Planète Océan

“For a long time I watched the ocean without understanding it”

Se denomina “océano” a una gran extensión de agua en el planeta Tierra, sobre todo aquella que “separa 2 o más continentes”, y forman la mayor parte de la superficie del planeta.
Los océanos se clasifican en 3 grandes océanos:
Atlántico, Índico y Pacífico; y 2 menores Ártico y Antártico, delimitados parcialmente por la forma de los continentes y archipiélagos.
Los océanos Pacífico y Atlántico, a menudo se distinguen en Norte y Sur, según estén en el hemisferio Norte o en el Sur:
Atlántico Norte y Atlántico Sur, y Pacífico Norte y Pacífico Sur.
Los océanos de La Tierra, también desempeñan un papel vital en limpiar la atmósfera, y algunas actividades del hombre, pueden alterarlos severamente.
Los océanos absorben enormes cantidades de dióxido de carbono; a su vez, el fitoplancton absorbe el dióxido de carbono y desprende oxígeno.
Este ciclo de vida es importante porque el 70% del oxígeno que se añade a la atmósfera cada año, proviene del plancton que hay en el mar.
No obstante, algunos científicos advierten que el fitoplancton pudiera disminuir gravemente debido a la reducción del ozono en la atmósfera, de lo cual se cree que el hombre es responsable.
Algunos países acceden a limitar los desechos que permiten que se arrojen al mar, otros rehúsan hacerlo...
El famoso explorador oceánico, Jacques Cousteau, advirtió:
“Tenemos que salvar los océanos si queremos salvar a la humanidad”
Es así lo significativo de la concentración de peces en pequeñas zonas del océano y su escasez en otras partes.
Tal como advirtió William Ricker, biólogo de pesca:
“El mar no es un depósito ilimitado de energía alimentaria”
Y el explorador submarino, Jacques-Yves Cousteau advirtió, al regresar de una exploración submarina mundial, que “la vida en los océanos ha disminuido en un 40% desde 1950, debido al pescar en demasía, y a la contaminación”
El científico marino suizo, Jacques Piccard, predijo que, “en vista de la proporción actual de la contaminación, los océanos del mundo quedarían desprovistos de vida en 25 años”
Dijo que debido a su poca profundidad, El Mar Báltico sería el primero en morir…
Después morirían El Adriático y El Mediterráneo, los cuales no tienen corrientes lo suficientemente fuertes para transportar la contaminación.
También, el explorador submarino francés, Jacques-Yves Cousteau, dijo que “la destrucción de los océanos ya se ha efectuado en un 20-30%”
Predijo “el fin de todo en 30 a 50 años, a menos que se tome acción inmediata”
Parte de esta contaminación, se debe a que la sociedad ha tenido durante siglos el concepto equivocado de que estos tienen una capacidad inagotable para los desechos.
“We are now concerned about the environment.
But that's not enough.
Time is gaining on us.
With this rate we are moving towards a catastrophe”
Planète Océan es un documental francés del año 2012, dirigido por Yann Arthus-Bertrand y Michael Pitiot.
Protagonizado por Josh Duhamel, Yann Arthus-Bertrand, Sharon Mann, entre otros.
El guión es de Michael Pitiot y Lucy Allwood; y fue filmado en Raja Ampat, Indonesia; San Blas, Panama; Ipanema y Rio de Janeiro, Brazil; Shark Bay y Western Australia, Australia; Canal de Panamá, Panamá; Kayar, Thiès, Senegal; Florida, USA; y Blue Hole, Belize; entre otras locaciones; siendo patrocinado por Omega, y apoyado por Tara Expeditions; Planète Océan fue creado en colaboración con los principales científicos ambientales del mundo, para reforzar la necesidad de la humanidad de respetar y proteger a todo el planeta, y especialmente a los océanos del mundo.
Millones de espectadores, ya han sido cautivados por su poderoso mensaje e imágenes hermosas; una película sobre la interacción del océano y la humanidad, que contiene fotografía subacuática y aérea.
La narración, se lleva a cabo desde la primera persona, en nombre de la humanidad, y es hecha por Yann Arthus-Bertrand para la versión francesa; Josh Duhamel para la versión de EEUU; y por Sharon Mann para la versión inglesa.
El estreno tuvo lugar en Río de Janeiro, con motivo de La Conferencia de Las Naciones Unidas sobre El Desarrollo Sostenible, en 2012; y hoy está libremente accesible a todos en Internet, como parte del Día del Medio Ambiente desde el año 2014.
“He querido con Planète Océan, mostrar la belleza de los océanos, su diversidad, su utilidad, y también las amenazas que sufre, y las soluciones que podemos ofrecer.
Porque nosotros, la humanidad, somos tanto la causa como el remedio de su estado”, nos dice Bertrand.
Por su parte, David Hannan, fundador de Ocean Ark Alliance, principal director de fotografía submarina de Planète Océan, y que contribuyó con la mayoría de las imágenes de los arrecifes de coral, que mejoraron tanto la diversidad de las imágenes de la película, como la calidad de su mensaje educativo y de conservación, dijo:
“Es hora de imaginar una administración internacional del océano.
Vamos a actuar ahora”
Todo ello hace de Planète Océan, un documental de 94 minutos, sobre la historia de los organismos que viven en el océano, y las relaciones que tienen entre sí, y con los seres humanos; donde contrasta las secuencias de imágenes estéticas, predominantemente, pero no exclusivamente, con la ayuda de la fotografía aérea de Bertrand, con información sobria, y en parte alarmante sobre el tema, y el estado de los océanos del mundo.
Yann Arthus-Bertrand y Michael Pitiot, exploran la cadena de la vida en el océano desde su origen hasta nuestros días.
Este viaje ecológico, conduce al corazón de las regiones desconocidas del planeta, y a las formas más extrañas de la vida.
Explica hasta qué punto, todo lo que vive está ligado y conduce también al hombre y a su difícil existencia en un planeta oceánico del que ha tomado el control; y se centra en particular, en los problemas de la pesca industrial, la contaminación y la huella ambiental, mientras cuestiona la capacidad de los hombres para decidir su propio destino.
El océano que amparó las primeras formas de vida, produce el 50% del oxígeno que respiramos, y capta 1/3 de nuestras emisiones de CO2.
Más de la mitad de la población, vive cerca de las costas, y mil millones de personas obtienen de él su única fuente de proteína animal:
El pescado.
Pero el océano está ahora amenazado desde varios frentes:
Polución, sobre pesca, mareas negras, cambio climático…
Por el interés de todos, ha llegado el momento de cuidar de nuestro planeta oceánico.
Por tanto, Planète Océan es una visión diferente del océano, un intento de explicar de forma sencilla, los misterios del planeta al tiempo de lanzar una pregunta fundamental:
¿Podrán nuestros descendientes, crecer en un mundo futuro más sostenible?
Nos embarcamos en una misión científica, para tratar de explicar algunos de los más grandes misterios naturales, y para intentar transmitir la importancia de que la humanidad aprenda a vivir en armonía con nuestros océanos.
Planète Océan es así, un recordatorio de los lazos entre la especie humana y la naturaleza, y sobre nuestra obligación de proteger y respetar al planeta.
El largometraje, sin duda invita a la reflexión, mucho de lo que dice es algo conocido, sin embargo, admito que la magnitud y la belleza de las distintas secuencias, estimulan aún más esos procesos de reflexión, porque obviamente llega más, y nos marca.
“Every day, 4 million ships set out to attack the ocean”
¿Podemos imaginar una película que cambiaría la forma en que la gente mira al océano?
¿Podemos explicar simplemente, a todos, el mayor misterio natural de nuestro planeta?
Y por último:
¿Podemos ayudar a nuestros hijos, a creer en un mundo mejor y más sostenible mañana?
Éste es el triple desafío de una nueva aventura cinematográfica firmada por Yann Arthus-Bertrand, y el redactor jefe, Michael Pitiot, quien trae consigo las misiones científicas de TARA, un grupo único de investigadores, oceanógrafos y biólogos de varios países.
Gracias a su asombrosa fotografía, la película nos lleva a un viaje magnífico y sin precedentes, al corazón de las regiones menos conocidas de nuestro planeta.
Y narra las más maravillosas, y también las más aterradoras experiencias humanas de nuestro tiempo; filmado en condiciones geográficas extremas en todo el mundo, describe la odisea moderna de personas que salen a descubrir su planeta azul.
Planète Océan es tanto una celebración de la increíble diversidad natural de La Tierra, y un recordatorio de su fragilidad inherente; es también un motivo para que la humanidad respete el mundo en el que vivimos; y sirve a una causa noble y universal, que se defenderá en la próxima Cumbre de La Tierra, en Río, en 2012.
El documental francés, con un tono explorativo, y con mucho contenido de denuncia, en especial frente a la enorme explotación que se realiza del océano, el cual comienza a padecer de la escasez de especies y la evidente contaminación, cuestión que pareciera algo inherente a la hora de hablar sobre lo referente a la naturaleza y a la nefasta intervención del ser humano; es un trabajo muy bien realizado, hay tomas maravillosas tanto del fondo del océano como en las costas, con algunos puertos, donde se deslumbra la inmensidad de ambas cosas, de lo que representa lo natural, en muchos casos desconocido, y donde aún queda mucho por encontrar, frente a estas megaconstrucciones que van acechando el paisaje natural.
Técnicamente, a través de la voz de un narrador, Planète Océan muestra las más diversas problemáticas ambientales, jugando con un constante montaje de planos largos y cortos.
Así, allí donde se evidencia un inmenso paisaje de la naturaleza oceánica, también se pueden conocer a los peces más increíbles en una modalidad cara a cara.
Por otra parte, los movimientos de cámara en ascenso y descenso, o en avance y retroceso, cumplen una perfecta función narrativa para descubrir una realidad que en un plano corto no se veía en pantalla o para, al contrario, encontrarnos con los detalles de otra problemática gracias a la aproximación de la cámara.
Nadie más que este fotógrafo comprometido con la causa, sabe cómo dar una clase de técnica audiovisual a través de los 90 minutos de duración del filme.
Las imágenes muestran por ejemplo, desde El Glaciar Perito Moreno, un campo de refugiados en Albania, una aldea con casas de barro, y fibras vegetales en Níger, un cementerio de tanques iraquíes en Kuwait, un basural en México, El Corcovado de Río de Janeiro, hasta las montañas del Himalaya por citar algunas.
La mayoría de las tomas fotográficas, se tomaron desde helicópteros, a alturas que variaron entre los 5 y los 3000 metros.
Gracias a estas características técnicas que permiten captar la atención visual del lector en cada fotograma, el relato del documental se vuelve atrapante a la vez que concientizador.
¿El motivo?
Al salir terminar el visionado, se da uno cuenta que no sólo disfrutaron de una excelente película visual, sino que también aprendieron un enorme caudal de información sobre la vida oceánica que muchas veces parece encontrarse totalmente distante de lo que ocurre aquí en tierra y que, sin embargo, tiene múltiples vínculos en común.
En estas relaciones cruzadas, se encuentra la clave para entender el daño que podemos ocasionar sobre el medio ambiente, y las otras especies que en él habitan, así como el aporte que, con nuestra tecnología e inteligencia, podemos realizar desde una perspectiva más armoniosa, y más sustentable.
En este último aspecto, el filme concluye de la mejor manera en la que un documental ambiental puede terminar.
Visualmente hablando, Planète Océan tiene imágenes impactantes, que es una delicia para el ojo y el cerebro que se muestra en su primera parte, es decir hasta la mitad de su duración; pero no contento con ello, en la segunda parte del mismo, realiza su crítica, con imágenes duras, realistas, y que hieren la sensibilidad del espectador, sobre todo emocionalmente, con una crítica directa, denuncia, dirigida a todo el mundo, y más en especial contra los países, y es qué el consumismo y la escasa protección del mar, acabará con este planeta.
Porque Planète Océan tiene imágenes impresionantes, que muestra lo hermoso que son los océanos; cuyo contenido tiene mucha variedad, ya que incluye la vida marina de los océanos profundos, la pesca, los arrecifes de coral, la migración de la vida marina, los sistemas meteorológicos, e incluso el envío de contenedores a través de los océanos.
Las escenas de arrecifes de carbón, son particularmente hermosas, e impacta escuchar que, ¼ de los corales de La Tierra, murió en los últimos 50 años.
La vida marina de aguas profundas, también es impresionante, ya que la mayoría de la gente no tendría la oportunidad de ver a esos animales majestuosos nadando en aguas oscuras.
Uno se asombra al ver buques abandonados de la costa de Mauritania, y sorprendido por el cultivo de algas marinas en Corea.
Planète Océan es un abridor de ojos, que ayuda a crear conciencia sobre la necesidad urgente de proteger y conservar los océanos; porque el director nos invita a conocer y tomar conciencia sobre los efectos que nuestras actividades, desde las más cotidianas, como arrojar basura; hasta las más industriales, como transportar incontables volúmenes de mercancías de un continente a otro; están teniendo sobre el equilibrio natural de la vida acuática, ocasionando un irreversible trastorno y quiebre para sus especies.
¿Sabías que la caballa hiberna; o que se necesita una gota de agua de 1.000 años para completar su ciclo de la corriente oceánica?
Planète Océan está lleno de hechos como este, que muchos desconocen; por lo que se presenta de una manera que hace que sea interesante para adultos y niños por igual, con un equilibrio perfecto de la acción oceánica visual, y el diálogo.
Uno de los segmentos favoritos, fue sobre la vida en los arrecifes de coral, que proporcionan algunas de las escenas más coloridas y únicas de la naturaleza.
Gracias a que Planète Océan se centra en imágenes gran angular de los grandes arrastreros y buques de carga, lleva hasta los hogares la naturaleza industrial de la cosecha de mariscos modernos; y con ello, uno comprenderá, por qué nuestros océanos están literalmente al borde del colapso.
Las riquezas oceánicas, que una vez supusimos que “era inagotable”, simplemente no puede sostener la pesca moderna e industrializada.
Planète Océan enseña que la mitad de la población mundial, vive a menos de 100 km del agua.
Y al igual que nuestros antepasados, seguimos dependiendo del mar para proveernos de alimentos, minerales y otras sustancias vitales.
Así que mientras Planète Océan es entretenido, comparte un cuento cauteloso, y catastrófico si no actuamos ya.
“Todo a nuestro alrededor sufre de nuestra existencia”, narra Josh Duhamel.
A esta declaración, le siguen varias imágenes inquietantes del contenido estomacal de las aves…
Cómo es posible ver plástico, basura y otros detritos en el estómago de estas aves, causándoles la muerte prematura.
La emoción de Planète Océan reside en el hecho de que lleva a los espectadores en un viaje a un lugar que la mayoría de nosotros nunca será capaz de ver en persona; siendo el mensaje final:
“Vamos a actuar ahora”, y como sugiere, quizás haya llegado el momento de actuar, para que los pocos afortunados que tienen la oportunidad de explorar el océano, todavía puedan disfrutar con seguridad de su belleza natural en los próximos años.
Y no es solo denuncia y crítica, los autores de la película, ofrecen una serie de medidas para lograr la seguridad ambiental:
Observar cuotas de pesca; dejar de subvencionar la pesca industrial; prohibir para siempre la pesca de altura; apoyar la pesca tradicional; para consumir sólo el pescado recomendado por las organizaciones de protección de la naturaleza; mantener la pesca responsable; controlar la contaminación de los océanos; regular la producción de petróleo y gas en aguas profundas; mantener vigente El Tratado Antártico; crear un acuerdo sobre El Ártico; aprender sobre biodiversidad, e invertir en investigación; proteger los ecosistemas, pues para el año 2020, se debe registrar hasta el 20% del océano en el área protegida; establecer un organismo internacional de control de los océanos, etc.
Su mensaje principal, es animar a todos los seres humanos a adoptar la conservación como una responsabilidad internacional compartida.
A destacar por último, la banda sonora de Armand Amar, que acompaña muy bien tanto las imágenes como su poderoso mensaje.
“I came from the ocean”
Al menos 7 millones de seres humanos viven en este planeta hoy.
Sin embargo, para todo nuestro vasto conocimiento colectivo, el océano sigue siendo un territorio en gran parte inexplorado.
Confiamos en él para la comida, el transporte y los minerales, pero:
¿Realmente lo entendemos, lo comprendemos, lo respetamos?
La Conferencia de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, también conocida como “Río 2012” o “Río+20”, fue un encuentro internacional organizado por El Departamento de Economía y Asuntos Sociales de Naciones Unidas, que se celebró del 20 al 22 de junio de 2012, en Río de Janeiro, Brasil, coincidiendo con el 20º aniversario de La Cumbre de La Tierra de Río de Janeiro de 1992.
Esta cumbre, fue un nuevo intento de Naciones Unidas en el comienzo de milenio para avanzar sobre el compromiso de los Estados y la comunidad mundial en los grandes cambios de este siglo XXI.
El llamado de Naciones Unidas, fue ambicioso:
Invitó a los Estados, la sociedad civil y los ciudadanos a “sentar las bases de un mundo de prosperidad, paz y sustentabilidad”, incluyendo 3 temas en el orden del día:
1. El fortalecimiento de los compromisos políticos en favor del desarrollo sustentable.
2. El balance de los avances y las dificultades vinculados a su implementación.
3. Las respuestas a los nuevos desafíos emergentes de la sociedad.
De ellos, 2 cuestiones, íntimamente ligadas, constituyeron el eje central de La Cumbre:
1. Una economía ecológica con vistas a la sustentabilidad y la erradicación de la pobreza.
2. La creación de un marco institucional para el desarrollo sustentable.
Su celebración, fue acordada por La Asamblea General de Naciones Unidas en su resolución A/RES/64/236, del 24 de diciembre de 2009.
“Todo el mundo sabe, aunque tendemos a olvidar, que todos compartimos un planeta, El Planeta Azul.
El mar nos proporciona el oxígeno que todos respiramos, nos provee de una gran parte de lo que comemos, nos permite que lleguen a destino la mayoría de nuestros comercios, por tanto, los océanos son el centro de nuestras vidas”, dijo Yann Arthus-Bertrand en la presentación de Planète Océan en La Cumbre de Río+20, ante la presencia de gran cantidad de invitados, entre los que estaba Alberto de Mónaco.
Para el martes 19 de junio de 2012, las 193 delegaciones que participan en La Conferencia Río+20, alcanzaron un acuerdo de mínimos sobre el borrador de conclusiones titulado, “El Futuro Que Queremos”, que tendrá que ser aprobado por los más de 100 jefes de Estado y de Gobierno que asistirán a La Cumbre, en la que habrá importantes ausencias como Barak Obama, Angela Merkel o David Cameron.
Las organizaciones ecologistas y ambientales, calificaron el texto de “decepcionante” u de “fracaso colosal”
“Una madrugada de negociaciones para que los diplomáticos acaben decepcionando al mundo.
Deberían sentir vergüenza de su incapacidad para alcanzar un acuerdo en un asunto tan crucial”, declaró Jim Leape, director general de la ONG ecologista, WWF.
El viernes 22 de junio, se clausuró La Conferencia con un documento de mínimos…
El Gobierno brasileño insistió, sin embargo, en que el éxito de Río+20, radicaba en que 193 naciones hayan alcanzado un consenso rápidamente, y sin entrar en amargas discusiones…
Años atrás, Jacques Cousteau, en la introducción al tomo 1 de su obra “Mundo Submarino”, dijo:
“Si los océanos de nuestra Tierra murieran, esto es, si, de algún modo, la vida de pronto desapareciera, sería la más formidable, pero también la más definitiva, de las catástrofes en la historia atormentada del hombre, y de los demás animales que con él comparten este planeta.
Sin vida en los mares, el contenido de la atmósfera en gas carbónico, comenzaría a aumentar inexorablemente.
Superada una cierta proporción de CO2, el efecto llamado “de invernadero” entraría en juego:
El calor, irradiado por La Tierra hacia el espacio, mantenido bajo la estratosfera, originaría una brusca elevación de la temperatura del globo al nivel del mar.
Los casquetes polares se fundirían en ambos polos, mientras que el nivel de los océanos subiría unos 30 metros en pocos años.
Todas las ciudades se inundarían.
Para evitar ahogarse, una tercera parte de la humanidad se vería obligada a refugiarse en colinas y montañas, incapaces de acogerla y proveer a su subsistencia.
Hacinados en las alturas, hambrientos, sometidos a violentas tempestades y extrañas epidemias, rotos todos los lazos familiares y sociales, los supervivientes empezarían a sufrir la falta de oxígeno debida a la desaparición de las algas del plancton, y a la reducción de la vegetación terrestre.
Confinados en la estrecha franja de tierra que separaría a los mares muertos de las pendientes montañosas estériles, la especie humana experimentaría una intolerable agonía.
Tal vez, 30 o 50 años después de la muerte de los océanos, el último hombre del planeta, en el que la vida orgánica se limitaría a las bacterias y algunos insectos necrófagos, exhalaría su último suspiro”
Esa es una sentencia, que solo hasta las puertas de la muerte, llegaría la conciencia de que alguna vez existió un Planeta Océano real.
¿Usted quiere evitar esta catástrofe?
¡Actúe YA!

“Only with our intelligence, we can foresee the future and prepare.
We can still change direction.
There is still time for a humanistic and responsible stewardship, for our ocean planet to continue”



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