Pride & Prejudice

“Sometimes the last person on earth you want to be with is the one person you can't be without”

El Romanticismo es un movimiento cultural y político originado en Alemania y en el Reino Unido, Gran Bretaña e Irlanda del Norte, a finales del siglo XVIII como una reacción revolucionaria contra el racionalismo de la Ilustración y el Clasicismo, confiriendo prioridad a los sentimientos.
Su característica fundamental es la ruptura con la tradición clasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas.
La libertad auténtica es su búsqueda constante, por eso es que su rasgo revolucionario es incuestionable.
Debido a que el romanticismo es una manera de sentir y concebir la naturaleza, la vida y al hombre mismo que se presenta de manera distinta y particular en cada país donde se desarrolla; incluso dentro de una misma nación se manifiestan distintas tendencias proyectándose también en todas las artes.
Aquí, la escritora británica Jane Austen, aficionada al teatro y a la obra de Shakespeare, no supuso que, en un futuro no tan lejano, apenas algo más de 200 años nos separan de su época, su obra adquiriría este reconocimiento y estatus comercial, ni que sus libros serían llevados a esas tablas que forman parte de sus “Mansfield Park” y “Persuasion”, y menos que el cine de Hollywood sentiría tanto afecto por su trabajo como nosotros por cualquier forma de expresión de éste.
Pride & Prejudice es la más famosa de las novelas de Jane Austen.
Se publicó por primera vez el 28 de enero de 1813 como una obra anónima, sin que figurara el nombre de su autora.
Pride & Prejudice es una de las primeras comedias románticas en la historia de la novela y su primera frase es una de las más famosas en la Literatura inglesa:
“Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa”
Pride & Prejudice es una novela de desarrollo personal, en la que las dos figuras principales, Elizabeth Bennet y Fitzwilliam Darcy, cada uno a su manera y, no obstante, de forma muy parecida, deben madurar para superar algunas crisis, aprender de sus errores para poder encarar el futuro en común, superando el orgullo de clase de Darcy y los prejuicios de Elizabeth hacia él.
Pride & Prejudice es un manual de instrucciones sobre las charlas sociales aparentemente intrascendentes y las formas educadas de comportamiento.
A través de estos comportamientos superficiales, las heroínas deben captar los sentimientos que subyacen:
Presunción, envidia y celos.
Las hermanas Bennet y su amiga Charlotte, se encuentran en un momento trascendental de sus jóvenes vidas:
La elección de un compañero adecuado, cuando aún no están condicionadas por la edad.
Jane Austen escribió, por tanto, un drama sobre la trabajosa interpretación del mundo en el que vive.
En su concepción de la educación, tal y como expresó en sus novelas, el modelo de unos padres ejemplares era incluso más que suficiente para moldear la buena conducta de sus hijos.
No cree estrictamente en la figura de la institutriz, tan común en la época, para criar a los niños, y así lo pone de manifiesto en boca de Elizabeth, la protagonista de Pride & Prejudice:
“No tenemos institutriz, todo lo hacemos por nosotros mismos” comentario dirigido a Lady Catherine de Bourgh, quien reacciona sorprendida por el mismo.
Es evidente que Austen, pese a su presunto aislamiento literario, no era ajena a las tendencias de su tiempo, y así lo expone en sus obras, sobre todo en lo vinculado a la figura de la mujer.
También en Pride & Prejudice, se presenta un debate entre los personajes en el volumen I, cuando Elizabeth discute con Mr. Darcy, Mr. y Miss Bingley, y Mrs. Hurst en Netherfield, sobre lo que comúnmente era el prototipo de dama ideal.
Para la aristocracia, un buen modelo era el de una mujer cultivada, que supiera hablar idiomas modernos, que supiera de música, de estilo, de varios temas, y que tuviera un cierto carisma y expresión que le favoreciera.
Frente a esto, Elizabeth pone en duda si existe una mujer capaz de tener todas esas cualidades a la vez, a lo que responde:
“No dudo que conozcáis sólo a una docena; dudo que conozcáis a alguna”
Elizabeth Bennet, la protagonista, y su familia, pertenecen a una clase social media baja.
Mr. Darcy y otros personajes como Mr. Bingley y Lady Catherine de Bourgh, son claros iconos de la burguesía del momento.
La escritora busca romper estas barreras sociales, mostrándose reacia a la incapacidad de movilidad social típica de la época, y concluye con el matrimonio de los protagonistas, el contrato civil, y la fusión de clases.
En el cine, la película llamada “de Patrimonio” es un término se refiere a un movimiento en el cine británico en el siglo XX, que representa la Inglaterra de los siglos anteriores a menudo de una manera nostálgica.
Incluye la ola de rodajes de las obras de Shakespeare y las novelas de Jane Austen.
Típico de estas películas es el uso de escenas espléndidas del paisaje Inglés a crear una sensación de bienestar.
El movimiento puede ser visto en el contexto del descubrimiento de la "herencia":
Casas señoriales, etc. como bien comerciable.
Se ha criticado al “Cine de Patrimonio” desde una perspectiva socialista por su retrato idealizado del pasado.
Por otra parte, el cine romántico es un género cinematográfico que se caracteriza por retratar argumentos construidos de eventos y personajes relacionados con la expresión del amor y las relaciones románticas.
El cine romántico se centra en la representación de una historia amorosa de dos participantes, la cual atraviesa las principales etapas de la concepción del amor como el cortejo y el proceso nupcial.
Este género cinematográfico frecuentemente explora elementos clave en la concepción popular del amor, construyendo su argumento a partir de situaciones como el amor a primera vista, el amor cronológicamente discordante:
Amor entre una persona de edad joven y una persona de edad madura, el amor trágico, el amor destructivo, el apasionante amor sexual, el amor homo erótico y el amor imposible.
El cine romántico se caracteriza por retratar una historia de amor o la búsqueda del amor como argumento principal del filme, apoyándose situaciones ajenas al argumento principal que obstaculizarían la continuidad del amor entre la pareja que estelariza el argumento del filme.
Como obstaculizadores amorosos se incluye la percepción de un amor imposible:
La infidelidad, la incompatibilidad amorosa, el “love-hate”, la enfermedad, el dinero, la discriminación social y la intervención de personas que pretenden terminar con el amor de la pareja.
“Still, a girl likes to be crossed in love now and then.
It gives something to think of, and a sort of distinction amongst her companions”
Pride & Prejudice es una película dramática del año 2005 dirigida por Joe Wright y basada en la novela homónima de Jane Austen con el guion de Deborah Moggach.
Protagonizada por Keira Knightley, Matthew Macfadyen, Brenda Blethyn, Donald Sutherland, Judi Dench, Rosamund Pike, Jena Malone, Tom Hollander, Penelope Wilton, Simon Woods, Rupert Friend, Carey Mulligan, Kelly Reilly y Talulah Riley.
Pride & Prejudice obtuvo 4 nominaciones al Oscar:
Mejor actriz (Knightley), dirección artística, banda sonora y vestuario.
La historia de Pride & Prejudice es de lo más típica, y a la vez muy moderna, lo que la convierte en la predecesora de casi la totalidad de las comedia románticas posteriores:
Chico y chica que son tan parecidos que al principio se llevan mal, pero poco a poco se van enamorando, aunque una serie de malentendidos les impide estar juntos hasta el final feliz.
No hay nada nuevo, nada que no hayamos visto miles de veces, pero cuando Jane Austen escribió la novela Pride & Prejudice, en su día, fue la precursora de este género, y así es como hay que entender la película Pride & Prejudice, no como “otra más”
Pride & Prejudice destaca por la belleza de algunos planos, y por los magníficos planos secuencia y los demás aspectos técnicos, como su ambientación o vestuario, son de un gran preciosismo y no se les puede poner ningún pero.
Sin embargo, lo mejor es sin duda la magnífica partitura de Dario Marianelli, absolutamente clasicista, e inmejorablemente interpretada al piano por Jean-Yves Thibaudet.
Las versiones del tema de Henry Purcell, que siempre me ha encantado, son fantásticas, pero más aun los temas originales, bellísimos todos y que ayudan a aportar pasión y sentimiento a la historia.
En cuanto al guion, partía con la dificultad de comprimir todo el libro en 2 horas, y me parece que cumple perfectamente.
Los creadores de Pride & Prejudice cambiaron varias escenas a escenarios más románticos que los presentados en la novela.
Por ejemplo, en la película, la primera proposición de Darcy se realiza al aire libre en medio de una tormenta cerca de un hermoso lago y protegidos exclusivamente por el porche de un templete clásico.
En el libro, esta escena tiene lugar dentro de la parroquia.
En la película, su segunda propuesta ocurre en los páramos nublados al amanecer; en el libro, Darcy y Elizabeth están caminando a plena luz del día, etc.
No obstante, esta clásica historia de amor y malentendidos, tiene lugar en la clasista Inglaterra de finales del siglo XVIII.
Las 5 hermanas Bennet:
Elizabeth o Lizzy (Keira Knightley), Jane (Rosamund Pike), Lydia (Jena Malone), Mary (Talulah Riley) y Kitty (Carey Mulligan), han sido criadas por una madre (Brenda Blethyn) cuya única fijación es encontrarles marido.
Elizabeth Bennet es la protagonista de Pride & Prejudice, es la segunda de las 5 hermanas y es la más bella de la familia, después de Jane.
Lizzy es una joven de 21 años inteligente e ingeniosa, es divertida, un poco orgullosa y muy prejuiciosa.
Se deja llevar siempre por las primeras apariencias, pero con el tiempo se dará cuenta de que no siempre la primera impresión es la que define a la persona.
Inteligente y con carácter, desea una vida con perspectivas más abiertas, un anhelo respaldado por su padre (Donald Sutherland)
Cuando el rico y soltero Sr. Charles Bingley (Simon Woods) se instala en una mansión vecina, las hermanas Bennet no pueden creer su suerte.
Entre los numerosos y sofisticados amigos londinenses que vienen a visitarle y la llegada de varios jóvenes oficiales, habrá pretendientes de sobra.
Jane, la hermana mayor, de gran belleza serena, parece haber conquistado el corazón del Sr. Bingley.
Por su parte, Lizzy conoce al apuesto y aparentemente orgulloso Sr. Darcy (Matthew Macfadyen) y se desata la tormenta.
Fitzwilliam Darcy es el personaje masculino central de Pride & Prejudice, y segundo interés amoroso de Elizabeth.
Es un hombre inteligente, rico y tímido, que a menudo parece arrogante y orgulloso a los extraños, pero posee debajo de esa fachada un interior honesto y bueno.
Inicialmente, Darcy considera a Elizabeth socialmente inferior a él, no merecedora de sus atenciones; pero descubre que, a pesar de sus inclinaciones, no puede negar sus sentimientos por Elizabeth.
Su primera proposición es rechazada debido a su “orgullo” y el “prejuicio” de Elizabeth contra él.
Darcy adora a su hermana Georgiana (Tamzin Merchant) y es suficientemente inteligente para darse cuenta de la atención que atrae sólo por su posición social.
Se ven a menudo y casi siempre acaban discutiendo.
Pero Lizzy está menos dispuesta que nunca a aceptar al Sr. William Collins (Tom Hollander), un primo lejano que ha pedido su mano.
Apoyada por su padre, Lizzy asombra a su madre y al Sr. Collins rechazándole.
Cuando el Sr. Bingley se marcha a Londres sin avisar, rompiendo el corazón de Jane, Lizzy culpa al Sr. Darcy.
Pero una inesperada crisis con Lydia, la hermana pequeña, permite a Lizzy darse cuenta de la verdadera naturaleza de su relación con el Sr. Darcy.
Las hermanas Bennet y todos los que las rodean, después de este torrente de sorpresas y emociones que no ha dejado a nadie indiferente, comprenden lo que realmente cuenta, que en esta vida el verdadero amor da la felicidad y no las relaciones por conveniencia.
Lizzy y Darcy personifican a toda una pareja moderna.
Los “prejuicios” de ella y el “orgullo” de él serán los puntos clave para que la relación fructifique o por el contrario, fracase.
En el transcurso de Pride & Prejudice, los dos cometerán errores que repercutirán en el ánimo de ella y en el comportamiento de él alejándolos.
Pero a pesar de las diferencias aparentemente insalvables, terminan finalmente encontrándose y amándose.
Pride & Prejudice trata, entre otras cosas, sobre malentendidos y desencuentros, cuando las voluntades de dos personas orgullosas e independientes se enfrentan para provocar una lluvia de chispas que nos hechizan durante todo el metraje.
En la Inglaterra de finales del siglo XVIII, bajo unas reglas sociales estrictas que marcan implacablemente las diferencias entre las clases sociales y entre los roles de hombres y mujeres, los protagonistas tienen el valor de intentar traspasar los férreos límites que se les ha impuesto y luchan por lograr su felicidad.
En un entorno que restringe estrechamente las posibilidades de elegir libremente, de hecho, como siempre ha ocurrido en muchas sociedades, casi todo el mundo estaba sometido a la voluntad de sus mayores y de una comunidad cerrada que velaba mucho por la reputación y las apariencias, algunos de los personajes se atreven a aspirar a lo que parece imposible.
También en Pride & Prejudice se nos muestra lo mucho que cuesta rectificar nuestros prejuicios, así como las consecuencias de los actos impremeditados, que podían condenar a una familia al rechazo social.
Elizabeth Bennet se erige así como un personaje femenino simbólico, pues representa la necesidad de libertad que anhelaba la mujer en una sociedad represiva y eminentemente machista.
Ella lucha por determinar su futuro sin atenerse a los planes tejidos por las oscuras maquinaciones de aquéllos que la rodean, reivindicando su derecho a ser la dueña de las propias riendas de su vida.
Su decisión y valentía a la hora de desafiar las convenciones serán algunos de los rasgos más significativos que acerquen su personalidad a la sensibilidad contemporánea, convirtiéndose a su vez en un personaje muy humano, capaz de equivocarse, de aprender y de rectificar los juicios erróneos por los que se había dejado llevar a través de las siempre poco fiables apariencias.
En realidad muchos son los valores intemporales que acercan al lector con el original de Jane Austen, pero el verdadero logro de este Pride & Prejudice dirigido por Joe Wright consiste en haber sabido extraer la esencia consustancial del texto para intentar aproximarla a la sensibilidad estética actual.
Ni demasiado moderna ni demasiado clásica, así se encuentra, en su punto justo de maduración, sin intenciones grandilocuentes, que se bebe a cada minuto porque Pride & Prejudice está dotada de un ritmo vivo y ágil, que se disfruta desde el plano técnico porque cuenta con algún que otro alarde virtuoso en la planificación secuencial, atención al segmento del baile, maravilloso, en el que la cámara nos acerca simultáneamente a cada uno de los personajes en escena sin cambiar de plano, con testigos, a solas, y nuevamente con personas alrededor.
Magnifica escena.
Los actores de Pride & Prejudice, casi todos grandes nombres del cine inglés tanto actual como pasado, cumplen más que correctamente en sus papeles.
La protagonista, Keira Knightley, a quien tan genial le sientan los papeles de época, aunque nos preguntamos si volveremos a verla en una película actual, es una perfecta Elisabeth Bennet, llena al personaje de fuerza y de inteligencia, y de personalidad propia.
Sin duda fue gracias a Pride & Prejudice cuando empezó a demostrar su autentica valía como actriz de clásicos.
Su compañero, un desconocido por entonces para el gran público Matthew Macfadyen, es el prototipo de caballero inglés.
Su interpretación es fría y despegada, al principio, porque el personaje así lo requiere, pero conforme avanza la historia, vemos su evolución.
Para mí, cumple su papel a la perfección, y no me podría imaginar al señor Darcy de otra manera.
Ambos protagonistas transmiten emoción y sentimientos a través de las miradas, y de lo que no se dice por debajo de sus afiladas y provocadoras conversaciones.
De los veteranos, destacan sobre todo Brenda Blethyn y Donald Sutherland como los padres Bennet.
También aparece en un par de escenas Judi Dench, que como siempre impone con su sola presencia, aunque su papel no deja de ser anecdótico y recuerda demasiado a su interpretación en “Shakespeare In Love” (1998)
También destaca la presencia de actores jóvenes en alza como Carey Mulligan, Rosamund Pike, Kelly Reilly, Rupert Friend o Tom Hollander, todos muy adecuados para sus papeles.
El momento de Pride & Prejudice es la escena bajo la lluvia en la que discuten Elizabeth y Mr. Darcy.
Primer momento en el que se da rienda suelta a la verdadera pasión, después de una hora de miradas y de sentimientos contenidos.
Y un duelo actoral en toda regla, con la estupenda química que hay entre Keira Knightley y Mathew Macfadyen.
Pride & Prejudice es tan correcta en todos los sentidos, tan inglesa, que a algunos les puede resultar fría por no dar rienda suelta a la pasión, pero hay que entenderla en su contexto y en su época.
El principal logro de Jane Austen es transmitir una perfecta imagen de la sociedad británica en el cambio de siglo, por debajo de las apariencias y los prejuicios.
Describe de manera poética, inteligente e irónica las vidas de las jóvenes y la sociedad en la campiña inglesa del siglo XVIII, a través de una minuciosa caracterización psicológica y de comportamiento de los personajes.
No obstante, no se hacen referencias, en la trama, a los dramáticos acontecimientos históricos de la época, entre otros, La Revolución Francesa o el inicio de las Campañas Napoleónicas, etc.
El tema central de Pride & Prejudice es el matrimonio, que es la decisión más importante que las hermanas Bennet van a tener que tomar.
El peligro está en elegir mal, por inmadurez o por falta de disciplina afectiva.
Al final, tres de las cinco hermanas se han casado, después de elegir pareja valorando el amor, la seguridad económica y las afinidades.
Ese interés, que desde la primera página de la novela se revela, sólo se logra al final después de verse retrasado por muchas tramas y malos entendidos, principalmente por “el orgullo y el prejuicio”

“We are all fools in love”



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