Love Story


“Love means never having to say you're sorry”

Historias de amor como pocas, esas historias que podes ver una y otra vez, no importa que sepas el final, o que lo sepas desde que comienza la película… son películas que se aferran a nuestros corazones, y nos persiguen por años en nuestra vida.
Muchas veces comparamos, la vida es un film, con la diferencia que nosotros somos los directores/actores, y nosotros decidimos que va y que no… aunque el final este en manos del destino.
“That she loved Mozart and Bach, The Beatles, and me?”
Love Story es una película dramática y romántica, del año 1970, escrita por Erich Segal, basada en su propio best-seller, y dirigida por Arthur Hiller.
Protagonizada por Ali MacGraw, Ryan O'Neal, Ray Milland, John Marley, Russell Nype, Katherine Balfour, Tommy Lee Jones, entre otros.
Love Story obtuvo un Oscar a la Mejor Banda Sonora Original para Francis Lai; y 6 nominaciones:
Mejor película, director, actor (O’Neal), actriz (MacGraw), actor de reparto (Marley) y guión adaptado.
Arthur Hiller nos plantea, una historia de amor entre 2 jóvenes; que como “Romeo y Julieta”; son capaces de renunciar a sus mundos, con tal de vivir el amor verdadero.
Originalmente, Love Story es una novela romántica, del año 1970, del escritor estadounidense Erich Segal.
Los orígenes del libro, fueron de un guion escrito previamente por Segal, y fue posteriormente aprobado, para la producción de una película de Paramount Pictures.
Paramount pidió que Segal, adaptar la historia en forma de la novela, como una vista previa de las clases para la película.
La novela fue lanzada el 14 de febrero de 1970, El Día de San Valentín.
Algunas partes de la historia, aparecieron originalmente, en el “Ladies Home Journal”
Love Story se convirtió, entonces, en la obra más vendida de la ficción de la década de los 70, en los Estados Unidos, y fue traducido a más de 20 idiomas.
Una secuela, “La Historia de Oliver”, se publicó en 1977.
La película, del mismo nombre que el libro, fue lanzado el 16 de diciembre de 1970.
La novela tiene un doble significado del amor, ya que también, trata acerca de la relación entre Oliver y su padre.
Love Story ha sido considerada, una de las películas más románticas de todos los tiempos, según el American Film Institute, precisamente ocupa el puesto número 9 de la lista.
El secreto de Love Story resida en su sencillez.
Aquí nadie se mató por hacer una gran obra de arte, sino que, todo el mundo puso a disposición de la producción, los más apurados secretos de la fórmula:
Protagonistas atractivos, buena música, besos, dificultades, pobreza, esfuerzos, y muerte, mucha muerte.
Probablemente, Love Story es una de las historias más simples del mundo.
El amor también lo es, por eso afecta a toda clase de personas, independientemente de su condición social, cultural, o vivencial.
Su éxito radica en ello precisamente, en que el amor nos atraviesa a todos como un aguijón, y no nos deja reaccionar.
También la enfermedad.
Y cuando una y otra se dan al mismo tiempo, se produce la mayor de las amarguras posibles, porque no hay respuestas, ni palabras de consuelo, ni siquiera quedan lágrimas... sólo queda la mayor soledad, en medio del tumulto.
De eso trata Love Story, de cómo la felicidad no es más que un conjunto de instantes, que terminará pronto, o temprano, por acabar mal.
La diferencia es, cuando toca a cada uno.
Unos muy tarde, y a otros con 24 años como a Jenny Cavalleri.
Love Story gira en torno a Oliver Barrett IV (Ryan O’Neal), un acomodado estudiante, que llega a Harvard para estudiar derecho, y se enamora de una estudiante de música de Radcliffe, Jenny Cavalleri (Ali MacGraw), el fruto despreocupado y deliciosamente profano, de una familia trabajadora italoamericana.
El padre de Oliver (Ray Milland) desaprueba tajantemente el matrimonio subsiguiente, y retira la asignación a su hijo.
A pesar de sus dificultades financieras, la pareja es sumamente feliz... hasta que a Jenny le diagnostican leucemia.
A diferencia de Oliver Barrett IV, Jennifer Cavalleri es una chica que tiene como única familia a su padre, un inmigrante italiano, y no tiene privilegios, ni un apellido sonado, ni el pedigrí de una genealogía de alto copete.
Así vemos como Oliver, reúne todos los requisitos y privilegios, que le abren las puertas de “la flor y nata”, y todo indica que está destinado a continuar con el imperio familiar.
Parecía muy improbable, que el brillante y apuesto Oliver, se fijase en una chica como Jenny; pero, una vez que la conoce, no tiene ojos para otra.
La relación entre Oliver y Jenny, se desarrolla entre fuegos artificiales, chispas, y algunos encontronazos.
Ambos tienen un carácter fuerte y terco, y aficiones comunes, como los deportes duros y violentos, como el hockey que Oliver practica.
La suya no es una relación fácil ni almibarada, pero por lo mismo, está llena de una pasión tormentosa, que hechiza y subyuga.
Oliver, por su amor a Jenny, dejará de lado a su propia familia, que se opone a la relación, renunciará al imperio de los Barrett, y demostrará que es perfectamente capaz de salir adelante por sus propios medios, sin el respaldo de su poderoso padre.
Tanto luchan los 2 por su amor, que se nos desgarrará el corazón, cuando todo el mundo que ellos han construido con tanto esfuerzo, se tambalee a causa de la desgracia.
El romance va camino al patíbulo desde el primer minuto de Love Story, cuando Oliver, totalmente solo, frente a una cancha de patinaje y rodeado de nieve, de espaldas a la cámara, pregunta al espectador:
¿Qué se puede decir, de una joven de 25 años, que muere repentinamente?
Con la pregunta, comienza realmente Love Story, en un flashback que transcurre, mientras Oliver contempla el último lugar donde la vio ser feliz, poco antes de ingresar al hospital.
Sabia decisión de montaje, que carga de mayor significado todas las escenas donde aparece Jennifer, y por extensión, que va en aumento mientras pasan los años en la relación:
College, universidad, primera casa, segunda casa, y futuro hijo… y se acerca inminentemente, el momento de verla echada en una cama de hospital, diciendo sus últimas palabras, con la música de Francis Lai, reventándonos el inconsciente.
Por supuesto que es una historia de amor, donde este amor nos provoca lágrimas de verdad, pero esto es lógico, cuando el amor se corta repentinamente, casi siempre es condición “sine qua non” para que el amor se convierta en eterno, y muy venerado, o llamativo para la humanidad, que se corte en su plenitud, y no dure demasiado, como suele ocurrir con la belleza, en todas sus variantes.
Lo más destacable de Love Story es la espontaneidad y entusiasmo, que muestran los protagonistas, y la vigorosa manera con que se narra la historia.
En Love Story aparecen además, algunos tópicos de la sociedad americana, que nos eran desconocidos por entonces, como el problema causado por la diferente confesión religiosa de los miembros de la pareja, o el hecho de que mientras él se gradúa, ella le mantiene.
Los actores Ali MacGraw y Ryan O'Neal, fueron catapultados hacia el estrellato gracias a Love Story, la cual ha emocionado, y emocionará durante años, a diversas generaciones.
Ambos realizan unas interpretaciones entrañables y tiernas, que hacen sonreír al espectador; sonrisas que sirven de apoyo a las lágrimas.
La pareja despertó a toda una generación de jóvenes, que comenzaban a creer en el amor.
Me cuentan, que en esa época, eran moda los posters, y había muchos con la imagen de ellos por todos lados.
Cabe revelar, que gracias a su apariencia juvenil, MacGraw logra interpretar a un personaje que tenía 25 años de edad, cuando termina la trama, siendo que en realidad, la actriz cumplió 32 años en 1970, año en que se produjo Love Story.
La música de Love Story, la tenemos todo el mundo en mente, y se ha convertido en una de las melodías mas interpretadas por diversos músicos, y en una las bandas sonoras más bellas de la historia del cine.
La música de Francis Lai, aunque suele ser algo pegajosa, resulta indudablemente bella y adecuada, y el final, constituye uno de los momentos cumbre del melodrama cinematográfico.
A su éxito, debió contribuir que recogía el comportamiento de una nueva juventud que vivía para el amor, sin tener en cuenta religiones, familia y convencionalismos.
Los escenarios casi siempre son invernales, y en los personajes, incluso en los momentos más emotivos, apenas hay lágrimas, quizás pensaron acertadamente, que con las que iba a poner el público era suficiente.
Una hermosa narración, sobre cómo el amor se da espontáneamente, que nos alecciona sobre las dificultades que pueden surgir en cualquier momento, y echar por tierra, los proyectos y los anhelos de pareja, que además, nos da pruebas fehacientes que cuando se ama, se puede dejar todo para entregarse por entero al otro.
Me pareció una más que interesante propuesta, para creer y revalorizar el amor, para darle significado al hecho de actuar, en base a una causa en común, que deja de lado las ambiciones personales, para dar lugar al proyecto “del actuar juntos”
Love Story nos conmueve, y nos invita sutilmente, a replantear el verdadero significado de la palabra amor.
Nos enseña, que lo más valioso que hay en esta vida, es tener a alguien para amar, y a pesar de las posiciones económicas, ambas personas encontraron la forma de destruir esas barreras sociales.
Love Story es una película apta para toda la familia, por los valores humanos que recae en ella, y con hermosos temas que nos inspiran a querer más.
Atención con algunos buenos diálogos, los varios planos secuencias de seguimientos, que Hiller utiliza esporádica y correctamente, y la secuencia musical en la nieve, que ocurre en la universidad y su estadio; con creación de ángeles en el suelo incluida, una imagen repetida hasta el infinito en todas las películas románticas posteriores, la guerra de nieve, el hombre nieve, y otras situaciones que fueron improvisadas entre el director, y sus 2 actores para darle mayor atmósfera y espesor a la relación.
Algo tan simple, pero que curiosamente, funciona muy bien.
Para apreciar Love Story, tengamos que ser muy sensibles ante la vida, y haber estado sentados junto a Oliver, en ese rompedor principio/final de Love Story.
Porque ser amado es necesario, pero amar es una necesidad.

“What can you say about a twenty-five-year-old girl who died?”



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