Escobar: Paradise Lost

Terminando de ver “Escobar: Paradise Lost” (2014) de Andrea Di Stefano con Josh Hutcherson, Benicio del Toro, Brady Corbet, Claudia Traisac, Carlos Bardem, Ana Girardot, Laura Londoño, Micke Moreno, entre otros.   

Película de suspense que sigue a un canadiense que viaja a Colombia en busca de tranquilidad, pero se enamora de nada más ni nada menos que la sobrina de Pablo Escobar, el narcotraficante más poderoso de la historia; por lo que esta película da una idea de cómo pudo ser vivir siendo parte de su familia y/o “asociado” 

De esa manera que descubre que la vida es barata, la confianza es escasa y el poder lo es todo; y te deja con preguntas como: 

¿Vale la pena el sacrificio de la familia, la sencillez y la libertad por la riqueza, el poder y el dinero?  

Esta es una historia oscura, sobre quedar atrapado con la gente equivocada y no poder salir; y sobre todo da luces en la idea de involucrarse con un narcotraficante. 

Por ello me sorprendió saber que la película no está basada en una historia real; ya que cuenta una historia muy plausible incluso en sus más mínimos detalles, basada en lo que ahora sabemos sobre Pablo Escobar y su imperio criminal; por lo que basar esta película en una persona real y eventos reales, pero centrarse en una trama principal ficticia, deja al guionista y director, Andrea Di Stefano, libre para ser tan creativo como quiera con la historia, ¡y qué hilo ha hilado!  

La película comienza con intensidad, permite un buen desarrollo de personajes principales; y luego evita clichés que se encuentran en muchas películas de este tipo; al tiempo que la audiencia se educa un poco, brinda un romance sincero y una lucha desgarradora por la supervivencia. 

En su debut como director, Di Stefano afirmó que “la idea surgió de 3 frases que escuché de un oficial de policía acerca de un joven italiano que fue a Colombia para encontrarse con su hermano, de alguna manera se hizo cercano a la familia Escobar, y luego se metió en problemas.  

El director nos brinda así un drama absorbente y lleno de suspenso sobre el tráfico de drogas, donde la idea de quién es el personaje principal recuerda a filmes como “The Godfather” pues la película cierne sobre todo lo que le sucede a un personaje en apariencia menor que es el verdadero protagonista. 

Y es difícil saber si la película se basa en hechos reales... pero de cualquier manera, la película fácilmente podría tener cierto parecido con la realidad, ya que todos saben quién fue Pablo Escobar, y cuán despiadado fue. 

Técnicamente, Di Stefano muestra algunas habilidades reales como director en la secuencia central, e impresionantemente extendida en la acción y el suspenso que traspasa la pantalla; pero lo mejor de la película es el esfuerzo del reparto en hablar español, ese simple hecho da una credibilidad arrolladora. 

Aunque la tensión proviene de no saber nunca si el amor del protagonista por su chica, será lo suficientemente fuerte como para soportar vivir con uno de los tipos más peligrosos de la tierra en ese momento, o si va a escapar de lo obvio, eligiendo el camino equivocado.   

Y para achacarle algo, creo que esta hubiera sido una gran película si no hubiera tenido el título de “Escobar” porque como dije, realmente no es una película sobre él; es como imaginar casarte con un miembro de su familia cuando parecía que el mundo es tuyo. 

Del reparto, el filme le pertenece a Josh Hutcherson como Nick Brady; un personaje ficticio que se sintió tan real que genera empatía y hace que nos preocupemos por él. 

El actor nos da esperanzas para las futuras películas con su gran talento a pesar de su moderada perspectiva; y aquí está encantador y capaz de transmitir mucha tensión dramática, al punto que ayudó al ponerme en su situación. 

Y no me impresionó la actuación de Benecio Del Toro, que pensé que era normal considerando la naturaleza de su personaje; pero antes de Javier Bardem, Del Toro da en una actuación imponente y hace que Escobar cobre vida, aunque no se parecen mucho físicamente, pero el comportamiento, el encanto, muy parecido al de una serpiente, uno que no lo puede ignorar... porque este Escobar pasa de ser solo un hombre que tiene inmensas cantidades de dinero a su disposición a alguien que tiene mucho poder a través de los medios más oscuros; y solo ese trasfondo histórico de muchísimo peso, le roba las escenas al protagonista, y es ahí donde se genera mucha tensión. 

También, Del Toro convierte a Escobar en un terror moderado, cuya capacidad para ordenar asesinatos con facilidad proporciona a la película su principal fuente de pavor; mientras Hutcherson imbuye al personaje de una credibilidad que trasciende las limitaciones del guión. 

Sin olvidarme de Laura Londoño como María Victoria, una niña tan ingenua que uno no puede creer que haya alguien que apruebe que el delito beneficia causas sociales. 

Por tanto, la interacción romántica entre Nick y Maria se vuelve un poco tediosa y redundante debido al hecho de que ambos son extremadamente agradables. 

En definitiva, la película no es una obra maestra épica, no se parece en nada a una película de gran presupuesto de Hollywood y eso es precisamente lo que le da encanto; es una buena película que muestra un período oscuro en Colombia, con la representación de un monstruo en su peor momento, y un par de jóvenes que buscan un futuro en El Infierno, donde no hay final feliz para nadie.   

El final es abierto pero brutal, desesperado, angustiante y horroroso, que va como anillo al dedo en su mensaje moral: 

Es un retrato de lo que sucede cuando el mal gana el poder supremo y se convence a sí mismo de que es bueno. 

“Nadie se escapa de Pable Escobar” 

RECOMENDADA. 




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