Frida

“Árbol de la esperanza, mantente firme”

La obra de Frida Kahlo es un claro exponente de la fusión entre pintura y experiencia vital.
El dolor, la enfermedad, la esterilidad son temas que aparecen de forma recurrente en sus retratos.
Aunque se movió en el ambiente de los grandes muralistas mexicanos de su tiempo y compartió sus ideales, Frida Kahlo creó una pintura absolutamente personal, ingenua y profundamente metafórica al mismo tiempo, derivada de su exaltada sensibilidad y de varios acontecimientos que marcaron su vida.
Ella vendría, posteriormente, a representar también un movimiento revolucionario con la mujer como protagonista, especialmente en el campo de las artes.
La revolución también marcaría su forma de ser, independiente y rebelde.
Su vida quedó marcada por el sufrimiento físico que comenzó con la poliomielitis que contrajo en 1913, y continuó con diversas enfermedades, lesiones, accidentes y operaciones.
Esta primera enfermedad le dejó una secuela permanente:
La pierna derecha mucho más delgada que la izquierda.
Sobre 1920 se incorporó a las juventudes comunistas, sin embargo, le encantaba bailar y las multitudes, coquetear y seducir sin embargo, a veces se sentía miserablemente sola y rogaba a sus amigos y amantes que la visitaran o que no la "olvidaran"
Frida Kahlo poseía un agudo sentido del humor, usualmente un marcado humor negro al igual que, una disposición muy aguda a la inventiva y la metáfora.
Le encantaba rodearse de mascotas exóticas como monos araña y perros, y adoraba a los niños los que siempre trataba como iguales.
Frida gustaba de los chismes, chistes subidos de tono y los sin sentidos en cambio, aborrecía la pretensión.
Trataba a los sirvientes como a su propia familia y a los estudiantes como colegas muy estimados.
Frida Kahlo era la personificación de la alegría, un anhelo por la vida.
Valoraba la honestidad, especialmente la propia.
El 17 de septiembre de 1925 Frida Kahlo sufrió un grave accidente de tranvía cuyas lesiones le condicionarían el resto de su vida.
Le afectó a su columna vertebral que quedó fracturada, así como diversas costillas, cuello y la pelvis, su pie derecho se dislocó, su hombro se descoyuntó y un pasamano le atravesó el vientre, introduciéndosele por el costado izquierdo.
La medicina de su tiempo la atormentó con múltiples operaciones quirúrgicas, por lo menos 32 a lo largo de su vida, corsés de distintos tipos y diversos mecanismos de "estiramiento"
Durante su larga convalecencia, Frida Kahlo comenzó de forma continuada a pintar.
En septiembre de 1926 pintó su primer autorretrato al óleo que dedicó a su novio de entonces Alejandro Gómez Arias.
En este primer autorretrato emprendió una dinámica que continuaría el resto de su existencia:
Reflejar en cuadros los sucesos de su vida y los sentimientos que le producían.
En 1927 su pintura se volvió más compleja.
Si Frida construye un mundo, ese mundo funciona como una cosmovisión, cuya base es el Cuerpo.
En su pintura se destacan tres épocas, que coinciden con acontecimientos de su vida.
Los comienzos, con un realismo detallista que recuerda la tradición del retrato criollo, con ciertos toques naíf.
A partir de 1937, coincidiendo con sus relaciones tormentosas y obsesivas con Diego Rivera, y con diversos autorretratos en los que alcanza la plenitud.
Y después de 1950, cuando sus dolencias le llevan a tratarse con morfina y los efectos de las drogas convierten su pincelada, antes minuciosa, en laxa y suelta, con efectos expresionistas debido a la utilización del color.
En su temática, distinguimos entre autorretratos y cuadros testimonio, en donde traslada a la pintura situaciones vividas no soñadas.
De ahí la extraordinaria fuerza que adquiere la pintura de Frida Kahlo.
En los autorretratos adquiere una carga reveladora el atuendo y el pelo, proporcionándonos estados de ánimo o actitud de lucha, de desesperación o de complacencia.
El pelo adquiere un significado real del estado de ánimo, en su peinado podemos ver su rebeldía y su desazón fijándonos en el tocado.
Frida reinventa su personaje adornándolo con unos peinados que conllevan una simbología.
Los objetos y animales domésticos que le rodean, llenan el vacío y la soledad.
Los vestidos, como los que nos aproximan a la mujer con gustos nacionalistas mexicanos mediante el vestido típico de tehuana, o como los huaraches indígenas y otros más europeos, que en todo caso revelan el intento de envolver su desgraciado cuerpo.
Las referencias precolombinas en sus objetos, dioses, joyas, instrumentos.
La vegetación exuberante de corte tropical, en la que destacan los cactus mexicanos y las plantas mexicanas.
Siempre aparece el rostro sereno o serio, con una mirada desconfiada, nunca sonríe.
La reiteración de billetitos o referencias escritas, cartas con dedicatorias, lazos o guirnaldas llevados por palomas, y escritura en el propio cuadro.
La técnica usada por Frida Kahlo casi siempre es óleo, aunque también realiza bocetos en acuarela y aguada.
La pintura de Frida Kahlo es contraria a lo que se valoraba en aquel momento en los ambientes comunistas, donde ella militaba, pues en aquellos se apreciaban los temas de luchas sociales y el gran formato de los murales.
Por el contrario, la pintura de Frida se reduce al ámbito de lo privado y es de pequeño formato.
En sus autorretratos emplea no más de tres ó cuatro colores; los fondos son parte de la interpretación del estado de ánimo y son muy variados:
Con vegetación, componiendo con horror al vacío: sentimiento de opresión.
Vaciando el fondo, dando gran simplicidad a la composición: sensación de soledad o abandono.
Con nubes que amenazan una tormenta tropical: sensación de rabia y desesperación.
Frida Kahlo no pretende una perspectiva real sino conceptual, la que trasmite el sentimiento o el tema representado.
Frida Kahlo presenta reiteradas veces la dualidad sol y luna, que además de ser una reminiscencia de la mitología mexicana, también puede significar la dualidad que mantiene frente a la vida.
La artista contrajo matrimonio con Diego Rivera el 21 de agosto de 1929.
Su relación consistió en amor, aventuras con otras personas, vínculo creativo, odio y un divorcio en 1939.
Al matrimonio lo llegaron a llamar “la unión entre un elefante y una paloma”, pues Diego era enorme y obeso mientras que ella era pequeña y delgada.
Por otra parte, Frida, debido a sus lesiones, nunca pudo tener hijos, cosa que tardó muchos años en aceptar.
A pesar de las aventuras de Diego con otras mujeres, que llegaron a incluir a la propia hermana de la pintora, ayudó a Frida en muchos aspectos.
Diego fue quien le sugirió a Frida que vistiera con el traje tradicional mexicano consistente en largos vestidos de colores y joyería exótica.
Esto, junto a su semblante cejijunto, se convirtió en su imagen de marca.
Él amaba su pintura y fue también su mayor admirador.
Frida, en cambio, fue la mayor crítica de Diego.
El ambiente político de México para los simpatizantes de izquierda se volvió complicado debido al gobierno reaccionario de Plutarco Elías Calles.
Los encargos de murales a Diego Rivera iniciados por el ministro de educación José Vasconcelos se paralizaron.
Como la fama y reputación de Rivera había crecido en los Estados Unidos, le surgieron encargos en el país vecino, trasladando su residencia allí entre 1931 y 1934 y pasando la mayor parte del tiempo en Nueva York y Detroit.
Encontrándose en Detroit, Frida sufrió su primer aborto.
Durante su recuperación pintó su autorretrato “Aborto en Detroit”, realizado en un estilo más penetrante, inspirado en los pequeños cuadros votivos del arte popular mexicano que recibían el nombre de retablos.
Esta pintura era totalmente independiente de lo que hacía su esposo.
Rivera, consciente del valor de la obra y de este periodo, dijo:
“Frida empezó a trabajar en una serie de obras maestras sin precedentes en la historia del arte, pinturas que exaltaban la cualidad femenina de la verdad, la realidad, la crueldad y la pena.
Nunca antes una mujer había puesto semejante atormentada poesía sobre la tela como Frida en esta época de Detroit”
En 1935, Frida inició otras relaciones amorosas tanto con hombres como con mujeres que continuaron el resto de su vida.
Rivera tuvo violentos celos sobre las relaciones extramatrimoniales de su esposa aunque llevaba mejor las relaciones lésbicas de Frida que las heterosexuales.
Entre 1937 y 1939 el revolucionario ucraniano, pero que hace su vida política en Rusia, León Trotsky vivió exiliado en la casa de Frida en Coyoacán, junto a su mujer.
Allí Frida tendrá un romance con el líder comunista para, tras su asesinato a manos del miembro de la NKVD estalinista Ramón Mercader, ser acusada como autora del mismo.
Esto la llevó a estar arrestada pero finalmente fue dejada en libertad al igual que su marido.
En 1938 el poeta y ensayista del surrealismo André Bretón califica su obra de surrealista en un ensayo que escribe para la exposición de Kahlo en la galería Julien Levy de Nueva York.
No obstante, ella misma declara más tarde:
"Creían que yo era surrealista, pero no lo era.
Nunca pinté mis sueños.
Pinté mi propia realidad"
En 1939 Frida Kahlo terminó un autorretrato constituido de dos personalidades:
“Las Dos Fridas”
Con este cuadro, asimila la crisis marital, a través de la separación entre la Frida en traje de tehuana, el favorito de Diego, y la otra Frida, de raíces europeas, la que existió antes de su encuentro con él.
Los corazones de las dos mujeres están conectados uno al otro por una vena, la parte europea rechazada de Frida Kahlo amenaza con perder toda su sangre, recordemos que Frida tenía descendencia húngaro alemana.
Ese mismo año expone en París en la galería Renón et Collea gracias a Bretón.
Su estancia en la capital francesa la llevó a relacionarse con el pintor malagueño Picasso y a aparecer en la portada del Vogue francés.
Sin embargo, en 1940 Kahlo y Rivera se divorciaron.
En 1953 en ciudad de México se organizó la única exposición individual en su país durante la vida de la artista.
En una de las críticas se dijo:
“Es imposible separar la vida y obra de esta persona...
Sus pinturas son su biografía”
La exposición fue en la Galería de Arte Contemporáneo.
La salud de Frida estaba muy deteriorada y los médicos le prohibieron asistir a la misma.
Minutos después de que todos los invitados se encontraran en el interior de la galería se empezaron a oír sirenas desde el exterior.
La muchedumbre enloquecida se dirigió al exterior, allí estaba una ambulancia acompañada de una escolta en motocicleta.
Frida Kahlo había sido llevada a su exposición en una cama de hospital.
Los fotógrafos y los periodistas se quedaron impresionados.
Ella fue colocada en el centro de la galería.
La multitud fue a saludarla.
Frida contó chistes, cantó y bebió la tarde entera.
La exhibición había sido un rotundo éxito.
Ese mismo año le tuvieron que amputar la pierna por debajo de la rodilla debido a una infección de gangrena.
Esto la sumió en una gran depresión que la llevó a intentar el suicidio en un par de ocasiones.
Durante ese tiempo, debido a que no podía hacer mucho, Frida Kahlo escribía poemas en sus diarios, la mayoría relacionados con el dolor y remordimiento.
Frida Kahlo murió a los 47 años en Coyoacán el 13 de julio de 1954.
No se realizó ninguna autopsia.
Fue velada en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México y su féretro fue cubierto con la bandera del Partido Comunista mexicano, un hecho que fue muy criticado por toda la prensa nacional.
Su cuerpo fue incinerado y sus cenizas las alberga la Casa Azul de Coyoacán, lugar que la vio nacer.
Las últimas palabras en su diario fueron:
“Espero alegre la salida y espero no volver jamás”
A los cuatro años de su muerte, la Casa Azul se convirtió en el Museo Frida Kahlo.
La figura de Frida y su obra son un desafío a cualquier definición absoluta porque, se prestan más a una descripción en la cual ambigüedad la caracteriza.
La obra y vida de la pintora mexicana Frida Kahlo se alterna entre la esperanza y la desesperación.
“Pies, ¿para qué los quiero si tengo alas para volar?”
Frida es una película mexicana de Julie Taymor estrenada de 2002.
Protagonizada por Salma Hayek, Alfred Molina, Mia Maestro, Roger Rees, Geoffrey Rush, Ashley Judd, Antonio Banderas, Edward Norton, Patricia Reyes Spíndola, Valeria Golino, Saffron Burrows, Chavela Vargas, Diego Luna, entre otros.
El guion está a cargo de Clancy Sigal, Diane Lake, Gregory Nava, Anna Thomas, sobre un libro de Hayden Herrera.
Salma Hayek produce Frida junto a Nancy Hardin.
La actriz ha contado con la desinteresada colaboración de muchos de sus amigos, que intervienen en Frida, como por ejemplo:
Antonio Banderas, Edward Norton, Ashley Judd y Geoffrey Rush.
Frida obtuvo 2 Oscar: Mejor Maquillaje y Mejor Banda Sonora, y 4 nominaciones:
Mejor actriz para Hayek, dirección artística, vestuario y canción original "Burn It Blue"
La adaptación de Julie Taymor es bastante fiel a la biografía de la artista, hija de húngaro/alemán y mexicana, y a la del muralista Diego Rivera.
Pocos, como ella, encarnan los volátiles e inaprensibles conceptos de los espíritus libres.
Salma Hayek ha conseguido, desde su preferente posición de compatriota agradecida, revivir e imprimir en Frida la historia de una auténtica heroína que incomodó mucho y que fue colocada en el pedestal cuando estuvieron bien seguros de que no se apearía y de que la cotización de su obra pictórica seguiría "in crescendo"
Frida retrata la torturada vida personal de la artista mexicana.
Desde su compleja y duradera relación con su esposo y mentor, Diego Rivera (Alfred Molina), “el mejor de los amigos y el peor de los maridos”, y su ilícita y controvertida relación con León Trotsky hasta sus románticos y provocativos enredos con mujeres.
Frida Kahlo vivió una vida audaz como una sensual revolucionaria política y artística.
Julie Taymor, la directora, ha sabido recoger de una manera sublime la esencia, no sólo de ese colorido país llamado México, sino también la de la vida de Frida diferenciando de una manera muy original los momentos bajos de su existencia, en los que los colores se tornan más fríos, de los momentos de felicidad, en los que aparecen mucho más vivos.
Esa fue la existencia de Frida, una amalgama de colores que le inundaban la mente de imágenes que representaban todos sus sentimientos, imágenes que luego pintaba y dejaba plasmadas como un legado, como un diario ilustrativo de lo que significó su vida para ella misma, y los duros momentos por los que tuvo que pasar.
Descubrir a una Frida alegre, risueña, paseadora, bailadora, parlanchina y tomadora, consiguió que se borrara de mi esa personificación del sufrimiento que hasta antes tenía de la pintora.
Esa Frida tan gozosa caracterizada por Salma Hayek, no me dejó ninguna duda de que en vida la pintora sufrió bastante, pero al mismo tiempo, me dio a entender que aunque la vida parecía empeñada en hacerla desgraciada, a Frida Kahlo no le dio la gana serlo.
Disfruté también cómo se establece la relación amorosa entre Frida y sus dos veces marido, Diego Rivera.
Hay un hecho de la vida real que no se aprecia, y es el que Frida fue la crítica más dura de la obra de Rivera, mientras que éste fue el más grande fanático de la pintura de ella, lo cual si se aprecia en el film.
Entiendo que como es el caso en algunas parejas, “la Friducha y el Panzón” se hayan necesitado mucho más fuera de la cama que en ella, y que las sábanas las hayan calentado cada uno a su conveniencia y de acuerdo a sus necesidades y gustos particulares.
Aprovecho esto para traer a colación la bisexualidad manifiesta de Kahlo en el filme.
Historias de amor hay muchas; vidas de artistas y pintores otras tantas, así que lo que queda para vender y bien vendido es el factor sexual entre personas del mismo sexo, tan de moda en estos tiempos.
Sobre todo, si el asunto se aborda como lo hace la directora en Frida, sin siquiera tocar ni por encima las diversas y encontradas posturas sociales que frente al tema se mantienen.
En general Frida me pareció muy lograda, muy bien aprovechados los recursos en combinación con esas curiositas secuencias de animación que narran ciertos pasajes de la historia.
Pocas películas recurren tanto al trabajo artístico de la figura en cuestión como lo hace Frida.
Son maravillosos esos momentos en los que se reflejan sus cuadros en la realidad.
Llegamos a ver numerosos cuadros verdaderos sin siquiera tener que comprar una enciclopedia y eso es algo que no todos los biopics de artistas consiguen.
Triste pero esperanzador final para una de las grandes figuras del siglo XX.
Una artista profunda, extraña, misteriosa y con muchas capas.
Como ella decía:
“Soy mi mejor tema”
Se definía a sí misma como:
“La Gran Ocultadora”
Y, lo que es más importante, y lo que más me gustó de Frida, es que tiene una plástica especialmente fiel a la de su obra
La vida de Frida Kahlo es en sí misma tan novelesca que llena fácilmente dos horas de película y otras tantas si se desea.
En resumen:
Minusválida desde la infancia, con la salud quebrada por un tremendo accidente, llena de vitalidad y de pasión, mujer de Diego Rivera, amante de Trotsky, pintora de obra convulsa y vibrante cercana al surrealismo.
Todo ello se cuenta y se hace con eficacia.
Me gusta sobre todo la primera escena, con esa cama trasladada a hombros y la transición repentina hacia la adolescencia, con esa carrera alocada de Frida por los corredores del colegio y cómo no la referencia a sus cuadros.
La ambientación está conseguida en cuanto a interiores, mobiliario y trajes.
Se busca expresamente lo visual, imitando el colorismo intenso de las pinturas.
Por contra se pasa de puntillas sobre la situación política y los personajes son bastante superficiales.
Como primer acercamiento a la figura de la artista y a la historia del siglo XX, Frida puede ser útil.

“Yo solía pensar que era la persona más extraña en el mundo, pero luego pensé, hay mucha gente así en el mundo, tiene que haber alguien como yo, que se sienta bizarra y dañada de la misma forma en que yo me siento.
Me la imagino, e imagino que ella también debe estar por ahí pensando en mí.
Bueno, yo espero que si tú estás por ahí y lees esto sepas que, sí, es verdad, yo estoy aquí, soy tan extraña como tú”



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