Freeheld

“All love is equal”

“Hace medio siglo, todos los Estados de EEUU, menos uno, criminalizaban la homosexualidad, y La Asociación Psiquiátrica de ese país, la calificaba de “enfermedad mental”, escribe el profesor de Harvard, Michael Klarman, autor de “Del armario al altar”, una historia de la lucha por el matrimonio homosexual.
Y es que hace sólo 10 años, el único Estado en permitir las bodas entre personas del mismo sexo, era Massachusetts.
La doctrina del Supremo era, que cada Estado debía decidir por su cuenta…
El matrimonio entre personas del mismo sexo en el estado de New Jersey, en particular, es reconocido legalmente desde el 21 de octubre de 2013.
New Jersey, fue uno de los primeros estados que implementaron parejas de hechos, después de California, en 2003.
La legislatura del Estado, promulgó la Ley de Pareja de Hecho, el 12 de enero de 2004, y puso en vigor el 10 de julio de 2004; e se hizo disponible para parejas de hechos, para todas las parejas del mismo sexo, y también para parejas heterosexuales de 62 años, y mayores.
El estatuto de pareja de hecho, suministra “seguro de enfermedad, herencia, derechos sobre la propiedad, y otros derechos y obligaciones limitados”, pero “no llega a la misma cantidad de derechos y obligaciones proporcionadas a parejas casadas”
Por su parte, el sistema de nombrar legisladores del condado como “Propietarios Absolutos” o “Freeholders” de New Jersey, es único en los Estados Unidos.
El origen del término, estaba en las disposiciones de La Constitución de 1776, del Estado de New Jersey.
La Ley de Beneficios de La Asociación Nacional y Las Obligaciones, o Ley de DPBO (S. 1910, HR 3485), es una parte de la legislación de Estados Unidos, que permitiría a los empleados federales LGBT, dar a sus cónyuges del mismo sexo reconocidos y socios, seguros de salud, seguros de vida, pensiones del gobierno, y otros beneficios, y obligaciones como los empleados federales heterosexuales los disfrutan por ser casados, relacionados con el empleo.
En ese entonces, una pareja homosexual no podía casarse, y por tal motivo, si una de las 2 personas moría, no traspasaba ninguno de sus beneficios a su pareja.
Su única opción era, convertirse en “Pareja de hecho” pero ambos conceptos no eran lo mismo bajo la ley, así que tenían un trato diferente.
El único escollo que presentaba la ley, es que cada condado debía decidir por sí mismo, si aprobaba que estos derechos aplicaran a sus empleados.
Allí entra Laurel Hester, una mujer policía de New Jersey, Estados Unidos, que ha dedicado 25 años a su profesión, investigando casos difíciles, y protegiendo los derechos de las víctimas, jugándose la vida.
En sus inicios, Laurel obtuvo una licenciatura en justicia criminal y psicología, del Stockton State College.
Si bien, en la escuela, ella ayudó a iniciar La Alianza Popular Gay, el primer grupo LGBT en el campus de Stockton, causó controversia.
Se desempeñó como copresidente, ya que se utilizó un seudónimo para que nadie fuera del grupo supiera que era homosexual; su nombre finalmente se unió a un artículo de noticias LGBT, y ella fue revelada como lesbiana.
Su primera posición en la aplicación de la ley, fue en North Wildwood, New Jersey; y después de 2 veranos trabajando como oficial de la temporada, se le dijo que no iba a ser contratada por una tercera, porque era homosexual.
No obstante, ella fue una de las primeras mujeres que alcanzaron el rango de Teniente en su departamento, y era muy respetada por sus compañeros oficiales.
Laurel conoció a su futura pareja, en la década de 2000:
Stacie Andrea Leigh, 19 años más joven que Hester; sin embargo, a sus 49 años, acaban de diagnosticarle un cáncer de pulmón terminal, que sólo le permitirá vivir algunos meses más.
Stacie, la pareja de Laurel, es mecánica, y con su sueldo mensual, no alcanza a cubrir los pagos de la hipoteca de la casa que han comprado entre las 2.
Mientras los meses van pasando, la lucha por pagar todas las cuentas médicas de Laurel continúa, al tiempo que su estado de salud se deteriora más y más.
Su deseo, como el de cualquier persona que ame a otra, es dejar protegida a Stacie Andree, su pareja de hecho por los últimos 5 años.
“Cuando mis colegas heterosexuales mueren, las pensiones van a sus cónyuges, pero como mi compañera es una mujer, no puedo hacer eso.
En mi carrera, nunca pedí un tratamiento especial, ahora solo estoy pidiendo igualdad”
Pero la decisión no es suya, sino del Consejo del Condado de Ocean County que, en noviembre del 2005, después de escuchar su petición, decidió no otorgarle este beneficio.
El motivo esgrimido por el Freeholder, John Kelly fue que “otorgarle esos derechos, violaría la santidad del matrimonio”
A partir de ese momento, tanto La Teniente Hester, como su pareja y sus amigos, comenzaron una fuerte campaña, para obtener la atención de los medios, y conseguir que más y más personas se dieran cuenta por medio de su caso, de que cuando votan, afectan la vida de un montón de personas, y Laurel emprende una conmovedora lucha para que, antes de morir, le sea reconocida la pensión por viudez a Stacie Andree, la mujer con la que ha compartido felizmente los últimos años de su vida.
No tenía ninguna razón para pensar que en su último año de vida, después que le diagnosticaran un cáncer terminal, su última batalla por la justicia, sería para la mujer a la que amaba.
Con menos de 6 meses de vida, Laurel se niega a rendirse, cuando sus oficiales, los Freeholders de Ocean County, rechazan su petición para dejarle la pensión que le correspondía a ella a Stacie, una opción automática para las parejas heterosexuales casadas.
Sin embargo, y a pesar de que las parejas heterosexuales tienen pleno derecho a recibir esta pensión de forma automática, la lucha de esta pareja de lesbianas, ante los tribunales, será cruenta, y conseguirá convertirse en un proceso famoso y mediático, mientras Laurel se batalla entre la vida y la muerte.
Mientras su lucha se intensifica, desata una locura mediática, y una encendida campaña jurídica.
El Consejo del Condado de Ocean County, decide reunirse una vez más en enero del 2006, justo un día antes, y Laurel recibe la mala noticia, de que el cáncer ha invadido su cerebro.
Su salud se deteriora de manera grave, tanto que no puede asistir a la nueva reunión, y en su lugar, envía un vídeo.
Por lo que los 6 nuevos Condados, han decidido extender los beneficios de sus empleados, pero el condado de Laurel sigue sin admitirlo, esta vez esgrimen motivos económicos.
Pero el público comienza cambiar de tendencia, a medida que pasa el tiempo, cada vez más y más personas se ponen del lado de La Teniente.
La presión mediática se incremente mucho, y cada vez, más personas ponen carteles en sus casas y negocios que dicen:
“Consejeros del Condado de County, no permitan que La Teniente Laurel Hester muera así.
Tengan compasión”
A estas alturas Laurel tiene muchos problemas para respirar y caminar…
Lleva oxigeno durante todo el día, sufre dolores muy intensos, y apenas puede moverse y hablar.
Entonces, El Consejo del Condado de County, decide reunirse de emergencia, para pasar la resolución que le permitirá a Laurel, pasar su pensión a Stacie.
La presión mediática, ha llevado al mismo Gobernador del Estado, a llamarles por teléfono, y pedirles que reconsideren.
Y los 4 consejeros presentes, John Kelly decidió no asistir a la reunión, votaron por aprobar la resolución.
Ese día, La Teniente Hester asistió a la reunión en su silla de ruedas, y con un tanque de oxígeno para poder respirar, y estuvo presente, cuando su sueño de dejar protegida a la persona que amaba, se hizo realidad, junto al de miles de otras parejas que continúan beneficiándose de su lucha.
“La gente como Stacie y yo, solo somos personas normales.
Personas normales que tienen una casa, y un par de perros, y que paga sus impuestos.
Solo queríamos que se nos tratara con igualdad”
Apenas 4 semanas después, el 18 de febrero de 2006, de 49 años de edad, Laurel Hester moría en su casa en Point Pleasant.
La historia se convirtió en todo un icono para la comunidad homosexual por su logro, ya que semanas antes de su muerte, los juzgados les dieron la razón.
“This is an outrageous miscarriage of justice”
Freeheld es un drama del año 2015, dirigido por Peter Sollett.
Protagonizado por Julianne Moore, Ellen Page, Michael Shannon, Steve Carell, Luke Grimes, Mary Birdsong, Gabriel Luna, Skipp Sudduth, Suzanne Savoy, Jeannine Kaspar, Michael Metta, Crawford M. Collins, Stink Fisher, Ramon Aleman, Robbie Tann, entre otros.
El guión es de Ron Nyswaner, basado en el cortometraje documental “Freeheld” (2007) de Cynthia Wade, ganador del Premio Oscar como Mejor Cortometraje Documental, sobre la lucha de la oficial de policía, Laurel Hester, contra El Ocean County de New Jersey, La Junta de Chosen Freeholders, de permitir la transferencia de sus beneficios de pensión a su pareja sentimental, después de ser diagnosticada con cáncer terminal.
El caso, que dio la vuelta al mundo, y consiguió cambiar a la anquilosada judicatura estadounidense, para darle la razón sobre el derecho que las amparaba, ocurrió en 2003, mucho antes de que El Tribunal Supremo de Estados Unidos, fallara en junio de 2015, a favor de la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, en todo el país.
Endgame Entertainment, fue la encargada de producir Freeheld, y para asegurarse el éxito, aparte de Ellen Page, ha contratado a todo un experto en el género para adaptar el guión:
Ron Nyswaner, quien ya se encargó de escribir la historia de Andrew Beckett, abogado homosexual, enfermo de SIDA, y despedido de su bufete al que dio vida Tom Hanks en “Philadelphia” (1993), será quien reescriba este breve documental al formato de largometraje.
Para el cineasta estadunidense, “tras leer el guión, encontré que era una de las más hermosas historias de amor que se han escrito”
Además, dijo, “había que contar historias de héroes y heroínas, no como se ven siempre en el cine, sino verdaderos héroes y heroínas”
Y lamentó que aún haya gente que vivan injusticias como las de Laurel y Stacie, que sigue habiendo gente que rechaza, y Freeheld tiene que ver con las consecuencias de la vida emocional de las personas, cuando la sociedad no les da sus derechos, y esto se necesita más que antes.
Aunque la trama toma lugar en New Jersey, fue filmada en New York, debido a los incentivos fiscales son más generosos para los cineastas; por lo que la filmación comenzó en octubre de 2014, en Queens.
La acción sigue a Laurel Hester (Julianne Moore), y Stacie Andree (Ellen Page), y su lucha por la justicia.
A Laurel, una condecorada oficial de policía en El Condado Ocean de New Jersey, le diagnostican un cáncer terminal en 2005, y quiere dejar su pensión ganada durante años, a su pareja de hecho, Stacie.
Y apeló repetidamente en La Junta de Freeholder, en un intento de asegurar sus beneficios de pensión, que podrían ser transferidos a su pareja sentimental.
Sin embargo, los funcionarios del condado, que no ven con buenos ojos la pareja homosexual, conspiran para evitarlo.
El Detective, Dane Wells (Michael Shannon), y el activista, Steven Goldstein (Steve Carell), fundador del Garden State Equality, se unen en su defensa, reuniendo a oficiales de policía y ciudadanos de a pie, para apoyar su lucha por la igualdad.
“Hell!
If you and I got married tomorrow, I'd be entitled to your benefits”
Freeheld es otra historia de discriminación sexual, su denuncia y reclamo de igualdad, tema bastante repetido ya en el cine.
Toda esa corrección política, con esas 2 protagonistas, tan sufridas y tan buenas, y esa Junta de Freeholders tan demoníaca, menos uno, claro está; y retratada a retazos, con ese policía homófobo, y ese otro policía gay, esa suma previsibilidad...
No hay nada de malo en confeccionar un producto pensado en agradar al público.
De hecho, el cine se trata de eso, emocionar, y todo es cuestión de cómo lo hagas, y la perspectiva que adoptes para contar tu historia.
Freeheld, narra desde que las 2 protagonistas se enamoran, hasta la confrontación con los Freeholders, pasando por la enfermedad del personaje de Moore; y ofrece buenas intenciones, pero la forma de contar la reivindicativa lucha, solo es entre correcta y convencional.
Con excelentes papeles de Ellen Page y de Moore, que no cargan la pantalla, se dedican a mostrar una amistad que profundiza con respeto y humanidad.
El único error en el reparto, es el ridículo y exhibicionista número de Steve Carell, como el excéntrico activista LGTB, que lleva al personaje a unos límites de histrionismo y autoparodia, que se encuentran totalmente fuera de lugar, y que no van a tono con el resto del metraje.
Pero ojo…
“El auténtico Goldstein se pasa mucho más que Steve”, aseguró Sollett, quien cuenta que Goldstein, azuzaba al cómico para que fuera más histriónico:
“Era una táctica de teatro político; y Carell, que ya es de por sí muy divertido, se tuvo que contener”
Pero todos pasaron tiempo con la auténtica Stacie Andree, alguien vulnerable, honesta y generosa, siempre disponible, a pesar de lo doloroso y traumático que debía de ser para ella, fue muy emotivo, muy emocional.
“Luego de que ella tuviera que compartir ese tema con nosotros, espero que sea feliz con lo que hemos hecho, pero es difícil decir feliz, porque es un tema complicado”, abundó el director.
Ellen Page, por su parte, se mostró peleona cuando se hablaba de derechos de minorías:
“La lucha por los derechos es esencial; si no, no viviríamos en una democracia”
En su opinión, el mundo homosexual masculino, ha sido más veces retratado en Hollywood, con grandes películas, pero las lesbianas aún no tenían “SU” película:
“Ha sido un honor, formar parte de este proyecto.
Espero que esto quiera decir algo, y sea importante para la comunidad LTGB, lesbianas, gays, bisexuales, y personas transgénero; y concretamente para las lesbianas, que sinceramente, no nos hemos visto tan representadas en el cine.
Tenemos que seguir luchando por la igualdad, porque a pesar de tener avances, hay mucho que mejorar en los derechos de las mujeres, de la comunidad afroamericana, de los homosexuales.
Ojalá, un día no haga falta, pero entretanto, habrá que seguir empujando”, dijo la actriz.
En su opinión:
“Parece que ahora se habla cada vez más de la igualdad de géneros, pero tal cosa no será posible, si no hay más papeles para mujeres, más mujeres que compongan música, que escriban guiones...
Esto sigue siendo un club de hombres”, denunció.
Uno de los momentos más fuertes, es cuando todos sus compañeros de la policía le defienden, y hablan de ella frente a sus pares para ayudarle.
Ver a Dane Wells, que se considera a sí mismo, conservador, abogar apasionadamente por los derechos de su compañera lesbiana, fue muy impactante:
“La mayoría de la gente me considera una persona bastante conservadora.
He votado por El Partido Republicano toda mi vida.
Y nunca he tenido la oportunidad de colaborar, o atender un problema social, especialmente en lo referido a derechos de los homosexuales.
Pero en este caso atañe a Laurel, la mejor compañera que he tenido jamás, y me afecta directamente.
Y me estoy dejando la piel, trabajando a diario, semana tras semana, para ver un cambio, y para conseguir que se le haga justicia antes de morir”, dijo su compañero de trabajo.
“Shock and awe, shock and awe”
El matrimonio entre personas del mismo sexo, en los Estados Unidos, también conocido localmente como “matrimonio gay”, es reconocido por el gobierno federal, y todos los Estados desde el 26 de junio de 2015, tras la sentencia del Caso Obergefell contra Hodges, del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, que declaró que todos los Estados, tienen obligación de conceder licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo, bajo La 14ª Enmienda a La Constitución de los Estados Unidos.
Antes de la sentencia, el matrimonio igualitario ya era reconocido por 37 Estados, y La Capital Federal.
Y es que la autollamada “primera potencia”, “la democracia más poderosa”, un país con un largo historial de discriminación, pero también de batallas por los derechos civiles, propicia el mayor avance en décadas, quizá en la historia, de los derechos de gais y lesbianas.
Quienes se oponen al fallo histórico, tiene poco margen para revocarlo.
El Juez Conservador, Antonin Scalia, describió la decisión, en un voto particular, como un “golpe de Estado judicial”, y dijo que El Tribunal Supremo, es una amenaza a la democracia estadounidense.
El argumento de la minoría conservadora, es que los jueces se han excedido, al intervenir en un asunto que debería decidir el pueblo…
Así las cosas, El Tribunal Supremo, máxima instancia judicial en EEUU, declararon ilegales las leyes que en 14 Estados prohibían casarse a personas del mismo sexo.
Tras décadas de lucha, en pocos años, los estadounidenses y sus líderes, contrarios hasta hace poco a la equiparación de los derechos de gais y lesbianas, han dado un giro irreversible.
La decisión, comparada con la que en 1954 ilegalizó la segregación racial en las escuelas, cierra una era de discriminación.
“Este fallo, es una victoria para EEUU”, dijo Barack Obama.
“Cuando todos los estadounidenses sean tratados como iguales, todos somos más libres”
Anthony Kennedy, el juez centrista que suele desempatar en las decisiones reñidas, y que redactó el fallo, argumentó que las leyes de estos 4 Estados, vulneran La 14ª Enmienda de La Constitución, que consagra la igualdad ante la ley y, según el fallo:
“Exige al Estado, que case a 2 personas del mismo sexo”
“Piden una dignidad igual a los ojos de la ley”, escribió Kennedy, en referencia a los demandantes.
“La Constitución les garantiza este derecho”, argumentó.
Automáticamente, la decisión sobre los 4 Estados demandados, se aplica a los 10 que sólo permitían casarse a un hombre con una mujer.
Y de golpe, el matrimonio homosexual, hasta ahora legal en 36 Estados, lo es en los 50 de La Unión, sin excepción.
Películas como Freeheld, siempre son necesarias para las distintas generaciones que se incorporan al cine, que opta por mostrar la lucha de los sectores que ganan su lugar desde abajo.
Si bien, en este género hay muchas películas que tratan la temática de la homofobia y/o la lucha por sus derechos, es necesario actualizar, que la sociedad está compuesta de minorías que se encuentran en las calles.
Por tanto, Freeheld deja un mensaje muy positivo.
No es solo el hecho de que La Teniente consiguiera sus derechos, sino la manera en la que lo hizo.
Es una mujer que murió literalmente, protegiendo a su familia.
Nos enseña también, que sí hay una gran diferencia entre la palabra matrimonio, y las parejas de hecho.
Laurel Hester, fue una de las primeras mujeres de su departamento, en alcanzar el rango de Teniente, que saltó a la esfera pública, por su incansable lucha por los derechos de los homosexuales.
Hoy, su legado perdura.
¡Muchas Gracias Laurel!

“When my heterosexual partners die.
Their pension goes to their spouses.
But because my partner is a woman, I don't get to do that.
In my twenty three years of being a police officer, I've never asked for special treatment.
I'm only asking for equality”



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