Enter The Void

“Basically, when you die your spirit leaves your body, actually at first you can see all your life, like reflected in a magic mirror.
Then you start floating like a ghost, you can see anything happening around you, you can hear everything but you can't communicate”

El cine experimental, es aquel que amplía o desplaza los límites del lenguaje audiovisual convencional, y del cine narrativo tradicionalmente estructurado alrededor de un relato argumental, utilizando nuevos recursos para expresar y hacer sentir emociones, experiencias, sentimientos, concepciones del mundo, críticas al propio medio, etc.
En muchas obras, lo narrativo cede a los experimentos de tipo formal, siendo frecuente, el uso de efectos plásticos o rítmicos, ligados al tratamiento de la imagen o el sonido.
El cine experimental se define de acuerdo con su ámbito de aplicación y recepción, ya que no suele tratarse de un cine ligado a la industria cultural, ni se dirige a un público amplio, sino específico y minoritario, y que comparte el interés por productos que podríamos calificar, sin intención peyorativa, como marginales, o también llamados “de culto”
La experiencia no se limita solo al campo de lo puramente técnico, sino de lo ideológico, la percepción, y las diferentes formas de percepción, como así también de los estímulos que se reciben desde el contexto, la idea, el público, etc.
Por otra parte, se llama “eterno retorno” a una concepción filosófica del tiempo, postulada en forma escrita, por primera vez en occidente, por el estoicismo, y que planteaba una repetición del mundo, en donde éste se extinguía para volver a crearse.
Bajo esta concepción, el mundo era vuelto a su origen, por medio de la conflagración, donde todo ardía en fuego.
Una vez quemado, se reconstruía para que los mismos actos ocurrieran una vez más en él.
En general, se le considera únicamente desde el punto de vista cronológico, en el sentido de repetición de lo sucedido; y pocas veces es pensado como uno de los conceptos más poderosos de la filosofía moral de todos los tiempos.
“Then you see lights, lights of all different colours, these lights are the doors that pull you into other planes of existence, but most people actually like this world so much, that they don't want to be taken away, so the whole thing turns into a bad trip, and the only way out is to get reincarnated”
Enter The Void es una película francesa de fantasía, del año 2009, escrita y dirigida por Gaspar Noé.
Protagonizada por Paz de la Huerta, Nathaniel Brown, Cyril Roy, Emily Alyn Lind, Jesse Kuhn, Masato Tanno, Olly Alexander, Sara Stockbridge, Jessica De Marco, entre otros.
Descrita por Gaspar Noé, como un “melodrama psicodélico”, Enter The Void está escenificada en los ambientes de clubes nocturnos de Tokio.
Cuenta el director que la idea de la película, había estado creciendo desde su adolescencia, cuando empezó a interesarse en el tema de la muerte y la existencia.
En sus 20s, y bajo el efecto de hongos alucinógenos, vio “Lady In The Lake” (1947), de Robert Montgomery, una película rodada íntegramente desde la perspectiva de primera persona.
Fue entonces, cuando decidió que, si alguna vez haría una película sobre el más allá, esta sería la forma en que la filmaría.
Y Noé escribió diferentes versiones del guión durante 15 años, hasta que oficialmente entró en producción.
La historia había sido inicialmente más lineal, y los proyectos se establecieron en diferentes lugares incluyendo los Andes, Francia, y New York.
Pero Tokio fue la elegida finalmente, ya que fue capaz de proporcionar los medios necesarios para los coloridos aspectos alucinógenos necesarios.
El proyecto de ensueño de Noé por muchos años, vio la luz después del éxito comercial de “IЯЯƎVƎЯSIBLƎ” (2002), su anterior largometraje.
Y con Enter The Void, hizo intenso uso de imágenes, inspirado por el cine experimental, y experiencias de drogas psicodélicas.
La fotografía principal tomó lugar en Tokio, e involucró de muchos planos complicados de grúa.
La acción sigue a Oscar (Nathaniel Brown) y su hermana Linda (Paz de la Huerta) viven desde hace poco en Tokio.
Él sobrevive traficando con drogas, ella trabaja como stripper en un club nocturno.
Durante un forcejeo con la policía, Oscar cae herido tras un disparo.
Aunque muere, su espíritu, fiel a la promesa de no abandonar a su hermana, rechaza abandonar el mundo de los vivos; y su espíritu vaga ahora por la ciudad, y sus visiones son cada vez más caóticas.
Enter The Void está filmada desde un punto de vista de primera persona, que a menudo flota sobre las calles de la ciudad, y ocasionalmente incluye a Oscar, observando sobre su propio hombro cuando recuerda su pasado, invitándonos a sentir lo que el personaje quiere transmitir.
Como es común, Noé busca fastidiarnos con este relato cargado de metafísica, donde se trata de descifrar el verdadero sentido de la muerte, como un viaje de autoconocimiento, donde los tiempos son al azar, y donde siempre se vincula el acto a lo trascendental.
Algunos verán un filme visionario; otros, una reflexión sentida sobre un submundo real, contado sin tapujos, en un ritmo trepidante.
Y otros huirán despavoridos…
Noé explora la mente de sus personajes, ¡y hasta la vagina de una mujer!, insiste en largos planos subjetivos, y convierte la cámara, en un trapecista que desafía lo imposible.
Un viaje alucinado de la mano del “enfant” más terrible del cine francés.
“DMT only lasts for six minutes, but it really seems like an eternity.
It releases the same chemical your brain receives when you die.
It's a little like dying would be the ultimate trip”
¿Qué hay después de la muerte?
¿Qué hay durante ella?
¿Qué pasa en ese enigmático momento?
Así se resume la premisa de Enter The Void; que se caracteriza por su perversa e hipnótica utilización del sexo y la violencia; su película más “light” hasta la fecha; con la que va un paso más allá, y se expande en una compleja narración que se apodera de todo aquel que esté dispuesto a dejarse llevar, y a entrar en la vida, la muerte, la reencarnación, y el vacío.
Queda claro, que el punto más impresionante, es su propuesta visual, en conjunto con la fina producción sonora que la acompaña.
A través de esta experiencia inmersiva, el espectador es obligado a apreciar la vida del personaje principal, de una manera poco común.
La muerte, la vida, el sexo, las experiencias, los viajes alucinatorios, todo es sagrado y banal al mismo tiempo.
El relato es fácil de sintetizar en 3 capítulos:
El primer capítulo, describe en tiempo real todo lo que le sucede a Oscar, mientras su personaje está vivo.
El segundo capítulo empieza con la muerte de Oscar; convertido en un fantasma, o mejor dicho, en un espectador privilegiado, dónde descrito en una serie de “flashbacks”, se reconstruye los pasos anteriores a su muerte.
Y el tercer capítulo es el futuro de los personajes que dejó Oscar atrás en vida; mejor dicho, una serie de “flashforward”, durante la muerte del protagonista que termina en la nueva vida de él como reencarnado, o fin de su ciclo como espíritu, o espectador privilegiado.
Casi toda la narración, se construye a partir de una cámara cenital flotante que representa el estado post-mortem de Oscar, un “dealer” estadounidense, residente en Tokio, que mantiene una relación incestuosa con su hermana menor, Linda; una stripper de un “night club”, a la que el protagonista prometió cuidar durante su infancia, tras la brutal muerte de sus padres, en un accidente de tránsito; hecho que Noé insiste en mostrar en repetidas ocasiones.
Al principio, vemos a Oscar, representado a lo largo de todo este primer tramo desde una subjetiva terrenal, conversando con Linda en el balcón de su departamento en Tokio.
Tras la partida de su hermana, el joven “dealer” procede a probar algo de la mercadería que tiene a mano.
En medio de su “viaje” mental, Oscar recibe el llamado telefónico de uno de sus clientes, para que le lleve algo de su mercadería a una disco llamada “The Void”
Sin quebrar la continuidad del movimiento de cámara, y aún bajo el efecto audiovisual inducido por el consumo de drogas de su protagonista, vemos a Oscar emprender el camino hacia el sitio de entrega, en compañía de un amigo, lo que da pie a una larga conversación sobre “El Libro Tibetano de Los Muertos” y el ciclo de la reencarnación…
¿Esto, y lo que viene después, es el producto de la droga?
No se sabe…
Una vez en el interior de la disco, Oscar es traicionado por su cliente, quien lo entrega a la policía de Tokio, para terminar siendo asesinado, por las autoridades, de varios disparos en el baño del sitio.
Luego del correspondiente plano cenital, con el cuerpo de Oscar yaciendo en el piso en posición fetal, simbolismo del que Enter The Void por supuesto también abusa; la cámara inicia su extenso “trip” lisérgico mortuorio, alternando los recuerdos de infancia del protagonista, con los sucesos desencadenados en su entorno, a partir de su muerte.
¿Será el uso del N,N-dimetiltriptamina (DMT), el inicio de un viaje por un bucle interminable?
No se sabe…
En Enter The Void, la búsqueda del placer, ha quedado progresivamente asociada al consumo de sustancias, las vidas de los personajes se vuelven vacías, centradas en lo inmediato del placer, viviendo por y para las drogas, éstas no sólo circulan en el mercado como un plus de gozar, si no que se convierten también, en un medio de sustento, un trabajo más, incluso un trabajo como otros, necesario cuando se quiere conseguir dinero fácil.
Una droga psicodélica, es un psicotrópico, cuya principal acción consiste en alterar la cognición y la percepción de la mente, dando lugar a percepciones no ordinarias, generalmente consideradas ilusiones, alucinaciones, etc.
El término se deriva de palabras griegas que pueden traducirse como “manifestación del alma”
La implicación es que las drogas psicodélicas, pueden acceder y desarrollar el potencial no utilizado de la mente humana; y cada tipo de droga, está asociada a una cosmovisión concreta, y no siempre son adecuadas en todos los contextos, y ninguno describe por completo los efectos psicofisiológicos.
Algunas de ellas son las setas, la mezcalina, el LSD, el peyote, la salvia, y claro está, el DMT.
Lo que sí se sabe, es que algunos especulan, que la DMT, producida en pequeñas cantidades por humanos y mamíferos, participa en los efectos visuales del sueño natural, e incluso en las experiencias cercanas a la muerte, y otros estados místicos.
Un mecanismo bioquímico para estos efectos, fue propuesto por el investigador médico, J.C. Callaway, quien sugirió en 1988, que el DMT puede estar relacionado con el fenómeno del sueño visual, donde los niveles de DMT en el cerebro, son periódicamente aumentados para inducir alucinaciones oníricas visuales, y posiblemente otros estados naturales de conciencia.
El doctor Rick Strassman, sugiere que puede estar relacionada con las experiencias cercanas a la muerte.
Su síntesis, podría darse en la glándula pineal, y en su libro “The Spirit Molecule”, relaciona conceptos de la mística oriental como el chakra de la cabeza, o “sahasrara chakra”; o “el tercer ojo” o “Ajna chakra”, con esta parte del cerebro.
De forma recreativa, la DMT puede sintetizarse, y ser fumada en pipa sin necesidad de un inhibidor de la monoamino oxidasa (IMAO)
Sus efectos duran entre 5 y 30 minutos, y se caracterizan por una gran intensidad subjetiva, y fuertes y elaboradísimas alucinaciones, comunicaciones no verbales con “seres desconocidos”, “maquinaria y ciudades futuristas”, “viajes a otras realidades y planos”, “expansión mental”, etc.
La experiencia cinematográfica de Enter The Void, por su parte, es el enfoque principal; pero hay también un tema central:
El vacío.
Noé describe el tema, como “el sentimentalismo de los mamíferos, y la vacuidad brillante de la experiencia humana”
La dramaturgia después que Oscar ha sido disparado, está vagamente basado en “El Libro Tibetano de Los Muertos”, y culmina con la búsqueda del espíritu de un camino a la reencarnación.
“El Bardo Thodol”, en español, “La Liberación por Audición durante El Estado Intermedio”, más conocido en Occidente como “El libro Tibetano de Los Muertos”, es una guía de instrucciones para los moribundos y los muertos que, según la creencia del budismo tántrico del Tíbet, permite alcanzar la iluminación durante el periodo inmediato posterior a la muerte, y por algunos días más, a fin de evitar renacer e ingresar nuevamente al “samsara”, pues se considera que la muerte dura 49 días, y después de ello, sobreviene un renacimiento en el ciclo de la reencarnación.
Así, el texto da algunas recomendaciones a tener en cuenta durante ese “período intermedio”, conocido bajo el nombre tibetano de “Bardo”
Según la tradición, el libro fue escrito por Padma Sambhava, fundador del lamaísmo, y escondido como una terma.
La primera parte, “Estado transitorio del momento de la muerte”, describe el momento de la muerte; la segunda, “Estado transitorio de la realidad”, trata acerca del momento inmediato después de fallecer; y la tercera parte, “Estado transitorio del renacimiento”, maneja las cuestiones prenatales, incluyendo el nacimiento de los instintos.
El director, quien se opone a todas las creencias religiosas, dice que “Enter The Void es el sueño de alguien que leyó “El Libro Tibetano de Los Muertos”, y oye hablar de él, antes de sufrir un disparo.
No es la historia de que alguien muere, vuelva, y se reencarna; es la historia de alguien que está drogado cuando recibe el disparo, y quién tiene una entonación de su propio sueño”
Noé describe el final, como una recolección “del momento más traumático de su vida, su propio nacimiento”
El director, también deja la posibilidad de que la vida de Oscar empieza otra vez en un bucle infinito, debido a la percepción del tiempo del cerebro humano.
Lo que representa, entonces, es la ilusión.
Beatífica ilusión de no morir, tu vida en un fractal, un siglo en un segundo.
La ilusión de que ese pasillo, ese túnel arquetípico entrecortado por una fuente de luz, lleva alguna parte, y volverás a nacer con renovados bríos…
La mejor representación de esta ilusión, ilusión según Gaspar Noé, según la ciencia occidental, es el viaje de DMT.
De hecho, Gaspar Noé viajó a Sudamérica a tomar ayahuasca, cuyo principio activo es el DMT, y fumó también el químico...
Estudio textos budistas sobre la muerte y la reencarnación, y quiso representar de forma verosímil, el viaje de la muerte y el viaje del DMT.
Relató y dibujó sus experiencias, para que el colectivo de animación digital, BUF, representara el viaje.
Y los resultados son notables.
Enter The Void es quizás, la versión cinematográfica más fiel y lograda de un viaje de DMT, y sin embargo, es solo el viaje de DMT de una persona con su particular idiosincrasia, desde su lente, a través del cual observa el universo, y al observar, lo modifica.
No podría ser de otra forma, pero indudablemente refleja su mucha o poca sensibilidad espiritual.
Los neones fractales del viaje de DMT, se mueven predominantemente en tonos rojos, el color justamente en la antesala de la reencarnación, la luz blanca es asociada con la dimensión de los dioses; la luz roja con la dimensión de los dioses celosos; la luz azul con la dimensión humana; la luz verde con la dimensión animal; la luz amarilla con la dimensión fantasmal; y luz cenicienta con la dimensión infernal…
Y es que técnicamente, Enter The Void está bien lograda.
Para los amantes de la fotografía y de la edición; aquí encontraran muchos elementos con los cuales relacionarse.
Por ejemplo, la secuencia de títulos, son de ritmo rápido; de colores fuertes; y casi ilegibles los créditos, muy parecidos a estar dentro de una discoteca; en síntesis, pura polución visual de tipografía.
Las visiones fueron inspiradas por las experiencias cercanas a la muerte, y las alucinaciones inducidas por DMT; y Thomas Bangalter, más conocido como miembro de la banda Daft Punk, sirvió como director de efectos de sonido.
Marc Caro, trabajó como diseñador de escenarios.
Enter The Void, es una obra demencial y arriesgada; el diseñador franco-japonés Tom Kan, estuvo a cargo de tan epiléptico “opening tittle”, el cual fue reconocido por el Art Directors Club of Paris.
Enter The Void fue rodada en Super 35 y 16 mm, con una Arricam LT, y un Aaton XTR prod respectivamente.
El director de fotografía fue Benoît Debie, dice que muchas escenas exteriores, no requerían mucho trabajo adicional de iluminación, debido a los muchos letreros de neón en Tokio.
Sin embargo, la iluminación general, era mucho más complicada, en parte porque los estados de ánimo de los personajes, estaban destinados a ser indicados por distintos colores, que iban del naranja al morado.
Las técnicas de iluminación, incluían automatizado de iluminación, y escenas con luces estroboscópicas, con lo cual, el director de fotografía fue capaz de aumentar el tiempo de exposición de la película.
Debie y Noé, se turnaron como camarógrafos.
Aunque se tenía un guión de 100 páginas, muy poco diálogo fue escrito, y a los actores se les pidió improvisar sus líneas...
La decisión de usar actores de habla inglesa se hizo temprano.
Dado que Enter The Void sería muy visual, el director deseó que la audiencia sea capaz de enfocarse en las imágenes, y no quedar rezagado en los subtítulos.
Luego expresó su aprobación de usar voces dobladas en países de habla no inglesa.
El trabajo del “cast” es excepcional, Nathaniel Brown logra una extraordinaria sintonía con la audiencia, incluso cuando en un 90% no le vemos el rostro.
Paz de la Huerta acierta en su papel de la chica sin preocupaciones, desprotegida, infantil, y antagónica.
Enter The Void, es una película que puede ser bien tenida en cuenta para los estudiantes de cine, ya que Gaspar Noé, correctamente utiliza ciertos recursos narrativos.
Como por ejemplo, el destacable uso del plano-secuencia; que es la técnica narrativa, dónde se filma, sin que haya cortes, en la cámara, o injertos de montaje; léase Iñárritu recientemente.
Claramente, es una difícil tarea de realizar; y aunque hay pequeños cortes; en la gran mayoría del metraje está bien lograda.
En todos estos viajes, los espacios físicos adquieren una plasticidad y continuidad donde no hay cortes:
Desde un lugar se pasa al otro, se atraviesan paredes y orificios, nada hace límite en una fluidez en perfecta continuidad.
Pliegues y repliegues de las imágenes, expresan una especie de barroquismo audiovisual.
También destaco los diferentes recursos de ángulos visuales, como la cámara “semisubjetiva”, que es cuando la cámara toma parte del cuerpo del personaje; por lo general, desde atrás, y se puede apreciar, lo que el personaje ve; esta técnica, está bien ejemplificada, en el principio de Enter The Void.
Al igual, que el uso del “cenital”; que es cuando la cámara está puesta por encima del personaje, en un ángulo levemente perpendicular; y en el caso de Enter The Void, funciona perfectamente; ya que el cenital, es una referencia a Oscar, o sea, que el cenital es la visión, en primera persona de Oscar, por tanto, se traduce en la subjetiva del personaje.
El mayor problema de Enter The Void es el guión, por su predictibilidad… es extensa y lenta; demasiado aburrida, y no por su durabilidad, sino por lo poco que aporta en nivel dramático al espectador.
Hay demasiados tiempos muertos, para un film al que le falta dinamismo y acción dramática.
Si por acción, Gaspar Noé interpreta que mostrando un aborto o cuerpos mutilados en un accidente automovilístico, es suficiente, entonces menosprecia al espectador.
No obstante, lo visual me ha gustado.
Sí que es verdad que se desarrolla de una manera lenta, y contrasta el dinamismo de la cámara, con la esteticidad de la historia.
Ahora bien, la historia tiene claros elementos freudianos, como la tensión sexual entre hermanos, el niño que ama a su madre, y que poco después la ve manteniendo sexo con el padre; la impasibilidad del hijo frente a la muerte de sus padres, que contrasta con el duelo de la hija; por no hablar de la escena final en el Hotel Love...
Todo en segundas lecturas,  acompañado de juegos de luces bien relampagueantes, que inducen al estado catatónico y la dilatación de la pupila, junto con una música que pide la desinhibición.
Definitivamente, Enter The Void es un filme que requiere paciencia para darle oportunidad a las sensaciones que Gaspar Noé busca despertar.
Sin embargo, una vez en que el espectador entra en frecuencia, resulta ser una experiencia intensa y gratificante, al obligar una reflexión poco convencional, acerca del propósito de la vida.
Al final, lo único que queda es la violencia de una eyaculación, de un disparo en un lavabo sucio, de un feto abortado, de un tránsito que no es tal, sino un vertedero de las emociones, una corriente incontrolable y sin sentido llamada vivir, llamada morir.
Enter The Void es lo más parecido a soñar despierto, a saborear una pesadilla que en nuestro caso, sabemos que termina, una vez acaba la película… ¿o no?
“Do you remember that pact we made?
We promised to never leave each other”
¿Qué hay más allá de un viaje de DMT?
Sólo la muerte…
Esto es lo que descubre el protagonista de Enter The Void.
Según un koan, “en el aire hay innumerables budas”, algo como los ángeles que se anegan en la punta de una aguja, en el holograma del vacío cabe todo, el “Aleph”, la eternidad, y toda tu vida “flasheando”, y es hermoso.
Pero puede ser terrible, y puede haber una infinidad de demonios en una partícula, arremolinándose con la sustancia de una pesadilla que se repite, el infierno es lo mismo que sucede una y otra vez…
¿Cómo reencarnar?
Lo que Noé intenta representar, es la pesadilla, la otra cara del sueño que llamamos “realidad”
Según estudios científicos, al morir ocurre lo que se llama “dilación temporal”
“Una dilación relativista del tiempo, a último minuto que provee “una vida después de la muerte”, que en realidad ocurre microsegundos antes de la muerte, y que por su enorme dilación temporal, parece ocurrir después de la muerte”, dice el físico, Greggory Hammond.
Las drogas psicodélicas, lograron su más amplia popularidad durante la década de 1960, y principios de los 70, cuando las drogas como el LSD, fueron centrales en la subcultura “hippie” en Europa Occidental y los Estados Unidos.
Aunque los fármacos disminuyeron en popularidad, conservaron muchos seguidores en algunas regiones y culturas, y ha logrado una popularidad renovada durante los años 1990, cuando el LSD y el éxtasis, tenían una juventud significativa después en los Estados Unidos y Europa.
Durante la década de 1990, el LSD hizo algo de una reaparición como el éxtasis, una droga nueva “fiesta”
El éxtasis, también se hizo muy popular en Europa, más tarde en los Estados Unidos.
Actualmente, la Multidisciplinary Association for Psychedelic Studies (MAPS), una organización no lucrativa, busca impulsar la investigación sobre el uso terapéutico de sustancias psicodélicas, y marihuana, que se desarrolla en contextos médicos, legales, y culturales, para informar a la gente sobre sus riesgos y beneficios; donde se discutan los beneficios y daños que pueden ocasionar las drogas psicodélicas, además de hablar de varios estudios que han realizado, y sobre una posible legalización a largo plazo de algunas drogas.
Por otra parte, aunque es difícil saber si Noé tiene conocimientos de esto, el DMT, según, El Dr. Rick Strassman, se secreta en la glándula pineal, “el tercer ojo”, y la glándula pineal se forma en el feto humano, a la 7ª semana, lo que es equivalente a los 49 días que se dice en “El Bardo Thodol” tarda un alma en reencarnar.
Es solo una conjetura…
¿Pero es posible que el alma humana entre al cuerpo humano a través de la glándula pineal?
Rene Descartes fue famosamente ridiculizado, por decir que esta misteriosa glándula, como un psicoducto, secretaba espíritus…
Y si esto es así, entonces:
¿Qué es el DMT, llamado “la molécula del espíritu” por Strassman?
¿Tal vez un neurotransmisor espiritual, una especie de “stargate” químico entre planos dimensionales?
Este tema abre nuevas preguntas, preguntas fascinantes, que se vuelven vórtices en el centro de la condición humana.
Tal vez alguien haga en un futuro la película del DMT, y de la muerte, en la que sea la luz blanca la que se manifieste en las visiones, y podamos, entonces sí, “entrar al vacío” y no volver a nacer, como una mariposa que entra al sol.

“We'll never die”



Comentarios

Entradas populares