Loving Pablo

Terminando de ver “Loving Pablo” (2017) de Fernando León de Aranoa con Javier Bardem, Penélope Cruz, Peter Sarsgaard, Julieth Restrepo, Óscar Jaenada, David Ojalvo, David Valencia, Lillian Blankenship, Giselle Da Silva, Nathan Cooper, Pedro Calvo, Manuel José Chaves, Joavany Alvarez, Mark Basnight, Diego Landaeta, Mihail Stoyanov, entre otros.  

Drama español, basado en el libro “Amando a Pablo, odiando a Escobar” (2007) de Virginia Vallejo; una historia de amor con múltiples facetas, y una biografía íntima y personal del legendario criminal Pablo Emilio Escobar Gaviria, el capo de la droga de Colombia y narcoterrorista fundador y líder en solitario del Cartel de Medellín, que monopolizó el tráfico de cocaína hacia EEUU en la década de 1980 y principios de 1990. 

Apodado “El Rey de La Cocaína", Escobar fue el criminal más rico de la historia, habiendo acumulado un patrimonio neto estimado de $30 mil millones en el momento de su muerte, equivalente a $64 mil millones en 2021; que mientras que su cartel de la droga; pero también el libro es un documento histórico sobre terribles tragedias colombianas en la segunda mitad del siglo XX, plagado de reveladores hechos de corrupción política. 

La acción inicia en 1981, cuando Virginia Vallejo, una famosa periodista colombiana y presentadora de noticias de televisión, es invitada a una fiesta VIP en el rancho de Pablo Escobar, un hombre de baja cuna que ganó dinero y poder con el narcotráfico junto a sus amigos, convirtiéndolos en la “nueva generación de ricos” del país.  

De esa manera, seducida por su carisma, su dinero y su poder, Virginia comienza una apasionada historia de amor con Escobar, a pesar de que es un hombre de familia, casado con María Victoria.  

Al tiempo que a lo largo de los años 80, Escobar se vuelve famoso en su intento de mejorar la vida de la gente humilde de Medellín, y criar una carrera política en el congreso de Colombia, Virginia comienza a comprender el poder real de Escobar controlando un imperio del crimen, y extendiendo su droga por todo EEUU. 

Los hechos provocan que un agente de La DEA se interese en Escobar y en Virginia, buscando una manera de detenerlo.  

Pero Escobar inicia una guerra en el país para eliminar a todos sus enemigos, políticos y no políticos, desatando su sed de sangre y su ambición de gobernar todo; y Virginia, al ver que su carrera y su reputación son destruidas por Escobar, se enfrenta a una situación extrema:  

Morir a manos de Escobar o de sus enemigos como un acto de represalia, o salvarse ayudando a La DEA a detener a Escobar antes de que él la mate. 

Y la guerra de los narcos contra el Gobierno se tornó violenta y sádica; y tras sendos intentos de negociación y múltiples secuestros y asesinatos selectivos de jueces y funcionarios públicos; en 1989, El Cartel de Medellín con Escobar al mando, declaró la guerra total contra El Estado; por lo que organizó y financió una extensa red de sicarios, fieles a su mando, que asesinó a personalidades clave para la institucionalidad nacional y perpetró actos terroristas indiscriminados con el empleo de coches bomba en las principales ciudades del país, que desestabilizaron al mismo, puso a las autoridades “de rodillas”, y que lo convirtió en el criminal más buscado a comienzos de los años 90. 

Detenido, momentáneamente... tras su escape de su propia prisión, “La Catedral”, el gobierno conformó el denominado “Bloque de Búsqueda” para recapturarlo y tras 17 meses de intenso rastreo, fue tiroteado en un tejado de un exclusivo sector de Medellín, a los 44 años de edad, el 2 de diciembre de 1993.  

Pablo Escobar fue responsable del asesinato de 657 policías entre 1989 y 1993, y de feroces enfrentamientos contra El Cartel de Cali, los paramilitares del Magdalena Medio y finalmente Los Pepes. 

La historia Escobar es cautivadora porque es intensa y llena de suspenso; y el guión de esta película es aceptable, la dirección es buena, además de la fotografía, y existe una amenaza constante de peligro para todos los personajes involucrados. 

La película sigue una línea de tiempo única, y se centra en cómo Escobar trata con su familia, amigos, negocios y sobre todo mujeres; la vida en su hogar, en prisión, con amigos, familia y su muerte es realmente impresionante. 

Del reparto, a lo largo de los años, Javier Bardem ha sido abordado en numerosas ocasiones para interpretar a Pablo Escobar, y él los rechazó... 

Hasta esta producción, donde quedó convencido por el enfoque, ya que retrata a Escobar como “un ser humano” en lugar de un malvado unidimensional; y por enésima vez, sorprende la capacidad de Bardem para acercarse al mal, pues ofrece una actuación espectacular, mostrando una transformación física extrema, dando un retrato violento del atroz cabecilla que desata su sed de sangre y su ambición de gobernar todo.  

Y la narradora, Penélope Cruz como Virginia Vallejo... pues ella es casi la que destapa toda la historia, desde su punto de vista, por lo que el filme no es una biografía, y el filme logra concluir que Vallejo fue una arribista que nunca supo dimensionar el alcance de Escobar en la vida de muchísima gente. 

Ella, inclusive queda “mal parada” 

Por otro lado, Peter Sarsgaard como Shepard, basado en Steve Murphy, es un personaje muy secundario, que hasta se puede decir no está del todo desarrollado. 

Y la esposa de Escobar, Juliet Restrepo, junto a sus hijos, sufren los destellos de cómo El Capo manejaba a su personal y sus negocios: 

Despiadado e intimidante. 

Pero el director dedica bastante tiempo a la relación entre Escobar y Vallejo; y la razón por la que esto funciona se debe a la conexión en pantalla/y fuera entre los actores principales, Javier Bardem y Penélope Cruz, una pareja casada en la vida real, por lo que vemos las chispas y sentimos la energía sexual entre ellos; y de esa manera muestran su talento actoral a medida que los tiempos se ponen difíciles... ella temía por su vida; él tan desafiante y tan frío como siempre... 

Si se le puede achacar algo, es que la película no es una biografía completa, algunos personajes clave, como la esposa, no están bien desarrollados y lo principal, al ser una producción española, hubiera sido mejor hablada en español. 

Porque lamentablemente me perdí mucho de lo que se dijo porque Javier Bardem solo murmura durante todo el asunto; y es que los actores españoles hablaran mal inglés en una historia que se supone que tiene lugar en un país de habla hispana con personajes de habla hispana... sobre un personaje hispano... es un misterio para mí; pero ya sabemos que todo se debe al mercado hollywoodense. 

En el fondo, el legado de Pablo Escobar sigue siendo controvertido: 

Si bien muchos denuncian la naturaleza atroz de sus crímenes, muchos en Colombia lo veían como una figura “parecida a Robin Hood”, ya que brindaba muchas comodidades a los pobres... 

¿El precio, lo sabrían? 

Y para sensacionalizar el personaje de Escobar, los guionistas ficcionaron muchos hechos históricos, ignoraron la corrupción presidencial, y realizaron representaciones despectivas o villanas de Vallejo, donde el amor profundo y el respeto mutuo entre la pareja están ausentes, junto con la elegancia y el sentido de “dignidad” de Vallejo en la vida real. 

Por ello, los productores crearon una adaptación completa con escenas y personajes de ficción, como ese agente de La DEA o un ex marido cirujano plástico que nunca existió... 

En la vida real, Vallejo y Escobar se conocieron en 1982, cuando ambos tenían 32 años, y nunca conoció a ningún oficial de La DEA hasta que llegó a Miami en 2006. 

Ella nunca fue despedida para ser reemplazada por un presentador más joven, ni amenazó a sus directores ni a nadie.  

No vivía en Colombia durante los atentados y secuestros de Escobar, y nunca visitó a Escobar en la prisión La Catedral.  

De hecho, Vallejo había terminado su relación con Escobar en 1987, nunca lo volvió a ver, y pasó los años siguientes en Alemania.   

Pero sobre la relación de Pablo Escobar y Los Carteles de Medellín y Cali con los presidentes Álvaro Uribe Vélez, Alfonso López Michelsen y Ernesto Samper Pizano, con agencias gubernamentales y con dictadores caribeños... el filme es casi nulo aunque el libro sí lo explora. 

Y es gracias a esas revelaciones de la periodista, que la justicia colombiana reabrió los llamados “Casos del Siglo”: 

La toma del Palacio de Justicia cometida por el M-19 en noviembre de 1985, seguida de una masacre de más de 100 personas y 11 magistrados de La Corte Suprema de Justicia cometida por el ejército; y el asesinato de Luis Carlos Galán en agosto de 1989. 

Fue hasta el 3 de junio de 2010, que el gobierno de EEUU otorgó asilo político a Virginia Vallejo bajo los preceptos de La Constitución de los Estados Unidos, La Convención de Ginebra contra La Tortura y La Declaración Universal de los Derechos Humanos. 

La decisión del juez se basó en la carrera de Virginia Vallejo como periodista; sus testimonios bajo juramento en casos criminales históricos que resultaron en largas condenas; su descripción de atrocidades y masacres en su libro, y en el tribunal; las amenazas que recibió de miembros del gobierno colombiano y de los paramilitares; y la difamación de la autora en cientos de páginas Internet de los medios propiedad de familias presidenciales, o poderosos asociados; todo ello documentado en cientos de páginas que reposan en La Corte de Inmigración de Miami, y que posteriormente fueron retiradas de Internet. 

Y respecto a la película, los mismos periodistas que habían trabajado con Vallejo en Colombia, no podían entender, por qué Penélope Cruz había cambiado por completo la historia para hacer un retrato tan despectivo de Vallejo; a lo que Bardem explicó: 

“El pueblo colombiano le había pedido que no glamorizara a Escobar”; pero Vallejo explicó que detrás de sus representaciones difamatorias, no solo estaban las acusaciones que había hecho contra miembros del gobierno colombiano y la familia Santos, sino también los millones de dólares que los productores de televisión y cine habían recibido del gobierno de Juan Manuel Santos Calderón, gracias a una ley de cine que había creado en 2012 para promover a Colombia como destino turístico. 

No es casual que en América Latina, incluida Colombia, el título de la película se cambió a “La Traición de Escobar”, posiblemente “para distanciar” la narrativa ficticia de León de Aranoa de los eventos de Vallejo descritos en su libro. 

Total, la realidad nos dice que poco después de la muerte de Escobar y la posterior fragmentación del Cartel de Medellín, el mercado de la cocaína quedó dominado por el rival, El Cartel de Cali hasta mediados de la década de 1990, cuando sus líderes fueron asesinados o capturados por el gobierno colombiano.  

La imagen de “Robin Hood” que Escobar había cultivado, mantuvo una influencia duradera en Medellín; tanto que muchos allí, especialmente muchos de los pobres de la ciudad a quienes Escobar había ayudado mientras estaba vivo, lloraron su muerte; y más de 25,000 personas asistieron a su funeral; de hecho, algunos lo consideran “un santo y le rezan para recibir la ayuda divina”; y entre los mitos sobre la muerte de Escobar figura uno que dice que “no murió, que contrató a un doble y que está escondido disfrutando de su dinero”   

Pero la prensa y el Gobierno consideraron su muerte un triunfo en la lucha contra las drogas, y el principio del fin del tráfico de estupefacientes, lo que no ha sucedido hasta la fecha. 

Hoy en día, guerrilleros, paramilitares y grupos de delincuencia organizada se disputan el negocio del narcotráfico.  

Por su parte, la viuda de Escobar, María Henao, ahora María Isabel Santos Caballero; su hijo Juan Pablo, ahora Juan Sebastián Marroquín Santos; y su hija Manuela, huyeron de Colombia en 1995 después de no encontrar un país que les concediera asilo... hasta que se afincaron en Argentina; y a pesar de las numerosas y continuas infidelidades de Escobar, María siguió apoyando a su esposo.  

Esa actitud resultó ser la razón por la que El Cartel no la mató a ella ni a sus hijos tras la muerte de Pablo, aunque el grupo exigió y recibió millones de dólares en reparaciones por la guerra de Escobar contra ellos.  

Henao incluso negoció con éxito por la vida de su hijo, al garantizar personalmente que no buscaría venganza contra El Cartel, ni participaría en el tráfico de drogas. 

Y Virginia Vallejo García... vive con 71 años... 

“Loving Pablo” es en realidad solo una dramatización de uno de los narcotraficantes más infames y exitosos que hemos visto, no es un hombre del que realmente nos interese aprender; sin embargo, dado que gran parte de esto se cuenta a través de los ojos de Virginia Vallejo, al menos obtenemos una perspectiva algo humana y personal. 

“Me pidió que le contara su historia; simplemente no me dijo a quién contárselo” 

RECOMENDADA. 






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