Big Sur

“Some souls never stop searching”

Parafraseando al escritor y traductor japonés, autor de novelas y relatos, Haruki Murakami:
“¿De qué hablo cuando hablo de Big Sur?”
Hablo de carreteras solitarias que recorren una geografía caprichosa de acantilados sobre El Océano Pacífico, de parques naturales de profundos y extensos verdes, de secuoyas que alcanzan a tocar un cielo casi siempre brumoso, de haces de luz que penetran en el bosque para iluminar senderos que se esconden de un mar de color indefinido, ni azul ni gris, de un lugar de contemplación y de espiritualidad contagiosa.
Big Sur, es una región muy poco poblada de California, donde las montañas de Santa Lucia, emergen abruptamente del Océano Pacífico.
El nombre “Big Sur”, deriva de la denominación original española “el sur grande” o “el país grande del sur”, que hace referencia a su localización al sur de La Península de Monterey; cuya zona ofrece vistas imponentes, lo que hace que Big Sur sea un destino turístico popular, y un lugar de reunión para los lugareños; tanto que se ha convertido en el punto focal de los individuos con una mente literaria, como un centro cultural dedicado a la vida y obra del escritor Henry Miller; tanto que a principios y mediados del siglo XX, el aislamiento relativo y la belleza natural de Big Sur, empezaron a atraer a escritores y artistas, entre ellos:
Robinson Jeffers, el mismo Miller, Edward Weston, Richard Brautigan, Hunter S. Thompson, Emile Norman y Jack Kerouac.
Kerouac, fue un escritor estadounidense, pionero de La Generación Beat, junto a sus colegas:
William S. Burroughs y Allen Ginsberg; pero Kerouac es reconocido por su prosa espontánea; ya que su obra abarca temas como la espiritualidad católica, el jazz, la promiscuidad, el budismo, las drogas, la pobreza y los viajes; y se convirtió en una celebridad clandestina y progenitor del movimiento hippie, a pesar de estar en contra de determinadas ideologías políticas radicales.
En un momento de su vida, Kerouac se mudó a Northport, New York, en marzo de 1958, a solo 6 meses después de la publicación de “On The Road” (1957), para cuidar de su anciana madre Gabrielle, y esconderse de su nueva condición de celebridad.
Y escribió “Big Sur” (1962), una novela que recuerda los sucesos de Kerouac, aquí conocido con el nombre de su alter ego ficticio, Jack Duluoz; durante 3 breves estancias a una cabaña en el cañón Bixby, en Big Sur, una propiedad del amigo de Kerouac, el poeta Beat, Lawrence Ferlinghetti.
La novela parte de la serie autobiográfica ficticia anterior de Kerouac, en que el carácter Duluoz, se demuestra como un autor popular.
También mencionan el estatus de Kerouac como autor, de hecho, incluso menciona cómo algunos de los bohemios de New York, están comenzando a hablar en argot derivado de su escritura; y es que las novelas anteriores de Kerouac, se limitaban a describir los días de Kerouac como un viajero bohemio…
Otro dato, es que Kerouac, a menudo basó sus caracteres ficticios en amigos y familia; por lo que la novela representa el deterioro mental y físico de Duluoz; siendo incapaz de hacer frente a un público repentinamente exigente, y está luchando contra el alcoholismo avanzado.
Él busca un respiro, primero en la soledad en la cabaña de Big Sur; luego en una relación con Billie, la amante de su viejo amigo Cody Pomeray/Neal Cassady.
Duluoz, encuentra respiro en el desierto de Big Sur, pero es conducido por la soledad a regresar a la ciudad, y reanuda la bebida fuertemente.
Porque la influencia de La Generación Beat, ha creado una serie de imitadores petulantes y de escaso talento artístico que, a diferencia de sus fundadores, destacaban por carecer de originalidad o ideas propias.
Bohemios que vivían gracias al dinero de sus padres, y se consideraban demasiado especiales para aceptar un empleo que los obligara a ensuciarse las manos…
Kerouac, detestaba haberse convertido en el portavoz de una generación consentida y autocomplaciente, que le expresaba su fanatismo, pues lo consideraban un individuo excepcional, y un modelo a seguir, en la barra de los bares que solía frecuentar.
Este, para no decepcionarles, gracias a su liquidez económica, los invitaba a todo lo que pidieran...
Así, la necesidad de huir de su entorno fue tan imperiosa, que aceptó la propuesta de su amigo y editor, Lawrence Ferlinghetti, para pasar una temporada en una cabaña de su propiedad aislada de la civilización.
Kerouac, no tardó demasiado en hacer las maletas, y poner rumbo a Big Sur; y allí, durante varias semanas, lejos de colegas, admiradores y aprovechados, disfruta de su propia compañía, leyendo y dando largos paseos en un entorno salvaje dominado por bosques, bancos de niebla, riachuelos, ratas por doquier, playas de arena blanca, gaviotas, grandes acantilados, y el océano tempestuoso.
Aunque es un ferviente defensor del budismo, la religión no le ha servido para encontrar la paz de espíritu...
Para su pesar, Kerouac era un individuo gregario, que necesitaba la compañía de sus semejantes, aunque en el fondo de su corazón no los soportara.
A través de los viajes subsiguientes de Duluoz a Big Sur, y el estilo de vida entrelazado en San Francisco; borracho, avergüenza a Cody, presentando a Billie con la esposa de Cody, y no puede emocionalmente prever a la cada vez más exigente Billie, que se encuentra cada vez más incapaz de integrarse a la vida suburbana.
La agitación interna de Duluoz, culmina en su colapso nervioso durante su tercer viaje a Big Sur…
En la novela, volvemos a encontrarnos con Neal Cassady al que hace varios años que no ve, porque estuvo encerrado en San Quintín por tenencia de marihuana...
Cassady, ya no es el joven impetuoso inmortalizado detrás del volante, el mismo que era capaz de conducir durante días, sin demostrar el menor ápice de agotamiento.
Ahora está casado, es padre de familia, con 2 hijos y un empleo inestable, juega largas partidas de ajedrez, y critica la adicción a la bebida de su amigo, Jack.
Este, no ha perdido su poder de fascinación sobre Kerouac, y continúa siendo el motor principal de su literatura, gracias a una relación de profunda amistad jalonada por la admiración, celos y competencia.
A pesar de ello, como de costumbre, continúa teniendo una amante en alguna parte a la que no duda en presentarle, y con la que el autor terminará teniendo una corta y fracasada relación amorosa.
Por último, acotar que la obra presenta una adición, el poema de Kerouac:
“Sea: Sounds Of The Pacific Ocean At Big Sur”
Kerouac, un personaje al límite, tan perturbado como único, falleció en 1969, a los 47 años, debido a una hemorragia interna, consecuencia de su alcoholismo.
Sin embargo, desde su fallecimiento, su prestigio literario ha crecido, permitiendo la publicación de varias obras inéditas.
“A man needs truth like a machine needs oil”
Big Sur es un drama del año 2013, escrito y dirigido por Michael Polish.
Protagonizado por Jean-Marc Barr, Kate Bosworth, Josh Lucas, Radha Mitchell, Anthony Edwards, Balthazar Getty, Patrick Fischler, Stana Katic, Henry Thomas, John Robinson, Jasper Polish, Vanessa Ross, Richard Conti, Natasha Goss, Jeffrey T. Ferguson, entre otros.
El guión se basa en la novela del mismo nombre de Jack Kerouac, publicada en 1962, y es una reflexión caprichosa, compleja y en ocasiones, surrealista, sobre el proceso artístico, el envejecimiento y la muerte; por lo que el Big Sur de Michael Polish, ofrece una elegante y silenciosa aproximación al hastío de la mediana edad, sobre un relato autobiográfico que narra la historia de Jack Duluoz, alter ego de Kerouac, y su relación con la fama, tras el repentino éxito de su obra, así como sus problemas de adicción.
Cabe destacar que el libro también recoge su relación con Billie/Jackie Gibson en la vida real, la mujer de su mejor amigo, Cody Pomeray/Neal Cassady; pero a diferencia de la novela, que utiliza seudónimos para cada personaje principal, la película utiliza sus nombres reales, a excepción de Billie, cuyo verdadero nombre es Jackie Gibson Mercer.
Además, algunos personajes importantes de la novela, como:
Allen Ginsberg, Robert LaVigne, Albert Saijo, Gary Snyder, y Alan Watts, fueron cortados de la película.
Gran parte de la filmación, se rodó en el condado de Monterey, en California, incluyendo Big Sur, donde los eventos de la novela tienen lugar.
Así, la historia se basa en el tiempo que Jack Kerouac (Jean-Marc Barr), pasó en Big Sur, California, y sus 3 breves estancias en la cabaña de su amigo Lawrence Ferlinghetti (Anthony Edwards) en Bixby Canyon.
Estos viajes fueron tomados por Kerouac, en un intento por recuperarse de su deterioro mental y físico, debido a su repentino éxito.
Jack Kerouac, que sale del reciente éxito de “On The Road”, no puede hacer frente a un público repentinamente exigente, y su popularidad; por lo que comienza a luchar contra el alcoholismo avanzado, como consecuencia.
Él busca un respiro primero en la soledad en la cabaña de Big Sur, luego en una relación con Willamine “Billie” Dabney (Kate Bosworth), la amante de su viejo amigo, Neal Cassady (Josh Lucas)
Y realmente encuentra un respiro en el desierto de Big Sur, pero es conducido por la soledad a regresar a la ciudad, y reanuda la bebida.
Es a través de los posteriores viajes de Kerouac a Big Sur, y el estilo de vida entrelazado en San Francisco, que embriaga a Cassady, presentando a Billie a la esposa de Cassady, Carolyn (Radha Mitchell), y no puede proporcionar emocionalmente a Billie cada vez más exigente, y se encuentra cada vez más incapaz de integrarse en la vida suburbana.
La agitación interna de Kerouac, culmina en su colapso nervioso durante su tercer viaje a Big Sur.
Es curioso cómo en los últimos años se han puesto en marcha varias adaptaciones de conocidas obras de La Generación Beat, sin que ninguna de ellas haya recibido una buena acogida por parte del público.
Al igual que ocurrió con “On The Road” (2012), Big Sur ha pasado prácticamente desapercibida, lo que no considero justo.
“Ah, life is a gate, a way, a path to Paradise anyway, why not live for fun and joy and love or some sort of girl by a fireside, why not go to your desire and laugh…”
Big Sur podría considerarse la secuela de “On The Road”, ya que sigue a Kerouac tras la publicación de su libro más célebre; pero el autor se encuentra abrumado por el éxito, no se reconoce en la imagen pública que se tiene de él, bebe compulsivamente, y harto de todo, decide retirarse a una solitaria cabaña en el bosque.
El director nos muestra numerosos planos de los paisajes, del protagonista mirando el horizonte, paseando por la playa... como una alegoría de la mente del autor, y palabrería, mucha palabrería, demasiada palabrería para un viejo de 40 años, aburrido y hastiado.
El vacío emocional, el sinsentido existencial, nunca estuvo tan lleno de gente, de palabras, y de abismal inutilidad.
Un abandono nada fructífero, un beber, y dejarse arrastrar, un esconderse de los propios pensamientos y de la ausencia de ellos, incapacitado para activarse, neurótico frustrado sobre ruinas añejas, e incapacitado para anularse.
Miedo al terrible y deseoso olvido de desaparecer, un ansiado “no-estar” y podrido como su melancólico interior, vive una deshabitada alma que desprecia cualquier inquilino avenido...
La inapetencia por su vida, persona y todo lo que le rodea, está envuelta de demasiado ruido, demasiado vocabulario, y demasiada compañía que provocan un aturdimiento, un desasosiego que te alejan del sentir afín por el personaje.
Gusta, emociona el proyecto, el devenir de una hipnótica estrella que ya no brilla; el efecto, resultado final no es tan esplendoroso ni fascinante, tu propia inquietud por su saber, por su atractiva melancolía, se pierde por excesivos caminos nunca satisfechos.
Actos robotizados sin significado, repetición diaria sin contenido, hacer-deshacer, un ir-volver ejecutado por un interesante viejo de 40 años, nuevamente aburrido y hastiado, pero al mismo tiempo, un muy atractivo y seductor personaje, rodeado de unas compañías cansinas, cuyo inevitable aburrimiento va en detrimento de la fuerza y emoción de descubrir al personaje en su nulo intento emocional de adaptarse, e incorporarse a una vida “no-pasiva”
Big Sur nos muestra la crisis personal, casi-existencial por la que cruza el autor después del éxito, y el furor generado tras la publicación de su novela más exitosa, “On The Road”, con la cual, cualquiera pensaría que su vida estaba resuelta, y sería eternamente feliz y exitoso… pero no fue así.
Este es un retrato real sobre la mediocridad y el vacío.
Sobre la búsqueda de una falsa felicidad efímera y superficial que es la fama.
¿Y cuál es el significado de todo?
¿Qué sentido tiene el reconocimiento, si al final de día estamos solos, desesperados, deprimidos, con una nostalgia hacia la muerte que a nadie le interesa?
La película logra revelar con justicia y delicadeza, el interior del personaje relacionándose con el exterior y con sus pensamientos que van de opuesto a opuesto, al tiempo que hacen presencia un abanico de personajes alrededor de Kerouac:
Neal Cassady, Carolyn Cassady (Radha Mitchell), Lawrence Ferlinghetti, Lenore Kandel (Stana Katic), Michael McClure (Balthazar Getty), Willamine “Billie” Dabney, Philip Whalen (Henry Thomas), Lew Welch (Patrick Fischler) y Victor Wong (Jason W. Wong)
Todos ellos en su momento desfilan por la pantalla, dando la sensación de que se está cumpliendo un trámite para satisfacer a los fans de La Generación Beat, sin que ninguno de ellos resulte verosímil; más que un drama, a veces parece una parodia, porque cada personaje es una viñeta... tal vez eso es lo que pretende mostrarnos el director, la mente de Kerouac, y cómo cada uno de ellos, activa y sale de su mente atormentada.
Lo más valioso de la película, es la lectura “en off” de la poesía de Kerouac llevada a cabo por Barr; que digámoslo todo, a veces puede resultar cansina por lo excesiva.
Pero la voz, melódica y apasionada del actor, logra la empatía con el personaje, con su mirada hacia la nada, y la imaginación de la puesta en escena, en la que Polish se limita poco menos que subrayar con imágenes lo que ya nos está narrando la voz, por lo que te atrapa, y consigue transmitir todas las emociones que el autor quiso plasmar al escribir “Big Sur” en 1962.
Así, los ritmos y entonaciones con las que Jean-Marc Barr narra “en off” los pasajes de “Big Sur” se agradecen, tanto al director como al actor; al entender y querer imitar el estilo de lectura en voz alta de Kerouac, resaltando lo acelerado y profundo en sus palabras.
Técnicamente, Big Sur es una cinta que está narrada en voz “en off”, con los textos literales de Kerouac, y su libro, de la mano con hermosas, casi-perfectas imágenes fotografiadas por M. David Mullen, perspectivas muy prometedoras, acompañadas de una cálida y penetrante fotografía, de gran quietud y hermosura que, conforme avanza el filme, se va desvaneciendo, todo ello aderezado con la banda sonora de Aaron Dessner, Bryce Dessner y Kubilay Uner.
Desafortunadamente, el final es algo abrupto, y aunque deja una sensación de emoción y tranquilidad, pero a la vez con unas ganas tremendas de ver más, corta de golpe; y el último cambio del personaje podría pasar desapercibido por mucha gente, sintiendo la resolución gratuita e improvisada.
Un cambio que no se siente, pero se entiende.
“I feel guilty for being a member of the human race”
Cada libro de Jack Kerouac, es una pieza única, un diamante telepático.
Con la prosa engastada en el centro de su mente, revela la conciencia misma con toda su elaboración sintáctica, narrando minuciosamente, el vacío luminoso de su propia confusión paranoica.
Esta escritura natural y tan rica, no tiene paralelo en la segunda mitad del siglo XX; pues es una síntesis de:
Proust, Céline, Thomas Wolfe, Hemingway, Genet, Thelonious Monk, Basho, Charlie Parker, y la percepción atlética y sagrada del propio Kerouac.
“Big Sur”, es un relato preciso y humano de los estragos del “delirium tremens” alcohólico sobre Kerouac, un novelista superior, que tuvo la fuerza suficiente para completar su narración poética, tarea que pocos autores han podido realizar en tales condiciones.
Encontraremos aquí, a los poetas de San Francisco, y reconoceremos al héroe Dean Moriarty, 10 años después de “On The Road”
Publicada en 1962, cuando contaba con 40 años, a diferencia de su obra anterior, el impulso vital, lúcido y nervioso que lo caracterizaba, ha sido reemplazado por la depresión y la pérdida de la esperanza.
En “Big Sur”, nos encontramos con un Kerouac hastiado de la vida, profundamente insatisfecho, víctima de los efectos devastadores de la fama y el alcohol, que nos dice en sus propias palabras:
“La angustia mental es tan intensa que uno siente que ha traicionado su propio nacimiento, el esfuerzo y los dolores de parto de mi madre cuando me trajo al mundo, he traicionado el esfuerzo que hizo mi padre para alimentarme, permitirme crecer, hacerme fuerte y Dios mío también educarme para la “vida”, se siente una culpa tan profunda que uno se identifica con el Demonio y Dios parece muy lejano, abandonándolo a uno a su estupidez enfermiza”
Y es que durante toda la obra, Kerouac es víctima de un estado anímico depresivo, paranoico y resacoso, que le hace pensar en la muerte constantemente.
Un hombre debilitado por una vida de excesos que, inevitablemente, han terminado por pasarle factura.
Cansado de aparentar un entusiasmo y una alegría que no experimentaba, la narración fluye en una perpetua angustia física, mental y espiritual, causada por el “delirium tremens”
Ya no es capaz de disfrutar del presente.
Está psicótico, enfermo, víctima de alucinaciones, cree que tiene enemigos en todas partes, y que el mundo está en su contra.
Las fiestas y la bebida, nutren su creatividad, y aunque el deliro, el auto desprecio y el veneno que recorre sus entrañas lo han deteriorado para siempre, como buen católico, espera encontrar la salvación…  
En definitiva, pocos autores del panorama literario actual, en lo que priman los productos comerciales de fácil asimilación, serían capaces de exponer de manera tan descarnada sus demonios internos sobre las páginas.
“Big Sur” es una obra de escape, que muestra el lado más amargo y oscuro del padre de La Generación Beat; y el paraje en Big Sur, fue la gran torre de marfil donde Jack Kerouac, Huxley, o Henry Miller, encontraron la inspiración y tranquilidad que buscaban para fecundar sus obras.
Especialmente para Kerouac, era el lugar donde escuchar el silencio de la brisa y el estruendo de las olas rompiendo en los acantilados.
Pero para Miller, era el sitio en el que no hay nada que mejorar, solo a uno mismo.
Jack no lo logró…

“Everything is the same, the fog says:
“We are fog and we fly by dissolving like ephemera”, and the leaves say:
“We are leaves and we jiggle in the wind, that's all, we come and go, grow and fall”
Even the paper bags in my garbage pit say:
“We are mantransformed paper bags made out of wood pulp, we are kinda proud of being paper bags as long as that will be possible, but we'll be mush again with our sisters the leaves come rainy season”
The tree stumps say:
“We are tree stumps torn out of the ground by men, sometimes by the wind, we have big tendrils full of earth that drink out of the earth”
Men say:
“We are men, we pull out tree stumps, we make paper bags, we think wise thoughts, we make lunch, we look around, we make a great effort to realise everything is the same”



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