Toy Story

“To infinity and beyond!”

Un juguete es un objeto para jugar y entretener, generalmente destinado a niños.
Ciertos juguetes son apropiados también para animales domésticos, en especial perros y gatos, existiendo incluso variedades de juguetes creados específicamente para ellos.
Los juguetes pueden ser utilizados individualmente o en combinación con otros.
Ciertos juguetes son asociados con épocas históricas o culturas particulares, mientras que otros aparentan poseer popularidad universal.
Los juguetes para niños y niñas suelen diferir en temática, teniendo por lo general un reflejo en la vida adulta de su propia cultura.
Así, por ejemplo, muchos juguetes para niñas representan tareas adultas típicamente femeninas, tales como la crianza (muñecas); mientras que muchos juguetes para niños incluyen típicamente elementos bélicos o de acción: armas, automóviles, caballos.
En general un juguete tiene por objetivo la recreación, sin exceptuar otras funciones como la formación, el aprendizaje, el desarrollo o estimulación de los aspectos intelectual, psicológico, sensorio-motriz y de convivencia social, entre otros.
Es en los niños en que el juguete es un concepto imprescindible y en el que toma su máximo valor en el contexto del desarrollo humano.
La función del juguete en los niños es la de apoyar el desarrollo de múltiples aspectos de éste, tanto el físico como el psicológico.
Es a través del juguete que los niños exploran, descubren, aprenden e interactúan con múltiples objetos y problemas que forman una parte importante de su adecuado desarrollo como individuos.
Desde los años 60, en Estados Unidos y Europa, la mercadotecnia comenzó a poner atención en los niños como consumidores, por el acceso que tenían al dinero y por la influencia que ejercían sobre sus padres.
En la actualidad muchas películas, programas televisivos, caricatura, dibujo animado, videojuegos, cuentos de hadas historietas, libros y equipos deportivos incluyen juguetes en sus líneas oficiales de mercadería.
Éstos consisten generalmente en modelos en miniatura de personajes u objetos como vehículos, edificios, accesorios, etc., asociados a sus respectivas temáticas.
A veces se hace una distinción en los modelos basados en personajes antropomórficos entre las llamadas figuras de acción destinados a los niños varones, y las muñecas enfocados a las niñas, independientemente de si el modelo en cuestión representa un personaje femenino o masculino.
En resumen, los juguetes fueron creados desde sus inicios para entretener, acompañar y enseñar a los niños en su infancia.
En 1995, grandes empresas los empezaron a crear para una sociedad consumista donde la esperanza de vida de un juguete es increíblemente corta.
Los niños pierden la inocencia, la imaginación y el simple deseo de soñar con aventuras a una cada vez más temprana edad.
“T-O-Y
Toy!”
Toy Story es una película estadounidense de animación por computadora dirigida por John Lasseter y estrenada en 1995.
Se convirtió en el primer largometraje de los estudios Pixar y fue considerada como la primera cinta creada en su totalidad con efectos de animación digitales en estrenarse en la historia del cine.
Además, cabe señalarse que Toy Story fue coproducida por Ralph Guggenheim y Bonnie Arnold, y distribuida por Walt Disney Pictures a través de Buena Vista International.
El guion de Toy Story fue escrito por Joss Whedon, Andrew Stanton, Joel Cohen y Alec Sokolow, contando con la musicalización de Randy Newman.
El reparto principal estuvo integrado por Tom Hanks y Tim Allen, quienes prestaron sus voces a los personajes de Woody y Buzz, respectivamente.
Para el proceso de animación, colaboraron un total de 110 empleados de Pixar, a diferencia de los 800 que trabajaron en una de las últimas producciones de Disney en aquellos años, “The Lion King” estrenada a mediados de 1994.
Entre las nominaciones logradas por Toy Story, se encuentran 3 premios Óscar:
2 para Randy Newman por mejor canción original y mejor banda sonora, y una candidatura por mejor guion original.
Sin embargo, Toy Story obtuvo un “Reconocimiento Especial Al Mérito” por parte de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, por desarrollar e inspirar la aplicación de técnicas que han hecho posible el primer largometraje animado por computadora.
En 1995 Pixar revolucionó el mundo de la animación con el primer largometraje de dibujos animados confeccionado por completo por ordenador.
Hacía ya diez años desde que este instrumento se utilizara por primera vez; fue en la producción de Spielberg, “Young Sherlock Holmes” (1985)
¿Por qué nombro esta película?
Por dos cuestiones:
Ser la primera referencia existente del uso del ordenador y contar con John Lasseter en el apartado de efectos visuales.
Lasseter aportó toda su experiencia adquirida desde que en 1979 llevó a cabo su primer corto “Lady And The Lamp” y en Toy Story, una maravillosa cinta de animación con un logro que superaría al apartado técnico:
Un guión capaz de entusiasmar a público de todas las edades, máxima que Pixar ha seguido hasta la fecha.
Trama gira en torno a los juguetes de Andy, un niño de 6 años, temen que haya llegado su hora, y que un nuevo regalo de cumpleaños les sustituya en el corazón de su dueño.
Woody, un vaquero que ha sido hasta ahora el juguete favorito de Andy, trata de tranquilizarlos hasta que aparece Buzz Lightyear, un héroe espacial dotado de todo tipo de avances tecnológicos.
Woody es relegado a un segundo plano.
Su constante rivalidad se transformará en una gran amistad cuando ambos se pierden en la ciudad sin saber cómo volver a casa.
Sacando ese tema de lado, la historia de Toy Story es bastante original y creativa y supieron aprovecharla muy bien.
Claro que los personajes son bastante carismáticos y divertidos y la historia gira en torno a los celos y los perjudiciales que son.
Pero no sólo eso, sino que combina muy bien la trama y los ejemplos de la amistad y como va creciendo su amistad hasta llegar a ser mejores amigos.
“So, where you from?
Singapore?
Hong Kong?”
Cada uno de los juguetes de Toy Story representa un personaje entrañable, que tiene su símil en la vida real, entre los que destacaremos:
Sheriff Woody (Hanks) es un vaquero con pose de tipo duro y resuelto que, en el fondo, padece un gran miedo al rechazo por ser un viejo muñeco del que se tira una cuerda para que hable y que es el juguete favorito de Andy.
Los otros juguetes lo consideran su líder y es el protagonista de Toy Story.
Woody es rastrero, envidioso y cobarde, capaz de tender trampas terribles y mentir descaradamente para salvar el pellejo.
De toda la galería de personajes, Woody resultó ser el más complejo, técnicamente, pues requirió hasta 723 controles de movimiento, incluyendo 212 para su rostro y 58 adicionales para su boca.
Buzz Lightyear (Allen) es una nueva y popular figura de acción de ciencia ficción que comienza a rivalizar con Woody como el juguete favorito de Andy y como el juguete más popular en su habitación, y se lo considera como el deuteragonista de Toy Story.
Es un juguete que nunca se creyó como tal, un capitán espacial lleno de soberbia e ingenuidad que no se dignaba a escuchar la voz de la razón.
Un héroe fanfarrón muy seguro de sí mismo, que ve su mundo hundido cuando toma conciencia de lo que es en realidad.
Andy Davis es el niño de ocho años de edad que posee a Woody y Buzz.
Sid Phillips es el loco y psicópata vecino de Andy que tortura a los juguetes por diversión, que además es el antagonista de Toy Story.
Mr. Potato Head es un juguete cínico, basado en el conocido juguete de Playschool, Mr. Potato Head.
Es propenso a los accidentes debido a sus piezas desmontables.
El perro Slinky es uno de los amigos más cercanos de Woody, siendo el segundo al mando del equipo.
Bo Peep o Betty es una pastora de porcelana, que es la voz de la razón (tipo hada de Disney) entre los juguetes de Andy y el interés amoroso de Woody.
Rex es un tiranosaurio de plástico inseguro de su apariencia física, ya que siempre quiere lucir aterrador.
Hamm es una graciosa alcancía en forma de cerdo que se involucra en todos los asuntos de los otros juguetes.
El Sargento es el jefe de la armada de soldados de plástico de Andy y un modelo de disciplina y precisión militar.
La Sra. Davis es madre de Andy.
Hannah Phillips es la hermana menor de Sid.
Como curiosidad la empresa a cargo de la venta de la casa de Andy se llama “Virtual Reality” en honor al método de animación utilizado en la producción de Toy Story.
Además, nunca se ve a un adulto completo en Toy Story.
Cuando uno de ellos aparece está ensombrecido de alguna manera.
Y como controversia, se puede ver que las paredes de la casa de Sid, están decoradas con hojas marihuana, presumiblemente, en alusión a que Sid ve cosas como que los juguetes pueden hablar o moverse.
Toy Story tiene varios momentos dignos de mención:
Desde las misiones de los soldaditos comandadas por Woody para saber qué está haciendo Andy, el niño que juega con todos ellos, hasta una frenética persecución por la ciudad, pasando por momentos de terror muy bien conseguidos, referentes al malvado niño que vive en la casa de enfrente, y situaciones cómicas tan frescas como inteligentes.
Uno de ellos es el singular punto de partida que acerca ya desde el principio a Toy Story al género fantástico:
Los juguetes protagonistas, viven una vida en paralelo a la realidad circundante, pero totalmente dependiente de ella pues su existencia solo tiene sentido en aquélla.
Este detalle de guión tiene una excelente traslación en imágenes otorgando buena parte del brío narrativo al relato:
La oposición entre el mundo humano y el de los juguetes hace que éstos siempre deban estar en alerta para no desvelar su mundo:
La incursión del batallón de soldados en el salón de la casa para informar al resto de juguetes del contenido de los regalos de Andy por su cumpleaños es una buena muestra de ello.
Otro espléndido apunte del guión se encuentra en la descripción del nuevo juguete, Buzz Lightyear, que cree ser en verdad un guardián del espacio y que desde el principio proporciona grandes momentos, todos descacharrantes:
El vuelo en el cuarto de Andy, una “caída con estilo”; su jerga espacial que llena de asombro e interés al resto de juguetes; el estupendo momento en el que entra en contacto con el aire y cree que se muere; su insistencia en el peligro de su rayo láser en el fondo un pequeño diodo led, y que de pie a un leve contenido dramático cuando descubre por azar que en realidad es un juguete y todo en lo que creía hasta ese momento era mentira, situación, que aun estropeada en parte por esa reaccionaria conclusión del conflicto antes aludida, y la inclusión de una canción demasiado evidente, está bastante bien resuelta y ofrece algún detalle no precisamente infantil como ese acceso momentáneo de locura del falso astronauta, etc.
Con un ritmo narrativo muy ágil, Lasseter nos ofrece situaciones de amistad, perdón, valentía, miedo y celos, que tendrían cabida en una película sólo para adultos, hábilmente tratadas para que los más pequeños también puedan comprenderlas, todo ello huyendo sabiamente del moralismo barato de Hollywood que tantas veces hemos denostado.
Particularmente creo que ésta es la verdadera grandeza de Toy Story, por encima incluso de su impresionante factura visual.
A todo esto debemos agregarle una grandilocuente y enérgica banda sonora de Randy Newman que se erige en el perfecto acompañante para la vertiginosa acción que irradia el guión.
Uno de los mayores logros de Toy Story es su excelente ritmo que aporta la necesaria energía a lo que ante todo es una comedia de aventuras, si bien ribeteada de aspectos fantásticos y terroríficos.
You... are... a... toy!!!
Hay dos aspectos en Toy Story notablemente relevantes que permiten elaborar una argumentación u otra a la hora de analizarlo.
Uno de esos aspectos es el contenido moralizante y conservador, circunstancia que, no nos engañemos, se encuentra estrechamente relacionado con los productos Disney, a pesar de estar, este caso, filtrado más o menos por la independencia de los estudios Pixar, que descansa en la descripción de tipos y situaciones y que poco o nada tiene que ver con los valores estrictamente cinematográficos de Toy Story.
El otro aspecto es el referido en el párrafo anterior y relacionado con los elementos cinematográficos de la propuesta:
Construcción del guión, diseño de personajes, empleo de los elementos cinematográficos, vigor narrativo...
No está de más detallar los apuntes claramente moralizantes que aparecen en Toy Story, que paradójicamente permitirán alabar un film que, gracias a su brillante ejecución cinematográfica, se eleva por encima de ellos.
El aspecto más reprobable del contenido ideológico existente en Toy Story es su total ausencia de ecuanimidad, lo que termina resultando peligroso:
La descripción de Sid, el niño malo de la función que se dedica a destrozar y hacer explotar a los juguetes, y que desde el nombre, pasando por su camiseta negra con una calavera hasta los posters de su cuarto, remite a un determinado estereotipo de joven que escucha música rock y que, por lo tanto, es un alborotador, antisocial, irresponsable y peligroso.
El dibujo que se hace de la familia de Andy, el niño bueno, en donde la figura del padre no aparece en ningún momento y que en este contexto solo se puede entender como la descripción de una familia ejemplarizante, donde la madre cuida de los hijos y el padre es el elemento tradicional que trabaja por los suyos, y por eso no suele estar en casa, etc.
La resolución del conflicto del nuevo juguete, Buzz Lightyear, asociada con una idea de la vida muy conservadora, que de algún modo elimina la libertad de elección en favor de un muy discutible conformismo...
No obstante, Toy Story es una gran película, no solo para niños, sino para todos, redonda a todos los niveles y en la que ni sobra ni falta nada.
En Toy Story se "humanizan" los juguetes a tal forma de disputarse el amor de su dueño.
Una idea más que atractiva y aleccionadora para los niños, quienes podrán sacar en limpio que no siempre lo nuevo y reluciente a los ojos es mejor que lo convencional y vetusto.
Un relato donde una rivalidad será el punto de partida para el crecimiento de una amistad que se basa en la colaboración y en el trabajo en equipo.
Toy Story provocó un gran impacto en la industria del cine con su innovadora animación por ordenador.
Después del estreno, varias industrias se interesaron en la tecnología utilizada; por ejemplo, los fabricantes de chips gráficos se propusieron transformar los gráficos computacionales a imágenes similares a las animaciones presentes en Toy Story.
Igualmente, algunos desarrolladores de videojuegos mostraron interés en el diseño de juegos virtuales a partir de esta técnica de animación, mientras que, por otra parte, investigadores de robótica profundizaron en el uso de la misma para la creación de nuevas formas de inteligencia artificial para sus máquinas.
Asimismo, varios autores compararon Toy Story con una interpretación de “Don Quijote”, vinculándola con el humanismo.
Adicionalmente, Toy Story dejó un legado con la famosa frase:
“Al infinito... ¡y más allá!” pronunciada por Buzz Lightyear, conduciendo a la producción de secuelas y software, entre otros productos.
Amo a Toy Story porque me veo a mí mismo en la piel de Andy.
Recuerdo, cuando en mi niñez, las dudas que tenía sobre lo que ocurría en mi cuarto una vez yo lo abandonaba.
Estaba seguro de que mis juguetes cobraban vida a mis espaldas, que conversaban entre sí, que trazaban planes.
Esas dudas se incrementaban multiplicadas hasta el infinito cuando ocasionalmente extraviaba un juguete.
Para mí, era ni más ni menos que el fin del mundo.
No me importaba que prometieran comprarme uno igual o mejor.
Quería el que había perdido.
Era irremplazable.
Y cuando ya llegaba a la conclusión de que no había caso, de que tendría que resignarme, el juguete aparecía en el lugar menos pensado, un sitio en el que había revisado no menos de veinte veces.
Por supuesto, era absurdo imaginar que había buscado mal.
Sólo cabía una explicación posible:
El juguete había ido de paseo por ahí.
Ahora estaba de regreso.
Toy Story me lleva de vuelta a algunos de los momentos más felices de mi vida, y en estas condiciones me es imposible ser imparcial.
La enemistad entre Woody y Buzz por sus ideas se modifican hasta convertirse en mejores amigos, lo que nos hace reflexionar que en realidad, entre nosotros, las personas, no somos tan distintos.

“You've got a friend in me”



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