Cosmic Journey: The Voyager Interstellar Mission and Message

“This record represents our hope and our determination and our goodwill in a vast and awesome universe”

El ser humano debió maravillarse la primera vez que subió su mirada, fijándola en el cielo, y observó en ella… y que ahí había vida…
Los viajes espaciales han estado siempre en la mente de los seres humanos, y son aquellos viajes que abandonan la atmósfera para alcanzar el espacio exterior; y cuando estos viajes son suficientemente largos como para abandonar la órbita de La Tierra y su satélite, La Luna, se habla de “viajes interplanetarios”; mientras que los viajes más allá del Sistema Solar, entran en la categoría de “viajes interestelares”; muy a pesar de que en la actualidad es objeto de amplio tratamiento en todo tipo de obras, la temática de los viajes espaciales, fue una rareza hasta el inicio del siglo XX; pues la idea de viajar fuera de nuestro planeta, se remonta a la antigüedad, en obras como:
“De facie en Orbe Lunae” de Plutarco, hacia el año 46 – 120; “Sommnium” (1634) de Johannes Kepler; “Voyage dans La Lune” (1649) de Cyrano de Bergerac…
Así, el predominio posterior de la filosofía cristiana, que negaba la posibilidad de otros mundos, produjo el abandono de estas ideas durante los siguientes 14 siglos; hasta la revolución astronómica iniciada en el siglo XVI con Copérnico, y continuada después por Kepler y Galileo, y la invención del telescopio; la imaginación humana estaba pues restringida, todavía por la capacidad tecnológica, y tendrían que transcurrir todavía 2 siglos más, hasta que el novelista francés, Jules Verne, idease ese viaje mediante un gigantesco cañón, en su famosa novela:
“De La Terre à La Lune Trajet Direct en 97 Heures” (1865), y posteriormente:
“The First Men On The Moon” (1901) de H.G. Wells.
Durante las décadas de los 1930 y 1940, parte de muchas de esas ideas relacionadas, empiezan a ser desarrolladas, pero es especialmente tras el estallido de La Segunda Guerra Mundial, cuando se acelera la investigación en este campo, en busca de sus posibles aplicaciones militares.
Mientras tanto, los progresos continúan, y el 4 de octubre de 1957, los rusos, liderados por el ingeniero Sergei Koroliov, lanzan el primer satélite de la historia:
Sputnik, para un mes después, poner en órbita el primer ser vivo:
La perra Laika.
Estos acontecimientos, enmarcados en el contexto de La Guerra Fría, impulsan a los Estados Unidos a acelerar su propio programa espacial, iniciando la conocida como “Carrera Espacial hacia La Luna”
Y es que los seres humanos nunca se han aventurado más allá de nuestro satélite, pero se han enviado numerosas sondas para explorar el resto del Sistema Solar.
Una sonda espacial, es un dispositivo artificial que se envía al espacio con el fin de estudiar cuerpos de nuestro Sistema Solar, tales como:
Planetas, satélites, asteroides o cometas.
Todas las sondas, se montan sobre una estructura del soporte a la que se deben incorporar al menos estos 3 sistemas:
Sistema energético, habitualmente baterías eléctricas y paneles solares para proveer de electricidad a los sistemas, aunque también pueden incorporar fuentes radioactivas de energía.
Instrumental de observación, tales como cámaras fotográficas, o analizadores de espectro; y equipos de comunicación, consistente en diversos tipos de antenas, para transmitir la información recolectada de vuelta a La Tierra.
Además, las sondas pueden incorporar:
Motores para efectuar maniobras, tanques de combustible, protecciones térmicas para evitar el congelamiento de la sonda, o transportar las sondas menores independientes.
A veces, incluso han portado contenedores de información sobre nuestro planeta, si eventualmente fuesen recogidas por una civilización alienígena…
El peso total de las sondas, suele ser de varios cientos de kilos, aunque no es frecuente que superen la tonelada, debido a la limitación actual de nuestros cohetes para sacar de la órbita terrestre mayores pesos.
No obstante, en 1997 se lanzó la sonda Cassini-Huygens, con un peso total de 5600kg, incluyendo unos 3100kg de combustible.
Las dimensiones típicas de las sondas, oscilan entre 2 y 5 metros, aunque una vez en el espacio, suelen desplegar antenas o paneles fotovoltaicos de mayores dimensiones.
La primera sonda interplanetaria, fue la soviética Venera 1, que aunque averiada, sobrepasó Venus a una distancia estimada de 100.000km en mayo de 1961.
El 16 de noviembre de 1965, se lanza la sonda soviética Venera 3, que tras impactar contra Venus, el 1 de marzo de 1966, se convierte en el primer artefacto humano, en hacer contacto con otro planeta.
El primer aterrizaje controlado, se produce en 1970 con la Venera 7, también sobre Venus.
El otro planeta que recibió tempranas visitas, fue Marte:
En mayo de 1971, se lanzan hacia este planeta 3 sondas:
Una de EEUU, la Mariner 9; y 2 soviéticas gemelas:
Mars 2 y Mars 3.
Cada una de las 3 sondas, alcanzará un hito:
La Mariner, es la primera en orbitar otro planeta; la Mars 2, es la primera en hacer contacto con Marte, al estrellarse sobre su superficie en 1972; mientras que la Mars 3, consigue efectuar el primer aterrizaje controlado sobre este planeta, unos días después.
La primera sonda que cruzó el cinturón de asteroides, abandonando El Sistema Solar interno, fue la Pioneer 10; la cual envió información sobre Júpiter en diciembre de 1973; y en junio de 1983, se convirtió en primer objeto hecho por el hombre, en llegar más lejos que el planeta más distante del Sol.
Le siguió en 1979, la sonda Pioneer 11, que también registró información sobre Júpiter, y fue la primera en acercarse a Saturno.
El 3 de noviembre de 1973, se lanzó la sonda Mariner 10, que obtuvo imágenes de Venus, y fue la primera en visitar Mercurio.
Pero se quiso ir más allá…
En la actualidad, existen 5 sondas en ruta hacia las afueras del Sistema Solar.
La más alejada es la Voyager 1, que ya ha abandonado el sistema, y se encuentra unas 3 veces más lejos que Plutón.
“It is easy to create an interstellar radio message which can be recognized as emanating unambiguously from intelligent beings…
But by far the most promising method is to send pictures”
Cosmic Journey: The Voyager Interstellar Mission and Message es un documental de divulgación científica, del año 2003, escrito y dirigido por Phylis Geller.
Protagonizado por Carl Sagan, Frank Drake, Ann Druyan, Carolyn Porco, Timothy Ferris, Jon Lomberg, Linda Salzman Sagan, entre otros.
La directora, Phylis Geller, ha sido productora y ejecutiva de medios durante más de 30 años; y ha supervisado programas en todos los géneros, incluyendo historia, ciencia, drama y programas infantiles.
Los proyectos bajo su supervisión, han ganado algunos de los premios más prestigiosos en la difusión; y actualmente es Presidente de Norman Star Media.
Cosmic Journey: The Voyager Interstellar Mission and Message es un documental de 90 minutos, que se estrenó el 16 de enero de 2003, producido por Cosmos Studios y Norman Star Media, en la red de cable de A&E, gracias a la gestión de Ann Druyan, escritora y productora estadounidense, especializada en la comunicación de la ciencia.
Druyan coescribió la serie documental de PBS, “Cosmos” (1978) presentada por Carl Sagan, con quien ella se casó en 1981; y fue la creadora, productora, y escritora de la secuela “Cosmos: A Spacetime Odyssey” (2014)
También fue la Directora Creativa del Voyager Interstellar Message Project de La NASA, y la encargada de decidir los mensajes de música e imágenes a incluir en el disco interestelar de Voyager 1 y Voyager 2, lanzados en 1977, que aún están en funcionamiento activo; y curiosamente, Druyan es miembro del Comité para La Investigación Científica de Reclamaciones para lo Paranormal (CSICOP)
Este documental, cuenta la saga del viaje espacial más lejano hasta la fecha, a modo de un cuento de aventura, de exploración, y del romance desde el punto de vista de los individuos que hicieron suceder, y se muestra mediante entrevistas, fotos y audio de todos los involucrados, dando sus comentarios y opiniones de un proyecto que nunca creyeron posible; pues las probabilidades de éxito, se dan cada cientos de años, gracias a la alineación planetaria que hizo posible el impulso de las sondas.
Y es que hace 40 años, las sondas Voyager 1 y 2, fueron lanzadas al espacio con el objetivo de explorar Júpiter y Saturno, y una alineación planetaria apropiada, permitió acelerarlas y lanzarlas mucho más allá; por lo que su propósito era doble:
Explorar por primera vez las maravillas científicas del Sistema Solar exterior, y comunicar la presencia de la humanidad al cosmos.
Las Voyager, han tomado miles de fotografías de los planetas exteriores; han hecho miles de descubrimientos sorprendentes, y actualmente navegan por el oscuro espacio interestelar.
Cada una de ellas, acarrea un mensaje en forma de disco de oro, con escenas y sonidos de La Tierra, por si alguna civilización las recoge, y les queda energía para operar hasta el año 2025; a partir de entonces, vagarán para siempre incomunicadas con La Tierra.
Por su parte, la Dra. Carolyn Porco, científica del Instituto en El Departamento de Estudios Espaciales del Southwest Research Institute, en Boulder, y profesora adjunta en la Universidad de Colorado y la Universidad de Arizona en Tucson, sirvió como asesora científica para el especial, y es uno de sus principales narradoras.
Porco participó en los encuentros de la nave espacial con Saturno en 1980 y 1981, Urano en 1986, y Neptuno en 1989, y en la toma fotográfica de “La Tierra Azul” de nuestro planeta hecha por la Voyager, más allá de la órbita de Neptuno.
Actualmente, Porco se desempeña como líder de equipo para la misión de Cassini a Saturno.
“La Voyager era una misión de proporciones míticas, con todos los elementos de la leyenda homérica.
Fue un viaje largo y aventurero, marcado por episodios de gran descubrimiento y conquista, único en su legado de descubrimientos científicos, y por su mensaje al cosmos, profundamente imbuido de significado y significación humana”, dijo.
Así, adjunto a cada nave espacial, Voyager lleva un registro que contiene un mensaje de La Tierra para cualquier civilización extraterrestre que pueda encontrarlos algún día.
Por lo que el documental nos presenta a la gente que elaboró el mensaje, y nos cuenta de su abrumadora tarea de elegir, en una fecha límite vertiginosa, la música, las imágenes y los sonidos que representarían la vida en La Tierra durante miles de millones de años.
A medida que las 2 naves espaciales, ahora los artefactos humanos más distantes, salen del Sistema Solar, continúan su viaje innovador donde termina la influencia del Sol, y empieza el espacio interestelar.
“Voyager cambió y definió a todos los que lo tocamos”, dice Porco; y este apreciable documental, relata el viaje interminable de estas sondas, al paso que se narra la aventura de creación del disco, y algunos descubrimientos fascinantes, que el paso del tiempo no hace más que ensalzar.
Qué fantástica es la ciencia, y aún más el universo, para esa época, hace 40 años, era demasiado innovador todo lo que habían logrado saber gracias a la tecnología.
El conocimiento del universo, es un tema que siempre ha fascinado, y espero llegar a ver el día en que la humanidad contacte a, por lo menos, una civilización extraterrestre.
“Look again at that dot That's here.
That's home.
That's us.
On it everyone you love, everyone you know, everyone you ever heard of, every human being who ever was, lived out their lives...”
Cosmic Journey: The Voyager Interstellar Mission and Message nos habla del proyecto Voyager, que es cualquiera de las 2 sondas espaciales estadounidenses, enviadas a los planetas exteriores.
La Voyager 1, fue lanzada el 5 de septiembre de 1977 desde Cabo Cañaveral.
Pasó por Júpiter en 1979, y por Saturno en 1980.
Mientras la Voyager 2 fue enviada el 20 de agosto de 1977, pasando por Júpiter y Saturno, para llegar a Urano en 1986, y Neptuno en 1989.
Pero la Voyager 2, es la única sonda que ha visitado esos 2 planetas.
Las naves, contienen generadores eléctricos nucleares que permiten que sigan funcionando sus instrumentos científicos; pero ambas sondas han sobrepasado su tiempo de vida calculado en un principio.
Cada sonda, obtiene su energía eléctrica de 3 RTGs, o generador termoeléctrico de radioisótopos, de los cuales se espera que estén generando suficiente energía para que las sondas estén en comunicación con La Tierra, hasta por lo menos el año 2025.
La misión, que se proyectó para durar 5 años, cumplirá su 40° aniversario en el mes de setiembre de 2017; por lo que los científicos de La NASA siguen recibiendo datos de los Voyager, a través de la red del espacio profundo, DSN o “Deep Space Network”
Las señales que se envían desde MDSCC, o “Madrid Deep Space Communications Complex”, al Voyager 1, tardan a la velocidad de la luz, 14 horas y 20 minutos en llegar hasta él, y otro tanto en volver:
28 horas 40 minutos en total; y se sigue alejando…
Pero la potencia de transmisión del Voyager 1, es inferior a los 20 vatios; debilitada por la distancia, llega a La Tierra una señal del orden de 10-17,26 milivatios.
Los instrumentos de la Voyager 1, envían cada día datos a 160 bits por segundo, que se captan con las grandes antenas de la Red de Espacio Profundo (DSN) que la agencia espacial estadounidense tiene situadas estratégicamente alrededor del mundo, incluidas las de Robledo de Chavela en Madrid.
El coste total de la misión Voyager, con las 2 naves, los lanzamientos, y todas las operaciones de control desde 1977 hasta ahora mismo, asciende a $988 millones, unos 741 millones de euros.
Ambas sondas, llevan consigo un disco de oro, un disco de gramófono llamado “The Sounds Of Earth”
El radioastrónomo, Frank Drake, quien se convirtió en un miembro clave del equipo de Carl Sagan, sugirió un disco fonográfico como medio de almacenamiento, pues los extraterrestres tendrían buenas posibilidades de averiguar, cómo reproducir ese tipo de tecnología “de la vieja escuela” y, además, los discos fonográficos son resistentes.
Según uno de los cálculos, las marcas en un disco fonográfico de metal adecuadamente resguardado, podrían durar cientos de millones de años en el espacio interestelar, erosionadas principalmente por una muy leve llovizna de impactos de micrometeoroides.
Por lo que un disco de cobre cubierto de oro, satisfaría los requisitos térmicos y magnéticos de las sondas Voyager.
“Finalmente decidimos diseñar el disco para que sonara a 16 2/3 revoluciones por minuto”, escribió Sagan.
Eso es la mitad de la velocidad de un disco convencional de 33 1/3.
“Habría algunas pérdidas respecto de la fidelidad, pero no pérdidas extremadamente severas, creemos, en especial si quienes encuentren el disco son tan listos como para haberlo hallado en primera instancia”, agregó.
Este disco, fue ideado por un comité científico presidido por el astrónomo Carl Sagan, quien, refiriéndose al mensaje, asegura que su objetivo principal, no es el ser descifrado, por el hecho de que su simple existencia pone de manifiesto la existencia de los humanos, así como sus esfuerzos por contactar a otras especies inteligentes que pudiesen existir fuera del Sistema Solar.
Carl Sagan dijo que “la nave espacial, y el registro, solo serán encontradas si existen otras civilizaciones capaces de viajar en el espacio interestelar.
Pero el lanzamiento de esta botella dentro del océano cósmico, dice algo muy esperanzador sobre la vida en este planeta”
Así, el registro es más visto como una cápsula del tiempo, o como algo simbólico, en lugar de un serio intento de comunicarse con la vida extraterrestre.
Así pues, se diseñó con el objetivo de dar a conocer la existencia de vida en La Tierra, a alguna posible forma de vida extraterrestre inteligente que lo encontrase, y que además, tenga la capacidad de leer, entender y descifrar el disco.
El contenido de la grabación, fue seleccionado por La NASA y por un comité presidido por Carl Sagan de la Universidad Cornell.
“Escoger el contenido del disco, fue un proceso embriagante y agotador”, dijo Sagan.
Aun con la velocidad de reproducción disminuida, había apenas suficiente espacio para unos 90 minutos de música, y poco más de 100 imágenes.
“Recuerdo que nos sentábamos alrededor de la mesa de la cocina para tomar estas enormes decisiones acerca de qué poner, y qué dejar afuera”, recuerda Druyan.
“No podíamos sino darnos cuenta de la enorme responsabilidad que teníamos al crear un Arca de Noé que duraría cientos de millones de años”, agregó.
En su libro, “Murmurs Of Earth”, Sagan y sus colaboradores describen el proceso de la toma de decisiones:
“Era más que nada un reto intelectual, por ejemplo, cómo abarcar la enorme variedad geográfica, histórica y cultural de la música de nuestro mundo en 90 minutos o menos”
Para su reproducción, se confeccionó, y colocó en la esquina superior izquierda, un dibujo del registro fonográfico, y una aguja que lleva consigo.
El lápiz óptico o aguja, está en la posición correcta para reproducir el registro desde el principio.
Escrito a su alrededor en aritmética binaria, está el tiempo correcto de una rotación del registro de 3,6 segundos, expresado en unidades de tiempo de 0,70 billonésimas de segundo, el período de tiempo asociado con una transición fundamental del átomo de hidrógeno.
El dibujo indica, que el registro debe ser reproducido desde fuera hacia adentro.
Debajo de ese dibujo, hay una vista lateral del registro, y del lápiz óptico, con un número binario que da el tiempo para reproducir un lado del registro, aproximadamente una hora.
La información en la parte superior derecha de la cubierta, está diseñada para mostrar cómo se van a construir las imágenes a partir de las señales grabadas.
El dibujo superior, muestra la señal típica que se produce al inicio de una imagen.
La imagen se hace a partir de esta señal, que traza la imagen como una serie de líneas verticales, similar a la televisión analógica, en la que la imagen es una serie de líneas horizontales.
Las líneas de imagen 1, 2 y 3, se indican en números binarios, y se observa la duración de una de las “líneas de imagen”, aproximadamente en 8 milisegundos.
El dibujo que se muestra a continuación, muestra cómo se dibujan estas líneas verticalmente, con “entrelazado” escalonado para dar la interpretación correcta de la imagen.
Inmediatamente debajo de esto, hay un dibujo de un ráster de imagen completo, mostrando que hay 512, 29 líneas verticales en una imagen completa. Inmediatamente debajo de esto, hay una réplica de la primera imagen en el registro, para permitir que los destinatarios verifiquen que están decodificando correctamente las señales.
Se utilizó un círculo en esta imagen, para asegurar que los destinatarios usan la proporción correcta de altura horizontal a vertical, en la reconstrucción de la imagen.
Las imágenes en color, fueron representadas por 3 imágenes en secuencia:
Una para componentes rojo, verde y azul de la imagen; y se incluyó una imagen en color del espectro del Sol, para propósitos de calibración.
El dibujo en la esquina inferior izquierda de la cubierta, es el mapa de pulsar, previamente enviado como parte de las placas de los Pioneer 10 y 11; que muestra la ubicación del Sistema Solar con respecto a 14 pulsares, cuyos períodos precisos se dan.
El dibujo que contiene 2 círculos en la esquina inferior derecha, es un dibujo del átomo de hidrógeno en sus 2 estados más bajos, con una línea de conexión, y un dígito 1, para indicar que el intervalo de tiempo asociado con la transición de un estado al otro, que es utilizada como la escala de tiempo fundamental, tanto para el tiempo dado en la cubierta, como en las imágenes decodificadas.
Al igual que la Placa en los Pioneer, la controversia rodeó la complejidad del disco y su lápiz de acompañamiento...
El disco en sí, está construido de cobre dorado, y tiene 12 pulgadas, unos 30cm de diámetro.
La cubierta del disco es de aluminio, y galvanizada sobre ella, está una muestra ultra-pura del isótopo uranio-238.
El uranio-238, tiene una vida media de 4.468 millones de años.
Es posible, por ejemplo, por espectrometría de masas, que una civilización que encuentre el disco, pueda usar la proporción de uranio restante a los otros elementos, para determinar la edad del disco.
Dentro, a lo interno/central del disco, también tiene la inscripción:
“To the makers of music – all worlds, all times”  o “a los fabricantes de la música - todos los mundos, todos los tiempos”, grabado a mano en su superficie.
La inscripción, se localiza en los “surcos de salida”, un área del registro entre la etiqueta y la superficie del registro.
Dado que esto no estaba en las especificaciones originales, el disco fue inicialmente rechazado, para ser reemplazado con un disco en blanco.
Más tarde, Carl Sagan convenció al administrador de incluir el registro como es.
Otros retos fueron burocráticos:
En una de las muchas anécdotas que ilustran la condición humana en todo el contenido del Disco de Oro, Sagan describe el tortuoso proceso de obtener permiso para que un grupo de delegados de La Organización de Las Naciones Unidas (ONU) dijeran simplemente “Hola”
Al final, eso no se pudo lograr, y Sagan acudió entonces a los departamentos de idiomas extranjeros de la Universidad de Cornell, donde profesores y alumnos se mostraron ansiosos por colaborar.
De este modo, se pudo armar un conjunto representativo de saludos cortos, comenzando por el idioma sumerio, uno de los más antiguos que conocemos, y terminando con el saludo de un niño estadounidense de 5 años:
“Saludos de parte de los niños del planeta Tierra”
Cuando todo estuvo dicho y hecho, las naves espaciales Voyager, despegaron con 118 fotografías, 90 minutos de música, saludos en 55 idiomas humanos, y un lenguaje de ballenas, un ensayo con soporte de audio que contenía desde pozos de lodo burbujeantes, hasta perros ladrando, y el estruendoso despegue de un cohete Saturno V, un extraordinariamente poético saludo del Secretario General de Las Naciones Unidas, y las ondas cerebrales de una joven mujer enamorada:
Ann Druyan, futura primera esposa de Carl Sagan.
Y es que de todas las selecciones hechas para el disco, la última podría ser la que despierte más curiosidad en los extraterrestres.
Ciertamente, tiene ese efecto en los seres humanos que la escuchan.
¿Cómo toparse con una mujer joven y enamorada, y grabar sus ondas cerebrales para un mensaje interestelar?
“Me surgió esta idea”, recuerda Druyan, “de que pusiéramos el electroencefalograma (EEG) de alguien en el disco.
Sabemos que los patrones de los EEG registran algunos cambios en el pensamiento.
¿Podría ser posible, me pregunté, que alguna tecnología avanzada, dentro de millones de años, pudiese descifrar los pensamientos humanos?”
Sagan y los demás aprobaron la idea, y pidieron a Druyan que fuese la voluntaria para someterse al estudio de las ondas cerebrales.
Durante la grabación de las ondas cerebrales, Druyan pensó en muchos temas, incluyendo la historia de La Tierra, las civilizaciones y los problemas que enfrentan, y lo que era cómo para enamorarse…
En general, si los extraterrestres alguna vez encuentran las sondas Voyager, y descifran su contenido, estarán brevemente en contacto con docenas de músicos, artistas, ballenas, perros, grillos, ingenieros y gente trabajadora común.
Pero al único ser humano que tendrá oportunidad de conocer verdaderamente, es a esa joven mujer, lo cual no es una mala elección.
El disco, contiene sonidos e imágenes que retratan la diversidad de la vida y la cultura en La Tierra, con una selección de hora y media de duración de música proveniente de varias partes y culturas del mundo, saludos en 55 idiomas humanos, un saludo del entonces Secretario General de las Naciones Unidas, Kurt Waldheim y el ensayo “Sonidos de La Tierra”, que es una mezcla de sonidos característicos del planeta.
La primera sección de audio, contiene un saludo en inglés de La Secretaría General de La ONU.
La segunda sección de audio, “Saludos en 56 idiomas”, contiene saludos en 55 idiomas, incluyendo 4 dialectos chinos, 12 idiomas del sur de Asia, y 5 idiomas antiguos, y Henge, que también incluye sumerio y griego antiguo.
La tercera sección de audio, “Saludos de La ONU / Saludos de las ballenas”, contiene saludos hablados en varios idiomas, incluyendo 4 idiomas adicionales que no se encuentran en la segunda pista de audio, como el Esperanto,
La sección de audio siguiente, fue diseñada para ser reproducida a 16⅔ revoluciones por minuto, y está dedicado a “Los Sonidos de la Tierra”, que incluyen:
“Música de las Esferas” de Johannes Kepler, “Harmonices Mundi″ realizado por Laurie Spiegel; volcanes, terremotos, rayos; pozo de lodo; viento, lluvia, mar; grillo, rana, pájaros, hienas, elefantes, chimpancé, lobo; pisadas, latidos del corazón, risa; fuego; las primeras herramientas; perro manso; pastoreo de ovejas, canto de los pájaros, herrero, aserrado; remachador; código morse; los buques, precisamente, sirena de un barco; caballo y carro; tren, tractores, autobuses, auto; sobrevuelo de un F-111, el despegue del Saturno V; beso, la madre y el niño; signos vitales, y el pulso.
Se incluyen dentro de “Los Sonidos de La Tierra”, una pista que contiene el mensaje inspirador en latín “per aspera ad astra” o “a través de las dificultades hacia las estrellas” en Código Morse.
A continuación de la sección de “Sonidos de La Tierra”, hay una ecléctica selección de música de muy diferentes culturas, incluyendo clásicos orientales y occidentales; con autores como:
Bach, Glenn Gould, Mozart, Beethoven, Stravinski, música folklórica azerbaiyana, del oboísta Kamil Jalilov; Guan Pinghu, Blind Willie Johnson, Chuck Berry, Louis Armstrong, Kesarbai Kerkar y Valya Balkanska; y música electrónica del compositor Laurie Spiegel.
La inclusión del tema “Johnny B. Goode” de Chuck Berry, fue controvertida, con algunos afirmando que la música rock era “de adolescentes”, a lo que Sagan respondió:
“Hay muchos adolescentes en el planeta”
De Johann Sebastian Bach, es el artista más representado, que aparece 3 veces, sobre todo por su armonía; y con la adición de 2 piezas de Beethoven, hace de Alemania, el país más representado con 6 apariciones; seguido por los Estados Unidos.
Por otra parte, Carl Sagan había pedido originalmente el permiso para incluir la canción, “Here Comes The Sun” del álbum Abbey Road de The Beatles…
Mientras que The Beatles estuvieron de acuerdo, la discográfica EMI se opuso a ello, y la canción no fue incluida, siendo la primera vez en que los derechos de un registro se declararon como “universales”
Así, la selección de música para el disco, fue determinado por un equipo compuesto de Carl Sagan, Linda Salzman Sagan, Frank Drake, Ann Druyan, el artista Jon Lomberg, y Timothy Ferris, que era redactor para Rolling Stone en ese entonces.
El disco también contiene 115 imágenes más 1 de calibración; donde se explica en lenguaje científico, la localización del Sistema Solar, las unidades de medida que se utilizan, características de La Tierra, y características del cuerpo y la sociedad humana; así como diagramas tanto en blanco y negro como en color.
Las primeras imágenes son de interés científico, mostrando cantidades matemáticas y físicas, El Sistema Solar y sus planetas, el ADN, la anatomía y reproducción humanas.
Se tomó el cuidado de incluir no sólo imágenes de la humanidad, sino también algunos animales, insectos, plantas y paisajes.
Imágenes de la humanidad, representan una amplia gama de culturas.
Estas imágenes, muestran el alimento, la arquitectura y los seres humanos en retratos, así como sobre su vida cotidiana.
Muchas fotografías, están anotadas con una o más indicaciones de escalas de tiempo, tamaño o masa.
Algunas imágenes contienen indicaciones de composición química.
Y todas las medidas utilizadas en las imágenes, se definen en las primeras imágenes, utilizando referencias físicas que probablemente sean coherentes en cualquier parte del universo.
Algunas de las imágenes también contienen indicaciones de composición química.
Después de que La NASA había recibido críticas sobre la desnudez en la placa de Pioneer, dibujos lineales de un hombre y una mujer desnudos; la agencia eligió no permitir que Sagan y sus colegas incluyan una fotografía de un hombre y una mujer desnudos en el expediente…
En cambio, sólo una silueta de la pareja fue incluida, donde se aprecia que la mujer está embarazada, en fondo de negro, siendo esta la única imagen donde el ser humano es dibujado.
Sin embargo, el registro contiene un “Diagrama de La Evolución de Los Vertebrados” de Jon Lomberg, con dibujos de un macho desnudo anatómicamente correcto, y una mujer desnuda, mostrando órganos externos.
Pero no olvidemos a las naves Pioneer:
Las sondas Pioneer 10 y 11, llevaron el primer mensaje a las estrellas.
“Fijado a uno de los soportes metálicos de las antenas de cada sonda, hay una placa de 15 x 23 centímetros, unas 6 x 9 pulgadas, hecha de aluminio y recubierta de oro, en la cual hay un dibujo grabado que describe algo sobre la época y la localización de la civilización humana, cerca de la década de 1970, representado en un lenguaje científico, que otras civilizaciones tecnológicas podrían llegar a entender.
La placa, también contiene un bosquejo de 2 representantes de la especie humana saludando al cosmos con esperanza”, escribió Sagan.
En definitiva, las sondas Voyager, son las naves espaciales más veloces, y en algún momento superarán a las Pioneer, que ya habían sido lanzadas a principios de la década de 1970; por lo que el equipo de Sagan, deseaba que el mensaje de las sondas Voyager fuera también un adelanto considerable, y no solamente unos pocos y simples bosquejos, y un saludo corto.
“The Earth is a very small stage in a vast cosmic arena”
Actualmente, las sondas Voyager estudian el ambiente del Sistema Solar exterior, esperando que su vida útil sea suficiente para llegar a la zona denominada heliopausa.
Esta capa se debe al encuentro entre las partículas eléctricas producidas por El Sol, denominadas “viento solar”, con las partículas eléctricas del medio interestelar.
Por tanto, las sondas Voyager se han convertido en los instrumentos artificiales más lejanos, jamás enviados por el hombre.
A finales de 2003, la Voyager 1 envió datos que indican que podría haber atravesado esta barrera...
Estos datos están sin embargo en disputa.
El 15 de agosto de 2006, la sonda Voyager 1, alcanzó la distancia de 100 UA, esto es, que se encuentra a más de 15.000 millones de km del Sol.
El 13 de septiembre de 2013, se informó por parte de La NASA, que el Voyager 1, se convirtió en el primer objeto creado por el hombre en alcanzar el espacio interestelar, no en abandonar El Sistema Solar, pues este se extiende hasta más allá de la nube de Oort, que comienza a una distancia de alrededor de 2000 UA del Sol; mientras que la sonda Voyager 2, se encuentra aproximadamente a poco más de 112 UA del Sol; pero luego tomó el rumbo de salida del Sistema Solar, y se ha alejado ya de La Tierra, hasta una distancia de 6 veces la órbita de Neptuno, el planeta más exterior, más de 20 000 millones de kilómetros del Sol.
Ahora está “en el abismo del espacio interestelar”, como dice el científico Richard A. Kerr.
Aparentemente cruzó la frontera, el 12 de agosto de 2012.
La noticia ahora es que, después de muchos debates sobre si efectivamente la Voyager 1 salió o no de la denominada heliosfera, hace unos años, los nuevos datos recibidos de la sonda, y los análisis de registros anteriores de la misión, muestran que efectivamente, tal y como se anunció; fue entonces cuando esta nave de La NASA, abandonó la burbuja de partículas cargadas, calientes, que rodea al Sistema Solar, y entró en el entorno frío y oscuro del espacio interestelar, aunque aún se encuentra dentro del ámbito de la nube de Oort.
Actualmente, debido a problemas de presupuesto, el proyecto es controlado por un grupo de tan sólo 10 personas, pertenecientes al Jet Propulsion Laboratory, y podría ser abandonado en un futuro próximo, junto con otras misiones, dejando a ambas sondas seguir su camino, sin que haya nadie que las escuche en La Tierra…
Por lo que se han considerado el término de sus funciones científicas:
Para el 2007 a 2032, se apaga el Subsistema de Plasma (PLS)
En 2007 al 2013, se apaga el calentador de este instrumento; del 2008 al 2015, apagado del experimento de Radioastronomía Planetaria (PRA); a finales del 2010, apagado de la plataforma de escaneado y las observaciones UV; a mediados del 2015, terminan las operaciones con la cinta de datos (DTR); a mediados del 2016, terminan las operaciones con los giroscopios; y a mediados del 2020, se inicia el apagado selectivo de instrumentos.
Ahora, a 20.606 millones de km, unos 137,747 UA, o sea, 38h14min horas-luz de La Tierra; el 23 de febrero de 2017, la sonda Voyager se dirige al centro de nuestra galaxia, La Vía Láctea, dejando el espacio dominado por la influencia de nuestro Sol, desde el 25 de agosto de 2012, y entrando así en el espacio entre las estrellas, el llamado “espacio interestelar”
Con todo lo dicho, el ser humano es la única especie que puede provocar su propia extinción, pero también es la única que puede impedir su extinción.
En 1977, y ya estamos en el 2017, cuánto tiempo ya que se envió estas 2 misiones al espacio, y aún no tenemos respuesta de alguna civilización extraterrestre…
El simple hecho de que la humanidad exista, es posible que algo suceda pronto en este universo, una señal, un encuentro... un viaje…
Se ha hecho notar, que quienes más probabilidades tienen de encontrar a las sondas Voyager... somos nosotros mismos.
Finalmente, la tecnología permitirá a los seres humanos, alcanzar y recuperar las distantes sondas.
En ese caso, serán simples cápsulas del tiempo del año 1977.
Por su parte, el escritor Arthur C. Clarke, reconoció esta posibilidad, y sugirió añadir una nota al Disco de Oro:
“Por favor, déjenme en paz; permítanme continuar mi viaje hacia las estrellas”
Porque las sondas Voyager tienen una historia para contar; y como dijo el entonces Presidente de EEUU, Jimmy Carter:

“This is a present from a small, distant world, a token of our sounds, our science, our images, our music, our thoughts and our feelings.
We are attempting to survive our time so we may live into yours”



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