Heat

“Don't let yourself get attached to anything you are not willing to walk out on in 30 seconds flat if you feel the heat around the corner”

Charles Fredrick “Chuck” Adamson, fue un policía de Chicago y creador de la serie “Crime Story”, así como productor y guionista de televisión, escribiendo algunos episodios de “Miami Vice”
Fue a través de esa serie que Adamson conoció a Mann, y derivó en el filme Heat.
Pero la génesis nos lleva a 1963, cuando Adamson estaba sobre la pista de un ladrón que siempre daba grandes golpes, llamado Neil McCauley, y esperaba que este diera un nuevo paso.
Para 1961, McCauley había sido trasladado de Alcatraz a la isla del Centro Correccional McNeil, pero fue puesto en libertad en 1962.
Tras su liberación, de inmediato comenzó a planificar nuevos atracos...
Con los ex-contras, Michael Parille y William Pinkerton, robaron una empresa de fabricación de brocas de diamante.
Por tanto, el detective Chuck Adamson comenzó a seguirles la pista, sabiendo que había vuelto a delinquir.
Los 2 personajes, Adamson y McCauley, incluso se reunieron para tomar café una vez, en donde dejaron en claro, que la próxima vez que se encuentren, las pistolas serían las protagonistas de un duelo.
El 25 de marzo de 1964, McCauley y los miembros de su equipo criminal, siguieron a un vehículo blindado que entregó dinero a una tienda de comestibles de Chicago; y los tres ladrones entraron en la tienda; amenazaron a los empleados, y robaron las bolsas de dinero, con un valor de $10.000, saliendo a toda velocidad, en medio de una lluvia de disparos de la policía.
Pero la banda de McCauley, no estaba al tanto de que Adamson, y otros 8 detectives, habían bloqueado todas las salidas posibles, y cuando el coche fue interceptado en un callejón, los bandidos fueron bloqueados, y se dieron cuenta de que estaban atrapados.
Los 4 sospechosos, salieron del vehículo, y comenzaron a disparar; pero 2 de sus tripulantes, identificados como Breaden y Parille, fueron asesinados en el callejón, mientras que un tercer hombre, Polesti, disparó a su salida, y se escapó.
McCauley por su parte, fue muerto a tiros, quedando inerte en el césped de una casa cercana; tenía 50 años de edad, y era principal sospechoso de varios robos en la ciudad.
Días después, Polesti fue capturado, y enviado a prisión.
Estos hechos, fueron el germen para que Michael Mann realizara uno de los filmes más emblemáticos de los años 90.
“I spend all my time chasing guys like you around the block.
That's my life”
Heat es una película de acción, del año 1996, escrita y dirigida por Michael Mann.
Protagonizada por Robert De Niro, Al Pacino, Val Kilmer, Jon Voight, Tom Sizemore, Ashley Judd, Diane Venora, Amy Brenneman, Natalie Portman, Mykelti Williamson, William Fichtner, Wes Studi, Ted Levine, Dennis Haysbert, Tom Noonan, Kevin Gage, Hank Azaria, Danny Trejo, Jeremy Piven, Xander Berkeley, entre otros.
La idea de la producción surgió como una especie de remake de “L.A Takedown” (1989), una película hecha para TV, y emitida por la NBC, basado parcialmente en un famoso tiroteo que tuvo lugar el 11 de abril de 1986 en Miami, entre agentes del FBI, y una banda de delincuentes implicados en una trama de robo de bancos.
Además, Michael Mann se inspiró en un principio, en el policía de Chicago, Charles Fredrick Adamson.
A Mann le fascinó el hecho de que un día, por casualidad, los caminos de Adamson y McCauley se cruzaran en un contexto neutral:
El policía, por arte de inspiración, invitara al ladrón a tomar un café.
Los 2 se sentaron, y hablaron sobre sus vidas.
En otra ocasión, cuando se requirió la presencia de Adamson en un lugar donde se perpetraba un atraco a mano armada, el culpable resultó ser McCauley, y el policía se vio obligado a matarlo.
Mann concibió el vasto terreno urbano de Heat, en gran medida, con la intención de comprender aquella relación; y bautizó al delincuente protagonista con el nombre del muerto; y para el policía, se basó en un agente anónimo del FBI, pero básicamente en Adamson; que murió en 2008, a los 71 años; de hecho, la película de 2009, “Public Enemies” del mismo Michael Mann, declaró en sus créditos finales:
“En memoria de Chuck Adamson”
Así las cosas, decir que el guión fue abreviado a casi 1/3 de su longitud original, omitiendo muchas tramas secundarias, que inclusive fueron grabadas.
Heat se rodó en 107 días; y el director Michael Mann evitó los estudios en aras de un mayor realismo, y rodó en 95 exteriores distintos, más que cualquier otra película filmada jamás en Los Angeles; siendo un éxito comercial de crítica, recaudando actualmente, unos $2,91 millones a nivel mundial; siendo clasificada #38, en la lista de “Las 500 Películas Más Grandes de Todos Los Tiempos”, publicada por la revista Empire.
La historia sigue al ex convicto Neil McCauley (Robert De Niro), un astuto criminal que dirige una profesional banda de ladrones y asaltantes de bancos, que incluyen a:
Chris Shiherlis (Val Kilmer), Michael Cheritto (Tom Sizemore), Trejo (Danny Trejo), y a Waingro (Kevin Gage) bajo contrato, que carece del honor, la profesionalidad y el respeto que poseen McCauley y su equipo; y el mentor e instigador en la sombra de la banda:
Nate (John Voight)
La filosofía de McCauley consiste en vivir sin ataduras ni vínculos que puedan constituir un obstáculo si las cosas se complican.
Neil y su banda, operan en el área de Los Angeles, y efectúan atracos millonarios principalmente a bancos, bóvedas, y vehículos de valores.
Por lo que McCauley planea un último golpe millonario para retirarse de la vida criminal.
La vida sentimental de la banda de atracadores, se resume en la incipiente relación del jefe, Neil, con una chica que de noche trabaja como diseñadora gráfica, mientras que de día lo hace como dependienta de una tienda de libros:
Eady (Amy Brenneman)
La relación de Chris con Charlene (Ashley Judd), una “showgirl” de Las Vegas con quien comparte un hijo, y algunas discrepancias por los problemas de Chris con el juego... y la relación de Michael con otra pareja.
De Trejo no sabemos mucho, solo que estuvo en prisión, y que Waingro es un sádico psicópata.
Por lo que tras un error en su último atraco, Neil y su banda son detectados por El Teniente Vincent Hanna (Al Pacino) de la división de Robos y Homicidios de la Policía de Los Angeles.
Hanna, ex marine, es un policía experimentado y dedicado que ha desmantelado peligrosas bandas del crimen organizado en ciudades como New York y Chicago; un hombre que vive tan obsesionado con su trabajo, que llega a poner en peligro su vida sentimental con Justine (Diane Venora), quien aporta al matrimonio una hija conflictiva, y falta de cariño paternal, llamada Lauren (Natalie Portman)
Ahora, Hanna se interpone en el camino de Neil, y su último atraco.
Con Vincent pisándoles los talones, y Roger Van Zant (William Fichtner) intentando joderles también con la colaboración de Waingro, la banda poco a poco se desmembrará en un apasionante duelo de psicologías entre sus jefes.
Porque Hanna y Neil, se encuentran en los lados opuestos de la ley, descubren que el uno desafía al otro, y que ambos representan un peligro mayor, pues cada uno de ellos comprende que tiene que vérselas con la mente más brillante a la que se ha enfrentado en su carrera.
De hecho, la admiración es mutua; pero un empuje de orgullo, motiva la perdición de Neil…
Heat es una historia de bueno contra malo, pero con matices de cada uno, donde nos cuentan 2 vidas muy diferentes, que se cruzaran, y de lo que entonces va a ocurrir.
Todo el guión gira en las mejores y peores decisiones que cada uno toma bajo presión, sin importar a quien afectan.
Es un motor que hace que la película se mueva constantemente, y hace que los 170 minutos pasen sin sentir que es una película demasiado larga.
Y es que la trama no se centra exclusivamente en 2 personajes; se bifurca continuamente hacia otros personajes, como Chris, Waingro o Van Zant.
Hay una serie de subtramas que enriquecen aún más la trama principal; por lo que no solo es una historia de policías y ladrones:
Hay amor, amistad, conflictos personales, traiciones, y venganzas.
Te metes en sus vidas, y no sales hasta el final.
El título “Heat”, que en sus diversas acepciones significa:
Calor, eliminatoria, pasión, vehemencia, es un término clave en el filme, y para el caso de McCauley y su equipo es la disciplina; mientras el orden absoluto sin excepciones, lo es para Hannah y sus muchachos.
Pero al fin y al cabo, el “heat” es el leitmotiv por excelencia en sus vidas, lo demás es secundario, incluso sus relaciones personales.
“So you never wanted a regular type life?”
Heat destaca por una realización impecable, combinando el estilo clásico con momentos de acción trepidantes con cámara al hombro, por un gran trabajo de guión, en cuanto a la elaboración de personajes, que no deja de ser una cinta coral muy dramática, en donde la acción deja respirar a la historia, y no al revés; así como por un uso de la música extraordinario, como siempre en los films de Mann; y por una fotografía y un montaje estupendos.
Si bien Heat es excesivamente larga, y un guión francamente brillante, tanto en la trama como en los diálogos; el guión, escrito por el mismo director, es penetrante al exponer una trama repleta de acción, y también de intriga que acapara toda la atención del espectador con su historia, interpretaciones y violencia bien llevada a la palestra, para deleite de toda clase de públicos, creando uno de esos films que no pasan de moda, y que tienen todos los componentes necesarios para triunfar en todo lo que se propone.
Esto se lleva a cabo, con una narrativa conspiradora e insinuante, que de forma expresiva añade unos diálogos mordaces y sarcásticos que son de lo mejor del film.
Cabe mencionar también, el montaje lineal y seguido, que además se toma su tiempo para presentar a los personajes, y dar acción.
Los planos y movimientos de cámara consuman un excelente trabajo técnico mediante el uso del reconocimiento, subjetivos, plano-contraplanos, primeros y primerísimos planos, grúas, “avanti”, retroceso, “travellings”, seguimiento y reconocimiento que sacan lo mejor en las escenas de los atracos.
Cabe destacar también, unos efectos visuales, y sobre todo de sonido espectaculares, que enardecen la acción y la violencia.
El realismo con el que están confeccionados los personajes en Heat, es directamente deudor de las grandes obras de cine negro.
El film de Michael Mann, pretende ser una revitalización claramente de dicho género, pero amoldado a los espectadores de las nuevas generaciones.
Pues estamos acostumbrados a ver dentro del cine negro clásico, el realismo en los personajes, donde nunca son tratados como héroes, sino que más bien están rodeados de un hálito de fatalidad que es lo que mejor caracteriza su universo.
Desde este punto de vista, son personajes perdedores, imbuidos por una especie de romanticismo.
Lo dicho también lo podemos apreciar, al igual que otros ingredientes propios del género, como la amistad, la traición, el amor, hasta una “Femme Fatale”
Ante todo, Heat es un drama, condimentado con atracos a bancos y camiones, y unas cuantas venganzas y guerras entre “ovejas negras”, pero del cual destacan mayormente las pulsaciones internas de los personajes, sin las cuales, la acción pura y dura no tendría sentido, ni mucho menos valor dramático.
Por tanto, Heat es una película que tiene 2 lados claramente enmarcados bajo una estructura emocional que mueve a la película.
Lo interesante es que nunca expone a sus personajes como ambiguos ni superficiales.
No son buenos y malos, porque deben ser buenos y malos.
En las psiques de McCauley y Hanna, hay más similitudes que diferencias:
Ambos están desencantados de sus vidas, ambos son excelentes profesionales en su trabajo, y ambos están absorbidos por él, impidiéndoles las relaciones personales.
La única diferencia es que uno es representante de la ley, y el otro, al margen de ella.
Es la naturaleza de sus actos, lo que los lleva a cometer terribles actos, y lo que los lleva a ser villanos y héroes.
Lo que mueve a nuestro héroe, es la necesidad de justicia, al menos un 1% de ella mientras se mueve en un mundo podrido y corrupto.
Lo que mueve a nuestro villano, es la necesidad de ser bueno, de salir de un hoyo en el que ha estado toda su vida.
Quienes rodean ambos ejes, son peones que no son indispensables, solo son combustible para avivar la llama entre 2 personajes, un policía y un ladrón cansados de siempre ser los mismos.
El acto de redención entre ambos, es sublime y crucial.
Un momento dorado en la historia del cine, en donde la batalla entre el bien y el mal se resume en un encuentro silencioso, visceral, y totalmente representativo de la disputa por la conveniencia de ser bueno o malo:
Ambos son solitarios, y ambos terminan en soledad, sin importar lo que ocurra.
Con un trabajo impecable de puesta en escena y ritmo narrativo, en donde se establece una original relación entre ladrón y policía, al margen de cualquier patrón impuesto en anteriores películas del mismo género.
Los defectos, las miserias, los temores de los componentes de ambos bandos, se ven sutilmente reflejados a través de los protagonistas y, desde el primero al último.
Por ello, Heat no es una película de enfrentamientos entre buenos y malos, entre policías y ladrones al uso, sino entre 2 formas de entender la supervivencia a uno y a otro lado de la ley.
Los perseguidos no son una banda de asesinos, tienen sus principios ético-profesionales y, especialmente, una vida familiar que les aguarda.
Mientras tanto, el perseguidor se halla sumido en una profunda crisis personal, que no se merece, y que acrecentará su ansia por imponerse frente a la deshonra y la indignidad.
Así, Robert De Niro se nos presenta como un hombre frío y desapasionado, incapaz de apegarse a nada; frente a un Al Pacino al que precisamente no puede contener su apasionado torrente de emociones por todo lo que rodea.
No son más que las 2 caras de una misma moneda, 2 románticos que viven en un mundo que no es el suyo, y que en el fondo, les une un vínculo más profundo que cualquier diferencia que les pueda separar.
Policía y ladrón, De Niro y Pacino, 2 genios de la interpretación, juntos y a duelo en un trepidante e intenso “thriller” de Michael Mann, un director que siempre, aun dirigiendo films de acción, ofrece una profunda e interesante introspección en sus personajes:
Pacino incorpora con pasión y expresividad el rol de policía absorbido por el trabajo; mientras De Niro hace un ejercicio de contención y frialdad marmórea, muy adecuado para su experto ladrón profesional, dispuesto a dejar atrás todo en un máximo de 10 segundos, para poder seguir volando libre.
Michael Mann comentó sobre el personaje de Robert De Niro:
“Lo que le sucede a Neil McCauley, es bastante fascinante.
Cuando se vuelve espontáneo, actúa de corazón, es precisamente cuando se sale de su plan.
Actúa con plena libertad, fuera de los límites de su rígida doctrina.
Y funciona:
El personaje de Amy Brenneman, acepta marcharse con él.
Así que decide comportarse de otra forma, ser emocionalmente impulsivo y espontáneo.
Y entonces tiene noticias de Waingro…
Duda por un momento, y vuelve para matarlo.
Lo que piensa Neil es:
Lo haces, y así te marchas dejándolo todo atado.
Eso es lo que lo lleva a la perdición”
Por su parte, según Al Pacino, en el guión original, Hanna consumía cocaína; de ahí toda su histeria, pero se omitió mostrar ese detalle.
Como dato curioso, aunque, tanto Robert De Niro como Al Pacino participaron en “The Godfather: Part II” (1974), dirigida por Francis Ford Coppola, no compartieron ninguna escena, ya que Pacino dio vida a Michael Corleone; mientras que De Niro interpretaba a su padre, Vito Corleone; en un salto atrás o “flashback” de la narración; y no fue hasta el rodaje de Heat, cuando trabajaron juntos, ya que en la saga, no coincidieron en los rodajes; por lo que durante un tiempo, se difundió el mito acerca de si ambos actores, considerados iconos del cine, rodaron realmente las escenas en que aparecen juntos, debido a una supuesta rivalidad profesional entre ambos.
El rumor se propagó, ya que hay pocas escenas en donde aparezcan ambos actores compartiendo plano, y en especial, porque en la escena de la charla del restaurante, una escena que se podría suponer incómoda dada dicha rivalidad, no hay ningún plano general de los 2, o en dónde se identifique claramente al otro en un plano corto.
De hecho, no hay un plano de ambos de frente en pantalla.
Tanto Mann como ambos actores, además de las fotos del rodaje que lo demuestran, han declarado que era sólo eso:
Un mito y, según Al Pacino, ambos actores comprenden la rivalidad que el público intenta adjudicarles, pero que en general, mantienen una buena relación.
Una anécdota cuenta que algunos años antes, cuando Al Pacino recibió El Premio del American Film Institute, Robert de Niro le envió un mensaje grabado que decía así:
“Mucha gente dice que no somos amigos, y tú y yo sabemos que sí lo somos.
Soy muy afortunado por tener tu amistad y, no solo eso, sino que sabes que te admiro porque eres el actor más brillante de tu generación… si me exceptúas a mí, claro”
Un dato de producción nos dice que los abogados privados de los 2 iconos del cine, tuvieron que reunirse y celebrar diferentes contratos, únicamente para determinar en qué forma, posición o numéricamente iban a ser presentados los nombres de estos 2 oscarizados y grandes actores en los créditos iniciales…
Posteriormente, tras el estreno de Heat, los 2 intérpretes trabajaron en el filme “Righteous Kill” (2008), una película en la que sí compartían plano durante casi todo el metraje, pero que recibió pobres críticas.
Sin embargo, Robert De Niro y Al Pacino, se reunirán para un pase especial de Heat, que organizará La Academia de Hollywood el 7 de septiembre de 2016, en El Teatro Samuel Goldwyn de Beverly Hills.
De Niro y Pacino, intervendrán junto al director del filme, Michael Mann, en un coloquio posterior a la proyección de la película que moderará el cineasta Christopher Nolan.
Del reparto de secundarios, un plantel inagotable de actores:
Val Kilmer, Tom Sizemore, Jon Voight, Ashley Judd, Mykelti Williamson, Dennis Haysbert, y Hank Azaria, entre otros.
Mención aparte merece un actor Kevin Gage, que interpreta a Waingro, y que me sorprende muy gratamente:
Además de su belleza, asusta sin hacer aspavientos, sin exagerar, sin gritar, sin estallar de ira...
Muy curiosamente, en su vida privada, el 30 de julio de 2003, Gage fue sentenciado a 41 meses en una prisión federal, comenzando el 29 de septiembre de ese año, por cultivar marihuana, a pesar de tener una licencia de California para marihuana medicinal.
Gage declaró, que cultivaba cannabis medicinal, para lidiar con el dolor y estrés de las heridas sufridas en un accidente automovilístico en 1993; y también por una hermana con cáncer, y un hermano con esclerosis múltiple; siendo liberado el 21 de septiembre de 2005.
Otro protagonista de Heat, es la ciudad de Los Angeles, la gran metrópolis plana y salpicada de rascacielos que sirve como mudo y luminoso escenario a una supuesta lucha entre el bien y el mal, completamente devorada por las sombras.
Como dato, el personaje de Nate, interpretado por Jon Voight, fue inspirado en el ya fallecido Edward Bunker, el cual, antes de dedicarse a escribir novelas sobre el mundo criminal, y de interpretar al Mr. Blue en “Reservoir Dogs” (1992), junto a varios otros cameos; fue él mismo delincuente profesional.
Asimismo, fue asesor técnico de Heat, asesorando sobre el tema carcelario.
En definitiva, no existe en Heat, un solo personaje que no se encuentre perfectamente desarrollado y encajado en el relato.
Cada uno cumple su función dentro del magnífico guión, siendo los espectadores testigos del espectáculo de sus miserias y dramas personales.
La relación con las mujeres, es quizás lo más significativo al respecto, con un paralelismo asombroso que el espectador más audaz, enseguida advertirá, donde la frase proferida por la mujer de Vincent, podría haberla enunciado cualquier personaje femenino de la cinta, tanto la pareja de Neil, como la del personaje interpretado por Val Kilmer, quien también vislumbra que su vida marital se va al desastre…
Aunque no todo son flores para Mann, pues se le puede reprochar cierta dejadez en algunos asuntos, como alguna reflexión sobre el papel de las mujeres del film, que es determinante:
La novia del ladrón, que sin conocerlo se va con él simplemente porque le pone ese lado misterioso y malo; y aun descubriendo lo que ha hecho, tras dar unos cuantos golpes, se va con él…
Por su culpa, y como era de esperar, lo cazan, aunque comparte culpa el hecho de que él vuelva al hotel a matar al traidor.
Por otro lado, la mujer del detective, en todo el metraje le echa en cara que siempre está trabajando, y se va cuando es más normal que se quede ante la gravedad de lo sucedido; al final, le anima a irse, y “comprende” ella, que esa es su vida.
De la hijastra de Vincent, ésta decide suicidarse, sin saberse por qué, o si alguien quería que eso pareciera…
Por supuesto, Vincent le había dejado las llaves del departamento, para que fuera… y esto sirviera para que la madre y el padrastro se reconcilien; o la difícil relación entre el compinche de Neil y su mujer, expuestas pero no muy explotadas.
Al menos, la mujer de Kilmer que era la que parecía peor, le salva el cuello; y no me olvido del papel de la mujer del cocinero negro, y su desolación al enterarse de su muerte, con lo que lo había apoyado...
Muy desaprovechado.
¿Por qué está el personaje de Danny Trejo, absolutamente sin desarrollo?
Mientras el inquietante personaje Waingro, y sobre todo los del personaje de Dennis Haysbert, Donald Breedan, un perdedor de redención imposible que se merecía muchos más minutos, y que su historia no pareciera una mera excusa de relleno, pasa sin gloria.
Asimismo se podría haber cortado metraje en ciertas ocasiones, en situaciones que poco aportan, pero que pueden desvirtuar el resultado final; de hecho, se eliminaron 11 escenas en el montaje final de la película.
De las escenas nos quedan:
El momento en el que están todos en una cena, el personaje de Tom Sizemore le regala un anillo a su mujer, y la besa; en ese momento, Val Kilmer abraza a la suya, y le pregunta si lo está pasando bien…
Robert De Niro, que no tiene pareja, sonríe al verles, pero se queda pensativo, y se va un momento a llamar por teléfono a una chica que había conocido en una cafetería y con la que se había acostado… y le pregunta si puede pasar a verla, ella le dice que sí, que temía que se hubiera tratado de una noche, y él dice que para él no lo ha sido…
Todo ello con una música de fondo genial.
Y luego otros momentos clásicos, como la conversación entre Robert De Niro y Al Pacino en el café…
La escena del atraco al banco, la persecución, y el tiroteo en plena ciudad de Los Angeles, entre policía y atracadores, fue considerada, según las palabras del USA Today, como “la escena de acción más impactante de los últimos años”
Cabe resaltar algo que no mucha gente apunta, y es que en esta escena, en donde se abarca tanto terreno, y tantos personajes y bandos, uno jamás pierde el punto de referencia de la acción; es decir, Mann permite al espectador seguir este tiroteo de locura, sin que éste se pierda por el camino, algo si hacen Bay y otros.
Como curiosidad, los delincuentes implicados en el famoso tiroteo de North Hollywood, declararon haberse inspirado en esa escena para cometer el asalto.
Todos los actores implicados en el tiroteo a plena luz del día en el centro de Los Angeles, recibieron un entrenamiento en guerrilla urbana por parte del asesor técnico de Mann, Andy McNab, que en La Primera Guerra del Golfo formó parte de una patrulla de Las Fuerzas Especiales, enviada para sabotear centro de misiles SCUD tras la línea de fuego iraquí.
Otra escena imprescindible, cuando Robert De Niro va en el coche, dirección al aeropuerto, y a mitad trayecto piensa y reflexiona sobre una decisión que puede cambiarle la vida, y con solo sus gestos de la cara, sabes lo que está pensando, cuando gestualmente hace como que duda, luego sonríe, y luego se enfada, son 3 gestos que tienen un significado cada uno, que terminan con una escena brutal:
La escena del cara a cara, a muerte entre los 2 protagonistas, terminando con la muerte de uno, y del otro dándole la mano.
También destacable la banda sonora, donde suenan temas de Michael Brook, Brian Eno, Eric Clapton, con Elliot Godenthal, Lisa Gerrard como compositores.
“I do what I do best, I take scores.
You do what you do best, try to stop guys like me”
Se dice “lo que pasa en el cine, pasa en la vida real…”
La naturaleza explícita de varias de las escenas de Heat, fue citado como el modelo de una oleada de robos desde su lanzamiento.
Esto incluía los robos de vehículos blindados en África del Sur, Colombia, Dinamarca, y Noruega; y el más famoso, de 1997, el tiroteo de North Hollywood, en el que Larry Phillips, Jr. y Emil Mătăsăreanu robaron la sucursal del Hollywood North Bank Of America; y de manera similar a Heat, se enfrentaron con la policía de Los Angeles cuando salían del banco.
El tiroteo de North Hollywood, fue una confrontación armada entre 2 ladrones de bancos:
Larry Eugene Phillips, Jr. y Emil Mătăsăreanu, y algunos de los oficiales de una pequeña patrulla, y miembros de un equipo SWAT pertenecientes al Departamento de Policía de Los Angeles.
El incidente se produjo en North Hollywood, un distrito del Valle de San Fernando, al norte de Los Angeles, California, Estados Unidos, el día 28 de febrero de 1997.
Sucedió cuando oficiales de policía, respondieron la llamada de una patrulla que vio entrar a Phillips y Mătăsăreanu, de origen rumano, en una sucursal del Bank Of America, enfrentándose a ambos ladrones, que tenían 26 años de edad.
Por lo que 10 oficiales de policía, y 7 civiles fueron heridos durante el tiroteo, antes de que murieran ambos ladrones.
Anteriormente, Phillips y Mătăsăreanu habían asaltado varios vehículos blindados, antes de intentar este asalto, y se distinguían por usar chalecos antibalas, y armamento pesado, el cual incluía fusiles automáticos.
En aquellos tiempos, los oficiales de las patrullas locales, sólo estaban armados con pistolas y revólveres de calibres 9mm y .38 Special.
Además, poseían escopetas de calibre 12, disponibles en sus coches.
En cambio, Phillips y Mătăsăreanu llevaban fusiles automáticos, con municiones capaces de penetrar los chalecos antibala usados por la policía.
Ellos mismos usaban chalecos antibalas...
Ya que las pistolas de la policía no podían penetrar los chalecos de los asaltantes, los esfuerzos de los oficiales de patrulla fueron inútiles.
Finalmente llegó un equipo SWAT, con armas de mayor calibre que podían penetrar esos blindajes; incluso, incautaron varios fusiles semiautomáticos en una armería cercana.
El incidente encendió un debate sobre la potencia de fuego disponible, apropiada para los oficiales de patrulla, en situaciones similares en el futuro.
La ineficacia de las balas de pistola, y de los perdigones de las escopetas en el intento de penetrar la armadura, llevó a una tendencia en los Estados Unidos de armar a oficiales de patrulla seleccionados de la policía, con fusiles semiautomáticos AR-15 de calibre 5,56 mm.
Y 7 meses después del incidente, El Pentágono suministró 600 fusiles M16 sobrantes al Departamento de Policía de Los Angeles; otras ciudades, como Miami, también decidieron armar a los oficiales de patrulla, no sólo a los equipos SWAT, con una potencia de fuego más pesada.
Los vehículos de patrulla de Los Angeles, llevan ahora fusiles AR-15, como dotación oficial, y además, sus puertas están revestidas con kevlar, una fibra artificial y robusta, resistente al calor.
En este tiroteo, se dispararon unas 650 balas contra los 2 hombres fuertemente armados y protegidos, los cuales, a su vez habían disparado más de 1.100 balas de diferentes calibres.
Los oficiales de policía, respondieron dirigiendo sus disparos hacia la “masa central”; o sea, los torsos de Mătăsăreanu y de Phillips.
Cada hombre, fue alcanzado por lo menos por 10 balas, y aun así continuaron atacando violentamente a los oficiales durante el largo enfrentamiento.
Pero Mătăsăreanu recibió múltiples lesiones cardiovasculares inocuas.
El Departamento de Policía de Los Angeles, fue criticado más tarde, por no permitir que Mătăsăreanu recibiera atención médica, a lo cual el departamento contestó indicando que el personal de las ambulancias seguían el procedimiento estándar en situaciones hostiles, negándose a entrar a una “zona caliente”, ya que Mătăsăreanu todavía era considerado como peligroso.
Algunos informes indican, que estuvo tendido en el pavimento, sin armas, aproximadamente 1 hora antes de que llegaran las ambulancias.
Como consecuencia, se llevó a cabo un juicio en nombre de los hijos de Mătăsăreanu, contra los miembros del Departamento de Policía de Los Angeles, demandando que fueron violados los derechos civiles de Mătăsăreanu, y que se le dejó morir desangrado.
El pleito se llevó a cabo en un Tribunal de Distrito de Estados Unidos, en febrero y marzo de 2000, y terminó en una anulación del juicio con el jurado estancado.
El juicio se suspendió más adelante, cuando la familia de Mătăsăreanu acordó descartar esa acción, con un desistimiento de responsabilidad civil.
Al año siguiente después del tiroteo, 19 oficiales del Departamento de Policía de Los Angeles, recibieron La Medalla al Valor del Departamento de Policía de Los Angeles, y La Medalla al Valor Nacional de los Estados Unidos, por sus acciones, y hasta conocieron al Presidente Bill Clinton.
En 2003, se rodó una película sobre el incidente, titulada “44 Minutes: The North Hollywood Shoot-Out”; y en 2004, El Museo del Departamento de Policía de Los Angeles, abrió una exhibición mostrando a 2 maniquíes de tamaño natural de Phillips y de Mătăsăreanu, con la armadura de acero de alta tecnología que usaron, y también el armamento que utilizaron en el tiroteo.
Este tiroteo, es considerado uno de los eventos más largos y sangrientos de su tipo, en la historia de la policía estadounidense.
Los 2 ladrones, evidentemente murieron, y 11 policías como 7 civiles resultaron heridos durante el tiroteo.
Por su parte, la película “Heat” (1995) de Michael Mann, fue ampliamente mencionada durante la cobertura del tiroteo.

“Told you I'm never going back...”



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