Praia do Futuro

“Todo mundo está feliz no Brasil”
(Todo el mundo es feliz en Brasil)

Fortaleza, es un municipio de Brasil, y ciudad capital del estado de Ceará; importante centro turístico, comercial y financiero, y una de las 3 ciudades más importantes de la región Nordeste de Brasil, junto a Recife y Salvador.
Según estudios del Centro de Investigaciones de Eletrobrás (CEPEL), la famosa atracción de su costa, la Praia do Futuro, posee el 2º mayor nivel de oxidación marina del mundo, después del Mar Muerto, en Israel.
Esta característica es, muy probablemente, la razón por la que esta zona no ha tenido mucha explotación inmobiliaria; por ello, esta playa, que ya ha sido llamada de “barrio de fin de semana”, tiene muchas favelas cercanas, y es algo peligrosa a la noche.
Paradójicamente, es una da las playas más turísticas, seguramente por ofrecer una muy buena infraestructura a sus frecuentadores.
A lo largo de sus 7,5km, hay numerosos paradores, “barracas de Praia”, todos con restaurante y seguridad privada, y algunos son temáticos, con pileta, parque infantil, duchas, servicios de masaje, etc.
Las barracas también ofrecen programación nocturna, como presentaciones humorísticas, fiestas y, los jueves, la tradicional “caranguejada” o “cangrejazo”
Según El Ministerio Público de Brasil, los paradores estarían ocupando y explotando comercialmente un espacio público y de uso común de la población.
También, dificultarían el acceso de la población a la playa.
Paradores abandonados, que han sido demolidos por determinación del Ministerio de Justicia.
La pelea judicial entre empresarios y Gobierno, sin embargo, se extiende desde noviembre de 2005.
Mientras tanto, las barracas restantes, siguen en plena operación...
Por otra parte, los brasileños constituyen la comunidad latinoamericana más numerosa que reside en Alemania, entre los que se encuentran:
Estudiantes, comerciantes, empresarios, y deportistas.
Según el censo del año 2003, había 60.000 brasileños residiendo en Alemania.
Otro factor de inmigración, es la masiva migración alemana que tuvo Brasil durante siglo XIX, y principios del siglo XX, de los cuales, muchos de sus descendientes, optaron por recuperar los vínculos familiares que tenían con el país europeo.
Muchos brasileños emigran para buscar mejores condiciones de trabajo y oportunidades, y Alemania los ha acogido desde muchos años atrás, y a la fecha, siguen llegando al país nuevos ciudadanos del Brasil, que buscan aprovechar una doble ciudadanía que acoge el llamado “milagro alemán”
¿Cómo priorizar nuestro propio camino, sin que ello lleve consigo un abandono?
¿Cómo conciliar esa necesidad de construirse una identidad nueva, con los lazos forjados en una vida pasada?
¿Cómo hacer comprender a tu hermano, que el abandono es una condición necesaria para crear algo nuevo?
“O mundo não pára porque você desaparecer”
(El mundo no se detiene porque tú desaparezcas)
Praia do Futuro es un drama del año 2014, dirigido por Karim Aïnouz.
Protagonizado por Wagner Moura, Clemens Schick, Jesuita Barbosa, Savio Ygor, Ramos Sophie, Charlotte Conrad, Sabine Timoteo, Yannik Burwiek, entre otros.
El guión es de Felipe Bragança y Karim Aïnouz; y eluden a lugares comunes para narrar una historia de amor gay, tragedia, muerte, familia, y resurrección, que ofrece escenarios tan distantes, como las playas de Fortaleza, y la urbanidad demente de Berlín.
Praia do Futuro se rodó en Fortaleza, Brasil; y en Berlín, Alemania, una historia que acumula grandes vivencias, encuentros y pérdidas, que vienen a espantar la vida con sus consecuencias que quedan para siempre.
Donato (Wagner Moura), trabaja como salvavidas patrullando la espectacular, pero peligrosa Praia do Futuro, una de las bellezas naturales más imponentes de Fortaleza.
Cuando se lanza al mar para rescatar a 2 hombres atrapados por la corriente, consigue salvar a Konrad (Clemens Schick), un alemán de vacaciones en Brasil, pero su acompañante se hunde en el mar...
Mientras esperan a que su cuerpo salga a la superficie, un fuerte lazo crece entre Donato y Konrad, y los primeros escarceos sexuales, dan pie a una conexión más profunda y emocional.
Su relación se forma, mientras Konrad se queda en Brasil, organizando todo antes de volver a su natal Alemania.
Pero ésta perdida, deja a Donato dubitativo de lo que puede hacer, del agua, de la magnitud de ella, y las pérdidas que produce…
Allí, él vive con su familia, y su pequeño hermano, es su fan #1, pues lo admira y le tiene como apodo:
“Aquaman”
Así, poco a poco, Donato comienza a hundirse más y más en sus sentimientos, algo que su hermano pequeño Ayrton (Savio Ygor Ramo), no está dispuesto a permitir, por lo que hará todo lo que esté en su mano para ayudarle.
En la segunda parte del metraje, Konrad y Donato, se encuentran en Alemania:
Una nueva etapa para esta pareja, pero un cambio rotundo para la vida que llevaba el salvavidas en Brasil…
Le hace falta la playa, aunque le sigue atormentando; el frío es incomparable, y la convivencia en esta nueva cultura, es todo un desafío.
En la tercera parte y final, avanza en unos años, y es el reencuentro entre los hermanos, Donato y el ahora mayor Ayrton (Jesuita Barbosa), pues él viene a encontrar a ese “fantasma” que se desapareció de Brasil hace tantos años, y que no dio más noticias.
Claro que detrás de la historia, subyacen muchas cosas más, incluso algunas no tan evidentes como la relación gay entre el protagonista y su amigo, y la problemática del exilio.
Praia do Futuro, también es una cinta que profundiza en los lazos familiares, al momento de abandonar la tierra natal, y de cómo, en ocasiones, escapamos del miedo, intentando dosificar ciertos reflejos con actividades más intensas que aquello de lo que huimos.
Aunque puede tener la marca de “cine gay”, vamos a intentar eliminar eso del repertorio, porque Praia do Futuro es de amor, de olvido, y de familia.
Sin una etiqueta necesaria, sino con vivencias para todo público.
“Aqui nesta cidade debaixo de água, tudo faz sentido”
(Aquí en esta ciudad bajo el agua, todo tiene sentido)
Praia do Futuro es una historia de amor que no se queda solo en eso, sino que también plantea los miedos de quien se arriesga a vivir en un entorno que no es el suyo.
“Es un filme de amor entre hombres”, después de varias películas centradas en el universo femenino, asegura su director Karim Aïnouz, que ha optado en esta ocasión, por hablar de los afectos entre hombres, incluidos los eróticos, los filiales y fraternales.
“He adoptado algo de la lección de coraje que nos dejó Rainer Werner Fassbinder.
El miedo que nos paraliza, contrapuesto al coraje que necesitamos para vencerlo, y mirar hacia adelante”, explicó Aïnouz.
Localizada en lugares muy cercanos a la vida de este director de familia argelina, que nació en Fortaleza, Praia do Futuro desarrolla gran parte de su metraje en Alemania, país donde su realizador reside desde hace años.
Algunos de los aspectos de este crisol cultural, y del desarraigo que forman parte de su propia biografía, tienen reflejo en Praia do Futuro, reconoce, pero la película trasciende y aborda otras situaciones porque el cine da la oportunidad de experimentar sentimientos que no se tienen en la vida real.
Es una historia de amor entre 2 hombres, que provoca el desarraigo al abandonar el continente americano por el europeo; narrada mediante 3 capítulos:
“El abrazo del ahogado”, “Un héroe partido en dos” y “Un fantasma que habla alemán”
Entre cada uno de ellos, se maneja una considerable elipsis de tiempo, no es aleatorio que la palabra “Futuro”, sea recurrente en el relato, puesto que el film se va configurando alrededor de lo que va sucediendo:
“El abrazo del ahogado” es el de descubrimiento y encuentro con el miedo y la pasión, la losa paralizante de aflicción de una vida perdida, y la esplendorosa belleza de una vida por descubrir.
Amar y devorar en todo su esplendor corporal y sentimental.
“Un héroe partido en dos” es el afianzamiento y elección del lugar donde desarrollar la vida escogida, respirar sin la agobiante asfixia de desfallecer a cada segundo.
Libertad de ser quien uno escoge, donde uno escoge sin pena, remordimientos ni mirada esquiva a lo dejado atrás.
“Un fantasma que habla alemán”, recoge lo sembrado, miserias y alegrías, desdén y abrazo, un compendio de sentimientos reprimidos, amargos de culpa, tristeza y felicidad al unísono.
Todo ello contado desde tantos lapsus temporales, como espacios abiertos oferta, donde se vive de la intensidad de una fotografía a la que no otorga contenido informacional, que pretende nutrir con mirada penetrantes que comunican sin necesidad de locución, vacíos y silencios que pueden suponer la decepción y desconexión de su hilo argumental; o alimento tentativo de no necesitar saber, de no demandar un por qué, no estar expectante de una explicación que no añade hermosura a unos pasos que expresan y comunican por sí solos, 3 etapas de una vida escogida, cuya “playa del futuro” se encuentra en la fría Alemania y, donde la cálida Brasil, sólo es un agobiante recuerdo de dolor y escozor, cuenta pendiente que aparece en forma de “fantasma familiar” de un pasado arrinconado en un presente estable, de futuro apetecible.
El tema, parece ser la añoranza del inmigrante de una playa salpicada de parques eólicos, y contenedores industriales, pero como las apariencias engañan; sobre todo en cine, el eje acabará siendo el hermano menor que dejó en Fortaleza.
Donato en Brasil, tiene una vida diferida, cuida de su madre y de su hermano pequeño, es salvavidas, ayuda a los demás…
Es una forma de no querer afrontar sus propias necesidades, de aplazarlas y neutralizarlas.
Por eso bromea con su hermano pequeño, preguntándole si él puede ahogarse...
Para el niño, que ve a su hermano como “Aquaman”, es imposible.
Pero en Donato hay algo de proyección fantasmagórica, cierta prisión a partir de la inercia; realmente ya es alguien que está sofocado, un cuerpo que se ha perdido en las profundidades del mar.
Así, cuando conoce a Konrad, llega el momento de vivir su propia vida, de tomar sus propias decisiones.
Konrad le reprocha su inmovilismo, cuando le espeta que le han educado para que todo sea “normal”
Pero el amor entra en nuestras vidas como un acontecimiento, como esa tracción que rompe todo aquello que hemos fijado por ordinario; y se marcha con Konrad a Berlín, un lugar dominado por los colores fríos de la ciudad, en brutal contraste con aquel entorno de la naturaleza brasileña que se deja atrás; es el viaje de la ruptura.
Pero aquel que debía encontrarse, se da de bruces consigo mismo como desterrado.
La ansiada mutación, el nuevo renacimiento, cuando es aplicado con rotundidad, deja en su seno unas heridas abiertas que siempre amenazan con retornar a la superficie.
En Berlín, Donato deberá enfrentarse a la soledad y a la alienación, pero ahora puede reconocerse como tal.
Es su sufrimiento, pero es él, y no de los demás.
La llegada inesperada a Alemania, al cabo de años, del hermano pequeño del brasileño, siendo ya un hombrecito adolescente, con sus reproches, su rebeldía, y esa mezcla de rencor y amor, es lo que forma la tercera parte:
La pareja ahora vive en pisos separados, se supone que ya no lo son, aunque en ningún momento el director ha dado alguna pista de porqué la relación se rompió, o porque ya no viven juntos…
Sin embargo, el final da a entender que siguen juntos, o al menos aún enamorados.
Por ser un poema visual acerca de la valentía necesaria para aceptar los propios miedos y deseos; en Praia do Futuro, su protagonista, Wagner Moura, emprenderá una difícil huida en busca de la libertad, que le llevará al desarraigo, tras abandonar el hogar que deja atrás sin posible retorno.
La imagen, la música, el silencio, lo que cuentan los cuerpos y las elipsis temporales, ayudan al espectador a construir esa historia, y a proyectarse en ella, siempre a partir de una narración que describe una relación entre 2 hombres con la más absoluta naturalidad y sencillez.
Porque Praia do Futuro enfrenta a su protagonista a sus 2 grandes pasiones:
El afecto hacia su hermano, y el amor a su chico alemán en las playas brasileñas de hace 10 años.
En ese contexto, sus miedos y la realidad le llevan a huir a un frio Berlín, donde encuentra algo de calor.
Pero Karim Aïnouz decide no quedarse ahí, y recupera a nuestros personajes 10 años después, para mostrarnos que a veces es necesario “malgastar” tanto tiempo para encontrarse con uno mismo, y los que te quieren.
Su profundidad, es la lectura de su intensa estética, que cuenta lo que quiere, que deja abierta la puerta a la intuición personal, y que ambiciona un relleno subjetivo y cognoscitivo particular, a demanda de cada cual o, simplemente, contemplar la inmensidad de 3 momentos diversos y conectados en una existencia con sus pausas, andares, y emociones que se intuyen a pesar de su pobre contenido expresado, poético cuadro de fotogramas exquisitos y ralentizados para deleitarse con la vista, y aplacar la necesidad de rellenar el pensamiento con datos, o la razón con retórica innecesaria, en este caso.
Karim Aïnouz, presenta sus 3 actos teatrales, cuyo título es introducción aclaratoria y premonitoria de lo narrado con sutiles, penetrantes y potentes interpretaciones de gran peso visual, vivencia sentida y delicada captación sensorial, con un protagonista que libera su opresión, eligiendo y aceptando, dejando y partiendo, encontrando su persona a pesar del mal, y el pesar que sus huellas dejan por el camino de arena.
Pero también es una película que trata de la adaptación por amor de 2 personas homosexuales de diferentes culturas, un brasileño y un alemán.
En las historias de amor, donde ambos componentes pertenecen a países diferentes, siempre tiene que ser uno, el que debe sacrificarlo todo para emigrar al otro país, si realmente se quiere que la pareja se consolide y funcione.
En este caso, es el Brasileño quien decide abandonar su país, para irse a vivir con el hombre al que ama a Alemania, un turista que conoció accidentalmente en Brasil, rompiendo todo vínculo inexplicablemente con su familia, con la cual no se lleva mal, y sí dejando atrás su trabajo, su vida entera, desapareciendo sin dar ninguna explicación…
Por ello quedan muchas preguntas, casi rozando las lagunas argumentativas:
Donato se ha olvidado totalmente de la familia, de manera tan repentina y sin razón justificable.
No conocemos su vida en Brasil, por tanto, no se extraña.
Mientras que el diálogo es escaso y poco sentimental, no hay emoción por ningún lado.
Los hombres pueden ser concisos entre sí, pero son expresivos.
No sabemos si están enamorados, si es solo sexo…
Así es como Praia do Futuro, no es muy sentimental; puesto que palabras como “Te Amo”, “Te Necesito” nunca van a ser escuchadas en esta relación moderna.
Lo que sí sabemos, es que hay una dinámica entre ellos, que no quieren abandonar.
Y aun así se dejan sin saber por qué…
La historia, teniendo un gran potencial, nunca se desarrolla.
Algunas escenas clave, son muy pobremente explicadas, por lo que a veces el espectador tiene la sensación de que se pierde en la historia, y debe deducir qué es lo que está pasando realmente.
¿Se puede pensar, que el miedo/”saudade” por el agua, se volvió la frustración y la separación de todo lo que era?
Ninguno de los temas que toca Praia do Futuro, los desarrolla con una mínima profundidad:
El desarraigo, el miedo, el pasado, la rutina, la comunicación, las relaciones familiares…
Y respecto al tema gay, la homofobia en Brasil, aún es un problema constante.
Existen estadísticas realizadas por el Grupo Gay da Bahía, que basándose en ellas, afirma que Brasil es uno de los países más homofóbicos del mundo.
Sin embargo, esto no se hace constar en Praia do Futuro, y es el espectador quién debe deducirlo.
¿Donato se va a Alemania, porque ahí puede ser gay, abiertamente?
Lo que sí es cierto, es que las relaciones que se construyen entre los personajes, son bastante interesantes e intensas, tienen una vida intrigante y potencial, pero finalmente, la historia se queda corta, para contarnos el fondo de cada uno, y sobre todo, de cómo terminan.
Todos tenemos un momento en el que queremos desaparecer, y romper con todo, como hace Donato, que se atreve a dar un paso muy dramático, porque necesita cambiar su vida, pues en su país se ve obligado a esconder su sexualidad de la que se avergüenza.
Aïnouz da cuenta de este periplo vital, mediante las imágenes, y rehúye de los diálogos, en lo que define como un “experimento de narración cinematográfica”, en el que el relato se “intuye”, según sus palabras.
Basándonos en ello, Praia do Futuro es una película sorprendente, en la que es inútil intentar comprender las motivaciones de los protagonistas, sin darse cuenta de que el único objetivo del director, es sumergir al espectador en atmósferas, paisajes, y reacciones extrañas, impactantes, y muchas veces irreales.
Un ejercicio visual y narrativo, que le ha valido El Premio Sebastián Latino del Festival de Cine de San Sebastián.
Y es a partir de esas rutas, que propone un sugerente intercambio entre lo visible de los cuerpos, la erótica en su contacto, y aquello que está invisible, la angustia existencial en la búsqueda de nuestro propio ser.
La bellísima secuencia de Donato en la discoteca, en la que lo vemos filmado a partir de planos que rompen con la tradicional regla de los tercios, mientras que nosotros escuchamos una pieza orquestal y sinfónica, responde a ese juego dinámico entre 2 tejidos:
Los enunciados y los subterráneos, magníficamente expresados en este punto de fuga de la catarsis.
Por todo ello, Praia do Futuro, es una lánguida, sensual y contemplativa exploración por los extravíos subjetivos, la conquista de nuevos espacios, y la inadecuación de nuestro propio yo, frente al Otro.
Es el lugar de las identidades desplazadas, y de la recuperación de lo perdido.
Porque no resulta nada fácil dejarlo todo atrás.
Porque, por encima de todo, estamos alzando un canto al coraje, como certifica su epílogo.
El coraje que nos exige ser fieles a nuestra propia individualidad.
También, se debe destacar el significado del mar, fuente de vida, pero de igual forma de muerte, principio y final de la existencia, de la humanidad.
El mar, representado como medio de amor pero también de temor, visualizando el punto de vista del hermano, de ahí que el cierre que plantea caminando en medio del mar, es algo sublime, sumamente poético, igual que la última hermosa secuencia.
Se agradece al contar esta historia de amor, porque no cae en sentimentalismos cansinos, ni en gays afeminados, ni lloriqueos, ni tragedias, todo se ve muy natural, y aparentemente “aceptado”
Se muestra la pasión de los tipos, pero no es condescendiente en mostrar una trama de 2 Príncipes Azules, Wagner Moura, en lo personal, no es un tipazo; sino que los hiere y ataca dando una perspectiva para nada complaciente, no concede facilidades, y eso es de agradecer.
Otro dato de agradecer, es no quedarse en los planos sexuales, o en escenas muy pasadas de tono; sin embargo, en la trama, hubiera quedado interesante, que Ayrton se hubiera quedado con Konrad…
La mejor interpretación, sin duda es la del hermano pequeño… ya adulto, el talentoso Jesuita Barbosa que habla con la mirada, y grita con los silencios.
El reencuentro entre hermanos, al cabo de años, con el niño que dejó en Brasil que ya es adolescente, abrazando a su hermano mayor, y golpeándole al mismo tiempo, llamándole “traidor”, plasmando ese sentimiento de amor y odio que se tiene, cuando alguien a quien quieres, te ha fallado; es muy fuerte, y cala.
El mensaje moral de Praia do Futuro es claro:
¿Cómo uno puede construirse a sí mismo, vía crucis prototípica del homosexual, cuando éste deja atrás sus raíces?
Esa es la sanción del olvido:
Berlín, paraíso prometido para realizarse, en su arquitectura de lo impersonal y de la multitud, acaba siendo pura opresión.
Porque nunca podremos volver a casa; hay llagas en nuestro corazón que nunca podrán curarse.
La banda sonora es buena, donde destaca la canción “Heroes” cantada en portugués por el mismísimo y desaparecido David Bowie.
“Eu não precisa se esconder no mar para estar em paz”
(No necesito ocultarme en el mar para estar en paz)
Según datos del Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (IGBE), divulgados en octubre de 2012, Fortaleza es la ciudad de Brasil con el 4º mayor número de parejas gais, unas 1.559; después de São Paulo con 7.532; Río de Janeiro con 5.612; y Salvador de Bahía con 1.595.
Pero en el 2009, una investigación llamada “Mosaico Brasil”, realizada por el Instituto de Psiquiatria do Hospital das Clínicas de la Universidade de São Paulo, encuadra a Fortaleza, como la ciudad de Brasil que tiene el 2º mayor porcentaje de individuos no-heterosexuales, con un 18,7% de su población compuesto tanto por homosexuales como bisexuales, de los cuales, un 10,6% sería de hombres y un 8,1% de mujeres.
En este ranking, la ciudad vendría detrás solamente de Río de Janeiro, con un 19,3% de la población siendo homo/bisexual.
Hoy por hoy, tenemos la imagen de Brasil y sus carnavales, sus playas, su exhibición de cuerpos en las playas de Río de Janeiro, pero a diferencia de lo que la gente cree; Brasil es aún muy conservador en cuanto a las relaciones homosexuales.
Alemania en comparación, es más liberal en cuanto a las relaciones homosexuales, solo así se explica que decidan instalarse en Alemania.
El reconocimiento legal de las parejas homosexuales en Brasil, es complejo, sin embargo, en Alemania, los alemanes ven con buenos ojos el matrimonio homosexual; y muy curiosamente no está legalizado.
No obstante, en una encuesta del Angus Reid Global Monitor, de diciembre de 2006, un 52% de los alemanes, estaba a favor del matrimonio homosexual a nivel europeo.
Este valor estaba por encima de la media de La Unión Europea, que era del 44%.

“Eu preciso mergulhar para não sentir livre”
(No necesito sumergirme para sentirme libre)



Comentarios

Entradas populares