ma ma

“El alma nunca muere”

La psicología de la mujer, naturalmente es diferente de la del hombre, pues se dirige al desarrollo de la identidad femenina.
Actualmente, no existe un concepto claro y bien definido de lo que es la identidad femenina, más allá de la maternidad o de la lozanía, la belleza, y el atractivo sexual.
La psicología de la mujer, requiere especialmente comprender su mundo emocional, y los profundos condicionamientos sociales, de los que la mujer ha sido víctima durante generaciones.
La mujer es “la madre y la maestra del mundo”, su condición natural, es la de pilar fundamental de las culturas, las sociedades, y los hombres, como raza inclusive.
No hay nada más femenino que la mama, que constituye un órgano de la estética femenina, y es además, una glándula sebácea modificada, que interviene en la lactancia materna.
Por tanto, la mama no es un órgano más, sino que es parte de la identidad femenina; expresado de otra forma, al humanizarse, la mama se convierte en seno.
Para la mujer, sus mamas cumplen una función estética para sí misma, antes que para los demás.
Si la función única de la mama femenina fuera la lactancia, como sucede en el resto de mamíferos, sus enfermedades tendrían sin duda, mucha menos trascendencia de la que tienen.
El cáncer de mama, entonces, posee fuertes representaciones sociales, ya que las mujeres temen el abandono de la pareja, involucrando el mundo afectivo y sexual, y deteriorando su autoestima, porque este cáncer compromete órganos que son, especialmente, erógenos y atractivos para ellas, a lo que se suma la desestabilización del proyecto de vida, lo que da lugar a un giro definitivo de las relaciones, y del estilo de vida, así como a cambios drásticos en el mundo laboral y social.
En Colombia, por ejemplo, se realizó un estudio en el que se expone que, frente al diagnóstico, las pacientes expresan temor a ser juzgadas por no prevenir y, a su vez, a recibir diagnóstico confirmatorio de la enfermedad.
Adicionalmente, imaginan los procedimientos como dolorosos.
En síntesis, las representaciones del cáncer de mama, en las mujeres del estudio, fueron bastante tenebrosas, y denotaron enorme temor a la perdida, a la mutilación, al dolor, y la muerte.
“¿Qué ocurre?
¿Estás enferma?”
ma ma es un drama español, del año 2015, escrito y dirigido por Julio Medem.
Protagonizado por Penélope Cruz, Luis Tosar, Asier Etxeandia, Teo Planell, Silvia Abascal, Mónica Sagrera, Àlex Brendemühl, Ciro Miró, Jon Kortajarena, entre otros.
ma ma ha sido rodada entre Madrid y Tenerife; y recibió recientemente, nominaciones a los Premios Platino como:
Mejor banda sonora para Alberto Iglesias, y mejor actriz para Penélope Cruz.
ma ma es un cuento/fábula, en el que los buenos pierden... y ganan.
Ganan en la medida que son capaces de entender la vida; de terminar, cuando se va terminando, y la manera de entender la vida.
Un canto a la vida, en la que la muerte quedaría integrada como generadora de vida.
Con sus juegos de palabras llenos de dobles sentidos, en la polisemia del título sin ir más lejos, sumetaforismo exacerbado, pero elegante, ese toque psicológico y profundo que adquiere la situación más nimia, cuando pasa por su original tamiz y, en lo particular de esta historia, la visión diferente, en positivo, de un tema tan espinoso que, aunque sea de refilón, nos ha tocado a todos de una u otra manera:
El cáncer de mama.
ma ma cuenta la historia de Magda (Penélope Cruz), una maestra en paro, que tras ser diagnosticada de cáncer de mama, mientras pasa el verano sola con su hijo (Teo Planell) en Madrid, porque Raúl su marido (Àlex Brendemühl), la ha abandonado para marcharse con una de sus alumnas.
Ella reacciona ante el diagnóstico, sacando toda la vida que lleva dentro, desde lo imaginable a lo inimaginable.
Su lucha valiente y optimista, hará posible que ella y su entorno más íntimo, vivan insospechadas escenas de humor, y delicada felicidad.
Por otro lado, Arturo (Luis Tosar), un ojeador del Real Madrid, al que ella conoce en un partido de fútbol en el que juega su hijo, pierde a su mujer y su hija, después de que las atropelle un coche.
Las experiencias simétricas de Magda y Arturo, ambos pasan el estío en un hospital, ambos acaban de perder a sus parejas, y sufren a causa de una muerte cercana; activan una dinámica de la atracción que les acaba convirtiendo en pareja.
Y, en breve, Magda vive en ella misma, la lucha entre 2 contrarios:
Su cuerpo alberga tanto el tumor que la puede llevar a la muerte, como la nueva vida de la hija que ha engendrado con Arturo.
Ante todo ello, Magda lo hace con una dosis de humor, y una gran valentía.
Mientras Arturo se ha volcado en encontrar un sentido a su vida en el consuelo espiritual, orando, y en una introspección personal; Magda es todo lo contrario:
Extrovertida, positiva, alegre, y que es capaz de ser generosa, en un momento tan duro, para con quienes le han hecho daño.
Y sabe perdonar sin más dios que el propio Arturo y su hijo.
Es ella, la que tiene que animar a los más desfavorecidos, como son el propio Arturo ante su desgracia o, a su manera, con el ginecólogo.
Y sabe sacar fuerzas de lo más recóndito de su alma, para tener unas emotivas palabras con su hijo.
Así las cosas, ma ma es un homenaje a todas las mujeres que han, y padecen cáncer de mama.
Es un regalo visual de toda la brega que tienen que pasar, desde que reciben la fatídica noticia; por lo que ma ma representa una forma de enfrentarse a la vida, ante las terribles encrucijadas que esta plantea; y es tratada con realismo, sensibilidad, fuerza, sin prejuicios, y sobre todo, como nunca antes se ha creado una obra sobre la temática del cáncer, y la visión que se puede tener de la vida.
Una película honesta, más que digna, y entregada, que espero sea vista por tanta gente como a la que le hace falta un mensaje conciliador en ese trayecto entre la vida y la muerte, al que todos tendremos acceso.
“Yo creo en la vida, que es lo único que sabemos, que tenemos”
El título “ma ma” parece ser ya una marca de autor.
Así, en minúscula y separado; marcando el territorio desde el principio.
Julio Medem parece avisarnos, de que vamos a asistir a una película diferente, que no es una cinta más que habla sobre el cáncer de mama, y sobre otras enfermedades terminales.
El director despliega su capacidad atmosférica y poética, en una experiencia que se mueve entre lo sublime y lo poético, pero que se llena de generosidad y autenticidad, gracias a la magia luminosa que desprenden sus personajes.
La fotografía de Kiko de la Rica, transforma el ambiente frío, desangelado y quirúrgico, típico de una clínica, en un entorno mullido y acogedor que envuelve a los protagonistas.
Aunque la propuesta de Medem no esconde una sublectura política de reivindicación de la sanidad pública, e incluso, en el arranque, hay cierto discurso de concienciación sobre la importancia de las revisiones ginecológicas, enunciado de forma harto prosaica; ma ma no pretende llevar a cabo una crónica realista en tono documental de una mujer mientras se somete al tratamiento de un cáncer, sino un retrato mucho más íntimo, donde priman las sensaciones de la protagonista.
Lo que aquí se nos cuenta, es el proceso que sigue la enfermedad, y las huellas que deja sobre una mujer con un marido ausente, y un hijo a su cargo, desde el momento cero, hasta el fatal desenlace, inevitable.
La historia, sobre el papel, tiene todos los elementos para convertirse en el típico melodrama de sobremesa, con enfermedades terminales como tema central, y su excesivo componente lacrimógeno.
Magda, una maestra a punto de quedarse en paro, y separada de un marido infiel, viéndose sola a cargo de su hijo, ve como su existencia se complica, todavía más, cuando es diagnosticada de cáncer de pecho.
Una situación ante la que la mayoría de las personas se desmoronaría, sirve para que la protagonista, todo un prodigio de positividad y alegría, reaccione exprimiendo cada segundo de vida, como si fuese el último, disfrutando al máximo cada pequeña alegría, y, lo que es más sorprendente, ayudando a levantar el ánimo de todas las personas que le rodean.
Así, ese ojeador de talentos futboleros, que acaba de sufrir una tremenda doble pérdida; pasando por el ginecólogo comprensivo y atento con serias dudas sobre el futuro de su estabilidad familiar; o el arrepentido ex-marido de Magda, encuentran en la inmensa humanidad de esta mujer, una balsa de salvación, aun cuando ella misma debe racionar sus escasas fuerzas, para llegar a cumplir las metas que se ha propuesto en un corto plazo de tiempo.
ma ma, más que un dramón fatalista, que lo es, en parte, pero está totalmente asumido; emerge como un poderoso canto a las ganas de vivir, al amor y a la maternidad, apoyándose para ello, en el inquebrantable sentido del humor del personaje de Magda, recordemos que la historia está narrada como fábula, con componentes surrealistas, y la naturalidad con que afronta la pérdida de su pecho, tras su empecinamiento por tratar de conservar el pezón… y pese a correr el riesgo de ser recibida como el trabajo más manipulador de Medem, también podría considerarse su trabajo más cercano, ya que el universo que presenta en esta ocasión, es más terrenal y reconocible, hasta identificable para el espectador.
Por más que de este planteamiento pudiésemos esperar algo oscuro, tenebroso y triste, lo que nos encontramos, en cambio, es una película alegre, clara y luminosa, teñida de blanco de principio a fin.
Un blanco que puede resultar gélido en ocasiones, pero blanco al fin y al cabo.
Las paredes del hospital, la decoración de las casas, la lechosa luz que impregna todo, y que se acentúa con la sobre exposición de cada uno de los planos, hasta la camiseta del Real Madrid, todo es de un blanco relucientemente atómico.
Una aproximación diferente, al inconfundible estilo Medem, a una temática que podría haber derivado en un dramón de lágrima a moco tendido, y que sin embargo, es capaz de emocionarnos.
De los personajes y el reparto:
Luis Tosar actuar de una forma tan involuntariamente mecánica, como aquí, donde encarna a un español medio, católico y apasionado del fútbol, que acompaña en el dolor y en el amor a la protagonista.
De Teo Planell, el hijo de Magda, solo sabemos que de mayor quiere cumplir su sueño de jugar en El Real Madrid.
Por supuesto, la relación paterno-filial que se establece entre Arturo y el chico, se articula por la pasión por el deporte.
Pero con Tosar, vuelve a demostrar su versatilidad para todo tipo de roles, incluso los que no le dan muy a menudo, es decir, el del amante padre y esposo.
Del ginecólogo Julián; no solo muestra una empatía emocional con su paciente, muy superior a lo que se le supone por su profesión.
Este personaje, visualiza muy bien el dilema estético de ma ma, que se debate entre cierta sobriedad impostada, con la paleta de colores tenues y blanquecinos, algunas elipsis, una música que evita la épica orquestal, pero resulta igualmente puntual con solo unas notas de piano.
Asier Etxeandia representar un papel peliagudo:
Es el que tiene que proporcionar las noticias más dolorosas a Magda, y es el que tiene que velar por su salud, y su figura es quizás, el personaje menos creíble en toda esta historia; pues difícilmente se encuentra un médico en la seguridad social que se comporte como este.
Al igual que el pequeño Teo Planell; Silvia Abascal tiene un papel que es simbólico, apenas poco más que un brillante cameo.
Y Penélope Cruz, como Magda, está prácticamente todo el metraje en pantalla.
Ella tienen innumerables registros; no solo a nivel de interpretación, sino en cuanto a lo físico.
Sus cambios son brutales:
Al principio, casi parece una chony, nada favorecida, incluso en sus maneras, por cierto, no muy de acorde con el papel que desempeña de profesora.
Tiene que pasar el trance de las sesiones de quimioterapia con su aspecto demacrado, llegando al extremo de aparecer completamente calva.
Además, por si esto no fuera suficiente, luce un embarazo, tanto vestida como en biquini.
Su evolución es muy evidente:
De ese aspecto un tanto vulgar del comienzo, evoluciona en los últimos momentos, a una belleza cómplice con la cámara; con pelo corto.
Directa e incuestionable.
La actitud de la protagonista absoluta, siempre está llena de fortaleza y optimismo, aunque su historia es muy dura, porque llega un punto en que su enfermedad recae, y toma una decisión crucial para que su hijo no se quede solo, aun sabiendo que eso puede acortar su vida.
Solamente el personaje principal, tiene un punto realista de debilidad, al hablar si está en el lado malo de la estadística, o un momento en la consulta del ginecólogo, cuando le comunica que su caso es irremediable, y llora de impotencia.
Pero aunque puede verse como una mujer echa a sí misma, nunca sus decisiones se ven cuestionadas por los hombres que la acompañan.
Así pues, el director quiso hacer un homenaje a las mujeres que han sufrido cáncer de mama, y la película habla de vivir, de la vida, y no de la muerte.
Y es que hay que tener habilidad para intentar meter alegría y humor en una película que va sobre un tumor en el pecho, y todo lo duro de esa realidad.
Pero también hay que tener destreza a la hora de plasmar un suceso tan duro y devastador como éste, y hacerlo sin caer en los tópicos de la tristeza, o también, en el soporífero “happiness”
Se le puede achacar que las historias se suceden sin lógica alguna sobre la pantalla, donde el espectador, se nota lejano debido al surrealismo de muchas escenas, y lo irreal del argumento.
Se le puede achacar a los personajes, que están agarrados con pinzas; sobre todo el médico que interpreta Asier, que cuenta que va a adoptar una niña, y que por problemas con su mujer, no lo hacen, pero sin llegar a darle verdadera importancia.
Pero el premio a personaje peor desarrollado, se lo lleva Luis Tosar.
A este hombre no le ocurren más que desgracias, y no sabe llorar en pantalla.
Se le muere la mujer y la hija, momento dramático que aunque no vaya a cuento sobre ello, sí emociona; y a las 2 semanas, se va a la playa con el personaje de Penélope Cruz, que recién a conocido...
Puede ser que eso ocurra, que para olvidar tu dolor, te vayas con alguien a quien apenas conoces para no pensar, yo no lo comparto, pero es posible; lo que no veo normal, es que se líe con ella, teniendo en cuenta lo recientemente que ha sido su pérdida, y que a partir de ese momento, esté con Magda como si nunca hubiera tenido una vida antes...
Adiós mujer y adiós hija, no se vuelven a mencionar…
Este exceso de positivismo, y de seguir con la vida como si nada, se puede aplicar al momento de la recaída del personaje de Penélope.
Vuelve a estar enferma, pero se queda embarazada, y a seguir adelante súper feliz…
Recordar que ella tienes células cancerígenas por todo su cuerpo, su madre y su abuela murieron de esta enfermedad…
¿Es que no piensas en tu hija?
Para rematar, sólo hubiera faltado que al final, cuando Magda muere, los personajes de Luis Tosar y Asier Etxeandia se hiciesen pareja, que bien hay muchos indicios, y así de nuevo, la familia feliz.
Sea como fuere, antes tales fallos, ma ma concluye con una breve dedicatoria:
“para ellas”
Porque Medem identifica este canto al vitalismo, con los preceptos tradicionales de feminidad que encarna el personaje de Penélope Cruz:
Madre, maestra y persona que da a luz en más de un sentido.
No solo tiene un hijo, y espera otro; Magda es un torrente de vitalidad y amor, que irradia alegría desde su rostro; resultando quizás, un relato más destinado al público femenino, y puede que sea aleccionador para el masculino.
ma ma tiene todos los ingredientes para ello, y sabe utilizarlos a su favor.
La entereza de Magda ante la enfermedad, arroja la suficiente luz y energía como para, en medio de un panorama tremendamente desolador, encontrar huecos para la felicidad y la esperanza.
Por otro lado, los problemas sociales, quieren estar presentes en ma ma:
Primero en la situación laboral de su protagonista, y después en las noticias que salen de una televisión que acrecienta las náuseas provocadas por la quimioterapia.
También toca temas como el deporte, la religión, y la adopción.
Pero al final, toda esa crítica social se ve consumida por el lirismo de su autor, y también por las ganas de rodar una historia de amor, y de fe.
En un momento, Magda le explica a su hijo, su propia concepción de la espiritualidad, alejada del catolicismo discreto que practica Arturo.
A través de las palabras del personaje de Penélope Cruz, Medem explicita las intenciones de ma ma, un drama que se aproxima a la muerte, para proclamar bien alto, su reivindicación de la vida.
ma ma solo pretende contar, qué pasa cuando asumimos que nos podemos morir, y en palabras de su director:
“Cuando tenemos la muerte en el horizonte cercano, como contrapunto, la vida que hay en medio se valora más.
Dicen que incluso se sobrevalora, ¿pues y qué?
No hay problema en que se sobrevalore la vida, ¿no?”
Pero la crítica le puede achacar que se muestra pretencioso, buscando fotogramas místicos, queriéndole dar un trasfondo, una unión de historias, que no encaja por ninguna parte, un sentido metafísico, filosófico, una lucha por la religión, y por la vida; pero todo en ma ma está calculado para provocar una emoción en el espectador, y pretende llevarlo de la mano, y decirle cuándo ha de reír y, sobre todo, cuando ha de llorar.
Así es el melodrama, pues debe reflejar la vida misma, que es una mezcolanza de risa y llanto, de alegría y dolor.
Entonces, tarea cumplida.
Por último, la hermosa banda sonora, aunque repetitiva en comparación con otros trabajos suyos, corre a cargo de Alberto Iglesias, además de las canciones interpretadas por Asier Etxeandia:
“Morena Mía” de Miguel Bosé y “Vivir” de Nino Bravo.
“Sería peor perder una pierna que una teta”
Las representaciones sociales de una enfermedad, son determinantes de los comportamientos culturales con respecto a la misma, en las cuales confluyen un complejo conjunto de conocimientos científicos y populares, la escala de valores y otros elementos culturales, como las creencias, que determinan la reacción general de la sociedad, y la particular de cada individuo frente a una enfermedad.
Nuestro organismo, está constituido por un conjunto de órganos, que a su vez están formados por células, que se dividen de forma regular, con el fin de reemplazar a las ya envejecidas o muertas; y mantener así la integridad y el correcto funcionamiento de los distintos órganos.
Este proceso, está regulado por una serie de mecanismos que indican a la célula, cuándo comenzar a dividirse, y cuándo permanecer estable.
Cuando estos mecanismos se alteran en una célula, ésta y sus descendientes, inician una división incontrolada que, con el tiempo, dará lugar a un tumor o nódulo.
Si estas células, además de crecer sin control, adquieren la facultad de invadir tejidos y órganos de alrededor, infiltración; y de trasladarse y proliferar en otras partes del organismo, metástasis; se denomina “tumor maligno”, que es a lo que llamamos “cáncer”
En particular, el cáncer de mama, es el tumor maligno que se origina en el tejido de la glándula mamaria.
Cuando las células tumorales, proceden del tejido glandular de la mama, y tienen capacidad de invadir los tejidos sanos de alrededor, y de alcanzar órganos alejados, e implantarse en ellos, hablamos de “cáncer de mama”; el tumor más frecuente en mujeres.
Pero el cáncer de mama no es una enfermedad exclusiva de mujeres, aunque en un porcentaje muy pequeño, los hombres también pueden padecerlo.
Sin embargo, más del 99% de los diagnósticos, ocurre en mujeres; y es el tumor más frecuente en las mujeres occidentales.
Solo en España, se diagnostican alrededor de 25.000 nuevos cánceres de mama al año; en los que 1 de cada 8 mujeres, tendrá cáncer de mama a lo largo de su vida.
Y más a ese 30% de ese 1 de 8, al final, mueren.
Según los datos de La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el cáncer de mama es el más frecuente en la mujer española, y supone el 29% de todos los cánceres.
Sin embargo, la mortalidad de este tipo de cáncer, ha descendido notablemente en los últimos años, debido a los avances en los programas de cribado, y en los tratamientos.
Pese a esto, sigue siendo la primera causa de muerte por cáncer en España en las mujeres.
La edad de máxima incidencia, está por encima de los 50 años pero, aproximadamente, el 10% se diagnostica en mujeres menores de 40 años.
La supervivencia media del cáncer de mama, tras 5 años es del 89,2%, situándose en más del 98% en el estadio I, y en el 24% en el estadio III.
Debido al ambiente social en que se desarrolla el hombre, quizás se pueda afirmar, que ninguna enfermedad es meramente biológica, ni meramente social.
Pero debido al órgano en particular, que es afectado por esta enfermedad, y además afectado en el tratamiento, el cáncer de mama es un ejemplo latente de, cómo una enfermedad biológicamente menos agresiva e invasiva que muchas otras, se puede convertir en una de las más temidas; pues la causa o causas que provocan el cáncer de mama, no se conocen.
Y es que el cáncer de mama, es el tumor maligno, que con mayor frecuencia aparece en mujeres embarazadas, tras el parto, o durante la lactancia; y no existen datos de incidencia fiables, presentándose en 1 de cada 3.000, a 10.000 mujeres gestantes.
En el día a día, todos los que te rodean, pareja, familia, amigos... serán un apoyo importante.
Por tanto, déjate querer, y déjate ayudar; pero sobre todo:
VIVE.
“La muerte es sólo la suerte / con una letra cambiada”, canta Sabina.
Ante esta certeza, no cabe arrugarse, sino vivir la vida con espíritu epicúreo.
Carpe Diem.

“Pensar, hablar, soñar, llorar, luchar, reír, sentir, amar, sufrir, eso es vivir, vivir”




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