13 Ghosts

“13 Times The Thrills!
13 Times The Chills!
13 Times The Fun!”

El número 13 siempre nos ha intrigado porque es de los más polémicos que nos podemos encontrar; ya que se suele asociar de forma común con la mala suerte, por lo que es imposible pasarlo desapercibido.
A nivel simbólico, el número 13 está asociado al arcano de la muerte; y cuando hablamos de la muerte en el terreno esotérico o espiritual, nos referimos a ella como un cambio, no como un final.
Desde nuestra perspectiva limitada, tendemos a asociar la muerte como algo negativo, pero desde un punto de vista ilimitado, y en la búsqueda del sentido de la vida, la muerte es sólo un camino hacia un estado superior.
El número 13 está asociado a cambios, a imprevistos o situaciones que en un momento dado, pueden suponer “una muerte espiritual”, “la muerte simbólica” de algo que nos cuesta aceptar, pero que en la mayoría de los casos es un camino, una evolución hacia un estado de mayor comprensión o de crecimiento personal.
Pero es difícil desasociarlo a la mala suerte; pues se había considerado siniestro y malvado en la antigua civilización, y se considera normalmente como una superstición.
Como sabemos, el número 13 a lo largo de la historia ha estado rodeado de una carga negativa, de mal agüero; y existen numerosas leyendas o mitos como el “coven” un grupo de 12 brujas a las que asistía el diablo como 13°
El final del 13º Baktun del Calendario Maya, fue supersticiosamente temido como un presagio del fenómeno apocalíptico del Fin del Mundo de 2012.
En la historia occidental, se habla de los 13 asistentes a La Última Cena de Jesús, donde justamente Judas Iscariote, quien lo traicionó, no debería haber estado en ella, por lo que los asistentes debían haber sido 12, y las cosas habrían sido diferentes…
Asimismo, se cree que Jesús fue crucificado un viernes 13 de abril...
Ya en La Edad Media, se pensaba que los grupos de brujas o hechiceros estaban formados por 13 personas y que, las escaleras que llevaban al patíbulo donde las personas eran ahorcadas, tenían 13 escalones.
Existen muchos ejemplos más, que hacen del número 13, un indeseable en nuestra cultura.
En Estados Unidos, un 10% de las personas dice creer que el 13 es un número de mala suerte y, en el mismo país, un 80% de los edificios altos, se saltan el número 13.
No es poco común que, los apartamentos ubicados en el piso 13, sean más económicos.
Por otro lado, los aeropuertos y los hoteles, evitan el 13 en habitaciones o puertas de abordaje; y la fila 13 de los aviones, es la menos requerida.
Incluso existe una fobia al número 13, llamada “paraskevidekatriafobia”; y quienes la sufren, no sólo evitan hacer cosas importantes el día 13 de cada mes, como casarse o viajar, sino que tampoco salen de su casa...
“A ghost for each member of your family!
Pick your favorite spook!”
13 Ghosts es una película de terror, del año 1960, dirigida por William Castle.
Protagonizado por Charles Herbert, Jo Morrow, Martin Milner, Rosemary DeCamp, Donald Woods, Margaret Hamilton, John Van Dreelen, entre otros.
El guión es de Robb White; que a fines de la década de 1950 y principios de la década de 1960, se unió al director de cine de terror, William Castle, más conocido por implementar trucos de efecto para los espectadores mientras ven algunas de sus películas.
Así, White y Castle produjeron 5 películas:
“Macabre”, “13 Ghosts”, “Homicidal”, “The Tingler” y “House on Haunted Hill”, las 2 últimas con Vincent Price.
Por su parte, William Castle fue un productor y director de cine, cuya inclinación por los trucos publicitarios o “gimmicks” nació por necesidad:
Para él era la forma perfecta de atrapar a un buen número de espectadores dispuestos a ver sus cintas de bajo presupuesto; sin embargo, a medida que su reputación comenzaba a crecer, gracias a sus ingeniosos trucos, estos también significaron que los espectadores y la crítica, no pudiera considerarlo como un cineasta serio.
Lamentablemente, su deseo por establecer su marca como director en la industria cinematográfica, se vio opacado por su ingenio comercial.
Fue entonces que Castle se vio obligado a obtener la mayor cantidad de ganancias posibles como “El Rey de Los Trucos”
Pero en el fondo, Castle sería un director relativamente mediocre, cuya filmografía presenta un par de cintas que resultan sumamente entretenidas pese a todo.
Y es que él aprendió el oficio de hacer cine, y se convirtió en director, adquiriendo una reputación por la capacidad de producir películas de serie B competentes, de manera rápida y dentro del presupuesto.
Finalmente, se puso en marcha por su cuenta, produciendo y dirigiendo “thrillers”, que a pesar de sus bajos presupuestos, fueron promovidos efectivamente con trucos, una marca comercial por la que es más conocido.
En esta ocasión, el truco es llamado “Illusion-O”, que con la ayuda de una gafas especiales, había oportunidad de que el más valiente viera los 13 fantasmas del título, o no, dependiendo de la posición de los anteojos en los momentos requeridos.
Este truco, aunado al buen ritmo, es una película divertida, de terror “light” sin pretensiones, que no hace otra cosa que entretener durante sus 80 minutos de metraje.
Como dato, el exterior de “La Casa Embrujada”, es en realidad “La Casa Misteriosa de Winchester” ubicada en San José, California; cuya leyenda popular sostiene que está maldita, y según fuentes, en una ocasión la visitó una médium, que le dijo que “la casa estaba maldita por todos aquellos que murieron por las armas Winchester”
Asimismo dijo que, “para que los espíritus la dejaran en paz, debía construir una casa sin jamás terminarla, así los espíritus no podrían hallar una morada donde vivir”
Y se dice que había pasillos secretos desde los que Sarah Winchester vigilaba las interminables obras de la casa… inclusive, la casa tiene escaleras, pasillos y ventanas que no dan a ninguna parte…
Hoy, algunos de sus visitantes, reportan haber tenido experiencias paranormales durante su recorrido.
La película 13 Ghosts, fue estrenada en un doble cartel en 1960, con los filmes:
“The Electronic Monster” (1958) o “Battle in Outer Space” (1959) en la mayoría de las áreas.
La historia inicia cuando el tío ocultista, Dr. Plato Zorba (Roy Jenson), deja en herencia una gran casa destartalada a su sobrino Cyrus (Donald Woods) y su empobrecida familia:
Su esposa Hilda (Rosemary DeCamp) su hija Medea (Jo Morrow) y su hijo Buck (Charles Herbert)
Pero ellos están horrorizados al saber que la casa está embrujada…
Ahora, su nueva residencia amueblada, viene completa con una espeluznante ama de llaves:
Elaine (Margaret Hamilton), más una fortuna en un tesoro enterrado, y 12 fantasmas horrorosos.
Y la familia pronto descubre que estos espíritus incluyen a:
Un hombre sin cabeza, un león adulto, una señora que se lamenta, y un esqueleto en llamas, quienes están cautivos en la inquietante casa, y deben encontrar un 13° fantasma desafortunado para liberarlos.
Entre lo que dejó en herencia El Dr. Zorba, está un sistema de anteojos especiales, que son la única manera de ver a los fantasmas.
Sin embargo, hay alguien que también está buscando el dinero, y está dispuesto a matar:
El abogado Benjamin Rush (Martin Milner)
Así, con las gafas especiales, tanto los habitantes de la casa como los espectadores, podremos ver a los fantasmas que esconde la casa.
Cabe señalar que 13 Ghosts no es una película de terror al uso, sino que se sirve del terror para montar una película de misterio, con una dirección sólida, música agradable, y efectos especiales son divertidos, relativamente simples, pero novedosos para la época; y por ello el filme sorprende por la originalidad para desarrollar el despliegue sobrenatural mediante logrados trucajes y efectos especiales que habrán dado que hablar por entonces; pero visto hoy día, se le nota mucho el paso del tiempo, y ello lamentablemente para un filme clásico, no es buena señal.
Además, tiene un carácter bastante “naif” donde hay mucha ingenuidad en el guión, y ello no favorece para generar zozobras.
A los fanáticos del terror, nos terminará por satisfacer a pesar de sus limitaciones, porque tiene como puntos positivos, sus sugerentes locaciones dentro de esa casa embrujada, los logrados efectos de trucaje que verdaderamente ponen en evidencia la imaginación y la ocurrencia del departamento técnico para sacar adelante toda la fenomenología paranormal, con los recursos tecnológicos de la época, y porque mínimamente está bien interpretada para lo que exigen los personajes dentro de un guión simple y sin sorpresas.
Ahora bien, a quienes no les importe tenerle respeto por su año de realización, y estén acostumbrados al frenético ritmo y al aire más corrosivo de las cintas de terror actual, 13 Ghosts le parecerá de una ingenuidad calamitosa.
Por ello, para ese tipo de público está contraindicada.
También lo está para los que le dan mucha relevancia a la historia, ya que aquí no hay grandes elaboraciones desde el entramado narrativo, sino que es una muy discreta y austera producción de terror sobre fantasmas; pero que en su momento fue toda una revolución para el cine de los años 60; siendo el primer paso hacia el cine 3D que hoy conocemos.
13 Ghosts tuvo un “remake” en CGI muy sangriento con el título de “THIR13EN Ghosts”, dirigida por Steve Beck, y producida por la hija de William Castle:
Terry Ann Castle, y en esta ocasión, la trama está enfocada de una forma sutilmente diferente; donde el cambio más importante en el principio de la historia, es que en la original empiezan recibiendo el telegrama; y en el “remake” vemos cómo muere el tío, y luego reciben el telegrama…
Pero hay bastantes más cambios, aunque esencialmente siguen la misma base argumental.
“You'll believe in ghosts too when you see them thru the Ghost Viewer.
Turns 'em on, turns 'em off when they turn on you”
Desde que el cine de terror se convirtiese en objeto de admiración y arrastrase con él a legiones de seguidores hasta las salas de cine, fueron varios los realizadores que se convirtieron en leyendas del género.
Nombres como:
James Whale, Tod Browning, Jacques Tourneur, Herschell Gordon Lewis o Terence Fisher, acabaron siendo auténticas leyendas para varias generaciones, hasta que a mediados de los años 50, irrumpió una figura que haría historia:
William Castle.
Peor no fue hasta 1958, cuando Castle irrumpió en el cine de terror gracias a “Macabre”, una película con la que se empezó a consagrarse como cineasta de género, y con el que se hizo famoso gracias a los “gimmicks” utilizados para promocionar sus películas.
Así, compensando los pequeños presupuestos con los que contaba, con una gran dosis de imaginación, Castle desempeñó toda una serie de campañas promocionales, que hicieron que sus películas acabasen siendo eventos a los que nadie podía faltar, y en los que el público se sorprendía con las nuevas formas de interacción, que el director tenía para con sus espectadores.
A medida que fueron pasando los años, y con “House on Haunted Hill” como uno de sus grandes hitos cinematográficos, la fórmula del “gimmick” acabó por desgastarse, pero ello no impidió que Castle continuase explotando historias tenebrosas, con giros y finales sorprendentes, y tramas enloquecidas.
Cabe señalar que entre sus admiradores se encuentra el cineasta John Waters, quien escribió:
“William Castle era mi ídolo.
Sus películas me hicieron querer hacer películas...
William Castle era Dios”
Y ahora, Castle también es el cineasta favorito de Robert Zemeckis; que de hecho fue uno de los fundadores de la productora Dark Castle Entertainment, cuyo objetivo era rehacer las películas de Castle, y que ha tenido algunas adaptaciones de Stephen King.
Pero entre los filmes de terror clásicos, 13 Ghosts es un notable film sobre casas encantadas; con la diferencia que gracias a los efectos especiales, el director consiguió entretener de sobra al espectador, con esos fantasmas que emanaban terror algunos, y toques de comedia otros.
Todo ello dentro de una trama de conspiración, en busca de un dinero perdido.
Así se enmarca 13 Ghosts en ese grupo de películas en donde se inventa una tecnología, y luego ese descubrimiento se aplica al entretenimiento, por lo que la historia es un mero justificante para mostrar estos “13 fantasmas” que hay que reconocer, son lo menos logrado de la película.
Desde los créditos iniciales, empiezan los gritos, y luego van saliendo imágenes de los 13 fantasmas, aunque se ven tan difuminados que cuesta un poco distinguirlos.
Luego usan el efecto “corriente de viento oportuna” al igual que el de “cosas que flotan y se mueven solas” para darle un toque fantasmal.
La trama inicia cuando el tío ocultista, Dr. Plato Zorba, deja en herencia una enorme casa destartalada a su sobrino Cyrus, y su empobrecida familia; y se sorprenden al descubrir que la casa está embrujada.
Su nueva residencia amueblada, viene completa con una ama de llaves espeluznante, Elaine, más una fortuna en un tesoro enterrado, y 12 fantasmas horripilantes.
La familia pronto descubre que estos espíritus incluyen a una mujer que se lamenta, manos sin cuerpos, una cabeza flotante, un esqueleto ardiente , un chef italiano que asesina a su esposa y su amante en la cocina, una mujer colgante, un verdugo que sostiene una cabeza cortada, un adulto león con su domador sin cabeza, una cabeza flotante, supuestamente perteneciente al domador; así como la del propio Plato Zorba.
Todos ellos están mantenidos cautivos en la misteriosa casa en busca de un desafortunado 13° fantasma para liberarlos.
Al tiempo que El Dr. Zorba deja un juego de gafas especiales, como la única forma de ver a los fantasmas.
Sin embargo, hay alguien en la casa que también está buscando la fortuna oculta en dinero, y está dispuesto a matar por ello.
El villano resulta ser el abogado, Benjamin Rush; que intenta matar al hijo de Cyrus, Buck, utilizando “el dosel de la cama caída” que Rush había usado para matar al Dr. Zorba, cuyo fantasma lo atrapa en el acto, conduciendo al aterrorizad Rush a su muerte, en la cama, justo cuando Buck se escapa.
De esa manera, Rush se convierte en el fantasma 13°, y los fantasmas desaparecen.
A la mañana siguiente, Cyrus y su familia cuentan el dinero descubierto, mientras que Buck mantiene la máscara que usó Benjamin Rush para asustar a la hermana mayor de Buck, Medea, y decidieron quedarse tanto con la casa como con una fortuna en efectivo.
Al final de la película, las gafas especiales estallan por una fuerza desconocida, atestiguadas por Elaine, quien toma una escoba, y se permite una pequeña sonrisa enigmática...
El director William Castle, volvió aquí a demostrar que era uno de los productores más astutos del cine de la época; y esta película marca un punto de partida hacia una “nueva dimensión” en el cine.
Y al igual que con varias de sus producciones más famosas, Castle usó un truco para promocionar la película 13 Ghosts en que los miembros de la audiencia tenían una opción:
Los “valientes” podían ver la película y ver los fantasmas; mientras que los temerosos entre ellos, podían optar por el horror, y mirar sin el estrés de tener que ver a los fantasmas…
Esa elección vino a través de un visor especial, supuestamente “dejado por El Dr. Zorba”; que era en realidad un estilo de efecto llamado “Illusion-O”, que necesitaba de un visor especial para ver a los fantasmas.
Esto dio lugar a que varias fuentes declararan incorrectamente, que la película 13 Ghosts se mostró originalmente en 3D; principalmente porque “los espectadores fantasma” contenían un filtro rojo y un filtro azul, pero a diferencia de los visores/gafas 3D, ambos ojos miraban a través del mismo filtro de color.
El filtro rojo, causaría que las imágenes fantasmales se intensificaran; mientras que el filtro azul, causó que las imágenes se desvanecieran.
Sin embargo, la versión original de 13 Ghosts, se filmó en blanco y negro, e incluía algunas secuencias teñidas de color.
Los fantasmas fueron coloreados en rojo, y se rodaron sobre un fondo azul.
Estas secuencias fueron precedidas por el mensaje “Usar Visor” y seguidas por “Eliminar Visor” cuando era requerido por la escena.
De hecho, en el prólogo, el mismo director William Castle explica a la audiencia, cómo funciona “Illusion-O/Ghost Viewer” para las secuencias de fantasmas; mientras que en el epílogo, el mismo Castle invita a la audiencia a llevarse el “Ghost Viewer” a casa, para tratar de encontrar más fantasmas…
No obstante, algunas versiones de videos caseros de 13 Ghosts, eliminaron el efecto “Illusion-O” por lo que las secuencias de fantasmas, rojo y azul, se representan como blanco y negro normal, y se eliminaron los mensajes “Usar/Eliminar Visor” así como se eliminó por completo el prólogo y el epílogo explicativo de William Castle.
Otro dato curioso viene del concepto de “una cama con dosel” que ahoga a su ocupante, que es el foco central de la primera historia escrita por Wilkie Collins, llamada apropiadamente:
“A Terribly Strange Bed” (1852) que habla sobre un visitante inglés a una casa de juego en París, donde pasa la noche, y es casi asesinado por una cama especialmente construida.
También hay que reconocer que, para la época, los trucajes fotográficos y de iluminación usados en 13 Ghosts para representar a los personajes ectoplásmicos, resultan bastante efectivos; el problema es que son 13 fantasmas, y no se definen muy bien a cada uno y su trasfondo en la historia.
Aparte que los enfocan semitransparentes, con lo que apenas se ven, al tiempo que intentan contar la historia de cada uno, pero sin lograrlo satisfactoriamente.
Así como el filme contiene todos los tópicos clásicos sobre fantasmas en el cine, como:
Una Ouija, una sesión de espiritismo, fantasmas que atacan, otros juguetones, apariciones... pero que en realidad no generan el terror esperado; aunque imagino que en los años 60 serían bastante efectistas, sobre todo por los sonidos que usan, que en general están bastante logrados, y la manera tan original que se usó para poder verlos… o no.
Salvaría de la película cuando los objetos se mueven solos, ya que está bastante bien logrado, pues en muchos casos no se notan las poleas, ni hilos ni andamiajes.
Del reparto, y para la consternación de algunos de sus miembros, Castle dio facturación superior a Charles Herbert de 12 años de edad; que para entonces era un famoso actor infantil, con una buena presencia en la pantalla; lamentablemente, este fue su último papel acreditado en el cine; que completaría su carrera en papeles de televisión.
Supongo que le sucedió el mismo destino que a muchos otros actores infantiles...
Donald Woods, décadas retirado de sus días de gloria, hace un buen trabajo como el padre de la familia; y la encantadora Jo Morrow, que interpreta a la hija, también es de buen ver, pero la esposa, interpretada por Rosemary DeCamp, casi no tiene diálogos y se nota muy interesada en el dinero que en la seguridad familiar.
Mientras el villano, Martin Milner, logra ocultar su maldad, muy bien escondida, y lo hace parecer un personaje bueno, que no lo es.
Por otro lado, vemos a la gran Margaret Hamilton, y comprobamos cómo se divierte con su reputación de “Wicked Witch”, tanto que a lo largo de la película, Buck se refiere a ella como “una bruja”; y aunque esto nunca se confirmó, existe la posibilidad de que estas referencias internas, fueran un reconocimiento del papel más conocido de Hamilton como La Bruja Malvada del Oeste en el célebre filme “The Wizard of Oz” (1939)
De hecho, al final de la película, Buck le dice a Elaine:
“Realmente eres una bruja, ¿verdad?”
A lo que ella responde:
“No me hagas preguntas, y no te diré mentiras”
De todo el reparto, sin lugar a dudas, Margaret Hamilton es la mejor intérprete de la película, con diferencia.
Como errores:
Después de que Buck se desliza por la barandilla y se aleja, vemos que el dinero cae al piso…
Es evidente que el dinero no se cayó del área oculta en las escaleras.
Si miras de cerca, puedes ver que viene de algún lugar arriba de las escaleras; pues el compartimento escondido está casi en el 6º escalón, y en la parte interior de las escaleras.
Otro error es cuando Buck se pone las gafas y ve al león, su rugido no se sincroniza con los movimientos de la boca…
Pero esto podría ser “un fenómeno fantasmal” elegido por su efecto espeluznante.
A diferencia de su “remake”, 13 Ghosts logró ser un filme interesante, sin recurrir al “gore” o a la desnudez, lo cual la convierte en una película más familiar.
¿Y qué es lo que no encontraremos?
Cazadores de fantasmas, el intrigante zodíaco negro, construcciones de cristal o máquinas alimentadas por la energía de los muertos…
Probablemente, la única cuestión que deja con dudas al espectador es:
¿Por qué la familia no salió de la casa, a pesar de todas las advertencias? Cualquiera en su sano juicio, hubiera salido huyendo de ahí... pero se entiende que la intención es aprovechar la herencia y salir de la pobreza.
“Are you all moved in?”
Mientras en la actualidad, multitudinarios equipos se dedican a estudiar las estrategias para promocionar sus films, el director William Castle fue un artesano y creador, que no sólo pensaba en las recaudaciones, también consideraba al cine como un espectáculo que excede los límites de la pantalla; y lo cierto es que el 13 usado como tema para los fantasmas, sí que es el símbolo de la muerte, pero no tenemos que verlo como la “destrucción total”, sino como un cambio, una etapa de transformación que es posible que se asocie con la llegada de un periodo de vida mucho mejor.
Y aunque exista la creencia de que el cine de terror añejo, no es capaz de desatar la misma incertidumbre que provoca ver cine moderno; como si el escalofrío que recorre nuestra espalda fuera fruto sólo de la novedad, y los sonidos que provocan sobresaltos; lo cierto es que, en líneas generales, el terror actual repite fórmulas o las reescribe de tal modo, y con tal frecuencia, que ha hecho que pensemos que ya nada del pasado puede sorprendernos.
En esencia, todo queda demostrado aquí, que William Castle era un “showman” que logró que sus trabajos traspasaran literalmente la pantalla, razón por la cual, hoy es mayormente conocido, y por lo que resulta difícil no sentir cierto interés por su colorida filmografía.

“The moving men are here again”



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