Ahí está el detalle

“Mira, nomás te voy decir una cosa:
¿Trabajan los ricos?
A que no, entonces si el trabajo fuera bueno, ya lo tendrían acaparado los ricos, y entonces nomás ellos trabajarían”

El cine, considerado ya un arte en México en los años 30, comienza a definir los rasgos y características del pueblo mexicano, y la “mexicanidad” en su máxima expresión, encuentra su asidero en las interpretaciones de historias y narraciones típicamente mexicanas, con las participaciones de grandes escritores como Juan Rulfo en la escena del cine, que hacen de éste, un instante crucial en la edificación de una identidad nacional, antes disfrazada por las altas esferas de la burguesía.
Y ésta es la aportación mayúscula del cine mexicano de “La Edad de Oro”; y en esa esfera de ese arte universal, irrumpe Mario Moreno “Cantinflas”, y sus modos de enfrentar al mundo.
Ya en la década de los 40, marcaría la explosión de aquel peladito que este gran artista supo recrear, esa clase de simpáticos y talentosos haraganes que había observado en sus humildes orígenes.
Pero su legado, aparte del cinematográfico, está en otros niveles:
Cantinflas como nominación, surge de la conjunción de 2 ideas:
“El estar en la cantina” e “inflarse” o emborracharse por acción del licor; y el resultado es “en la cantina te inflas” o “Cantinflas”
Nombre que por obra y gracia del cinematógrafo, se conocería en todo el mundo, incluso el propio Charlie Chaplin llegaría a elogiarlo en varias oportunidades.
Pero el legado de Cantinflas, es de un esplendor diferente, es del brillo de la inconsciencia, reclamando para sí una “Tierra Prometida” y ganada a través del humor; y más allá de los enredos e intrincados malentendidos, surge un personaje que sabe salirse con la suya, aún si lo que está en juego es su propia vida, donde una salida a esos problemas, sería utilizar como medio la lengua, el empleo irrestricto de la trasgresión, y el habla popular en su más clara representación.
Y es allí, en la trasgresión cómica, donde Cantinflas logra su mayor aporte a la lengua, como sería conocida en adelante, porque con él se da un giro inesperado pero necesario en el reconocimiento del uso de la misma.
Así, lo cómico está en el fundamento de dicho empleo lingüístico, y seguidamente en esta investigación, se abre un espacio a la conceptualización y pormenorización de lo que llamamos “cómico”
De esa manera nos deja que su nombre y todos sus derivados:
“Cantinflada”, “cantinflear” y “cantinflesco”, ya forman parte del diccionario de La Real Academia de La Lengua Española, como un verbalismo vacío, incongruente, disparatado, y que mezcla muletillas.
Y es que pocos actores han logrado que una de sus características haya dado origen a una forma de actuar universalmente conocida, y académicamente reconocida; porque Cantinflas tenía la capacidad de pronunciar frases que provocaban que la gente se preguntara, qué era lo que quería decir y, tras mucho pensar, seguían sin entenderlo...
Así, el genial actor mexicano, creó una forma de expresión que intentaba confundir o convencer a los otros con trabalenguas absurdos que, en muchas ocasiones, carecían de lógica, eran incompletos, y fuera de orden; por lo que en el fondo, “cantinflear” es hablar mucho, para no decir nada.
¿Cómo surgió todo esto, si me lo permiten?
“Es usted excusado”
Ahí está el detalle es una comedia mexicana, del año 1940, dirigida por Juan Bustillo Oro.
Protagonizada por Mario Moreno “Cantinflas”, Joaquín Pardavé, Sara García, Sofía Álvarez, Dolores Camarillo, Manuel Noriega, Antonio R. Frausto, Agustin Insunza, Antonio Bravo, Francisco Jambrina, Joaquín Coss, Eduardo Arozamena, Conchita Gentil Arcos, Alfredo Varela, Estanislao Schillinsky, Wilfrido Moreno, Rafael Icardo, Ángel T. Sala, entre otros.
El guión es de Humberto Gómez Landero y Juan Bustillo Oro.
Se cuenta que el director basó la escena final en acontecimientos reales ocurridos en 1925, cuando se dieron lugar las alucinantes declaraciones del criminal Álvaro Chapa, en un tribunal mexicano; al tiempo que se basó principalmente en su experiencia como abogado pro bono en La Cárcel de Belén; que inspiraron la redacción de uno de los monólogos más famosos de la historia del cine mexicano.
Irónicamente, por tanto, pocas personas atribuyen a Bustillo Oro, la autoría de esta célebre “cantinflada”
Ahí está el detalle, es una emblemática película de La Época de Oro del Cine Mexicano, considerada por la crítica, como “la mejor película del comediante Mario Moreno “Cantinflas”; que por entonces, había debutado en el cine con un pequeño papel en “No te engañes corazón” (1936); y 3 años después, su filmografía aumentaba a 4 títulos, entre ellos:
“Águila o sol” (1937) y “El signo de la muerte” (1939)
Aunque sus directores permitieron que “el cómico de la gabardina” hiciera gala de la capacidad de improvisación que lo había convertido en el ídolo del público, ninguna de estas películas, logró aprovechar su presencia en escena.
Pero Ahí está el detalle se convertiría en la película creadora de Cantinflas, y en la mejor de su larga carrera ante las cámaras; un proyecto que logró “domar” al cómico, gracias a un divertidísimo guión y una excelente dirección.
Y es verdad que, si bien la película tiene el mérito de haber sido el nacimiento del personaje Cantinflas, su valor enormemente sentimental, no se ve correspondido al mismo tiempo por una calidad dramática o interpretativa de altura; eso sí, ha quedado de ser una de las precursoras de “la comedia de enredos a la mexicana”, siendo el modelo para muchas de las películas del género que se filmaron en los años siguientes.
Como dato, esta cinta se realizó antes de la creación de La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas; y sin embargo, ocupa el lugar #10 en la lista de “las 100 mejores películas del cine mexicano”
Ahí está el detalle se completó en solo 3 semanas, con los únicos problemas derivados de la improvisación de Cantinflas, sobre lo que él consideraba un guión mal escrito… pero con comedia de humor blanco, como fue siempre el de Cantinflas, no exenta de ironía y de cierta crítica a la clase social más alta, y a su hipocresía; todo ello mostrado en una serie de chistes sobre personajes sin remedio, el amor y la dignidad, entre los ricos y los pobres.
En sí, la trama es puramente teatral, toda rodada en interiores, y tan solo en 2 localizaciones:
La mansión de Los Lastre, y la sala de juicios; pero jugando con los equívocos, las confusiones de identidades y las falsas bodas; y orientado al lucimiento de un fenómeno que iba a marcar un antes y un después, no solamente en México.
La historia arranca de la confusión entre el perro llamado “Bobby” y un gánster del mismo nombre, de apellido Lechuga (Antonio Bravo), que desencadena una serie de enredos entre un celoso marido, Cayetano Lastre (Joaquín Pardavé), su nerviosa esposa, Dolores del Paso (Sofía Álvarez); Paz (Dolores Camarillo) una pícara criada; una esposa abandonada llamada Clotilde Regalado (Sara García) con 8 hijos; y el singular Cantinflas (Mario Moreno)
La historia es todo un enredo, y mientras más avanza la trama, más grande se hace la mentira, lo cual envuelve al mismo espectador en ella, y hace que se pregunte, cómo puede terminar la historia después de todo lo que ha pasado.
Por su parte estelar, Cantinflas es el personaje del arrabal que trata de defenderse mediante su palabrería, que al final no dice nada, pero lo hace de una manera tan graciosa, que resulta genial; y es que se burla de las autoridades, da la vuelta al sistema, y se pone a la cabeza contra todo pronóstico; por lo que vale la pena mirar para ver cómo lo hace; y una escena final en la sala de audiencias, que también establece la fórmula para un montón de películas de “trama de identidad errónea” que seguirán tanto en México como en el mismo Hollywood, si me lo permiten.
Y en el fondo, la representación de los absurdos y la paranoia de la clase alta, permite que todos los tipos de clase trabajadora, también griten en voz alta; por su temática de crítica social y judicial, Ahí está el detalle es considerada por algunos, como una de las primeras, sino es que la primera película que inició La Época de Oro del Cine Mexicano.
¿Por qué se dice que es de las primeras?
Esto se debe a su éxito que tuvo en la taquilla.
Este filme fue el que demostró que el cine mexicano también podía ser una industria y un negocio.
Después de él, los productores veían una inversión en cada filme, y una posibilidad de ganancia; porque la gente se enamoró de Cantinflas y sus chistes que, hoy en día, se han vuelto icónicos para la cultura mexicana.
Por supuesto, este no fue el primer filme de Cantinflas, pero sí uno de los más importantes, especialmente porque fue de las primeras veces que aparecía sin acompañamiento en la gran pantalla, es decir, aquí nació el icono que todos conocemos.
“A los vagos cuesta mucho trabajo encontrarlos.”
Ahí está el detalle se considera, por mucho, la mejor de la extensa filmografía de Cantinflas, y la primera en la que se separó en definitiva del dúo cómico que conformó junto a Manuel Medel, actor con el que filmó sus 3 primeros títulos:
“¡Así es mi tierra!” (1937), “Águila o sol” (1937) y “El signo de la muerte” (1939), unión que le produjo muy pocos créditos en la pantalla grande.
Dichas cintas son calificadas de una calidad muy discreta, y se considera que en ellas apenas se vislumbran los primeros destellos del genio humorístico de Mario Moreno Reyes.
Todo inició a petición del público, que hacía cola para ver los “cortos” que creaba Publicidad Organizada, S.A. entre 1938 y 1939; y que se exhibían en las salas de cine de la capital mexicana antes de la película principal, sobre el joven Cantinflas, entonces con 29 años, y que se asoció con el productor Santiago Reachi, con lo que dejó de ser artista contratado, y se convirtió en artista exclusivo de la nueva compañía fundada por Reachi, llamada “Fernández y Cantinflas” en 1939.
Y Ahí está el detalle fue la segunda vez en que utilizó el personaje llamado “Cantinflas” frente a las cámaras, y fue también su primer papel protagónico en solitario en un largometraje; al tiempo que fue un filme que lo catapultó a la fama.
Así pues, el proyecto del productor Santiago Reachi, fue asignado al estudio de Jesús Grovas, en una aventura conjunta con Grovas, que filmaría la película en sus estudios, y a cambio, tendría el derecho exclusivo de distribución de la película en todo México.
Tras la experiencia de haber filmado aquellos cortos, Grovas logró darle el estilo cinematográfico al cómico, especialmente gracias a un divertidísimo guión, y a la excelente dirección de Juan Bustillo Oro; y para lograrlo, el director realizó un interesante proceso de investigación, a fin de cumplir con las expectativas del productor Reachi.
Juan Bustillo Oro, fue un célebre director de cine mexicano, prolífico durante La Edad de Oro del Cine Mexicano, porque se distinguió al hacer películas de corte melodramático y nostálgico de La Época Revolucionaria y Porfirista, como Ahí está el detalle; y en 1937, se convirtió en productor asociado, y junto con Jesús Grovas fundó una de las grandes casas productoras de la época:
Oro Grovas.
Fue durante esta época, que Bustillo Oro realizó, como productor, guionista y director, sus mayores éxitos taquilleros; y en Ahí está el detalle, Cantinflas logró compenetrarse con su caracterización, y adquirió un verdadero papel central, en torno al cual se desarrollan los enredos de la historia; como el tipo de personaje urbano que lo había lanzado a la fama durante su trayectoria como un pícaro y vagabundo, con una verborrea incoherente, y una vestimenta notoriamente estrafalaria.
Así, tras la presentación de héroe cómico, dado a la glotonería, la lujuria y a toda suerte de placeres carnales, Ahí está el detalle comienza a poblarse de una serie de personajes muy divertidos, cuyas respectivas motivaciones van generando una serie de situaciones absurdas, las cuales desembocan en un juicio que marca el punto climático del relato:
Cantinflas va a casa de su novia, que trabaja en una mansión, a cenar gratuitamente, como lo ha hecho durante mucho tiempo…
Sin embargo, esta vez tiene que ganarse la cena:
Paz, su novia, le pide que mate al perro de la familia, que está enfermo de rabia.
La forma en que se maneja el asunto en la película, hace creer que se refiere al individuo que se ha visto afuera de la casa y quien, al sacar un paquete de cartas, ha dejado caer, accidentalmente, su cartera, de la cual se ha apropiado Cantinflas… pero en realidad, Paz se refiere al perro rabioso que tienen los dueños de la casa.
El dueño de la casa, Cayetano Lastre, sospecha de la infidelidad de su mujer, Dolores del Paso, y prepara una inesperada llegada a su casa, con policías como testigos, para poder divorciarse.
Durante la ausencia del marido, entra a la casa el individuo que ha estado rondando el exterior, y que tenía el manojo de cartas… y resulta que es un novio de juventud de Dolores, la señora de la casa, que ahora busca una recompensa para no mostrar las cartas al marido.
Dolores quiere recuperarlas, pero el chantajista no se conforma con dinero para hacerlo; pues se ha vuelto un jugador y un maleante, y le pide ciertos favores sexuales.
Cuando suben a la recámara, llega el marido, en compañía de la policía... al mismo tiempo, la sirvienta se asusta por la súbita llegada del dueño de la casa, y esconde a Cantinflas en un armario.
Cuando el marido sube a su recámara, queda confundido, porque no ha podido confirmar las infidelidades de su mujer; sin embargo, los policías descubren que hay un hombre escondido en el armario de la sala de la casa, porque huelen el humo de un cigarro que Cantinflas ha estado fumando.
La esposa hace creer a su marido, que Cantinflas es Leonardo del Paso, el hermano perdido de ella… y como consecuencia de ello, Cayetano trata a Cantinflas como a un rey, para beneficiarse de la herencia de su suegro.
Después de haber adoptado a Cantinflas como cuñado, Cayetano publica un anuncio en el periódico para reunir a los herederos, y proceder al reparto de la fortuna de su suegro.
Este anuncio hace que la concubina de Leonardo llegue a la casa de Cayetano con todos sus 8 hijos, sin importarle que el supuesto Leonardo del Paso no sea el verdadero, sino Cantinflas.
Al saber de la situación civil irregular de Leonardo y su mujer, Cayetano pretende casarlos, pero Cantinflas se salva por la llegada de la policía, que se dispone a aprehenderlo, pues, al confundírsele con Leonardo, se le busca por el asesinato de Bobby…
La confusión aumenta, porque el perro rabioso que mató Cantinflas, y el chantajista y gánster asesinado, comparten el mismo apelativo:
“Bobby” o “El Fox Terrier”
La situación llega al límite, cuando se enjuicia a Cantinflas por la muerte de Bobby… y en este proceso se dan todos los elementos de la comedia de enredos, véase el famoso “quid pro quo”, pues mientras Cantinflas se refiere a la muerte de Bobby “el perro” casi con indiferencia y cinismo; el resto de La Corte cree que Cantinflas es un asesino desalmado, que ha matado a “Bobby”, apodado “El Fox Terrier”, y antiguo novio de Dolores.
Al final, se aclara todo el asunto:
Una vez que Cantinflas ha sido condenado a la pena de muerte, aparece entre el público asistente, Leonardo del Paso, el verdadero hermano de Dolores; y confiesa que ha sido él el asesino Bobby “El Fox Terrier”, quien trataba de chantajear a su hermana.
De esa manera, La Corte promete iniciar un nuevo juicio, y dejan en libertad a Cantinflas.
Todos los miembros de La Corte, han quedado encerrados en sus propias trampas del lenguaje jurídico, y para justificar sus incapacidades a la hora de encontrar al verdadero culpable del asesinato de Bobby, los abogados y el juez, lanzan una perorata que imita el discurso de requiebros y sinsentidos del habla de Cantinflas.
Al final, la situación vuelve a ser la inicial:
Cantinflas vuelve a ser el novio de Paz, y seguirá cenando gratis…
Ahí está el detalle es una película de visionado y análisis necesariamente revisionista, estudiada por filósofos y humanistas, con una profundidad para la reflexión.
El libreto, tal como dice el argumento citado, es muy dinámico, y no hay momento de descanso para el espectador entre una situación cómica y la siguiente; por lo que se muestra una amalgama de personajes, todos ellos reflejo de personajes de la vida real; pues raramente, la ficción supera la realidad, si es que la ha superado en alguna ocasión…
Aquí, el vagabundo Cantinflas es el marginal que vive a expensas de unos ricos a través de la criada de éstos, quien le proporciona comida y quizás albergue, pues son “novios”, aunque se nota que Cantinflas la busca por comida y sexo.
Y es que toda vez que la confusión lo lleva a ser atendido como un príncipe, Cantinflas abusa de la hospitalidad, se vuelve más holgazán que de costumbre, e incluso veja a su propia novia, ordenándole que le sirva como si se tratase de un pachá y su esclava; y parece que él que nunca ha tenido poder, y cuando lo tiene, abusa de él.
Esta situación la vemos a diario en nuestra vida cotidiana, donde lo diferente es que en las películas de Cantinflas, eso ocurre de manera jocosa; de ahí que el visionado de Ahí está el detalle a los ojos de hoy, puede causar alguna que otra incomodidad.
Cayetano, el hombre rico de buen hablar, representa a esa estirpe de gente interesada solo en lo material, en la posesión, incluso en la posesión de otras personas; donde sus celos se alimentan más por el sentido de posesión que por el amor.
Su esposa Dolores, que es extorsionada por un ex novio llamado Bobby, es la frívola joven pareja de un millonario solo por interés.
Y la cuñada de Dolores, Clotilde, es la pobre mujer abandonada con un sinnúmero de hijos, que busca que alguien la mantenga, aunque sea el impostor de su verdadero marido.
Sus insoportables 8 hijos, al igual que Cantinflas, abusan de la hospitalidad de Cayetano y Dolores; y al final, Cantinflas es procesado por homicidio, aunque él cree que se trata del perro que mató al comienzo del film, pues perro y víctima tienen el mismo nombre:
¡Bobby!
Es durante la antológica escena final, en El Tribunal, que Cantinflas se refiere al perro como el muerto, mientras que los miembros del Tribunal, incluido El Jurado, entienden que el juicio es por el homicidio de Bobby, la persona.
Por lo que Cantinflas se refiere al “asesinato” del perro con naturalidad y extrañeza de que se le juzgue por tal cosa, y eso es entendido como macabro sarcasmo por La Corte, pues para ellos se trata del homicidio de un hombre...
Debido a la estructura de los diálogos, los personajes no logran discernir la diferencia entre el homicidio y la muerte del perro, pero el espectador sí.
Y cuando todo se aclara, justo antes de la sentencia, los que estaban confundidos, comienzan a argumentar con la ininteligible verborrea tipo Cantinflas, y éste concluye que “hablando correctamente es que se entiende la gente”
De esa manera, los diálogos tienen muchas respuestas lógicas a preguntas necias, típico en las películas de Cantinflas; pero el guión no solo incluye dinamismo y comicidad en los diálogos, también no pierde oportunidad de criticar los diversos estereotipos humanos.
Y todos ellos buscando un beneficio propio de cada situación, en forma descarada.
Nadie hace algo por nada, todos están de cacería.
Incluso al final, luego de tanto enredo, Cantinflas continúa en su interesada relación con la criada, como buen vividor.
En el fondo, tras la careta de la comedia, Ahí está el detalle oculta una suerte de sátira de la naturaleza humana, que no es más que el reflejo de la realidad; como producción de comedia en ambientes discursivos, con base en estrategias lingüísticas como los juegos de palabras, el chiste lingüístico y la paronomasia, es el insumo principal del trabajo actoral de Mario Moreno y su personaje “Cantinflas”, además de la muestra subyacente de una denuncia crítica a estamentos sociales como:
El matrimonio, la justicia y el estatus socio-económico, que configuran un orden cultural acorde a la época y el contexto en el que se produjeron, el México de los años 40 del siglo XX.
Es en este texto que se propone determinar la configuración del discurso cómico en la expresión oral de “Cantinflas”, al interior de Ahí está el detalle, donde la disciplina del análisis crítico del discurso, brinda las bases teóricas y metodológicas necesarias para el abordaje, y determina el hallazgo de ciertas ideologías que arroja el análisis al discurso cómico “Cantinflesco”, así como al de los personajes que interactúan con él.
Pero obviamente, la parte más celebrada de la película es el juicio, en el que Cantinflas y Bustillo Oro muestran sus genialidades, que hasta ese momento, la comedia mexicana era muy pobre, porque debía hacerse dentro del contexto de un cine silente bajo la sombra de grandes figuras del cine de Hollywood, pues la comicidad mexicana estaba en la carpa, en donde los cómicos hacían gala de gran ingenio y agudeza verbal.
Y justo aquí nos conectamos con el tema, la argumentación propia de un proceso judicial, donde pocos saben que para la elaboración del guión, Bustillo Oro, emprendió una investigación concienzuda, inspirándose en hechos reales sucedidos en el caso criminal Álvaro Chapa de 1925, y a partir de las peculiares declaraciones del inculpado; por lo que es muy evidente que en Ahí está el detalle, se de una dialéctica propia del proceso judicial, donde los hechos son distorsionados, el espectador ríe de la confusión que se origina en los elementos de valoración, pero en el fondo, asistimos a una tragedia, aquella propia del proceso judicial, donde una cosa son los hechos, y otra distinta la verdad procesal; donde tanto El Fiscal como El Defensor inventan historias paralelas a lo que realmente sucedió, en aras de satisfacer su argumentación jurídica, y se olvidan del más elemental sentido común representado de forma irónica e incluso dramática por el acusado, quien en términos llanos y corrientes, trata de justificar una conducta que a él no le parece tan grave como para un juicio de tal magnitud.
Así se generan 2 discursos paralelos que el espectador va percibiendo:
El primero, ajustado a la técnica jurídica; y el segundo al sentido común.
Por lo que esta comedia que podría ser calificada en algunos puntos como humor negro, tiene un drama detrás, que es todo el esfuerzo intelectual, económico y humano que comporta la justicia del que a veces se podría prescindir, simplemente si se apelara al sentido común, si se vieran las cosas menos formalmente y más contextualizadas en su sentido humano y social; es decir en “la justicia del sentido común”
El problema incluso podría ser definido dentro de lo que se llamaba “palabras con textura abierta”, que es toda la confusión que gira en torno a la idea de perro, que podría ser tan sencilla, pero que en el contexto lleva a suponer que el acusado es un hombre despiadado, que “trata como animal a su víctima”
De ahí la importancia del lenguaje, que puede ser la causa de una decisión justa o injusta; y al parecer, el sentido común era uno de los elementos de la argumentación clásica, en referencia a los 2 métodos clásicos y propios de la jurisprudencia que nos dice:
“El antiguo es una herencia del clasicismo grecorromano trasmitido desde Cicerón, y se basa en el sentido común que se intercambia con lo verosímil, operando por medio de silogismos.
En cambio, el método nuevo, que es denominado “cartesianismo”, es un método esencialmente crítico, que toma como punto de arranque, una primera verdad indubitable, cuyo desarrollo se efectúa por medio de criterios geométricos, y con largas deducciones en cadena.
Por ello sus ventajas son claras:
La agudeza y la precisión, pero presenta inconvenientes como la pobreza de su lenguaje, o la inmadurez del juicio dado”
Por otra parte, aprovechando que el personaje de Cantinflas aún no tenía tanta popularidad, de hecho, los títulos de crédito fueron modificados cuando se confirmó el potencial que había alcanzado la creación de Moreno; aquí sí dispone de rivales que pueden aspirar a quitarle el foco; especialmente, un divertido y bigotudo Joaquín Pardavé, quien explota todos los registros con acelerados ataques de celos.
Todos los actores hacen un papel impresionante, cada uno con sus propios momentos para el lucimiento, donde el papel cantante, es sin lugar a dudas, Cantinflas.
Por otro lado, a pesar de las deficiencias y algunas lecturas oscuras, el filme resulta en un reflejo interesante de la sociedad de aquel tiempo; y no se puede asegurar que este reflejo sea a propósito, o haya sido por accidente, pero se pueden notar algunas peculiaridades de aquellos tiempos:
Evidentemente existe una muestra del machismo en aquella época, o al menos el filme si se rige bajo un discurso algo machista, lo cual es visible cuando se analizan los papeles que tienen las mujeres dentro del filme, que normalmente se muestran como amas de casa y madres, y su papel no va muy lejos a partir de ahí.
Claro, varias de ellas tienen papeles importantes en la historia, pero se puede vislumbrar cuál era la concepción de la mujer de aquel entonces.
Y desde este punto de vista pareciese que existe un reflejo social, pero no tanto porque Bustillo Oro quisiera ponerlo, sino porque era la sociedad en que se vivía, pero a la vez pareciera que existe una cierta crítica hacía el machismo, y el intento de dominación del hombre sobre la mujer, lo cual se puede ver en los ataques de celos constantes que muestra Cayetano hacía Dolores, y que es criticado por eso, y su obsesión de mantenerla bajo control.
Ni hablar del abuso de los pobres contra los ricos, que trae a la memoria aquello de “dar la mano y se cogen el brazo”
Por ello, Ahí está el detalle es una forma interesante de ver la sociedad mexicana de la primera mitad del siglo XX; pero no sólo eso, sino que también es un filme disfrutable, y se entiende el porqué de su éxito y las razones por las cuales comenzó con el cine industrial y La Época de Oro.
Además de que Mario Moreno, con su gran facilidad de habla y gran talento cómico, logra sacar a flote una historia tan sencilla pero tan divertida, que conforme avanza, se enreda más y más.
Tiene sus detalles cuestionables, sí, pero aun así se recomienda ampliamente por su gran comedia, por el reflejo social, y todo lo que logró en su tiempo.
Desde lo técnico, el director Juan Bustillo Oro se limita en la cuestión de imagen, no juega con los elementos dentro del plano, ni con las tomas, y tampoco con el montaje; y pareciese que se está viendo un programa de televisión o una obra de teatro, donde normalmente la cámara se instala en un plano general, y los personajes sólo interactúan dentro de este plano.
Empero, no parece un filme, luce más como un programa de televisión, pues pareciese que utiliza un lenguaje televisivo y no cinematográfico.
Este es uno de los puntos más débiles de Ahí está el detalle, aunque podría ser justificable, principalmente porque era un tiempo en que la mayoría de las comedias se hacían de esta manera, además que puede ser un detalle que se puede dejar pasar, y que realmente no afecta tanto a la experiencia que otorga.
Cierro diciendo que sospecho que algunos de los juegos de palabras y las respuestas ingeniosas, no resisten bien la traducción; por lo que si sabes español, te maravillarás con las habilidades verbales de Mario Moreno; y si no sabes español, todavía puedes disfrutar de su comportamiento tonto, de sus expresiones faciales divertidas, y la exasperación general de otros personajes que intentan seguir su lógica.
Eso, queridos amigos, es todo un logro que trasciende la barrera del idioma.
“Si quieren comer todos los días díganle a ese señor papá”
Desde 1936 hasta 1981, Mario Moreno “Cantinflas” realizó más de 40 películas en las que quedó plasmado su extraordinario aporte a la cultura universal en los ámbitos de la cinematografía y del humorismo, constituyendo una de las más acabadas expresiones del talento popular latinoamericano.
Y así fue reconocido incluso por Charles Chaplin, quien lo calificó como “el mejor comediante del mundo”
¿Acaso faltaban más elogios?
Su influencia fue tal, que en 1992, La Real Academia Española introdujo en su diccionario el verbo “cantinflear”
¿Pero qué puede aportarle a México, que “cantinflear” se haya admitido como verbo?
El verbo muestra “una manera de ser del mexicano”, el cual utiliza demasiadas palabras para llegar a su mensaje nuclear, incluso sus maravillosas formas de cortesía, son enormemente complicadas.
Cantinflas retoma la enseñanza de los merolicos, aquel personaje que vocifera incongruencias, y que más que vender un producto, lo que vendía era un discurso, uno envolvente, hueco, pero muy recreativo.
Así, Cantinflas hace un homenaje a esta manera de hablar del pueblo, y el pueblo lo reconoce, y se reconoce en él.
Para el poeta y escritor mexicano, Vicente Quirarte, miembro desde 2002 de La Real Academia Mexicana de La Lengua, considera que esta definición, aunque real, se queda corta, ya que la aportación del peculiar modo de hablar de Cantinas “va más allá; es un habla que resume toda la preocupación popular desde que México comenzó a ser independiente”
De esa manera, el académico considera que Cantinflas, lo que hace con todo este lenguaje enredado, es precisamente ganarse un sitio en la sociedad en la que está viviendo.
Por ejemplo, en sus películas, Cantinflas siempre está burlándose de las clases potentadas, y utiliza su verbo para conquistar mujeres, o también superar al compañero con el que está…
“Siempre quería llevar la voz cantante, y lo lograba fundamentalmente por su arrojo, pero en gran parte por su habilidad verbal”, señala Quirarte.
Y es que Cantinflas siempre tuvo una actitud en contra de los abusos de las clases dirigentes, “pero no critica precisamente la manera de hablar de los políticos, sino su manera de actuar”; por lo que en todo su discurso hay evidentemente, una especie de sátira a esta manera de hablar del político, que expresa muchísimas palabras, pero en el fondo no dice nada.
No es casual, entonces, que en el mismo paquete, La RAE incluyó el adjetivo “acantinflado” y el sustantivo “Cantinflas”, y de esta forma, un año antes de su muerte, La Academia Real de La Lengua, puso una suerte de “broche de oro” a la carrera de Moreno, que ya entonces era una leyenda del cine latinoamericano.
Fue a través de sus películas, que no sólo supo representar la esencia del mexicano que luchaba por salir adelante, sino también nos regaló películas de superhéroes, donde el hombre con poderes sobrenaturales, era sustituido por una persona promedio con pantalones rotos y caídos.
¿Qué mejor forma de inspirar?
En definitiva, hoy posiblemente ninguno sigue los pasos de Cantinflas, pero todos tenemos algo diferente y único que podemos aprovechar para crear algo nuevo, igual a como él lo hizo; aun cuando hoy vivimos en una constante lucha por sobresalir, pero erróneamente tratamos de hacerlo con eso que nos hace iguales a los demás, y olvidamos que el valor está en eso que nos hace diferentes.
¿Para qué ser uno más del montón, si podemos explotar ese “Cantinflas” que todos tenemos dentro?
Y ahí está el detalle del éxito, chato.

“Yo no me encuentro si a mí me encontró él”



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