Creed

“Time takes everybody out; time's undefeated”

La franquicia de “Rocky”, probablemente es la más famosa del género del drama deportivo; es una saga de populares películas de boxeo, escritas y estelarizadas por Sylvester Stallone, en el papel de Rocky Balboa; uno de los personajes más icónicos de la historia del cine; pero de las 6 entregas, solo “Rocky” (1976), la cual es por mucho la mejor de la serie, se ha mantenido fresca, ya que el resto ha desgastado la saga.
Así fue como el 21 de Noviembre de 1976, se estrenó “Rocky” de John G. Avildsen.
Una producción modesta, que tan solo costó $1 millón, y su inversión en publicidad, fue de $4 millones, que se convirtió en un auténtico fenómeno cultural, llegando a ser la película más taquillera de ese año, recaudando $1,000 millones en todo el mundo, y ganó 3 Premios Oscar:
Mejor Película, Mejor Director, y Mejor Montaje, de 10 nominaciones.
También, convirtió en una gran estrella a Sylvester Stallone, que le vendió el guión a la United Artist, y que tuvo que implorar a los productores que le dejasen protagonizar la cinta, ya que ellos veían que era el vehículo idóneo para una estrella, y no para un absoluto desconocido.
Así fue como Stallone obtuvo una doble candidatura al Oscar, como reconocimiento a sus trabajos como actor y guionista.
Las películas de la saga, por orden de estreno son:
“Rocky” (1976), “Rocky II” (1979), “Rocky III” (1982), “Rocky IV” (1985), “Rocky V” (1990), “Rocky Balboa” (2006), y “Creed” (2015)
El personaje, está inspirado en el excampeón mundial Rocky Marciano; y con cada entrega nueva, la franquicia de “Rocky” fue adquiriendo aires más exagerados, especialmente en la 4ª, donde ocurrió la muerte de Apollo Creed.
Dado que en esa cinta hubo elementos tan extraños, como el robot sirviente de Paulie, o la conclusión de La Guerra Fría, a través de una pelea de boxeo, la única referencia que hay a ese periodo en la historia del personaje, es el fallecimiento de su amigo, dentro del cuadrilátero.
De todas las películas en las que ha participado, las de “Rocky” son claramente las más personales para Sylvester Stallone.
Escribió la 1ª cinta durante un periodo en que su carrera se encontraba estancada, sin muchas expectativas, y cuando el proyecto comenzó a llamar la atención de los estudios, rechazó una importante oferta, ya que no quería que un actor más famoso interpretara a su personaje…
A pesar de las dificultades, finalmente pudo concretar el proyecto a su manera, ocupando el rol protagónico, y logrando un inesperado éxito.
En cierta medida, estas cintas sirven como un reflejo de la vida del propio actor en diferentes etapas, desde sus inicios humildes, pasando por la fama y la fortuna, hasta las dificultades de los años posteriores.
Unas de las cosas que más gusta de las películas, es que enseña a que en la vida hay que trabajar, luchar, y sacrificarse mucho, si queremos conseguir algo; y ese creo que es en sí, el mensaje que nos aportan estas cintas.
“Now were going to shut his big mouth aren't we?”
Creed es un drama del año 2015, dirigido por Ryan Coogler.
Protagonizado por Michael B. Jordan, Sylvester Stallone, Tessa Thompson, Phylicia Rashad, Will Blagrove, Juan-Pablo Veza, Andre Ward, Tony Bellew, Philip Greene, Manny Ayala, Cory Kastle, Vincent Cucuzza, Christopher Weite, entre otros.
El guión es de Ryan Coogler y Aaron Covington; siendo la 7ª película de “Rocky”, y probablemente también sea la última.
Nominada al Oscar como mejor actor de reparto (Sylvester Stallone)
Creed es lo que llaman un “spin-off”, es decir, una historia muy dramática, enfocada en construir el relato de un personaje nuevo; pero que se centrará en un hombre siguiendo los pasos de su difunto padre, buscando como mentor al retirado pugilista; y es también, la única película de la saga, cuyo guión no ha sido escrito por Sylvester Stallone; lo que la convierte en la película más larga de la saga “Rocky”
Como dato, los productores originales, Irwin Winkler y Robert Chartoff, producen junto a Sylvester Stallone y Kevin King Templeton; y Creed está dedicada a Chartoff, recientemente fallecido.
El rodaje tuvo lugar en Goodison Park y Liverpool, Inglaterra, y en Filadelfia, EEUU.
La trama sigue a Adonis “Donnie” Johnson (Michael B. Jordan), que no llegó a conocer a su padre, El Campeón del Mundo de Los Pesos Pesados, Apollo Creed (Carl Weathers), que falleció antes de que él naciera.
Sin embargo, nadie puede negar que lleva el boxeo en la sangre, por lo que pone rumbo a Filadelfia, el lugar en el que se celebró el legendario combate entre su padre y “The Italian Stallion” Rocky Balboa (Sylvester Stallone)
Una vez allí, Adonis busca a Rocky, y le pide que sea su entrenador.
A pesar de que este insiste en que ya ha dejado ese mundo para siempre, Rocky ve en Adonis, la fuerza y determinación que tenía su enconado rival, y que terminó por convertirse en su mejor amigo.
Finalmente, acepta entrenarle, a pesar de estar librando su propio combate contra un rival más letal que cualquiera a los que se enfrentó en el cuadrilátero…
Creed no sólo está a la altura de lo mejor de sus predecesoras, sino que también forja de manera respetuosa su propio camino; siendo una película inteligente, estimulante, y bien elaborada.
“We got one Rock!”
La emocionante y emotiva nueva película de Ryan Coogler, es la mejor entrega de la saga, desde la original de 1976.
Escrita por Coogler y Aaron Covington, Creed se enmarca dentro de esa tendencia que ha adoptado Hollywood en la actualidad:
Tomar una franquicia cinematográfica conocida, y construir a partir de ella, una nueva serie, pero con una especial reverencia al material original.
A diferencia de los reinicios, “reboots” que hacen un borrón y cuenta nueva con las sagas, este tipo de estrategia es menos drástica, ya que ambienta la historia en el mismo universo de las cintas originales, ocupando sus elementos clásicos como base para otorgarle un nuevo aire.
Estos objetos y personajes familiares, tienen por objetivo, servir como ancla para los espectadores, ya que son cosas que reconocen de su pasado, mientras que al mismo tiempo se introducen personajes nuevos, los que pasarán a protagonizar las posteriores secuelas, en una especie de “relevo generacional”
Gracias a una interpretación carismática y natural de la incipiente estrella, Michael B. Jordan, al guión del director y guionista Ryan Coogler; y a un estupendo trabajo de Stallone, Creed es un espectacular añadido al canon “Rocky”
Coogler deja claro, que Creed es un homenaje a las raíces de “Rocky”, mientras establece una narrativa efectiva, que apunta a otra dirección, en este caso:
Adonis Creed.
Las intenciones son tan obvias, que el estilo de Coogler encuadra a los actores en varios planos, para recrear con exactitud muchos momentos del clásico del 76.
Y es que el púgil cinematográfico, más icónico y célebre del cine, se niega a retirarse.
Bueno, la edad le obliga a no seguir dando golpes encima del ring, más que nada, por los que pueda recibir más que dar.
Pero, allí sigue, aguantando ahora como entrenador.
Y su pupilo, es el  hijo de quien fue su primer gran rival:
Apollo Creed, encarnado por un joven negro, bajo el pseudónimo de Adonis Johnson.
Recordar que Apollo Creed, fue un boxeador estilista; boxeaba perfectamente, y lo hacía todo bien; las manos, el juego de pies...
Técnicamente, Apollo Creed es mejor que Rocky, pero Rocky le pone más corazón, y eso también cuenta.
El personaje de Apollo Creed, se desarrolla desde la primera entrega de la saga, como Campeón del Mundo de Los Pesos Pesados, hasta que muere a manos de Ivan Drago (Dolph Lundgren), en la 4ª entrega durante un combate de exhibición.
Y cabe preguntarse, sobre el personaje de Apollo, realmente:
¿Es habitual que un boxeador muera en una pelea, como le pasa a Apollo Creed en su regreso al ring contra Ivan Drago?
Según los expertos, no; es muy, muy raro, pues el boxeo es uno de los deportes menos lesivos que existen.
Apollo es un boxeador dominado por sus sentimientos y pasiones, que demuestra a lo largo de sus apariciones, que tiene una gran autoestima, pero en ocasiones, ésta se vuelve orgullo, y le llevan a la perdición.
Pero sobre todo, es un personaje bastante carismático, capaz de convencer a cualquiera, y debido a ello, explota su imagen pública, a través de su carisma.
Apollo muestra la figura de un hombre confiado de sí mismo, seguro de todo y, en ocasiones, creído, lo que ocasionara su prematura muerte, enfrentándose a un púgil de mayor fortaleza física que él, Drago, sin apenas entrenamiento.
En el “spin-off” Creed tiene un hijo que nunca logró conocer, antes de su estrepitosa muerte en “Rocky IV” (1985):
Adonis Johnson Creed, decide seguir los pasos de su padre, y convertirse en boxeador, y su entrenador, es quien fuera su rival y amigo, Rocky Balboa.
30 años después, Adonis va en busca de Balboa a Filadelfia, con intenciones de pedirle que sea su entrenador, y que lo ayude a entrar en el mundo del boxeo.
Adonis habla con él en Adrian's, y Rocky se impresiona con todos los datos que él sabe sobre Apollo y sus rivales, para después revelarle que él es su hijo de Apollo; y que está buscando una disputa por el título mundial.
Rocky acepta entrenarlo, y ambos realizan ejercicios similares a los de Rocky en la primera película, mientras que el actual campeón de los pesos pesados, “Pretty” Ricky Conlan (Tony Bellew), también muestra interés en una disputa por el título con el hijo de Apollo Creed.
Donnie es duro, terco, motivado; y a veces oculta su corazón de campeón bajo un manto de humildad.
Es un joven que quiere salir de la sombra de su difunto padre, para formar su propio legado.
Es por eso que Rocky, que aquí se encuentra achacado, y atrapado por las reminiscencias del pasado, decide entrenarlo; porque su carácter se parece al de su gran amigo Creed.
La química de Donnie y Rocky, es la piedra angular de la trama.
Ellos forman un lazo que los une en el cuadrilátero del entrenamiento:
El boxeo y la amistad.
Así vemos cómo se desarrolla una relación de tipo padre-hijo.
Al ver eso, pensaba que la historia sería un cliché de principio a fin, pero me equivoqué…
No lo es.
Creed encuentra otra historia para contar, es una película sobre alcanzar los sueños, y continuar el legado de una generación a otra.
Sobre el pasado y el futuro, sobre el esfuerzo; y toda la historia es original bajo un tono nostálgico, visto a través de muchísimos guiños sobre la primera película de Rocky:
Entrenamientos, correderas, gimnasios, la música inspiradora, las escalinatas del Museo de Arte de Filadelfia…
Lo interesante es que nos involucra emocionalmente con el dramatismo de la trama; aunque ya sepamos que de eso se tratan los filmes deportivos:
Para emocionar, sensibilizar y soltar una que otra lágrima.
Pero a estas alturas de “Rocky” podemos preguntarnos:
¿Es realista un entrenamiento como el que se ve?
Según los expertos, no, para nada.
No es realista, pero sí es real el esfuerzo que te hacen ver en ese entrenamiento.
El boxeo, es uno de los deportes que más esfuerzo requiere para llegar a un nivel.
En verdad, la gente no se imagina, lo que supone subir a un ring durante sólo un round.
Es decir, 3 minutos a tope en un combate de boxeo, no se puede imaginar lo que lleva detrás…
Hay todo un gran esfuerzo, con la constancia y ese sacrificio que hay que tener.
El boxeo, es uno de los deportes más duros que hay.
El más completo en cuanto a preparación física, “dicen”, porque hay que conjugar las 3 características físicas más importantes del ser humano:
La resistencia, la fuerza, y la velocidad.
Es decir, la historia es genuina, porque los actores conectan con nosotros.
Así, la actuación de Jordan, demuestra su condición física y expresiva como actor, interpretando a un joven que busca aceptar su identidad, y por el cual simpatizamos.
Pero algo que llama la atención, es cómo Adonis termina siendo un personaje más complejo de lo que fue Rocky en su primera película.
Con un origen humilde y espíritu luchador, el viaje de Balboa es un ejemplo perfecto del “underdog”, es decir, de aquella persona que se ve expuesta a un desafío aparentemente insuperable, pero gracias a su esfuerzo, logra salir airoso, al menos en espíritu, ya que perdió su primera pelea contra Apollo Creed...
Esa simpleza no está presente en el protagonista de Creed, cuya vida está llena de matices y contradicciones.
Es cierto, también tuvo un pasado duro, al crecer en orfanatos y reformatorios, pero parte importante de su juventud, la pasó viviendo con grandes comodidades, llegando a obtener un trabajo que parece prometedor…
El hecho de provenir de Los Angeles, incluso lo hace merecedor de algunas bromas, como el apodo “Hollywood”, que destaca su contraste con los habitantes de Filadelfia.
La complejidad del personaje, se nota sobre todo en la relación que tiene con su padre... ausente físicamente, pero presente y poderoso en espíritu, tanto que motiva a los personajes.
Por un lado, Donnie está decidido a crear su propio camino, tratando de no vivir bajo su sombra, razón por la cual, decide boxear ocupando el apellido Johnson en vez de Creed, o de mantener en secreto su origen con el resto de las personas.
Pero al mismo tiempo, su sueño es dedicarse al deporte que definió a su progenitor, y para eso le pide ayuda a uno de los mejores amigos de Apollo.
Creed no soluciona este dilema, optando por una u otra opción, reconociendo en cambio, la importancia de ambas posturas.
No importa lo que hagamos, parece decir, nuestras raíces siempre serán parte de nosotros.
Y Stallone sorprende, con lo que sería una de sus interpretaciones más dramáticas en años, que por cierto, entrega unos diálogos maravillosos, con sus discursos motivacionales sobre la pérdida.
En Creed, no solo somos testigos de la lucha de Donnie, ya que Rocky también deberá enfrentar sus propias dificultades.
El paso del tiempo y la muerte, han marcado al personaje durante la mayoría de sus películas, desde sus amigos hasta su esposa, pero esta vez, es él quien se ve afectado directamente.
Lo hemos visto envejecer durante décadas, así que este tipo de momentos eran esperables, pero son pocas las cosas que te preparan para la imagen de Rocky en un hospital.
En otros casos, esto podría ser visto como una trampa, como un simple recurso narrativo, pero en este el impacto emocional resulta genuino, ya que el personaje se ha ganado esa cercanía con el público.
Como dato curioso, al momento del estreno de Creed, Stallone tenía la misma edad que Burgess Meredith, cuando representó su papel como Mickey en “Rocky” (1976)
Y es que Rocky Balboa, consigue no sin unos cuantos clichés por el camino, guiños inevitables a la historia de la franquicia:
Enderezar al chico, y convertirlo en un púgil fenomenal, cine moderado con un buen guión, y la inspiración musical del inolvidable de Bill Conti.
En lo personal, Sylvester Stallone es el legítimo protagonista de Creed, por mucho que las críticas lo señalen como “secundario”, y con el beneplácito de muchos para obtener la ansiada estatuilla dorada, esa con la que tuvo su oportunidad hace casi 40 años por su primer “Rocky”, aunque ganó su guión, pero que no consiguió.
¿Lo merece?
En absoluto.
¿O es que por llevar al personaje a un estado de enfermedad, ya tenemos que darle El Oscar?
¿Volvemos al principio de La Academia, donde siempre hay que premiar al enfermo?
Si es por esa razón, es probable que se lo lleve...
Si es por su actuación, evidentemente no.
Pero acá vemos a un Rocky que ha madurado hasta la vejez, tal cual era el personaje en los 70s:
Lento, algo torpe, con movimientos nerviosos, con mucha ignorancia educativa, etc., tan carismático, como adorable y encantador.
Según cuenta el crítico del Times, Stallone emocionó a la sala donde vio la película, plagada de periodistas; porque parecen haber conseguido revivir un cuento que muchos daban ya por muerto y enterrado.
A favor, y como curiosidad, hay que alabar la escena de la primera pelea que entrena Rocky, donde tenemos un curioso plano secuencia muy cuidado, con una coreografía milimetrada.
Coogler, también destaca en su manejo técnico, especialmente en las escenas del combate “oficial” de Donnie, por ejemplo, que es filmado creando la ilusión de un plano secuencia ininterrumpido, lo que no solo es impresionante, sino que también permite transmitir la intensa energía del momento.
En la pelea que ocurre durante el clímax, vuelve a los cortes familiares de la saga, pero agrega algunos planos que le otorga un aire propio, como uno realizado a cámara ultra lenta, o los primeros planos de detalles, como las salpicaduras de sangre...
Además de estos ejercicios llamativos, el director recurre a estrategias más sutiles a lo largo del metraje, como el hecho de mostrar al protagonista viendo con gran atención a los boxeadores que entrenan a su alrededor, reflejando así su carácter autodidacta, y su búsqueda de una identidad, siendo este último punto, uno de los principales temas.
Las peleas, siguen siendo espectaculares, pero el corazón de Creed, y el de la saga a la que pertenece, se encuentra en los momentos fuera del ring, en las conversaciones de sus personajes, incluso en los silencios que comparten.
La química entre los actores, contribuye bastante a esto, sobre todo la de Stallone y Jordan.
Con el paso de los años, “Rocky” fue adquiriendo una sabiduría que hace que su transición a la figura de mentor, resulte natural.
Sus lecciones sobre la vida, resultan al mismo tiempo, rudimentarias y honestas, alejadas de artificios, apuntando siempre a lo esencial.
Se nota que Stallone está cómodo dentro del personaje, y hace tiempo que no veíamos una interpretación tan buena de su parte.
Muy bonita la escena, donde Rocky visita a su esposa y su cuñado en el cementerio…
Y ahora, “el garañón italiano” necesita un pulmotor para subir los 72 escalones del Museo de Arte de Filadelfia, pues padece del Linfoma no hodgkiniano, un tipo de cáncer que surge en los linfocitos, un tipo de glóbulo blanco de la sangre; pero sigue siendo él, quién enciende la pantalla cada vez que aparece, con su clásico sombrero, sus nuevos anteojos de abuelito para leer, y sus chistes y reflexiones de sabiduría callejera de siempre; ni hablar de su mirada “in rictus”, y el característico “retardo mental”
En contra, le achaco al personaje principal, interpretado por Michael B. Jordan, porque cuesta mucho más empatizar con él, que con él humilde Rocky Balboa; al ser un joven de familia adinerada, con la vida resuelta.
Y la ausencia de un villano como tal,  ya que “Pretty” Ricky Conlan, solo está para servir al clímax final, y eso le quita trascendencia a la estructura:
Caída, entrenamiento, y combate final.
Y es que el patetismo se hace patente, cuando el tópico se engrandece, pero de forma cutre:
Tan solo ese momento de carrera de Creed, rodeado de motos y cuadra ciclos, es horripilante, incluso tratando de ponerle una variación del tema principal de “Rocky” para resultar “épico”
Ya sabemos lo que sucedió al mismo Rocky, como a Adrian, Mickey, y Paulie, todos estaban en el último escalón de la sociedad, sin un futuro demasiado prometedor.
En el caso de Donnie y Bianca, hay algo similar, como la dura niñez que tuvo él, o la sordera que la afecta a ella, pero siguen siendo personas que se encuentran dentro de los estándares convencionales de belleza; tienen una cualidad de “estrellas de cine” que no pueden borrar.
En la primera película, eso no estaba presente, y la imperfección de sus personajes, su patetismo incluso, eran capaces de crear momentos tan buenos, como aquel donde Rocky y Adrian patinan de forma torpe sobre una pista de hielo…
Y a todo esto:
¿Veremos secuela de Creed?
Se ha informado que “Creed 2” tiene fecha de lanzamiento, tentativamente en noviembre 2017; y eso es lo malo…
La industrialización del producto.
Por último, la partitura musical fue escrita por el compositor sueco, Ludwig Göransson, que es sólo el 3° compositor en la historia de la serie “Rocky”, después de Bill Conti que hizo:
“Rocky” (1976), “Rocky II” (1978), “Rocky III” (1981), “Rocky V” (1990), “Rocky VI” (2006); y Vince DiCola que hizo:
“Rocky IV” (1984)
Creed, también cuenta con una banda sonora que comprende en su mayoría, música nueva a la serie, incluyendo hip hop, y canciones de artistas como:
Future, Meek Mill, y White Dave.
“One step at a time.
One punch at a time.
One round at a time”
Sylvester Stallone y “Rocky”, han ido de la mano durante todas estas décadas:
El inicio desde abajo, que cambia con una oportunidad increíble; el posterior crecimiento, el estatus de estrella, la caída, el negar a aceptar el paso del tiempo, y su espíritu de supervivencia.
Porque “Rocky” es dar un paso adelante, y golpear.
Todas esas lecciones de vida en pequeñas frases dichas por alguien, que como diría, “tiene el cerebro distraído”, han llevado a convertir al personaje de Rocky Balboa, en más que un icono pop, y una leyenda del Séptimo Arte.
Indudablemente, “El Semental Italiano”, ha conseguido lo que pocos personajes han hecho en el cine:
No levantar ninguna suspicacia, ni odio.
Esa humanidad tontorrona, le ha granjeado el favor del público, y su reconocimiento.

“Your legacy is more than a name”



Comentarios

Entradas populares