Red River

“Early Tales of Texas”

La dimensión mítica de los primeros exploradores, aventureros románticos, luchadores incansables en un ambiente hostil, conducidos por esa fuerza y vitalidad, ha conducido al hombre a sus más remarcables hazañas y más dolorosas derrotas.
Desde la ruta de la seda, el descubrimiento de América o la llegada a la Luna, el ansia del hombre por conocer territorios inexplorados y establecer allí una nueva vida eleva nuestra condición y abre nuevos caminos a los que vienen detrás, unas veces para bien y otras para mal, con vencedores y vencidos, injusticias, grandezas y miserias.
La Búsqueda no es mala en sí misma, pero a menudo no hemos sabido qué hacer con lo que hemos encontrado.
Cuando se habla de los años 40 en el cine, o bien cuando se habla del western, la verdad es que uno no sabe muy bien que decir.
Sobre todo porque se ha dicho todo ya.
Si lo denominan la “Época Dorada” del cine, por algo será.
“Among the annals of the great state of Texas may be found the story of the first drive on the famous Chisholm Trail.
A story of one of the great cattle herds of the world, of a man and a boy, Thomas Dunson and Matthew Garth, the story of the Red River D”
Red River es un western producido y dirigido por Howard Hawks en 1948.
Protagonizada por John Wayne, Montgomery Clift, Walter Brennan, Joanne Dru, John Ireland, Coleen Gray, Harry Carey, Noah Beery Jr., Harry Carey Jr., Paul Fix, Mickey Kuhn, entre otros.
Red River obtuvo 2 nominaciones al Oscar como mejor guión y mejor montaje.
El estupendo guión corresponde a Borden Chase y Charles Schnee, mientras que la música es obra de uno de los más fieles colaboradores de Hawks, Dimitri Tiomkin.
La épica del relato se basa en las dimensiones y el dramatismo del esfuerzo humano que supone la aventura pionera de abrir la ruta ganadera Chisholm Trail entre Texas y Kansas, hecho real, y en la gesta de trasladar en un único viaje 9 mil cabezas de vacuno.
Red River ocupa el puesto número cinco entre los mejores western de la historia del cine, según el American Film Institute.
Red River es una historia real de cowboys y de la dura, peligrosa vida que soportaban.
La producción y dirección de Howard Hawks le otorga una magnífica interpretación a la historia de la formación del oeste estadounidense.
Red River es un western épico que desarrolla una odisea vaquera, la de transportar ganado a lo largo de todo el país desafiando a indios y cuatreros, al cansancio y a los desertores del proyecto.
En esta aventura que va de menos a más, hay tiempo para abordar las enseñanzas de un experto a un aprendiz, en una extraña relación parecida a la de un padre con un hijo adoptivo, de dejar de lado e inclusive pelearse por un amor y de resignar el acomodo por una causa ambiciosa, de ir curtiéndose gracias a la superación de obstáculos, de luchar desenfrenadamente por un ideal económico.
Red River no tiene demasiada intensidad en tiroteos ni desarrollo de villanos en forma convencional, sino que persigue una ambición monetaria humana que tiene mucho de locura y de obsesión y que incluso desafía a la muerte en una especie de precipitada aventura de supervivencia, que irá dejando víctimas y resquemores en el camino pero que también irá cultivando enseñanzas de vida perennes.
Red River es una historia de itinerario y aprendizaje, el relato focaliza la atención en el enfrentamiento entre el hijo y el padre, en cuyo fondo laten dos líneas argumentales propias de una tragedia clásica:
La necesidad del hijo de matar:
Simbólicamente o realmente al padre; y
La necesidad del padre de alcanzar la inmortalidad, o la pervivencia, a través del hijo.
Se apunta el enfrentamiento entre Matt (Clift) y Cherry (Ireland), aunque no se desarrolla.
Adquiere tintes conmovedores el creciente enfrentamiento entre Dunson (Wayne) y los vaqueros a causa de su trato duro, desconsiderado y arbitrario.
Red River nos sumerge en un viaje por la supervivencia, un viaje primitivo de pioneros que pretenden vender unas reses para obtener réditos, animales que algunas poblaciones necesitan para alimentarse.
Nos trasladamos así a un mundo virgen en el que la civilización no ha llegado, en el que rigen criterios morales personales, en el que el ferrocarril intenta abrirse paso para modernizarlo.
Nos encontramos en tierras en las que resultan capitales elementos básicos como la amistad, el matrimonio y la necesidad de descendencia, el esfuerzo, la importancia directa de la naturaleza, ríos en los que el agua corre portando vida, praderas que alimentan a las reses, tierra que genera riqueza, en nuestra subsistencia.
Howard Hawks realiza en Red River un filme perfecto en el que cada escena posee su justo grado de intensidad:
La acción rápida e intensa, el amor sugerido, incluso homosexual, y fugaz debido a las necesidades básicas, la amistad, el trabajo y el descanso nocturno en escenas pausadas, todo ello con el duro paisaje de fondo contribuyendo al dramatismo de la trama, y en el que se observan aciertos en todos los apartados:
Elementos dramáticos, de suspense, románticos y cómicos reunidos en una sola odisea.
Cronológicamente hablando, Red River se articula en torno a dos momentos muy concretos de la historia de la colonización del Far West:
1851, la época de las grandes caravanas hacia Oregón y California, cargadas de audaces pioneros atraídos por el descubrimiento de metales preciosos y la promesa de terreno teóricamente libre, y lo suficientemente desesperados como para huir de una Europa famélica e inhóspita arrastrando cien peligros; y
1865, la Postguerra Civil, cuando Texas, derrotada con el resto de la Confederación, se ve obligada a movilizar sus inmensos rebaños de ganado para llevarlos a los mercados de los Grandes Lagos y el Este, cada día más repletos de voraces estómagos.
La acción principal de Red River tiene lugar entre Texas y Abilene (Kansas) a lo largo de 3 meses, en 1866.
Se añade un prólogo situado en agosto de 1851.
El ranchero Thomas Dunson (Wayne), quien, a mediados del siglo XIX, trata de empezar su propia hacienda en Texas.
Al inicio de su empresa conoce a un huérfano de nombre Matthew “Matt” Garth (Clift) a quien adopta.
Al cruzar el río Rojo, y no importándole la propiedad del territorio a manos de otro ganadero, se afinca en la zona.
Tiempo después, al terminar la Guerra de Secesión, el rancho de Dunson se encuentra sumido en problemas económicos.
Debido a esto, decide emprender la marcha a Missouri donde, según él, encontrará un buen precio por su ganado.
Entre sus principales ayudantes se encuentran el entonces adulto Matt (Clift) y Groot Nadine (Brennan)
El transcurso de la travesía se desarrolla en medio de muchos contratiempos.
Agregado a esto, la conducta de Dunson se vuelve tiránica con sus empleados.
Por otro lado, aunque Dunson recibe recomendaciones de enviar su hato hacia Abilene, donde el ferrocarril ha arribado y la ruta es más segura, decide seguir su propósito inicial.
En medio de una reyerta, Matt decide dirigirse a Abilene, a pesar de una amenaza de muerte del mismo Dunson ante su rebelión.
Matt logra su propósito de vender el ganado en la ciudad, e incluso arregla un cheque a nombre de Dunson para darle parte de las ganancias.
Sin embargo, el ranchero logra encontrar al joven Matt y entre ambos estalla una pelea.
Red River es, relaciones humanas en plena ebullición, enfrentándose y acercándose, disputando y compartiendo.
Dos hombres, Wayne y Clift, por un objetivo, que muchos consideran una locura, en un viaje que los cambiará y en el que lograrán mucho más que llegar a buen cauce con las reses, aprendiendo en el camino más de lo que imaginaron.
En Red River asistimos a la epopeya del parto de una nación, que resurge, libre y poderosa de las cenizas de la contienda fratricida y vuelca todas sus energías en la conquista de nuevas fronteras, siguiendo su destino manifiesto.
Más allá de la aventura puntual, Red River es la crónica de la intrahistoria de un país joven y dispuesto a explotar todas sus enormes potencialidades.
En la parte técnica y de producción, el rodaje fue bastante accidentado, ya que varios participantes tuvieron enfermedades y lesiones.
También se enfrentaron a que la raza de ganado Texas Longhorn estaba casi extinta.
Sólo quedaban unas pocas docenas, así que las mezclaron con otra llamada Hereford.
Entre los actores, se acordó que durante el trabajo, no se hablara de política, ya que John Wayne y Montgomery Clift eran abiertamente opuestos.
Además, en los descansos tampoco se relacionaban, debido a la homosexualidad de Clift.
Magistralmente rodada en las escenas de acción y en todo el tema del manejo de las miles de cabezas de ganado que aparecen en el metraje; alrededor de 10.000 cabezas de ganado en fuga, en la más sensacional estampida que han registrado las cámaras cinematográficas.
Es importante destacar el elemento visual de Red River, uno de los más impresionantes en la carrera de Hawks, colocando incluso la cámara en lugares muy poco usuales:
Dentro de la carreta al cruzar un rí¬o, que quebrantan su famosa “realización invisible”, ello sin perder ni un ápice el sentido informativo y descriptivo del cuadro que el espectador está contemplando, ni la implicación de éste en la acción y emociones desarrolladas.
Gran porte de John Wayne en su típico personaje de hombre duro e inflexible.
Wayne nos presenta un papel a su medida, un hombre duro y testarudo, marcado por el amor perdido, el personaje que tantas veces nos trasladó Wayne y que nadie supo interpretar como él.
Sometido a una agravación en sus actitudes tiránicas, Hawks critica su comportamiento y opta, dentro de unos códigos valores básicos, por la nueva apostura generacional, tanto en el progreso imparable de confrontación con sus empleados y con las dos figuras más importantes de su existencia, su viejo amigo y su “hijo adoptivo”, como en la conclusión flexible y dócil que pone fin a esta ejemplar aventura, la cual supuso el debut como actor cinematográfico de Montgomery Clift.
Wayne está bien complementado por Montgomery Clift y su carisma para dar un soporte más que idóneo al protagonismo de Wayne.
No podemos tampoco dejar de maravillarnos ante la presencia de uno de los mejores secundarios de la historia, Walter Brennan, capaz como siempre de pasar de puntillas por los créditos pero no por la pantalla, con la simpatía y la gracia que siempre imprime a sus personajes.
Los escenarios agrestes son otro protagonista más de la dinámica epopeya que despliega el guión.
Sin embargo, hay espacio también para algunos toques humorísticos de la mano del personaje de Brennan, con momentos mayormente interpretados junto con el indio que los acompaña, como los delirantes momentos en que el indio Quo, interpretado por Chief Yowlachie, atormenta al pobre anciano desdentado Groot al arrebatarle su dentadura postiza, y cuando éste protesta diciendo:
“Sin dientes, me entra tierra al abrir la boca”
El indio replica:
“Si no abriera la boca, la tierra no entraría”
El humor hawksiano es un delirio, y hace a Red River más digerible, más sencilla, más humana.
Pero, naturalmente, no todo es humor, Red River tiene sus necesarias dosis de suspenso, de peligro, peligro de muerte, materializado esto con mayor fuerza en la soberbia secuencia de la estampida, cuando, tras asustar a las reses un estúpido colaborador que robaba azúcar, de pronto los astados cuadrúpedos corren, generando muertes humanas.
Hawks retrata pues todo el escenario del western, todo el desierto, las infaltables reses, los coyotes, buitres, los analfabetos individuos que firman con una X, así, con pasmosa naturalidad, Hawks materializa su primer western, y lo hace como si se tratara de un dómine genial del tema.
No obstante, este gran western quizás haya sido un tanto incomprendido en algunas épocas.
La razón estriba en que su mensaje resulta un tanto ambiguo.
Además sobre la cacareada secuencia de los revólveres que tantos toman como un ejemplo de relación homosexual en el cine, en donde la utilización de pistolas, que pierden o por las que pelean, empieza ya a adquirir un sentido fálico del que no se va a desprender.
La conversación entre Montgomery Clift y John Ireland además de divertida, es muy sugerente al recrearse en el sentido sexual del revólver, también hay que agregar que existen muchos diálogos de contenido homosexual sugerente.
Por otro lado se nos presenta al personaje adicto al azúcar en el que algunos ven una contundente referencia a la drogodependencia.
Hay algo de misoginia de Red River, de incomprensiones generacionales, etc.
Amén de una violencia seca, sin concesiones.
Los personajes tienen sus demonios interiores que les hacen actuar con arrogancia y egoísmo.
En fin, Red River es un western que describe el inquebrantable espíritu aventurero de hombres decididos a lograr el éxito, que dejan de lado mucho por arriesgarse, que esgrimen todas sus cualidades y sus miserias en la convivencia en un viaje tan peligroso como incitante.
Actualmente, Red River es considerada de forma unánime como una de las obras maestras de Howard Hawks.
Lo es gracias a la aparición de muchos de los elementos que definen su cine:
Los imperceptibles movimientos de cámara, sólo manifiestos cuando la situación lo requiere, lo que les proporciona mayor expresividad; el retrato de hombres con un objetivo común, y enfrentados a las mismas dudas y peligros; su forma de presentarlos en pantalla:
De día, con rodajes de exteriores luminosos, propios del mejor documental; de noche, en decorados donde se confiesan unos con otros.

“That's a good looking gun you were about to use back there.
Can I see it?
And you'd like to see mine.
Nice!
Awful nice!
You know, there are only two things more beautiful than a good gun:
A Swiss watch or a woman from anywhere.
You ever had a good Swiss watch?


Comentarios

Entradas populares