Believe Me

“It's only a sin if you get caught”

He llegado a la conclusión, de que la peor tragedia que le puede ocurrir a un ser humano, es ser engañado espiritualmente.
Esta tragedia es Universal, y no hay ni uno que se libre de ella, porque hasta los que dicen no creer en Dios, y ser ateos, están sumergidos en este engaño.
En una respuesta al Vaticano, por la satanización de su novela “El Evangelio según Jesucristo”, José Saramago aseguró, que su problema no era con Dios, sino con los administradores de la fe.
Seguramente el portugués, hacía referencia a esa historia oscura, teñida de sangre y sufrimiento, mediante la cual, La Iglesia Católica impuso sus dogmas, ejecutó sin piedad a los practicantes de otras manifestaciones religiosas, consideradas “heréticas”, y fundó El Santo Oficio de La Inquisición, una institución que tenía como objetivo, la conversión de judíos y árabes al cristianismo, y la persecución sin cuartel, de “las ovejas descarriadas”
En ese propósito maquiavélico, salido de las profundidades de la mentalidad cuadriculada medieval, no sólo llevó a la hoguera a cientos de hombres y mujeres, sino que también despojó a muchos otros de sus riquezas, condenándolos de por vida a la miseria, y obligándolos a abandonar sus tierras.
Este ejercicio dinámico, de despojo y apropiación, convirtió a La Iglesia Católica, a lo largo de 400 años, en la institución más rentable y poderosa del planeta, superando incluso, a Imperios expansionistas como Inglaterra y Francia, máximos referentes del desarrollo europeo durante los siglos XVII y XVIII.
Lo anterior, hizo de esta institución, uno de los Estados más poderosos de la historia humana, pero también el más criminal de todos.
El ejercicio de la fe, como la interpretación de La Biblia, ha sido acomodado a lo largo de los siglos, a los caprichos de aquellos que ostentan el poder religioso, político, y económico.
Quizás esto explique las palabras de José Saramago, y les dé la razón a aquellos que piensan que las religiones, sin excepción, deberían desaparecer de la faz de La Tierra para beneficio de la humana…
Pues no hay que dudar, de que el conocimiento es poder, y no hay nada más peligroso para el desarrollo de una sociedad, que un pueblo ignorante.
Quizás esto explique también, el origen de “las nuevas” guerras étnicas y religiosas...
El fenómeno de Los Nuevos Movimientos Religiosos, se extiende a pesar de la alarma de La Iglesia Católica:
Sectas fundamentalistas bíblicas, iglesias electrónicas, ministerios evangélicos, y grupúsculos fanatizados, utilizando “marketing” directo; causan estragos a gran escala.
Aunque estos difieren en sus orígenes, carencias y prácticas, las unen características comunes:
Proselitismo salvaje, métodos de mercadotecnia, explotación económica, manipulación psíquica y emocional, ideologías fascistas, y autoritarias.
Hay quienes creen, que son solo charlatanes de feria, pero otros observadores aseguran en cambio, que estos grupos son movimientos totalitarios, con estructuras organizativas empresariales, que convierten a sus adeptos en “esclavos felices”, ya sea por el control mental, o por el engaño del “show”
En forma de parodia tal vez, pero de una manera muy seria al mismo tiempo, me pongo a pensar distintos motivos, por los cuales gente sin escrúpulos, y sin “llamamiento de parte de Dios”, se enreda en este negocio, lucrando para sus propios fines.
“Jesus Jesus
x16”
Believe Me es una comedia del año 2014, dirigida por Will Bakke.
Protagonizada por Alex Russell, Zachary Knighton, Johanna Braddy, Miles Fisher, Sinqua Walls, Max Adler, Nick Offerman, Christopher McDonald, entre otros.
El guión es de Will Bakke y Michael B. Allen; y producida por Alex Carroll.
El director Will Bakke, ha seguido sus 2 documentales que hacen reflexionar sobre la fe, con un tiempo notablemente corto, divertido, valiente, y sincero.
En este, su primer largometraje, y de forma independiente, explora la religión y los valores, sin caer en las convenciones fáciles de muchas películas basadas en la fe; y tiene un ojo agudo, pero un corazón cálido, y una honestidad refrescante, que le permite dejar que nos riamos de algo de la estupidez y la hipocresía que ha observado, pero siempre es respetuoso de aquellos que encuentran un sentido a la forma en que interactúan con Dios.
Una comedia astuta e inteligente, sobre lo que su director llama “el poder de las plataformas”
El rodaje tuvo lugar en Austin, Texas; y se completó en 20 días.
La acción inicia con los desesperados, destrozados y sin ideas:
Sam (Alex Russell), Baker (Max Adler), Tyler (Sinqua Walls) y Pierce (Miles Fisher), 4 universitarios que comienzan una falsa acción benéfica para poder financiar sus propias matrículas.
Cada uno de ellos, tiene una perspectiva diferente al respecto:
Sam, es un manipulador nato, hermoso y con hoyuelos, que piensa que el lucro de la fe, es sólo el billete para suavizar su camino a la escuela de leyes.
Pierce, es el niño rico egoísta, que no quiere que su padre sepa que está endeudado.
Baker, es un animal fiestero… bastante tonto.
Y Tyler, es un buen tipo, a modo de la conciencia del grupo, al que le prometen que no tendrá que hablar delante de la audiencia, y “le prometen” que una parte del dinero… va a ir realmente a la caridad.
Y es que Sam tiene muchos fans:
Es inteligente y guapo, los conmueve con su mensaje, consigue donaciones para la caridad, y le sigue lloviendo el dinero.
Lo único es que Sam no cree ni una palabra de lo que dice.
Así, Sam convence a sus 3 compañeros de habitación, de que pueden explotar a los inocentes que van a la iglesia, y lanzan una campaña de caridad por todo el país, recaudando fondos por una causa tan falsa como su mensaje.
Sam es el orador carismático y el público le cree…
Y con su campaña “Get Wells Soon”, atraen la atención de un promotor llamado Ken Hopkins (Christopher McDonald), que quiere llevárselos a una gira nacional para el público cristiano.
También, en la gira, se encontrarán con un cantante estrella, llamado Gabriel (Zachary Knighton); que hará el papel del antagonista; y la encargada del viaje, y la novia de Gabriel, Callie (Johanna Braddy)
Los chicos, que se harán llamar “The God Squad”, entraran en el juego para parecer auténticos, así no sólo utilizan marcadores y “post-it” para marcar pasajes de La Biblia; sino que las bautizan en el agua de la piscina, para darles una mirada más añeja, de vieja, de súper usada por haber sido leída innumerables veces…
Tanto que Sam explica a los demás, cómo utilizar ciertas palabras y posturas, como “The Shawshank”, para comunicar la piedad, y conseguir más dinero de los creyentes, e incluso, la forma en cómo jurar lo suficiente, pero no demasiado...
La pregunta es:
¿Podrán sumergirse en el mundo de la fe, y evidenciar la verdadera necesidad, sin ser afectados por ella, sobre todo, con el ejemplo de al menos un creyente que demuestra la verdadera gracia?
Bakke y su coguionista, Michael B. Allen, traen mucha especificidad de estas escenas, y una sensibilidad que demuestra que se ríen con los cristianos, sobre todo, cuando se trata del “entretenimiento cristiano”, y hay que dejar claro que no se ríen de ellos, directamente.
Ellos entienden, que su generosidad de corazón abierto, puede ser irracional, pero es casi siempre buena intención.
Y entienden que ser creyente, no inmuniza a nadie de los fallos humanos, en especial del orgullo y la avaricia.
También entienden, que la verdadera fe requiere del pleno compromiso del espíritu, y respetan sus personajes y a la audiencia, lo suficiente como para que quede claro que las respuestas que valoramos, la mayoría, nunca son fáciles.
Todos deberíamos saber, que Believe Me tiene algo de un comportamiento criminal, y poco ético.
Estoy muy familiarizado con la idea de que algunas organizaciones benéficas, y sin fines de lucro, incluso las iglesias y pastores, son corruptos, y roban el dinero destinado para “el bien”
También estoy familiarizado con las personas que están obsesionados con predicadores, y creemos lo que nos dicen, aunque algunas veces, la verdad de ello sea cuestionable; y hasta se prestan para el abuso de todo tipo.
Estos 2 elementos, resultaron ser una combinación maravillosa, y creo que cristianos o no, religiosos o no, todo el mundo debería ver Believe Me, desde un punto de vista muy crítico.
Y no es baladí que las hayas recibido pero de Los Ministerios Cristianos, porque habla de unos jóvenes guapos, a los que se desconoce su creencia espiritual, que comienzan una institución de caridad cristiana falsa, confiando en el poder de la persuasión demostrada por los falsos pastores que predican en la TV.
“We’re supposed to be singing about Jesus, right?
So I just cut out all the other words”
“Miente, engaña, roba, reza por el perdón”
Ese es el lema principal de Believe Me, que en muchos sentidos, es una parodia de escándalos religiosos que afectan a las iglesias “de vez en cuando”
En su última película, un documental llamado “Beware Of Christians” (2011), el director, Will Bakke, contó la historia de su viaje con 4 amigos, todos de familias cristianas devotas, a través de 10 ciudades europeas, para ampliar su comprensión de lo que significa ser una persona de la fe; y explica ahora, que el objetivo de Believe Me, es provocar risas en el público, “jugando con cosas serias”
Para él, se trata de una crítica al “poder de las plataformas”, y un intento de “apariencia” de lo que son los religiosos de hoy.
Esa experiencia, informa claramente esta historia ficticia, de 4 hermanos de la fraternidad de la universidad.
Cuando uno de ellos descubre, que su beca ha acabado con un solo pago de la matrícula, más aun debiendo, convence a sus amigos, para establecer una falsa caridad cristiana, para que puedan recoger el dinero que necesitan.
Así, Sam Atwell, de habla suave, no está comprometido éticamente, y es el “alfa senior” de la fraternidad… que accidentalmente dejó que su beca caducara
Él necesita $9.200 para permanecer en la escuela; y lo necesita en 3 semanas...
Pero la desesperación, como la necesidad, es la madre de la invención.
Y cuando Sam, atípicamente termina en un servicio religioso, se entera de un grupo de jóvenes misioneros, que han recaudado $16,000 en una semana; y la idea nace; aunque no es una buena idea:
Estafar personas ingenuas, movidas por sentimientos de culpa, con una caridad falsa que promete llevar agua limpia a los niños africanos necesitados…
El proyecto “Get Wells Soon”, como Sam lo nombra, mientras les explica a sus hermanos de fraternidad: Pierce, Tyler y Baker, por qué tienen que ayudarlo.
“La gente da a eventos de caridad; porque quieren sentir que están ayudando a otros; y esa sensación viene con un precio.
Entre más triste la causa, mayor será el precio”
por lo que Sam traza su plan:
“Parece que en estos momentos, salvar a África es tan popular para los cristianos como el mismo Jesucristo.
Por tanto, si podemos desafiar a los cristianos, a probar su fe a través de la donación, en esencia, ellos van a dar todo lo que tengan para no sentirse culpables por ello más tarde.
Básicamente vamos a robarle a los cristianos”
A continuación, Ken Hopkins, Director Ejecutivo de un ministerio itinerante llamado “Cross Country”, ha firmado a Sam y Co., para llevar su visión de las misiones africanas a las masas, a través de un tour de diezmos-y-ofrendas, en 27 ciudades.
Y de repente, los absolutamente incrédulos y fiesteros:
Sam, Pierce, Tyler y Baker, están predicando El Evangelio, y presionando las palmas para las limosnas en un brillante tour evangélico, el llamado:
“Escuadrón de Dios”
E invierten tiempo en aprender “a hablar cristiano”, para no ser atrapados como charlatanes, con sus cajones de efectivo, mientras separan a los cristianos de sus riquezas…
Y es que Believe Me es algo que no ve muy a menudo:
La sátira Cristiana; por supuesto gentil y no tan gentilmente satirizando su objetivo elegido.
Podría decirse que los de adentro lo hacen mejor, riéndose de sí mismos, y la idiosincrasia de su propia subcultura.
Y eso es exactamente lo que viene aquí; en su mayor parte.
Es innegable, que algunos de los golpes de Believe Me van a sacudir bastante; aun siendo una parodia, con algunos altos dramáticos, aunque poco convincentes por tratarse de un gancho romántico que no queda en nada.
Volviendo al tema, acá somos rápidamente introducidos a varios de los estereotipos de una iglesia en EEUU:
El friki creyente, afanoso-y-serio; esos seguidores propensos a hablar con entusiasmo en jerga cristiana todo el tiempo; la adoración del suave y pulido “artista”, en este caso Gabriel, cuya pretensión raya en lo ridículo de la estrella de rock; y el envejecido líder, que se preocupa más por el éxito de su Ministerio, que quizás, haciendo las cosas para La Gloria de Dios.
El único personaje femenino, es la asistente ejecutiva de Ken, Callie, una mujer que parece genuinamente amar a Jesús con todo su corazón, y quiere que los demás lo amen también…
La integridad de Callie, es bien utilizada aquí, levantándose en agudo contraste con el oscuro plan de Sam.
Pero en su haber, Sam no sólo se muestra atraído a ella, debido a su físico, sino también a causa de sus creencias, compasivas y sólidas como una roca.
Y poco a poco, comienza a querer recaudar de verdad, dinero para los niños africanos necesitados...
Sam, no es el único que tiene un cambio de corazón.
Aunque Tyler capitula, tiene reparos desde el primer momento, y nunca está completamente a gusto con la estafa de Sam.
También le pide a Sam, dar consejo espiritual a las personas sin tener él mismo convicciones auténticas.
Es Callie, quien finalmente obliga a Sam, a considerar lo que realmente cree.
Y hay indicios de que Sam está creciendo como un hombre de convicción para el momento en que el escenario se desvanece a negro... al final de la película, o bien, con la duda de que es bueno estafando a la gente…
Los espectadores, entonces, serán libres de decidir por sí mismos, exactamente, donde podría terminar el improbable viaje espiritual de Sam.
Del mismo modo, en un largo tramo se critica con humor, diferentes posturas de adoración, como el diagrama que Sam describe; lo que los cristianos usan, los eslóganes a los que se adhieren, lo que beben, comprar y aprueban.
Los chicos, estudian un manual sobre cómo orar, y la mejor forma de insertar una larga lista de nombres de Dios, Jesús, y El Espíritu Santo en sus oraciones, así como la observación de Sam, que tienes que incluir “las metáforas, auto-degradación, pausas dramáticas, e Inglés Antiguo”
Otra “sesión de entrenamiento”, tiene que ver con los chicos en una piscina, destacando aleatoriamente versículos en sus Biblias, y sumergiéndolos en el agua de forma artificial, para que, como dice Tyler, “tomen esa apariencia usada”
El mensaje principal de Believe Me es, que los cristianos somos fácilmente engañados y desviados, cuando nos enfocamos en tratar de mantener las apariencias correctas, y hacer todas las cosas correctas para estar en “el club”
Por el contrario, la fe de Callie es retratada como profunda, genuina, y significativa.
Mientras tanto, Sam lleva cada vez más el costo de lo que realmente significa seguir a Jesús, una lucha interna que sale a la luz en su mensaje final, centrado en la parábola del joven rico de Mateo 19.
A ese momento, Sam no sólo ha devuelto el dinero que se ha robado, sino que también, le ha dado un cheque por $6,500 a un joven necesitado, que va a utilizarlo para ser misionero en África...
Por último, Ken finalmente se entera que Sam y su equipo, han perpetrado un elaborado fraude; pero en lugar de denunciarlos a la policía, insiste en que su estafa ilegal y poco ética, debe mantenerse en secreto, debido a que el escándalo dañaría la credibilidad de su ministerio…
Incluso se dice, que el dinero robado es una “respuesta a la oración”, ya que ahora le ayudará a cubrir los gastos del ministerio.
Mientras uno ve la primera mitad, que es la mejor del metraje, es bastante fácil sentirse ofendido por las flechas, a veces sarcásticas, que los cineastas arremeten contra la subcultura cristiana/evangélica, desde camisetas de mal gusto, a consignas piadosas, y caos en la música de adoración; pasando por la industria de la fe, como empresa lucrativa y administrativa…
Y para cuando la profanidad esporádica comienza a aparecer, bueno, muchas familias habrán tenido suficiente.
Entonces, la historia comienza a cavar hacia su mensaje central, enfocándose en cada vez más serios, y no tan satirizados temas de fe:
Debates de fondo sobre las enseñanzas cristianas esenciales sobre el perdón, el arrepentimiento, la verdadera generosidad, y el costo de ser Discípulo de Jesús.
Nunca ofrece un llamado al altar; pero es más que claro que quiere que veamos como Sam lucha con profundas preguntas acerca de si él está dispuesto a dar todo para seguir a Cristo…
Esa tensión entre la sátira y la salacidad por un lado; y las convicciones piadosas, y el llamado por el otro lado; es algo que Believe Me saborea.
Para bien o para mal; y a veces ambos a la vez.
Y es que hay un montón de cristianos que odian, detestan, y sienten vergüenza por “el arte” que se transmite a nuestras iglesias, amigos, familia, etc., como “arte cristiano”
Por ello, el director de Believe Me, ha sentido la misma manera sobre la base de la forma en que satiriza la experiencia de la iglesia moderna; y va más allá al desarrollar personajes que se enfrentan a decisiones difíciles, espirituales y éticas.
Quedan preguntas:
¿La acción de Believe Me se desarrolla en 1998, o antes?
Porque si estuviera configurada en los tiempos modernos, estos 4 muchachos no habrían tenido la oportunidad para convencer a nadie de sus intenciones y de su caridad cristiana; pues a ninguno se les ve con teléfonos inteligentes, ni computadores, que utilicen Google, Facebook o Twitter.
Supongo que no podían, porque la trama habría terminado en ese mismo momento; ya que a estas alturas, sólo una foto de Facebook de estos tipos, en una fiesta universitaria con chicas semi desnudas y con bastante licor, habría sacado a la luz toda su falsedad cristiana.
Pero queda que Believe Me no sermonea; y de hecho tampoco es el tipo de película diseñada para que los cristianos se sientan bien consigo mismos después de verla; pues en realidad, se burlan de toda la ideología de la manipulación a través de la fe, y echa un vistazo a algunos problemas reales que están presentes dentro de cristiano moderno, de la vida del cristiano pandereta, y sin duda, podría ser hasta agradable para los públicos críticos, aun cristianos.
En general, los sitios evangélicos que hablan de cine cristiano, han criticado Believe Me, porque ridiculiza la fe de los creyentes...
“Nadie dice que su carne es mala”
Por último, Will Bakke, que no es ateo, quiere simplemente generar un cuestionamiento:
¿Por qué crees lo que dices que crees?
“When you pray, use the word “just” a lot.
It’s your saving grace.
Also, self-degradation is very popular in prayer.
And always say amen at the end”
En sentido literal, según El Diccionario de La Real Academia de Lengua Española, “manipular” significa “operar con las manos o con cualquier instrumento”
¿Algo así como “manosear”?
En el sentido que nos interesa, se define como “acto de intervenir con medios hábiles y, a veces, arteros en la política, en el mercado, en la información, etcétera, con distorsión de la verdad o la justicia, y al servicio de intereses particulares”
Esencial al concepto, es el irrespeto a la persona, al derecho y la autodeterminación de su víctima.
Un buen punto de partida, puede ser un análisis psicológico del fenómeno de la sugestión.
Aquí, el sentido de “sugestionar” que nos interesa, es el proceso psicológico, mediante el cual, una persona busca dominar la voluntad de alguien, llevándolo a pensar o actuar de determinada manera…
Según La guía de Psicología, “la sugestión es un estado psíquico provocado, en el cual, el individuo experimenta las sensaciones e ideas que le son sugeridas, y deja de experimentar las que se le indica que no sienta”
Por ejemplo, en las iglesias, la música influye enormemente en el estado de ánimo de las personas, y ésta puede alegrar o entristecer a alguien...
En las iglesias evangélicas, específicamente, las mentes de las personas son manipuladas, gracias a la sicología de la música.
El culto comienza con algunos cantos alegres y bailables que hacen que la persona entre en calor, y pronto se vea envuelta en aplausos, gritos y saltos, y hasta se llegue a pensar que allí está, “en la presencia de Dios”
Luego que la persona está emocionada, y saltando en un solo pie, los cantores evangélicos utilizan la psicología de la música, y magistralmente cambian los ritmos musicales, y para abrir la mente de las personas, y hacerla receptiva a cualquier enseñanza, pasan de unos cantos alegres y alborotadores; a cantos tristes y melancólicos, que hacen llorar a las personas y las conmueven emocionalmente.
Luego que la persona ya está prácticamente hipnotizada por la psicología de la música, entra El Pastor y dice cualquier cosa que se le ocurra, y la persona la acepta aun, cuando su enseñanza contradiga Las Escrituras; pues para entonces, la persona ya cree que es “Palabra de Dios”, pero en realidad es palabra de hombres.
Y no solo con música, cuando uno se despierta a estas realidades, comienza a ver que en las iglesias también practican la sugestión, métodos de propaganda y técnicas hipnotizantes.
A veces, una prolongada repetición rítmica de determinada frase, a gritos o con variaciones de tono, produce su deseado resultado de una histeria colectiva; mucho más efectiva lo es, cuando la persona es atractiva físicamente, o ha demostrado bienestar económico.
Podríamos decir que primero, las iglesias abusadoras tienen un estilo de liderazgo orientado hacia el control.
Segundo, que los líderes de este tipo de iglesias, usan la manipulación para lograr la sumisión total de sus miembros.
Tercero, hay un estilo de vida rígido y legalista, que involucra numerosos requisitos y detalles minuciosos de la vida diaria.
Cuarto, estas iglesias tienden a cambiar de nombre a menudo, especialmente una vez que son expuestos por los medios.
Quinto, la desaprobación de otras iglesias es frecuente, porque se consideran superiores a todas las demás iglesias.
Sexto, estas iglesias tienen un complejo de persecución, y consideran que son perseguidas por todo el mundo, los medios de comunicación, y otras iglesias cristianas.
Séptimo, las iglesias abusadoras, apuntan específicamente a los jóvenes adultos de entre 18 a 25 años de edad, por su volubilidad.
La octava y última señal de las iglesias abusadoras, es la gran dificultad que tienen los miembros para salir de estas iglesias, un proceso que suele estar marcado por el dolor social, psicológico, y hasta emocional.
Es un hecho triste, que la iglesia actual está engañando en algunas áreas muy cruciales, con hechos y palabrería tan fuertes como:
“Invita a Jesús en tu corazón”, oración que no está en La Biblia; tampoco “Entrega tu corazón al Señor”, ni el repetir una “oración de arrepentimiento”
Estas prácticas, absolutamente no existen en Las Escrituras.
El tema de “la salvación” es el tema más importante de La Biblia, y la iglesia nos miente acerca de ello.
Estas doctrinas, son una fabricación humana; inventadas para hacer la salvación rápida y conveniente.
Muchos miembros de iglesias, hoy que se apoyan en estas cosas, claramente no son salvos en absoluto.
Los locales o edificios de iglesias, tampoco existen en La Biblia; se inventaron alrededor de 200 a 300 d.C, cuando la iglesia estaba en un retroceso serio.
Solo una iglesia caída atrás, pudo caer tan lejos de la simplicidad de la iglesia temprana.
Locales de iglesias son anti-Nuevo Testamento, y traen con ellos, un montón de problemas y tradiciones; siendo básicamente, cuando la iglesia cayó en las manos de Roma, que este concepto de “Catedrales” realmente venció; y todavía hoy estamos gastando millones por estos monumentos.
El modelo del “único pastor que maneja todo”, es totalmente en contra de Las Escrituras; que lejos de ser el encargado de todo, en el libro de Hechos no encontramos la palabra “pastor” ni una sola vez.
La iglesia temprana, sí tenía líderes fuertes, y ancianos, pero nunca fue un solo líder solitario como lo vemos hoy; y tampoco fue un liderazgo tan controlador.
Y lo de “diezmar”… no es ninguna práctica del Nuevo Testamento; es una práctica vergonzosamente abusada por los predicadores de hoy.
En El Nuevo Testamento se nos dice que ofrendemos con alegría, según lo que proponemos dar en nuestros corazones.
Decir a la gente que tienen que dar 10% a la iglesia, y si no dan, están “robando a Dios”, es totalmente enfermizo; y es una manera de torcer Las Escrituras por avaricia.
No hay ninguna evidencia, de que Los Apóstoles, alguna vez hayan predicado el diezmar a creyentes del Nuevo Testamento; pues esto se consideraba claramente como una práctica del Antiguo Testamento.
Las palabras “prosperar” o “prosperidad”, nunca fueron usadas por Jesús, y existen solo unas pocas veces en todo El Nuevo Testamento.
Sin embargo, predicadores avaros, han construido Imperios enteros sobre estas palabras.
Las palabras “vende lo que tienes y dalo a los pobres”, “el engaño de las riquezas”, y “no puedes servir a Dios y a las riquezas”, y “ay de los que son ricos”, definitivamente fueron usadas por Jesús y los apóstoles; pero estas cosas no las escuchamos mucho en las prédicas, ¿verdad?
No hubo Institutos Bíblicos, ni seminarios, ni grados académicos en El Nuevo Testamento.
¡La única gente que parecía tener “escuelas Bíblicas”, fueron los escribas y fariseos!
Los apóstoles eran simples pescadores y cobradores de impuestos.
¿Cuál fue su “calificación” para el ministerio?
Simplemente que habían pasado mucho tiempo con Jesús.
El hecho de que hoy en día, la gente espera tener un “clérigo profesional” con un grado de un Instituto Bíblico, llevó a que la iglesia se volviera más enferma, y menos escritural que nunca.
Personas simples, humildes, con un llamado de Dios, a menudo no pueden ministrar, porque no tienen un cartón de calificación.
Otro desastre para la iglesia...
No hay casi ninguna evidencia, de que la iglesia temprana hubiera tenido su “reunión principal” los días domingo.
¡Ellos se reunían de casa en casa, prácticamente todos los días!
No había locales de iglesias.
Ellos no se vistieron de una manera especial para ir a la iglesia…
No había denominaciones.
No habían grupos separados con diferentes etiquetas; ellos vivían sus vidas juntos, todos los cristianos en el área local.
El amor y la comunión fueron para ellos tan naturales, como respirar.
Y los apóstoles en Jerusalén predicaban todos los días en grandes reuniones al aire libre; no se escondieron dentro de cuatro paredes.
Esta fue realmente “una iglesia en la calle”
Estamos predicando hoy a un “Jesús humanista”, un Jesús que existe principalmente para nuestra propia felicidad; que continuamente quiere derramar bendiciones sobre nosotros; un Dios de gracia y misericordia sin juicio, sin justicia y sin verdad.
Nuestra representación tan tergiversada de quien es Jesús realmente, es una de las ofensas más serias de la iglesia moderna.
La iglesia actual, parece adorar a un “Jesús de plástico”, uno que nosotros mismos hicimos en nuestra propia imagen.
Qué ofensa más grande contra Dios.
Muchos predicadores, están conscientes de que algo está muy mal con la iglesia de hoy.
Ellos saben que hay poco temor a Dios.
Ellos saben que no hay arrepentimiento profundo, ni un mover profundo del Espíritu Santo.
Ellos saben que es siempre el mismo juego antiguo que se juega cada semana; pero no harán nada en contra de ello.
No quieren causar ningún escándalo.
Y ellos aplastarán a cualquiera que viene intentando hacer algo.
Ellos no quieren ningún “terremoto” verdadero; pues tienen demasiado que perder, con sus carreras y sus pequeños “reinos”
Esta es la verdad real del asunto; y con tristeza, tenemos que reconocer que los valores del mundo de hoy, se han infiltrado en la iglesia, tanto en los predicadores y líderes, como en los creyentes en las bancas.
Entre los famosos predicadores, en sus mega-iglesias y sus programas de televisión, con todo su éxito, resulta mucho más difícil encontrar los grandes valores espirituales de los gigantes del pasado.
Aunque, gracias a Dios, existen excepciones muy notables, muchas, diría que la mayoría de estas personalidades públicas parecen soberbias, con la arrogancia que les otorga su “éxito”
Muchos también, dan la impresión de estar jugando algún papel, más como actores de teatro, que como Siervos del Señor de Señores; y como  dijo el filósofo, teólogo y humanista, Erasmo de Rotterdam:
“En tierra de ciegos, el tuerto es rey”
Que en este caso aplica muy certeramente como en antaño, porque la iglesia está sumida en la más penosa oscuridad, en cuanto al conocimiento de la verdadera Palabra de Dios, siendo gobernada, no por tuertos, sino por ciegos, vividores audaces, y sin una pizca del temor divino.
El hecho triste, es que la iglesia de hoy ha caído tan abajo, que casi es necesario salvar a la gente, sacándolos de la iglesia.

“What do you believe?”



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