Dazed and Confused

“All right, all right, all right”

La contracultura son los valores, tendencias y formas sociales opuestos a los establecidos en una sociedad.
Aunque hay tendencias contraculturales en todas las sociedades, el término “contracultura” se usa para referirse a un movimiento organizado, cuya acción influye a las masas, y persiste durante un periodo considerable.
Así pues, una contracultura es la realización de las aspiraciones de un grupo social marginal, por ejemplo:
El Romanticismo del siglo XIX, la bohemia que se inició en el siglo XIX, y dura hasta hoy, “La Generación Beat estadounidense” de la década de 1950, los movimientos contraculturales de los años 1960, influidos por La Generación Beat; el movimiento hippie nacido en la década de 1960 en Estados Unidos, y el movimiento punk de finales de los años 1970 hasta hoy.
La palabra, puede entenderse en 2 sentidos:
Por una parte, constituye una ofensiva contra la cultura predominante; por otra parte, es “una cultura a la contra” que permanece al menos en un primer momento al margen del mercado y los medios de formación de masas, en el “underground”
Por otro lado tenemos al “rito de paso”, un concepto que designa un conjunto específico de actividades que simbolizan y marcan la transición de un estado a otro en la vida de una persona.
La denominación fue acuñada por el antropólogo francés, Arnold van Gennep en 1909, y señala que en su desarrollo social, un individuo debe llevar a cabo numerosas transiciones entre la juventud y la edad adulta, entre la soltería y el matrimonio, entre no pertenecer y pertenecer a un grupo en particular, entre viajar y retornar.
En las sociedades no industrializadas, tales transiciones son un constituyente esencial de la vida social, pues representan un peligro potencial, y no se llevan a cabo de forma individual, sino que se celebran de forma ritual y comunitaria.
Uno de los ritos de paso más característicos, es la iniciación.
En muchas sociedades, el paso de la condición infantil a la adulta, se vehicula mediante un rito de paso, la iniciación.
Lecturas parecidas pueden hacerse de las novatadas, así como de los exámenes y pruebas similares, como la realización de una tesis doctoral, por ejemplo...
En el caso de estas últimas, el título adquirido equivale simbólicamente a la vieja marca que singulariza a los iniciados, y les permite hacer valer sus derechos.
Pero las novatadas en particular, como práctica, son rituales que un grupo de personas lleva a cabo con el objetivo de humillar al novato mediante acoso o abuso, para que éste pueda formar parte del grupo.
Las actividades realizadas, son previas a la inserción de la persona a la agrupación; y son comunes en diversos contextos, especialmente en instituciones educacionales como colegios y universidades.
“That's what I love about these high school girls, man.
I get older, they stay the same age”
Dazed and Confused es una comedia del año 1993, escrita y dirigida por Richard Linklater.
Protagonizada por Jason London, Joey Lauren Adams, Milla Jovovich, Shawn Andrews, Rory Cochrane, Adam Goldberg, Anthony Rapp, Sasha Jenson, Michelle Burke, Cole Hauser, Ben Affleck, Parker Posey, Nicky Katt, Marissa Ribisi, Matthew McConaughey, Renée Zellweger, Wiley Wiggins, entre otros.
El título “Dazed and Confused” se deriva de la versión de Led Zeppelin de la canción del mismo nombre.
El director Richard Linklater, se acercó a los miembros supervivientes de Led Zeppelin, por el permiso para utilizar su canción “Rock and Roll” en la película, pero, mientras que Jimmy Page y John Paul Jones acordaron, Robert Plant se negó…
A pesar de su limitada recaudación, Dazed and Confused actualmente es considerada una película de culto; al igual que hiciera George Lucas en “American Graffiti” (1973) unos 20 años antes, Linklater retrata el último día de clase de unos estudiantes de un instituto, en 1976.
Una fiesta a base de cerveza, marihuana y novatadas, en un día único tanto para los chicos que se van para siempre, como para los novatos que acaban de llegar.
Ambientada en 1976 en Austin, Texas, mientras los alumnos que pasan a ser “seniors”, es decir, los del último curso antes de graduarse se dan gusto abusando de los alumnos menores “freshmans”, es decir, los que entran a primero de secundaria; está en juego el futuro del equipo de fútbol americano, dado que el capitán, Randall “Pink” Floyd (Jason London) rehúsa a firmar una promesa de “no consumir alcohol, drogas ni tener sexo”, impuesta por el entrenador.
Mientras algunos de sus amigos lo apoyan, otros como Benny O’Donnell (Cole Hauser) y Melvin Spivey (Jason O. Smith) le piden que firme, y se olvide de sus amigos fracasados.
Entre estos fracasados están:
Ron Slater (Rory Cochrane) un “dealer” y compañero de Pink, y Kevin Pickford (Shawn Andrews), quien organiza una fiesta en su casa, pero esta se arruina debido a que el repartidor de cerveza llego a su casa antes de que sus padres se fueran de viaje...
También encontramos a:
Mitch Kramen (Wiley Wiggins), un estudiante de 1er año que es apaleado por Fred O'Bannion (Ben Affleck) y Don Dawson (Sasha Jenson), luego de esto, es ayudado por Pink, quien lo lleva a su casa, y lo invita salir con un par de amigos en la noche.
De la misma promoción de Mitch, tenemos a:
Sabrina Davis (Sasha Jenson), quien luego de su ritual de iniciación, la invitan a la fiesta de Pickford.
Más adelante, Pink y David Wooderson (Matthew McConaughey) recogen a Mitch, quien se sorprende al ver que Wooderson es algo mayor como para andar de juerga, y este le explica que le gustan las chicas jóvenes, y por eso lo hace…
Luego de enterarse que la fiesta de Pickford se canceló, van al Emporium, donde se encuentran con este último, su novia Michelle Burroughs (Milla Jovovich) y Slater; y deciden ir a dar una vuelta con el auto, mientras fuman hierba.
Esto les ocasiona que estén a punto de morir, ya que tiraron el buzón de un hombre, y este los persiguió armado con una escopeta.
A su regreso al Emporium, Wooderson tuvo la idea de hacer una fiesta en “la torre de la luna”, un campo abandonado junto a unas torres de electricidad, para lo cual reúne dinero, y para festejar, manda a Mitch a comprar cerveza, y éste se encuentra con sus amigos de colegio, que se fugaron del baile de la escuela.
Entre ellos están:
Carl Burnett (Esteban Powell) con quien idea un plan para vengarse de O'Bannion:
Mientras este salga del Emporium a buscar a Burnett, le caería un balde lleno de pintura en la cabeza, transformando a O’Bannion, en el motivo de las risas de sus amigos.
Una vez todos en “la torre de la luna”, Mike Newhouse (Adam Goldberg) se pelea con un tipo que fuma marihuana, saliendo este último victorioso.
Pickford, Slater, Mitch, y Pink, suben a una torre de alta tensión, y meditan sobre sus vidas…
Y al bajar, Mitch se va en auto con Julie Simms (Catherine Avril Morris), una chica algo mayor que él, y Pink y Slater se encuentran con Don y Wooderson con quienes se dirigen al campo de fútbol donde Slater propone fumarse el contrato de Pink…
Wooderson les cuenta, que cuando estaba en secundaria, querían que firmara el mismo papel, y él lo rechazo.
Don hace una apología al lema “Carpe Diem”, al decirle a Pink, que cuando sea viejo y mire atrás, recuerde la secundaria como una época en donde dio lo mejor de sí, jugo lo mejor que pudo, y tuvo sexo con todas las chicas que pudo.
Instantes más tarde, la policía los descubre y los llama, llevándolos donde el entrenador, y este le pregunta a Pink si ya firmó el contrato, y le dice que se olvide de sus amigos drogadictos, es decir:
Wooderson, Pickford y Slater; y ordene sus prioridades, a lo que Pink le contesta que quizás jugara el próximo año, pero nunca firmara ese contrato, además le deja en claro, que su prioridad número uno es ir al concierto de Aerosmith dentro de 2 semanas…
Finalmente, Mitch llega a su casa por la mañana, siendo reprendido por su madre, quien le indica que por esta vez no habrá castigo.
Ya en su cuarto, su madre le pregunta si esta drogado o ebrio, a lo que él contesta que no, y prende la radio.
Mientras Pink y sus fracasados, manejan despacio por una carretera despejada hacia el amanecer… terminando con un fundido en negro.
Dazed and Confused es un retrato del sentimiento de los jóvenes de la época, en la que se puede ver el libre consumo de drogas, y la falta de guía que desemboca en que cada quién tiene y practica sus valores de manera independiente.
También refleja claramente a la juventud post-hippie de los años 70s, la visión de los jóvenes sin tapujos, en lo que sería una juerga puramente de los 70, y guarda un mensaje de aprovechar el tiempo al máximo, sin dejar que otros influyan en nuestras decisiones.
“All I'm saying is that if I ever start referring to these as the best years of my life - remind me to kill myself”
Richard Linklater es un director que ha conseguido crear una buena base de seguidores a su alrededor, por su facilidad para crear historias aparentemente simples, con una carga pseudo-filosófica y vital, algo más compleja de lo habitual en el cine, ahora más comercial.
Dazed and Confused, es su tercer largometraje, y podríamos decir, una película sobre adolescentes, o al menos adolescentes entrando en la adultez, preparándose para comenzar otra etapa de sus vidas, despidiéndose de lo que conocen, y lo que los ha acompañado durante tantos años.
Hablamos de la que probablemente sea la película más fresca del director, y la que más estrellas de cine ha reunido, casi sin quererlo.
Una carta de amor de Linklater a sus días de instituto en los 70; que a pesar de no contar con un argumento definido, al igual que su predecesora “Slacker” (1991), Dazed and Confused sí tiene una estructura narrativa próxima al cine convencional; y recurre a los estereotipos de siempre, pero contrariamente a lo que suele suceder en la gran pantalla, convierte a esos personajes en seres humanos creíbles.
El director maneja varias líneas argumentales, que se entrecruzan continuamente con una solvencia asombrosa, y transmite la sensación de no estar contando nada, y a la vez estar plasmando un magnifico fresco sobre la juventud de EEUU, en los mismísimos años 70.
Dazed and Confused  desarrolla, aunque en clave de humor, una idea recurrente en otras películas denominadas “coming of age”:
La idea de las primeras veces.
En esta atmósfera adolescente, que se repetiría más tarde con más seriedad en “Boyhood” (2014) y que su “secuela espiritual”, “Everybody Wants Some!!” (2016), el realizador habla de la inocencia perdida, en una época de la vida en la que se produce una metamorfosis, y se descubre el amor y la libertad, casi al mismo tiempo.
Puede decirse que Dazed and Confused es una película que cuesta ver sin sentir ganas de volver al instituto, del verano y del amor, de las juergas sin preocupaciones, los primeros tropiezos, y las primeras lecciones que se aprenden fuera del aula, con mucho joven desorientado que no sabe qué hacer con su vida, aunque tienen muy claro que deben romper con todo lo establecido.
Allí vemos a Pink, que se convierte en un comodín para el director, porque al llevarse bien con todo el mundo, y frecuentar a gente de distintos grupos, le permite moverse con libertad de unos personajes a otros.
La música, a veces utilizada de forma irónica, otras como portadora del espíritu de la película, es otro hilo conductor a partir del cual Linklater explora las posibilidades de la simultaneidad y la multiplicidad, construyendo un espacio común y compartido por los personajes, incluso cuando estos no se encuentran en el mismo lugar.
Los últimos días de instituto, las dudas ante la venidera e incierta universidad, los amigos que están a punto de desperdigarse por todo el país… quedan reflejados en un film que, pese haber sido rodado en 1993, rezuma aires setenteros en cada fotograma.
Y es que Dazed and Confused es pura fiesta, es puro relajo, y puro goce, es dejarse llevar por el momento, y ver a dónde te llevan los deseos y cualquier instinto que te recorra la piel, cual descarga eléctrica.
Entre medio, claro, hay espacio para conversaciones sobre el futuro, sobre las preocupaciones e inseguridades, por si piensan que el metraje será un recital de sucesos y diálogos vacíos, pero despreocúpense:
Las filosofadas baratas no las encontrarán acá.
Además, también hay conversaciones sobre el presente y sobre el pasado, y a veces sobre temas sin mayor significado para vaya uno a saber quién, o quiénes...
Durante algo menos de 24 horas, la cinta sigue a varios grupos de estudiantes, siendo testigo de los nervios del último día de clase, de sus fumarolas y borracheras, de sus líos amorosos, sus peleas y angustias.
Una generación para la que el rock ‘n roll y la marihuana iban siempre de la mano, y conducir por ahí bebiendo con los amigos, era el plan por excelencia.
De hecho, la idea inicial de Linklater fue la de contar una historia enteramente desde el interior de un coche.
Aunque el resultado final es bastante diferente, las escenas en el interior de los autos, son protagonistas indiscutibles, desde el inicio, con Milla Jovovich armando un “petardo” hasta el mítico “All right, all right, all right” de Matthew McConaughey.
Los actores parecen tan cómodos en sus papeles, que es difícil imaginarlos en otra película, y Linklater disfruta capturando sus interacciones, sus idas y venidas, sus rituales sociales, su manera de estar en el mundo, como la dulzura del “freshman” Mitch, que explota en el contraste entre su relax corporal y su hiperexpresividad facial; la incomodidad neurótica de Mike; la manera en que Slater arrastra sus palabras y su cuerpo…
Y para contar la historia, el director propone un abanico de personajes, entre los que destacan:
Un joven atleta mujeriego, que debe decidir entre la fiesta o el fútbol; un joven recién salido del colegio, que empieza a descubrir la buena vida, a la vez que huye de sus matones; un fumador amado y odiado por los chicos del instituto; una pareja de hippies, y unos jóvenes pseudo-intelectuales que salen de fiesta por primera vez, entre mucha fauna que habita la ciudad.
Pero a diferencia de en otras películas, aquí todos se mezclan y se comportan de forma mucho más natural, la etiqueta no hace el personaje, sino que simplemente es un trazo más dentro de la personalidad de cada uno de ellos, lo que dota a la película de una frescura y naturalidad francamente inusual.
¿Y en la piel de todos ellos?
Un elenco de actores primerizos, cuyo futuro no pudo ser más brillante:
El oscarizado Ben Affleck, da vida a un auténtico psicópata obsesionado con dar una buena tundra a todos aquellos imberbes que se crucen en su camino, aunque a la larga ejerza de cazador cazado, y vea su honor mancillado por aquello de “donde las dan las toman”
Oscarizado Matthew McConaughey, quien debutó en el mundo del cine con esta producción, pues hasta entonces sólo se le había podido ver en algún episodio televisivo, y se pone en la piel del veterano repetidor del grupo, alguien que ya debería haber abandonado la práctica hedonista extrema de los estudiantes, pero que es reacio al cambio, sin duda, se trata del personaje más patético, aquel que no quiere crecer, porque piensa que alcanzó su mayor grado personal a los 17, y prefiere llevar una vida “peterpanesca” a madurar.
Una jovencísima Milla Jovovich, quien no habla mucho durante toda la película, quizás porque estaba recién aterrizada en tierras yanquis; y en una aparición casi anecdótica, incluso apreciamos la presencia de una novel Renée Zellweger, hoy oscarizada a la que descubrimos como una de las chicas que acompaña a las protagonistas en una camioneta, una noche de marcha.
El “casting”, se completa con una cantidad ingente de actores, en sus edades más bisoñas que por uno u otro motivo no llegaron a alcanzar la fama y el prestigio de los citados anteriormente, pero que fueron parte de películas posteriores muy exitosas.
Vale la pena destacar la presencia de intérpretes como el protagonista, Jason London, Joey Lauren Adams, Shawn Andrews, Adam Goldberg, Sasha Jenson, Anthony Rapp, y Cole Hauser; todos ellos actores de larga y dilatada trayectoria artística, en roles en su mayoría secundarios, que no han conseguido dar el salto al top hollywoodiense; y que son la base de lo que se verá en su llamada “secuela espiritual”, la maravillosa, más estilizada y de mucho más presupuesto:
“Everybody Wants Some!!” (2016)
Aunque más concentrada en el género masculino, no tan mixto como en Dazed and Confused.
Otro gran acierto de Dazed and Confused, es como consigue que todo el mundo pueda verse reflejado en alguno de los personajes, y como muestra, que a pesar de las modas y tendencias, los roles permanecen con el paso de los años, que nada es tan distinto en el fondo, y que sólo cambia la fachada, no deja de ser curioso, cómo mientras te sorprendes de sus prendas y forma de vestir, en el fondo no puedas evitar asociar cada personaje, de una manera bastante acurrada, a alguien conocido, o incluso a uno mismo.
Por Dazed and Confused es libertad pura, no sólo porque muestre a jóvenes fiesteros y despreocupados, sino porque debajo de todo el bailoteo, la impecable música, el atractivo y arrollador estilo con que Linklater dirige, se esconde con sutileza, el ansia de autonomía y subversión, y todo eso por descubrir y conocer, e ir más allá, incluso si hablamos de cosas “superficiales”
¿Se puede considerar superficial, querer tirar de lo lindo “non‐stop”?
A fin de cuentas, el ansia de estar y sentirse vivos es lo que se propone Dazed and Confused, como la vida misma de cada uno.
Entonces, Dazed and Confused no es sólo una película sobre adolescentes saliendo/entrando, o haciendo lo que les da la gana mientras puedan disfrutarlo, es el recuerdo, nunca mejor dicho, de un estilo de vida, de pensamientos, sentimientos, etc.
No obstante, Dazed and Confused bebe de otras películas de trama similar como:
“National Lampoon’s Animal House” (1978), o la saga “Porky’s”, aunque tiene el acierto de mezclar el gamberrismo y despelote de este tipo de films con otros setenteros que plantearon una visión generacional mucho más profunda, y no tan desvergonzada, como:
“The Last Picture Show” (1971) o “American Graffiti” (1973)
Algunos, muchos, se sumarán a la cantinela de que Linklater no es más que ejercicios de nostalgia, tendrá algo de ello en primera instancia, claro, pero el director, fiel a su exquisita sensibilidad, siempre construye lazos, paisajes y retratos que van más allá de la mera apariencia; pero revivir viejos días, no es situarse en determinado escenario, sino empaparse en esa persona que alguna vez se fue, y que quizás nunca debió dejar de ser tal…
Y es que la nostalgia, el dolor por el tiempo pasado que ya no se va a volver a recuperar, los diálogos sin desperdicio alguno, donde se ponen en tela de juicio las convenciones sociales, así como el ansia por ser y sentirse libres, son todos ellos, temas arraigados a la filmografía de Richard Linklater.
Si podríamos achacarle algo, podemos decir que Dazed and Confused tiene la gracia de no acentuar nunca nada, de no detenerse para enfatizar la gravedad de un momento, ni para subrayar la belleza de un plano.
En ella, todo es ligero y flotante, y el final de una escena, se funde con el comienzo de la siguiente.
Es un film interesante, pero puramente episódico, no hay una trama definida, ni siquiera hay un protagonista como tal, se trata más bien de pequeñas tramas individuales, sujetas a una serie de personajes que se encuentran en un mismo escenario, pero que son dispares entre sí.
Y es que Dazed and Confused está hecha para plasmar el espíritu de una generación, y lo consigue.
Aquí, a la mínima que se rasca un poquito, observamos una intención nada encubierta por poner patas arriba a un sistema, el educacional estadounidense, que permite entre otras lindezas, que se perpetren las novatadas más bestias, en humillaciones y linchamientos entre los estudiantes más veteranos, y los que van a aterrizar horrorizados en el instituto; así como el consumo impulsivo y compulsivo de alcohol y drogas blandas y, sobre todo, una irreverencia y un amor por el desacato a los dogmas establecidos.
El consumismo como marca del país, mostrando todo en los excesos, todos permitidos…
Sin embargo, hay una escena interesante, en particular, cuando Mike, Tony y Cynthia se dirigen a una fiesta:
En la radio del coche suena “Low Rider”, un tema interpretado por War, que captura perfectamente el espíritu de Dazed and Confused.
Los 3 personajes mueven sus cabezas al ritmo de la música, y filosofan sobre la etapa vital que están atravesando:
Mike, que viaja en el asiento trasero, se embarca en un monólogo alucinado sobre su misantropía, e intenta explicar a sus 2 amigos, cómo, mientras hacía cola en la oficina de correos, ha descubierto que ya no quiere estudiar Derecho para ayudar a la gente, porque en realidad odia a la gente.
Cuando Tony le pregunta:
¿Qué es lo que quiere hacer?
Él baja la mirada, arruga el rostro, y se queda en silencio durante unos segundos.
Su respuesta es un grito de angustia desatada, un quejido que sale directamente de sus entrañas:
“I wanna dance!”
Esta es una de las escenas más divertidas, y también uno de los momentos que mejor expresa esa tensión entre la liberación y la opresión que está en el corazón de Dazed and Confused.
La otra gran estrella, es sin duda, la banda sonora, de colección, con grandes del Rock’n Roll como:
Aerosmith, Kiss, Alice Cooper, War, Deep Purple, Bob Dylan, ZZ Top, y Black Sabbath entre otros, conforman una banda sonora para quitarse el sombrero.
“Okay guys, one more thing, this summer when you're being inundated with all this American bicentennial Fourth Of July brouhaha, don't forget what you're celebrating, and that's the fact that a bunch of slave-owning, aristocratic, white males didn't want to pay their taxes”
La adolescencia, es uno de los períodos más complicados y difíciles de la vida, no sólo para los niños, sino también para aquellos que están más cercanos:
Padres, profesores y educadores.
La infancia despreocupada, es ahora un recuerdo lejano, y ha dado paso a las ansiedades, las dudas, y los constantes cambios de humor.
Porque:
Qué bonita, y qué entrañable era la adolescencia, esa fase transitoria de la vida que constantemente tratamos de recordar.
¿O no es para recordar una época en la que los testículos te crecen, los pies te huelen una barbaridad, y te salen pelos en las piernas, el culo y los sobacos, a la vez que se te va alargando el pene?
Como para olvidarlo…
Qué nostalgia, de verdad.
Y el hipotálamo a lo suyo, fabricando hormonas a lo loco, que hacen que uno se acalore de manera superlativa al ver las caderas que se le han puesto a las vecinas.
Y qué entrañable, también, las negativas de las vecinas.
Y las discusiones con tus padres, y las broncas con los amigos, y el cabreo con el mundo...
Porque en esa fase vamos de trastada en trastada, pero sin ninguna maldad:
Digamos que estamos permanentemente dopados, pero inconscientemente.
Luego viene la madurez, y entramos en la edad adulta, y ahí la cosa cambia con plena consciencia, y encima, justificándolas:
Si seguimos la juerga adolescente, perderemos a la mujer de nuestra vida, y nos casaremos con quien no debemos; compraremos un bungaló con escaleras, en vez de alquilar un apartamento con vistas; invertiremos los ahorros en las preferentes; y dejaremos de llamar a los amigos de instituto…
Con el paso del tiempo, el cuerpo adoptarán otras formas, los juegos tendrán otras cualidades, las formas de hablar y relacionarse, los intereses no serán los mismos.
Todo terminará transformándose en hombres que envidiarán la frescura de los jóvenes, las pasiones exaltadas, sus capacidades de fantasía, y hasta esos mundos íntimos, donde todo es aceptable, hasta la soledad.

“Well, all I'm saying is that I want to look back and say that I did I the best I could while I was stuck in this place.
Had as much fun as I could while I was stuck in this place.
Played as hard as I could while I was stuck in this place...
Dogged as many girls as I could while I was stuck in this place”



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