The Children's Hour

“Different”

¿Hasta qué punto puede un rumor, infundado o no, destruir las vidas de las personas?
¿Hasta qué punto tenemos que negarnos a aceptar lo que somos por lo que piensen un puñado de pueblerinos mojigatos?
¿Será verdad eso de que los niños y los borrachos nunca mienten, por muy perversos que sean los niños y muy borrachos que estén los borrachos?
Se dice que Hollywood es una fábrica de ilusiones, pero el término ilusión puede verse como percepción distorsionada de la realidad o esperanza infundada.
La esperanza infundada de los censuradores y productores de Hollywood de que todas sus estrellas fuesen heterosexuales, católicos, apostólicos y romanos.
Como en las películas, los rumores sobreviven a la propia vida del actor o actriz.
Parece no tener marcha atrás, porque cuando se lanza un rumor, aunque se demuestre lo contrario siempre quedará un atisbo de duda.
La calumnia consiste en la imputación falsa a una persona de la comisión de un hecho que la ley califique como delito, a sabiendas de que éste no existe o de que el imputado no es el que lo cometió.
En realidad no es más que un supuesto agravado de la injuria, pero su naturaleza la emparenta más con los delitos contra la Administración de Justicia que con las infracciones contra el honor.
Su parentesco morfológico con la acusación y denuncia falsas es evidente.
La plena relevancia en la calumnia de la exceptio veritatis prueba lo afirmado.
Sin embargo, el legislador la incluye entre los delitos contra el honor, y ya existe el delito de acusación y denuncia falsas como delito contra la Administración de Justicia, es por ello necesario realizar un análisis detallado de la misma.
Es necesario que la persona interesada participe en el juicio a través de una querella y se convierta en demandante.
Por otro lado, el juicio funcionará muy parecido a un juicio del orden civil, con parte demandada y demandante y con la posibilidad de que se llegue a un acuerdo o de que exista el desistimiento.
Por su parte, Chantaje o extorsión es la amenaza de difamación pública o daño semejante para obtener algún provecho pecuniario o material de alguien u obligarlo a actuar de una determinada manera.
Siguiendo los conceptos importantes de analizar, tenemos el acoso escolar, también conocido como hostigamiento escolar, matonaje escolar, matoneo escolar o por su término inglés bullying, y es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado.
Los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen ser niños en proceso de entrada en la adolescencia o niñez, es decir, entre los 7 y 13 años, siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas.
Por último, el lesbianismo es el término empleado en español para hacer referencia a la homosexualidad femenina.
La palabra lesbiana se utiliza para hacer referencia a una mujer homosexual, es decir, una mujer que se identifica a sí misma, o a la que otros caracterizan, por su deseo hacia otras mujeres.
A finales del siglo XIX los sexólogos publicaron sus observaciones sobre el deseo y conducta hacia personas del mismo sexo y distinguieron a las lesbianas en la cultura occidental como una entidad distintiva.
Desde entonces los historiadores han reexaminado las relaciones entre las mujeres y cuestionan qué es lo que hace que una mujer o una relación puedan calificarse de lesbianas.
El resultado de este debate ha introducido tres componentes a la hora de identificar a las lesbianas:
Conducta sexual, deseo sexual, o identidad sexual.
Las mujeres que se consideran ser lesbianas o sentir atracción por personas de su mismo sexo, aclaman que es algo totalmente natural para ellas, que lo han sentido desde que están pequeñas, pero el miedo hacia la discriminación de la sociedad les hace difícil aceptarlo pues creen que están mal, por eso muchas mujeres parecen ser heterosexuales cuando en realidad son lesbianas de nacimiento.
Muchos psicólogos alrededor del mundo dicen que es algo completamente natural ser homosexual y/o heterosexual.
El lesbianismo explícito o sugerido aparece muy pronto en la filmografía.
Las lesbianas serán representadas en el cine de la misma forma que la literatura de la época.
Curiosamente los argumentos con mujeres que desafiaban los roles femeninos eran más fácilmente aceptados por la audiencia que el de los varones que transgredieran los masculinos.
A partir de 1930 el Código Hays censuró la mayoría de las referencias a la homosexualidad en las películas producidas en Hollywood, prohibiendo la representación de «perversiones sexuales», por lo cual el lesbianismo será eliminado de las películas e incluso de las adaptaciones de obras literarias con tramas lésbicas o personajes que son lesbianas declaradas.
“You're guilty of nothing!”
The Children's Hour es una película estadounidense de 1961, del género drama psicológico, dirigida por William Wyler, interpretada por Audrey Hepburn, Shirley MacLaine, James Garner, Miriam Hopkins, Fay Bainter, Karen Balkin, Veronica Cartwright, Mimi Gibson, Debbie Moldow, Diane Mountford, William Mims y Sally Brophy.
Está basada en la obra teatral “The Children's Hour” (1934) de Lillian Hellman.
Hellman a su vez se basó en un caso ocurrido en Escocia en 1810, cuando una alumna acusó de lesbianismo a sus profesoras.
Esto llegó a oídos de la abuela que propagó la calumnia, lo cual provocó la ruina de la escuela.
The Children's Hour obtuvo 5 nominaciones a los Oscar como actriz de reparto para Fay Bainter, dirección artística, cinematografía, vestuario y sonido.
William Wyler realizó una versión anterior de la misma obra de Lillian Hellman bajo el título “These Three” en 1936.
La aplicación del Código Hays se relajó alrededor de 1961, cuando William Wyler volvió a adaptar The Children's Hour con Audrey Hepburn y Shirley MacLaine.
En ella después de que el personaje interpretado por MacLaine admite su amor por el de Hepburn se suicida ahorcándose, siendo uno de los primeros ejemplos de la costumbre que se asentará durante mucho tiempo de finalizar de forma infeliz todas las historias homosexuales.
William Wyler, para recibir la aprobación de la Motion Picture Production Code, cortó numeroso material que hacía referencia implícita y explícita a la homosexualidad de Martha (MacLaine), pues en ese entonces, estaba prohibida cualquier referencia a la homosexualidad.
El director aborda una temática álgida, más aún por la época de realización del filme, como es la homosexualidad vista desde una mirada ultraconservadora de una sociedad muy susceptible a los escándalos sexuales.
The Children's Hour es una de las primeras películas hollywoodienses que tratan el tema del lesbianismo y, desde luego, de una forma muy oblicua.
The Children's Hour nos cuenta cómo una aparente y simple mentira de una niña puede ocasionar daños irreparables en las víctimas de la misma.
The Children's Hour está interpretada por dos grandes actrices como son Audrey Hepburn y Shirley MacLaine, quienes ofrecen dos interpretaciones dignas de premios Oscar.
Podemos resaltar el gran trabajo con el manejo de la cámara y de las selecciones de ángulos que ayudan al espectador a digerir las emociones de los actores, sobre todo en los primeros planos que dejan al descubierto las mejores expresiones de los intérpretes.
The Children's Hour es un muy buen trabajo cinematográfico poseedor de una historia contundente y que su punto más luminoso sin lugar a dudas son las interpretaciones que por momentos parecen estar por encima de la propia película.
The Children's Hour nos muestra los nocivos efectos de una calumnia que cae en "territorio fecundo y fértil" para provocar mucho daño en el honor de dos maestras de escuela que son humilladas cruelmente por una sociedad puritana que no mide las consecuencias de sus acciones.
La historia se remonta a los años 30 en dónde la homosexualidad no solamente estaba condenada moralmente, sino que también estaba penada en algunos estados norteamericanos en donde transcurre la historia, así mismo, no era lo mismo que una relación homosexual entre dos hombres que en dos mujeres, este último caso era peor visto y más cuando las involucradas eran maestras de una Institución de Enseñanza.
Hay un juicio en The Children's Hour en el que ambas quedan libres de cualquier cargo, pero la duda queda flotando como ave de rapiña y se instala en todos.
Pero William Wyler no sólo se limita a mostrar una historia que critica la exacerbada y escrupulosa moralidad de la sociedad de antaño, sino que también nos ofrece una película con algunos giros sorpresas que por un lado sorprenden al espectador y por el otro le dificultan al mismo poder tomar partido para formar una opinión crítica sobre qué es lo que está bien y lo que está mal en el relato presentado.
Así las cosas, la trama se centra en Karen Wright (Hepburn) y en Martha Dobie (MacLaine) que son dos buenas amigas y socias que dirigen una exclusiva escuela privada para niñas, la Escuela Dobie-Wright.
Karen está prometida con el doctor Joe Cardin (Garner), con el que pretende casarse pronto, aunque Martha le insiste en retrasar la boda, para no acabar sola al frente de la escuela.
Mary Tilford (Balkin), se destaca por ser una niña especialmente traviesa, desobediente y mentirosa, y con frecuencia conduce a las otras chicas en problemas; despechada por un castigo que ha recibido, oye por casualidad un comentario y lo utiliza, distorsionándolo ante su abuela, para acusar a las profesoras de ser amantes.
Aquí hay que hacer notar que las niñas tenían acceso a literatura para adultos, lo cual ayudó a satanizar las ideas de Tilford.
Entonces, el escandaloso rumor se extiende rápidamente por el resto de los padres y tutores, y pasadas veinticuatro horas la escuela se queda sin alumnas.
Pronto Karen y Martha se enterarían del contenido de la calumnia levantada.
El internado se vacía y la comunidad les cierra todas sus puertas.
Ni siquiera pueden pasear.
Los extraños merodean por el colegio, con una mezcla de desprecio y obscena curiosidad.
La escuela ya no es un espacio de aprendizaje, sino una cárcel.
Probablemente, Hellman pretendía extender la metáfora a la totalidad de la sociedad norteamericana.
Para cuando la verdad se descubra las profesoras habrán cerrado la escuela, habrán perdido un juicio por difamación, con el ánimo por el suelo y el proyecto de matrimonio habrá fracasado.
Finalmente, una de las profesoras tomará una decisión tras confesar que, si bien las afirmaciones de la alumna eran falsas, en realidad albergaba secretamente sentimientos homosexuales hacia su compañera.
The Children's Hour es una original historia de intensa amistad de dos mujeres que llevan toda su vida conviviendo en un proyecto común de vida, en el ejercicio entusiasta de una profesión tan noble como la enseñanza, pero es también un relato de amor triangular en el que los silencios y los gestos reflejan el miedo de los protagonistas a hablar en voz alta de sus sentimientos.
En el mundo de hoy algunos de los temas que se plantean en la función han sido superados por la mayor libertad en las costumbres.
Pero el temor a la diferencia, la culpa que provocan los sentimientos que no acaban de reconocerse, las duras repercusiones de una calumnia, permanecen con creciente actualidad en un momento en que la canalización de estos asuntos puede hacer creer que sus verdaderas aristas han desaparecido.
Es enjundiosa la descripción de la psicología de los líderes dominantes.
Denuncia los manejos que éstos componen mediante combinaciones de intolerancia, ausencia de escrúpulos y ofertas de ayuda compasiva a destiempo.
Contrapone la altivez y el cerrilismo de los poderosos con la sinceridad y el sentido de la dignidad de las personas dependientes.
Es portentosa la suma de planos que muestran a los poderosos como figuras estáticas, desprovistas de lenguaje, razón y vida.
Yo consideraría a The Children's Hour como una más sobre "el niño maldito" que provoca desastres en el mundo de los adultos y sus prejuicios, haciendo emerger la horrible sensación de impotencia en el espectador al ver la solapada "maldad" encarnada en una apariencia angelical.
The Children's Hour es un excelente drama social en el que todos los actores están perfectos en sus papeles.
Audrey Hepburn y Shirley MacLaine haciendo dos papeles muy arriesgados para la época y en especial MacLaine, alejándose de la caricatura para hacer un retrato cercano y humano.
William Wyler, quien trabajó varias veces con la inolvidable Audrey, supo capturar la feminidad de la actriz, su elegancia innata y distinción, en cambio a Shirley MacLaine, le dio un giro más masculino, logrando recrear así un clima tenso con pequeños detalles que sumergen al espectador en una indignación absoluta…
MacLaine simplemente se sale, está maravillosa, creíble, emotiva.
La escena en que Shirley MacLaine toca ligeramente con la mano a Audrey Hepburn... ese escalofrío que siente al darse cuenta de sus verdaderos sentimientos “prohibidos”... es bestial!!!
Esa escena casi al final con Hepburn es sencillamente impresionante.
Junto a ellas tenemos a una excepcional Karen Balkin, en su primera y última película, en el papel de Mary Tilford quien logra una interpretación sorprendente como la pequeña malvada que con sus mentiras destruye la vida de sus profesoras, la simple mirada de la joven Mary destila puro veneno.
La niña que con su infame mentira desencadena todo el drama está perfectamente elegida.
¡Cómo llegas a odiarla y qué ganas de borrarle la cara de un guantazo!
Wyler transforma a la niña en un ser grotesco, de una perversidad infinita.
Lejos de la contención impuesta al resto de los actores, Wyler aplica una distorsión sistemática, que se aleja de cualquier planteamiento naturalista.
La niña sobreactúa porque sus actos son monstruosos, casi inverosímiles.
La niña es el rostro desnudo de una comunidad ferozmente intolerante, que sin embargo alienta oscuras perversiones.
El acoso que sufren las maestras después del escándalo refleja las pulsiones reprimidas por un puritanismo en conflicto con sus propias normas.
La abuela Amelia Tilford (Bainter) aparenta una serenidad que se desmorona al descubrir la verdad.
Su leve caída al intentar subir unas escaleras simboliza las dudas de una burguesía que empieza a cuestionarse sus principios.
Pero solo uno de los actores consiguió una nominación al Oscar y fue Fay Bainter, que consiguió una nominación interpretando a la abuela que pone en alerta a los demás padres.
Wyler, meticuloso en cada encuadre, cambia de procedimiento cuando se ocupa de Karen y Martha.
Después de perder el juicio por difamación, las escaleras ya no son un hervidero de niñas y los columpios apenas se balancean impulsados por un viento otoñal.
Los interiores se han oscurecido y los árboles comienzan a perder sus hojas.
La tristeza de Karen contrasta con la desesperación de Martha, que se enfrenta a sí misma.
Karen ha perdido su trabajo y al hombre que amaba, pero Martha sufre algo mucho peor.
Ya no puede esconder durante más tiempo el amor que experimenta hacia Karen.
“Yo te quiero”, confiesa, “pero te quiero como piensan los demás.
Siento esto desde la universidad”
Karen no manifiesta ninguna clase de rechazo.
Al revés, actúa con ternura y, tras intercambiar unas palabras afectuosas, sale a pasear por los jardines, tal vez a manera de reflexión interna, a sí misma.
La cámara sigue sus pasos, con aparente tranquilidad.
En cierta manera, Karen parece menos desdichada.
Sin embargo, su paseo se convertirá en desesperada carrera al intuir que algo marcha mal.
Los diez minutos finales, Karen volviendo a casa corriendo con un frenético montaje, subiendo las escaleras hasta llevarnos a dos planos muy violentos, la sombra, la cuerda, la puerta, la silla...
Más tarde en el entierro está muy bien la escala que hay entre la comunidad y Karen, y el árbol que separa a la pareja en uno de los últimos fotogramas.
Martha toma una decisión para castigar a la sociedad que la vilipendia, un poco en la línea de un “mirad lo que habéis conseguido”
Entonces, The Children’s Hour finaliza con Karen, abandonando el recinto del colegio.
Un contrapicado muestra su rostro recortándose sobre un cielo donde el sol parpadea detrás de las hojas de los árboles.
Karen abandona la comunidad con un sentimiento de liberación.
Ya no se preocupará de las apariencias ni de las calumnias.
Ahora sólo le interesa descubrir lo que hay en su interior.
En efecto, The Children's Hour deja un final abierto y cordial tras la rehabilitación pública de las dos profesoras, pero que obviamente solo disfrutará una de ellas.
The Children's Hour es una combinación de sentimientos:
El daño que se puede llegar a causar debido a un rumor incierto que promueve una niña mimada y caprichosa que lo único que busca es llamar la atención, vengarse y hacer daño como el demonio mismo.
La intolerancia de la gente hasta el extremo ante algo tan ¿normal?, por lo menos, para mí lo es.
El rechazo debido al "rumor" de su entorno hasta el límite del abandono y la soledad, como si ambas fueran unas apestadas.
La ignorancia de pensar que sólo por acercarse se le pueden "contagiar" de algo horrible.
La decepción que se siente con las personas que creías cercanas al descubrir que ya no te miran con los mismos ojos que antes, aunque en el fondo, sigues siendo la misma persona.
La vergüenza, la culpa, el qué dirán, la propia homofobia interiorizada...
El dolor producido por "sentir" con toda tu alma y a la vez "sufrir" por tener que encarcelar tus sentimientos.
La impotencia de no poder hacer nada frente a la situación.
El sentir que no hay salida y que nada volverá a ser como antes.
Las mentiras que esconden verdades.
El sentimiento de angustia, la soledad y la dignidad.
Más terrible aún es que en cincuenta años desde el rodaje de The Children's Hour, apenas hayan cambiado las cosas y hoy se siga pornografiando, para deleite popular, los sentimientos más íntimos de las personas, preferencias sexuales y demás asuntos de alcoba como si de asuntos de Estado fuere.
Todos hemos amado, hemos mentido y nos han mentido, hemos guardado rencor y hemos perdonado.
Nadie está exento de los sentimientos humanos más primarios, pero una mentira puede acabar con todo, incluso con la vida de quienes son engañados, y lo que es más irracional todavía, que la infamia, el odio y la maldad puedan encubrirse en la piel de un niño, en los actos que dentro de la falsa inocencia hacen pedazos la vida de otros seres humanos, en sentirnos amados cuando la verdad es que nos mienten, en alzar un monumento al olvido, cuando sabemos que nunca podremos olvidar, o extrañaros del comportamiento de otras vidas, por el simple hecho de que no está dentro de unas normas establecidas.
Nadie está exento del blanco cruel, porque la mentira puede presentarse de mil formas, intentando sin conseguirlo destruir la vida de quien en otra ocasión amó desmesuradamente su pútrido sonido.
Para mí el tema principal no es el que subyace en la trama, sino el poder destructor que puede tener una mentira.
Alguien inventa una infame falacia sobre una persona y de un plumazo puede acabar con su buen nombre y destrozar su vida, con la mayor impunidad y, a veces, sin el menor remordimiento.
Luego, incluso aunque haya rectificaciones y disculpas públicas, ya no es igual, porque el mal está hecho.
Creo que fue Maquiavelo quien dijo la famosa frase:
“Calumnia, que algo siempre queda”
The Children's Hour siendo una película de principios de los años sesenta, no juzga la homosexualidad sino a la falsa moral.
También es reseñable que cuando Karen sabe la verdad sobre Martha, no la condena.
Karen siempre la respetará y la querrá de la misma manera.
Su amistad no cambia por el hecho de que ella sea lesbiana, todo dicho de forma tan sutil que puede escapar del visionado
The Children’s Hour es una defensa incondicional de la libertad en una época, donde el aire aún seguía contaminado por las miasmas del macartismo.
Wyler nos recuerda que el amor sólo debería depender de la voluntad de los amantes.
El amor no necesita la aprobación de la sociedad.
El amor se basta a sí mismo y sólo debería luchar con su propia carga de incertidumbre.
The Children's Hour es una gran cinta sobre el poder destructor de la mentira y la difamación, los prejuicios y la intolerancia, la homofobia, el facilismo a la hora de juzgar al otro, el egoísmo y la mentalidad conservadora a ultranza...
The Children's Hour es un retrato atemporal del ser humano, con sus culpas, sus secretos y sus mezquindades.

“God will punish you”


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