debe seguir.
Las escenas para el recuerdo:
Primero que todo…
¡El ganso!
El ganso es impagable en su poco metraje protagónico.
El material de War Horse esta filmado brillantemente.
Cada una de las escenas en las trincheras me recuerda “Paths Of Glory” de Stanley Kubrick; War Horse bebe mucho de “Gone With The Wind”, “All Quiet On The Western Front”, inclusive de “How Green Was My Valley” y los western de Huston, “Lawrence Of Arabia”, “Forrest Gump”, “Gladiator” y de películas estilo The Walt Disney Company; la lista puede resultar interminable y odiosa, pero como en un claro homenaje, por ello, War Horse no deja de ser una gran película.
Aunque Spielberg la dota de un realismo único, tal y como lo hizo en otras ocasiones, que nos hace recordar que la guerra es el infierno sobre la tierra y que los soldados o animales utilizados para combatir son efectivamente los más afectados.
Hay una escena en la que Joey, en pleno campo de batalla, se ve confundido por la desolación, la muerte y oscuro paisaje de la guerra; al pasar eso, se embarca a todo galope sin una dirección específica, que le traerá consecuencias muy dolorosas.
Esa escena causa gran impacto por la crueldad que sucede.
Debo confesar que “El Rey Midas” está algo confundido, en crear una posible trama romántica, porque añade a una joven que se interesa en el protagonista, que de principio solo aparece en una escena y luego se hace una extraña alusión a ella, quizás para evitar que la atracción, casi sexual, entre Albert y Joey parezca una historia de romance, que lo es.
Como muestra, vemos que por celos, probablemente, Joey no salta la barrera de piedras en esa escena, o fue porque no ha sido entrenado para ello, todo hay que decirlo; esa escena con esa chica, era demostrar que Joey era un excelente corredor, no así un saltador, de lo cual Emilie intenta encargarse de hacer.
¡O quien dijo que los animales no pueden sentir celos también como cualquier ser humano, si son seres vivos!
Puede ser posible que Joey se imprima de su amo al nacer…
Como fuere el caso, posiblemente para los que de verdad amamos los animales, sin llegar a la zoofilia, ese ser que se hace parte de nuestra familia como algo allegado sea algo único, de gran valor y respeto emocional.
Y además con el animal más noble y compañero del hombre con permiso del perro, el cerdo y el pavo como lo es el portentoso caballo, pues yo no tengo nada que objetar a la particularidad de la historia, por edulcorada o cursi que parezca, War Horse es una buena historia que además confiere prestigio a la figura del caballo en su papel en las guerras de los hombres del siglo pasado.
Que el problema aquí creo que radica en que estamos hablando de una película basada en una novela (infantil) y una obra de teatro.
Que el crecimiento de Joey es progresivo y que, cada pequeño detalle que nos parezca “inútil” es en realidad una pieza más en el rompecabezas que se va formando a medida que War Horse avanza.
Y ni hablar de la escena en que Joey queda atrapado.
¿Es “algo exagerada” porque dos soldados de bando contrario se unen para trabajar?
¿Quiénes peleaban estas guerras?
¿Robots sin sentimientos dispuestos a matar sin piedad?
¿O seres humanos, ciudadanos de sociedades inocentes “llamados”, por no decir obligados, a pelear en una guerra de la que ellos no tienen ni culpa?
¿Debe la guerra convertir a estos ciudadanos en seres indolentes?
¿O acaso es un pecado el querer demostrar que, aun en las más horribles circunstancias, se puede ser humano?
El final, la escena con el reconocimiento, los abrazos la última mirada equina y ese ocaso... sólo Victor Fleming, Eastwood y Spielberg pueden filmar un ocaso así.
El sol se oculta a la vez que jinete y caballo van llegando, las rojizas nubes se tornan negras y John Williams nos canta como sólo él puede hacerlo.
Cuando las piezas narrativas están todas juntas, War Horse, a medida que avanza, llama aun más la atención por la forma en cómo se desarrollan los acontecimientos.
Aunque War Horse no sea una película para niños, algunas veces disfraza la crueldad y la ironía dentro de lo sentimental.
Llena de momentos emocionales, War Horse es una aventura bélica verdaderamente emotiva que se puede disfrutar; primero por su elegancia cinematográfica y segundo por una historia estrictamente conmovedora, destinada a ser una mezcla deliberada entre la fábula y la tragedia.

“Maybe there are different ways to be brave”


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