The Fabulous Baker Boys

“For 31 years it's been just the Fabulous Baker Boys... but times change”

Las personas pueden ser incapaces de dejar atrás el dolor de la infancia, y buscar a sus parejas o un familiar para solucionar esto, en lugar de abordar las preocupaciones de los adultos; por ello, “el bagaje emocional”, es una expresión cotidiana que se correlaciona con muchos conceptos variados, pero similares dentro de las ciencias sociales, los movimientos de autoayuda y otros campos; donde su preocupación general es con temas no resueltos de naturaleza emocional, a menudo con la implicación de que “el bagaje emocional es perjudicial”; y como imagen metafórica, es la de llevar todas las decepciones, errores y traumas del pasado con uno, como una carga muy pesada; y ya en la vida adulta, ese bagaje emocional se destaca en las relaciones en 2 formas principales:
Primero, existen las expectativas a menudo negativas creadas por relaciones anteriores, tal vez de naturaleza abusiva, una especie de atadura al pasado que puede contaminar nuevas interacciones potencialmente más positivas.
Esto puede ser particularmente evidente en un segundo matrimonio donde las sombras del pasado son muy reales, y deben ser tratadas por la nueva pareja matrimonial.
Y el segundo tipo de recuerdos que contribuyen a la carga emocional adulta, son la recurrencia de la historia de la relación actual, con el resultado de que los problemas menores en el presente, se ven abrumados por las corrientes negativas de tiempos anteriores, que no pueden resolverse o dejarse a un lado para siempre.
En el cine, esta temática tuvo repercusión en la segunda mitad de la década de los 80, pero vista a través de un personaje:
El músico, pero bajo el clásico esquema del triunfo en lo profesional y el fracaso más o menos convulso en lo sentimental, e incluso vital, con el “concurso de ingredientes dramáticos” como:
El mito del perdedor, la disyuntiva entre talento y profesionalidad, la imposibilidad de juzgar las vidas de los llamados artistas bajo el mismo baremo de normalidad que a los seres vulgares, esto es, corrientes… y de la misma intención en elaborar una atmósfera emocional a partir de sus elementos musicales.
“This where the auditions are?”
The Fabulous Baker Boys es un drama musical, del año 1989, escrito y dirigido por Steve Kloves.
Protagonizado por Jeff Bridges, Michelle Pfeiffer, Beau Bridges, Jennifer Tilly, Ellie Raab, Xander Berkeley, Dakin Matthews, entre otros.
Se cuenta que cuando la película estaba en desarrollo en Warner Bros., el oscarizado director, George Roy Hill, había sido asignado para dirigirla y, de hecho, trabajó con el escritor y eventual director, Steve Kloves durante 6 semanas en New York; sin embargo, las diferencias en cuanto al final, hizo que Hill abandonara el proyecto y, finalmente, se eligió a Kloves, “porque nadie más quería dirigirla”; siendo este filme, el debut en un largometraje por el guionista, Steve Kloves; al tiempo que es el último dirigido durante 4 años, hasta “Flesh and Bone” (1993), que es la última película de cine dirigida por Kloves, que predominantemente ha trabajado como guionista, y ahora se ha convertido un productor también.
Así, Steve Kloves tuvo el apoyo total del productor y director Sydney Pollack, y Mark Rosenberg a lo largo de toda la producción y, si surgía un problema, que los hubo, debían responder a Pollack o Rosenberg; y como parte del trato para hacer la película, Sydney Pollack se quedó con el “Director's Cut”, que luego los entregó a Steve Kloves.
Por su parte, el filme estuvo nominado a 4 premios Oscar:
Mejor Actriz (Michelle Pfeiffer), fotografía, montaje y banda sonora.
Aunque Pfeiffer era la gran favorita a ganarlo, dada la cantidad de premios que había recibido, al final recayó en Jessica Tandy por “Driving Miss Daisy”, por lo que esa derrota se recuerda como “uno de los mayores robos de este premio de la historia”; y los críticos se justificaron de esta manera:
“Pfeiffer es joven y con mucho talento, tendrá muchísimas más oportunidades de conseguir El Oscar”
Pero gracias a su actuación en esta película, se conoció su faceta musical; al tiempo que la película marcó la 2ª nominación consecutiva, de 3, a mejor banda sonora original para el ganador del Oscar, Dave Grusin.
La fotografía principal comenzó en 1988; y aunque se estableció en Seattle, The Fabulous Baker Boys se filmó principalmente en una locación en Los Ángeles, California; donde el diseñador de producción, Jeffrey Townsend, exploró ubicaciones en Los Ángeles que coincidían con el ambiente y el aspecto de Seattle, que realmente no se podía decir, que no era así...
Como fuera el caso, la historia sigue a Jack Baker (Jeff Bridges) y a su hermano Frank (Beau Bridges) que trabajan desde hace muchos años como pianistas en salas de fiestas.
Como todos los músicos, ellos han pasado por buenos y malos momentos, pero una noche, su actuación es un fracaso tan estrepitoso, que acaban siendo despedidos.
Es entonces cuando se les ocurre la idea de contratar a una cantante para relanzar su espectáculo:
Susie (Michelle Pfeiffer)
Frank es el cerebro del grupo, el que se ocupa de negociar los contratos, las actuaciones, y el que ve la música como el trabajo que le permite mantener su casa en las afueras, sus 2 hijos y a su esposa.
Mientras que Frank arrastra la derrota como una sombra, parco en palabras, y que siente como su vida se agota en cada nota; donde sus compromisos más fuertes son con su viejo perro, Eddie, y con Nina (Ellie Raab), la adolescente solitaria que vive en el apartamento que está encima de él, con su madre soltera y que siempre está ausente.
Pero el acto de los hermanos Baker se está volviendo obsoleto, y como tal, su capacidad para mantener los conciertos que pueden obtener se está volviendo más difícil.
Susie, por su parte, busca una salida a un oscuro pasado, y pone toda su belleza y sensualidad, que es mucha, y su alma, en cada canción.
A pesar de que ella no tiene una experiencia de canto formal, tiene un talento vocal suficientemente fuerte para la música que interpretan, y puede vender una canción en gran parte por su presencia en el escenario y su atractivo sexual.
Y es que ella es capaz de apagar su comportamiento exterior de chica dura una vez que está en el escenario; pues inicialmente es una adición incómoda al acto, pero se convierte en una parte integral de él, a medida que el acto comienza a tener más conciertos, más lucrativos.
Pero la presencia de Susie no solo amenaza el nuevo acto, sino que amenaza las interrelaciones entre los 3:
Frank cree que la mayor amenaza es cualquier tensión sexual, percibida o real, entre Jack y Susie.
Sin embargo, la mayor amenaza es cómo Susie es capaz de exponer las divisiones fundamentales entre los hermanos:
Frank, cuyo objetivo principal es poner comida en la mesa de su familia; mientras que Jack es sus verdaderos sueños musicales que están siendo sofocados por el acto.
Con ellos 3, el director va construyendo una historia en la que se dan la mano el romanticismo, los lados duros de la vida, el desamor, el cinismo, pero también la esperanza, la posibilidad de la redención, de subirse al autobús que les conduzca a nuevos lugares…
Así, la trama oscila entre la oscuridad de los callejones de atrás de clubes de luces inciertas, y los interiores luminosos de hoteles de lujo, escenarios en los que se desarrollan relaciones tan humanas como la vida misma, con todas sus contradicciones y todas sus incertidumbres, sin perder un tono maduro, alejado totalmente de la moralina simple y fastidiosa.
La tensión entre el talento, el arte, la supervivencia; como la amargura de ciertos compromisos, la honestidad con uno mismo, el romanticismo, las relaciones posibles, las creadoras y las destructivas… es una historia de amistad y dependencia emocional y laboral a 3 bandas, trufada de espléndidos diálogos que nos deja un resquicio esperanzador entre tanta decepción; que en el fondo es una película sobre sueños rotos, sobre una maravillosa relación entre 2 hermanos, sobre el desencanto, sobre la perra vida, sobre el miedo a amar y ser heridos, sobre las responsabilidades, sobre la cobardía de conseguir alcanzar las máximas cotas del talento, sobre la vida dura de los músicos de locales y hoteles, sin un ápice de glamour y sí mucho esfuerzo; sobre lo efímero del éxito y la fama…
En definitiva, es una fantasía romántica que tiene una sensación de película de los años 40, y una melancolía de los 80; una rareza de Hollywood en estos días, al ser una verdadera comedia de personajes.
“I mean, that’d be too creepy with us working together and all”
El realizador, Steve Kloves, firmó el año 1989 una excelente película que hablaba de perdedores, de amores imposibles aunque muy deseados, de la melancolía que produce una vida que debería haber sido una cosa, y terminó siendo otra.
Pero sobre todo, habla de la importancia de la música como forma de expresión, como única forma de vida para aquellos que son capaces de sentir su esencia.
Así, Steve Kloves escribió The Fabulous Baker Boys después de que su primer guión, “Racing with The Moon” (1984), se convirtiera en una película; y 3 años después de que Paula Weinstein adquiriera por primera vez este guión, la imagen fue puesta en luz verde por Gladden Entertainment, y 20th Century Fox con la dirección de Kloves, en su debut en la dirección, siendo una de las mejores películas de la década, aunque hoy apenas alguien se acuerde de ella…
Es a través de una historia sencilla, que Kloves juega con la idea del triángulo amoroso para dar forma a una narración sincera y emotiva, en la que los actores pueden lucirse, especialmente Michelle Pfeiffer, extraordinaria; y en la que la música y la sensualidad de las actuaciones aportan un grado más de intensidad a la película.
Y es que su aparente sencillez, acaba obrando a favor de una producción que engancha desde el comienzo, que nos introduce en unos planteamientos maduros y adultos, tratados con seriedad, que trata a unos personajes bien trazados con respeto y cariño y que, sobre todo, plantea una puesta en escena tan invisible como certera, sin barroquismo alguno.
Pero la película tuvo un período de desarrollo problemático, que fue sostenido por primera vez por Warner Bros., cuando Mark Canton dirigía el estudio donde se encantaba el proyecto, pero después de dejarlo para dirigir Columbia Pictures, a su reemplazo no le gustó la película, y la mantuvo porque a muchos actores de la lista A, incluyendo a Bill Murray, Chevy Chase y otros, les gustó el guión de Steve Kloves, y querían hacer la película.
Finalmente, Sydney Pollack y su socio productor, Mark Rosenberg, que estaban a bordo y apoyaron el proyecto desde el principio, forzaron a Warner a poner la película en marcha, y llevarlo a otro estudio para hacerla.
La película terminó en Gladden Entertainment, que tampoco quiso hacer la película, y desde David Beigelman, el jefe del estudio, había obtenido una ganancia de $3 millones en derechos extranjeros por la película, que dio luz verde.
Sin embargo, los problemas continuaron, ya que el estudio tenía un acuerdo de distribución con Twentieth Century-Fox que estaba separado del antiguo régimen del estudio, Beigelman y el jefe de Fox, Barry Diller, tenían sus propios problemas personales entre sí, lo que dificultó el proyecto, y causó que la película se estrenara hasta septiembre de 1989.
Sin embargo, como la película recibió críticas positivas, y tuvo un desempeño excepcional en la taquilla, a pesar de las limitadas presentaciones teatrales, Diller abrió la película con un lanzamiento más amplio, que culminó como un éxito sorpresa en la taquilla, y fue nominado a 4 Premios Oscar.
Así las cosas, la trama sigue a los hermanos Baker:
Jack y Frank, que son pianistas de jazz en Seattle, y se ganan la vida tocando en bares y salones de coctel; donde su acto consiste en tocar intrincados duetos de jazz en grandes pianos mellizos.
Frank, maneja los aspectos empresariales; mientras que Jack, soltero, atractivo y más talentoso, se siente desilusionado y aburrido a causa de las piezas repetitivas y faltas de brillo que tocan.
Sin embargo, Jack lleva una vida confortable y sin responsabilidades gracias de las gestiones de Frank, durmiendo donde y con quien quiere.
Pero no tiene conexiones a nivel personal en su vida privada, a excepción de Eddie, su viejo perro labrador, y Nina, la hija solitaria de una madre soltera que vive en su edificio, que pasea a Eddie, y toma clases de piano con Jack.
Frank por su parte, tiene una esposa y familia a la que adora.
En todos los otros aspectos, la vida de Jack tanto a nivel personal como profesional, no es más que una serie de “cuartos vacíos”, pues el toca la música que en realidad le gusta en un club de jazz local…
Preocupados porque se han quedado algo anticuados para los tiempos que corren, lo que se evidencia en el rechazo de varios de los sitios en los cuales actúan, Los Hermanos Baker deciden realizar audiciones para seleccionar una cantante que se una a su acto, proceso que culmina con la incorporación de la hermosa y excéntrica Susie Diamond, una ex prostituta con una personalidad poco común, una voz picante, y una carga emocional que ella oculta la mayoría de las veces.
Y es que Susie llega tarde a la audición, se mofa en forma irreverente de la reputación personal de los hermanos, y azuza a Frank, diciéndole que ella tiene la intuición que ellos la van a contratar de cualquier manera…
Finalmente rompe con los reparos que él pueda tener con su interpretación de la canción “More Than You Know”, en la que la acompaña Jack, quedando claramente impresionado con la interpretación de Susie, y la misma Susie… más que lo que está dispuesto a admitir.
Luego de un comienzo turbulento, el nuevo acto es sorprendentemente exitoso, dando lugar a trabajos de mayor envergadura, y mejores pagos; pero Frank está preocupado de que Jack pueda echarlo todo a perder, si seduce a Susie, al darse cuenta de la atracción que crece entre ellos, y conocedor del efecto que su hermano posee sobre el sexo débil...
En efecto, Jack y Susie se observan mutuamente, mientras van de actuación en actuación, pero ninguno está dispuesto a dar el primer paso…
Mientras tanto, Jack toma conciencia cuan frágil es su mundo, cuando Eddie debe pasar la noche en un hospital veterinario... ya que le deben extraer varios dientes, una operación que puede llegar a matar al viejo perro…
Jack, que normalmente es emocionalmente distante, se da cuenta que Eddie es su único amigo en este mundo.
Por otra parte, el exitoso trio, y Eddie, aun recuperándose de su operación; salen de la ciudad para cumplir con un trabajo en The Mallory, un viejo hotel de gran estilo.
Allí, Frank debe abandonar el lugar en forma imprevista, cuando uno de sus hijos sufre un pequeño accidente…
Sin Frank que sirva de chaperón, Susie y Jack abren la puerta a sus sentimientos luego de interpretar en un hermoso dúo el tema “Makin' Whoopee” en la celebración de Año Nuevo en el hotel; y antes de tener relaciones sexuales, Susie le cuenta a Jack sobre su pasado en el servicio de “escorts”, yaciendo con clientes por la sola razón de que fueron amables con ella.
Ella intenta convencerlo de lo buen intérprete de piano que es él, pero él no está dispuesto a admitir sus problemas ante ella.
El romance es difícil y complicado desde el comienzo, y no dura mucho.
De regreso en Seattle, se percibe un nivel de tensión durante las presentaciones, ya que Frank sospecha lo que ha pasado entre Jack y Susie, y ambos se comienzan a rebelar contra el control creativo de Frank, que impone tocar temas que satisfagan al público, tales como “Feelings” todas las noches, en vez de las piezas de jazz que ellos prefieren.
Luego que Susie pasa la noche en el departamento de Jack, con un encuentro embarazoso con Nina; Susie revela que tiene una oferta lucrativa de un asistente a una convención en The Mallory, que comercializa comida para gatos, para cantar jingles por TV, lo cual implicaría dejar a The Baker Boys.
Finalmente, ella acepta la propuesta de trabajo, cuando Jack, herido por la decisión de ella, se rehúsa a admitir sus sentimientos por ella, y actúa como si la partida de ella no le importara…
Como despedida, ella le dice que al fin al cabo, él se está vendiendo en forma barata igual que como ella lo hizo siendo “escort”, al trabajar en actuaciones de poca calidad, en vez de explotar su talento como un músico de jazz serio.
Por lo que Jack visita a Susie, quien no parece estar disfrutando del negocio de los jingles, y le dice que se disculpa por la forma en que se ha comportado, y en forma sutil, pero para nada ambigua, le dice que quiere volver, a que lo intenten juntos.
Ella no está aún preparada para darle a él otra oportunidad, pero se separan como amigos, y Jack le dice que él tiene la intuición de que ellos se van a volver a encontrar, en una clara alusión a la frase que ella le dijo a los hermanos cuando la entrevistaron para tomarla como cantante.
Ella sale hacia su trabajo, mientras él la observa hasta que sale de su vista...
Cuando se presentan los títulos de cierre, se escucha el tema “My Funny Valentine” interpretado por Michelle Pfeiffer y Dave Grusin, como una clara intención de que quedan juntos.
The Fabulous Baker Boys, no es sino una nueva incursión en uno de los temas más reiterados del cine de Hollywood:
El mito del perdedor, en todo caso, cabría hacer una distinción:
El derrotado vendría a ser el tipo que ya no levantará jamás cabeza, porque su oportunidad pasó hace mucho; mientras que el perdedor sería el hombre que lleva la derrota en las venas, pero que se empeña una y otra vez, aunque esté condenado a no conseguirlo, a intentar la victoria.
Por su parte, Steve Kloves modula su fábula sobre la derrota en torno a la pareja de hermanos:
Los Baker Boys del título, el mayor, Frank; y el menor, Jack; que intentan levantar su decadente espectáculo de piano, con la incorporación de una sensual solista que adopta el sugerente nombre de Susie Diamond.
Con ello, la historia explora 2 direcciones, que se complementan y enriquecen mutuamente:
Por un lado, la larga trayectoria común de esos 2 hermanos para los que el arte hace mucho que se convirtió en profesión, dejando entrever la frustración que eso supone para el más talentoso de los 2, Jack, para quien el otro es el molesto “pepito grillo” que se encarna de devolverlo a la dura realidad, con el consiguiente resentimiento.
Y por otro lado, la relación, de tanteo sentimental, antes que de amor; entre Jack y Susie, que tropieza de entrada con la coraza protectora que el primero ha interpuesto ante un mundo en el que se siente a disgusto… porque se siente a disgusto consigo mismo, con el músico que pudo ser, y con el individuo frío, acomodado y demasiado dependiente del tabaco, del alcohol y del sexo rápido en que se ha acabado convirtiendo.
Así, Kloves nos muestra el “show business” desde dentro, en clave de comedia dramática, una historia lúcida y amarga que narra el devenir de unos hermanos pianistas, en un contexto depresivo y a menudo sórdido, en sintonía con la mitología del clásico perdedor.
Pero el film tiene un aroma especial, una sensibilidad que transciende en cada plano, con escenas jocosas e inteligentemente descritas del trío, como en los escarceos amorosos entre Jack y Susie.
Ese destartalado apartamento de Jack, donde añora sus tiempos de Jazz, sus fotos en actuaciones, con los discos que guarda de Bill Evans, Duke Ellington o Benny Goodman que salpican noches de vigilia y de ensoñador éxito, todo ello puntúa el recorrido de esos 3 desarraigados a la búsqueda de la dignidad y la autoestima; donde los lazos afectivos y profesionales, se verán enturbiados por la pasión que estalla entre la bella Susie, una chica muy atractiva y carismática de inconfesable pasado.
Es tan minimalista la historia, que pierde los estereotipos que, sobre el papel pudiera contener, gracias al talento de Kloves, mediante el cual fluye, según un ritmo pausado por los estupendos números musicales que describen ese mundo interior y sugestivo, puro blues de celuloide, sin aspavientos truculentos ni subrayados melodramáticos; y de esa manera el film avanza entre actuación y actuación, enlazando aspectos cotidianos de una vida de hotel en hotel, de club en club; y Kloves, mantiene un ritmo deliberadamente lento, al igual que la banda sonora que adorna su relato, mientras se toma su tiempo para dar profundidad a los 3 personajes, de hecho, aparte de ellos, el resto de personajes están desdibujados, o incluso simplemente esbozados:
Frank, que ha sabido tragarse su orgullo para sacar adelante a su familia, por lo que el piano no es más que un negocio para él.
Jack, un perdedor que se deja llevar por su hermano, a pesar de sus inquietudes algo más artísticas que su hermano.
Y finalmente Susie, un personaje del que no sabemos mucho, excepto que es independiente, y trata de evitar cualquier relación no profesional con sus compañeros de trabajo, en especial de Jack.
Sin embargo, este tercer personaje será en el fondo el detonante de convulsiones entre los 2 hermanos, aparentemente bien avenidos hasta su llegada, poniendo todo el ambiente en perspectiva.
Aunque sólo aparentemente...
La fuerza del film radica sobre todo en las interpretaciones de los 3 protagonistas, y hay que decir que los 3 están soberbios, sobretodo Michelle Pfeiffer, con su escena encima del piano, ya es uno de los referentes del cine; aunque los hermanos Bridges no quedan demasiado detrás...
Kloves maneja perfectamente el material al ritmo que le conviene, articulando una película muy interesante, que en el panorama cinematográfico actual, con guiones-basura que no tienen detrás nada más que la “nada más absoluta”, y sometido a la tiranía de los efectos especiales, encontrar un film honesto como este, con una dirección competente que utiliza una narrativa clásica, sustentada en un excelente guión, se transforma en todo un estimulante hallazgo que nos devuelve la ilusión por una forma de hacer cine que creíamos desaparecida para siempre.
Porque Kloves ha hecho un buen trabajo al escribir y dirigir esta película; y demuestra que talento; ha escrito una historia sólida, efectiva, pero simple, sin demasiados extras, y ha mantenido todo bastante sobrio.
Esto es solo una historia de amor que involucra a una pequeña banda, pero funciona, y eso es todo lo que importa.
Como dato, la mayoría de la película se filmó en la noche, por lo que el escritor/director, contrató al diseñador de producción, Jeffery Townsend, porque le encantó su trabajo en el trabajo de Martin Scorsese en la comedia negra “After Hours”, que se filmó casi por la noche; y también contrató al director de la fotografía, Michael Ballhaus, para agregar al diseño de producción estelar de Townsend; y ya es un considerable hallazgo por parte de Kloves, la elección de una pareja de auténticos hermanos para los papeles, puesto que otorga no solo una aceptación natural por parte del espectador, sino que también encierra cierta mirada “metafílmica”
Al filo de los 40 años, Jeff Bridges se encontraba en ese momento en que, o bien se da el paso adelante, o llega la acomodación; y justo es señalar que, en los años siguientes, y sin convertirse ni mucho menos en lo que se entiende por estrella a lo Tom Cruise o Tom Hanks; consolidaría lo esbozado en ese final de década, siendo reclamado para producciones tanto comerciales como con mayores ambiciones artísticas.
Y Bridges acierta con el punto justo de mínima expresividad:
Jack Baker es un hombre acostumbrado a encerrar sus sentimientos dentro de sí mismo, sin intentar en ningún momento atraer la simpatía fácil gracias a esa sonrisa, sin duda encantadora, de la que otros directores abusaron en películas muy cercanas en el tiempo.
Por su parte, Beau Bridges, 8 años mayor que Jeff, profesional desde una década antes que su hermano; llevaba a esas alturas una larga carrera, tanto en cine como en televisión, que no había tenido ni grandes altos ni estrepitosos bajos, instalada en cierta insípida medianía, sin nada que ver con las buenas capacidades como actor, que demuestra de modo estupendo en esta película.
En un segundo plano estelar, Beau hace una creación espléndida de ese hermano de talento discreto y que, al mismo tiempo que tal vez ha coartado la creatividad del otro Baker, es quien ha dotado de estabilidad una vida que de otro modo habría sido, se intuye, mucho más errática, y que por ello, tal vez habría tocado fondo antes.
Y en último lugar, Michelle Pfeiffer sale bien parada de una empresa difícil.
Es evidente que su voz no suena tan irresistible como, a ratos, se nos quiere hacer creer a partir de las reacciones de los públicos que la escuchan, que no son precisamente sofisticados, claro; ni sabe moverse sobre un escenario como un animal de la escena…
Pero es que Susie Diamond es la 3ª derrotada de la historia, es una muchacha cuya vida ha fluctuado entre la prostitución de baja intensidad y trabajos cuyo reclamo, ante todo, estriba en su belleza.
Una muchacha vulgar, como desvela en la audición de los Baker, con el gesto desdeñoso, las palabras malsonantes, el chicle pegándose a sus labios, la ropa chillona… pero que tiene, aun en tono modesto, algo…
Algo que a los Baker les vale como revulsivo, tanto entre ellos mismos como ante esos empresarios que estaban dejando de llamarlos, o como en el humillante inicio del film, “a pagarles un día pero sin dejarles tocar”, al modo de un viejo chiste de Los Hermanos Marx.
Así, Pfeiffer se adapta muy bien a ese personaje, pues ella misma fue un espejismo:
Parecía dotada de la magia de las grandes actrices de antaño, belleza y talento, pero tan pronto llegó a la cima, se vino abajo, en parte por sus limitaciones, en parte por las pésimas elecciones que hizo, algunas de ellas bajo producción propia…
En cualquier caso, justo es reconocer que la actriz transmite bien aquí ese aire animal, que sabe protegerse, pero que al mismo tiempo necesita sentirse protegida, y está magníficamente dirigida por Kloves, sino veamos la famosa escena de la interpretación al piano, en buena medida, funciona por la combinación de movimientos de cámara, y de la actriz que realiza el director.
Y por encima de todo, es estupendo el “feeling” entre ella y Jeff Bridges, ambos en un registro expresivo muy cercano, que da lugar a una secuencia inolvidable, aquella en que por fin, concluida la fiesta de Nochevieja en que tiene lugar la escena del piano; estalla la atracción física que estaba claro que ha ido surgiendo entre ellos.
Pero Steve Kloves se decanta por observar a sus personajes sin forzar nunca la mirada, dejando que paseen sus emociones, contenidas hasta la gelidez en el caso de Jack Baker, vulgarmente extravertidas en el de Frank, oscilantes entre la entrega y la autoprotección en el de Susie; y que las imágenes fluyan, siguiendo una narrativa lenta que no solemne, triste pero no plañidera, sin alzar nunca la voz, aprovechando muy bien las prestaciones musicales de su planteamiento.
Y todo ello sin atreverse a incurrir nunca ni en la elegía ni en la autocompasión, permitiendo al espectador convertirse en testigo silencioso, cómplice, pero también pudoroso, al que le gustaría que los actos de los personajes fueran unos pero que también comprende, aun con dolor… que sean otros.
Y hay que descubrirse ante el magnífico final, en absoluto cerrado, y por tanto deja al espectador la decisión de interpretar lo que sucederá después, sellando así la profunda implicación que ese gran director abortado que fue Kloves, y que consiguió de todos nosotros.
Del reparto, Jeff Bridges fue la primera opción de Kloves para el papel de Jack Baker.
“Jeff, para mí, es como los actores de los viejos tiempos que nunca sabes que están actuando; es impecable, nunca lo ves trabajando en eso”, dijo el director.
Inicialmente, al hermano de Jeff, Beau Bridges, se le mostró el guión, aunque admitió que “era un poco reacio, ya que Jeff lo había iniciado, y no quería que nadie sintiera que el hermano mayor se había visto obligado a hacerlo.
Terminé de leer el guión, sin embargo, habría matado por haberlo hecho” dijo.
Según Kloves, “Beau tiene la habilidad más maravillosa de crear momentos memorables con simples gestos”
Y esta fue la primera vez que Jeff y Beau Bridges actuaron juntos en una película; y algunos de los desacuerdos entre los hermanos Baker, también se basaron en las diferencias reales entre los Bridges.
Una de las partes favoritas de Jeff, del rodaje de la película, fue la coreografía de la escena de la pelea, que tiene lugar después de su desastrosa aparición de teletón con su hermano Beau...
Antes de la pelea, entre Frank y Jack después del teletón, el escritor/director Steve Kloves, le preguntó a Beau Bridges, si era cierto que rechazó la parte de Ryan O'Neal en “Love Story” en la que Beau dijo que era verdad, y todavía estaba enojado por eso… después de todos esos años.
Utilizando eso como motivación para la escena, Beau se fue con su hermano Jeff…
Pero Jeff, accidentalmente rompió su dedo en la escena como resultado de ello.
Como curiosidad, Beau Bridges no se estaba quedando calvo, pero el guión requería que él fuera calvo.
En una entrevista de 2014, se reveló que Jeff cortó la zona calva en el cabello de Beau; y Jeff explicó:
“Así que él me dejó, tomamos un par de copas de vino, y me permitió cortar el parche de calvicie en la parte posterior de la cabeza”
“Estúpido movimiento”, le respondió Beau.
Otro dato de la película, es que Jack y Frank han estado tocando el piano desde muy pequeños, probablemente desde los 7 años, como se ve en las fotos en el estudio de Frank, con sus pequeños pianos blancos.
Sin embargo, como dúo, habían estado tocando desde 1973, que coincide con la línea de tiempo de la película, y cuando la película se hizo en 1988, lo que sería 15 años profesionalmente como dúo.
Y una vez que Susie subiera a bordo para cantar con ellos, pasarían de 6 meses a 1 año como trío, hasta que terminaron.
Por otro lado, las razones por las que Jack se comporta como lo hace, es porque está cansado, y se siente miserable de tocar en los mismos lugares con la misma música…
Y es que él tiene sus propios sueños de tocar jazz real en clubes nocturnos o incluso un contrato de grabación con un sello.
Esto se deduce de muchas escenas, como la escena de un club nocturno en Henry, donde ve a su amigo, mientras que él está tocando libremente en el salón de baile donde Susie aparece, y pasa tiempo con él; y cuando Susie le dice “que eres más que eso” en la que ella ve más allá de sus frustraciones.
Pero nunca Jeff Bridges sonó tan melancólico en sus ácidas palabras, en su gesto cínico, de maltrato emocional y necesidades afectivas.
Ni su hermano Beau Bridges, a una altura tan inalcanzable como la ternura que desprende su personaje.
Por otro lado, para el papel de Susie Diamond, se audicionó actrices como:
Madonna, Debra Winger, Brooke Shields, Jodie Foster y Jennifer Jason Leigh.
Fue cuando George Roy Hill se encargó de dirigir, que Steve Kloves lanzó la idea de elegir a la difunta Whitney Houston como Susie Diamond.
Kloves la había escuchado cantar justo cuando estaba empezando a convertirse en una superestrella, por lo que él y Hill fueron a un concierto que estaba presentando en el Carnegie Hall de New York.
Después del concierto, Hill aceptó la idea de Houston, e inmediatamente quiso cambiar el final negativo de la película, junto con Susie en dirección a Las Vegas y convirtiéndose en un gran éxito…
Pero Kloves lo interrumpió, y le dijo a Hill que no cambiaría el final, independientemente de si Houston estaba o no en el elenco.
El papel finalmente fue a Michelle Pfeiffer.
Kloves dijo que “Michelle es la guinda del pastel”
De hecho, ella misma cantó todas sus canciones; no se utilizó doble vocal.
Ella no había cantado en 1 año cuando obtuvo la parte de Susie Diamond; por lo que tuvo que practicar 10 horas al día en el estudio, y luego se llevó las cintas a casa para estudiarlas… y su Susie Diamond está en lo cierto, es una cantante maravillosa.
Pero Michelle es una actriz con rango ilimitado…
A pesar de haber cantado ya en pantalla en su debut cinematográfico, en “Grease 2” (1982), Pfeiffer nunca fue un cantante profesional; pero comenzó a tomar lecciones de voz 2 meses antes de que comenzara la filmación.
Su entrenadora vocal, Sally Stevens, elogió su dedicación:
“Ella estaba cantando estas canciones de una manera muy expuesta, sin cuerdas ni exuberantes orquestaciones para esconderse detrás, solo un piano”
En preparación para la escena más famosa, una versión de “Makin 'Whoopee” sobre un piano de cola que tomó 6 horas para filmar, Pfeiffer solo tuvo una lección de coreografía, y usó almohadillas para las rodillas y los codos durante los ensayos.
Por ello, su desempeño en el filme atrajo críticas muy favorables de casi todos; tanto que The New York Times la llamó “una elección inesperada… ella demuestra ser electrizantemente acertada”
El Chicago Sun-Times escribió:
“La película muestra el florecimiento, no solo de una mujer hermosa, sino ves la capacidad de una actriz en hacer que te preocupes por su personaje, para hacerte sentir lo que ella siente...”
De hecho, la canción “Makin Whoopee”, no es simplemente un canto; es lo que hizo Rita Hayworth en “Gilda” y Marilyn Monroe en “Some Like It Hot”
Son momentos icónicos del cine.
Como dato, ese vestido de noche de terciopelo rojo que usa Pfeiffer durante esa célebre secuencia, fue diseñado por Lisa Jensen; y ha sido mencionada y parodiada en numerosas ocasiones, entrando a la cultura popular como una imagen icónica.
Por otro lado, la escena donde Jeff Bridges y Michelle Pfeiffer tienen su pequeño juego previo entre ellos usando diferentes objetos como la crema de afeitar, la mantequilla en el pan, etc., la escena no funcionaba, por lo que Steve Kloves le dijo a la tripulación, que se tomara un descanso de una hora, para consultar con Bridges, Pfeiffer y el director de fotografía, Michael Ballhaus; de cómo hacer que la escena funcione.
Kloves lo había simplificado, y se convirtió en una de sus escenas favoritas en la película.
Y a modo de curiosidad, la película comienza cuando Jack va a trabajar en la noche con su hermano Frank; y termina con Susie, que va a trabajar en la mañana con Jack queriendo verla…
Esto significa un cambio importante, o una transición en sus vidas con un futuro más brillante para ambos.
Y es que después de su separación, Jack, Susie y Frank, van en direcciones diferentes personalmente:
Jack, finalmente llega a tocar en el club nocturno de Henry, 2 veces por semana.
Susie fue contratada por una compañía de comida para gatos para cantar jingles.
Y Frank quiere hacer carpintería y enseñar a los niños a tocar el piano.
Pero esta historia termina con Jeff Bridges diciendo la palabra “Intuición” a Michelle Pfeiffer cuando se va a su nuevo trabajo, que es exactamente la misma palabra que usó durante su audición...
Lo que significa que Jack y Susie, probablemente terminen juntos al final.
Otro dato es que los también hermanos, Dennis y Randy Quaid, rechazaron los papeles de los hermanos Jack y Frank Baker… pero Dennis luego sería dirigido por Steve Kloves en “Flesh and Bone” (1993)
El debut de Michelle Pfeiffer con los Baker Boys, en el que canta “Ten Cents A Dance”, se lleva a cabo en el Cloud Room, en el piso superior del hotel Camlin de Seattle; inaugurado en 1947.
El Cloud Room era un famoso club nocturno que atraía a grandes talentos como Elvis Presley y Frank Sinatra; pero se cerró en 2003, y el piso superior de Camlin, se convirtió en suites de condominios.
Por otra parte, si bien Madonna rechazó el papel de Susie porque pensaba que la trama “era demasiado blanda”, ella hizo la icónica escena del piano en su tour llamado “Blond Ambition” en 1992.
Y según Steve Kloves, hay 2 escenas en la película que duran alrededor de 7 minutos, y que no son más que simples diálogos, lo cual es bastante raro en la actualidad.
Por último, la banda sonora, creada y orquestada por el gran David Grusin, rezuma tenues tonalidades jazzísticas que saben ser tanto ilustración episódica, como definir estados de ánimo, y por ello, la banda sonora es fundamental en la película.
La música elegida o compuesta por Dave Grusin, suena tan deliberadamente lenta como lo es el desarrollo de la trama, tan pausada como es la construcción de los personajes, y parece que cada frase arrancada del piano o del saxo, queda flotando por siempre jamás en el universo de estos músicos tan vivos e infelices como fracasados, tan enamorados como asustados y desesperanzados, en piezas como:
“Prelude to a Kiss”, “The Look of Love”, “Solitude”, “The Pea Song”, “My Funny Valentine” o “Moonglow”, que van llenando los huecos de las tristezas, los vacíos que deja una vida repleta de aristas con las que hay que pelear.
Es jazz del bueno, del bueno de verdad; y aunque Dave Grusin grabó las canciones para la banda sonora de la película, Beau Bridges y Jeff Bridges aprendieron a tocar todas las canciones; y para hacer que su interpretación pareciera realista, los actores vieron cintas de video de las manos de Grusin tocando la música; sin embargo, en algunas ocasiones, las manos de Grusin se usaron para las tomas de las manos del piano de Jeff Bridges, mientras que las manos de John F. Hammond lo fueron para Beau Bridges; de hecho, fue el músico de jazz, Johnny Hammond, quien sugirió “More Than You Know” como la canción que Michelle Pfeiffer canta para su audición para los Baker; y dijo que la canción “era más fácil para su voz y para realizarla”
¡Cuánta razón!
“I told you I was gonna hit you”
Qué gran lienzo de sentimientos muestra The Fabulous Baker Boys, pues retrata con suma elegancia y gran sentido del tiempo, la vida de unos seres cercanos, desamparados, perdidos y descreídos en un mundo que no es otro que la misma realidad.
Una realidad que duele, que quema…
Una realidad que rechaza el talento creativo en busca de otros valores.
Y lo que eleva a este film por encima de sus humildes y honestas posibilidades, es la capacidad de extraer de las circunstancias y dramas internos de sus protagonistas, una profunda melancolía totalmente exenta de dramatismo; tan real como la vida misma, que el film interioriza en la propia dignidad humana como en un ejercicio introspectivo, y por ello se resalta aquello que no se dice con palabras sino con miradas, gestos, detalles y una sobriedad y contención estilística que hace de esta propuesta, una película sensible, hermosa, tierna y, al mismo tiempo, de una dureza tan real como la vida.
Una joya cinematográfica que realza un sabio uso del romanticismo, pero sobre todo, examina la degradación personal y profesional quedando reducida a escombros, en ese último intento por recuperar la dignidad perdida.

“Nothing personal...”



Comentarios

  1. Por favor, álguien recuerda un tema con mucho ritmo (tipo rock) para bailar dónde se menciona a Jack. en the fabulous baker boys. Gracias Claudio

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