Warcraft

“Two worlds.
One home”

La fantasía heroica, o fantasía épica, es un subgénero del género fantástico, principalmente de la literatura, y también presente en la historieta, el cine fantástico, y los juegos de rol, caracterizado por la presencia de seres mitológicos o fantásticos, la ambientación ficticia de carácter medieval, antiguo, indefinido o, en cualquier caso, sobre la base de sociedades tecnológicamente atrasadas, y un fuerte componente mágico y épico.
Se diferencia del relato fantástico, en que los elementos claramente ficticios, y los posibles o reales, armonizan entre sí, no creando tensiones, sino siendo unos continuaciones coherentes de los otros.
Una característica común, a gran parte de las obras de fantasía épica contemporánea, es que los protagonistas llevan una vida convencional, hasta que imprevisiblemente, una anomalía cambia sus vidas por completo; convertido en héroe, lucha contra todo tipo de adversidades.
Esta característica, suele estar presente en la fantasía en general, y tiene su origen en la literatura islandesa y escandinava, donde los protagonistas son casi siempre precoces, niños o adolescentes, diferentes a los demás en algunas características, que para probar sus capacidades, emprenden largos viajes donde encuentran aventuras y desventuras, y se dan con objetos mágicos y guerras.
Por otra parte, el periplo del mundo de los videojuegos en el cine, ha tenido varias adaptaciones, en muchos casos accidentadas, al igual que ha ocurrido a la inversa.
Por ello, cuando uno se pone en manos de un proyecto de este tipo, debe tener en cuenta, que los fanáticos van a mirar con lupa cada paso que dé, corriendo un riesgo de decepcionarles, y en caso de no hacerlo, teniendo que hacerla disfrutable para todo el público.
Así, “Warcraft”, adapta uno de los mayores juegos de estrategia de los últimos años, que acabó por convertirse en fenómeno de masas, gracias a su juego de rol online, denominado “World Of Warcraft” (WOW)
En esencia, “Warcraft”, es una marca comercial de Blizzard Entertainment, que ha sido ampliamente difundida y diversificada a partir del videojuego “Warcraft: Orcs & Humans” (1994), uno de los primeros en su género.
Por extensión, también implica a la marca “World Of Warcraft”, que nace del videojuego de rol multijugador masivo en línea, por sus siglas en inglés, MMORPG, del mismo nombre.
El Universo de Warcraft que se encuentra en ambas marcas, está ambientado en una fantasía épica moderna, propia de “The Lord Of The Rings” o “Dungeons & Dragons” y tiene su inspiración inicial en los juegos del universo de Warhammer Fantasy, que es un universo de fantasía heroica, creado por la editorial británica Games Workshop para sus juegos de miniaturas y de rol; que representa combates entre el bando de los humanos y el de los orcos, los cuales son seres fantásticos adaptados de la mitología clásica europea a la fantasía actual, pero con una concepción y estilos muy propios.
El equipo responsable de la creación de la mitología de “Warcraft” ha cambiado con el tiempo, pero particularmente se reconoce el crédito de:
Chris Metzen, Bill Roper, Ron Millar, Samwise Didier, Rob Pardo, Bob Fitch, Luke Johnson, Seth Johnson, Rob Baxter, Mur Lafferty, Christie Golden y Richard A. Knaak, entre otros.
“Warcraft” consta de 3 entregas y 2 expansiones, pero también tiene otras modalidades de presentación; que gracias al apoyo de los aficionados, ha ampliado su alcance, incursionado con otros tipos de productos.
Así se puede encontrar un juego de mesa, un juego de rol, novelas, y un manga…
Los videojuegos de la serie “Warcraft” son:
“Warcraft: Orcs & Humans”, “Warcraft II: Tides Of Darkness”, con su expansión “Warcraft II: Beyond Dark Portal”; y “Warcraft III: Reign Of Chaos”, con su expansión “Warcraft III: The Frozen Throne”
“Warcraft: Orcs & Humans”, inicia la serie “Warcraft”, y ocurre en un ambiente épico medieval, donde los humanos del reino mítico de Azeroth, enfrentan a los orcos invasores, entre otras criaturas fantásticas.
Básicamente, el juego trata de administrar los recursos de oro, madera y alimento, para hacer la guerra a la raza enemiga, y salir victorioso.
Para facilitar la comprensión de cada uno de los aspectos del universo fantástico, o mitología de “Warcraft” hay que distinguir entre El Universo, y la historia de la misma.
Por “Universo de Warcraft”, se hace alusión al orden fantástico y cósmico que da sustento a los acontecimientos alrededor de los juegos de la serie “Warcraft” y “World Of Warcraft”, en este universo de ficción, encontramos diversos planos de existencia, mundos, criaturas, y organizaciones.
Los planos de existencia, son espacios donde alguna fuerza del universo tiene total dominio; y se distinguen en el mundo de Azeroth, cuando menos:
Maelstorm, Emerald Dream, y cada uno de los planos elementales.
Fuera de Azeroth, se cuentan:
El Panteón y el Averno Astral, no confundir con El Torbellino del Vacío, entre otros.
Los planetas, son aquellos mundos propios de las razas que participan en la historia de “Warcraft”:
Azeroth, Draenor, Argus, Xoroth, en ellos encontramos lugares o artefactos de relevancia, en ocasiones, motivos de la discordia y la lucha de poderes.
Las razas, criaturas fantásticas apropiadas por Blizzard, que son fuente del conflicto, existen como sociedades avanzadas:
Humanos, Enanos, Elfos de Sangre.
Los poco organizados:
Orcos, Trolls, Ogros…
Y los semidivinas:
Elfos de La Noche, Legión de Fuego…
Así como existen en general, numerosas razas como:
Gnomos, Goblins, Dragones rojos, verdes, de bronce, negros, azul, o de hielo; Nerubians, Gnolls, Aracnidos, Tuskars, Sátiros, etc.
Como dato, el arte en “Warcraft” está caricaturizado, con figuras humanas ligeramente desproporcionadas, capaces de soportar artefactos más grandes de lo que los principios de equilibrio podrían explicar.
Un concepto de troll original, que a diferencia de los estereotípicos gigantes o enanos deformes y torpes, son humanoides muy ágiles, altos y delgados.
Un concepto de elfo original en los elfos nocturnos, que son de tez violácea clara, y de estatura no menor a los 1,90 metros, cuando la literatura moderna en su lugar los concibe de tez blanca, delicados, y muchas veces de una estatura decididamente inferior a la media humana.
Estos últimos, en “Warcraft”, son los descendientes de los nobles elfos de la noche que siguieron el camino de la magia a costa de su inmortalidad y de aquellos caracteres físicos.
Un concepto de minotauro original, llamado Tauren, que cambia al humanoide de torso de toro y piernas de hombre por una figura en general más taurina, de mayor masa corporal, cola corta y patas con pezuñas y fuertes brazos.
Los personajes, entre ellos, leyendas o figuras que han sido protagonistas en los eventos del mundo de “Warcraft”, son en ocasiones héroes que poseen o buscan poderosos artefactos que les permiten cambiar el curso de las guerras y batallas, como:
Gul'dan, Illidan, Arthas; o simplemente guían a sus razas en la batalla, como Anduin Lothar, Uther El Iluminado…
Como “Warcraft” comienza siendo un juego de guerras entre criaturas fantásticas, las historias que se cuentan, ocurren desde diversas perspectivas, y en distintos momentos.
Podemos agrupar, sin embargo, 4 bloques temáticos de las narraciones existentes:
1. La cosmogonía, que trata de la raza primigenia, los titanes moldeadores de mundos, y el legado de la magia que dejaron en el mundo de Azeroth.
2. La historia antigua, muestra el conflicto que hubo en las razas primigenias por el uso sin conciencia de la magia, y la primera guerra que hubo entre la creación y los demonios.
3. Los orígenes raciales, que hablan de los inicios y desarrollos de cada raza o facción, hasta donde se sabe en la cultura popular.
4. La Era del Caos, donde se cuenta de la época actual en el mundo de “Warcraft”, las 3 guerras, y las últimas tensiones.
En un principio, la acción de “Warcraft” trataba sobre el bien y la nobleza de los hombres, y el mal e inmundicia de los seres verdes invasores llamados orcos.
No era una historia muy compleja, pero era un pretexto suficiente para poner en combate a muerte a 2 bandos contrarios.
No obstante, el crecimiento del mercado requería tomar mayor empatía de la afición, y se construyó un universo de mayores posibilidades.
La cantidad de razas involucradas en la guerra aumentó en “Warcraft II”, los humanos se unieron con las razas de los altos elfos, los enanos, y los gnomos, formando la Alianza de Lordaeron.
Mientras que los orcos, se aliaron con los trolls, los ogros y los goblins, aumentando así las filas de la incontenible Horda.
Se incluyeron traiciones determinantes para el transcurso de la guerra, siendo la principal, la búsqueda de poder del brujo de Gul'dan, que causó un retroceso a “las mareas de la oscuridad” es decir, los orcos, que costó la victoria a La Horda en La Segunda Guerra.
Además, se incluyó la participación de unidades especiales, que representaban leyendas vivientes, grandes héroes como Sir Anduin Lothar o Zul'jin, que daban al juego una atmósfera más envolvente y épica.
En “Warcraft III”; la cantidad de razas y héroes creció más, y las relaciones entre estos personajes, se entretejieron de modo más complejo.
A su vez, se establecieron algunas ideas sobre la cosmogonía y muchos elementos sobre la historia antigua, para justificar una lucha ancestral de proporciones mayores entre los seres creados por las deidades metálicas llamadas Titanes, y los demonios liderados por el corrupto titán Sargeras.
La lucha, sin embargo, no fue exclusiva entre la creación y los demonios, sino que entre las criaturas continuaron los odios raciales, reforzados por las tradiciones bélicas.
De este modo, La Alianza se mantuvo enemiga de La Horda hasta el final de La Tercera Gran Guerra.
Al final, fueron 4 las civilizaciones o razas, las que se enfrentaron en la guerra:
Los humanos, los orcos, los muertos vivientes, y los elfos nocturnos, sólo después de haberse desgastado, lucharon contra la invasión de los demonios liderados por Archimonde.
Así pues, el juego nos muestra batallas épicas medievales, llenas de héroes, poderosos rivales, magia, y tecnología diseñada rústicamente.
En 2012, la revista Forbes incluyó a la banda sonora de “World Of Warcraft” en la lista de los 12 mejores “soundtracks” de videojuegos de todos los tiempos.


Warcraft: The Beginning

“Our hope is destroyed; there is nothing to go back to.
Is war the only answer?”

El mundo de “Warcraft”, es un mundo medieval, inspirado en las leyendas de muy diversas culturas, y en otras ambientaciones de fantasía.
Sería muy sencillo empezar por donde empieza la trama del primer juego, pero para entenderlo todo, habría que retroceder un poco antes en el tiempo de este mundo.
En tiempos inmemoriales, surgió el universo, y con él, aparecieron una raza de seres de piel metálica, llamados Titanes.
Los Titanes surcaban El Universo, dándole forma y haciéndolo progresar, no se sabe por qué motivos...
Bajo la atenta mirada del padre de Los Titanes, Aman'Thul, que residía en El Panteón, Los Titanes ordenaron millares de mundos, y dieron poder a miles de razas para que continuaran su trabajo.
Desde El Panteón, se vigilaban los mundos para evitar que los primeros demonios deshicieran el trabajo de Los Titanes.
Los demonios provienen del Vacío Abisal, también Averno Astral, Torbellino del Vacío, o Vacío Retorcido, una descontrolada formación de magia caótica que interconecta miles de mundos del universo; y su único objetivo era destruir la vida, y alimentarse de las energías del universo.
Por el mismo motivo, Los Titanes lucharon contra los demonios con tal de preservar su creación.
El titán caído, Sargeras lleva épocas planeando acabar con toda la vida en el planeta de Azeroth, para lograr su cometido, poseyó al hechicero humano Medivh en dicho planeta, y lo obligó a contactar con su subordinado, el brujo orco, Gul’dan, que se encontraba en el planeta Draenor.
Allí, en Draenor, La Legión Ardiente, los sirvientes demoníacos de Sargeras, se dedicaron a corromper a los pacíficos orcos, con la finalidad de convertirlos en su sanguinario ejército utilizando la sangre de Mannoroth, un poderoso demonio, Señor del Foso que ocupaba un alto rango en La Legión.
De cualquier forma, hubo algunos orcos que se negaron a ser corrompidos por la sangre del demonio, y convertirse en guerreros esclavos de La Legión de Fuego, como por ejemplo:
Durotan y Doomhammer.
El portal dimensional creado por Medivh y Gul’dan, conocido como “El Portal Oscuro” conectó los planetas de Draenor y Azeroth, haciendo que La Horda orca invadiera Azeroth, y entraran en guerra con la nación humana de Stormwind.
Por el lado humano, con la ayuda de Garona, la semi orca, y campeones humanos como Anduin Lothar, lucharon con valentía para proteger su reino, mientras que por el lado de los orcos, hubo disputas, y hasta peleas entre los orcos que decidieron ser corrompidos, y servir a La Legión Ardiente.
“If you truly love someone, you'll go to the ends of the Earth to find them”
Warcraft: The Beginning es una película de fantasía, del año 2016, dirigida por Duncan Jones.
Protagonizada por Travis Fimmel, Robert Kazinsky, Ben Foster, Toby Kebbell, Dominic Cooper, Paula Patton, Ben Schnetzer, Daniel Wu, Clancy Brown, entre otros.
El guión es Charles Leavitt, Duncan Jones, sobre una historia de Chris Metzen; a su vez, es una adaptación de “World Of Warcraft”, videojuego de rol online multijugador masivo, desarrollado por Blizzard Entertainment.
Para ser más exacto, cronológicamente en el juego de estrategia original, está basado en “Warcraft: Orcs & Humans”, y en algunos escenarios del galardonado “MMORPG”
Respecto a las adaptaciones de videojuegos al cine, Duncan Jones ha alabado el papel de Blizzard, la desarrolladora del videojuego “World Of Warcraft”, en este proyecto:
“Lo que mejor hace Blizzard, es tomar cosas que conoces bien, como las historias de Tolkien, o el universo de Star Wars, y convertirlo en algo totalmente nuevo.
Así, lo más interesante de “World Of Warcraft”, es la idea de que haya héroes en ambos bandos, y que ninguno de ellos se identifique con el bien o con el mal.
Hay diferentes perspectivas, y todos tienen sus motivos para una guerra que es inevitable”
El propio director, ha reconocido que de pequeño, siempre estaba jugando con videojuegos, y que son una parte muy importante de su vida:
“Antes de que existiera “Warcraft”, jugué a “The Lost Vikings”, y después empecé con “Warcraft” y “World Of Warcraft”
Y ha reconocido que ha querido embarcarse en este proyecto por varios motivos:
“Uno de ellos, era que nunca había hecho una película tan grande...
Pensé que intentarlo sería una experiencia interesante.
Y en 2º lugar, la historia de adaptaciones del mundo de los videojuegos, no siempre ha sido demasiado buena...
Y yo...
Toda mi vida he jugado con juegos de ordenador, y quería tener la oportunidad de hacer algo que demostrara que una película basada en un videojuego puede ser buena”
Los responsables de la producción, se han esforzado mucho para ceñirse al espíritu del videojuego, y así no defraudar a los fans; pero al mismo tiempo, la idea era hacer una película accesible para que espectadores que no sepan nada sobre el mundo “Warcraft”, también puedan disfrutarla.
Así las cosas, la acción inicia en el pacífico reino de Azeroth, que está a punto de entrar en guerra, para enfrentarse a unos terribles invasores:
Orcos guerreros que han dejado su destruido mundo para colonizar otro.
Al abrirse un portal que conecta ambos mundos, un ejército se enfrenta a la destrucción, y el otro, a la extinción.
Pero 2 héroes, uno en cada bando, están a punto de chocar en un enfrentamiento que cambiará el destino de su familia, su pueblo, y su hogar.
Por un lado se encuentran Llane Wrynn (Dominic Cooper), el rey humano del Reino de Stormwind, su esposa Lady Taria (Ruth Negga), y padre del actual rey y líder de La Alianza, Varian Wrynn (Dylan Schombing); y Sir Anduin Lothar (Travis Fimmel), Comandante Supremo de Las Fuerzas de La Alianza.
Por otro lado están Durotan (Toby Kebbell), líder orco del clan Frostwolf de La Horda, futuro padre de Thrall, y su esposa Draka (Anna Galvin); su mejor amigo, Orgrim Doomhammer (Rob Kazinsky), Jefe de Guerra de La Horda durante el fin de La Primera Guerra, y el principio de La Segunda.
En el momento de la invasión de los orcos a Azeroth, y el inicio de La Primera Guerra, La Horda está liderada por siniestro Gul’dan (Daniel Wu), y su teniente Blackhand (Clancy Brown)
En el medio de todo esto, se encuentra un personaje atrapado por el conflicto:
Garona Halforcen (Paula Patton), mitad orco y mitad humana, nacida como producto de un experimento de Gul’dan, para crear un espía perfecto.
Garona hace de exploradora en Azeroth, antes de que comience la invasión, pero les toma aprecio a los humanos, después de pasar tiempo con ellos.
En ambas filas, hay traidores, gente muy maligna, y terribles criaturas con ansias de globalización sin cuartel.
También existen 2 tipos de magia:
La más tradicional que practican magos como Khadgar (Ben Schnetzer) y Medivh (Ben Foster); y la magia Fel, que practican hechiceros como Gul’dan.
Los elfos, enseñaron a los humanos, cómo usar la magia tradicional, y con el tiempo, los magos más poderosos crearon su propia ciudad independiente, llamada Dalaran, en la que se dedicaban a investigar el uso y potencial de la magia; esta ciudad, es un lugar mágico que flota…
En cambio, la magia Fel, depende del trabajo con demonios, como los malvados de La Legión Ardiente.
Es magia dedicada al mal, y es representada por el color verde.
Gul’dan usa magia sangrienta, al alimentar a sus guerreros orcos con sangre de demonio para darles más fuerza, pero es un engaño, dado que también los transformará en orcos de color marrón, que sucumbirán ante la voluntad de La Legión.
La realidad es que todo el mal de esta historia, es responsabilidad de La Legión Ardiente, quienes ejercen su voluntad a través de Gul’dan.
Estos manipuladores, existen desde el inicio de los tiempos en el universo de “Warcraft”, y son hordas de demonios que se encuentran en toda la galaxia, y se dedican a destruir planetas y esclavizar a sus habitantes.
Su líder se llama Sargeras, quien en el pasado fue un Titán que peleó contra otros demonios, hasta que se dejó dominar por ellos, y se transformó en una bestia feroz.
Así empieza una espectacular saga de poder y sacrificio, donde se descubren las numerosas caras de la guerra, y donde cada uno lucha por lo suyo.
Básicamente, Warcraft: The Beginning, intenta recrear la experiencia del juego, en el que puedes ser de un bando u otro, por lo que, en teoría, no está pensada para que uno se alíe con ningún bando en concreto.
“I've led thousands of warriors into battle, but I fear being a father.
Does that make me a leader, or a coward?”
El director Duncan Jones, no es ajeno al fantástico, y goza de buena aceptación y cierto prestigio entre la exigente policía de la ciencia ficción más dura.
Además, es hijo de David Bowie, y le mostró Warcraft: The Beginning a éste, antes de fallecer; según Jones, le encantó.
Así que, si al mismísimo “Rey de Los Goblins” le gustó:
¿Quiénes somos nosotros, insignificantes humanos, para no fiarnos de él?
La primera impresión que nos da Warcraft: The Beginning, la hace ver como una película de fantasía cliché, llena de caballeros con sus armaduras brillantes, castillos, magos que arrojan hechizos, y orcos feos.
Pero la realidad es que tiene un giro bastante interesante, basado en la ciencia ficción:
Los orcos provienen del espacio exterior.
Y es que existen 2 planetas importantes en el universo de “Warcraft”:
Azeroth, tierra de los humanos, y Draenor, hogar de los Orcos.
Azeroth es fértil y vibrante; Draenor es tétrica y desértica, especialmente gracias a que los orcos han explotado sus recursos durante muchas generaciones.
La historia comienza, cuando un orco llamado Gul’dan, hace un trato con unos demonios llamados La Legión Ardiente, y después construye un portal llamado “El Portal Oscuro” que conectará a Azeroth con Draenor, un lugar que los orcos creen que podrán invadir y conquistar como su nuevo hogar.
Pero en realidad, ellos invadirán, porque Gul’dan vendió el alma de todos los orcos a La Legión, quienes disfrutan de ver la guerra entre mundos.
Así pues, hacer una película sobre “Warcraft”, es un desafío, porque el universo creado por Blizzard es enorme, los conflictos, los personajes, las localizaciones, el folklore, es imposible abarcar todo en una película, incluso en una trilogía como tienen pensado.
Si bien, la historia de “Warcraft”, el primer videojuego de 1994, no es tan compleja ni tan rica, sirve más que nada como una presentación/introducción de la historia por contar, lo que viene...
Por tanto, Warcraft: The Beginning tenía que ser atractiva para los no-fans, así que, inclusive los pequeños cambios sin importancia que evita ahondar en cosas innecesarias de momento, o que pueden hacer la película más entretenida, pues bien hechos están.
Y es que desde “Avatar” (2009), la tecnología ha avanzado significativamente; por eso, la captura de movimiento utilizada en Warcraft: The Beginning, es incluso mejor que en la película de Cameron.
Además, para los efectos visuales, han trabajado con Industrial Light & Magic (ILM) y, en especial, con Jeff White, responsable de crear a Hulk en las películas de la saga Avangers
White, ha diseñado los personajes de los orcos de un modo increíblemente realista; a diferencia de los tradicionales orcos, que siempre han estado caracterizados por ser monstruos anónimos, como los de Tolkien, los orcos de “Warcraft” son ogros inteligentes, aunque monstruosos.
Lo que me ha dado lastima, es que los enanos salen en escasas escenas, y los elfos se vieron muy artificiales, por suerte los elfos no salieron mucho, y por desgracia, los enanos no han salido apenas aquí, una lástima de nuevo, ya que estaban súper bien hechos.
Los responsables de la producción, también crearon un dialecto orco, inventado específicamente para Warcraft: The Beginning.
En la creación del vestuario de los orcos, estos llevan consigo accesorios de todo tipo, que incluyen rastas, piercings, cueros, pieles y huesos, incluso esqueletos de animales enteros.
Por ejemplo, hay orcos que tienen cráneos de rinocerontes como hombreras...
Y se ha puesto gran detalle en la creación de las armas y armaduras, que estuvo cargo de Weta Workshop.
Destaca sobre todo, el realismo de las espadas y escudos propios de las fuerzas de Stormwind, además de los martillos de guerra, y hachas típicos de los orcos.
Una prueba más de que los productores se han tomado muy en serio la fidelidad con el universo del videojuego.
Durante el rodaje, los actores no sabían exactamente qué aspecto tendrían los orcos, y cómo serían sus movimientos.
Hasta que no pasaron varias semanas de rodaje, no vieron realmente un orco finalizado.
En ese momento, los actores sintieron un gran alivio al ver el sensacional aspecto que tenían estos seres sobrenaturales.
Cuando los orcos aparecen en pantalla, cuando nos cuentan sus vidas, todo funciona…
No a niveles de lujuria, pero tenemos algo interesante entre manos con unos efectos especiales asombrosos.
Incluso los personajes, especialmente Durotan, carismático líder revolucionario con el que resulta muy fácil empatizar.
El resto de orcos cumplen su función:
El malo es malvado, el amigo simpático lo es, y todo lo que se supone que debe ser de tal manera, lo es.
El problema es cuando llegan los humanos, a cada cual más irritante:
El protagonista, Travis Fimmel lo intenta, pero su personaje da rabia desde buen principio, por ir de gracioso cuando no tiene ni pizca de gracia.
Está horrorosamente escrito; y debería ser el típico héroe carismático que a todos cae bien, pero acaba siendo todo lo contrario.
La verdad es que no salvaría a nadie del reparto, y negativamente destacaría a ese híbrido entre orco y humana que interpreta Paula Patton, la cual está más perdida que el personaje al que da vida.
Lo mismo pasa con Dominic Cooper, que en muchas ocasiones toca el ridículo.
Todos parecen estar muy perdidos entre tanto efecto digital de fondo panorámico.
Es medianamente comprensible; y bueno, lo sería si estuviésemos en los años 90, donde poca gente había trabajado con efectos especiales de esta manera, pero en el año 2016, y después de ver “Avatar” (2009), la culpa de este desastre, recae sobre el director que no ha sabido dirigir correctamente al reparto entre tanto píxel.
Como consecuencia, Warcraft: The Beginning fue calificada como una de las firmes candidatas a ser una de los grandes fracasos de este año, por tanto, la compañía ha tenido que incluso paralizar su continuidad, a la espera de sus resultados en taquilla.
Una película que desde sus comienzos estaba algo condenada, ya que tuvieron problemas de rodaje, postproducción y demás, que hicieron que su presupuesto se disparase casi el doble, y claro está, la cosa debía de pintar regular, cuando sus primeras críticas aparecieron.
Acá entramos en una valoración que divide las aguas como Moisés:
De un lado los que conocen parte o todo el extenso folclor de “Warcraft”, y los del otro extremo que no la conocen.
Cuando vi las valoraciones de la prensa “especializada”, no me sorprendió en lo absoluto, porque esas personas no están familiarizadas con el universo creado por Blizzard, no están empapados ni un ápice del folclor de “Warcraft”, aun así me parecieron demasiado lapidarias.
Warcraft: The Beginning, cuenta la invasión de un pueblo de orcos al mundo de los humanos, donde vivían en paz gracias a la magia de un “protector” del reino.
Ya se imaginan lo que sigue:
Primero, el descubrimiento de las bestias por parte de un grupo de héroes de los cuales apenas sabemos nada, la preparación para hacer frente al mal, y la batalla contra el culpable de traerlos al mundo civilizado.
Un romance tan espontáneo como predecible, magia buena y mala, y frases sacadas de un libro que salpican una película de aventuras que, lamentablemente, no se preocupa por el detalle ni la complejidad, y donde los menos duchos en el videojuego, sólo veremos a unos personajes que van de aquí para allá, sin poder entender realmente ni sus razones, ni su motivación.
Por lo que Duncan Jones nos muestra continuamente planos cortos de los personajes, y no nos muestra lo suficiente, los lugares donde ocurren los acontecimientos, pues todo parece estar siempre poco nítido, excepto las caras y cuerpos de los héroes.
Todo eso me pareció malo, pero creo que da un toque especial…
De alguna manera, los realizadores asumen que ya conoces su universo, y la información mínima necesaria para no entrar en detalles sobre el mundo de Azeroth, sus regiones, su arquitectura, su folclore, su gente, sus alianzas, así que de buenas a primeras, Warcraft: The Beginning comienza desde el principio con el conflicto, los Orcos traspasando el portal hacia el mundo de los humanos, comandados por Gul’dan, en una introducción realmente espectacular, y una banda sonora que pone los pelos como escarpias.
Lo que sigue es el gran inconveniente, 2 horas no son suficientes, y lo demás se nota cortado, apresurado, con la falta de cohesión en el relato, parece que falta metraje, desarrollar las relaciones de los personajes y por ende, su mundo.
El problema es que no puede escaparse de sus raíces de fantasía.
Hay demasiados nombres misteriosos arrojados a la conversación y, por lo menos, 12 personajes compitiendo por espacio.
Podría haber funcionado mejor en televisión, como una serie, pero estamos pasando de un personaje a otro tan rápidamente, que solo hay tiempo para los diálogos más portentosos y, a veces, llenos de clichés…
Warcraft: The Beginning no es perfecta, y deja la sensación de oportunidad desaprovechada.
Como dato, el montaje original duraba 2 horas y 40 minutos, y seguramente, la tijera no ha ayudado.
El universo que nos presentan es basto, pero aquí poco vemos de ello, más allá de Azeroth, y el método de vida que llevan los orcos, pero no se profundiza mucho en ello.
Se profundiza más en cómo se crean esos 2 bandos, y la verdad es que dan demasiadas vueltas sobre un tema tan sencillo y fácil de explicar.
La forma de solucionar el embrollo, me parece una forma muy cutre de cerrarlo.
Es desafortunado cómo ese bebé verde, pase a ser central en la trama…
Sobre el diseño, los orcos visualmente resultan una especie de imparables “Hulks” y luego son finiquitados con facilidad por el acero de sus oponentes humanos…
No hay lógica.
También hay muchos cambios en la traslación al cine, por ejemplo “el final” de Medivh no acontece así en la historia oficial.
Tampoco el final de Durotan.
Kharazhan parece más una torre futurista que un torreón fortificado como es en el videojuego.
No nombran a Sargeras, todo y que aparece, aunque obviamente eso sólo lo sabrán los entendidos…
Aparece Dalaran flotando, eso es un error, pues Dalaran por aquel entonces estaba erigida sobre el suelo, al sur de la ciudad de Lordaeron.
La muerte del Rey Llane, tampoco es fiel a la historia.
El final, debió haber sido Stormwind en llamas, con Khadgar y el pequeño Varian huyendo…
No se deja claro, que Garona es semidraenei-semiorco, y dan a entender que es semihumana, pero no es así.
Por si fuera poco, dan a entender entre líneas, como si Medivh fuera el padre (¿?) en la conversación que tiene con ella, donde da a entender que conoció a una mujer en lugares lejanos, y luego le regala la flor-hechizo, casi sin venir a cuento...
¿En serio, El Rey no pensó en las consecuencias que tendría que Garona le matase?
Además, todos luchando y ellos 2 hablando como si no pasara nada…
El problema de Warcraft, es lo precipitada a la hora de contar las cosas.
Mucho que contar, en muy poco tiempo.
Gran culpa la tiene la productora, que no confiaba del todo, y obligo a recortar 40 minutos.
Varias tramas/escenas suprimibles, que hubiera dejado espacio para ampliar otras secuencias, y dar más minutos al resto de personajes secundarios, sobretodo Orgrim.
Si eres fan/seguidor de “Warcraft”, sabrás hilar la mayoría de las cosas, pero si no lo eres, quizás termines algo enredado entre tanta información.
También, hay momentos de película de fantasía cutre en los escenarios, que contrastan y mucho, los “naturales” con los de la representación de las estancias y muebles del palacio del rey Llane Wrynn que, por decirlo de alguna manera, están demasiado inmaculados, y desprenden un innegable tufillo a “plástico”, algo imperdonable en una producción tan cara.
Aun así, tras todo lo dicho, Warcraft: The Beginning cumple en entretenimiento.
Nada se puede reprochar a nivel de animaciones 3D que son de primerísimo nivel, y varias de las escenas de acción y aventura, no están para nada mal realizadas, hay momentos de gran epicidad, y a nivel estético, respeta muchísimo lo que es “Warcraft”
Queda para la memoria, el momento estelar de Durotan, es lo mejor del film, eso y toda su historia, me ha gustado.
Y ver morir a Draka, y luego a Durotan, fue lo más duro.
Ambos son los mejores personajes.
El mensaje final:
La típica lucha entre el bien y el mal.
Temas ecológicos muy fuertes de conservación, solidaridad para luchar contra el enemigo, rebeldía ante la opresión.
Hay un tema mesiánico, en específico relacionado a Moisés, etc.
Por último, la banda sonora está compuesta por Ramin Djawadi, conocido por ser el encargado de realizar la banda sonora de la serie “Game Of Thrones”
“I've spent more time protecting my king, than my own son.
Does that make me loyal, or a fool?”
Son más de 100 millones de personas que han jugado al WOW; y resulta que es algo más que un videojuego.
En la última década, “Warcraft” pasó a tener más de 100 millones de jugadores en todo el mundo.
Sus creadores se afanaban en explicar al mundo, que el número de cuentas creadas era mayor que la población de Alemania, Biolorussia y Suecia; o el doble que Corea de Sur; pero sus historias se expanden y se complementan a lo largo de novelas y otro material periférico.
En cierto modo, “Warcraft” no deja de ser un “Second Life” más activa, en la que la gente experimenta en común las mismas emociones, rompiendo barreras de edad, sexo y otros gustos que no ofrecen otras redes sociales, creando lazos y relaciones entre personas de distintos países, hasta de 244 diferentes, sus propias bromas internas, y memes.
En definitiva, se ha convertido en un elemento de cultura popular más común de lo que, los que ignoramos cómo funciona su mundo, podemos llegar a creer.
Por otra parte, ni ha habido nunca una buena adaptación de un videojuego, ni hemos tenido un digno sucesor de las películas “The Lord Of The Rings”
Por lo pronto, hay una brecha brutal entre las críticas de medios y el público, que por lo pronto, parece encantado.
En el lado de las malas críticas, se habla de “un campo de batalla pero sin el humor intencionado”, y en el lado de las positivas, “se habla de una vuelta al cine de fantasía épica, con el espíritu de los 80, pero con la tecnología del siglo XXI”
Warcraft: The Beginning, es un film que cumple con lo prometió, siendo una representación fiel al mundo del videojuego, pero no es más que un tentempié, una mera entrada con la que hay que sobrevivir hasta el 2019, cuando salga la hipotética secuela, y eso se antoja insuficiente.
Yo soy optimista… tanto que he suspendido mi seppuku.

“Some see death as having some greater purpose, but when it is one of your own, it is hard to grasp anything good comes from it”



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