Behind The Green Door


“Loved as never before”

Derivado de la revolución sexual, y “primo hermano” del cine “underground” neoyorquino, y la contracultura norteamericana en general, el cine pornográfico tuvo su momento de gloria artística y comercial, durante los años 70.
Todo esto ocurrió en los Estados Unidos, un país en donde el sueño de los 60, se transformaba en varias pesadillas.
La pornografía es más vieja que el cine, aunque no tiene, como el cine “normal”, digamos, un momento exacto que marque su nacimiento.
Esto quiere decir, que no existe un equivalente, o versión pornográfica, de “la llegada del tren a la estación”, o a “los obreros saliendo de la fábrica”
Mejor dicho, esas películas, seguramente cortometrajes, existen pero son anónimas, carecen de una marca autoral, algo tan importante para marcar el terreno en la historia.
El comienzo del cine porno fue “underground” y privado, algo que se hacía a puertas cerradas.
Luego, salió a la luz, teniendo su “Época de Oro” en los 70, y en los videoclubes, durante los 80.
“The Golden Age Of Porn” es un corto periodo de la historia del cine pornográfico, que se sitúa entre finales de la década de 1960, y la primera mitad de la década de 1970, y que afecta principalmente a las producciones estadounidenses.
Lo que antes era territorio exclusivo de “pervertidos”, de pronto fue invadido por público “normal” en busca de nuevas emociones.
En estos años, obtienen fama una serie de significativos filmes, y pingües beneficios para sus directores y productores, con la “niña salvaje” Marilyn Chambers (1952 - 2009), y actores como los desaparecidos John Holmes (1944 - 1988) o Linda Lovelace (1949 - 2002)
Esta etapa, finaliza cuando empiezan a distribuirse las películas en formato VHS, o de video casero, es decir, que no era necesario ir al cine, sino verlo en la intimidad del hogar.
Así, los años 70, fueron el momento de auge del nuevo cine pornográfico, la llamada “Edad de Oro del Porno”
Aparecía también, el llamado “porno chic”, de aceptación en círculos intelectuales y de proyección comercial.
“Los primeros actores y actrices, llevaban vidas bastante pornográficas, todos se tiraban a todos.
Hacerlo con una cámara no era para tanto, y estaban contentos por cobrar 100 dólares al día”, según se bromea sobre los años de experimentación vital y sexual, que acompañaron a la explosión del género.
“El otro Hollywood” muestra a esta gente, yendo de fiestas con representantes de la mafia que, en efecto, controló el negocio hasta la llegada de las grandes compañías en los 90.
Esto sólo era una muestra, de la ambivalencia humana.
Por eso, prefiero que el lector juzgue por sí mismo, que se haga la pregunta de hasta dónde sería capaz de llegar en esas circunstancias.
El cine pornográfico de los años 70, mantenía una intención cinematográfica, y sus películas, un hilo narrativo y unas formas, que con el tiempo, se irían perdiendo.
Hollywood nunca se llevo bien con la pornografía, sus actores, y casi todo con lo que se relacione con el género, excepto con el dinero que produce.
Y en este comentario moralista, se encuentra la actitud de Hollywood.
Y es que el porno representa un problema para esa industria, teóricamente hablando, porque ejemplifica mejor que ningún otro género, la carencia ontológica esencial del cine.
Porque el porno, en apariencia, nos ofrece la realidad misma, ése es su atractivo, pero sólo en apariencia, ya que los actos sexuales que nos muestra, siempre son ensayados, preparados, inventados, en beneficio de la cámara y del onanista que está más acá del lente.
Esto también es cierto para los otros géneros del cine, en especial, los más populares:
Acción, comedia, terror, melodrama, musical, etc.
“The all-american girl”
Behind The Green Door es una película pornográfica estadounidense de 1972, producida y dirigida por Artie Mitchell y Jim Mitchell.
Protagonizada por Marilyn Chambers, George S. MacDonald, Johnny Keyes, Lisa Grant, Yank Levine, Angela Castle, Ben Davidson, entre otros.
El guión es de Artie Mitchell, cuya historia se basa en un relato anónimo, que ya circulaba en Estados Unidos, durante los años de La Segunda Guerra Mundial; y probablemente inspirado en “Behind The Green Door” (1940), una novela de misterio de la heroína ficticia Penny Parker, escrita por Mildred Wirt Benson.
En la novela, la puerta secreta oculta alguna actividad ilegal en un hotel-resort de esquí; y en también se inspira en “The Green Door”, un cuento de O. Henry de su libro de 1906, “The Four Million”
También, es posible una referencia a una historia corta de H.G. Wells “The Door In The Wall” y en la historia corta de Fitz-James O'Brien “The Lost Room” que detalla a un hombre, que cerró la puerta de su propia habitación, para evitar la entrada de un grupo de demonios y osos.
Los hermanos Mitchell, aprovecharon esta circunstancia con una trama, tomada de una leyenda urbana que circulaba desde hacía tiempo, en la que una joven inocente, era secuestrada y forzada a participar en un espectáculo de sexo en vivo, en The Green Door club.
Además, de reforzar la idea de que sus películas eran una forma de combatir la represión sexual, los hermanos Mitchell utilizaron así la circunstancia, de que su actriz principal, fuese una muchacha común y corriente, la arquetípica “chica de al lado”, que no hacía sino, rendirse ante sus propios deseos; pero se podían decir, que Behind The Green Door era mucho más que eso.
Lo hicieron negándole al espectador, los elementos necesarios para saber si lo que está viendo es “real” o si se trata de una fantasía, de lo que hablaré más adelante.
Behind The Green Door es una de las más famosas películas pornográficas, de la década de 1970, cuyo costo fue de $60,000 dólares, y recaudó $20 millones, en sólo los 3 primeros años.
La actriz, Marilyn Chambers, así como sus compañeras, Linda Lovelace y Georgina Spelvin, saltaron a la fama a principios de la década de 70, cuando la calidad de las películas de sexo explícito, comenzó a mejorar.
De hecho, Behind The Green Door fue la 1ª película pornográfica estadounidense de distribución comercial, en convertirse en un éxito popular.
Behind The Green Door pertenece a la llamada “Edad de Oro del Porno”, que tuvo lugar a finales de la década de 1960, y durante los primeros años de la década de 1970, por lo que puede compararse con filmes como:
“Deep Throat” (1972) o “The Devil In Miss Jones” (1973)
A medida que la audiencia crecía, las cintas también comenzaron a tener valores de producción más altos, actuaciones decentes, tramas aceptables, y a ser vistas no sólo en cines de mala fama.
El éxito, puso a los hermanos realizadores, en la mira del gobierno norteamericano.
Un imperio monetario construido a base de pornografía, parece que en ese entonces, no era algo bien visto, los tiempos, por supuesto, cambiarían, y a causa de esto, constantemente eran atacados por la censura, la ley y, como suele decirse, la sociedad “bien pensante” en general.
Pero, también hay que decirlo todo, en reacción o a cause de esto, los Mitchell eran amados por la contracultura de la época.
Pero Behind The Green Door trajo algo más con su actriz Marilyn Chambers, una atractiva mujer joven, que había comenzado su carrera como modelo y actriz de películas convencionales.
Cuando Behind The Green Door aún estaba en las salas cinematográficas, el público se enteró, que su estrella era la misma rubia que sonreía, y sostenía un bebé en pañales, que se llegó a decir que era Brooke Shields, en las cajas de jabón para ropa “Ivory Snow” con el lema:
“99'44 % Puro”
Ya se sabía que Chambers también, había participado en “The Owl And The Pussycat” (1970), película debut, donde compartió elenco con Barbra Streisand, y donde aparecía acreditada como Evelyn Lang.
Por eso, Behind The Green Door, la hace la 1ª actriz que cruzó al cine de adultos.
Era la chica “Ivory Snow” y cuando decidió hacer una película para adultos, fue una noticia impactante.
Los Mitchell, que eran hábiles publicistas, también supieron explotar el morbo derivado, de que Marilyn Chambers fuera la imagen de una conocida marca de detergente, por su parecido con Cybill Shepherd, y su belleza de “típica chica americana”
Y si en las cajas de “Ivory Snow” ella aparecía mostrando su lado más inocente, ellos no dudaron el publicitar Behind The Green Door como:
“99,4% Impuro”
Por supuesto, que la modelo virginal del detergente, apareciera en una película follando con varios hombres, no gustó nada al fabricante, cuyas ventas disminuyeron sensiblemente.
La paradoja es que, hoy en día, estas cajas con la imagen de Chambers, son algo cotizadísimo por los coleccionistas, que llegan a pagar auténticas fortunas por una de ellas.
Behind The Green Door tuvo una secuela, a mediados de la década de 1980, y fue también dirigida por los hermanos Mitchell, pero en esta ocasión, fue un fracaso comercial, que les hizo perder una suma considerable de dinero.
Y es que Behind The Green Door fue la 1ª película de adultos, con algo más que un montón de escenas de sexo.
Chambers era una actriz, y trajo esa “habilidad” al escenario; y eso es parte de lo que hizo que Behind The Green Door fuera tan exitosa.
Tanto así, que fue incorporada al Salón de la Fama de X-Rated Critics' Organization (XRCO) en 1985.
El tono que traspasa Behind The Green Door, tiene mucho de ritualista, y al revés de lo que pasa con la mayoría de las películas porno; cabe decir que no responderé por todas por que, bueno, no las he visto todas, en las que cada línea de diálogo, insinúa que en todo momento, la naturaleza representará sus más malabarista simulaciones.
En Behind The Green Door, hay un cuidado particular con el guión, y sobre todo, cuidados estéticos, que me hicieron recordar experiencias cinematográficas de rebeldía.
En sus planos, predominaban los rostros y sus expresiones, y no los genitales y sus funciones.
No se trataba simple y rutinariamente, de una acumulación de planos médicos o fisiológicos.
Y es que nos encontramos, ante la presencia de una obra de cuidado montaje y ritmo, pretensiones artísticas y logrados ambientes, en la que el sexo pasa a ser argumento del mismo, fuente de placer físico y místico.
Una experiencia visual, cuya secuencia climática, califica dentro de las clásicas de la época, con sus fundidos, sobreimposiciones, juegos con el color:
Rejuegos sensoriales, logrados a partir de un montaje de tintes psicodélicos, que complejizaba el producto, llevándolo a una cima, no sospechada por el espectador.
Muchos pasajes, parecen estar basados en las experiencias psicodélicas de sus directores, donde las escenas “naturales” están filmadas con una imaginación delirante.
Y sobre todo, se nota que el propósito de Behind The Green Door no gira exclusivamente, en torno a las escenas de sexo sino al “fashion” o al “porno chic” de la época de su realización.
Behind The Green Door cuenta la historia de una inexperta muchacha, llamaba Gloria Saunders (Marilyn Chambers) que es raptada en un bar de carretera, en un pueblo cualquiera de Estados Unidos.
Tras ser llevada a un misterioso cabaret oculto, tras una puerta verde, es semi-hipnotizada, y su cuerpo convertido en protagonista de un espectáculo erótico, ante un público que oculta sus rostros con antifaces.
Al final de este viaje iniciático-lisérgico, ella alcanzará la plena madurez sexual, y disfrutará de los placeres más desenfrenados.
Cabe distinguir 3 niveles, en Behind The Green Door:
Ficción, meta-ficción y representación.
El primero corresponde a la secuencia inicial.
Durante los créditos, vemos a un camionero, Barry (George McDonald) que maneja de noche.
Se detiene en un restaurante en el camino, y se encuentra con un amigo suyo.
Es obvio que es un cliente asiduo del lugar, ya que el cocinero y las meseras lo saludan por su nombre.
Su amigo le pide, que cuente la historia de la puerta verde, y él empieza a narrar, flashback mediante, lo que le sucedió estando de vacaciones:
Barry se alojaba en un hotel, que en esos días tenía pocos huéspedes, junto con su amigo Yank, el mismo al que encuentra en el restorán; cuando le llamó la atención, una chica que viajaba sola, y que se encontraba en el mismo sitio.
Lo que no había notado, es que el encargado del hotel, había hecho una llamada sospechosa, al cerciorarse de que la joven no iba acompañada.
Esa misma noche, ella fue secuestrada frente al hotel, por 2 tipos enmascarados, nada menos que por Jim y Art Mitchell.
Más tarde, Barry y Yank, asisten a un espectáculo exclusivo, que se realiza en ese mismo hotel.
Lo que ellos no saben, es que la chica secuestrada, ha sido preparada para ser la estrella de la función, un show de sexo en vivo, que con suerte, se convertirá en una orgía.
Todo esto, filmado siguiendo las reglas del lenguaje cinematográfico tradicional, que enlaza planos separados, hasta lograr la ilusión de continuidad.
Hay planos y contraplanos en el restaurante, mientras los comensales le piden a Barry, que cuente su anécdota.
También los hay en la terraza del hotel, mientras los 2 amigos platican, y Gloria se sienta en una mesa cercana.
Aquí, los hermanos Mitchell, siguen las reglas de la ficción cinematográfica dominante, sin la maestría de otros directores, pero en lo básico, respetan el Modo de Representación Institucional (MRI)
En el MRI, este lenguaje corresponde a la realidad, pero en sus otros 2 niveles, Behind The Green Door, constantemente niega el verismo de estas secuencias:
Que esta parte del relato corresponda a la verdad de lo sucedido, si es que en realidad sucedió algo, es algo que el resto de Behind The Green Door se esfuerza en negar, o cuando menos, lo pone en duda.
En gran parte, esto se debe a las circunstancias en las que se rodó, distribuyó, y exhibió Behind The Green Door.
Dentro de la narración, en el show, las personas que se reunían en The Green Door Club, para violar vicariamente a Gloria Saunders, tenían su contraparte en los espectadores, que atiborraban las butacas de los cines de entonces.
El juego de espejos, propuesto por los Mitchell, se permitía incluso, burlarse de sus clientes, puesto que en la pantalla, los asistentes al show, eran gordos, travestis, viejos, feos, ridículos, que hacia el final, no podían resistirse más al llamado de la carne, y desencadenaban una orgía paralela a la del escenario.
También, debe entenderse como una burla, el principio y el final del show de sexo en vivo, estelarizado por Marilyn Chambers/Gloria Saunders.
El preámbulo a los actos sexuales, lo constituye un mediocre mimo a lo Marcel Marceau, símbolo de los artistas pretenciosos, que uno imagina, provoca la misma impaciencia en los espectadores en pantalla, sea en los cines, o frente a las pantallas de televisión.
El espectáculo concluye con un “proto-bukkake” en el que Marilyn Chambers, a sus 19 años, recibe en plena cara, la descarga espermática de varios hombres.
La eyaculación se repite varias veces, en cámara lenta, solarizada, en siluetas de diferentes colores, siempre teniendo como fondo, una música similar a los cantos de los monjes tibetanos.
Lo “artístico” de la secuencia, es tan excesivo, que es imposible tomarla en serio...
Al final, cuando la ficción tradicional, regresa momentáneamente para permitirle a Barry rescatar a Gloria, en “full shot” sin ningún chiste, y parece que todo ha regresado a la normalidad, los hermanos Mitchell vuelven a emplear la meta-ficción, para impedir una interpretación fácil.
Así, vemos a Gloria recompensando a Barry, con una larga sesión de sexo, pero a diferencia de las narraciones XXX que vendrían después, los hermanos Mitchell la filman sobre un fondo negro, sin sonido directo, sin música, y con la imagen sobrepuesta del camionero, realizando su trabajo como al principio.
Lo más sencillo es pensar, que toda la historia del Green Door, de Gloria, y de su secuestro, es sólo un cuento, como la leyenda urbana que sirvió de pretexto para lo que acabamos de ver, como la película misma.
Respecto al plano interpretativo protagónico, se cuenta que Marilyn vio en la prensa, un anuncio, y se presentó al casting sin saber siquiera, que se trataba de una película porno.
Pero, por alguna razón, los hermanos Mitchell se fijaron en ella, dicen que por su parecido con Cybill Shepherd...
El caso es que necesitaban una rubia con un aspecto, lo más natural y sano posible, o dicho de otro modo, una actriz porno que no pareciera una actriz porno...
Y Marilyn Chambers cumplía perfectamente estos requisitos, era perfecta.
Aunque al principio se mostró reticente, un salario de $25,000 más un porcentaje de los beneficios, terminaron de convencerla para hacer Behind The Green Door, la cual hizo crecer la historia del cine, y del cine porno mismo.
Muchos dirán que bueno, la 1ª película porno habrá originado a la 2ª película porno, y las 2 juntas, habrán llevado el cine de la mano, a dimensiones muy poco recomendables o interesantes, con lo que no estarán de acuerdo la gran mayoría de los masturbadores, pero ellos no vienen al caso.
De inmediato, el título “Behind The Green Door” hará sospechar a los más familiarizados con la industria, cuyos títulos suelen siempre, como decirlo, apelar al lado más gráfico de nuestra imaginación natural; hay que decir algo muy importante, Behind The Green Door no pretendía poner los fundamentos la industria pornográfica.
En realidad, lo que ella quiso entonces, fue llevar el cine a nuevas fronteras, rompiendo con las imposiciones morales de unos EEUU aun hundidos en la herencia del macartismo, y de Edgar Hoover, cuando finalmente, el esplendor de esa rara hipocresía moral, empezaba a dar indicios de no ser más que un castillo de cartas.
Algunos la denominaron como “porno-hippie”, y en su carga transgresora, incluía a Marilyn Chambers, manteniendo relaciones sexuales con el actor afroamericano Johnny Keyes.
Así que una mujer blanca tuviera sexo ante las cámaras con un hombre negro, hacía pedazos un viejo y arraigado tabú, lo cual escandalizó a un amplio sector de la opinión pública.
A fin de cuentas, en la forma, Behind The Green Door, tiene más en común con un espectáculo teatral, que con El Séptimo Arte.
Pero la intención es la misma:
Poner ante nuestros ojos, situaciones extraordinarias, insólitas, sobre todo para 1972.
De ahí, ver una mujer, posiblemente lesbiana, induciendo a la sexualidad a la protagonista; ver a un negro fornicando con una rubia; varias mujeres vestidas con hábitos religiosos, iniciando en el lesbianismo a otra más joven; la misma mujer felando a 3 hombres sentados en trapecios; y ni hablar de la manera forzosa en que la mujer fue inducida...
Esto era lo que la gente pagaba por ver, sin importarle que la historia contada fuese real o no.
Los hermanos Mitchell lo sabían, y por eso jugaban con los otros 2 niveles, mientras la representación se llevara a cabo sin tropiezos, lo demás no importaba.
Esto era lo que estaba realmente en la mente de sus directores, Artie y Jim Mitchell, y de todos los que participaron del rodaje.
Como dato, también actúa en Behind The Green Door, el famoso jugador de futbol americano, Benjamin Earl Franklin "Ben" Davidson, Jr., en un rol no sexual, como el portero; y que anteriormente, había participado en  “M*A*S*H” (1970) y posteriormente, en “Conan The Barbarian” (1982)
Lo que encandiló a los espectadores durante el visionado, fue sobre todo, el psicodélico tratamiento de las imágenes y el sonido, su extravagancia surreal y onírica, que la hacían más parecida a una película de arte y ensayo, que al típico producto para masturbadores reprimidos.
Se ha dicho, que Behind The Green Door es el sexo como un ritual, sexo y fantasía, sexo como solo podría darse en la pantalla grande.
Y es una gran verdad:
¿Dónde podría verse una eyaculación de 7 minutos?
Behind The Green Door tiene una larguísima escena “cum-shot” en cámara lenta, y con diversas variaciones psicodélicas, solarizaciones, e imágenes espejadas de rostros,  ausencia, casi de diálogos, un fondo musical que invita al trance, el uso de imágenes en loop, algo que definitivamente debe ser visto.
En lo personal, 1985, coincidiendo con el final de su matrimonio con Chuck Traynor, que también fuera marido y mánager de Linda Lovelace, Marilyn Chambers abandonó el porno, aunque no sería de forma definitiva.
En sus años como actriz porno, Chambers demostró siempre, una gran profesionalidad, y no tuvo inconveniente, en probar todo tipo de modalidades sexuales, incluyendo:
Garganta profunda, sexo anal, lésbico, “bukkake”, dobles y triples penetraciones, etc.
También, la Chambers fue una de las primeras en rasurarse el vello púbico, una práctica que hoy es completamente habitual en las actrices porno.
Más tarde en su carrera, Marilyn se hace una serie de mejoras en sus pechos, siendo una de las primeras actrices porno, que se hizo piercings en los genitales.
Y un dato sorprendente:
Marilyn Chambers fue candidata a la vicepresidencia de Estados Unidos, en el año 2004, por el Personal Choice Party, y en 2008, por el Boston Tea Party.
Entretanto, la relación entre los hermanos Mitchell, se fue deteriorando.
Jim se ocupaba de la parte financiera, y Artie de la artística, pero los problemas de éste con las drogas, así como la llegada del vídeo en los años 80, y su falta de adaptación a los nuevos métodos de trabajo, terminaron por dejarles fuera del mercado.
La tragedia llegaría el 27 de febrero de 1991, cuando en una de sus habituales peleas, Jim terminó matando a tiros a su hermano Artie.
En un juicio muy publicitado, Jim consiguió eludir el cargo de asesinato, y sólo fue condenado a 6 años por “homicidio involuntario”, alegando que todo fue un accidente producto de una acalorada discusión, y que no tenía ninguna intención de matar a su hermano.
El caso es que, Jim salió en libertad en 1997, viviendo alejado de cualquier notoriedad pública, hasta su fallecimiento en 2007.
El título “Behind The Green Door” hace referencia a la canción popular, hit de 1950, de Jim Lowe, y posiblemente inspirado en un cuento de O. Henry, llamado “The Green Door”
La letra describe, el encanto misterioso de un club privado, con una puerta verde, detrás de la cual “una multitud feliz” toca el piano, fuman y “ríen mucho”, y dentro de la cual, la cantante no está permitida entrar.
Una leyenda urbana, muy repetida, se ha desarrollado diciendo que la canción se refiere al primer club lésbico de Londres que operó desde el año 1930 al 1985, y que se localizaba en Bramerton Street, en Chelsea.
La banda sonora de Behind The Green Door fue compuesta por Daniel Le Blanc.
Dado que el cine porno no se distingue por sus profundos y sesudos diálogos, no sería creíble, un discurso tipo novela rusa en plena gimnasia sexual, de ahí que la música que ambienta estos films, tiene cierta importancia.
Y la banda sonora de este porno temprano, era realmente estimable.
Había rock, psicodelia, funk, jazz-rock….
Si pueden hacerse con algunas de estas piezas musicales, no se arrepentirán.
Lo que nunca lograron los estudiosos del tema porno, es explicar, qué transforma, qué imágenes, recursos, intenciones, a una película en pornográfica.
No nos referimos a las películas directamente pornográficas, producidas y dirigidas a un mercado específico, sino a cierto cine “mainstream” que coquetea con la pornografía.
Aquí comienza una digresión, en donde se le pega a un conocido provocador, quien supo echar mano, y otros miembros, valga la redundancia y el chiste fácil, a la pornografía.
Si tales actitudes, posiciones, a la hora de analizar, o apreciar el cine pornográfico, o la pornografía en general, están justificadas, es difícil de discernir.
Lo que sí sabemos, es que el paso del tiempo, sólo logró aumentar el disfrute al ver Behind The Green Door, y a su bella protagonista, Marilyn Chambers.
En épocas, en donde la pornografía no mantiene ninguna relación con el cine, y su producción y consumo pertenecen a otra esfera, Behind The Green Door permanece como lo que siempre fue, una verdadera obra cinematográfica.
Behind The Green Door, además de documento sobre una época, y un tipo de cine, es un gesto de la cultura pop, un residuo de la cultura hippie, un intento por hacer algo artístico, aunque “naïve”, donde solamente hubiese podido lograrse morbo y dividendos económicos.
Los teóricos, críticos, e intelectuales, suelen sentir una gran fascinación por las artes populares, esto fue siempre así.
Behind The Green Door no pasó desapercibida por ellos, y fue llamada, a la vez:
“El Bronenosets Potyomkin” (1925) del porno; y “El Citizen Kane” (1941) del porno, considerada obviamente, pero no sin justicia, en una obra maestra.

“Inducted behind the green door, a male fantasy”



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