Swordfish

“Log on.
Hack in.
Go anywhere.
Steal everything”

En informática, un hacker es una persona que pertenece a una de estas comunidades o subculturas distintas pero no completamente independientes.
El hacker es un apasionado por la seguridad informática.
Esto concierne principalmente a entradas remotas no autorizadas por medio de redes de comunicación como Internet ("Black hats"), pero también incluye a aquellos que depuran y arreglan errores en los sistemas ("White hats") y a los de moral ambigua como son los "Grey hats"
En la actualidad se usa este término de forma corriente para referirse mayormente a los criminales informáticos, debido a su utilización masiva por parte de los medios de comunicación desde la década de 1980.
A los criminales se les pueden sumar los llamados "script kiddies", gente que invade computadoras, usando programas escritos por otros, y que tiene muy poco conocimiento sobre cómo funcionan.
Este uso parcialmente incorrecto se ha vuelto tan predominante que, en general, un gran segmento de la población no es consciente de que existen diferentes significados.
Mientras que los hackers aficionados reconocen los otros tipos de hackers y los hackers de la seguridad informática aceptan todos los usos del término, los hackers del software libre consideran la referencia a intrusión informática como un uso incorrecto de la palabra, y se refieren a los que rompen los sistemas de seguridad como "crackers", analogía de "safecracker", que en español se traduce como "un ladrón de cajas fuertes"
“Password Accepted”
Swordfish es una película de acción del año 2001, dirigida por Dominic Sena y protagonizada por John Travolta, Hugh Jackman, Halle Berry, Don Cheadle, Vinnie Jones y Sam Shepard; con un guión a cargo de Skip Woods.
Con una estética propia de un videoclip, Swordfish es una curiosa película que a pesar de no ser buena tiene su calidad y su argumento.
Eso sí, poco arriesgado e innovador.
Sin embargo, Swordfish es la clásica cinta de “usar y tirar”, lo mejor es que no pienses en más que en el reaccionario mensaje:
Iluminados que se creen por encima del bien y del mal, se erigen en jueces y ejecutores que no se atienen a poder alguno, lo que se viene llamando ideas fascistas.
En el momento en que Dominic Sena propone Swordfish intenta explícitamente de trasgredir las reglas que impone el mercado de Hollywood y del “mainstream”
Hacia allí está dirigido el monólogo de Travolta al principio, a criticar duramente a Hollywood y las porquerías que el mercado de consumo masivo impone a ciertos directores.
Así las cosas, Stanley Jobson (Hugh Jackman) es un experto en informática que acaba de salir de prisión, y es requerido por el terrorista Gabriel Shear (John Travolta) para que le ayude a decodificar un complicado código de seguridad de una cuenta secreta.
Para ello pretende tener acceso a muchos millones de dólares ilegales que posee el gobierno de los Estados Unidos.
Existe un dinero que no pertenece a nadie, un dinero básicamente sucio.
Así que:
¿Por qué no cogerlo para un buen fin?
Sólo unos pocos hackers en el mundo son capaces de realizar dicho trabajo, y Jobson es uno de ellos.
Pese a que no puede tocar un ordenador, los métodos de Shear obligarán a Jobson a ayudarle en su misión.
En su monólogo primero, ya instalado en papeles "so cool", Travolta menta los muertos de todos aquellos cineastas que intentan desarrollar un discurso existencialista a través del humo de una pipa de agua.
También se habla sobre la necesidad de realismo en la pantalla, y en si el público quiere o no finales felices, lo de "el criminal nunca gana"
Swordfish mantendrá durante todo el metraje un sano sarcasmo autorreferencial sobre todos estos temas, y se burlará en no pocas ocasiones sobre sus asertos iniciales.
La actuación sigue la media en este tipo de filmes y sólo en determinados pasajes llega a demostrar algo distinto el registro de Hugh Jackman, que a mi parecer es quien salva a todo el reparto, por su carisma y su “sex appel” es tan notorio que no va en detrimento de su actuación.
Travolta es un tipo que no termina de convencerme del todo en ningún papel que haya desarrollado hasta ahora, desde “Pulp Fiction” y “Face/Off”, Travolta resulta simple y plano, repitiendo siempre la misma actuación.
Sin embargo, el hecho de que el personaje de Travolta no sea tan malo, sino bueno, sino malo, tiene su parte de gracia y es culpa del guión.
Con suponerse que es un personaje "del lado correcto", está presentado como un auténtico psicópata, con lo cual no deja de quedar patente el sano sentido del humor tanto de la dirección, como del guión.
El secreto de ver Swordfish reside en diferentes aspectos como mirarla hasta el final, darse cuenta de la calidad y originalidad de las escenas, y metiéndose sin criticar sus fallos, ya que no se pretende en ningún momento ser una película ni de informática ni de ingeniería como muchos creen.
Lo mejor de Swordfish es el principio y el final, además de la buena interpretación de Jackman.
Lo peor es, además de Travolta, absolutamente machista, enrevesada y a la vez obvia, con un malo que de tan malo es un cliché.
Swordfish es un ejemplo paradigmático del cine-espectáculo.
No porque alcance la excelencia en sus formulaciones, sino por lo canónico de éstas.
Primeramente ocupa sus primeros minutos con un comienzo impactante que tiene la clara intención de atrapar la atención del espectador.
Este prólogo a su vez está dividido en dos:
En primer lugar, un monólogo a lo "Tarantino" en el que Travolta filosofa sobre cómo debe ser el cine, lo cual no está exento de ironía, y en segundo lugar, una explosión espectacular retratada a través de un maravilloso y cuidado travelling circular, que viene siendo lo mejor de Swordfish.
Swordfish plantea una disyuntiva interesante de como con una máquina y unos pocos conocimientos, o muchos según se mire, se puede manipular la vida de cualquiera.
Swordfish es abiertamente una apología del terrorismo de Estado, y si se hubiera estrenado años después del 11 de setiembre sería objeto de constantes ataques, pifias, insultos y descalificaciones, algo que, sin embargo, ahora podemos hacer, pues la violencia engendra más violencia y así se forma un círculo vicioso que acabará destruyéndonos a todos.

“Once you know the password you can go anywhere”


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