Don't Look Now

“It's utter madness!”

Un “presagio”, es un fenómeno que se cree que sirve para adivinar el futuro, y que a menudo hace referencia al advenimiento de un cambio... también es llamado “augurio”
La interpretación de presagios y de signos proféticos, es una forma de adivinación, y pueden considerarse buenos o malos, dependiendo de su interpretación.
Se puede interpretar de forma diferente un mismo signo según la persona o la cultura que lo esté haciendo, o por la diferencia de la persona...
Los presagios, anuncios, predicciones y vaticinios, se diferenciaban de los augurios en que éstos se practicaban y percibían conforme los signos buscados y prevenidos por las reglas del arte augural; en tanto que los presagios, como dimanados de la casualidad, eran interpretados por cada persona de un modo más vago o al capricho.
Aunque la palabra “presagio” por lo general carece de referencia a la naturaleza del cambio, por tanto, posiblemente sea bueno o malo, el término se usa más a menudo en un sentido premonitorio, como ocurre con la palabra “siniestro”
No obstante, el origen de la palabra es desconocido, aunque puede estar conectado con la palabra latina “audire”, que significa “escuchar”
De ello nos habla la colección de relatos cortos llamado “Not After Midnight (1971) escritos por Daphne du Maurier, publicado en Estados Unidos como “Don't Look Now”
El libro contiene varias novelas de larga duración, todas con diferentes personajes y temas, pero similares en cuanto a los eventos sobrenaturales o extraños.
Aunque Dame Daphne du Maurier, Lady Browning , DBE está clasificada como una novelista romántica, sus historias han sido descritas como “de mal humor y resonantes”, con matices de lo paranormal.
Al principio, sus obras más vendidas no fueron tomadas en serio por los críticos, pero desde entonces se han ganado una reputación duradera como oficio narrativo; y muchos de sus relatos se han adaptado con éxito al cine, incluidas las novelas:
“Jamaica Inn” (1936), “Rebecca” (1938), “My Cousin Rachel” (1951); y los cuentos “The Birds”  (1963) y “Don't Look Now/Not After Midnight”
En general, las historias cortas de Du Maurier son más oscuras como Don't Look Now, y son cuentos de terror finamente elaborados, que sorprendieron y sorprenden a su público en igual medida.
Una de esas historias de la colección, es precisamente “Don't Look Now”, la primera de todas; y sigue a una pareja cuando se toman vacaciones en Venecia luego de la muerte de su hija, por meningitis; y allí se encuentran con 2 hermanas gemelas idénticas de mediana edad, una de las cuales, es ciega y dice ser psíquica; por lo que ella puede “ver” a la hija de ambos, sentada con sus padres.
Mientras tanto, Venecia se ha visto afectada por una serie de asesinatos y, durante una noche, el hombre descubre brevemente lo que parece ser una niña pequeña con un duendecillo que salta a través de algunos botes amarrados, y casi cae al agua, antes de desaparecer en una de las casas del canal.
También la pareja vuelve a encontrarse con las hermanas en el restaurante donde cenan; y le dicen a la mujer que su hija está tratando de advertirles que están en peligro si permanecen en Venecia, y que el marido también tiene el don del presagio, pero no se da cuenta...
Al llegar al hotel, el director de la escuela preparatoria de su hijo, les dejó un mensaje informándoles que él se había enfermado de apendicitis…
La esposa inmediatamente reserva un vuelo de regreso a Inglaterra, pero más tarde ese día, el esposo está convencido de que la ha visto en un “vaporetto” con las hermanas.
Incapaz de localizarla, o a las hermanas, él informa de su desaparición a la policía; y a su regreso al hotel, decide llamar a la escuela de su hijo para saber de su estado, y se sorprende al descubrir que su esposa, de hecho está en Inglaterra.
Mientras tanto, las hermanas han sido arrestadas, y están detenidas bajo custodia policial, por lo que el esposo se dirige a la estación de policía para resolver el problema; y luego las escolta de regreso a su pensión, pero al llegar, la hermana psíquica cae en trance…
El hombre se va apresuradamente y, desorientado, tropieza en el callejón de la tarde anterior...
Una vez más, él ve a los duendecillos vistiendo una figura infantil que salta a través de los barcos amarrados, pero esta vez ve a un hombre en su búsqueda…
Horrorizado de que el hombre sea el asesino que aterroriza a Venecia persiguiendo a su próxima víctima, la sigue a una habitación a la que ella ha corrido, y procede a cerrar la puerta para evitar que salga el agresor.
Cuando el duendecillo cae al suelo, se revela que el “niño” no es una niña pequeña, sino una enana de mediana edad…
Sonriendo, la enana saca un cuchillo de su bolsillo, y lo apuñala, perforándole la garganta.
Cuando él cae al suelo, tiene una visión de su esposa en el “vaporetto” con las hermanas, y esta vez se da cuenta de que es un presagio de su funeral.
Las otras historias de la colección, son:
“Not After Midnight” que es un cuento sobre un profesor de pintura, solitario, que se va de vacaciones a Creta, y conoce a una extraña pareja estadounidense.
La mujer lo invita a visitarlos en su habitación de hotel, pero “no después de la medianoche”, la razón se revela a medida que avanza la historia.
“The Breakthrough” es una historia de ciencia ficción, ambientada en un laboratorio aislado en las zonas salvajes de Norfolk; donde un hombre es enviado a ayudar a una nueva computadora; pero pronto se da cuenta de que el propósito de los experimentos científicos que se realizan allí, es atrapar su fuerza vital, o alma, en el punto de la muerte, y utilizar su energía.
El sujeto de prueba es un joven y afable asistente que se está muriendo de leucemia; pero el plan va terriblemente mal...
“The Way of The Cross”, toma a un grupo disperso de peregrinos de la misma aldea, cuando se embarcan en un viaje a la frenética y polvorienta Jerusalén; donde su vicario se enferma, y es reemplazado por un extraño reverendo.
En la primera noche, un precoz niño de 9 años, sugiere un paseo al Jardín de Getsemaní; y en la oscuridad, entre los arbustos y los árboles, 2 personas escuchan cosas sobre sí mismos que los obligan a reevaluar sus vidas.
Posteriormente, todo el grupo aprende mucho sobre ellos mismos y sus seres queridos, y regresan a su hogar como mejores personas.
Finalmente en “A Border Line Case”, toma a una joven actriz que busca al viejo amigo de la familia después de la muerte de su padre; y descubre que él es un Comandante del IRA y lo acompaña en un bombardeo en Irlanda, pero pronto se entera de que no es todo lo que parece ser...
De las películas, Daphne du Maurier a menudo se quejó de que los únicos que le gustaban eran las obras de Hitchcock, especialmente “Rebecca” y la de Nicolas Roeg, “Don't Look Now”; pues estos trabajos transmitían ideas que se vinculaban con lo aparente, lo real y la fantasía, además de una sensación apocalíptica, como si estuviésemos frente al término de algo, y el inicio de algo peor.
“Nothing is what it seems”
Don't Look Now es una película de suspense, del año 1973, dirigida por Nicolas Roeg.
Protagonizada por Julie Christie, Donald Sutherland, Hilary Mason, Clelia Matania, Massimo Serato, Renato Scarpa, Giorgio Trestini, Leopoldo Trieste, David Tree, entre otros.
El guión es de Allan Scott y Chris Bryant; basados en un relato corto de Daphne du Maurier, escritora de suspense que sirvió como inspiración a directores como Alfred Hitchcock.
No obstante, las películas de Nicolas Roeg, fallecido en noviembre de 2018, son conocidas por tener escenas e imágenes de la trama presentadas de forma desordenada, fuera de orden cronológico y causal, que requieren que el espectador haga el trabajo de reorganizarlas mentalmente para comprender la línea de la historia; por lo que parecen destruir la realidad en mil pedazos, y son impredecibles, fascinantes, crípticas y susceptibles de dejarte preguntándote:
¿Qué diablos acaba de pasar?
Y una característica de las películas de Roeg, es que se editan de manera disyuntiva y semicoherente, que tiene sentido completo solo en los momentos finales de la película, cuando surge una pieza crucial de información; son montajes en forma de mosaico, llenos de detalles elípticos que se vuelven muy importantes más adelante; y otro tema que se puede ver en su filmografía, son los personajes que están fuera de su entorno natural.
Don't Look Now, comercializado como un “thriller psíquico”, es un film de intriga y misterio, con elementos de cine de terror, que en su día recibió muy buenas críticas, y a su vez fue un film muy controvertido, hecho que influyó en su actual consideración como película de culto.
Aunque Don't Look Now observa muchas convenciones del género de suspenso, se centra en la psicología del dolor y el efecto que la muerte de un niño puede tener en una relación.
Su representación de la pena, se ha identificado como inusualmente fuerte para una película con elementos de trama sobrenaturales, y de manera comercial; por ello es famosa por su estilo de edición innovador, y su uso de motivos y temas recurrentes; así como por una escena de sexo controvertida, que fue explícita en su momento.
La narrativa de la película a menudo emplea “flashbacks” y “flashforwards” de acuerdo con la representación de la precognición, pero algunas escenas se intercalan o se fusionan, para alterar la percepción del espectador de lo que realmente está sucediendo; así adopta un enfoque impresionista de sus imágenes, donde a menudo presagia eventos con objetos familiares, patrones y colores utilizando técnicas de edición asociativa.
En el Reino Unido, Don't Look Now fue estrenada en cines en doble función con “The Wicker Man” (1973); y su reputación ha crecido en los años desde su lanzamiento, y ahora se considera un trabajo clásico e influyente en el cine de terror y británico.
Por su parte, Daphne du Maurier se mostró complacida con la adaptación de su historia, y le escribió a Nicolas Roeg para felicitarlo, por captar la esencia de la relación de los protagonistas.
Sin embargo, la película no fue bien recibida por los venecianos, especialmente Los Concejales, que temían que ahuyentara a los turistas.
El rodaje comenzó en Inglaterra, en 1972, se reanudó en 1973, terminando en Venecia, Italia, que resultó ser un lugar difícil para filmar, principalmente debido a las mareas, que causaron problemas con la continuidad y el equipo de transporte.
La acción sigue al arquitecto John Baxter (Donald Sutherland), y a su esposa Laura (Julie Christie), cuando se trasladan a Venecia después de que su hija muriera ahogada en un lago cercano a la casa.
Allí conocen a una extraña vidente llamada Heather (Hilary Mason) y a su hermana Wendy (Clelia Matania); donde la vidente dice haber visto a su hija, y que les advierten de un peligro inminente…
El marido al principio desestima sus reclamos, pero él mismo comienza a experimentar avistamientos misteriosos; y parece que él mismo tiene sus propios destellos psíquicos, al ver a su hija caminar por las calles en su manto rojo, así como a Laura y las hermanas en una góndola funeraria...
Entre tanto, una ola de asesinatos asola Venecia...
Toda la película está llena de sucesos extraños, casualidades inquietantes y visiones imposibles, como cuando John está convencido de que ve a Laura y la ciega en un barco del canal, cuando se supone que está fuera del país...
Y todos esos incidentes están conectados en un final impactante, increíble y aterrador.
De esa manera, Nicolas Roeg creó un film que debe experimentarse, que no otorga respuestas ni explicaciones, y solo existe y persiste en la mente mucho luego de terminada, un filme para el debate, que muestra tras muchos visionados, la realidad y las pistas de lo que realmente está sucediendo.
“This one who's blind.
She's the one that can see”
El nuevo Hollywood en los años 70, fue una época en la que el realizador tenía el control sobre su obra, lo que facilitó la creación de películas únicas con un enorme sustento narrativo y visual.
Don’t Look Now, fue el resultado de este sentir de la industria del cine, junto a posicionarse como una cinta de horror que se adelantó a su época.
Y es que difícil poder clasificar la filmografía del cineasta británico, Nicolas Roeg, cuya visibilidad y concepción del mundo, siempre ha estado sujeto a cierto lirismo narrativo, y la utilización de recursos que usualmente muestran a sus protagonistas, en medio de 2 dimensiones de la realidad; y Don't Look Now fue su 3° largometraje, después de “Performance” (1970) y “Walkabout” (1971); y antes de ponerse tras la cámara, fue un destacado director de fotografía, y entre sus trabajos más recordados, está la versión de los 60 de “The Madding Crowd” (1967); la novela de Thomas Hardy que se definía por su estilo, en el que el impacto depende de coincidencias aleatorias, y su tono de melodrama.
Ahora, aquí, basado en una historia de Daphne Du Maurier, Roeg mezcla todos los elementos por los cuales la escritora se haría famosa:
Melodrama, historias con trasfondo gótico y sobrenatural… no por nada, nombres como Hitchcock han bebido de su influencia, y a pesar de que los guionistas Alan Scott y Chris Bryant se tomaron muchas libertades, y desviaron algo la historia original, contaron con el beneplácito de Du Maurier.
Centrada en el horror, Don't Look Now también es una gran historia sobre como el peso enorme de una pérdida personal, puede arruinar poco a poco las relaciones de pareja.
Ese cambio de drama doméstico a “thriller” sobrenatural, es casi imperceptible, y ahí reside gran parte de su magia; al tiempo que hay por ahí un asesino en serie, con suspenso a raudales y muchas historias que pasan a la vez, pueden crear la sensación de caos, pero es al final cuando ya salen los créditos, cuando todo parece ir encajando pieza tras pieza.
Una clave tiene lugar al comienzo de la película, en Hertfordshire, donde Julie Christie está sentada junto a una hoguera, leyendo un libro titulado “Beyond The Fragile Geometry Of Space”, como una de las primeras pistas para concebir las coincidencias de lo que vendrá, como un mapa de conexiones casi a nivel intuitivo.
Todas las convergencias son enigmáticas, y ocultan algún significado como para hacer palpable que hay algo que nos rodea, pero que no podemos ver...
Lo que vemos es lo que creemos que está sucediendo ahora, de ahí el título original “No mires ahora”
Mientras que el resto pertenece a la infraestructura metafísica, entre el pasado y el futuro, una dimensión olvidada en todo lo que nos rodea, más allá de la delicada geometría del espacio, de aquel libro leído.
Al tiempo que se contempla como la ciudad de Venecia se llena de asesinatos, de niños con chubasqueros rojos en calles intrincadas, insólitas llamadas telefónicas, gente rara, y sucesos que evocan al pasado, vinculando con el futuro, y de esa manera, Roeg cimenta la confusión mediante una edición compleja, donde Venecia cobra vida en el film, pero no de la manera que cualquier turista lo desearía, y ello juega un papel fundamental para crear la atmósfera que tenemos delante.
Cuidado, no nos enfrentamos a cine de terror al uso, no son solo imágenes chocantes y ruidos estridentes para asustar al más novato… por lo que Roeg utiliza lo oculto, lo inexplicable, para penetrar el subconsciente, y hacer de carne y hueso fantasmas que guardamos muy dentro de nuestro ser.
Por ello, el espectador puede entenderla como el reflejo de un estado de ánimo, y la mirada distorsionada de un hombre en estado de “shock” ante un hecho traumático:
La muerte de su hija pequeña.
Pero también introduce un elemento de parapsicología, y es que incluida la muerte de su hija, todo son avisos y premoniciones ante un hecho futuro, donde ese restaurador con un trauma, el rostro de Sutherland es el necesario, es una pieza clave; y así la película se convierte en reto inquietante para la mirada de quien la vea.
Todo inicia algún tiempo después del ahogamiento de su hija Christine (Sharon Williams), en un accidente en su casa de campo inglesa, que John Baxter y su esposa Laura, golpeada por la pena, viajan a Venecia después de que John acepta una comisión de un obispo (Massimo Serato) para restaurar una iglesia antigua.
Allí, Laura se encuentra con 2 hermanas ancianas:
Heather y Wendy en un restaurante donde ella y John están cenando.
Heather dice ser psíquica y, a pesar de ser ciega, informa a Laura de que es capaz de “ver” a la hija fallecida de Los Baxter.
Sacudida, Laura vuelve a su mesa, donde se desmaya de nuevo y es llevada al hospital, donde luego le cuenta a John, lo que Heather le contó.
John es escéptico, pero está gratamente sorprendido por el cambio positivo en el comportamiento de Laura; y más tarde en la noche, después de regresar del hospital, John y Laura tienen sexo apasionado…
Luego, salen a cenar donde se pierden y se separan brevemente; es ahí donde John vislumbra lo que parece ser una niña pequeña (Adelina Poerio) con un abrigo rojo, muy similar al que llevaba puesto Christine cuando murió.
Al día siguiente, Laura se encuentra con Heather y Wendy, quienes celebran una sesión espiritista para tratar de contactar a Christine…
Cuando ella regresa al hotel, Laura le informa a John, que Christine ha dicho que él está en peligro, y que debe salir de Venecia... pero John pierde la paciencia con Laura, y esa noche reciben una llamada telefónica, informándoles que su hijo (Nicholas Salter) ha resultado herido en un accidente en su internado.
Laura se marcha a Inglaterra, mientras John se queda para completar la restauración; y poco después, casi muere en un accidente en la iglesia, cuando los andamios se derrumban, y él interpreta esto como “el peligro que las hermanas predijeron”
Más tarde ese día, y aún bajo el supuesto de que Laura está en Inglaterra, John se sorprende cuando la ve en un bote que pasa por un cortejo fúnebre, acompañado por las 2 hermanas.
Preocupado por el estado mental de su esposa, y por los informes de un asesino en serie en Venecia, informa sobre la desaparición de Laura a la policía.
El inspector (Renato Scarpa) investiga los asesinatos donde John es ahora sospechoso, y ordena que lo sigan…
Después de realizar una búsqueda inútil de Laura y las hermanas, en la que vuelve a ver a la figura infantil con el abrigo rojo, John se pone en contacto con la escuela de su hijo, para preguntar sobre su estado, solo para descubrir que Laura ya está allí.
Después de hablar con ella para confirmar que realmente está en Inglaterra, un desconcertado John, regresa a la estación de policía para informarle que ha encontrado a su esposa.
Mientras tanto, la policía ha detenido a Heather para interrogarla, por lo que John se disculpa, y se ofrece a acompañarla de regreso al hotel.
Poco después de regresar, Heather cae en un trance, por lo que John pone sus excusas, y se va rápidamente.
Al salir de allí, Heather le suplica a su hermana que persiga a John, sintiendo que algo terrible está por suceder, pero Wendy no puede alcanzarlo.
Mientras tanto, John vislumbra a la misteriosa figura en rojo, y esta vez lo persigue… y arrincona a la figura esquiva en un palacio abandonado, y se acerca a él, creyendo que es un niño…
En cambio, se revela que es una horrible mujer enana, y mientras John se congela de terror, la enana saca una cuchilla y le corta la garganta.
Cuando la vida se le escapa, John se da cuenta demasiado tarde, de que los extraños avistamientos que ha estado experimentando, eran premoniciones de su propio asesinato y funeral.
Aparentemente, Don't Look Now es un “thriller” oculto, pero las convenciones de género de la historia del fantasma gótico, sirven principalmente para explorar las mentes de una pareja apenada por el dolor.
El director de la película, Nicolas Roeg, estaba intrigado por la idea de hacer que “la pena se convirtiera en el único empuje de la película”, señalando que “la pena puede separar a las personas...
Incluso la relación más cercana y saludable, puede deshacerse a través de la pena”
La presencia de Christine, la fallecida hija de Los Baxter, pesa mucho en el estado de ánimo de la película, ya que ella y la naturaleza de su muerte, se recuerdan constantemente a través de las imágenes de la película, donde hay retrocesos regulares de Christine jugando con su bata roja, así como los avistamientos de la misteriosa figura infantil, que también lleva un abrigo rojo que se parece a ella; la asociación constante del agua con la muerte, se mantiene a través de una trama secundaria de asesinos en serie, en la que las víctimas son arrastradas periódicamente desde los canales; también hay un momento conmovedor, cuando John saca a la muñeca de un niño fuera de un canal, tal como lo hizo con el cuerpo de su hija al comienzo de la película.
Y una de las constantes del film, es esta lucha entre lógica y superstición, como se nos muestra no sólo entre los debates que sostiene el protagonista principal dentro de su propia mente, sino también con las espiritistas con las que su mujer se reúne a lo largo de la obra.
En realidad, el principio y el final de la obra, están sumamente conectados, y hacen que la película gane enteros, a medida que se desvela el final en que todo queda sentenciado para el espectador; y por ello se juega precisamente con el desarrollo de la obra, para no dar ni una explicación lógica, cosa que ha hecho que gran parte del público se desentienda de la película, al ver que no se ofrecían soluciones simplistas como las que sí suceden en otras películas del género, en que todo queda marcado por pautas previsibles, como en el subgénero del “slasher”, en el que se puede adivinar fácilmente lo que sucederá a continuación.
Lo que Nicolas Roeg busca precisamente con su planteamiento, es hacer desesperar al espectador, que no entienda en gran parte lo que está viendo, en muchos momentos, el público se siente perdido, y cree que no está entendiendo el argumento, o que no ha seguido bien la película, y ahora no puede volver a conectar; con lo que se crea un sentimiento de auténtico desasosiego, donde pocas veces una película logra desesperar tanto como se logra aquí.
En gran parte, esto ocurre gracias al talento de Nicolas Roeg, que riega la película con recursos que hacen que esta sensación de desesperación vaya “in crescendo”; y en gran parte se convierte en un “quién es quién” por tratar de adivinar quién es el auténtico peligro en la ciudad.
Por ejemplo, las mujeres psíquicas, que el director se encarga de presentar como si fueran auténticas brujas del siglo XX; o el cura, el cual habla de una manera mucho más sombría de lo que un padre debería hacerlo; o el oficial de la policía…
Así, Roeg desarrolla un filme fascinante desde los primeros minutos, y cuyo tercer protagonista es el color rojo, como recurso visual que se conecta con diversas situaciones.
Este intenso tono, representa la advertencia, la vida o muerte en medio de una Venecia ocre y oscura.
Esta ciudad italiana, siempre se ha asociado a tópicos como el romance, pero en Don’t Look Now, luce peligrosa; con sus calles y puentes que esconden una maldad que crece en medio de las sombras de la noche; donde John Baxter desea olvidar el fatídico desenlace de su hija.
Él es un hombre práctico, que evita leer entre líneas; en cambio su mujer es de mente abierta, y desea buscar respuestas en lugares poco comunes, y alejados de lo terrenal.
El primero es la negación, mientras que la segunda está más cerca de la espiritualidad y el mundo de lo paranormal.
Y para ojos primerizos, Don´t Look Now se presenta como una historia en donde no sucede mucho, y esto se debe a que estamos ante un trabajo que habla de lo simbólico, donde cada escena, cada decisión de los protagonistas, nos acercan a un final que también es circular, y que se conecta con la muerte.
El uso asociativo de motivos recurrentes, combinado con técnicas de edición poco ortodoxas, presagia los eventos clave.
Por otro lado, en la novela de Daphne du Maurier, es Laura quien usa un abrigo rojo, pero en la película el color se usa para establecer una asociación entre Christine y la figura esquiva de la que John sigue captando destellos.
Pero el rojo como también el verde, están presentes en casi todas las escenas de la película.
La historia de Du Maurier, en realidad comienza en Venecia luego de la muerte de Christine a causa de la meningitis, pero se tomó la decisión de cambiar la causa de la muerte a ahogarse, e incluir un prólogo para explotar el motivo del agua.
La amenaza de muerte por caída, también está presente en toda la película:
Además de Christine que cae en el lago, Laura es llevada al hospital después de su caída en el restaurante, su hijo Johnny está herido en una caída en un internado, el obispo que supervisa la restauración de la iglesia, informa a John que su padre fue asesinado en una caída; y el mismo John casi muere en una caída durante las renovaciones.
El vidrio se usa frecuentemente como presagio de que algo malo está a punto de ocurrir:
Justo antes de que Christine se ahogue, John golpea un vaso de agua, y Johnny rompe un cristal; cuando Laura se desmaya en el restaurante, ella tira la vajilla de la mesa; y cuando John casi muere en la iglesia, un tablón de madera rompe un panel de vidrio.
Finalmente, poco antes de enfrentarse a la misteriosa figura vestida de rojo, John le pide a las hermanas un vaso de agua, un simbolismo que prefiguró la muerte de Christine.
Además, la trama de la película está preocupada por la mala interpretación y la identidad equivocada:
Cuando John ve a Laura en la barcaza con las hermanas, no se da cuenta de que es una premonición, y cree que Laura está en Venecia con ellas.
El mismo John se confunde con un mirón, cuando sigue a Laura a la sesión, y al final confunde a la misteriosa figura vestida de rojo con un niño.
El concepto del “Doppelgänger” y los duplicados, ocupan un lugar destacado en la película:
Las reproducciones son un motivo que se repite constantemente, desde reflexiones en el agua, fotografías, bocetos policiales y diapositivas fotográficas de la iglesia que John está restaurando.
Laura comenta en una carta a su hijo, que no puede distinguir la diferencia entre las ventanas restauradas de la iglesia y la cosa real, y más adelante en la película, John intenta hacer una combinación perfecta entre los azulejos de fabricación reciente y los viejos en la reparación.
Roeg describe la premisa básica de la historia, como principalmente que en la vida “nada es lo que parece”, e incluso decidió que el personaje de Donald Sutherland pronunciara la línea, una escena que requería 15 tomas.
La comunicación, es un tema que recorre gran parte del trabajo de Nicolas Roeg, y aquí figura en gran medida.
Esto es mejor ejemplificado por la mujer psíquica ciega, Heather, que se comunica con los muertos, pero se presenta de otras maneras:
Las barreras del idioma, se refuerzan a propósito con la decisión de no incluir los subtítulos que traducen el diálogo italiano al inglés, por lo que el espectador experimenta la misma confusión que John.
Las mujeres se presentan como mejores para comunicarse que los hombres; además de que las clarividentes son mujeres, es Laura quien se mantiene en contacto regular con su hijo, Johnny; o cuando Los Baxter reciben una llamada telefónica para informarles sobre el accidente de Johnny en el internado, la falta de articulación del director para explicar la situación, hace que su esposa intercepte y explique.
Se ha hablado mucho de la edición fragmentada de Don't Look Now, y del trabajo de Nicolas Roeg en general.
El tiempo se presenta como “fluido”, donde el pasado, el presente y el futuro pueden existir en el mismo período de tiempo.
Las premoniciones de John, se combinan con el presente, como al comienzo de la película, donde la misteriosa figura vestida de rojo aparece, aparentemente en una de sus diapositivas fotográficas, y cuando “ve” a Laura en la barcaza funeraria con las hermanas, y cree erróneamente que está viendo el presente, pero en realidad es una visión del futuro.
El uso más famoso de este enfoque fragmentado del tiempo, es durante la escena de amor, en la que las escenas de John y Laura, que tienen relaciones sexuales, se entrecruzan con escenas de ellos, que luego se visten para salir a cenar.
Después de que John fue atacado por su agresor en los momentos climáticos, los eventos anteriores descritos durante el transcurso de la película, se recuerdan finalmente a través de un “flashback”, que puede percibirse como “su vida parpadeando ante sus ojos”
A nivel narrativo, la trama puede considerarse como una profecía autocumplida:
Son las premoniciones de su muerte, por parte de John, las que ponen en movimiento los acontecimientos que llevaron a su trágico destino.
De hecho, Roeg consideró la película como su #ejercicio en la gramática del cine”, y es que en una escena vemos a la psíquica y su hermana riéndose de una fotografía familiar, pero no llegamos a saber el motivo...
Los diálogos en italiano, no se subtitulan a propósito, creando un mayor estado de alienación en momentos como en el que un sacerdote habla con una mujer, sin que sepamos realmente si tiene que ver con lo que sucede en la trama…
Asimismo, John trabaja para recrear cómo se veía La Catedral veneciana antes de su decadencia actual, ocultando cómo es realmente en el día de hoy.
Pero, sin embargo, su futuro está en el primer fotograma, ya que vemos al enano rojo en la diapositiva…
La mancha roja, indica el derramamiento de sangre, la muerte, asociada también al agua que provoca el borrón, en el momento en el que su hija muere ahogada.
No por casualidad, su aciago destino ocurrirá en Venecia, una ciudad con historia y llena de sombras, donde el eco de los pasos es una carga que inspira temor, pero sobre todo, está rodeada de agua por todas partes.
Los motivos que dominan la película, incluyen pues:
El agua, el uso del color rojo y el vidrio roto.
El agua vincula el sexo con la muerte, el rojo resalta la sangre que acompaña a la muerte violenta, y también asegura que esta no será olvidada; mientras que el vidrio roto confirma nuestra fragilidad.
La repetición de estos signos, sirve de pegamento para las diferentes coincidencias dentro de los enigmas, y añaden aura sobrenatural que la convierten en una pieza insondable, digna de revisión y debate, incluso más de 40 años después de su estreno.
Si bien, muchos de los cambios se debieron a la logística de la filmación en Venecia, algunos fueron por razones creativas, siendo la más destacada la inclusión de la famosa escena de amor.
De hecho, la escena fue una improvisación de último minuto, sin guión de Roeg, quien sintió que sin ella habría demasiadas escenas de la pareja discutiendo.
La escena ambientada en la iglesia, donde Laura enciende una vela para Christine, también fue improvisada en su mayoría.
Con la intención original de mostrar el abismo entre los estados mentales de John y Laura, la negación de John y la incapacidad de Laura para dejar ir; el guión incluyó 2 páginas de diálogo para ilustrar la inquietud de John ante el marcado despliegue de dolor de Laura.
La escena del funeral al final de la película, también se interpretó de manera diferente de lo que se pretendía originalmente:
Se suponía que Julie Christie llevaba un velo para ocultar su rostro, pero antes de filmar, Roeg le sugirió a Christie que lo usara sin velo, y que sonriera a lo largo de la escena.
Christie, inicialmente se mostró escéptica, pero Roeg sintió que no tendría sentido que el personaje se sintiera desconsolado, si creyera que su esposo y su hija estaban juntos en la otra vida.
Al tiempo que Don't Look Now está particularmente en deuda con Alfred Hitchcock , que muestra varias características del trabajo del director:
El corte auditivo que se produjo después de la muerte de Christine, desde el grito de Laura hasta el chirrido de un taladro, hace referencia a un corte en “The 39 Steps” (1935), cuando el grito de una mujer corta al silbato de un tren de vapor.
Cuando John informa la desaparición de Laura a la policía italiana, se convierte inadvertidamente en un sospechoso en el caso de asesinato que están investigando:
Un hombre inocente que está siendo acusado y perseguido injustamente por las autoridades, es un rasgo común de Hitchcock.
La película también tiene un enfoque “hitchcockiano” para su puesta en escena, al manifestar la psicología de su protagonista en los desarrollos de la trama:
Al viajar a Venecia, Los Baxter se han escapado de la tragedia personal y, a menudo se los describe físicamente como “corriendo hacia adelante durante su estancia en Venecia”; así como la geografía laberíntica de Venecia hace que John pierda su rumbo, y a menudo se separe de Laura, demostrando que la está buscando; que son realizaciones físicas de lo que sucede en su cabeza.
Además de Proust, otras influencias literarias posibles que influyeron a Roeg, incluyen a Borges y Nietzsche.
Y es que el personaje de Sutherland parece convencido de estar manejando su propio destino, pero hay una serie de incidencias que le van dando señales que no es capaz de asimilar.
Su personaje es como un hombre caído de Hitchcock, con personalidad y profundidad reales.
Del reparto, para la caracterización, notar que Donald Sutherland llevaba una peluca rizada durante todo el rodaje; que lo ayuda a tener esa mirada perturbadora que te deja frío, como un hombre duro que ha soportado la muerte de esa hija, siendo consciente que su trabajo es su vía de escape.
Por otro lado, Roeg quería que Julie Christie asistiera a una sesión espiritista antes de filmar.
Leslie Flint, un medium de Notting Hill, los invitó a asistir a una sesión que estaba celebrando para algunos parapsicólogos estadounidenses que venían a observarlo; por lo que Roeg y Christie fueron, y se sentaron en un círculo en el tono oscuro y unieron sus manos.
Flint instruyó a sus invitados a “desenredar” sus piernas, que Roeg posteriormente incorporó a la película.
Julie Christie es una mujer bellísima, siempre lo ha sido, pero aquí está absolutamente radiante, hermosa y frágil, a veces da la impresión de estar más afectada de lo que parece por la muerte de su hija, algo que sería totalmente comprensible, y sin embargo, la estabilidad emocional que da a su personaje, resulta totalmente creíble.
por su parte, Adelina Poerio fue elegida como la fugaz figura vestida de rojo, después de que Roeg viera su foto en una sesión de “casting” en Roma.
De pie, ella media solamente 4'2" de altura, y tenía una carrera como cantante.
Y Renato Scarpa fue elegido como El Inspector Longhi, a pesar de no ser capaz de hablar inglés, por tanto, no tenía idea de lo que estaba diciendo en la película; él simplemente leyó las líneas que le habían dado sin saber qué significaban, lo que se sumó a la calidad siniestra de su personaje.
Ese Comisario que mira con insana inquietud a John, cuando este denuncia la ausencia de noticias de su esposa, después de haberla visto en un “vaporetto” por el canal, no tiene desperdicio.
Como dato, la escena del ahogamiento y los exteriores de la casa, fueron filmados en Hertfordshire, en la casa del actor David Tree; quien también interpreta al director en el internado del hijo de la pareja protagonista.
Pero rodar la secuencia del ahogamiento fue particularmente problemático:
Sharon Williams, quien interpretó a Christine, se puso histérica cuando se sumergió en el estanque, a pesar de que los ensayos en la piscina fueron bien.
Un agricultor en la tierra vecina, ofreció como voluntario a su hija, que era una excelente nadadora, pero se negó a ser sumergida cuando se trató de filmar.
Al final, la escena fue filmada en un tanque de agua con 3 chicas.
Pero sobre todo, Don't Look Now se ha hecho famoso por una escena de sexo con Julie Christie y Donald Sutherland, que causó una considerable controversia antes de su lanzamiento en 1973.
La famosa escena fue una idea de último minuto en el set del director, quien pensó que, de lo contrario, la película tendría demasiadas escenas de la pareja discutiendo; por lo que la mayoría de las escenas a su alrededor, fueron improvisadas.
La escena fue inusualmente gráfica para el período, incluida una representación rara de “cunnilingus” en una película convencional.
Christie comentó que “la gente no hacía escenas así en esos días” y que las escenas eran difíciles de filmar:
“No había ejemplos disponibles, no había modelos a imitar...
Simplemente me quedé en blanco y Nic Roeg gritó las instrucciones”
La escena causó problemas con los censores en ambos lados del Atlántico; y el censor estadounidense aconsejó a Nicolas Roeg explícitamente, diciendo:
“No podemos ver coger.
No podemos ver el ascenso y la caída entre los muslos”
Así fue como nació el famoso estilo fragmentado de la escena, en el que las escenas de la pareja tienen relaciones sexuales, se entrecruzan con las escenas de la pareja que luego se visten para salir a cenar, y en parte se produjo a través del intento de Roeg, de acomodar las preocupaciones de los censores:
“Lo examinaron y no encontraron absolutamente nada de lo que pudieran objetar.
Si alguien gime, corta, y la próxima vez que los veas, están en una posición diferente, obviamente rellenas los huecos…
Pero técnicamente hablando, no había “gemidos” en esa escena”
Al final, Roeg solo eliminó 9 fotogramas de la secuencia, y la película recibió una calificación de R en los Estados Unidos.
En Gran Bretaña, El Consejo Británico de Clasificación de Películas, consideró que la versión sin cortes era “de buen gusto e integral para la trama”, pero aún se le otorgó una calificación de X, un certificado solo para adultos.
Donald Sutherland relató la historia de cómo se filmó la famosa escena de sexo, y dijo que fue todo menos una experiencia sexy o erótica para los involucrados.
Él y Julie Christie, estaban en el set a las 7am en batas, esperando abajo, mientras se preparaba la habitación, y ambos tenían una copa de champán para calmar sus nervios.
Dentro de la sala estaban Nicolas Roeg y el director de fotografía, Anthony B. Richmond, cada uno operando su propia cámara Mitchell de 35mm.
Sutherland y Christie se desnudaron, y se subieron a la cama.
Roeg y Richmond comenzaron a filmar.
Pero las enormes cámaras Mitchell no estaban bloqueadas, sin silenciar; y como la habitación era de paneles de roble, el ruido de las 2 cámaras se amplificó enormemente.
Al mismo tiempo, Roeg comenzó a gritar direcciones, sobre el ruido de las cámaras a los actores como “chúpale sus pezones”, “Pon tu mano entre sus piernas”, “Ponte encima”, etc.
La sesión duró hasta bien entrada la tarde; sólo antes de que Roeg estuviera satisfecho…
Pero esa, hoy célebre escena de sexo, se mantuvo controvertida durante algunos años después del estreno de la película; y dio lugar a rumores de que Christie y Sutherland habían tenido relaciones sexuales sin simular, que persistieron durante años, y que las tomas de la escena estaban en las salas de proyección.
Michael Deeley, que supervisó la distribución del Reino Unido de la película, afirmó que Warren Beatty, entonces novio de Christie, había volado a Londres, y exigió que la escena de sexo fuera eliminada de la película.
Los rumores aparentemente fueron confirmados en 2011 por el ex editor de Variety, Peter Bart, quien en ese momento era un ejecutivo de Paramount.
En su libro, “Infamous Players: A Tale of Movies, The Mob, (and Sex)”, Bart dice que estuvo en el escenario el día en que se filmó la escena, y que podía ver claramente el pene de Sutherland “entrando y saliendo de Christie”
Bart, también reiteró el descontento de Warren Beatty, notando que Beatty lo había contactado para quejarse de lo que percibía como “la explotación de Christie por parte de Roeg”, e insistió en que se le permitiera ayudar a editar la película.
Posteriormente, Sutherland emitió una declaración a través de su publicista, que afirmaba que las afirmaciones no eran ciertas, y que Bart no fue testigo de la escena que se estaba filmando.
Peter Katz, el productor de la película, corroboró la opinión de Sutherland, de que el sexo fue completamente simulado…
En resumen, Don’t Look Now es una historia lenta pero trepidante, pues sus constantes situaciones llenas de misterio e impactos emocionales y visuales, la convierten en una de esas obras cuyo final es más excitante por el sólo hecho de que, a pesar de todo lo visto, y sin importar que tan convencido se esté con su desenlace, es capaz de mantener cierta incertidumbre en el espectador, al no saber si toda la trama aterrizó efectivamente en el terreno de lo real o si, por el contrario, cabe una mínima posibilidad de que se entre en lo paranormal.
Y es que John Baxter es un escéptico, que al parecer, tiene un don y que al final se le revela todo, dándose cuenta de que vio su propio entierro; porque desde el inicio se percibió que él tiene el don de predecir el futuro... pero para su desgracia, no lo quiere, o sabe creer.
John pudo intuir la muerte de su hija; pudo intuir que el asesino anduvo por ciertas calles y, por eso todo le sonaba, pese a no haber estado antes en algún lugar.
Él presagia el peligro pero, no quiere reconocer esa intuición.
Su mujer sí cree en adivinaciones y premoniciones, pero no puede comprobarlo, sólo se agarra con esperanza a la posibilidad de que sean ciertas para calmar la preocupación y la ansiedad sobre qué habrá sido de su hija después de morir.
Todas las visiones y enlaces con la muerte, llevan al personaje del restaurador a enfrentar su propio don:
Él persigue a alguien con impermeable rojo porque le recuerda a la última imagen que tuvo de su niña pero; en realidad está siendo guiado por su intuición sobrenatural, hacia el asesino nocturno que todos buscan entre esos callejones tenebrosos.
Su confusión le impide reconocer que ha podido ver su propio entierro y, ya no sabe qué es cierto y qué, fruto de una posible paranoia.
Al final, John sucumbe a su destino y, la imagen del impermeable rojo que, era su hija amada, le lleva a su propia muerte.
Es mientras agoniza, por fin, que John lo entiende todo…
No puedo finalizar sin decir lo inquietantes que fueron las hermanas, sobre todo la vidente… su cara es imposible de olvidar; y destacar asimismo la bella banda sonora de Pino Donaggio, en su primer trabajo para el cine.
Donaggio era un veneciano nativo, y cantante popular en ese momento.
Para este debut, las piezas para piano suelen estar asociadas con Christine en la película, y Roeg quería que tuvieran un sonido inocente para que recordara a una niña que aprendía a tocar el piano…
Donaggio afirma que como no era muy bueno tocando el piano, las piezas tenían un estilo inseguro, perfecto para el efecto que intentaban captar.
Don’t Look Now, le dio la confianza para abandonar su exitosa carrera como cantante, y embarcarse como compositor de bandas sonoras, siendo habitual en las películas de Brian De Palma, como la famosa “Carrie”
“The skill of police artists is to make the living appear dead”
La película de Nicolas Roeg, Don’t Look Now, es sin lugar a dudas la mejor de toda su filmografía; que si bien no marcó ningún camino a seguir dentro del cine de terror; el cine de género la dejó olvidada, no por su calidad, sino porque las vías que proponía eran demasiado difíciles como para ser imitadas.
Pero Don’t Look Now, y en esto coinciden tanto detractores como admiradores, es única, y ha hecho que muy pocos films hayan seguido sus pasos, por ejemplo, ha sido muy admirado, y ha influido en los cineastas posteriores; y dentro de una lista incompleta de cineastas influenciados, se incluye a David Cronenberg, que la considera “la película más miedosa que ha visto como adulto”
Danny Boyle cita a Nicolas Roeg, como una influencia clave en su trabajo, y lo cuenta entre sus películas favoritas.
Por otra parte, las imágenes de la película y las técnicas estilísticas, han servido de inspiración para películas como “Schindler's List” dirigida por Steven Spielberg y “Memento” de Christopher Nolan.

“Fetch him back!
Let him not go!”



Comentarios

  1. Muy buen artículo, Don´t look now es sin dudas una de las pelis que más me han impresionado y está entre mis favoritas. Es la mejor pelicula de Nicolas Roeg junto con The Man Who Fell to Earth de 1976 que tambien es muy buena.

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