The Gift
“See, you're done with the past, but the past is not done with you”
Las consecuencias del “bullying” son muy graves, físicas, y especialmente psicológicas, y algunas personas pueden tener secuelas durante toda la vida.
Las consecuencias del acoso escolar, son muchas y profundas; para la víctima, las consecuencias se hace notar con una evidente baja autoestima, actitudes pasivas, trastornos emocionales, problemas psicóticos, depresión, ansiedad, pensamientos suicidas, entre otros.
También se suman a eso, la pérdida de interés por las cuestiones relativas a los estudios, lo cual puede desencadenar una situación de fracaso escolar, así como la aparición de trastornos fóbicos de difícil resolución.
Se puede detectar a una víctima de acoso escolar, por presentar un constante aspecto contrariado, triste, deprimido, por faltar frecuentemente, y tener miedo a las clases, o por tener un bajo rendimiento escolar.
Aparte de eso, también corresponde al plano físico, presentando dificultad para conciliar el sueño, dolores en el estómago, el pecho, de cabeza, náuseas, y vómitos, llanto constante, entre otros.
Sin embargo, eso no quiere decir, que todos los niños que presenten este cuadro, estén sufriendo por un acoso escolar.
Antes de dar un diagnóstico al problema, es necesario que antes se investigue, y se observe más al niño.
En cuanto a los efectos del “bullying” sobre los propios agresores, algunos estudios indican, que los ejecutores pueden encontrarse en la antesala de las conductas delictivas.
También, el resto de espectadores, la masa silenciosa de compañeros que, de un modo u otro, se sienten amedrentados por la violencia de la que son testigos, se siente afectado, logrando provocar cierta sensación de que ningún esfuerzo vale la pena en la construcción de relaciones positivas.
Para el agresor, el “bullying” le dificulta la convivencia con los demás niños, le hace actuar de forma autoritaria y violenta, llegando en muchos casos, a convertirse en un delincuente o criminal.
Normalmente, el agresor se comporta de una forma irritada, impulsiva e intolerante.
No saben perder, necesitan imponerse a través del poder, la fuerza, y la amenaza, se meten en las discusiones, cogen el material del compañero sin su consentimiento, y exteriorizan constantemente, una autoridad exagerada.
Por último están las consecuencias en los observadores.
Un aprendizaje sobre cómo comportarse ante situaciones injustas:
La indiferencia; asumir la actitud de “no es mi problema, yo no me meto, así es la vida”
Posturas individualistas y egoístas; deficiente aprendizaje sobre cómo comportarse ante situaciones injustas.
Exposición; observación y refuerzo de modelos inadecuados de actuación.
Falta de sensibilidad ante el sufrimiento de los otros, se produce una desensibilización por la frecuencia de los abusos; etc.
En el cine, Alfred Hitchcock decía que el éxito de un villano, era directamente proporcional al éxito de una película.
El director se esmeraba a la hora de crear antagonistas que pudieran causar el terror con la anticipación, y no necesariamente con la entrega final.
Este arte, no es manejado por muchos en la industria del cine actual, porque seamos realistas, hay cierta vagancia a la hora de escribir guiones con personajes interesantes.
Pareciera que cualquiera tiene razones suficientes para ser malo, y el espectador ha perdido la curiosa práctica de querer entender a todos los que se mueven en la trama.
¿Hasta qué punto somos capaces de pisotear a los demás, para estar en lo más alto?
Y más aún, si tenemos huellas de un pasado dispuesto a perseguirnos.
En el “bullying”:
¿Quién es el malo?
El agresor, con posible trastorno adquirido… el agredido, que puede recurrir a la venganza por el daño hecho; o los espectadores, por no hacer nada ante el conocimiento de los hechos.
“The sins of the past will become your present”
The Gift es una película de suspense, del año 2015, escrita y dirigida por Joel Edgerton.
Protagonizada por Jason Bateman, Rebecca Hall, Joel Edgerton, Beau Knapp, Allison Tolman, David Denman, P.J. Byrne, Tim Griffin, Beth Crudele, entre otros.
El proyecto fue anunciado por primera vez, en agosto de 2012, cuando se informó de que Joel Edgerton había escrito un guión de un “thriller” psicológico titulado “Weirdo”, con la que Edgerton estaría también haciendo su debut como director.
Sus fuentes de inspiración para el guión, incluyen:
Alfred Hitchcock, la película “Fatal Attraction” (1987); y la película francesa de Michael Haneke, “Caché” (2005), así como “La Trilogía de La Venganza” de Park Chan-wook.
Con un presupuesto de $5 millones, logró recaudar $59 millones, siendo el primer lanzamiento cinematográfico para el distribuidor STX Entertainment.
Filmado enteramente en California, EEUU, The Gift es un “thriller” psicológico, intenso, en donde todos los personajes tienen esta cualidad humana imperfecta, por eso cometen errores, mienten, desconfían, se castigan, y buscan venganza.
Y es que a Simon (Jason Bateman) y Robyn Callum (Rebecca Hall) las cosas le van bien.
Se acaban de mudar a una casa más amplia en Los Angeles, y ella parece ir superando el trauma de haber abortado tiempo atrás…
En la nueva ciudad, Simon se encuentra por casualidad, con Gordon “Gordo” Mosley (Joel Edgerton), excompañero con el que estudió durante la infancia.
Tímido, amable, con mirada triste, “Gordo” aprovechará la oportunidad para recuperar… ¿la amistad?
Solo hay un problema:
Simon no está interesado en dejarlo entrar en su vida.
Y no pasa mucho tiempo, para que “Gordo” empiece a llevarles regalos, y casi acecharles con la supuesta “amistad”
Pero hay poca honestidad en sus palabras, y todo parece ser un juego sucio, para destapar algunos secretos del pasado.
Al final quedará la duda:
¿Quién es el malo?
¿Porque aparece este tipo justo ahora?
The Gift apuesta por un juego de pistas y giros en su argumento, en donde nada es lo que parece, ni nadie es lo que aparenta, navegando en la psicología de todos sus personajes, y revirtiendo constantemente la compasión que llegamos a sentir por uno u otro personaje.
The Gift es una de esas cintas, que seguramente dejarán en claro algo:
Es muy difícil escapar al pasado; resultando en una experiencia memorable, envuelta en una historia suficientemente perturbadora y macabra, llena de rencor y venganza.
“You see what happens when you poison other people's mind with ideas?”
Joel Edgerton, actor australiano de vasta trayectoria en cine y televisión, dirige, escribe, y coprotagoniza su primera película, una interesante apuesta de intriga, que bebe del suspenso más clásico, para llevar adelante una historia atrapante como pocas; y nos sumerge en una historia de venganza, pero una venganza que se sirve en plato frio, muy frio.
The Gift enmarcada en el subgénero denominado “Home Invasion”, muy popular a principio de la década de 1990, que siempre contaba la historia de una pareja asediada por un asesino, que se camuflaba bajo la máscara de un atractivo vecino, una encantadora niñera, o una posible nueva amiga; desconocidos que amenazan la paz de un matrimonio pudiente estadounidense, prototipo de lo que se viene conociendo como “WASP” o “White Anglo-Saxon Protestan”
Y es fácil ver la obvia patada a la élite acomodada; pues no hay beneficio sin un pequeño sacrificio, y no vamos a ser tan inocentes de pensar, que todos y cada uno de los ricachones que tienen una casa lujosa a los suburbios, no han sido unos bastardos que han hecho la vida imposible a otros tantos.
Y esta venganza, acompañada de una buena puesta en escena, suele entretener.
El guión, obra del propio Edgerton, no inventa nada, ni pretende hacerlo, y es que el director ha sabido reciclar a la perfección, las principales convenciones del género, dotándolas de vida propia, y cambiando por completo el punto de vista habitual de este tipo de cintas.
Quizás, uno espera el típico desarrollo de películas, en las cuales residen antagonistas acosadores, pero en The Gift, se devela a profundidad, la personalidad del raro, el exitoso, y la esposa entregada y quebrada por la pérdida de su hijo.
El guión gustó mucho, porque muestra en detalle, la personalidad de cada uno de sus personajes, el lenguaje interno que se vive en la relación, y cómo el pasar del tiempo, trae a episodios antiguos de la vida.
En este caso, preguntarse por las personas con quien estudiaste en el colegio, sobre qué será de sus vidas, y las situaciones por las que tuvieron que pasar, para llegar donde están.
The Gift cuenta con el perdón como uno de los temas subyacentes.
El personaje de Edgerton, es incapaz de perdonar algo que el personaje de Jason Bateman hizo y dijo 25 años antes…
También, ha gustado que el pasado forme parte de uno mismo, y de la vida actual, por mucho que se intente mantener tras un muro de contención, como algo ajeno.
El otro mensaje, tiene que ver con el matrimonio, y cómo a menudo es una trampa pensar, que solo por compartir cama, también se comparten secretos o confianza totales.
Si bien, durante su primera mitad carece de ritmo, esto es imprescindible para presentarnos a los personajes, e instalar una atmósfera incómoda, sobre todo en las escenas en donde los 3 personajes principales comparten pantalla, gracias a un trabajo sólido, tanto de Bateman; la siempre eficaz Rebecca Hall; como de Edgerton, un villano alejado de los cánones con el que empatizamos desde el primer minuto.
Bateman/Hall forman una joven pareja de casados, que tras la pérdida de su primer hijo, deciden mudarse a Los Angeles para probar un nuevo rumbo en sus vidas.
En la búsqueda de este nuevo rumbo, y estructuración de su hogar; Simon se encuentra con “Gordo”, un viejo amigo de la escuela, quién instantáneamente se conecta a ellos, con una intención de recuperar el tiempo perdido después de tantos años de distanciamiento.
Comienza entonces, el episodio oscuro de la obra, con la pretensión de la parte de “Gordo”, de una amistad unilateral, que va a desatar una serie de sucesos en la vida de la pareja, que hacen que uno como espectador, sienta acoso, lástima, odio, e intolerancia.
The Gift logra mantener la intriga y la tensión en todo momento, plantando la duda en el espectador:
¿Cuáles son las intenciones de este personaje?
Este conocido, ni siquiera “amigo” de la infancia, que de un día para otro se mete en la vida de la pareja:
¿Por qué y para qué?
La genialidad de Joel Edgerton como director, es como juega sus cartas, y que no tenemos claro, si realmente lo que le sucede a la pareja durante todo el metraje es por culpa de “Gordo”, es más, ni siquiera tenemos la certeza de que esa “venganza”, finalmente se lleve a cabo...
Los detalles, la intensidad, las emociones, y los resultados del éxito de The Gift, dependen estrictamente de nuestra empatía o nuestro odio por cada uno de los actores en esta enajenada historia.
Personajes muy ambiguos y matizados, que requieren de extraordinarias caracterizaciones, como en las que este caso nos brindan un Jason Bateman quien, bien por él, sigue la senda que últimamente le aleja del género de la comedia en la que en un principio, parecía encasillado.
Y se puede subrayar, el extraordinario trabajo interpretativo de los 3 protagonistas en general, llenos de matices y lados oscuros.
Pero es especialmente sorprendente, Jason Bateman, con un personaje complicado, pero que sabe controlar, dotándolo de múltiples aristas que ganarán, sin duda, con posteriores revisiones.
El propio Joel Edgerton, cuyo complejo y misterioso personaje, demuestra tener perfectamente interiorizado.
Como dato, Joel Edgerton quería centrarse en dirigir, por lo que filmó sus propias escenas como “Gordo” especialmente en 2 semanas de rodaje, y las completó en 7 días.
“Me gustan esas películas que tienen este tipo de suspenso.
Quería hacer un “thriller” que partiera de la idea de crear una historia sobre alguien que no es tan bueno.
Quería hacer algo exótico, que no fuera solamente “te voy a atrapar, me voy a vengar”
Quería plantear qué, tanto Simon y “Gordo”, habían cambiado.
Y cuando Simon tiene esa incapacidad de disculparse, es cuando comienza la venganza”, destacó.
“Gordo”, el intruso en el matrimonio, demuestra sus buenas intenciones, y reafirma que su valor como persona, no radica en un malestar social que, por lo que parece, le ha sido injusto desde su infancia hasta su presente.
Y es de hecho, este personaje el que hace de The Gift, una película tan sobresaliente; mientras nosotros como espectadores, nos mantenemos firmes en que “Gordo” es el villano que necesitamos odiar, él mismo nos contragolpea con actitudes y razones que, no sólo entendemos a la perfección, sino que justifican el desenlace.
En esos extremos representados en los personajes de “Gordo” y Simon, entra Robyn.
Edgerton explica, que este personaje es el centro de la trama:
“Robyn es honesta, una persona en la que se puede confiar, todo lo contrario del personaje de Jason.
Quizás ella en el pasado, hizo algo de lo que se arrepienta, pero logró estar en paz con ello.
Esta es la historia de, cómo estas personas han evolucionado después de un periodo de tiempo, ver si son los mismos, o si han cambiado”, agregó el director.
Cuando se trata de percibir a “Gordo”, Robyn es absolutamente confiada y crédula, ignorando los obvios indicios de comportamiento psicopático del tipo:
“A mí me parece un buen tipo, hay que invitarlo, no hables así de él, yo lo comprendo, ahora hay que aceptar su invitación; hay que agradecerle, ahora hay que disculparse con él”
Pero que en cambio, a la hora de albergar sospechas, e investigar cosas de su marido, se convierte en una detective aficionada de temer…
Es un personaje definido con coherencia, sin dudas; pero su papel no me pareció muy creíble, incluso llegue a pensar que tenía algo que ver con “Gordo”, porque me pareció muy exagerada, e incluso paranoica su obsesión por él; y poco creíbles todas sus reacciones.
“Gordo” les mató a sus peces, y secuestró al perro, pero aun así, ella sigue insistiendo, con que el marido debería volver a tomar contacto con “Gordo”
Una mujer real, no querría volver a verlo ni en figura.
Y luego, de enamorada total, pasa a abandonar al esposo, porque se enteró de que su marido hacía “bullying” cuando iba al colegio, y que “Gordo” fue una de sus víctimas desgraciadas, y que ha decidido vengarse...
Rebecca Hall asegura, que se considera una persona que perdona y olvida, pero reconoce que es difícil.
Para ella, The Gift va más allá:
“No va tanto sobre la voluntad de perdonar, sino más bien, sobre el hecho de que es más fácil hacerlo, si alguien asume la responsabilidad de lo que ha hecho.
Si alguien fue un abusador en el pasado, puede seguir siéndolo, pero de forma más sutil, más aguda, menos evidente”
Pero The Gift es exactamente eso; una película que vas viendo y dices:
“No creo que vaya a pasar”, y pasa…
En eso radica un buen villano, alguien que te hace adivinar sus peores acciones, si tan solo recurres al lado perverso y oscuro de tu alma.
¿Cuál es el villano?
Si hay que hablar de defectos, quizás es posible que le haya faltado algo más de maldad, o como “Gordo” logra influir tanto en el personaje de Robyn, cosa que me pareció un tanto forzado.
Y sobre “el regalo” del título, nada que una prueba de paternidad logre resolver… pero la paranoia y la duda, han sido sembradas.
Si al final, el antiguo compañero no hubiera tenido nada que ver en los hechos, habría sido genial…
O que Robyn se haya aliado con “Gordo” como venganza de Simon…
No así, The Gift estudia la presunción y el valor real de las personas:
Robyn, la esposa, es simplemente la extensión de nosotros como público, observa y emite sus propios juicios en distintas etapas del metraje; y al final, tanto ella como nosotros, nos llevamos algo fructífero y conveniente, así sea que hayamos sufrido inconscientemente en el proceso.
Sin ser un filme moralista, The Gift resulta dar una lección sobre el poder de las palabras, en la vida de otros.
“Kids, kids are mean”
The Gift acaba por desembocar en un inteligente y complejo drama íntimo, familiar, incluso social, que activa además, la alarma de las devastadoras consecuencias que, no solo a corto plazo, sino también a largo, pueden provocar los traumas causados por el “bullying”, tanto entre aquellas víctimas que alguna vez lo han llegado a padecer y sufrir, como entre quienes lo han provocado, ofreciendo así, un punto de vista al que no estamos tan habituados.
The Gift, es una película que nos ratifica que, por más años que tengamos en pareja, las ilusiones que se construyen, y los deseos de una vida mejor, no llegamos a conocer las vivencias y secretos que residen en cada ser humano.
Secretos incluso de la vida como estudiante, y que después de tantos años revelan la verdadera naturaleza de las personas.
Acciones adolescentes, que pueden afectar terceros, y cómo este quiebre, puede definir la vida presente.
La figura del abusador, no sólo se desarrolla en nuestra infancia en los colegios, sino que es llevada a nuestra madurez, pero de distinta forma y de manera más sutil, en nuestros trabajos, familias y grupo de amistades, camuflándose muchas veces en triunfos profesionales y personales, que esconden a auténticos trepadores, abusadores, y personas carentes de ética y escrúpulos.
The Gift te lleva a recordar, el daño que pueden hacer las palabras, y los actos malintencionados, de nosotros como “seres humanos”
Y quizá nunca se pueda escapar del miedo a ser ajeno en vida propia.
Porque todos, de una manera u otra, hemos hecho cosas terribles, y todos, de una manera u otra, hemos tenido que reinventarnos dejándolas atrás.
“El regalo” sería, esa probabilidad de que un terror del pasado nos alcance.
Lección Hitchcock:
Tomar nota de nuestra vivencia, reflexionar, y analizar si nos merecemos recibir un regalo… muy pronto.
“Good people deserve good things”
Las consecuencias del “bullying” son muy graves, físicas, y especialmente psicológicas, y algunas personas pueden tener secuelas durante toda la vida.
Las consecuencias del acoso escolar, son muchas y profundas; para la víctima, las consecuencias se hace notar con una evidente baja autoestima, actitudes pasivas, trastornos emocionales, problemas psicóticos, depresión, ansiedad, pensamientos suicidas, entre otros.
También se suman a eso, la pérdida de interés por las cuestiones relativas a los estudios, lo cual puede desencadenar una situación de fracaso escolar, así como la aparición de trastornos fóbicos de difícil resolución.
Se puede detectar a una víctima de acoso escolar, por presentar un constante aspecto contrariado, triste, deprimido, por faltar frecuentemente, y tener miedo a las clases, o por tener un bajo rendimiento escolar.
Aparte de eso, también corresponde al plano físico, presentando dificultad para conciliar el sueño, dolores en el estómago, el pecho, de cabeza, náuseas, y vómitos, llanto constante, entre otros.
Sin embargo, eso no quiere decir, que todos los niños que presenten este cuadro, estén sufriendo por un acoso escolar.
Antes de dar un diagnóstico al problema, es necesario que antes se investigue, y se observe más al niño.
En cuanto a los efectos del “bullying” sobre los propios agresores, algunos estudios indican, que los ejecutores pueden encontrarse en la antesala de las conductas delictivas.
También, el resto de espectadores, la masa silenciosa de compañeros que, de un modo u otro, se sienten amedrentados por la violencia de la que son testigos, se siente afectado, logrando provocar cierta sensación de que ningún esfuerzo vale la pena en la construcción de relaciones positivas.
Para el agresor, el “bullying” le dificulta la convivencia con los demás niños, le hace actuar de forma autoritaria y violenta, llegando en muchos casos, a convertirse en un delincuente o criminal.
Normalmente, el agresor se comporta de una forma irritada, impulsiva e intolerante.
No saben perder, necesitan imponerse a través del poder, la fuerza, y la amenaza, se meten en las discusiones, cogen el material del compañero sin su consentimiento, y exteriorizan constantemente, una autoridad exagerada.
Por último están las consecuencias en los observadores.
Un aprendizaje sobre cómo comportarse ante situaciones injustas:
La indiferencia; asumir la actitud de “no es mi problema, yo no me meto, así es la vida”
Posturas individualistas y egoístas; deficiente aprendizaje sobre cómo comportarse ante situaciones injustas.
Exposición; observación y refuerzo de modelos inadecuados de actuación.
Falta de sensibilidad ante el sufrimiento de los otros, se produce una desensibilización por la frecuencia de los abusos; etc.
En el cine, Alfred Hitchcock decía que el éxito de un villano, era directamente proporcional al éxito de una película.
El director se esmeraba a la hora de crear antagonistas que pudieran causar el terror con la anticipación, y no necesariamente con la entrega final.
Este arte, no es manejado por muchos en la industria del cine actual, porque seamos realistas, hay cierta vagancia a la hora de escribir guiones con personajes interesantes.
Pareciera que cualquiera tiene razones suficientes para ser malo, y el espectador ha perdido la curiosa práctica de querer entender a todos los que se mueven en la trama.
¿Hasta qué punto somos capaces de pisotear a los demás, para estar en lo más alto?
Y más aún, si tenemos huellas de un pasado dispuesto a perseguirnos.
En el “bullying”:
¿Quién es el malo?
El agresor, con posible trastorno adquirido… el agredido, que puede recurrir a la venganza por el daño hecho; o los espectadores, por no hacer nada ante el conocimiento de los hechos.
“The sins of the past will become your present”
The Gift es una película de suspense, del año 2015, escrita y dirigida por Joel Edgerton.
Protagonizada por Jason Bateman, Rebecca Hall, Joel Edgerton, Beau Knapp, Allison Tolman, David Denman, P.J. Byrne, Tim Griffin, Beth Crudele, entre otros.
El proyecto fue anunciado por primera vez, en agosto de 2012, cuando se informó de que Joel Edgerton había escrito un guión de un “thriller” psicológico titulado “Weirdo”, con la que Edgerton estaría también haciendo su debut como director.
Sus fuentes de inspiración para el guión, incluyen:
Alfred Hitchcock, la película “Fatal Attraction” (1987); y la película francesa de Michael Haneke, “Caché” (2005), así como “La Trilogía de La Venganza” de Park Chan-wook.
Con un presupuesto de $5 millones, logró recaudar $59 millones, siendo el primer lanzamiento cinematográfico para el distribuidor STX Entertainment.
Filmado enteramente en California, EEUU, The Gift es un “thriller” psicológico, intenso, en donde todos los personajes tienen esta cualidad humana imperfecta, por eso cometen errores, mienten, desconfían, se castigan, y buscan venganza.
Y es que a Simon (Jason Bateman) y Robyn Callum (Rebecca Hall) las cosas le van bien.
Se acaban de mudar a una casa más amplia en Los Angeles, y ella parece ir superando el trauma de haber abortado tiempo atrás…
En la nueva ciudad, Simon se encuentra por casualidad, con Gordon “Gordo” Mosley (Joel Edgerton), excompañero con el que estudió durante la infancia.
Tímido, amable, con mirada triste, “Gordo” aprovechará la oportunidad para recuperar… ¿la amistad?
Solo hay un problema:
Simon no está interesado en dejarlo entrar en su vida.
Y no pasa mucho tiempo, para que “Gordo” empiece a llevarles regalos, y casi acecharles con la supuesta “amistad”
Pero hay poca honestidad en sus palabras, y todo parece ser un juego sucio, para destapar algunos secretos del pasado.
Al final quedará la duda:
¿Quién es el malo?
¿Porque aparece este tipo justo ahora?
The Gift apuesta por un juego de pistas y giros en su argumento, en donde nada es lo que parece, ni nadie es lo que aparenta, navegando en la psicología de todos sus personajes, y revirtiendo constantemente la compasión que llegamos a sentir por uno u otro personaje.
The Gift es una de esas cintas, que seguramente dejarán en claro algo:
Es muy difícil escapar al pasado; resultando en una experiencia memorable, envuelta en una historia suficientemente perturbadora y macabra, llena de rencor y venganza.
“You see what happens when you poison other people's mind with ideas?”
Joel Edgerton, actor australiano de vasta trayectoria en cine y televisión, dirige, escribe, y coprotagoniza su primera película, una interesante apuesta de intriga, que bebe del suspenso más clásico, para llevar adelante una historia atrapante como pocas; y nos sumerge en una historia de venganza, pero una venganza que se sirve en plato frio, muy frio.
The Gift enmarcada en el subgénero denominado “Home Invasion”, muy popular a principio de la década de 1990, que siempre contaba la historia de una pareja asediada por un asesino, que se camuflaba bajo la máscara de un atractivo vecino, una encantadora niñera, o una posible nueva amiga; desconocidos que amenazan la paz de un matrimonio pudiente estadounidense, prototipo de lo que se viene conociendo como “WASP” o “White Anglo-Saxon Protestan”
Y es fácil ver la obvia patada a la élite acomodada; pues no hay beneficio sin un pequeño sacrificio, y no vamos a ser tan inocentes de pensar, que todos y cada uno de los ricachones que tienen una casa lujosa a los suburbios, no han sido unos bastardos que han hecho la vida imposible a otros tantos.
Y esta venganza, acompañada de una buena puesta en escena, suele entretener.
El guión, obra del propio Edgerton, no inventa nada, ni pretende hacerlo, y es que el director ha sabido reciclar a la perfección, las principales convenciones del género, dotándolas de vida propia, y cambiando por completo el punto de vista habitual de este tipo de cintas.
Quizás, uno espera el típico desarrollo de películas, en las cuales residen antagonistas acosadores, pero en The Gift, se devela a profundidad, la personalidad del raro, el exitoso, y la esposa entregada y quebrada por la pérdida de su hijo.
El guión gustó mucho, porque muestra en detalle, la personalidad de cada uno de sus personajes, el lenguaje interno que se vive en la relación, y cómo el pasar del tiempo, trae a episodios antiguos de la vida.
En este caso, preguntarse por las personas con quien estudiaste en el colegio, sobre qué será de sus vidas, y las situaciones por las que tuvieron que pasar, para llegar donde están.
The Gift cuenta con el perdón como uno de los temas subyacentes.
El personaje de Edgerton, es incapaz de perdonar algo que el personaje de Jason Bateman hizo y dijo 25 años antes…
También, ha gustado que el pasado forme parte de uno mismo, y de la vida actual, por mucho que se intente mantener tras un muro de contención, como algo ajeno.
El otro mensaje, tiene que ver con el matrimonio, y cómo a menudo es una trampa pensar, que solo por compartir cama, también se comparten secretos o confianza totales.
Si bien, durante su primera mitad carece de ritmo, esto es imprescindible para presentarnos a los personajes, e instalar una atmósfera incómoda, sobre todo en las escenas en donde los 3 personajes principales comparten pantalla, gracias a un trabajo sólido, tanto de Bateman; la siempre eficaz Rebecca Hall; como de Edgerton, un villano alejado de los cánones con el que empatizamos desde el primer minuto.
Bateman/Hall forman una joven pareja de casados, que tras la pérdida de su primer hijo, deciden mudarse a Los Angeles para probar un nuevo rumbo en sus vidas.
En la búsqueda de este nuevo rumbo, y estructuración de su hogar; Simon se encuentra con “Gordo”, un viejo amigo de la escuela, quién instantáneamente se conecta a ellos, con una intención de recuperar el tiempo perdido después de tantos años de distanciamiento.
Comienza entonces, el episodio oscuro de la obra, con la pretensión de la parte de “Gordo”, de una amistad unilateral, que va a desatar una serie de sucesos en la vida de la pareja, que hacen que uno como espectador, sienta acoso, lástima, odio, e intolerancia.
The Gift logra mantener la intriga y la tensión en todo momento, plantando la duda en el espectador:
¿Cuáles son las intenciones de este personaje?
Este conocido, ni siquiera “amigo” de la infancia, que de un día para otro se mete en la vida de la pareja:
¿Por qué y para qué?
La genialidad de Joel Edgerton como director, es como juega sus cartas, y que no tenemos claro, si realmente lo que le sucede a la pareja durante todo el metraje es por culpa de “Gordo”, es más, ni siquiera tenemos la certeza de que esa “venganza”, finalmente se lleve a cabo...
Los detalles, la intensidad, las emociones, y los resultados del éxito de The Gift, dependen estrictamente de nuestra empatía o nuestro odio por cada uno de los actores en esta enajenada historia.
Personajes muy ambiguos y matizados, que requieren de extraordinarias caracterizaciones, como en las que este caso nos brindan un Jason Bateman quien, bien por él, sigue la senda que últimamente le aleja del género de la comedia en la que en un principio, parecía encasillado.
Y se puede subrayar, el extraordinario trabajo interpretativo de los 3 protagonistas en general, llenos de matices y lados oscuros.
Pero es especialmente sorprendente, Jason Bateman, con un personaje complicado, pero que sabe controlar, dotándolo de múltiples aristas que ganarán, sin duda, con posteriores revisiones.
El propio Joel Edgerton, cuyo complejo y misterioso personaje, demuestra tener perfectamente interiorizado.
Como dato, Joel Edgerton quería centrarse en dirigir, por lo que filmó sus propias escenas como “Gordo” especialmente en 2 semanas de rodaje, y las completó en 7 días.
“Me gustan esas películas que tienen este tipo de suspenso.
Quería hacer un “thriller” que partiera de la idea de crear una historia sobre alguien que no es tan bueno.
Quería hacer algo exótico, que no fuera solamente “te voy a atrapar, me voy a vengar”
Quería plantear qué, tanto Simon y “Gordo”, habían cambiado.
Y cuando Simon tiene esa incapacidad de disculparse, es cuando comienza la venganza”, destacó.
“Gordo”, el intruso en el matrimonio, demuestra sus buenas intenciones, y reafirma que su valor como persona, no radica en un malestar social que, por lo que parece, le ha sido injusto desde su infancia hasta su presente.
Y es de hecho, este personaje el que hace de The Gift, una película tan sobresaliente; mientras nosotros como espectadores, nos mantenemos firmes en que “Gordo” es el villano que necesitamos odiar, él mismo nos contragolpea con actitudes y razones que, no sólo entendemos a la perfección, sino que justifican el desenlace.
En esos extremos representados en los personajes de “Gordo” y Simon, entra Robyn.
Edgerton explica, que este personaje es el centro de la trama:
“Robyn es honesta, una persona en la que se puede confiar, todo lo contrario del personaje de Jason.
Quizás ella en el pasado, hizo algo de lo que se arrepienta, pero logró estar en paz con ello.
Esta es la historia de, cómo estas personas han evolucionado después de un periodo de tiempo, ver si son los mismos, o si han cambiado”, agregó el director.
Cuando se trata de percibir a “Gordo”, Robyn es absolutamente confiada y crédula, ignorando los obvios indicios de comportamiento psicopático del tipo:
“A mí me parece un buen tipo, hay que invitarlo, no hables así de él, yo lo comprendo, ahora hay que aceptar su invitación; hay que agradecerle, ahora hay que disculparse con él”
Pero que en cambio, a la hora de albergar sospechas, e investigar cosas de su marido, se convierte en una detective aficionada de temer…
Es un personaje definido con coherencia, sin dudas; pero su papel no me pareció muy creíble, incluso llegue a pensar que tenía algo que ver con “Gordo”, porque me pareció muy exagerada, e incluso paranoica su obsesión por él; y poco creíbles todas sus reacciones.
“Gordo” les mató a sus peces, y secuestró al perro, pero aun así, ella sigue insistiendo, con que el marido debería volver a tomar contacto con “Gordo”
Una mujer real, no querría volver a verlo ni en figura.
Y luego, de enamorada total, pasa a abandonar al esposo, porque se enteró de que su marido hacía “bullying” cuando iba al colegio, y que “Gordo” fue una de sus víctimas desgraciadas, y que ha decidido vengarse...
Rebecca Hall asegura, que se considera una persona que perdona y olvida, pero reconoce que es difícil.
Para ella, The Gift va más allá:
“No va tanto sobre la voluntad de perdonar, sino más bien, sobre el hecho de que es más fácil hacerlo, si alguien asume la responsabilidad de lo que ha hecho.
Si alguien fue un abusador en el pasado, puede seguir siéndolo, pero de forma más sutil, más aguda, menos evidente”
Pero The Gift es exactamente eso; una película que vas viendo y dices:
“No creo que vaya a pasar”, y pasa…
En eso radica un buen villano, alguien que te hace adivinar sus peores acciones, si tan solo recurres al lado perverso y oscuro de tu alma.
¿Cuál es el villano?
Si hay que hablar de defectos, quizás es posible que le haya faltado algo más de maldad, o como “Gordo” logra influir tanto en el personaje de Robyn, cosa que me pareció un tanto forzado.
Y sobre “el regalo” del título, nada que una prueba de paternidad logre resolver… pero la paranoia y la duda, han sido sembradas.
Si al final, el antiguo compañero no hubiera tenido nada que ver en los hechos, habría sido genial…
O que Robyn se haya aliado con “Gordo” como venganza de Simon…
No así, The Gift estudia la presunción y el valor real de las personas:
Robyn, la esposa, es simplemente la extensión de nosotros como público, observa y emite sus propios juicios en distintas etapas del metraje; y al final, tanto ella como nosotros, nos llevamos algo fructífero y conveniente, así sea que hayamos sufrido inconscientemente en el proceso.
Sin ser un filme moralista, The Gift resulta dar una lección sobre el poder de las palabras, en la vida de otros.
“Kids, kids are mean”
The Gift acaba por desembocar en un inteligente y complejo drama íntimo, familiar, incluso social, que activa además, la alarma de las devastadoras consecuencias que, no solo a corto plazo, sino también a largo, pueden provocar los traumas causados por el “bullying”, tanto entre aquellas víctimas que alguna vez lo han llegado a padecer y sufrir, como entre quienes lo han provocado, ofreciendo así, un punto de vista al que no estamos tan habituados.
The Gift, es una película que nos ratifica que, por más años que tengamos en pareja, las ilusiones que se construyen, y los deseos de una vida mejor, no llegamos a conocer las vivencias y secretos que residen en cada ser humano.
Secretos incluso de la vida como estudiante, y que después de tantos años revelan la verdadera naturaleza de las personas.
Acciones adolescentes, que pueden afectar terceros, y cómo este quiebre, puede definir la vida presente.
La figura del abusador, no sólo se desarrolla en nuestra infancia en los colegios, sino que es llevada a nuestra madurez, pero de distinta forma y de manera más sutil, en nuestros trabajos, familias y grupo de amistades, camuflándose muchas veces en triunfos profesionales y personales, que esconden a auténticos trepadores, abusadores, y personas carentes de ética y escrúpulos.
The Gift te lleva a recordar, el daño que pueden hacer las palabras, y los actos malintencionados, de nosotros como “seres humanos”
Y quizá nunca se pueda escapar del miedo a ser ajeno en vida propia.
Porque todos, de una manera u otra, hemos hecho cosas terribles, y todos, de una manera u otra, hemos tenido que reinventarnos dejándolas atrás.
“El regalo” sería, esa probabilidad de que un terror del pasado nos alcance.
Lección Hitchcock:
Tomar nota de nuestra vivencia, reflexionar, y analizar si nos merecemos recibir un regalo… muy pronto.
“Good people deserve good things”
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