Where To Invade Next

“I am an American.
I live in a great country, that was born in genocide and built on the backs of slaves”

“El Sueño Americano” existe desde el siglo XVI.
Para unos, se trataba de promocionar que EEUU era “tierra de abundancia”; para otros, “tierra de oportunidades”; y para un tercer grupo, “tierra de del destino”
“The American Dream” en general puede definirse como “la igualdad de oportunidades y libertad que permite que todos los habitantes de Estados Unidos logren sus objetivos en la vida, únicamente con el esfuerzo y la determinación”
Por otra parte, el concepto “American Way Of Life” o “Estilo de Vida Estadounidense”, equivalente a grandes rasgos a la forma de entender en los Estados Unidos el sistema democrático, la sociedad de consumo y la economía de mercado que tienden a universalizarse con la globalización.
Esta forma de vida, se basaba en el consumo de todo tipo de artículos, como uno de los principales caminos para nuestra realización; y se dejaban en segundo plano otros valores culturales, como el crecimiento intelectual o espiritual.
Así, el “American Way Of Life”, tiene sus raíces en La Guerra Fría, como promotor del sistema capitalista en contraposición al socialismo soviético.
Hoy, más de 8 décadas después de acuñarse el término; se sigue hablando de un “Sueño Americano”, pero no todos los estadounidenses se refieren a lo mismo.
Una revista de circulación mensual en Estados Unidos, realizó una encuesta con preguntas sobre “El Sueño Americano de hoy”, la que arrojó resultados bastante esclarecedores, y algunos bien divididos sobre lo que hay detrás del concepto:
¿Cómo describirías “El Sueño Americano hoy”?
No tienen una sola respuesta:
El porcentaje mayor se lo llevó la alternativa “dar a mis hijos una vida mejor” con 44%.
Luego, con 22%, “tener una carrera exitosa”; seguido por “hacerlo mejor que nuestros padres” con 13%.
En 4º lugar, “cumplir el sueño de la casa propia” 10%; con 5%, “enriquecerse de la noche a la mañana”; y en último lugar “convertirse en famoso” con 2%
Frente a:
¿Qué es lo más importante para lograr “El Sueño Americano”?
Casi la mitad de los encuestados, considera que “tener una educación universitaria”; luego “ser ciudadano estadounidense”, un 22%; y en tercer lugar, “haber nacido rico” con 9%
Un 7% considera que “hablar inglés”; un 6% “tener seguro médico”; y hay un 3% que cree que para lograrlo “hay que ser blanco”
¿Estarían orgullosos de ti, tus ancestros?
Un 76% cree que sí, mientras que un 20% afirma que no.
¿Los inmigrantes ayudan o le hacen daños a Estados Unidos?
El 53% de los republicanos, dijo que hacían daño; versus el 20% de los demócratas.
El 21% de los republicanos dijo que no hacían efecto; mientras que el 30% de los republicanos opinó lo mismo.
El 20% de los republicanos dijo que ayudaban; cuando el 45% de los demócratas afirmó eso.
Por último, a la pregunta:
¿Qué parte de La Declaración de Derechos eliminaría primero?
Un 37% aseguró que “el derecho a portar armas”
Un 14% “el juicio por jurado”
Un preocupante 10%, al “derecho de libre expresión”
Un 9% a “la libertad de creencias”; y un 28%, a ninguno de los mencionados anteriormente.
Así las cosas, el estilo de vida estadounidense, es probablemente la forma de vida más codiciada por todo el mundo; y eso debido a la desinformación que generan las películas de Hollywood, por ejemplo; donde todos tienen auto, van a Las Vegas a ganar mucho dinero durante las vacaciones...
Por eso, entre otras cosas, miles de personas han inmigrado, de forma legal e ilegal a los Estados Unidos, para ser recibidos de una forma amistosa, terminar como esclavos, volverse obesos consumistas compulsivos, y llorar cada vez que ven una foto de su país de origen.
Por tanto, debido a la superpoblación de inmigrantes y extranjeros, muchos de ellos en condición ilegal, se han endurecido las leyes, y las exigencias son cada vez más estrictas para el ingreso al país.
El ataque terrorista del 9/11, también contribuyó a colocar nuevas barreras para el ingreso de extranjeros.
De hecho, el sistema migratorio estadounidense, ha sido duramente criticado desde la misma presidencia de la nación, calificándolo de “fallido”
Actualmente, el gobierno hace esfuerzos por impulsar una reforma profunda de las leyes.
Además, el país atraviesa actualmente una fuerte recesión económica, con aumento en los niveles de desempleo, y una débil actividad industrial.
Desde el 2008, el ciudadano común se ha visto impactado por el desplome del mercado inmobiliario; familias clase media, han caído en bancarrota, han perdido sus hogares, sus empleos, y han tenido que recurrir a la ayuda social gubernamental.
Debido a la recesión, un gran número de trabajadores altamente calificados, ha tenido que aceptar puestos de trabajo en inferiores condiciones a sus habilidades profesionales.
La competencia en el mercado de trabajo, es cada vez más retadora.
Por tanto, los ataques terroristas, aunados a la crisis económica, han fomentado una animadversión hacia el impacto económico de la mano de obra inmigrante, versus el trabajador local; y en algunos estados, se registra un aumento del sentimiento anti-inmigrante.
El avance desenfrenado de la tecnología, por su parte, ha creado un mercado laboral discrepante, donde quienes ocupan los más bajos puestos de trabajo, no logran obtener los beneficios básicos de aumentos de sueldo o seguros médicos, porque carecen de la educación, las competencias o las habilidades profesionales de quienes ocupan los puestos superiores.
El pago de impuesto es elevado y obligatorio, incluso para residentes o trabajadores temporales; por lo que su incumplimiento puede ser motivo de serias penalizaciones para el empleador, y de deportación del inmigrante extranjero.
Los costos de los servicios de salud, son sumamente elevados, por lo que es condición imprescindible, contar con un seguro médico…
Muchos consideran, que la sociedad estadounidense vive con el constante temor de ser nuevamente objeto de terrorismo internacional, y ataques por parte de grupos extremistas.
Por otra parte, no solo tienen un sistema judicial muy justo, y 1,000 veces más severo que en otros países de la región, además de que han conseguido que las cárceles no sean un impedimento económico, sino que la han hecho un negocio político, como que eviten que voten los presos de color...
¿Y aun así, el resto del mundo les imita como modelo?
Por mucho que los que odian a Estados Unidos lo nieguen, se imita constantemente su comportamiento; y eso que son una sociedad violenta, y poco compasiva con la vida humana.
EEUU fue un país de oportunidades en el pasado.
Hoy en día, con las crisis económicas y con la situación global, es más difícil poder prosperar allí.
“Prepare to be liberated”
Where To Invade Next es un documental en tono de comedia, del año 2015, escrito y dirigido por Michael Moore.
Protagonizado por Michael Moore, Claudio Domenicali, Krista Kiuru, Ivan Svetlik, Borut Pahor, Vigdís Finnbogadóttir, Jón Gnarr, Ólafur Hauksson, entre otros.
Eran “los años del plomo”, es decir, de la presidencia del imbécil de George W. Bush en Estados Unidos; y en El Festival Internacional de Cine de Cannes, se estrenó internacionalmente “Fahrenheit 9/11” (2004), dirigida por Michael Moore.
Para entonces, Quentin Tarantino presidía el jurado del certamen, en el que nada menos que 4 de los 9 miembros eran estadounidenses.
No era la primera vez en la historia del festival galo, pero seguramente nunca fue tan evidente, para su desprestigio, que una Palme d’Or se concedía con mayor voluntad política, que apreciación cinematográfica.
No obstante, Tarantino le susurró a Moore al oído lo contrario, cuando le entregó el cotizado galardón, que de algún modo le hermanaba con los grandes maestros del Séptimo Arte, diciéndole:
“Queremos que sepas que no has ganado este título por el mensaje político de la película.
Premiamos el arte de hacer cine”
Michael Moore no fue el único en creérselo; lo atestiguan la taquilla, y también las críticas, como de hecho ya había ocurrido con “Bowling for Columbine” (2002), su divertido editorial sobre la cultura de armas en Estados Unidos.
“Fahrenheit 9/11” (2004), se convirtió en un fenómeno global que supuso la inmediata popularización del discurso satírico y desenfadado, como formato documental de activismo político; y exploraba con irónica perplejidad, las causas y consecuencias de los atentados del 9/11, poniendo el foco sobre la ineptitud del presidente, las relaciones entre las acaudaladas familias Bush y Bin Laden; y sobre todo, las invasiones de Afganistán e Irak.
Así, Where To Invade Next, arranca 10 años después, precisamente señalando la inutilidad de esas incursiones frustradas en busca de petróleo... un documental que incide en cualidades y valores como la felicidad, el bienestar, el respeto, el perdón, o la igualdad como pilares sobre los que construir una sociedad en la que valga la pena vivir; y supone un hilarante y revelador “grito de guerra”
Las soluciones a los problemas más arraigados de los Estados Unidos, y otros países, ya existen en el mundo; simplemente están esperando a ser utilizadas.
Y cabe recalcar, que se trata de problemas, que ningún ejército puede solucionar.
Realizada con total secretismo, Moore produce, guioniza y actúa en esta sátira y divertida comedia, donde se crea una “invasión” a Europa, para encontrar soluciones que se puedan aplicar a los problemas internos de Estados Unidos.
Los países que recorre el documental son:
Túnez, Finlandia, Italia, Francia, Islandia, Alemania, Noruega, Eslovenia y Portugal; para mostrar ejemplos de lo que se considera como “El Sueño Americano” practicado en otros países.
La posición de Michael Moore es clara:
Ir recogiendo aspectos de la vida en otros países, que luego “roba” para usar en Estados Unidos.
¿Cómo viven los trabajadores en Italia?
¿Cómo se alimenta a los niños en las escuelas públicas de Francia?
¿Por qué Finlandia es el país #1 del mundo en educación?
¿Cómo puede, Eslovenia, ofrecer educación universitaria gratuita hasta para los extranjeros?
¿Qué suerte de relación se da entre empresarios y trabajadores en Alemania, para que ésta sea una nación tan próspera?
¿Y qué tal ver, cómo se trata a los reclusos en Noruega?
¿O cómo es posible que en Portugal, nadie sea detenido por consumir cualquier tipo de drogas?
En definitiva, mientras Estados Unidos se arrastra hacia una nueva administración, otra oportunidad para vender la esperanza como una panacea, necesitamos voces como la de Moore para recordarnos que el cambio requiere mucho trabajo.
Hay que reconocer la valentía de alguien que, sin duda, quiera a su país, pero es lo suficientemente clarividente para hacer una crítica de lo que no funciona correctamente en él…
Aunque venda que nada es imposible; y todo puede cambiar.
“On January 2nd, I was quietly summoned to the Pentagon to meet with the Joint Chiefs of Staff.
Each branch was represented:
The Army, The Air Force, The Navy, and The Marines”
Michael Moore, regresa tras varios años inactivo, con su estilo de siempre:
Un tipo de documental narcisista y autoindulgente, donde él es la estrella, pero al mismo tiempo, con un mensaje lúcido e incisivo; y ciertamente más relajado, positivo y conciliador.
En esta ocasión, nos lo encontramos más ligero y divertido de lo normal, con esta sátira política a costa de sus compatriotas, que sin embargo, termina sirviendo como reflexión de cualquier otro gobierno, incluido el nuestro.
La idea de Realizada con total secretismo, le dio vueltas en la cabeza “por un tiempo muy largo”, hasta que decidió reunir a su pequeño equipo de trabajo; “pequeño para huir rápido de quienes nos persiguen”, y asegura:
“Hace rato vengo prestándole atención al problema de la guerra infinita que Estados Unidos lleva adelante…
Por otra parte, todos conocemos el mundo posterior al 9/11, lo que sucede en nuestro país, en especial a partir de esa necesidad constante de encontrar un enemigo, de determinar dónde está el enemigo siguiente, de alimentar la industria armamentista”; que representa un alto porcentaje de los impuestos que pagan los ciudadanos estadounidense, y que no son conscientes de ello.
Así Moore habla sobre la posición de Estados Unidos en el mundo, lo que se siente al caminar llevando una bandera gigante del país, y por qué en realidad es optimista sobre el futuro; e ironiza sobre las ansias intervencionistas del Pentágono, presentándose a sí mismo, como el vehículo de las próximas invasiones estadounidenses; acusa al gobierno estadounidense, de potenciar la necesidad del país por tener siempre un enemigo con el que poder mantener su complejo militar e industrial en activo; por lo que él viaja a países de Europa, para explorar las diversas formas en las que se han resuelto los conflictos.
Frente al balance deficitario de “La Guerra Contra El Terror”, Moore se pregunta si en lugar de sembrar odios y destrucción en su mesianismo democrático, Estados Unidos no haría mejor en importar aquellas políticas de bienestar social que encabezan democracias más antiguas.
Moore envía postales desde Italia, Francia, Alemania, Portugal, Noruega, Finlandia y hasta Túnez, con entrevistas a diversos ciudadanos, explicando los beneficios de las vacaciones pagadas; el menú escolar sano y gratuito; la educación pública universitaria; las políticas de rehabilitación social; el servicio sanitario universal; o el consumo de drogas no delictivo.
Para Moore, maestro de la sorpresa fingida frente a la cámara, Europa es poco menos que el paraíso de la civilización:
“Los italianos siempre parece que acaban de tener sexo”, dice.
Se refiere a la Italia que asocia, según reza en su postal, a Mario Bros., y Don Corleone.
Las comparaciones con EEUU, se llevan a cabo mediante gráficos, animaciones, aportando datos superficiales, simplificando al máximo cada aspecto.
Como es costumbre en sus películas, el propio Moore aparece en pantalla, provocando a sus interlocutores, recurriendo a su arsenal de bromas fáciles cuando el tema alcanza la más mínima seriedad.
En todo caso, hila su discurso intelectualmente pop, sin bajar la guardia del dinamismo narrativo, en perpetuo movimiento, construyendo un pensamiento que integra con armonía y humor, el tabú de los genocidios sobre los que se construye su nación, de los nativos y de la raza negra, cuando lo compara con El Holocausto nazi, y ensalza el modo en que Alemania ha negociado con sus traumas históricos.
Es uno de esos momentos, en los que el cineasta no solo traslada una idea valiosa, sino la tristeza que le produce ser estadounidense.
Dice el director:
“Durante el primer minuto, digo algo que no se dice en EEUU:
“Perdimos La Guerra de Vietnam.
Perdimos La Guerra de Corea.
Perdimos La Guerra del Golfo…”
Prácticamente, hemos dejado que El Pentágono y la derecha, decidan el significado de ganar una guerra, pero a mi entender, ganar una guerra es derrotar a los malos, y evitar que estos sigan en el poder.
Y eso no fue lo que pasó en Corea...
La analogía sería:
Si al final de La Guerra de Secesión, Robert E. Lee y Jefferson Davis, controlaran todo al sur de Maryland, y aun así nos proclamáramos victoriosos”
El propósito, no es otro que señalar las pésimas condiciones que tiene el siempre autoproclamado “mejor país del mundo”
Donde los italianos tienen más de 30 días de vacaciones pagados; los estadounidenses tienen cero.
Donde los niños franceses tienen una dieta equilibrada y sana en los comedores de los colegios; los yanquis tienen cadenas/dietas que podrían ser categorizadas de “fast food”
Y así, la comparación se va alargando a lo largo del continente europeo, solo interrumpida por los comentarios de humor ácido a cargo de Michael Moore.
Sin embargo, no recurre a la estrategia de la provocación como hizo en “Bowling for Columbine” (2002), ridiculizando a Charlton Heston o en “Capitalismo: A Love Story” (2009), sembrando molestias en Wall Street; sino que practica el humor que funciona por contraste entre la percepción social estadounidense y la europea.
En el empleo de imágenes de archivo, también busca esas colisiones, como tratar de hacer convivir el videoclip corporativo de una cárcel de Noruega, en el que los trabajadores interpretan “We Are The World”; con brutales imágenes de violencia policial en su país.
No es una cuestión de gusto, y el suyo es muy discutible, sino de impacto dramático.
Así que la estrategia pasa, una vez más, por hacer la película exclusivamente para sus conciudadanos.
O más bien, para el estadounidense medio, de educación básica y, preferiblemente adicto a los “reality shows” y el periodismo amarillista.
Su agenda, probablemente contemple el adoctrinamiento de la conciencia social y el pensamiento de izquierdas, al menos de la izquierda estadounidense, pero la banalidad de su sociología cómica, puede incluso expulsar a los espectadores que están en su misma cuerda ideológica.
El propio Moore lo advierte:
“Mi misión pasa por recoger las flores, no las malas hierbas”, pero aun así, el edénico jardín que pinta de una Europa que hoy levanta muros, y empobrece a sus ciudadanos para proteger a las élites, y cuyas políticas sociales están en franca regresión; resulta no solo optimista y cándida, sino directamente ingenua.
Antes del estreno, Where To Invade Next, ha obtenido el visto bueno de los académicos, sin importar este nuevo estilo de documental; y todo parece indicar, que Michael Moore sigue generando fuertes dolores de cabeza entre las altas esferas de su país, y por ello, nadie se sorprendió cuando su filme recibió una durísima clasificación “R” de parte del Motion Pictures Association of America (MPAA), que implica que los menores de 17 años, deben acudir a las salas de la mano de un adulto.
La MPAA precisó, que clasificaba “R”, porque incluye lenguaje obsceno, algunas imágenes violentas, consumo de drogas, y algunos desnudos…
“Todo muy peligroso”
Moore apeló, argumentando que “nada de lo que aparece en el film, es más perturbador que el contenido de cualquier Telediario”; y ha expresado vía Twitter su disgusto por la negativa de la MPAA, a cambiar la clasificación del film:
“¿De qué tienen miedo?
Sexo, drogas, verdad”
En otro tuit, recordó que la galardonada con El Oscar al Mejor Documental, “Bowling for Columbine” (2002), fue clasificada “R”, porque “no querían que los adolescentes vieran escenas de tiroteos en escuelas; y 13 años después, podemos decir que la medida ha funcionado”
El realizador, ya había declarado previamente, que no estaba dispuesto a hacer ningún corte.
Y es que Michael Moore ha logrado la que podría ser su obra más ambiciosa, persiguiendo no limitar su crítica a un solo ámbito, como pueda ser la sanidad o la política militar, sino realizar un comentario social de amplio espectro, en el que se abordan temas como la educación, el respeto por los derechos humanos, la reflexión sobre nuestra historia, e incluso la importancia del feminismo; por lo que nos deja algunas notas que hay que ponerlas bajo la luz adecuada, para poder comprender, qué está pasando en los EEUU, y como nos afecta al resto del mundo.
Por un lado, muestra la deriva de un país, EEUU, que fue precursor de mucha cosas en diferentes ámbitos, pero que gracias al secuestro de la democracia por los diferentes “lobbys”, responde más a los beneficios de las empresas, empresarios, banqueros, y demás clientes; antes que a las necesidades de la población.
Esto hace que nos encontremos con unos EEUU con déficits en educación, sanidad, seguridad social y, sobre todo, de democracia, un aparato al servicio de unos pocos.
Por otro lado, nos avisa de los grandes avances en materia de derechos sociales, sanidad, educación, etc., que se han conquistado en diferentes países de Europa, gracias a las luchas sociales de la población, pero también a la voluntad de cambio y progreso por parte de los dirigentes políticos.
También, podríamos considerarla, como un aviso sobre los diferentes tratados que se están desarrollando a espaldas de la población europea, como El Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP), cuya implantación supondría la pérdida de muchos de estos derechos, pues no persiguen otra cosa que equilibrar los derechos laborales y de libre mercado para el beneficio de las empresas, es decir, reducir los derechos de la ciudadanía europea para ser “más competitivos” y “más eficientes” en el mercado de trabajo.
Y ya sabemos cómo han conseguido esto los EEUU:
Con reducción de salarios, aumento de la jornada laboral, etc.
Esto lo considero como un toque de atención a la población europea, para que empiece a mirar a quién tiene al lado, y empiecen a construir una conciencia colectiva que pueda defender los derechos comunes de la sociedad europea, en contraposición a los poderes fácticos de las grandes empresas que pueda amenazar la democracia, sin importar el territorio, ya que como estamos viendo, la falta de una solución conjunta, hace que nos encontramos dramas como el de los refugiados, sin que podamos vislumbrar una solución a la vista.
En todo momento, se dibuja una imagen de los países que podría resultar en exceso confusa:
No todo funciona a la perfección en cada uno de los países que recorre el director, y es cierto que se podría haber hecho un examen más crítico; pero creo que lo que perseguía Moore, era conseguir una cinta con un tono positivo, poniendo en valor las cosa buenas de cada tierra, a modo de guía para el futuro, para ver por donde tenemos que caminar, para conseguir estados más sociales, de justicia social, democráticos, y basados en el bienestar de las personas.
Todo esto a la vez que soltaba una bofetada a la sociedad de EEUU, enclaustrada en sus principios y valores que se desmorona, se desquebraja paulatinamente, sin que nadie sepa cómo actuar.
Si le podemos achacar algo a Where To Invade Next, sucede en la parte final, y sobre todo en la visita a Túnez, donde el interés decae de manera abrumadora, aburriendo, quizás también, por llevar 2 horas repitiendo el mismo esquema, pero como digo, es en el último tramo, cuando uno ya ha visto todo lo interesante realmente.
Llama la atención, que no visita un país asiático o latinoamericano, aunque sí los mencione…
¿Decir que todo sucedió en EEUU, y que ellos crearon todo?
¿Acaso eso no fomenta aún más el odio de todos, de que “se creen lo mejores”?
Un ejemplo de olvido, fue que Rusia fue el primer país donde la mujer fue igual al hombre, o el obrero gano muchos poderes.
Pero nadie quiere hablar de comunismo aquí…
Moore, quiere llevar lo que ha visto en Europa a su país, pero en realidad, quizá lo que acabe pasando sea, que lo que hay en los EEUU, pronto lo veamos en Europa…
Tras el visionado, no se puede tener otro sentimiento que el de la envidia, o el de la vergüenza, por lo atrasados que nos estamos quedando en políticas sociales y educativas.
Posterior al estreno, al director se le increpó:
¿Dirías que el público de EEUU, está abatido, y no tiene esperanzas?
Como estadunidense:
¿No te entristece pensar que es así?
“Pues sí y no.
A lo largo de la historia, ha habido momentos en que la gente se ha sentido abatida, pero todo cambia, y todo mejora.
Hace 11 años, cuando se aprobaron todas las enmiendas constitucionales que prohibían las uniones entre homosexuales, parecía que jamás habría vuelta atrás.
Fue un gran revés para los gays, y recuerdo que muchos pensaban:
“Ya no tiene sentido.
Mudémonos a Canadá, que allí nos aceptarán, y nos casarán”
Pero no ocurrió así.
La gente se recompuso, se sacudió el polvo, y volvió a la lucha.
Era un movimiento personal, más que político.
Creo que en esos 10 años, el punto de inflexión fue que cada vez empezaron a salir del clóset más gays, lesbianas, y personas no aceptadas por la mayoría heterosexual, se declaraban a sus amigos, sus vecinos, sus compañeros de clase, y de trabajo.
Cuando tu hija te dice que es lesbiana, es más difícil seguir odiando a las lesbianas.
Fueron ellos mismos, quienes lograron el cambio.
El odio iba desapareciendo con cada persona que salía del clóset.
Tengo la impresión, de que pronto va a producirse una revolución ideológica, y un cambio en la opinión pública, que obligará a los políticos a subirse al barco, o a caer por la borda.
Así ¾ partes de las personas a las que entrevisté en Where To Invade Next, sacaron el tema de la política internacional, o las guerras; y decían:
“Si quieren hacer algo por el mundo, dejen de invadir.
Dejen de iniciar guerras, la actitud beligerante, de abusar, porque son geniales de verdad, y tienen un buen sistema de creencias, una gran constitución, y a todos nos gustaría ser como ustedes, pero no es fácil cuando permiten a sus líderes que hagan esas cosas tan horribles”, sentenció.
“We don’t know what the fuck we’re doing”
¿Qué tienen de bueno los países de Europa, que deba ser tomado en cuenta en los Estados Unidos?
Después de la desaparición, en 1991, del llamado “Telón de Acero” o “Cortina de Hierro”, y después de la disolución de La Unión soviética, incontestablemente, los Estados Unidos quedaron como la principal y única gran potencia hegemónica en el mundo.
Entre otras cosas, y como muestra de la idiosincrasia de esos días, cabe destacar que después de los atentados del 9/11, La Casa Blanca hizo una muy singular declaración, afirmando la necesidad de una respuesta, e indicando que las leyes internacionales no serían en ningún caso una restricción que limitara fuertemente a la única superpotencia mundial en ese tiempo.
Ese es el espíritu con el que se valora a un mundo unipolar:
La fuerza hegemónica puede hacer valer sus razones, y nadie puede oponer verdaderas trabas para impedirlo.
Por un tiempo, y fundamentalmente durante los años 1990, los Estados Unidos fueron realmente, la única potencia mundial hegemónica, en los distintos aspectos que este concepto comporta:
Lo económico, lo militar, lo político, lo diplomático, lo cultural, lo tecnológico.
¿Entonces qué pasó?
Michael Moore, no había vuelto a inmiscuirse en una tarea de este orden, pues, con la llegada del demócrata Barack Obama a la presidencia de los Estados Unidos, se comenzó a sentir otro aire en el ambiente, y su compromiso con el desarme nuclear, que sería tan intenso que le merecería El Premio Nobel de La Paz; tercero para un presidente, entre 44 que lo ha merecido; las profundas medidas que sacaron al coloso del norte de la recesión económica; su nueva autorización al seguro de desempleo; el “ObamaCare” que puso la salud al alcance de millones de niños y adultos, a quienes antes se les denegaba; su fomento de la lucha contra el cambio climático; el haber acabado la infame Guerra contra Irak, promovida por los republicanos; el ser el presidente que restableció las relaciones diplomáticas contra “eternos” rivales políticos como Cuba, Vietnam y Japón; y entre otras cosas, el haber logrado el acuerdo START III, de control de armas con Rusia, dieron como resultado que, por primera vez en muchos años, Obama limpiara la imagen de una nación que, en Latinoamérica y en otras latitudes, era vista como un verdadero Ogro.
Aunque no ha logrado todo lo que quisiera, como por ejemplo:
Acabar con la venta libre de armas, y con el oprobioso racismo; pero hasta el duramente crítico, Michael Moore, guardó silencio fílmico por todos estos años, ante el respeto que se merece un presidente, en cuyo rostro sólo es posible descubrir paz y dignidad.
En una palabra, si bien la era de la primacía de EE UU no ha concluido, va a experimentar cambios importantes…
Lo que está por ver, es si esos cambios aumentarán la seguridad y la prosperidad mundial, o no.
Para el realizador:
“Creo que cuando cayó El Muro de Berlín, y terminó de La Guerra Fría, sentí un verdadero alivio:
Toda esta acumulación de armamentos y presupuestos enormes para El Pentágono, iban a desaparecer, e íbamos a vivir en un mundo en paz.
Pero no, teníamos que tener otro enemigo.
Y debido a que gran parte de nuestra economía, y gran parte de nuestra estructura de poder, está configurada en torno a la industria militar, cosa que ya nos advirtió Eisenhower; me di cuenta que íbamos a estar en un estado de guerra perpetua.
Siempre habrá una nueva amenaza, un nuevo hombre del saco.
Y por eso, el título “Where To Invade Next” es a su manera, un ataque satírico a lo que parece ser una cosa real.
Y, por supuesto, cuando una cosa empieza a terminar, empiezan a hablar de Irán, o de algún otro, y de que tenemos que prepararnos para luchar contra alguien que nos amenaza, y saben lo fácil que la gente se asusta, especialmente los estadunidenses.
Cuando te aíslas, cuando no conoces otras culturas del mundo, la ignorancia del mundo es el ingrediente más importante del miedo.
Y el miedo es el ingrediente más importante del odio.
Esa es la ecuación.
Se comienza con la ignorancia, que conduce al miedo, que conduce al odio, que conduce a la violencia.
Pero tienes que mantener la ignorancia del público, y de esa manera, les puedes decir de nuevo, que Irán los va a matar”
Es un hecho que detrás del edulcorado discurso socialdemócrata de Michael Moore, se transparenta más de una vez, la cuestión de la desobediencia civil y el uso legítimo de la violencia para lograr los fines...
No fue de otro modo, cómo el proletariado consiguió derechos sociales elementales como la jornada laboral de 8 horas, en Chicago, en 1886...
O cuando El Estado protege únicamente los intereses de la clase dominante, y reprime con brutalidad a las masas; es normal que tarde o temprano tenga lugar una rebelión que puede ser violenta o no.
En la lucha por la igualdad de derechos de los afroamericanos en Estados Unidos, surgieron las figuras opuestas del pacifista Martin Luther King, y del líder de los panteras negras, Malcolm X.
Como no podía ser de otro modo, los filósofos no se ponen de acuerdo en esta cuestión:
Jean-Paul Sartre, fundador del existencialismo, era un firme defensor de la violencia social.
Justificaba los atentados de Múnich en 1972, argumentando que el terrorismo es el arma nuclear de los pobres, su única respuesta a la represión indiscriminada del Estado.
Unos años antes, el filósofo de la Escuela de Frankfurt, Max Horkheimer, había descartado la revolución y el terrorismo como herramientas para transformar la sociedad.
Según Horkheimer, la violencia social, sólo engendraba totalitarismos de izquierdas o de derechas.
Para Moore:
“Creo que las personas que gustan de propagar la guerra y el miedo, sin duda van a tratar de hacer eso.
Pero tienen un gran problema, y es que las generaciones de jóvenes, entre los 16 y los 35 años, llevan ya 2 décadas con internet.
Quizá no tengan pasaportes, ni puedan salir a conocer mundo, pero tienen acceso a la información, lo que significa que no son jóvenes ignorantes a los que se pueda engañar fácilmente.
Eso va a ser un gran problema para el que quiera llevar a cabo una campaña basada en el miedo.
Por eso me siento un poco optimista, y creo que esa misma estratagema de la actual campaña electoral republicana de Estados Unidos, no funcionará.
Aquí seguimos diciendo:
“Somos los mejores, somos los mejores”, y en este punto tenemos que empezar a plantearnos, a quién intentamos convencer, realmente”
Where To Invade Next es una obra que, además, defiende una tesis que toda persona en formación debería asimilar:
Que no por alcanzar una posición exitosa, podemos dormirnos en los laureles, o caer en la arrogancia; porque si nos limitamos a mirarnos el ombligo, olvidamos algo tan fundamental, como que cualquier persona en cualquier parte del mundo, independientemente de su cultura o condición, puede tener algo que aportar para enriquecernos como personas.
La empatía:
¡Pásala!
Vivimos en una sociedad, y no hay otro lugar fuera de este mundo.

“We are the world, we are the children.
We are the ones who make a brighter day so let's start giving.
There's a choice we're making.
We're saving our own lives.
It's true we'll make a better day just you and me”



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