In The Name Of The Father


“I have faith in myself.
Gerry Conlon.
Life.
30 years sentence and I know how to survive it.
No problem”

Siempre he dicho, que el cine plasma la realidad en su manera más cruda, intentando a veces enseñarnos que hacemos realmente mal, y cuando digo realmente mal, me refiero a todos nosotros.
Irlanda del Norte ha sido un país marcado por los conflictos con la corona Británica, lo cual provocó el surgimiento de grupos independentistas, entre los cuales, el que más destaca es el Irish Republic Army o IRA.
La relación entre la historia de Gerald “Gerry” Patrick Conlon y el IRA, es directa.
Conlon nació en Belfast, capital de Irlanda del Norte, ciudad en la que también pasó los años de infancia y adolescencia, esta última caracterizándose por los malos comportamientos de Gerry, lo que provoca que su padre, Giuseppe Conlon, lo envié a Londres, a pasar un tiempo con su tía Annie Maguire, y de este modo, estabilizar el ritmo de vida del muchacho.
Durante el tiempo que Gerry pasa en la capital inglesa, ocurren diversos atentados, perpetuados por el IRA, en contra de centros sociales frecuentados por soldados británicos.
Las bombas en Londres, durante esos días, eran cosa común, y por lo mismo, el gobierno británico decide tomar drásticas medidas, y así paralizar esta ola de violencia desatada en Gran Bretaña.
En 1975, una serie de fuertes explosiones en bares de Londres, ocasionaron la muerte de 5 personas, e hirieron a más de 100.
El Ejército Revolucionario Irlandés (IRA) se adjudicó este terrible acto, que generó tal rechazo de parte de la opinión pública inglesa, que obligó al Congreso a pasar una ley contra actos terroristas de este tipo, que permitía a la policía, o a cualquier otra fuerza de seguridad, detener a cualquier sospechoso por un lapso de hasta 7 días, sin necesidad de contar con pruebas de su culpabilidad, o asociación a uno de estos atentados.
Debido a la presión que se creó, tanto por parte del gobierno, que al dictar la ley antes mencionada, le pasó toda la responsabilidad de resolver el caso a la policía, como de la prensa, que demandaba que se hallara a los culpables, Scotland Yard se vio obligado a dar respuestas de una manera muy apresurada.
Durante ese tiempo Conlon, pernocta en una casa perteneciente a una comunidad hippie, junto con su amigo Paul Hill, también irlandés.
Luego de una mediana estadía en Londres, Gerry vuelve a Belfast, con mucho dinero, producto de un robo perpetuado una noche antes del regreso.
Una vez en Belfast, Gerry es víctima de un arresto, y es llevado a Londres, para que declare por los hechos ocurridos en el Bar de Guilford en octubre de 1975, lugar donde explotó una bomba, colocada por el IRA, sin embargo, los mayores sospechosos sobre lo ocurrido, resultan ser:
Gerry Conlon, Paul Hill, Patrick “Paddy” Armstrong y Carole Richardson, denominados “Los Cuatro de Guilford”
Una vez arrestados, la policía británica les aplica La Ley de Protección Antiterrorista, obligándolos a asumir la culpa de la bomba puesta en el susodicho bar.
Luego de días de tortura física y mental, los acusados ceden ante las amenazas y maltratos, y firman la declaración que los coloca como culpables del hecho delictivo.
Algunos de sus familiares llamados “Los Siete de Maguire” fueron acusados de ser sus cómplices, y enjuiciados con cargos menores.
Luego de un prolongado proceso penal, en el que la policía mintió, y modificó pruebas para inculpar a “Los Cuatro de Guilford”, el juez del caso dictó sentencia, enviándolos a prisión con cadena perpetua, y a los otros acusados, incluyendo un pequeño niño de 14 años, se les dictaron sentencias menores, pero con pena de cárcel igualmente.
El caso de “Los Siete de Maguire” constituyó una infame manipulación de la justicia en el Reino Unido.
Las 7 personas a que hace referencia la expresión, miembros de la misma familia, fueron falsamente acusados de mantener una fábrica clandestina de artefactos explosivos para el IRA Provisional.
Ellos fueron condenados el 4 de marzo de 1976:
Anne Maguire, 40 años, sentenciada a 14 años.
Su marido Patrick Maguire, 42 años, sentenciado a 14 años.
Su hijo Patrick Maguire, 14 años, sentenciado a 4 años.
Su hijo Vincent Maguire, 17 años, sentenciado a 5 años.
William Smyth, hermano de Anne Maguire, 37 años, sentenciado a 12 años.
Patrick O'Neill, amigo de la familia, 35 años, sentenciado a 12 años.
Patrick “Giuseppe” Conlon, cuñado de Anne Maguire, 52 años, sentenciado a 12 años.
Giuseppe Conlon fue arrestado cuando viajaba de Belfast a Inglaterra, para intentar ayudar a su hijo, Gerald Patrick.
Pero al ser arrestado, años después, en enero de 1980, Giuseppe muere en prisión, debido a problemas respiratorios.
En lo que respecto a los otros, las sentencias del resto de “Los Siete de Maguire” fueron revocadas en 1991, bastante tiempo después de haberlas cumplido, casi íntegramente.
Por estos hechos, se ha acusado a la Policía Municipal de Londres, de haber obtenido confesiones mediante tortura, a todos los miembros de “Los Siete de Maguire”, y de haber retenido información que habría ayudado a establecer su inocencia.
De hecho, un grupo del IRA arrepentido en 1975, admitió ser responsable de las bombas atribuidas a “Los Siete de Maguire”, e informó a la policía y a la Fiscalía, de que habían detenido y condenado injustamente, a otras personas por sus acciones.
Sus alegaciones fueron ignoradas, por no estar sustentadas por ninguna evidencia.
Este caso, es visto como uno de los peores errores judiciales de Gran Bretaña, ya que llevó a la cárcel a los sospechosos, a partir de evidencias supuestamente científicas, que luego resultaron descartadas.
“My Lord, this is new evidence”
In The Name Of The Father es una película dramática irlandesa, del año 1993, dirigida por Jim Sheridan.
Protagonizada por Daniel Day-Lewis, Emma Thompson, Pete Postlethwaite, John Lynch, Beatie Edney, Mark Sheppard, Don Baker, Frank Harper, Saffron Burrows, Tom Wilkinson, Gerard McSorley, entre otros.
Como dato curioso, hay que mencionar que Bono, el cantante de U2, participó en la composición de la banda sonora.
In The Name Of The Father fue nominada a 7 Premios Oscar en las categorías de:
Mejor actor (Daniel Day-Lewis), mejor actor de reparto (Pete Postlethwaite), mejor actriz de reparto (Emma Thompson), mejor director, mejor montaje, mejor película, y mejor guion adaptado.
Tachada en su estreno como “Anti Británica”, In The Name Of The Father aborda de manera fiel, el conflicto de nacionalidades que aún perdura en dicho zona, sin retratar falsamente al séquito de personajes, sin tomar del pelo al espectador, y convencerle de la benevolencia de sus caracteres centrales, In The Name Of The Father es ante todo, un documento del terrible error cometido por la justicia británica, quienes al clamar por la sangre de los culpables, dejaron a un lado una búsqueda objetiva y racional de criminales, para tomar injustamente, las vidas de unos cuantos “parias” o a su parecer, de gente que nadie extrañaría.
El guión es de Terry George y Jim Sheridan, basados en los casos de “Los Cuatro de Guildford” y “Los Siete de Maguire” y adaptado de la autobiografía de Gerry Conlon: “Proved Innocent”
“Los Cuatro de Guildford” era un grupo de cuatro personas:
Paul Hill, Gerry Conlon, Patrick “Paddy” Armstrong y Carole Richardson, que no tenían nada que ver con terrorismo, y que fue condenado injustamente en el Reino Unido, en octubre de 1975, por la colocación de bombas en 2 pubs de Guildford y uno en Woolwich, atentados en los que murieron personas, atribuidos al IRA Provisional.
Los conocidos como “Los Cuatro de Guildford” cumplieron penas de cárcel de más de 15 años, por un delito que no habían cometido.
El argumento, al ser no solamente basado en hechos reales, sino que todo el libro son hechos reales, está lleno de anécdotas y vivencias del autor, un joven norirlandés, que por circunstancias de un terrorismo de estado, y por estar en el lugar inadecuado, ve destrozada su vida y la de sus compañeros.
In The Name Of The Father es un film impactante, que presenta con bastante crudeza y realismo, una serie de eventos que ocurrieron en la vida real, que cuenta con grandes actuaciones, y una excelente dirección.
Se tratan temas muy duros, como en países democráticos con un terrorismo interno, se vulneran leyes elementales, como se tapa la ineptitud de un cuerpo policial, cuando no pudiendo encontrar a los verdaderos culpables de un atentado, se busca “una cabeza de turco”, como un absurdo sentido de la justicia permite, que al cabo de unos años, sean detenidos los verdaderos culpables por otro tema, y que confiesen el delito por el que 4 inocentes están pagando una pena, y no se haga nada por deshacer el error.
El fabuloso guión, no nos trasmite pena sino impotencia, e injusticia sobre unos hechos que representan el mayor fracaso y humillación que se hizo a unos chicos, sólo por su condición de extranjeros, en una muy desarrollada socialmente Gran Bretaña, y que puso en tela de juicio, la más antigua democracia del mundo.
El guión es el verdadero motor, y no el efectismo técnico, o incluso la sobreactuación de algún intérprete, muy de moda en este tipo de films, y que hacen de In The Name Of The Father, una historia muy humana, metódica e incluso moral, donde los caracteres opuestos de las diferentes ideas políticas, se entrelazan y son fundidas en la idea universal de justicia.
In The Name Of The Father se centra en la vida de Gerry Conlon (Daniel Day-Lewis) un rebelde sin causa de Belfast, que es perseguido por el IRA Provisional.
Su padre, Giuseppe Conlon (Pete Postlethwaite), para proteger a su hijo, decide enviarlo a Londres, donde se encuentra con su viejo amigo Paul Hill (John Lynch)
Ambos llegan a una casa donde experimentan “el amor libre y las drogas”, lo que despierta los celos en uno de los miembros de la comuna.
Una noche, la casualidad de la vida, lleva a Gerry a Paul a robar el apartamento de una prostituta, donde consiguen una gran cantidad de dinero que gastan en excentricidades.
Ambos deciden volver a Belfast, donde son arrestados por la policía británica.
Acusados de terroristas, Gerry y sus amigos, son forzados a confesar crímenes que no cometieron, provocando así, el arresto de la familia Maguire, parientes de Giuseppe Conlon, todos condenados a prisión.
Una abogada entregada a la causa, es contactada por Gerry Conlon para defender su inocencia, y la de sus amigos y familiares.
En su investigación, ella descubre la manipulación de las pruebas que demostraban la inocencia de los acusados.
15 años después, Gareth Peirce (Emma Thompson) logra demostrar la injusticia que llevó a estas personas, a privarse de la libertad que por derecho les correspondía.
“What I remember most about my childhood is holding your hand.
My wee hand in your big hand, and the smell of tobacco.
I remember, I could smell the tobacco in the palm of your hand.
When I want to feel happy, I try to remember the smell of tobacco”
Personalmente pienso que In The Name Of The Father es una película que los hombres entendemos mejor, porque trata sobre las relaciones entre padre e hijo, que son bastante distintas de las relaciones padre e hija, y sí, es una película que va dirigida a los hombres.
In The Name Of The Father no es sólo una crónica basada en aquellos hechos, tan reales como espeluznantes.
Va mucho más allá, relatando un episodio existente de nuestra historia.
Es la transformación de un hombre, a través de una juventud robada; una transformación en la que cae en picado, desde ese nido de inconsciencia, irresponsabilidad, y protección paternal, hasta golpearse de bruces con los valores que hacen a un hombre ser “hombre”:
Justicia, sensatez, auto-superación y, sobre todo, admiración y orgullo por el nombre de su padre, como ejemplo a seguir.
La trama gira alrededor de la relación entre los 2 hombres, padre e hijo, quienes nunca se han llevado bien, y que ahora se hallan encerrados en una misma celda.
A reseñar, está la secuencia cuando un dirigente del IRA, entra en contacto con la mente frágil y juvenil de Gerry Conlon, apartándole de su idea pacífica de lucha, que el padre intenta inculcarle, dando un giro maestro, donde el espectador se siente atrapado y confundido.
Este cambio de giro, es imprescindible para entender la lucha que mantiene con su padre, y es el germen de la trama principal, luchar desde la violencia, o con la ley en la mano.
Bien es así, que la pareja paterno-filial, antagonistas hasta la médula, pero más parecidos de lo que ellos creen, abren una trama impresionante de lucha interna por sus ideales, pero donde el ideal pacífico, y ese amor puede que 2 personas tan dispares aparentemente, puedan luchar en el mismo bando:
El de la verdad, y consiguiente inocencia.
El hilo conductor de In The Name Of The Father es la historia de Gerry Conlon, que acaba por convertirse en un icono de la lucha contra el sistema.
Durante su larga estancia en prisión, el protagonista sufre continuados cambios de actitud, desde miedo, odio, rebeldía, impotencia, que se ven enormemente acentuados debido a la presión emocional que sufre en prisión, tanto por las dificultades con los demás presos, como por el conflicto generacional que tiene con su padre, también preso y en su misma celda.
La figura de Giuseppe Conlon es, en una primera apreciación, la imagen de un hombre de salud enfermiza y aspecto acobardado.
Sin embargo, desde las escenas iniciales, vemos su valor para proteger a su hijo, en aquella ocasión, de los propios miembros del IRA.
Más adelante descubriremos su constancia para luchar contra la injusticia de su encarcelamiento, sin abandonarse al odio y la violencia.
Esta fortaleza en la debilidad, tiene mucho que ver con su fe y su oración.
Su mirada compasiva e interior, nos hace reconocer la profundidad de su confianza.
Desde aquí, cabe comprender la relación con su hijo.
En ocasiones exigente, como cuando de niño le dice que así no valía la pena ganar el partido de fútbol, o cuando de mayor le denuncia en la cárcel, su consumo de drogas o su acercamiento a la violencia.
Pero igualmente, y a la vez acogedor, como cuando abraza al hijo, tras un ataque de histeria, se derrumba, o cuando con su mano le llevaba de niño.
In The Name Of The Father insiste en un marcado contraste con la figura de Joe McAndrew (Don Baker), el dirigente del IRA, que actúa como padre sustituto para Gerry Conlon durante una época.
El representa la fuerza y el poder que no tiene Giuseppe.
El representa una alternativa para vencer, y tras él va Gerry.
Sin embargo, su dureza y violencia, convencen al joven de la inutilidad y la destrucción de aquel camino.
Significativamente volverá a la celda de su padre, como en un nuevo regreso del hijo pródigo.
Por tanto, la muerte de Giuseppe es la muerte del hombre justo y bueno.
Judicialmente, es una enorme injusticia, humanamente es una tortura indigna, ya que se le impide salir, incluso en la gravedad de la enfermedad.
Y su agonía posee alusiones significativas a una muerte “cristica”
La despedida, cuando le pide a su hijo que le coja de la mano, es un gesto de amor en la hora de la muerte.
Nuevamente, Giuseppe le enseña a ser fuerte en la debilidad.
La escena del patio de la prisión, en la cual los presos van quemando papeles que salen por la ventana como antorchas, expresa un gesto de denuncia, pero también de reconocimiento del justo que ha muerto.
La alusión a las luces de la vigilia de la pascua, es especialmente significativa.
En la hora de la muerte, los presos anticipan la hora de la resurrección.
Giuseppe no está del todo muerto, ya que vive más que nunca en el hijo.
A medida que pasan los años, el caso de “Los Cuatro de Guilford”, así como el de sus mal llamados cómplices, se mantiene en una continua apelación de manos de la abogado Gareth Peirce (Thompson), quien lleva a cabo una lucha comparable a la de “David contra Goliat” y en la que constantemente se topa con las murallas colocadas por los policías, y que le impiden obtener la información, y las pruebas de la inocencia de Gerry y el resto.
La victoria que supone el desenmascaramiento policial y judicial, es el premio póstumo de Giuseppe.
Gerry, que es autor de las memorias que sirven de base al guión, tras la muerte del padre, tiene un momento de hundimiento.
Pero la batalla legal y solidaria que el padre inició, le da ganas para luchar.
La absolución de todos los jóvenes, y el gesto de salir por delante, mientras los responsables de la injusticia marchan por detrás, son los signos del triunfo.
“En el nombre del padre” han vencido, y ahora son libres.
Además de los contenidos de denuncia política, tenemos fuertes elementos pascuales:
La liberación de las cadenas, recuperación de la vida, y gloria más allá de la muerte.
Completamos pues, muy curiosamente, el carácter marcadamente pascual de la propuesta del irlandés Jim Sheridan.
En mi vida, he visto una actuación tan convincente como la de Daniel Day-Lewis, ayudado por la soberbia actuación de Pete Postlethwaite.
Los diálogos entre padre e hijo son conmovedores, desde que el padre despide al hijo, en aquel barco rumbo a Inglaterra, con el arrepentimiento posterior de Gerry años después, por no despedirse de su padre, hasta el día de la muerte de éste, a mi por lo menos, me hacen pensar mucho, ya que me sucedió algo muy parecido, y creo que es lo más trascendente, y lo más bonito de In The Name Of The Father.
La muerte de Giuseppe, es un acontecimiento que estremece al espectador, porque la enfermedad de éste, supuso el cambio de actitud de Gerry, y el espectador se identifica con él, es por eso, que la muerte de su padre es un mazazo, pero es demasiado tarde para enmendar los errores, porque el tiempo no perdona.
No obstante, Giuseppe muere orgulloso, porque su hijo ha cambiado, y está orgulloso de esta transformación, porque aquel desagradecido infantil había muerto, y ahora es un hombre.
“En El Nombre Del Padre”
Giuseppe como “Pedro”, padre y también hijo, educado y tranquilo, sensato y perspicaz, con una fuerza interior capaz de encontrar justicia, en una sociedad injusta, de hacer fuerte al débil, de querer a un hijo juzgado, por algo que no hizo, de hacer del tiempo y el miedo, un hilo de esperanza que nunca perdió, la cual regaló a su hijo en su último aliento, la esperanza de la libertad.
“Del Hijo”
Gerry como “Jesús” gamberro y audaz, soñador y emprendedor, luchaba contra el IRA, y la ira de hipócritas y opacos de corazón, lo llevó a él y a toda su familia a ser uno más del IRA sin querer serlo, a ver el amanecer desde un oscuro lugar, a sentir el último aliento de su padre, que pedía a gritos libertad, a ver crecer a sus familiares entre 4 paredes, y barrotes de oxidado metal, a llorar sin llorar, a pedir justicia sin hablar, por algo que nunca hizo, y que arrebató parte de su vida, y de sus seres queridos, y que nunca podrá olvidar.
“Del Espíritu Santo”
Gareth llegó, vio y venció.
La luz en la oscuridad, la esperanza ante la muerte, la humanidad y honradez ante la crueldad e hipocresía, consiguió la libertad de lo imposible, era impensable, y ella lo logró, después de 15 años de sufrimiento, esas personas maltratadas, vieron la luz de la libertad, el ardor del poder popular, la misericordia ante tanta crueldad, fue ella quien los devolvió a su hogar.
Me encanta la idea que sea una mujer, aun que no haya sido por el guión, ya que fue real que así fuera.
“Amén”
La libertad, el sufrimiento pesa, pero más la hipocresía y la maldad, los tiempos pasan, pero la verdad siempre prevalecerá.
Somos libres, “tenemos la puerta abierta”, somos nosotros, somos todos.
“Well, I think they ought to take the word compassion out of the English dictionary”
Sin necesidad de intentar engañar al espectador, sin dar en ningún momento debilidad tanto artística como técnica, se nos va presentando un crescendo, absolutamente condensado, que no se limita solo a plasmar la vida en la cárcel, como cualquier drama carcelario, sino que es terriblemente realista, sin necesidad de llegar al sentimiento de la pena, o la compasión; y que ahonda sobremanera, en la lucha por la libertad de 2 presos, pero extrapolada a la libertad de la humanidad contra la tiranía del invasor.
In The Name Of The Father es una maestría en cuanto a tempo y ritmo, planificados muy inteligentemente, milimetradas cada secuencia al detalle, sin necesidad de llegar a lo superfluo.
Mientras se van desarrollando las secuencias, nos damos cuenta que no se alargan dichas secuencias por ningún motivo, ya sea por una banda sonora, o algún travelling para enlazarnos con la siguiente.
Por el contrario, el diálogo irrumpe en la siguiente secuencia de manera fortuita, lo cual llega al espectador, sin dejarnos un alivio de respiro entre secuencias; lo que hace que se convierta en una película con mucha tensión y carga dramática, que te la deja sensación imperiosa de ver más, y que en la siguiente secuencia te resuelve la subtrama, en forma de diálogo corto sin más, dando un ritmo muy rápido, y muestras de un dominio cinematográfico complejo, y abriendo otra trama de mayor intensidad, que enriquece sustancialmente la trama principal.
In The Name Of The Father es un film que logra la excelencia en varios aspectos, pero en ninguno más, que en la actuación dada por sus protagonistas.
Las interpretaciones de todos los actores son realmente buenas, y bastante parejas, pero In The Name Of The Father le pertenece sin duda, a sus 3 personajes principales, y a los actores que les dan vida:
Day-Lewis, Postlethwaite y Thompson.
Los 3 fueron merecidamente nominados al Oscar por su trabajo, aunque ninguno de ellos obtuvo el premio finalmente.
Otro aspecto importante de In The Name Of The Father, es la manera tan realista con la que muestra los sucesos, y va hilando la historia.
La vida carcelaria de Inglaterra en la segunda mitad del siglo XX, es detallada minuciosamente, la vida de los presos del IRA dentro de esas prisiones, y el comportamiento de los funcionarios carcelarios.
Resulta realmente interesante y cautivador, conocer sobre las luchas armadas entre el ejército y las fuerzas de seguridad británicas, y las guerrillas urbanas del IRA.
No menos interesante, es la manera en la que se maneja la relación entre los 2 hombres, una vez que se ven forzados a pasar largos años encerrados en una misma prisión, en la misma celda.
También impacta un poco, cuando el espectador cae en cuenta, de que los eventos que ve en la pantalla, sucedieron en la vida real, y de que situaciones de injusticia como esta, se puedan presentar en países desarrollados como Gran Bretaña.
Y es que a Sheridan no le hace falta ser efectista, ni realizar planos de difícil realización.
En cambio su “simplista” planificación, le hace una historia más verdadera, incluso llegando a la realización documental-ficción, con una fotografía que sólo deja ver y nada más, sin artificios efectistas.
Por tanto, nos situamos en un cine político-social y, por consiguiente, universal, donde la demostración de los trapos sucios de los políticos, ponen en evidencia la verdadera democracia de un sistema, en este caso el de Inglaterra; que a la postre, es la más avanzada del mundo, donde los fallos no sólo son del sistema sino de la sociedad, y la avaricia política que a toda costa debe juzgar un delito.
Por tanto, la idea de justicia no se asemeja a su idea universal, sino a lo que en momentos determinados debe ser.
En este sentido, por darle a la población un “cabeza de turco” se llega al consiguiente pensamiento, de si la democracia es el mejor sistema en un mundo corrupto.
Es atroz, como el odio y la intolerancia de un Sistema legal, puede arruinarle la vida a una persona, como la división política, social e histórica, puede hacer de un proceso jurídico, una barbarie, en la cual siempre los más afectados, serán aquellos más débiles e indefensos, al extremo de que haya muerto un hombre en la cárcel, por un delito que nunca cometió.
In The Name Of The Father es un ejemplo fuerte, de que la gente que se hace cargo de la justicia, tiene que saber de leyes, pero asimismo, deben ser personas con criterio, que vean más allá de simples declaraciones, que investiguen y proyecten las diversas consecuencias que pueden tener sus decisiones.
A nuestro sistema legal creo yo, le hace falta “Ius Naturalismo”, y menos Positivismo, las causas no solo involucran contradicciones legales, sino también a personas y a la sociedad, y es en ellas, en quien debemos primero pensar al establecer veredictos.
Ojalá que el mundo de la justicia, cada vez se cometan menos atrocidades como la ocurrida con este grupo de irlandeses, que sufrieron en propia carne, lo que es la ceguera de algunos para no asumir errores, digo esto porque en el caso de Conlon, el gobierno inglés sabía desde antes de la muerte de Giuseppe, que este grupo de hombres y mujeres eran inocentes, ya que miembros del IRA habían confesado su autoría.
Es en este punto, donde se cometió la atrocidad más grande, ya que el orgullo de un sistema, provoca la injusta muerte de un inocente, que viajo a Londres con el propósito de liberar a su hijo, jamás pensando en que iba a ser condenado como un asesino cualquiera.
En el nombre de su padre, Gerry Conlon, continuo luchando para lograr la inocencia de Giuseppe, y castigar a aquellos que por su negligencia, estupidez e intolerancia, arruinaron la vida de una familia, y de jóvenes que recién comenzaban a soñar con un futuro, jóvenes que en ningún caso propugnaban odio, más bien la paz, tan añorada en ese país, que según algunos, fue olvidado por Dios, yo no opino de ese modo, Dios está en Irlanda del Norte, y de una forma muy especial, ya que los católicos irlandeses, han aguantado y sobrevivido a todo tipo de amenazas, peligros y abusos, a los cuales han sido sometidos por un Estado Británico, que ojala algún día, deje de lado sus siempre afanes expansionistas.
In The Name Of The Father cuenta con innumerables escenas de brutal crudeza, en las que la tortura, la traición, y la injusticia, consiguen acribillar nuestros sentimientos.
La mejor de las escenas carcelarias la encontramos acá, especialmente la insuperablemente, poética manifestación silenciosa de los presos, ante la muerte de Giuseppe, en la que todos lanzan papel ardiendo desde entre los barrotes de sus ventanas, acompañado del “You Made Me The Thief Of Your Heart” de Sinéad O’Connor, me conmueve hasta la médula.
Debo confesar, que me compenetré a fondo con In The Name Of The Father, y a medida que esta avanzaba, me dieron ganas de romper el televisor, sentí que no solo perdí la fe en la justicia, sino también la fe en la democracia.
¿Cómo pueden dormir bien, estos hijos de sus madres, si ellos sabían la verdad y callaron?
¿El falso testimonio no es un delito?
A quien le importa, la justicia es lenta, los condenados injustamente, pasaron 15 años bajo la sombra, pero…
¿A quién le importa?
Podría decir, que jamás de los jamases, ninguna película me produce tanta rabia e indignación, podría añadir, que jamás he visto con tanta nitidez, la figura del padre encarnada con tanta dulzura, tanto que a uno se le remueven las entrañas, de sólo pensar las veces que hemos sido crueles con el nuestro propio, y las veces que le hemos agraviado.
Podría decir, que jamás he visto con tanta nitidez, lo poco que soy, lo que me queda por crecer, y que todavía soy, y que por muy mal que me pueda sentir a veces, la vida no me ha dado la bofetada definitiva, porque siempre se guarda una de propina.
Podría decir, que viendo esta joya, uno aprende que incluso, en situaciones de máxima adversidad, como la violencia sectaria del Ulster, no hay razones para defender la fuerza, ni la del IRA, ni el de su majestad la reina Elisabeth II, que incluso, en esos infiernos, es posible vivir en paz con uno mismo, como diría Marco Aurelio.
De otra forma, nos estaremos matando a nosotros mismos, y no la gente que nos es ajena.
“I'm a free man, and I'm going out the front door”
El Gobierno británico ha ordenado una investigación judicial urgente, sobre las actuaciones policiales en el caso de “Los Cuatro de Guilford”, que el 19 de octubre de 1989, vieron anulada la condena a cadena perpetua, que venían cumpliendo desde hace 15 años por 7 asesinatos que no cometieron.
La decisión del tribunal de apelación, ha sacudido los cimientos del sistema policial y judicial británicos, y desata una cadena de acontecimientos con graves implicaciones.
Gerard Conlon, uno de los 4 condenados, salió en libertad poco después de las 3 de la tarde y, ante centenares de personas que lo esperaban con entusiasmo, ante la sede de los juzgados de Old Bailey, y los periodistas, gritó que era inocente, y había pasado 15 años en la cárcel, desde su detención, por un crimen que continuamente negó haber cometido.
El juez Lord Lane, había decretado poco antes, la puesta en libertad de Conlon, Paul Hill, quien fue detenido inmediatamente por estar condenado a cadena perpetua por el asesinato de un ex soldado, Patrick Armstrong, y Carole Richardson, después de escuchar al fiscal enumerar una retahíla de manipulaciones policiales, alteración de notas de los interrogatorios, escamoteo de testimonios significativos, deposiciones falsas en la vista de la causa, que en 1975 produjeron unos testimonios, que llevaron al jurado a considerar a los acusados, responsables de los atentados contra 2 pubs, en Guilford y en Woolwich, en los que murieron personas y otras más resultaron heridas.
“Los agentes de policía de Surrey, que investigaron el caso, engañaron a la sala y, de hecho, tuvieron que mentir”, dijo el juez Lane.
Cinco agentes aparecen ahora como perjuros, y 2 de ellos, ya han sido suspendidos de empleo, mientras se sustancian responsabilidades en una investigación que corre a cargo de la fiscalía británica.
Los acusados se desdijeron, desde el principio de las declaraciones realizadas bajo presión policial, cuando fueron detenidos en noviembre de 1974, pero la causa siguió adelante, porque los agentes se pusieron de acuerdo en el contenido de su deposición, y el sistema judicial inglés que permite que la autoinculpación, sea tenida como prueba en ausencia de testigos.
El Ministro del Interior, Douglas Hurd, compareció en una Cámara de Los Comunes, abrumada por la injusticia cometida durante todos estos años, y anunció que, con independencia de la investigación de la fiscalía, ha decretado otra, para determinar cómo pudo producirse tamaño desmán.
Esta investigación también, analizará el caso de “Los Siete de Maguire” condenados por tenencia de explosivos, en relación con la causa contra “Los Cuatro de Guildford”
Uno de ellos, era Patrick “Giuseppe” Conlon, padre de Gerard, quien murió en la cárcel en 1980, clamando su inocencia.
Hurd, enemigo declarado de la pena capital, recordó, como lo hicieron otros parlamentarios, que de haber estado vigente la horca “con toda certeza uno o más de “Los Cuatro de Guildford” estarían ahora muertos”
El Primer Ministro irlandés, Charles Haughey, se felicitó por la feliz conclusión del caso, y manifestó su esperanza de que sirva para revisar la causa de “Los Seis de Birmingham”, condenados a cadena perpetua, por 2 atentados en 1974, que costaron 21 vidas, y que ellos niegan haber cometido.
En 2005, El Primer Ministro británico, Tony Blair, pidió perdón públicamente, por las condenas erróneas que sufrieron 11 personas acusadas de llevar a cabo atentados del Ejército Republicano Irlandés, IRA, en la década de los años 70.
Pero en la política de Irlanda nada es casual.
La declaración de Tony Blair, se analiza como una bofetada al Sinn Fein, caído en desgracia tras conocerse la vinculación entre el movimiento republicano, y el robo de un banco de Belfast durante unas navidades.
De hecho, Blair ya se había disculpado en privado, en una carta enviada en julio de 2000, a la esposa de Paul Hill, Courtney Kennedy Hill, hija del asesinado Robert Kennedy, y sobrina del también asesinado presidente de EEUU, John F. Kennedy.
Sus disculpas públicas de ahora, suponen un espaldarazo para los nacionalistas del Social Democratic and Labor Party, SDLP, el partido de la moderación entre los católicos de Irlanda del Norte, que lleva varias elecciones en caída libre, y que había exigido públicamente al primer ministro, estas disculpas.
Además de un mensaje que grabó para la televisión, Blair se reunió con las víctimas del proceso en su despacho privado del Parlamento.
Aunque las familias habían deseado, que la disculpa se diera a conocer en La Cámara del Parlamento, durante la tradicional sesión de preguntas al Premier de todos los miércoles, Gerry Conlon dijo, que todos estaban muy emocionados con las palabras de Blair:
“Él fue más allá de lo que pensamos, se tomó el tiempo de escuchar a cada uno.
Se podía ver que estaba afectado por lo que la gente le decía”
Blair dijo que comprendía su sufrimiento:
“Lo que perdieron, lo que sus familias perdieron, no volverá jamás.
No sirve de nada a nadie, que haya personas que sean condenadas de manera injusta, por un crimen tan horrible.
Admito el trauma que esta condena infringió en las familias Conlon y Maguire, y el estigma que les ha colocado hasta hoy”
Curiosamente, Blair, que hizo de la solución de los problemas en Irlanda del Norte, una de las prioridades de su mandato, hizo campaña cuando era un joven diputado por la liberación de “Los Cuatro de Guilford”
El conflicto que duró 3 décadas, y se cobró unas 3,600 vidas, está en calma desde 1998, cuando el IRA decretó un alto el fuego.
Desde entonces, se han celebrado elecciones autonómicas en Irlanda del Norte, y se restableció brevemente la autonomía, pero se volvió a suspender, y en la actualidad, las conversaciones de paz están bloqueadas, después de que el IRA haya sido acusado del robo de 26 millones de libras de un banco de Belfast, durante unas navidades, y de que retirase su oferta de entregar las armas.

“I'm an innocent man.
I spent 15 years in prison for something I didn't do.
I watched my father die in a British prison for something he didn't do.
And this government still says he's guilty.
I want to tell them that until my father is proved innocent, until all the people involved in this case are proved innocent, until the guilty ones are brought to justice, I will fight on.
In the name of my father and of the truth!”



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