Walk The Line

“When I was just a baby my mama told me. Son,
always be a good boy, don’t ever play with guns.
But I shot a man in Reno just to watch him die
now every time I hear that whistle I hang my head and cry”

En 1955 un tipo correoso y flaco que portaba una guitarra, entró a los que llegarían a ser los famosos Sun Studios en Memphis.
Fue un momento que llegaría a tener un efecto endeble en toda la cultura Americana.
Con sus acordes que se asemejaban al paso de un tren de carga, una intensidad que era resaltada por sus ojos acerados y una voz tan profunda y negra como la noche; con ásperas canciones de desamor y supervivencia que salían de sus entrañas; llenas de vivencias reales y muy distintas a cualquier cosa que se haya escuchado con anterioridad.
Ese día se inició la electrizante y temprana carrera de John Ray "Johnny" Cash (1932 - 2003) cantautor estadounidense de country, góspel, rock and roll y rockabilly.
Este mito rebelde alcanzó la fama musical después de recoger algodón en Arkansas, trabajar como vendedor ambulante y servir en el ejército estadounidense, y se convirtió en uno de los máximos representantes de la música country, aunque creó su propio subgénero musical.
Al tiempo en que se constituía en pionero de un sonido ferozmente original que abrió la brecha para las futuras estrellas del rock, el country, la música folclórica y hasta el rap, Cash empezó un camino tortuoso de transformación personal.
Cash fue conocido por su profunda voz, por el característico sonido boom-chick-a-boom de su banda de acompañamiento, The Tennessee Three y, por vestir ropa oscura, lo que le valió el apodo de «The Man In Black»
Empezaba todos sus conciertos con la sencilla frase:
«Hello, I'm Johnny Cash»
Muchas de las canciones de Cash, como en «I Walk The Line», «Folsom Prison Blues», o «Man In Black», tratan de temas como la pena, la culpa y tribulaciones morales.
También compuso canciones humorísticas como «One Piece At A Time», «The One On The Right Is On The Left» o «A Boy Named Sue»; llenas de vitalidad como «Get Rhythm» o con otras temáticas típicas del country, como el ferrocarril «The Rock Island Line» o la famosa «Orange Blossom Special»
Curiosamente, algunos de sus temas más conocidos fueron escritos por otros artistas, pero versionadas con un estilo propio que lleva su inconfundible sello, como «Hurt» de Nine Inch Nails, o el tema, grabado junto con Joe Strummer, «Redemption Song», que Bob Marley había compuesto poco antes de su muerte.
Cash es presentado habitualmente como uno de los músicos más importantes en la historia de la música country.
Johnny Cash es uno de los tres únicos músicos que han sido admitidos en más de un «Salón de la Fama»:
En el Salón de la Fama del Rock, del Country y de Compositores de Nashville.
Recientemente Johnny Cash ha sido incluido en el Salón de la Fama del Góspel, de modo que, junto con Elvis Presley, es el único artista que está en los Salones de la Fama de tres estilos diferentes:
Rock, Country y Góspel.
Cash se casó en 1968, después de un primer matrimonio con Vivian Liberto que le dio cuatro hijas, con June Carter, una de las hijas de la famosa Familia Carter.
The Carter Family fueron los primeros en popularizar a gran escala el folk sureño y tuvieron una gran influencia durante los años 50 y 60.
Cuatro miembros de la familia, incluyendo a June, se unieron al espectáculo de Cash en 1961.
Se dijo en más de una ocasión que esta unión musical había ido en detrimento de la carrera de Cash, pero él afirmó siempre que «había sido emocionante tener su apoyo en el escenario, un gran honor y una gran oportunidad.
Hizo que me mantuviera en las tradiciones de las que provengo, y eso siempre ha sido muy importante para mí, y gratificante»
En 1997, a Johnny Cash le fue diagnosticada una enfermedad neurodegenerativa conocida como Síndrome de Shy-Drager; diagnóstico que fue reemplazado más adelante por el de neuropatía autonómica asociada a diabetes.
June Carter Cash, su esposa durante 35 años, murió en mayo de 2003 a la edad de 71 años.
La causa fueron complicaciones posteriores a una operación de corazón.
Le había dicho a Johnny que siguiese trabajando y grabando canciones, incluso que diese algún concierto sorpresa en el «Liberto Family Fold», Virginia.
Durante un concierto, antes de cantar «Ring Of Fire», Cash leyó una declaración sobre June que había escrito rápidamente antes de subir al escenario.
Habló sobre cómo el espíritu de su mujer le guardaba y cómo éste le había visitado antes de comenzar el concierto.
A pesar de sus problemas de corazón, Johnny habló sobre las ganas que tenía de que llegase el día en que pudiese volver a caminar para lanzar su silla de ruedas al lago que había cerca de su casa.
«La única queja que tengo, afirmaba en su autobiografía sobre a su feliz matrimonio con June, es que su contribución al country (a su parecer importante, al haber estado ésta en el centro de la música country profesional más tiempo que casi ninguna otra figura importante) pasará desapercibida porque es mi esposa»
El 12 de septiembre, cuando no habían pasado ni cuatro meses desde la muerte de su mujer, Johnny Cash murió, a los 71 años, debido a complicaciones de su diabetes, con resultado de fallo respiratorio, mientras estaba hospitalizado en el Hospital Bautista de Nashville, Tennessee.
Cash fue enterrado al lado de su mujer en el cementerio "Hendersonville Memory Gardens", cerca de su casa de Hendersonville, Tennessee.
Cash ha influido a incontables artistas y ha sido reverenciado por los más grandes músicos populares de la historia.
Aunque nunca dio mucha importancia al aspecto económico de su carrera, lo cierto es que Cash consiguió vender cerca de noventa millones de álbumes en sus casi cincuenta años de carrera.
Nunca le faltó público, se ganó a los jóvenes de su generación y, más tarde, consiguió hacerse con los de generaciones venideras; un público ansioso de poder escuchar su repertorio lleno de canciones nuevas y añejas acompañadas siempre por unas cuerdas vocales en áspero barítono.
Curioso de ver es como se parece la biografía de Johnny Cash a la de Elvis Presley:
Ambos de padre abominable, madre amantísima, hermano (o gemelo) que se muere, Sam Phillips, giras, éxitos, ejército en Alemania, anfetaminas, rarezas...
Me temo que Cash, no morir joven y envejecer, provoca que la gente adore a Elvis Presley e ignore a Johnny Cash...
Cosas de la vida.
Quizás los muchos no estén muy informados de la carrera y dimensión musical de Johnny Cash, un hombre que plasmó en sus clásicas canciones country, los padecimientos de los desposeídos, los presidiarios, el simple trabajador y hasta el destrato recibido por los indígenas norteamericanos por su propio gobierno.
Johnny Cash fue además, uno de los pocos artistas que se dedicó a llevar su música en vivo a las prisiones como Folsom o San Quintín; y un rebelde que desafió los dictámenes de la industria discográfica.
Dedicó su música a los marginados, convictos, indígenas, porque la música enriquece la vida y engrandece a las personas.
“Love is a burning thing”
Walk The Line es una película dramática de 2005 dirigida por James Mangold, con un guión a cargo del director y Gil Dennis sobre la vida de Johnny Cash.
Para elaborar el guión se basaron en la autobiografía escrita por Johnny Cash “Cash: The Autobiography” y otro libro del artista: “Man In Black”
Walk The Line está protagonizada por Joaquin Phoenix, Reese Witherspoon, Robert Patrick, Ginnifer Goodwin, Shelby Lynne, Hailey Anne Nelson, Dallas Roberts, Larry Bagby, Waylon Payne, entre otros.
Obtuvo un Oscar a la Mejor Actriz para Reese Witherspoon y 5 nominaciones incluida mejor actor para Phoenix, cinematografía, vestuario, edición y sonido.
La dura y tumultuosa vida del excéntrico artista Johnny Cash, quien por ser como es, vivió en la grandeza y en la pobreza, tanto económica como espiritual, día a día.
Su genio lo llevó al éxito, sus excesos casi le cuestan su carrera y, de paso, la vida.
Walk The Line es un admirable retrato de Johnny Cash.
Más allá de dar a conocer una vida plagada de drogas, alcohol, infidelidad y giras interminables, Walk The Line muestra cómo la vida forja al ser humano, las necesidades se transforman en anhelos y la búsqueda del éxito se transforma en un fin más que en un medio.
Walk The Line, tal su título original basado en una canción clásica compuesta por el desaparecido Johnny Cash, no es exactamente una biografía, aunque nos cuenta someramente su ascenso a la fama.
Walk The Line es más bien, el retrato de una casi eterna historia de amor.
Ya a los 10 años, Cash escuchaba a June Carter en la radio cuando ésta era una exitosa niña cantante junto a su familia, la legendaria Carter Family.
Los años los llevarían a cruzarse en escenarios y a aumentar la fascinación de Cash por quien, eventualmente, sería su esposa y salvadora.
La acción tiene lugar en Arkansas, Memphis y otras localidades de EEUU entre 1944 y 1968.
La historia empieza en el Arkansas de la era de la Gran Depresión, cuando la película rastrea los orígenes del sonido de Johnny Cash (ENORME Joaquin Phoenix) que se retrotraen a sus comienzos como hijo de un aparcero; pasando luego por sus salvajes giras con los pioneros del rock and roll, Elvis Presley, Carl Perkins, Roy Orbison, Jerry Lee Lewis y Waylon Jennings; y culmina con su inolvidable concierto de 1968 en la Prisión de Folsom.
Cash se convirtió en el artista más en boga del momento, vendiendo incluso más que los Beatles.
Walk The Line cuenta el nacimiento de un nuevo tipo de cantante americano que ha de vencer episodios de una ira brutal, los estragos de la adicción y las tentaciones del estrellato para descubrir la voz que haría de él un héroe para generaciones de seguidores.
Esos primeros años encierran los temas que impregnan la música y el estilo minimalista de Cash:
La muerte, el amor, la traición, el pecado, la esperanza y la fe.
La caída de Cash en el mundo de las anfetaminas, de la mano de los cantantes Elvis Presley y Jerry Lee Lewis, y la salvación y apoyo que Carter significó en su vida, es lo que Walk The Line narra en casi dos horas de duración, culminando con la grabación de su exitoso álbum en vivo "Johnny Cash At Folsom Prison" en 1968.
Cabe destacar las interpretaciones en los protagónicos por el ENORME Joaquin Phoenix y Reese Witherspoon.
Unas composiciones magníficas, dos actores que realzan el filme con su carisma y dan un grado de convicción realmente elevado como para que las alternativas del filme sean creíbles.
Tengo que destacar el trabajo histriónico de Joaquin Phoenix, quien logra ser contundente con su Johnny Cash, tantos en los momentos de euforia y gloria, como en los episodios de crisis y depresión.
Phoenix demuestra todo su talento al dar vida al legendario personaje de la música.
La misma suerte corre Reese Witherspoon, quien compone a una simpática, carismática y potente June Carter.
Juntos conforman una portentosa pareja que inundan de adrenalina por momentos al ritmo del filme, sobre todo en las secuencias musicales.
Gran química, infalibles y avasallantes en los momentos de salir al escenario, creíbles en todo momento.
Otro punto a favor es la música original de Walk The Line, discretamente interpretadas por Joaquin Phoenix y Reese Witherspoon.
No obstante hay que reconocer que no debe haber sido para nada fácil poner sus respectivas voces para emular a tamañas leyendas.
Para recordar:
La escena de la primera audición, cuando Johnny canta ante los presos de la cárcel de Folsom con el tono verdadero de un desesperado.
Cuando le declara su amor a June en medio de una presentación, esto parece obra de un hábil libretista pero el hecho fue absolutamente real.
Y, desde luego, la actuación Phoenix y Witherspoon cantando con sus propias voces.
“Now, I want to remind you all that we're still recording live today, so you can't say "hell" and "shit" or anything like that!”
Lo realmente admirable del soundtrack es su composición de versiones de grandes éxitos de Johnny Cash interpretados por Joaquín Phoenix y Reese Witherspoon, lo que indica el gran compromiso de los actores hacia el proyecto.
Phoenix tuvo que soportar muchas horas de clases para poder situar su voz al nivel de la de Johnny Cash y poder así cantar todos los temas que se reproducen en Walk The Line.
El parecido entre las voces es clamoroso pero se puede distinguir con facilidad una cierta diferencia de estilos entre el actor y el cantante.
Mientras Cash emitía una fuerza atronadora a un nivel que se mantenía firme durante toda la canción, Phoenix suena más desgarrado y su tono delata altibajos, pero demuestra el mismo poderío, seguridad y pasión que The Man In Black.
Escuchar a ambos es una experiencia igual de motivadora, pues el truco de las canciones de Cash es precisamente el de ofrecer la cara más amarga de la vida de una forma en la que puedas reírte de ella y sentirte especial, con los ánimos suficientes para superar cualquier adversidad.
Eso de “coge ritmo cuando te sientas triste” de su “Get Rhythm”
Cada tema suena como un pequeño homenaje, resaltando los principales atributos de estos artistas; por un lado, la rudeza vocal de Cash y la cruda realidad que transmite en sus letras, y por otro, la eterna dulzura de Carter.
¿Por qué ver Walk The Line?
Porque el director logró centrar la narración a partir la dolorosa historia de amor entre Johnny y June y eso la hace diferente a otras películas sobre cantantes de esa época, de alguna manera previsibles:
Los traumas, el talento, la fama y la destrucción.
Cash siempre seguirá siendo un grande y Walk The Line dignifica su figura y reaviva su recuerdo.
Cash es una de esas personas del interminable mundo de los valientes talentosos que empezaron sin tener nada, empleando su fuerza de voluntad como el mayor de sus activos para enfrentarse al mundo haciendo lo que realmente quería hacer.
Vivir por y para la música compartiendo las palabras que recitaba su corazón con todas aquellas personas que nos identificamos plenamente con ellas.
Y eran, son, muchas, más que Los Beatles incluso, durante su famoso “Folsom Prison Blues”
Johnny Cash estaba con la gente y con la calle, por eso jamás se desvió de la carretera, haciendo de las giras su único medio de vida.
Y del amor.

“Hello, I'm Johnny Cash”


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