Saints and Soldiers

“There is a time for heroes”

Despierta mucha curiosidad, el cómo se desenvuelven los individuos en una situación que resulta tan aberrante e incomprensible, como la de enfrentarse a semejantes que, como individuos que también son, podrían ser, en otras circunstancias, personas que una vez conocidas, quizás resultaran afines, simpáticas, incluso queridas, y porque no... Familiares o vecinos.
La Masacre de Malmedy, fue un crimen de guerra, llevado a cabo contra 80 prisioneros de guerra estadounidenses desarmados, que fueron asesinados por sus captores alemanes en La Segunda Guerra Mundial.
La masacre fue cometida el 17 de diciembre de 1944 por el Kampfgruppe Peiper, parte de La 1ª División SS Panzer, una unidad de combate alemana, participante en La Ofensiva de Las Ardenas de 1944, en alemán “Unternehmen Wacht am Rhein” u “Operación Alerta en El Rin”, por el himno patriótico alemán “Die Wacht am Rhein”
Durante el evento, la mayoría de los testimonios ofrecidos por los sobrevivientes, indican que unos 120 hombres, fueron agrupados en el campo.
Por motivos que hasta hoy no están del todo claros, los soldados del Waffen-SS, dispararon repentinamente con ametralladoras contra sus prisioneros.
Varios soldados del Waffen-SS capturados, testificaron más tarde, que algunos de los prisioneros trataron de escapar.
Otros afirmaron, que algunos de los prisioneros, recuperaron las armas que previamente habían desechado, y estaban disparando contra las tropas alemanas que avanzaban hacia Ligneuville.
De los 84 cadáveres recuperados un mes más tarde, la mayoría tenía heridas en la cabeza, que eran más consistentes con una masacre deliberada que con defensa propia, o heridas infligidas a prisioneros que trataban de escapar.
Apenas los soldados del Waffen-SS abrieron fuego con sus ametralladoras, los prisioneros de guerra estadounidenses, entraron en pánico.
Algunos trataron de huir, pero la mayoría cayeron muertos en el lugar donde estaban de pie; y unos cuantos buscaron refugio en un café del cruce de caminos...
Los soldados del Waffen-SS, incendiaron el edificio, y dispararon a todos los que trataban de escapar de las llamas.
Algunos en el campo, se lanzaron al suelo, y simularon estar muertos cuando empezó el tiroteo; sin embargo, soldados del Waffen-SS caminaron entre los cadáveres, y dispararon a cualquiera que pareciera estar vivo.
Más tarde, unos pocos sobrevivientes emergieron de sus escondites, y regresaron a través del frente a Malmedy, que estaba controlado por tropas estadounidenses.
Eventualmente, 43 sobrevivientes encontraron refugio, algunos con ayuda de civiles belgas.
Los testimonios de los sobrevivientes, fueron recopilados horas después de la masacre.
Todos los relatos eran similares, y se corroboraban uno al otro, aunque los hombres no habían tenido oportunidad de discutir los hechos.
Esta masacre, así como otras cometidas por esta unidad en el mismo día, y en los que siguieron, fue juzgada durante Los Procesos de Dachau de 1946.
“There is a time for courage”
Saints and Soldiers es una película bélica del año 2003, dirigida por Ryan Little.
Protagonizada por Corbin Allred, Larry Bagby, Kirby Heyborne, Peter Asle Holden, Alexander Polinsky, entre otros.
El guión es de Geoffrey Panos y Matt Whitaker, basados libremente en los eventos que tuvieron lugar poco después de La Masacre de Malmedy, durante La Batalla de Las Ardenas.
En Saints and Soldiers, predominan las historias y situaciones de los protagonistas sobre el hecho bélico en sí, aunque no faltan por ello, los momentos de acción y lucha, propios de dichas historias.
Como dato, Saints and Soldiers está financiada por La Iglesia de Jesucristo de Los Santos de Los Últimos Días, por lo que no tienes que ser judío para disfrutar de “Fiddler on the Roof” (1971), católico para amar “Rudy” (1993), hindú para apreciar “Gandhi” (1982), o un cristiano evangélico, para ser un admirador de “The Blind Side” (2009)
De igual modo, hay películas sobre los mormones que son buenas películas, que entretienen, y cuentan historias irresistibles, sin tratar de convertir al auditorio.
Cabe decir, que Saints and Soldiers ganó 14 veces el premio de “Mejor Película” en diversos Festivales de Cine realizados en EEUU; pero sin embargo, la calificaron originalmente “R” por La Motion Picture Association of America (MPAA), únicamente por la violencia y las imágenes de guerra relacionadas, y no por la desnudez o situaciones sexuales, que no existen.
Tras su estreno, Saints and Soldiers fue seguido por los filmes:
“Saints and Soldiers: Airborne Creed” (2012), y “Saints and Soldiers: The Void” (2014)
La distribuidora Excel Entertainment Group, está fuertemente influenciado por La Iglesia de Jesucristo de Los Santos de Los Últimos Días, y el contenido de Saints and Soldiers refleja esto:
“La gente La Iglesia de Jesucristo de Los Santos de Los Últimos Días, ve nuestras películas como un espejo” dijo El CEO.
“Pero también, son una ventana a la cultura de La Iglesia”
Saints and Soldiers se rodó en las colinas boscosas del norte de Utah, con un presupuesto de menos de $1 millón.
Sin embargo, a través de conexiones especiales, el equipo de producción fue capaz de obtener decenas de recreadores, extras, y equipo del período.
La historia gira a mediados del año 1944, cuando el ejército de Hitler se abre paso hacia Bélgica, a través de los bosques de Las Ardenas, en la más terrible de sus ofensivas.
El Cabo Nathan “Deacon” Greer (Corbin Allred), y su amigo, El Sargento Gordon “Gundy” Gunderson (Peter Asle Holden), son capturados en un campo lleno de nieve, junto a más de 100 soldados de EEUU.
Repentinamente, el pánico y la confusión, lleva a los soldados alemanes a tirotear a los prisioneros.
Por lo que Greer, Gunderson, y unos pocos más, logran huir de la masacre, y refugiarse en el bosque de Malmedy.
Allí, junto con Steven Gould (Alexander Niver), Shirley “Shirl” Kendrick (Larry Bagby), y el británico, Oberon Winley (Kirby Heyborne), sin armas ni alimentos, y con el más crudo de los inviernos sobre ellos, tratarán de regresar al territorio ocupado por los aliados...
La peor de las pesadillas, ha comenzado.
La mayor parte del metraje, no está basada en guerra en cuestión, puesto a que en los 5 soldados notamos conversaciones habituales de personas comunes y corrientes, y no sobre su situación actual.
Al hablar de “Mártires”, son los espíritus que persiguen Deacon, que tras haberlos matado, sus almas en pena lo persiguen, y al pasar el tiempo, sus compañeros notan en él, desesperación y locura.
“All alone here trapped deep behind enemies lines”
La historia de Saints and Soldiers, es una típica aventura bélica estratégica, donde se debe cumplir una misión.
Dentro de este marco, se aprovecha para ir salpicando el relato con varias ideas interesantes, como la eterna pregunta sobre si Dios existe o no.
En varios diálogos, se le da un toque reflexivo y epistemológico, y terminamos reflexionando sobre el contraste de matar por sobrevivir, y perdonar al otro por ser hermanos ante Dios.
Este perfil melancólico, termina en situaciones muy dolorosas de sacrificios y solidaridad.
Por tanto, Saints and Soldiers brinda varias aristas interesantes, de lo que una guerra ocasiona tanto física, psíquica, filosófica, y teológicamente; es un canto a la humanidad dentro de las guerras.
De corte sencillo sin excesos, pero llena de acción, se basa en un hecho real durante La Segunda Guerra Mundial, conocido como “La Masacre de Malmedy”
En los bosques de Las Ardenas, en la más terrible de sus ofensivas, Nathan Greer, y Gordon Gunderson, son capturados.
Esta es la primera escena, en que se ven los cadáveres sobre la nieve, sin que el ejército aliado sepa que ha podido pasar allí, entonces se ve lo que pasó 3 semanas antes.
Repentinamente, el pánico y la confusión llevan a los soldados alemanes a tirotear a los prisioneros, pero de entre el caos, Greer, Gunderson, y unos pocos más lograr huir de la masacre, y refugiarse en el bosque, luchando contra la adversidad, tratarán de regresar al territorio ocupado por los aliados.
Con una factura más propia de un telefilme que del cine comercial, Saints and Soldiers tiene un arranque bueno, donde vemos una recreación de la matanza de Malmedy, el fusilamiento de decenas de prisioneros de EEUU, a manos de la SS, aunque con un gazapo histórico importante, aparecen paracaidistas estadounidenses, que realmente no combatieron en esa zona, ni en esa fecha…
Después de eso, la historia deriva en las peripecias bastante previsibles de los 4 soldados estadounidenses rezagados, y el piloto inglés para volver a sus líneas.
Con escasa acción, puesto que apenas hay un par de escaramuzas; y un guión plagado de lugares comunes del género bélico, como las típicas referencias a la añoranza de la familia, o el temor a la muerte, tenemos un buen filme de guerra.
Todo deriva en una película psicológica, sobre los horrores de la guerra en la mente de los soldados; y sin embargo, su último tercio es vibrante, vigoroso, creíble, y muy humano.
Las escenas de acción, están muy bien resueltas, rezumando realismo, y alejándose de las típicas heroicidades que se suelen ver en otros filmes de parecido corte.
Se ve lógico que en su situación piensen que deberían estar con sus familias, y se pregunten cosas como:
“Si hay algo después de la muerte”, no siendo un simple tópico para rellenar.
Saints and Soldiers, contiene diferentes escenas que resaltan de lo que entendemos acerca de la guerra en sí, no trata de soldados muriendo y disparándose entre ellos:
Tenemos el ejemplo del amigo “Kraut” de Deacon, que aparece en el medio del metraje, que se encuentra al principio, huyendo de los protagonistas.
Deacon le dispara y falla, al darse cuenta que ese “Kraut”, fue su amigo en Berlín.
Deacon empezó a titubear:
“Yo nunca fallo, pero fallé”
También, recordemos que Deacon mató a 2 mujeres y 6 niños, sin darse cuenta, y de allí el nombre “Soldados y Santos Mártires”, puesto a que cuando Deacon muere por 3 balas, cortesía de un francotirador, cae al suelo, y observa a las mujeres y a los niños que mató, antes de morir.
Y cabe destacar, que al principio, al médico lo patea un alemán, por atender a un compañero herido, y lo más sorprendente aún, el mismo soldado alemán que lo pateó, sale al final, y para más ironía, el mismo médico que al principio recibió su patada, lo atendió, y para más colmo aún, el “Kraut” que sostenía amistad con Deacon, ayudó a la banda de 5 soldados protagonistas, a escapar en un Jeep diciéndoles:
“Que Dios los bendiga”
Al final, podemos observar a ese mismo “Kraut” caminando entre las líneas estadounidenses, rendido; y el médico lo saluda con un gesto expresivo, transmitido a través de la cara.
Él, de misma forma lo saluda con una sonrisa, y así podemos concluir, que no trata de soldados matándose a punta de disparos.
Podemos observar, que sin importar la situación en la que ellos estuvieron, hablaban acerca de relaciones amorosas y secretos, además, se puede notar la presencia de espíritus o mártires que se encontraban enloqueciendo a Deacon, y notamos también, la camaradería entre esa cantidad reducida de compañeros de guerra, detrás de las líneas enemigas en Malmedy, una película con un brillante misterio espiritual.
A destacar la fotografía de introducción, es precioso, probablemente lo mejor; y el escenario en general, bosques y montes nevados, le da un aire diferente al resto de películas bélicas.
La acción, tampoco es la protagonista, si no la experiencia de los soldados durante la guerra, y en esta particular misión.
Resultan muy realistas y crudas, los momentos en que se usa la cámara lenta para ver como caen abatidos los soldados; aunque no se llega a mostrar mucha crudeza, pero la deja tácita en el inconsciente del observador.
La mayoría de las escenas son cuerpo a cuerpo, y hay poco nivel de detalle en cuanto a armamento.
En conclusión, un filme que utiliza la violencia, para llegar a despertar sentimientos profundos, orientados a la reflexión.
Se le puede achacar que Saints and Soldiers no te trae ninguna novedad, ni nada que no hayas visto antes, pero la trama está bien hilvanada, y se deja ver con bastante facilidad.
No habla gran cosa de lo que fue La Batalla de Las Ardenas, sino que cuenta la historia de estos supervivientes de La Masacre de Malmedy, y su misión autoimpuesta, de volver a su zona para avisar de la magnitud y los planes de la ofensiva; por lo que encontramos algunos errores:
Los acontecimientos de la matanza, se representan como teniendo lugar en la nieve profunda, mientras que en realidad, nevó en gran medida, sólo el día después de la matanza.
La División Aerotransportada 101, nunca estuvo cerca de Malmedy, así que es imposible que hubiera paracaidistas en dicha masacre.
El 16 de diciembre, comenzó el ataque alemán, y la 101 estaba a unos cientos de kilómetros del lugar; y llegó a Bastogne, el 18 de diciembre.
La masacre fue el 17 de diciembre, cuando 3 unidades del 285 Batallón de Observación de Artillería de EEUU, compuesta por 140 hombres, 30 Jeeps, y camiones de 2’5 toneladas, se encontraron con una unidad de tanques del Kampfgruppe Peiper.
Los EEUU solo tenían armas cortas, por lo que se rindieron.
Los alemanes, los llevaron a un descampado, y allí los ametrallaron...
Sobrevivieron unos 20 estadounidenses.
Si tenemos en cuenta los diversos testimonios, y que los alemanes no solían comportarse así con las tropas yanquis o inglesas, otra cosa eran los rusos; lo que parece que pasó, es que la avanzadilla alemana tenía prisa por llegar a su objetivo, y un contingente de un centenar de prisioneros lo evitaría, así que tomó la decisión de quitarse un problema de encima.
Lo del piloto inglés de reconocimiento con información vital, y que él ha apuntado con una clave que solo él, y nadie más puede entender…
Primero, los alemanes lanzaron su ofensiva con niebla, para evitar la superioridad aérea aliada, así que dudo mucho que un avión de reconocimiento viese realmente algo.
Segundo, los aviones de reconocimiento, iban con cámaras fotográficas, mucho mejor y más fiable que un soldado tomando apuntes.
Y tercero, lo de “clave que solo yo conozco, y por tanto soy muy importante”, ya saben ustedes…
Otra más, este pelotón compuesto por un sargento, y un par de pringados más, son unos genios de la estrategia militar:
Consiguen un plano súper detallado del despliegue alemán, y comentan diversas maniobras estratégicas, que debería hacer El Alto Mando Aliado para vencer a los alemanes.
Por otra parte, tenemos a este pelotón aislado, con un rifle alemán y una pistola:
Después de conseguir matar a la dotación de un semioruga alemán, mandado por el típico nazi lascivo que quiere violar a la pobre mamá belga delante de su hija, los estadounidenses consiguen armas; pero no son Mausers o Schmeisser, sino M-1 y granadas estadounidenses...
Por cierto, el surtido de granadas es infinito, como podremos comprobar hacia el final.
Y para finalizar:
Está financiada por los mormones.
Lo digo porque el protagonista, que luego es el héroe que se sacrifica por todos, es precisamente un mormón.
Pero su muerte no es en vano, porque consigue convertir a uno de sus compañeros, a la verdadera fe del libro.
Aunque Saints and Soldiers está clasificada como “una película sobre soldados aliados durante La Segunda Guerra Mundial”, también se puede generalizar a cualquier soldado, de cualquier lado del campo de batalla.
En la película, Kendrick, Gunderson, y Winley, no hacen ninguna identificación en relación con la religión, pero Gould dice que él no cree en una vida futura...
La religión de Deacon, no se menciona en sí, sino que se identifica en la pista de comentarios como La Iglesia de Jesucristo de Los Santos de Los Últimos Días.
Y se revela que él es de Snowflake, Arizona, que sirvió en una misión de La Iglesia en Berlín, Alemania; pasa todo su tiempo libre leyendo un libro pequeño…
Luego está la típica caracterización de los personajes:
Los alemanes, son muy malos, como debe ser, son feos, malvados, y sin corazón, saquean a vivos y muertos, disparan a ambulancias, etc., tienen una pésima puntería, y en seguida se rinden, porque en el fondo son unos cobardes, con la excepción de ese que resulta ser amigo del pastor y temeroso de Dios.
En cambio, los estadounidenses son los buenos chicos, tienen sus defectos y sus miedos, pero los saben reconocer, y se confiesan unos a otros, porque en el fondo, son unos tipos geniales, y unos soldados valientes, dispuestos a sacrificarse por la misión que se han encomendado, sic.
Lo único bueno es la ambientación, con los uniformes muy logrados, es decir, muy poco uniformes, la fotografía, el paisaje nevado... y que dura poco.
No está nada mal.
Las interpretaciones son correctas sin más, no destaca nadie, salvo Corbin Allred en su papel del tirador Deacon.
Únicamente él, y algunos diálogos que sostiene con el de La Cruz Roja, son dignos de mención.
El resto de interpretaciones, son discretas, y eso en una película basada por completo en los sentimientos y motivaciones de los personajes, ya que hay pocas batallas y escenas de acción, pues le resta puntos.
Y da la impresión de ser un telefilme, hecho a mayor lucimiento de los aficionados al “reenactment”, o recreación histórica, que en EEUU, son legión.
El mensaje final viene a decir, que de todos los seres humanos puede salir, aún en las peores condiciones posibles, lo mejor, la solidaridad, el respeto, y la amistad…
También hay mucho karma, si los mormones me lo permiten.
“There is a time for greatness”
Históricamente, Los Juicios de Dachau, formaron parte del conjunto de procesos jurisdiccionales, los más conocidos fueron Los Juicios de Núremberg, para ejecutar las responsabilidades de la defenestrada Alemania Nazi, al final de La Segunda Guerra Mundial.
Se juzgó a criminales de guerra apresados en zonas ocupadas por los Estados Unidos, y acusados de atentar contra sus ciudadanos; y se celebraron por autoridades estadounidenses, entre noviembre de 1945 y agosto de 1948, en el que fuera El Campo de Concentración de Dachau.
A diferencia de Los Juicios del Tribunal Militar Internacional de Núremberg, que procesó a los principales criminales de guerra nazis, bajo la jurisdicción de las 4 potencias aliadas ocupantes, Los Tribunales de Dachau se llevaron a cabo exclusivamente por los militares de Estados Unidos.
Todas las audiencias, se llevaron a cabo allí, porque era, en ese momento, el más conocido de Los Campos de Concentración nazis, y que actuaría como telón de fondo, para hacer hincapié en la corrupción moral del régimen nazi.
Durante Los Procesos de Dachau, se celebró uno de los juicios más importantes por La Masacre de Malmedy; conocido oficialmente como:
“Caso 6-24, Estados Unidos versus Valentin Bersin”
Inició el 12 de mayo de 1946, y se leyeron los veredictos, el 16 de julio del corriente.
Todas las penas capitales dictadas por El Tribunal de Dachau, fueron conmutadas por cadena perpetua.
El máximo responsable, Joachim Peiper, permaneció encarcelado en la prisión de Schwäbisch, hasta el 22 de diciembre de 1956.
Y es que el 13 de enero de 1945, las fuerzas estadounidenses, retomaron el lugar donde ocurrieron los asesinatos.
El frío, había conservado la escena en buen estado.
Los cadáveres fueron recuperados el 14 y el 15 de enero de 1945.
El memorial de Baugnez, lleva los nombres de los soldados asesinados.
El tamaño de la masacre, que aparentemente es la única perpetrada a tal escala contra tropas estadounidenses en Europa, durante La Segunda Guerra Mundial, causó revuelo en la época.
Sin embargo, el número de víctimas fue bastante reducido, en comparación con otras atrocidades cometidas por soldados alemanes.
Además del efecto que tuvo entre los soldados estadounidenses que combatían en Europa, parece que las noticias de la masacre, también afectaron mucho a los Estados Unidos.
Esto explica, por qué los supuestos culpables, fueron transferidos a Los Juicios de Dachau, después de la guerra; en lo que fue llamado “Juicio de La Masacre de Malmedy”, que trató todos los crímenes de guerra atribuidos al Kampfgruppe Peiper, en La Batalla de Las Ardenas.
El Tribunal procesó a más de 70 personas, y emitió 43 sentencias de muerte.
Ninguna de las cuales fue llevada a cabo.
Así como 22 cadenas perpetuas; mientras otros 8 hombres, fueron sentenciados a encarcelamientos más cortos.
Tras el veredicto, la forma como funcionó La Corte fue criticada:
Primero en Alemania, por antiguos oficiales nazis, que habían recuperado cierto poder, debido a que sus posturas anticomunistas, eran compartidas por las fuerzas de ocupación.
Luego en los Estados Unidos, por congresistas de importantes áreas germano-estadounidenses del Medio Oeste.
El caso se apeló en La Corte Suprema de los Estados Unidos, que no tomó ninguna decisión.
Luego, el caso fue sometido a escrutinio, por un subcomité del Senado de los Estados Unidos.
Un joven Senador de Wisconsin, Joseph McCarthy, que era irlandés estadounidense, pero representaba a un área germano estadounidense, usó el caso, como una oportunidad para aumentar su perfil político.
Él afirmó, que La Corte no había procesado justamente a los acusados.
Los críticos de los juicios de posguerra a militares japoneses, han citado la liberación de estos criminales de guerra, como un ejemplo del racismo, que caracterizó la diferencia de tratamientos; pues a los militares japoneses que fueron acusados de matar prisioneros, se les ejecutó según la ley internacional, y la costumbre.
El revuelo que siguió a Los Juicios de Malmedy, y la temprana liberación de los condenados, es frecuentemente empleado por algunas personas, como ejemplo de la sesgada justicia de posguerra, aplicada a tenor del vencedor.

“Deacon's the squarest guy I know.
He's from some little backwards town in Arizona.
Doesn't drink.
Doesn't smoke.
He doesn't even like coffee.
That's why they call him Deacon”



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