Roma

“Hay períodos en la historia que asustan a las sociedades, y momentos en la vida que nos transforman como individuos”

Alfonso Cuarón Orozco, de 57 años, es un director, guionista y productor de cine mexicano; ganador en 2014 del Premio Oscar de La Academia como Mejor Director; hoy es considerado uno de los cineastas mexicanos más prometedores de su generación, junto a otros como:
Guillermo del Toro o Alejandro González Iñárritu, ambos ganadores del Oscar en ocasiones casi consecutivas… y Guillermo Arriaga… que también han conseguido trascendencia internacional en los últimos años.
Con claras tendencias religiosas en sus películas, Cuarón no ha desperdiciado su filmografía para dejar en claro la importancia que ha tenido el rescate de la memoria para la paz espiritual.
No es casual que Los Mantras Śāntiḥ, Mantras de La Paz, o Pancha Śāntiḥ, sean oraciones hindúes por La Paz, el “Śāntiḥ”, que se encuentran en los “Upaniṣad”; y que generalmente se recitan al principio y al final de los rituales y discursos religiosos.
Se conoce como “Upaniṣad”, a cada uno de los más de 200 libros sagrados hinduistas, escritos en idioma sánscrito entre el siglo VII a.C. y principios del siglo III a.C.; donde se habla de otros temas como:
La naturaleza y propósito de la existencia, diversas formas de meditación y culto, escatología, salvación, y se expone de manera bastante detallada, la teoría de la transmigración de las almas.
En los “Upaniṣads”, se dice que el hombre está conectado con la divinidad, y puede llegar a identificarse con él, “a través del hilo que une este mundo con el otro mundo y con todas las cosas”; por lo que la salvación consiste en comprender que la realidad eterna es igual al “atma”, el alma de cada individuo; y para la nueva doctrina, todo lo que sucede está constantemente cambiando, siguiendo un ciclo que se repite... y en ese ciclo, cada ser persigue realizar su “dharma”, aquello para lo que está hecho.
El “dharma” del agua es fluir; el del fuego, quemar; el del pez es nadar; el del ave, volar.
El “dharma” del ser humano, consiste en alcanzar la salvación, y unirse a la divinidad.
Por tanto, se supone que calman la mente del recitador y el entorno que lo rodea; y también se cree que recitarlos elimina cualquier obstáculo para la tarea que se está iniciando; y Los Mantras Śāntiḥ siempre terminan con 3 expresiones de la palabra “Śāntiḥ”, que significa Paz; y la razón para pronunciarla 3 veces, es para calmar y eliminar obstáculos en 3 ámbitos que son:
Físico o “Adhi-Bhautika”; Divino o “Adhi-Daivika” e Interno o “Adhyaatmika”
Y según las escrituras del hinduismo, las fuentes de obstáculos y problemas se encuentran en estos 3 reinos.
El Reino Físico o “Adhi-Bhautika” provenientes del mundo externo, como los animales salvajes, las personas, las calamidades naturales, etc.
El Reino Divino o “Adhi-Daivika” provenientes del mundo extra-sensorial de espíritus, fantasmas, deidades, semidioses o ángeles, etc.
El Reino Interno o “Adhyaatmika” que surgen del propio cuerpo y mente, como el dolor, las enfermedades, la pereza, la falta de mentalidad, etc.
Estos se llaman “Tapa-Traya” o 3 clases de problemas; y cuando se recitan Los Mantras Śāntiḥ, se cree que los obstáculos de estos reinos están pacificados.
“Esto es gracias a ti mamá, si yo estoy aquí es por ti”, declaraba entonces Alfonso Cuarón cuando fue galardonado como Mejor Director por “Gravity” en Los Premios Oscar 2014; pues la madre del director le regaló su primera cámara Super8 con la que comenzó a filmar películas domésticas, pero además de su mamá, otra figura femenina impacto durante la niñez de Cuarón, ella fue Libo, su cuidadora, y a quien le dedica su nuevo trabajo…
“Y empecé a beber, y luego resoplando.
Yo estaba muriendo.
Pero luego descubrí las artes marciales.
Y todo quedó en foco.
Al igual que cuando me miras”
Roma es un drama mexicano del año 2018, escrito y dirigido por Alfonso Cuarón.
Protagonizado por Yalitza Aparicio, Marina de Tavira, Marco Graf, Diego Cortina Autrey, Carlos Peralta, Daniela Demesa, Nancy García García, Verónica García, Latin Lover, Enoc Leaño, Clementina Guadarrama, Andy Cortés, Fernando Grediaga, Jorge Antonio Guerrero, entre otros.
Roma es la 8ª película en la filmografía de Cuarón, y la 3ª que filma en México, a donde regresa tras 5 años después de conquistar al mundo con “Gravity”, para realizar su película más personal, pero también la más ambiciosa, que seguro marcará toda una época en el cine mexicano y mundial; tanto que el mismo Cuarón la ha denominado como “la película más esencial de su carrera”; y ha asegurado que es de los más cercanos a su corazón; y según ha explicado; había 3 puntos de partida para este proyecto:
Su niñera, la memoria y el blanco y negro; por lo que busca homenajear a las mujeres de su vida y, por ello, se centra en 2 personajes:
La matriarca de una familia de clase alta en el México de los 70, y su criada; los 2 pilares de su educación.
Pero la película está dedicada “para Libo”, que es la niñera/sirvienta de su familia en el que se basó el personaje central.
Liboria Rodríguez es una mujer de origen mixteco, que comenzó a trabajar con Los Cuarón cuando el director apenas tenía 9 meses de edad, y cuya historia de vida es la base para la película.
Rodríguez, que procede de la aldea de Tepelmeme en el estado de Oaxaca, se encargó desde entonces de la crianza de los niños, como muchas empleadas domésticas que han tenido un rol protagónico en el cuidado de los menores de muchas familias de América Latina; y según ha contado el director, a medida que fue creciendo, se fue dando cuenta de que Libo era también una persona con necesidades, conflictos y vida interior, y no solo alguien que le lavaba la ropa o le preparaba la comida.
De ahí que se inspirara en ella y en su papel en la familia para escribir el guión, cuyas escenas solo conocían los actores el mismo día de la filmación; y parte del diálogo está en un lenguaje conocido como “mixteco” y español.
“Como director, te tienes que acercar sin juicio a los personajes, entender sus motivaciones.
En este caso, ha sido más difícil, al ser una historia personal”, dijo Cuarón.
Pero su estreno fue algo conflictivo, pues en 2017, El Festival Internacional de Cine de Cannes, decidió no permitir que las películas realizadas exclusivamente para NETFLIX u otros servicios de transmisión, participen en el Festival, afirmando que “Cannes desea preservar la forma tradicional de ver y hacer películas”
Muchos cineastas protestaron contra esta idea, y en 2018, NETFLIX comenzó un movimiento para boicotear El Festival.
Uno de los cineastas que apoyaron esta idea, fue Alfonso Cuarón; y durante la producción de esta película, declaró en varias ocasiones, que Festivales y Academias deberían apreciar las películas realizadas para este tipo de servicios.
Por tanto, Roma no se presentó en Cannes, pero más tarde, Cuarón y NETFLIX aceptaron a regañadientes mostrar la película en los cines, para que pueda competir en Festivales; sin embargo, Roma es la presentación oficial de México para la categoría “Mejor Película en Lengua Extranjera” de los 91° Premios de La Academia en 2019.
Roma está ambientada a principios de la década de 1970, cuando existieron acontecimientos políticos, sociales y económicos que tocaron y cambiaron formas de vida, tanto a la gente humilde como a las jerarquías sociales mexicanas, y a las familias burguesas.
La Colonia Roma, que da título al filme, está ubicada cerca del centro de La Ciudad de México, donde vive una familia de la alta burguesía formada por la señora Sofía (Marina de Tavira), su marido médico, el señor Antonio (Fernando Grediaga) y sus 4 hijos:
Toño (Diego Cortina Autrey), Paco (Carlos Peralta), Pepe (Marco Graf) y Sofi (Daniela Demesa)
Y en un segundo plano está Cleodalgia “Cleo” Gutiérrez (Yalitza Aparicio), una joven criada indígena, que junto con Adela (Nancy García) son las principales responsables del cuidado de los 4 niños de la casa; en especial Cleo, que es la primera en levantarse por las mañanas para despertarlos para ir a la escuela, y la última en irse a la cama después de limpiarlo todo, mientras sus patrones desgastan su relación con discusiones a puerta cerrada...
Pero la armónica vida de Cleo se verá trastocada por acontecimientos privados y públicos…
De esa manera, Cuarón centra la narrativa en “la nana”, un personaje que forma parte de la familia, y que fue de capital importancia en esos años decisivos, y a la cual dedica la película.
La historia de ella es indisociable de la historia de esa familia cuarteada tras la desaparición del padre en busca de una nueva vida… y parece que no suceda gran cosa a lo largo del metraje, pero ocurren cosas terribles y otras más dulces, más propias de la inocencia; y por ello los personajes son auténticos, de carne y hueso, con todas las situaciones vividas creíbles
Así, el guión contiene elementos biográficos del director, y buena parte de lo que vemos, proviene de sus recuerdos de infancia en el México de principios de los 70:
La calle donde creció Cuarón, el cine al que acudía, e incluso una hacienda que visitó junto a su familia a las afueras de la capital; cuya acción principal tiene lugar en La Colonia Roma de La Ciudad de México; un distrito ubicado en el distrito Cuauhtémoc, justo al oeste del centro histórico de la ciudad; y cuya denominación se usa para designar lo que en realidad comprende 2 grandes Colonias:
La Roma Norte, que abarca el trazo del fraccionamiento inicial; y La Roma Sur, creada posteriormente.
Pero La Colonia Roma como tal, fue durante la primera década del siglo XX, asentamiento de la clase alta de la ciudad, edificando suntuosas mansiones y palacetes, parte de los cuales fueron demolidos cuando La Colonia perdió importancia, y cedió su lugar a otros fraccionamientos que en su momento, como originalmente lo hizo la propia Colonia, cumplían con las demandas de modernidad que exigían sus nuevos moradores.
Y aquí, Cuarón dirigió, escribió, fotografió junto a Galo Olivares, y coprodujo esta carta de amor a las mujeres que lo criaron; se inspira en su propia infancia para pintar un retrato realista y emotivo de los conflictos domésticos, y las jerarquías sociales durante la agitación política de la década de los 70.
En definitiva, la película parece sencilla, y por ello difícil y contemplativa; y a veces parece como un drama novelístico, densamente realizado, íntimo, que nos da acceso a vidas domésticas que se desarrollan en lo que se siente como “tiempo real”; que en su forma episódica y atractiva, también es a veces como una telenovela; y en otras ocasiones se siente como una resonante epopeya; pero toca temas muy actuales, en un marco de hace 40 años, que dice:
¡No hemos cambiado nada!
“Estamos solas.
No importa lo que te digan, las mujeres siempre estamos solas”
Alfonso Cuarón, inicialmente iba a hacer una historia de “Adán y Eva darwiniana”, que fue un drama familiar ambientado hace 50.000 o 100.000 años, antes de La Roma Imperial, sin embargo, cuando Thierry Fremaux, El Director del Festival Internacional de Cine de Cannes, escuchó el discurso, le dijo que hiciera algo más personal como “Y Tu Mama También” (2001), y Cuarón se desvió...
La declaración de Alfonso Cuarón fue:
“Hay períodos en la historia que socavan las sociedades, y momentos en la vida que nos transforman como individuos.
El tiempo y el espacio nos limitan, pero también definen quiénes somos, creando vínculos inexplicables con otros que fluyen con nosotros en el mismo tiempo y en los mismos lugares.
Roma, es un intento de capturar la memoria de los eventos que experimenté hace casi 50 años.
Es una exploración de la jerarquía social de México, donde la clase y la etnicidad se han entrelazado perversamente hasta esta fecha y más arriba, todo es un retrato íntimo de las mujeres que me criaron, en un reconocimiento del amor como un misterio que trasciende el espacio, la memoria y el tiempo”
Y según él, el 90% de las escenas representadas en la película, son escenas sacadas de su memoria; una película de la que lleva hablando hacer desde 2006; siendo la primera vez que el director recibe un crédito oficial como “Director de Fotografía” en uno de sus propios proyectos.
Y es que Cuarón originalmente pretendía que la película fuera filmada por Emmanuel “Chivo” Lubezki; peor debido a razones logísticas, Chivo no pudo hacerlo después de haber hecho algunos preparativos…
Además, Cuarón no quería contratar un director en idioma inglés, y tuvo que traducir su propia experiencia, por lo que terminó como Director de Fotografía.
¡Tremendo debut!
Porque Cuarón tiene estilo, pero ese estilo es inclasificable o, si se prefiere, dúctil y camaleónico; y solo de esta forma puede pasar de la gran producción estadounidense, a una introspección tan personal, tan documental, aunque la película no lo sea en el sentido estricto del término, sí está filmada con una elegancia que en ningún momento es estetizante, como en las escenas en la playa, por ejemplo; y con un blanco y negro que podría rivalizar con cualquiera; que afortunadamente, parece que ya no asusta en términos comerciales.
Y esta carta de amor a un barrio, a una forma de vida, a las mujeres que le criaron cuando era un niño, en los años 70, no está exenta de cuestionamientos.
No es una revisión edénica de la propia infancia... es una crónica urbana, en la que Cuarón se sitúa en primera persona, porque es su voz, a través de sus recuerdos de niñez, los que dirigen el destino del relato.
Hay pues algo de terapia en sus imágenes luminosas, tanto que Cuarón ha declarado que la memoria siempre está en proceso de transformación, y que con este filme ha intentado tapar algunas grietas emocionales que siguen existiendo desde aquellos años; por lo que es también la película de alguien que vuelve constantemente a su lugar de nacimiento.
Como el cine fija el tiempo; y en el caso de Roma, fija el recuerdo y la pertenencia.
Los eventos de la película, tienen lugar en 1970 y 1971, principalmente en el barrio de Colonia Roma de La Ciudad de México:
Cleo, llamado así por el carácter Cléo del filme de Agnès Varda, “Cléo de 5 à 7” (1962 ); es una niñera en la casa de Sofía.
La familia está compuesta por su esposo Antonio, sus 4 hijos pequeños, la madre de Sofía, Teresa (Verónica García), y otra doncella, Adela (Nancy García García)
Todo cambia cuando Antonio, que es un médico, “sale a una conferencia en Quebec...” y es que se hace evidente que el matrimonio de Sofía y Antonio es tenso…
Entre las escenas de la vida de Cleo con la familia, vemos su limpieza, el cocinar, llevar a los niños a la escuela, servirles las comidas, acostarlos y despertarlos; y en su tiempo libre, Cleo y Adela salen con sus novios, Fermín (Jorge Antonio Guerrero) y Ramón (José Manuel Guerrero Mendoza), al teatro.
En la entrada, Cleo y Fermín deciden alquilar una habitación, en lugar de ver la película.
Las intenciones son claras:
Vemos a Fermín, mientras está desnudo, donde muestra su habilidad en las artes marciales usando la barra de la cortina de la ducha como un palo.
En otra cita, ambas parejas se reúnen en un cine, donde Cleo le dice a Fermín que cree que está embarazada…
Cuando la película que están viendo, está a punto de terminar, Fermín dice que irá al baño, y que volverá, pero luego no regresa, y no se encuentra en ningún lugar cuando Cleo sale.
Posteriormente, ella revela la misma preocupación a Sofía, quien la lleva a que la revisen en el hospital donde trabaja Antonio; y el médico allí confirma su embarazo.
Sofía lleva a Cleo, Adela y sus hijos, a la hacienda de un amigo de la familia para El Año Nuevo; donde tanto los terratenientes como los trabajadores, mencionan las recientes tensiones sobre la tierra en el área; y durante las celebraciones, un incendio estalla en el bosque.
Todos ayudan a apagar el fuego, mientras un hombre cuenta los segundos restantes de 1970, antes de cantar en primer plano…
De vuelta en la ciudad, Cleo acompaña a los niños y su abuela a otra sala de cine mientras se ve a Antonio corriendo en la otra dirección con una mujer joven…
Sofía trata de ocultar la salida de Antonio de los niños, pero su hijo mayor se entera de esto a través de una conversación telefónica; y ella le pide que no le diga a sus hermanos menores, que creen que su padre todavía está fuera por negocios en Canadá.
Llega la segunda parte del filme, cuando a través del novio de Adela, Cleo encuentra a Fermín en una clase de entrenamiento de artes marciales al aire libre, pero se niega a reconocer que el bebé es suyo, y la amenaza con no volver a buscarlo.
Así las cosas, Teresa lleva a Cleo a comprar una cuna para su bebé, mientras los estudiantes protestan en las calles; y a medida que navegan en la tienda de muebles, las protestas a continuación se vuelven violentas, asesinas, entre los manifestantes y la policía, donde las bandas de jóvenes itinerantes, que suponen ser el grupo paramilitar “Los Halcones”, disparan al azar a los manifestantes.
Cuando un hombre herido y una mujer entran corriendo a la tienda tratando de esconderse, varios jóvenes encuentran al hombre, y lo matan de un disparo en presencia de los clientes de la tienda.
Otro hombre armado que apunta con un arma a Cleo, resulta ser Fermín, que mira fijamente por un momento, antes de escapar con los otros.
En ese momento, a Cleo se le rompe la fuente... y junto a Teresa y su chofer, intentan llegar al hospital rápidamente, pero se ven impedidos por la violencia en las calles y el tráfico de automóviles.
Cleo es llevada a la sala de parto; mientras Antonio llega para tranquilizarla, pero hace una excusa para evitar quedarse con ella...
En el parto, los médicos no escuchan los latidos del corazón en el útero de Cleo, y la llevan a la cirugía, donde da a luz a un bebé que nació muerta…
Múltiples intentos de resucitarla, fallan; y los médicos le dan el cuerpo a Cleo por unos momentos antes de retirarlo.
Después de un intento de embriaguez, difícil de estacionar el Ford Galaxie familiar en el área del garaje, Sofía compra un automóvil más estrecho, pero planea un viaje final en el Galaxie para unas vacaciones familiares en las playas de Tuxpan, llevando a Cleo para ayudarla a sobrellevar su pérdida.
Y Sofía les dice a los niños durante la cena, que ella y su padre están separados, y que el viaje es para que su padre pueda recoger sus pertenencias de la casa.
En la playa, los 2 niños más pequeños están casi arrastrados por la fuerte corriente, hasta que Cleo se mete en el océano para evitar que se ahoguen, aunque ella misma no sepa nadar...
En ese momento es cuando Sofía y los niños afirman su amor por Cleo, por una devoción tan desinteresada, que ella se deshace de la culpa intensa, revelando que no había querido a su bebé... y regresan a su casa, con sin las estanterías y libreros, y varios dormitorios reasignados.
Cleo prepara una carga de lavado, y le dice a Adela que tiene mucho que contarle, mientras un avión vuela por encima… de esa manera, casi circular, termina el filme, de vista al cielo de México.
Roma es la historia de la clase media urbana mexicana; por la que Cuarón asombra y conmueve con su cámara y con su vida, con su bellísima fotografía en blanco y negro, y sus coreografías domésticas; íntimas y universales; donde Cleo y todos sus satélites se mueven entre hermosas panorámicas laterales, y planos para el recuerdo, ofreciendo una auténtica lección de lenguaje cinematográfico.
Y aunque autobiográfica y profundamente personal, Roma nunca pierde su perspectiva histórica, ni un cierto carácter universal.
Ante Roma, a cualquiera le puede arañar la nostalgia por su propio paraíso perdido; porque es el relato realista de una clase social privilegiada que tiene una enorme deuda de desigualdad social, racial y de género con el campesino e indígena; es un retrato de una efervescencia política que dio inicio en la década de los 60 y 70, y que aún no cesa; y también es un viaje “proustiano”, una vuelta al origen.
Primeramente decir que en 1970 y 1971, los años que Cuarón recrea en Roma, La Colonia era un laboratorio de convivencia real, no idealizada, con sus colegios de excelencia; sus cabarets y prostíbulos; y recorrer de nuevo esas calles, es habitar varios tiempos históricos, no solo por su arquitectura, sino por su gente:
La Juanita del puesto de periódicos, la señora de la miscelánea o la farmacia, la de la fonda o el cine Gloria.
No es casual que en esa Colonia hayan vivido tantos escritores y artistas, mexicanos y extranjeros; y en un extremo de Roma, en el viejo pueblo de “La Romita”, Luis Buñuel filmó varias secuencias de “Los Olvidados” (1950); donde la madre encarna esa palabra mágica de mil usos que, como escribió Octavio Paz, “está en el centro del habla mexicana”, y es “la chingada”
Ella es la víctima inerme del macho atrabiliario, la hollada, le hendida, la vencida, la vejada, la abandonada, la desamparada… y en Roma, “la chingada” se desdobla:
Es la señora de la casa y la trabajadora del hogar.
Ambas sueñan, pero sus sueños son distintos:
Sofía, la madre de la familia, sueña en su alcoba con la armonía conyugal y familiar; mientras Cleo, en la azotea de la casa, entre la ropa tendida y el paisaje limpio de la ciudad, sueña con el amor de su novio.
Los sueños se trastocan en pesadilla; y a ambas mujeres las chingan sus hombres, violentos y pretenciosos, cada uno a su manera.
Pero ellas no sucumben; y en cierta forma, su hazaña de supervivencia las convierte de chingadas en “chingonas”, no porque vejen a nadie, sino porque unidas se salvan.
La escena emblemática de la película, es el abrazo de los 4 hijos y Sofía con Cleo, entre las olas encrespadas del Golfo de México; y más que un abrazo, es un árbol de brazos, un árbol sacramental; es el árbol de la familia mexicana, donde los niños crecerán en el México políticamente convulso de los 70, que se insinúa en la película, con las protestas estudiantiles ante el sistema político del Partido Revolucionario Institucional (PRI), corrupto y anquilosado con Carlos Hank González como líder; pero tendrán el amparo de las mujeres providentes.
¿Saldrá adelante Cleo; formará su propia familia?
Una cosa está clara:
¡Nadie la chingará más!
De entrada decir que Alfonso Cuarón aquí no ha inventado nada, sino que ha utilizado todos los medios posibles para que el filme sea entendido a través de los sentidos, y no es casual el uso de la narradora “en off”, que relata literalmente el guión de la acción.
Esa novedad puede llegar a causar extrañeza o rechazo para algunos; pero lo interesante de su uso, es que se puede “observar” a través del oído, sin verlo, estimulando el sentido de la imaginación; al tiempo que “se puede oler” y “sentir” el filme, porque las imágenes mostradas están hechas para que el celebro crea esa sensación.
Y no lo tomen a mal, esa es una gran proeza técnica; y para el cinéfilo avezado, verá que el alcance del “Neorrealismo Italiano” en el desarrollo del drama, como “Amarcord” (1973) de Federico Fellini, y de Stanley Kubrick en lo técnico, como los movimientos mecánicos/robóticos de la cámara, los “travellings”, y algunas coincidencias asombrosas en la elaboración de las escenas, donde hay muchos guiños a la filmografía de Kubrick, están ahí… pero el filme es empático con la mujer trabajadora de escasos recursos, que es manipulada por el hombre, además de la experiencia personal del realizador y del “mexicanismo”, hace de Roma un filme especial; donde la fotografía es lo más destacado, y la actuación del personaje de Cleo, elevan la propuesta que “no cuenta nada”, como un retrato muy íntimo y personal, a un filme de denuncia en lo social y económico, tanto en México como en cualquier parte del mundo.
Al tiempo que Roma posee muchos simbolismos de asuntos que no son tratados de frente, como el automóvil:
Para Alfonso Cuarón, en la escena en la que el padre entra en la casa con su auto en una maniobra cuidadosa, como ser muy preciso y tener tanto cuidado y detalle, era un símbolo en sí mismo.
El coche es el símbolo de “una corona”, y la precisión en el rodaje de esta entrada, anuncia que “El Rey ha llegado”, por lo que el coche también se convierte en un símbolo de la presencia del hombre.
Del mismo modo, la razón por la que la madre, Sofía, choca el auto, no es necesariamente porque sea una mala conductora, sino porque significa ese auto…
Otros ejemplos son bastante explícitos, como los asuntos de la sexualidad, con el desnudo frontal masculino de Fermín, algo inusual para los pudorosos actores de Hollywood.
Y desde la primerísima escena de la película, Cuarón nos deja claro el capital papel de la composición del plano:
El reflejo del cielo se desdibuja en el agua de las baldosas recién fregadas de un patio.
La imagen se vuelve borrosa a medida que el agua fluye, y entonces, el reflejo de un avión cruza la pantalla.
Y no es el único avión que veremos en la película, pues se trata de un truco, tan simple como efectivo, para aumentar la profundidad del plano.
El mejor ejemplo de esta composición, sería el de la clase colectiva de artes marciales al aire libre:
En primer plano, Cleo y los espectadores; a distancia media, los jóvenes realizando la coreografía; y al fondo, en el cielo, de nuevo los aviones.
Pero eso no es todo, si los planos fijos son asombrosos, las secuencias en movimiento tampoco se quedan atrás, y cabe destacar unas cuantas, por ejemplo:
En el interior de la casa, a medida que Cleo realiza las tareas, la cámara en un punto fijo realiza un giro de 360º, lentamente, lo suficiente para ver a la sirvienta recoger la mesa, al tiempo que tras una puerta entreabierta vemos al matrimonio de la familia discutiendo.
Otra escena, la del incendio, ocurre en un “travelling” horizontal que va iluminando la imagen a medida que nos acercamos al fuego.
Aunque si de “travelling” horizontal se trata, quizás la que mejor transmite la tensión sea la de la ola del mar, poniéndonos el corazón en un puño en un movimiento de cámara en vaivén durante un par de minutos.
Por último, la que sin duda es la escena mejor construida, es la de la mueblería, que combina todo tipo de movimientos de cámara, casi en la misma toma:
Con 2 mujeres que buscan un mueble, la cámara las sigue con un movimiento de rotación en punto fijo; y en el momento en que el ruido se escucha, la cámara gira hacia la ventana, mostrándonos el exterior, lleno de extras, de refilón, sin necesidad de sumergirse en la turba.
La cámara sigue girando para captar la acción dentro de la tienda, y se para cuando una mano sujeta un objeto en plano fijo, para, segundos después, abrir este mismo plano, y sorprender al espectador con un giro de guión...
¡Fermín!
Y como se busca hacer un retrato hiperrealista, Cuarón se ahorra todo tipo de tretas de montaje para aligerar su película; porque lo que pretende es mostrarnos la percepción del tiempo, la cotidianeidad y la rutina de esta gente; y la cámara respira constantemente, siempre se centra en un personaje al que sigue, y lo esconde detrás de ventanas, puertas u objetos, generando así un constante lenguaje y dinamismo, gracias a la cantidad de re-encuadres que puede haber en un solo plano.
Los movimientos de la cámara son extremadamente delicados, nunca se olvida de la poesía, todo es sosegado y, de alguna forma, idealiza la situación llegando, por ejemplo, a encontrar belleza en el acto de recoger las heces de un perro.
Pero la calma no es eterna, y no todo va a ser felicidad en una familia.
En cierto punto, 2 acontecimientos perturbaran su bucólica vida, algo que le sirve al director para hablar de la historia del México de la época; y yendo de lo particular a lo general, entendemos mucho mejor “desde fuera”, los cambios que se dieron en el país latinoamericano; porque cada escena se filmó en un lugar donde ocurrieron los eventos descritos, o en series que eran réplicas exactas.
Por ejemplo, para la película, Alfonso Cuarón reunió literalmente el 70% del mobiliario en su hogar de diferentes miembros de la familia repartidos por todo México; él mismo fue la única persona en el set que conoció el guión completo, y la dirección de la película; pues cada día, antes de filmar, el director le entregaba las líneas a su elenco, intentando provocar una emoción real y el “shock” en sus actores; donde cada actor también recibiría instrucciones y explicaciones contradictorias, lo que significaba que había un caos en el escenario todos los días.
Para Cuarón:
“Así es exactamente la vida:
Es caótico, y realmente no puedes planificar cómo reaccionarás ante una situación dada”
Según él, el significado de abrir la película con un avión que vuela por el cielo, reflejado en un charco de agua, era utilizar los aviones como un símbolo de una situación transitoria, y afirmar que hay un universo más amplio que la vida que tienen estos personajes.
Y es que Roma se encuentra cerca de uno de los corredores aéreos por el que pasan los cientos de aviones que cruzan cada día los cielos de La Ciudad de México, para aterrizar en su aeropuerto internacional, por lo que son una de las vistas obligadas del cielo del barrio... y de casi toda la ciudad.
De ahí que los aviones sean una presencia en la película, no solo con su paso abre y cierra la cinta, sino que son como un “leitmotiv” a lo largo de la trama; y porque hay también un hecho autobiográfico:
Cuarón soñaba con ser piloto cuando era pequeño, de hecho, el actor que interpreta al director cuando niño, se lo cuenta a su nana; y estaba fascinado con los aviones; y además, tienen una connotación simbólica.
Por otra parte, la dirección de actores es todo un prodigio, no hay nadie por encima de nadie, y las 2 protagonistas son 2 enormes actrices que, aunque lleven el peso de la película, nunca sobresalen sobre el resto.
Esto es fruto del meticuloso equilibrio con el que Alfonso Cuarón articula su película, pero el filme es de exclusivo lucimiento para su actriz principal:
La enorme Yalitza Aparicio, que ha hecho aquí un trabajo digno de la mejor actriz de Hollywood, solo hay que ver sus gestos, tan naturales, que dice mucho con la mirada, y la cámara la adora, logrando sacarle uno de los momentos mexicanos/latinoamericanos más bellos vistos jamás, haciendo que el personaje sea tremendamente empático, y que el espectador la defienda “a capa y espada”
No hay un pasaje triste apoyado en violines, sino que todo llega en crudo, como la vida misma, si se quiere, de modo tal que empatizar con la protagonista, es no solo inevitable, sino en extremo sencillo.
La actriz debuta con esta película, y lo hace de una manera inolvidable, con un papel que le va a dar muchas alegrías; de hecho, Aparicio era maestra en Oaxaca, y no se dedicaba a la interpretación antes de esta cinta, ni siquiera conocía el trabajo de Cuarón, antes de embarcarse en esta aventura.
Su lengua es “mixteco”, un dialecto que puede escucharse en varios momentos en Roma, y ha dicho haberse interesado en la película con la finalidad de darle visibilidad a su lenguaje, identidad y cultura.
De los otros, los adultos de la familia simbolizan una sociedad oculta y podrida, solo ver los elementos del decorado de las casas; mientras que la gente del pueblo es manifiesta, al punto que llega a ser reivindicativa y violenta en todos los sentidos posibles, y curiosamente, la indígena o más humilde, es la más golpeada por las malas decisiones, en un mundo lleno de “cultura”, pero esa instrucción no es suficiente.
Se ha visto, también, como un crudo y emotivo relato sobre las realidades, las alegrías, tristezas y cotidianidades que se ocultan detrás de las puertas de la vida doméstica, y un testimonio desgarrador y esperanzador a la vez, sobre la desigualdades sociales y raciales, no solo en México, sino en toda Latinoamérica.
Como curiosidad, la larga escena de parto en el hospital, fue filmada solo una vez.
Los médicos y las enfermeras eran reales, no actores, contratados para hacer que la escena se sintiera más auténtica.
En la escena en la que Cleo está en una tienda de muebles para comprar una cuna, y tiene un encuentro con su ex amante, Fermín, su camisa tiene una de las famosas caricaturas de “El amor es...” la cual es una elección de vestuario significativa y emocional en referencia a su relación, se lee “amor es... recordar tu primer beso”
No es casual que “Roma” es la palabra en español para amor “amor” deletreada al revés…
Como dato, la película en la escena del cine, es “La Grande Vadrouille” (1966); pero uno de los valores que la crítica más ha aclamado de la película, es su cuidadosa recreación de época, no solo por la selección de los decorados, vestuarios y programas de televisión, sino por la forma tangencial en la que presenta los contextos sociales del México de los 70.
Una de las escenas más llamativas, muestra una matanza de estudiantes conocida como “La Masacre del Jueves de Corpus” o “La Masacre de Corpus Christi” llamada “El Halconazo”, por la participación de un grupo paramilitar identificado con el nombre “Halcones”, que tuvo lugar el 10 de junio de 1971, y que es todavía una de las páginas oscuras de la historia de México.
Y sucede en la escena donde Cleo y Teresa van a la tienda de muebles, en un evento en que cerca de 120 personas fueron asesinadas
Los Halcones eran un grupo de choque paramilitar mexicano, dirigido por El Coronel Manuel Díaz Escobar, entonces Subdirector de Servicios Generales del Departamento del Distrito Federal, creado a finales de los años 60 para evitar otro movimiento popular grande, como lo fue El Movimiento Estudiantil en México de 1968, que buscaba un cambio democrático en el país, mayores libertades políticas y civiles, menor desigualdad, y la renuncia del Gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que consideraba autoritario.
Los integrantes de “Los Halcones”, eran identificados con apodos; y sus integrantes eran muy variados:
Los más jóvenes provenían de clubes deportivos, y otros más pandilleros que fueron liberados de las cárceles de la ciudad, con la promesa de tener un sueldo mayor si se unían al destacamento paramilitar; pero en general eran jóvenes de escasos recursos, gente resentida, sujetos que pudieran realizar acciones violentas, incurriendo en el asesinato sin remordimientos, ni cuestionamientos de ninguna especie.
Ese incidente, que ocurrió 3 años después de la más conocida “Masacre de Tlatelolco”, comenzó como una protesta estudiantil, y terminó como un baño de sangre, cuando el gobierno envió soldados mexicanos entrenados por La CIA para reprimirlos.
De acuerdo con las versiones de algunos sobrevivientes, en un inicio, los paramilitares utilizaron palos de kendo, como el que usa Fermín en sus entrenamientos, pero de ahí pasaron a las armas de fuego…
El hecho de que Fermín, “el novio de Cleo” practique el uso del kendo con otro grupo de hombres en un lugar apartado en El Estado de México, con propaganda del PRI, y se refiera a los entrenamientos, deja constancia de la realidad que se está hablando, de estos grupos paramilitares; pero el gobierno afirmó que los atacantes eran estudiantes, para desacreditar su movimiento.
Puede que sea muy pronto decir, también, que el filme tiene elementos que la hermanan con “The Help” (2011) evidentemente, inclusive con “The Shape Of Water” (2017), con el uso de los medios audiovisuales para el desarrollo de algunos momentos claves; así como también hay momentos simbólicos, como la quema del bosque o la escena de la playa… que recuerda a “Gravity” (2013) con la mujer luchadora contra un entorno hostil; o bien los mundos imaginarios como “El Cielo” en la planta superior de la casa donde habitan “los señores”, en contraste con el otro “Cielo” de las empleadas, o los diversos submundos, como el de la fiesta de la gente sencilla en La Quinta, o la misma Colonia Roma.
Y es que Roma es un filme lleno de contrastes y opuestos:
La escena en la playa, es la imagen de ese momento de catarsis para la protagonista, lágrimas de 2 clases sociales se unen rompiendo las barreras que podemos ver a lo largo de todo el metraje.
También hay escenas de una fuerza visual tremenda y sutil, como aquella en la que la familia es testigo de una boda:
La madre, ausente, lamentando la suya con el marido huido; y la criada, con el amargo recuerdo de su novio que la abandonó tras dejarla embarazada.
Otro ejemplo lo encontramos en la fiesta en una Quinta de unos conocidos:
Una imagen de un biberón entre botellas y vasos con bebidas alcohólicas, excesos con los hijos que las criadas cuidan, y por los que parecen tener una mayor preocupación que sus propios padres.
Con animales disecados, muertos… entre otros vivos…
Pero también tiene varios guiños al anterior trabajo de Cuarón:
La película que presenta a 2 astronautas, es muy similar a “Gravity” (2013)
En una de las escenas, los menores van con su nana a ver “Marooned” (1969), una de las películas favoritas de Cuarón cuando era niño, y una de las cintas que le inspiró cuando dirigió “Gravity”
La escena del parto, es algo similar a la escena del parto en “Children of Men” (2006), ya que ambas escenas generan suspenso sobre si el recién nacido sobrevivirá.
Y la escena en la que la madre les dice a sus hijos que su padre ha abandonado a la familia, se encuentra en un bar al aire libre junto a la playa, es casi idéntica a la que está cerca del final de “Y Tu Mamá También” (2001)
Sobre la inspiración de “Cléo de 5 à 7” (1962), esa película es conocida por su manejo de varios de los temas del existencialismo, incluidas las discusiones sobre la mortalidad, la idea de la desesperación, y llevar una vida significativa; y también tiene un fuerte punto de vista femenino, que pertenece al feminismo francés; y plantea preguntas sobre cómo se percibe a las mujeres, especialmente en la sociedad francesa.
El papel de los espejos en ese filme, prevalece para simbolizar la auto-obsesión, que Cléo encarna:
De 5 a 7 años, Cléo encarna los estereotipos a los que los hombres someten a las mujeres y su opresión; al tiempo que se queja a menudo de que nadie la toma en serio porque es una mujer, y que los hombres creen que está fingiendo su enfermedad por atención… parece que también está de acuerdo con estos estereotipos, como lo hicieron muchas mujeres en Francia, diciéndose esencialmente, que la belleza es todo, “siempre que yo sea bella, estoy viva”
Por lo que Cléo lucha por su existencia y el potencial de enfrentar su mortalidad.
Los inminentes resultados de su examen médico, y la mera posibilidad de que le puedan diagnosticar un cáncer, la deja abierta a una mente existencial en la que está consciente de su propia mortalidad.
Los créditos finales de Roma, en particular, terminan con un mantra en sánscrito de los Upaniṣads:
“Śāntiḥ Śāntiḥ Śāntiḥ” que es también la línea de cierre del poema “The Waste Land” (1922) de T.S. Eliot.
Otro Cleo, Cleo M. Kearns, experto en literatura moderna, analiza el final del poema como tal:
“Como mantra, Śāntiḥh transmite la paz inherente a su sonido interior; y como oración final, hace de lo que viene antes, una declaración tanto comunitaria como privada; y como “el final formal de un Upaniṣad”, revisa todo el poema de una declaración de malestar moderno a un discurso sagrado y profético”
“Children of Men” (2006) también incluyó este mantra en su diálogo, y sus créditos finales también terminaron con estas palabras que se muestran.
Pero ahí no acaba la relación con esta obra de Eliot, considerada uno de los poemas más importantes de la literatura inglesa del siglo XX; es toda la estructura del poema mismo reflejado en Roma en algún momento; que se divide en 5 secciones:
El Entierro de Los Muertos; Una Partida de Ajedrez; El Sermón del Fuego; Muerte por Agua; Y lo que dijo El Trueno.
Además de las muchas referencias y/o citas de alto nivel de poetas como:
Baudelaire, Shakespeare, Ovidio y Homero, así como de lo “libretti” de Wagner; en los créditos al final de Roma; además de los miembros de su familia, el director Alfonso Cuarón también agradece especialmente a sus compañeros cineastas mexicanos:
Gael García Bernal, Guillermo del Toro, Alejandro G. Iñárritu y Emmanuel Lubezki.
¿Y qué pasó con Guillermo Arriaga?
¿Todavía están peleados?
Como dato de producción, el 3 de noviembre de 2016, se reveló que alguien robó el equipo en el set durante el rodaje.
Según el estudio:
“2 mujeres fueron golpeadas, 5 miembros del equipo fueron hospitalizados, y se robaron teléfonos celulares, billeteras y joyas durante el ataque”
Según los informes:
“El equipo llegó para organizar el rodaje del día en que un grupo de trabajadores de la ciudad se acercó, e intentó cerrar la filmación.
El equipo declaró que tenían permiso para filmar, pero los trabajadores persistieron, y estalló una pelea entre ambos grupos”
Y en medio de la disruptiva discusión en torno a la legalización del aborto en México, en donde a algunas mujeres a favor, casi se les lapida porque aparentemente asemejan a Saturno devorando a su hijo en aquel famoso cuadro de Francisco de Goya de 1819; y otras en contra, en plena ilusión de su iluminación, como aquella imagen en “The Three Ages Of Woman” de gran Gustav Klimt de 1905, que en 2018 celebra centenario…
¿Quién toma en cuenta aquella confrontación emocional de la mujer, que sí se encuentra embarazada, que si quiere a su hijo, y que por algún motivo tiene que presenciar su cadáver después del parto?
El óbito o muerte fetal, “stillbirth”, es aquella complicación del embarazo que ocurre después de la semana 20ª de gestación, o con un peso del producto mayor a 500gr
Las causas se podrían dividir en:
Causas maternas, como enfermedades, consumo de sustancias tóxicas, etc.; causas fetales, como defectos congénitos, alteraciones cromosómicas, etc.; y placentarias, con un gran porcentaje de manera idiopática, obviamente, el tema es mucho más amplio que este bosquejo; lo cual implica un gran duelo para la madre, lo cual, en su mayoría, se podría prevenir con un adecuado seguimiento prenatal.
La ruptura prematura de membranas y el desencadenamiento de un parto pre-término, puede ser una de las causas como se ve en Roma.
Eso no se dice, pero es necesario aclararlo, que no fue un aborto, ni nada por el estilo de manera inducido, que pretende parecerlo.
Y como dato final, a partir de 2018, la verdadera “Cleo” sigue viva, Liboria sigue siendo parte de la familia de Alfonso Cuarón; o la familia de Alfonso Cuarón sigue siendo parte de la vida de Liboria.
¿Que se le puede achacar a Roma?
El director está, en apariencia, más interesado en demostrar sus habilidades puramente visuales, en vez de contar su historia de forma satisfactoria.
¿Y de qué le sirve cuando no tienen nada que decir?
El argumento de Roma puede pertenecer a una telenovela sin ningún problema, es bastante cliché; y sin embargo, eso no tiene por qué ser algo negativo.
La queja puede venir porque su historia es excesivamente plana, tanto que podría haber sido contada en 25 minutos, y no nos habríamos perdido nada.
Cuarón tiende a irse por las ramas en escenas irrelevantes, y alarga hasta el aburrimiento las otras con algún propósito de estilo.
Y es que alargar “innecesariamente” una escena, no la hace más profunda; la hace más soporífera; y muy pocos directores han llegado a dominar la táctica de controlar el tiempo para conseguir que una película de ritmo lento no canse en ningún segundo.
Y Cuarón no es uno de ellos, porque su única pretensión es demostrar lo bueno que es moviendo la cámara.
No aporta misterio ni atractivo al argumento mediante la imagen, ni engancha al espectador para que le interese lo que ocurre... porque Roma no arranca hasta que le queda apenas media hora para terminar, momento en el cual ya habrá perdido a varios espectadores; y es que el público es un mero espectador de los hechos, y no un partícipe de ellos, y se puede ver todo desde la fría distancia e indiferencia.
¿Sirve de algo al final, el personaje de Adela?
No mucho, tal vez porque ella es la encargada del servicio, y no tiene mayor contacto como la niñera…
Y sorprende la enorme acogida que ha tenido Roma, tratándose de una película que opta por una dramaturgia de muy baja intensidad, planos muy largos, surtida de simbolismos y significados codificados de forma muy sutil; porque se trata de una obra que rebusca en la memoria, y que desea transmitir la maravilla de sus hallazgos.
¿Aburrida o lenta?
Roma está producida para recordar al espectador ávido de acción, adrenalina y comics, que se ha abusado del género, y que ven al cine como entretenimiento “palomitero”, donde el cine debe ser arte personal e intimista.
Todo lo que rodea al filme parece perfecto, incluso la falta de una banda sonora no afecta en nada la calidad de los sonidos de la época, como estaciones de radio con artistas del momento, hasta el eco de los comerciantes, es inigualable; ni la idiosincrasia de aquel entonces, que no se aparta mucho del panorama actual.
Todo parece estar lleno de significados y pequeños símbolos que merecen un segundo vistazo.
Como la reflexión acerca del machismo, tanto que el personaje de Cleo, como el de la madre de la casa, son abandonadas por los hombres con quienes compartían importantes lazos, por motivos egoístas; pero ellas se adaptan, crecen como personas, y siguen avanzando.
En una escena en particular, El Profesor Zovek (Latin Lover), pide a los congregados que cierren los ojos para realizar un movimiento, y más tarde comprendemos que esos ojos cerrados es una metáfora social.
En lo natural, la metáfora del temblor que tanto ha golpeado a México en la historia, que en Cleo provoca el temor de lo que vendrá con su embarazo, y una profecía de su bebé… con la falta de oxígeno por las circunstancias, con esas películas de cine y TV en el espacio exterior, totalmente misterioso e inexplorado… con el mar, que un simple chapuzón puede acabar con la vida fácilmente, pero Cleo batalla ante el caos, la improvisación, y esa sensación de constante incertidumbre que preside la vida y destino de sus protagonistas presagiaban ya el devenir de un país que ha terminado por convertirse en un gigantesco campo de batalla, sembrado de cadáveres, pues cerca de 40 mil homicidios, y subiendo en este año que finaliza.
Hace tiempo que los dioses abandonaron a los pobladores de México; y la corrupción, la impunidad, la inseguridad, la desigualdad y todas aquellas lacras imaginables, son los nuevos Jinetes del Apocalipsis que asola al país.
Lo que pudo haber sido, El Imperio Azteca como Roma, la ciudadanía no entiende, cómo se ha llegado hasta allí; porque “todos los caminos llevaban a Roma”, pero todo el mundo olvida como cayó en decadencia la gran capital del Imperio; y la Cleopatra “Cleo” que la cautivó.
“Las montañas son viejas, pero todavía son verdes”
Octavio Paz, el gran poeta y Premio Nobel de Literatura, estudió los acentos, específicamente mexicanos, en su clásico libro “El Laberinto de La Soledad”, el abandono del padre cruel e irresponsable, el sufrimiento estoico de la esposa, el desamparo de los hijos… como hechos que van más allá de un desajuste social.
Y que remiten al trauma de La Conquista de México y el nacimiento mismo de México como país mestizo, hijo ilegítimo de Hernán Cortés y La Malinche.
Donde las reverberaciones históricas y míticas de ese hecho, han estado presentes a lo largo de los siglos, imprimiendo en la vida diaria, una violencia abierta o latente, pero nunca resuelta.
En Roma, sin embargo, ese conflicto se atempera, porque la familia no es nuclear:
Es un nosotros, en el que participan mujeres venidas de muy lejos, y de muy atrás, indígenas mexicanas que desde tiempos inmemoriales acompañan la vida de los otros, criollos de la ciudad, con una fidelidad que conmueve pero que también desgarra, porque es un vestigio de la vida colonial en las haciendas mexicanas; y aunque generaciones enteras vivieron una infancia como la que evoca Cuarón,, solo él la ha llevado al cine.
Por su parte, Liboria “Libo” Rodríguez, la mujer que crio a Cuarón, y le inspiró Roma, seguro estará complacida del reciente laudo de La Suprema Corte de Justicia de México, al otorgar con retraso de siglos, plenos derechos laborales a empleadas del servicio doméstico, como ella.
Y como la Sofía de Roma, el futuro de Cleo es salir adelante, y uno de sus hijos, muy probablemente se recreará feliz en el cine…
Medio siglo después, ese milagro que fue la presencia de aquella indígena que melló con puro amor los filos brutales del verbo más terrible de la vida mexicana, el verbo chingar, hizo que su hizo de crianza le rindiera justo homenaje.
“Estamos solas, Cleo”, le dice Sofía a Cleo en un momento dado, y eso es justamente lo que Cuarón quiere retratar:
Cómo, en ausencia de una presencia masculina, la vida sigue, y hay que salir adelante, rompiendo las apariencias de falsa felicidad, minimizando el impacto de ese vacío en la vida de los niños, y trabajando día tras día, por no romper el vínculo que los une.

“Śāntiḥ Śāntiḥ Śāntiḥ”



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