Ultimate Mars Challenge

“The best way to study Mars is with two hands, eyes and ears of a geologist, first at a moon orbiting Mars… and then on the surface”

La exploración espacial de Marte, comenzó en el contexto de la carrera espacial entre Estados Unidos y La Unión Soviética a la que dio lugar “La Guerra Fría” entre estos 2 países; pero el interés en Marte, y en la posibilidad de que allí hubiera vida, se remonta ya a 1877, cuando el astrónomo italiano, Giovanni Schiaparelli, afirmó haber visto canales por todo el planeta.
Posteriores astrónomos habían intentado comprobar la postulación del astrónomo estadounidense Percival Lowell, que sugería que los presuntos canales descubiertos por Schiaparelli, eran un sistema de irrigación creado por seres inteligentes…
Aunque no había pruebas reales de estas especulaciones, se creó toda una serie de teorías o mitos sobre Marte, que trascendieron en la literatura y en la creación de leyendas sobre supuestos marcianos que hacían visitas a distintas partes de La Tierra.
Marte, es el 4°planeta en orden de distancia al Sol, y el 2º más pequeño del Sistema Solar, después de Mercurio; recibió su nombre en homenaje al dios de la guerra de la mitología romana, Ares en la mitología griega; y es también conocido como “El Planeta Rojo” debido a la apariencia rojiza que le confiere el óxido de hierro predominante en su superficie.
Los primeros registros de la observación de Marte, se remontan a la era de los antiguos astrónomos egipcios en el II milenio a.C.
Más tarde aparecieron los primeros registros chinos sobre los movimientos de Marte, antes de la fundación de La Dinastía Zhou, en 1045 a.C.
Los astrónomos babilónicos, por su parte realizaron observaciones detalladas sobre la posición de Marte, que sirvieron para desarrollar técnicas aritméticas que predecían la posición futura del planeta.
Los antiguos filósofos griegos, y los astrónomos helenísticos, desarrollaron un modelo geocéntrico, para explicar los movimientos del planeta.
Así, las mediciones del diámetro angular de Marte, se pueden encontrar en antiguos textos griegos e indios.
En el siglo XVI, Nicolás Copérnico propuso un modelo heliocéntrico para El Sistema Solar, en el que los planetas siguen órbitas circulares alrededor del Sol.
Esto fue revisado por Johannes Kepler, quien pudo ajustar la órbita elíptica para Marte, a los datos observacionales.
Pero la primera observación telescópica de Marte, fue realizada por Galileo Galilei en 1610.
Un siglo después, los astrónomos descubrieron características distintas del albedo en el planeta, incluyendo el punto negro de Syrtis Major, y las capas polares de hielo; y fueron capaces de determinar el período de rotación del planeta, y la inclinación axial.
Estas observaciones, se hicieron principalmente durante los intervalos de tiempo en el que el planeta estaba situado en oposición al Sol, en los cuales, Marte se acercó más a La Tierra.
Mejores telescopios desarrollados a principios del siglo XIX, permitieron que las características permanentes del albedo marciano, fueran mapeadas en detalle.
El primer mapa crudo de Marte, fue publicado en 1840, seguido por mapas más refinados a partir de 1877, en adelante.
Cuando los astrónomos creyeron equivocadamente que habían detectado agua en la atmósfera marciana, la idea de la existencia de vida en Marte, se popularizó entre el público…
Las teorías actuales que predicen las condiciones en las que se puede encontrar vida, requieren la disponibilidad de agua en estado líquido, por lo que es tan importante su búsqueda.
La primera sonda que visitó Marte, fue la soviética Marsnik 1, que pasó a 193.000km de Marte, el 19 de junio de 1963, sin conseguir enviar información.
La Mariner 4, en 1965, sería la primera en transmitir desde sus cercanías; junto a las Mariner 6 y 7, que llegaron a Marte en 1969, solo consiguieron observar un Marte lleno de cráteres y parecido a La Luna.
Fue la Mariner 9, la primera sonda que consiguió situarse en órbita marciana; y realizó observaciones en medio de una espectacular tormenta de polvo, y fue la primera en atisbar un Marte con canales que parecían redes hídricas, vapor de agua en la atmósfera, y que sugería un pasado de Marte diferente.
La primera nave en aterrizar y transmitir desde Marte, fue la soviética Marsnik 3, que tocó la superficie a 45°S y 158°O a las 13:50:35 GMT, del 2 de diciembre de 1971.
Posteriormente lo harían las Viking 1 y 2, en 1976; y La NASA concluyó como negativos, el resultado de sus experimentos biológicos.
El 4 de julio de 1997, la Mars Pathfinder aterrizó con pleno éxito en Marte, y probó que era posible que un pequeño robot se pasease por el planeta.
En 2004, una misión científicamente más ambiciosa, llevó a 2 robots:
Spirit y Opportunity, que aterrizaron en 2 zonas de Marte diametralmente opuestas, para analizar las rocas en busca de agua, encontrando indicios de un antiguo mar, o lago salado.
Por su parte, La Agencia Espacial Europea (ESA), lanzó la sonda Mars Express en junio de 2003, que actualmente orbita en Marte.
A este último satélite artificial de Marte, se le suma la nave de La NASA, Mars Odyssey, en órbita alrededor de Marte desde octubre de 2001.
La NASA lanzó el 12 de agosto de 2005, la sonda Mars Reconnaissance Orbiter, que llegó a la órbita de Marte, el 10 de marzo de 2006, y tiene como objetivos principales, la búsqueda de agua, pasada o presente, y el estudio del clima.
El 25 de mayo de 2008, la sonda Phoenix aterrizó cerca del polo norte de Marte; su objetivo primario fue, desplegar su brazo robótico, y hacer prospecciones a diferentes profundidades para examinar el subsuelo, determinar si hubo o pudo haber vida en Marte, caracterizar el clima de Marte, estudiar la geología de Marte, y efectuar estudios de la historia geológica del agua, factor clave para descifrar el pasado de los cambios climáticos del planeta.
Y el 26 de noviembre de 2011, fue lanzada la misión aún más ambiciosa:
Mars Science Laboratory (MSL), conocida como “Curiosity”
“What if we think we'll learn a lot about Mars?
Of course.
What if we know specifically what it is?
No idea”
Ultimate Mars Challenge es un documental del año 2012, escrito y dirigido por Gail Willumsen.
Protagonizado por Lance Lewman, Veronica McGregor, Jim Montgomery,  John Grotzinger, Adam Steltzner, Jaime Waydo, Rob Manning, Michael Watkins, Ashwin Vasavada, Tom Rivellini, Bobak Ferdowsi, Brandon Metz, Douglas Adams, Steven W. Lee, Philip R. Christensen, entre otros.
El documental de 54 minutos, fue producido por el equipo galardonado con el premio Emmy de Jill Shinefield y Gail Willumsen, de NOVA/WGBH Boston, para Gemini Productions en West Hollywood, California.
Jill y Gail, estuvieron en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de La NASA en Pasadena, California, para cubrir el aterrizaje del Curiosity dentro de Gale Crater, y mostrar los emocionantes momentos después del aterrizaje, y resumir los espectaculares descubrimientos que seguramente llegarán; junto a los científicos y los ingenieros que crearon y dieron a luz la misión del MSL, en los centros de La NASA, y las compañías aeroespaciales y universitarias diseminadas por EEUU y Europa; que guiaron un aterrizaje puntual sin precedentes, en busca de evidencia de vida.
Ultimate Mars Challenge, también incluye varios datos del Curiosity, especialmente los creados para el programa, por el equipo de procesamiento de imágenes de Ken Kremer, y Marco Di Lorenzo.
Y es que después de 4 décadas de sondas, orbitadores, “landers” y rovers, la búsqueda de vida en Marte, es tan tentadora como siempre; por lo que NOVA va tras bambalinas de las últimas misiones de La NASA al Planeta Rojo, para revelar nuevas pistas y retos en el camino, para responder muchas preguntas, con un acceso único a las misiones NASA: Phoenix y Mars Exploration Rover, NOVA muestra a científicos e ingenieros en acción, dirigiendo las operaciones de naves espaciales a millones de millas, mientras los exploradores robotizados perforan la roca, se agarran al suelo, analizan muestras y material rocoso, fotografían el paisaje en busca de señales de que en Marte, una vez, o tal vez aún alberga alguna forma de vida.
¿Y por qué volver a Marte?
Lejos de morir, Marte tiene un potencial incalculable.
Casi medio siglo de exploración de Marte, ha producido indicios tentadores de que Marte pudo alguna vez haber albergado la vida, y puede albergarla todavía.
El extraordinario desembarco de un revolucionario vagabundo llamado Curiosity, también conocido como Mars Science Laboratory (MSL), significa que tenemos ruedas en el planeta una vez más, en forma del robot más sofisticado que haya recorrido la superficie de Marte.
La audaz misión de La NASA, y esta maravilla de la tecnología, responderán a algunas de nuestras preguntas más importantes, e inaugurarán una nueva era dorada de exploración.
Por ejemplo, mientras probaban el paracaídas del Curiosity en el túnel de viento más grande del mundo, los científicos e ingenieros del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL), fueron confundidos por una fallida prueba...
El paracaídas, nunca había dejado de abrirse en el pasado, así que:
¿Por qué esta extraña anomalía?
Replicando el error, y analizándolo en imágenes de alta resolución, fueron capaces de identificar el problema.
Y es que al equipo le preocupa más que el procedimiento de manejo de la toma de muestras funcione correctamente, que el logro de nuevos hallazgos significativos.
Pero aterrizar sobre la superficie de Marte, implica una dificultad especial, que no se da en ninguno de los otros planetas rocosos o satélites, incluida La Tierra.
La dificultad radica en que, por un lado, el planeta posee atmósfera, por lo que es necesario utilizar un escudo térmico, cosa que no sería necesario en La Luna o en Mercurio.
Por otro lado, la atmósfera es muy tenue, lo que no brinda la ayuda necesaria al utilizar un paracaídas, como sí ocurre en La Tierra o en Venus, por lo que se hace necesario utilizar un sistema adicional, como bolsas de aire o cohetes de frenado como el Skycrane.
Así las cosas, se trata de una misión espacial, que incluye un astromóvil de exploración marciana dirigido por La NASA, y que se centra en colocar sobre la superficie marciana un vehículo explorador de tipo “rover”
Este vehículo, será 3 veces más pesado, y 2 veces más grande que los vehículos utilizados en la misión Mars Exploration Rover, que aterrizaron sobre Marte en el año 2004, y portará los instrumentos científicos más avanzados.
La comunidad internacional, proporcionará algunos de estos instrumentos, y se tiene planeado lanzarlo a través de un cohete Atlas V 541; para después de aterrizar, el rover tomará docenas de muestras de suelo y polvo rocoso marciano para su análisis.
La duración de la misión, será de 1 año marciano, es decir, 1,88 años terrestres; y con un rango de exploración superior a los enviados anteriormente, que investigará la capacidad pasada y presente de Marte para alojar vida.
El día 6 de agosto de 2012, 8 meses después de su lanzamiento, Curiosity aterrizó en la superficie de Marte, concretamente en el cráter Gale, tras pasar por los denominados “7 minutos del pánico”, periodo de tiempo durante el cual, el Curiosity atravesó la atmósfera de Marte, y durante los cuales, el equipo técnico encargado de supervisar el viaje, no pudo hacer nada, debido al retraso de 14 minutos experimentado por las señales emitidas por el rover, antes de llegar a La Tierra desde Marte, con 10 nuevos instrumentos que ayudarán en la búsqueda de indicios que demuestren que Marte alguna vez estuvo en condiciones adecuadas para la vida humana.
Con acceso al equipo de científicos e ingenieros responsables de los experimentos en tierra del Curiosity, este es el más ambicioso geólogo robótico de todos los tiempos; pero ningún rover lo hace solo:
El Curiosity se une a un equipo que incluye los orbitadores Mars Odyssey, Express y Reconnaissance, junto con el incansable rover, Opportunity.
Así descubrimos la nueva imagen de Marte, que están pintando estos exploradores, y analizamos las preguntas que surgen tras años de exploración marciana:
¿Cómo se define la vida?
¿Cómo empieza la vida, y qué necesita para sobrevivir?
¿Estamos solos en el universo?
“The latest technology available to know in depth the red planet”
Un “Mars rover” es un vehículo motorizado que se desplaza por la superficie de Marte a su llegada.
Estos vehículos tienen varias ventajas respecto los módulos de aterrizaje estacionarios:
Son capaces de examinar áreas de territorio más amplio, pueden ser dirigidos a zonas con interés científico, pueden situarse en posiciones donde reciben luz solar durante los meses de invierno, y son capaces de obtener conocimiento del entorno, para ser controlados de forma remota.
A lo largo de la historia, ha habido 4 Mars Rovers que han operado con éxito:
Jet Propulsion Laboratory, gestionó la misión Mars Pathfinder con el rover Sojourner, aunque actualmente está inactiva.
Actualmente gestiona la misión Mars Exploration Rover con el rover Opportunity activo, y el rover Spirit inactivo, y como parte de la misión del Mars Science Laboratory, el rover Curiosity.
En septiembre del 2006, la oficina central de La NASA, aprobó su lanzamiento proyectado para el año 2009.
Varios ingenieros del JPL, quienes trabajan en el proyecto, afirman que el diseño del rover usado, será el que regirá en futuras misiones, a partir de su lanzamiento en el 2009.
En octubre de 2008, El Congreso de los Estados Unidos llegó a amenazar con la cancelación de la misión, debido a unos sobrecostes del 30%; sin embargo, el desarrollo de la misión continuará…
La Mars Science Laboratory (MSL), conocida como Curiosity, es una misión espacial que incluye un astromóvil de exploración marciana, dirigida por La NASA.
Su nombre fue propuesto por Clara Ma, una niña de 12 años de Kansas, que ha resultado la ganadora del concurso para ponerle nombre; tomado del ensayo en el que Clara proponía el nombre:
“La curiosidad es una llama eterna que arde en la mente de todo el mundo.
Hace que quiera salir de cama por la mañana, y que me pregunte que sorpresas me deparará la vida ese día.
La curiosidad es increíblemente fuerte.
Sin ella, no seríamos lo que somos hoy.
La curiosidad es la pasión que nos lleva a través de nuestras vidas.
Nos hemos convertido en exploradores y científicos con nuestra necesidad de hacer preguntas y ser curiosos”
El MSL, es dirigido por el Science Mission Directorate de NASA en Washington DC, por JPL, una división del Instituto de Tecnología de California, en Pasadena.
En las oficinas centrales de NASA, David Lavery es el ejecutivo del programa MSL, y Michael Meyer, es el científico del programa.
En Pasadena, Peter Theisinger del JPL, es el jefe del proyecto, y John Grotzinger de Caltech, es el científico del programa.
Programada en un principio para ser lanzada el 8 de octubre de 2009, y efectuar un descenso de precisión sobre la superficie del planeta en 2010, entre los meses de julio y septiembre, la misión fue finalmente lanzada el 26 de noviembre de 2011, a las 10:02 am EST, y aterrizó en Marte, exitosamente en el cráter Gale, el 6 de agosto de 2012, aproximadamente a las 05:31 UTC, enviando sus primeras imágenes a La Tierra.
El coste total de la operación, fue de $2.600 millones con una previsión de vida útil de 23 meses.
Su control se realiza desde La Tierra, y la velocidad del rover es de 130 metros por hora.
El MSL tiene 4 objetivos:
Determinar si existió vida alguna vez en Marte, caracterizar el clima de Marte, determinar su geología, y prepararse para la exploración humana de Marte.
Para contribuir a estos 4 objetivos científicos, y conocer el objetivo principal, establecer la habitabilidad de Marte; el MSL tiene 8 cometidos:
Como Evaluación de los procesos biológicos:
1º Determinar la naturaleza y clasificación de los componentes orgánicos del carbono.
2º Hacer un inventario de los principales componentes que permiten la vida:
Carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre.
3º Identificar las características que representan los efectos de los procesos biológicos.
Como objetivos geológicos y geoquímicos:
4º Investigar la composición química, isotópica y mineral de la superficie marciana.
5º Interpretar el proceso de formación y erosión de las rocas y del suelo.
Como evaluación de los procesos planetarios:
6º Evaluar la escala de tiempo de los procesos de evolución atmosféricos.
7º Determinar el estado presente, los ciclos y distribución del agua y del dióxido de carbono.
Y como evaluación de la radiación en superficie:
8º Caracterizar el espectro de radiación de la superficie, incluyendo radiación cósmica, erupciones solares, y neutrones secundarios.
Primero que todo, la misión se centra en situar sobre la superficie marciana, un vehículo explorador, tipo rover.
Este vehículo es más o menos el doble de grande, unos 3 metros; y 5 veces más pesado que los gemelos Mars Exploration Rovers, rovers de exploración en Marte de La NASA:
El Spirit y Opportunity, lanzados en 2003; y ha heredado muchos elementos de diseño de ellos, incluyendo la tracción a las 6 ruedas, el sistema de suspensión, y cámaras montadas sobre un mástil para ayudar al equipo de la misión en Tierra a seleccionar objetivos de exploración, y las rutas a seguir.
A diferencia de los rovers anteriores, Curiosity lleva equipo para recoger muestras de tierra y rocas, procesarlas y distribuirlas dentro de las cámaras de pruebas de los instrumentos analíticos; es decir, es todo un laboratorio andante.
Se esperaba que el vehículo rover tuviera un peso de 899 kilogramos, incluyendo 80 kilogramos en instrumentos y equipo de análisis científico, en comparación a los usados en la Mars Exploration Rover, cuyo peso es de 185 kg, incluyendo 5 kg de equipo en instrumental científico.
Con una longitud de 2,7 m, la MSL será capaz de superar obstáculos de una altura de 75 cm, y la velocidad máxima de desplazamiento sobre terreno, está estimada en 90 metros/hora con navegación automática, sin embargo, se espera que la velocidad promedio de desplazamiento sea de 30 metros/hora considerando variables como dificultad del terreno, deslizamiento y visibilidad.
Las expectativas contemplan que el vehículo recorra un mínimo de 19 km durante 2 años terrestres.
El Mars Science Laboratory, utiliza un generador termoeléctrico de radioisótopos (RTG), fabricado por Boeing; y consiste en una cápsula que contiene radioisótopos de plutonio-238, y el calor generado por éste, es convertido en electricidad por medio de un termopar, produciendo así 2.5 kilovatios-hora por día.
Los fluidos calentados por el exceso de calor del generador, son distribuidos por todo el rover, para mantener los circuitos electrónicos y otros sistemas a unas temperaturas operativas aceptables.
Aunque la misión estaba programada para durar aproximadamente 2 años, el generador RTG tendrá una vida mínima de 14 años.
Este vehículo lleva instrumentos científicos más avanzados que los de las otras misiones anteriores dirigidas a Marte, algunos de ellos, proporcionados por la comunidad internacional.
El vehículo se lanzó mediante un cohete Atlas V 541.
Una vez en el planeta, el rover tomó fotos para mostrar que aterrizó con éxito.
En el transcurso de su misión, tomará docenas de muestras de suelo y polvo rocoso marciano para su análisis.
La duración prevista de la misión es de 1 año marciano, unos 1,88 años terrestres.
Con un radio de exploración mayor a los de los vehículos enviados anteriormente, investigará la capacidad pasada y presente de Marte para alojar vida.
Actualmente, se han elegido 12 instrumentos para el desarrollo de la misión:
Cámaras MastCam, MAHLI, MARDI, Hazcams, Navcams; todas ellas han sido desarrolladas por Malin Space Science Systems; y todas comparten un diseño común en cuanto a componentes tales como dispositivos para el procesamiento instantáneo de imágenes, y sensores CCD de 1600 X 1200; espectrómetros; detectores de radiación; sensores medioambientales; e instrumentación para el ingreso, descenso y aterrizaje (MEDLI), con el objetivo de medir la densidad de la atmósfera exterior, así como la temperatura y función del escudo térmico de la sonda durante su ingreso a la atmósfera marciana.
Los datos obtenidos, serán utilizados para entender y describir mejor la atmósfera marciana, y ajustar los márgenes de diseño y procedimientos de entrada requeridos para las sondas futuras.
Y es que si uno va alguna vez a buscar vida en otro mundo, lo primero que tiene que hacer, por obvia precaución, es tomar medidas para no introducir algún microbio propio en ese mundo durante las fases previas de prospección, no sea que después encuentre el rastro de organismos vivos, y resulten ser de origen terrestre, porque viajaron como “polizontes indeseados” en alguna sonda espacial.
Por lo que La NASA se lo toma muy en serio; y cada una de las piezas que forman el vehículo Curiosity, y todo el sistema de descenso en la atmósfera de Marte, fueron sometidas a varios procesos de esterilización antes del lanzamiento, cumpliendo la normativa internacional, para evitar cualquier tipo de contaminación biológica de los cuerpos celestes; así, los aparatos van ultralimpios, por dentro y por fuera.
El vehículo, el paracaídas y la estructura de descenso en el otro planeta no pueden llevar, en total, más de 300.000 esporas bacterianas, con una densidad media máxima de 300 esporas por metro cuadrado, para que no haya una carga biológica concentrada en un punto; según ha informado La NASA.
Para hacerse una idea que lo que esto significa:
Todos los equipos de la misión MSL, no pueden llevar más de 500.000 esporas, que es la décima parte de las esporas que hay en una cucharilla de agua de mar.
Esas son las normas seguidas por la agencia espacial, en cumplimiento del Tratado del Espacio Exterior, de 1967, que estipula que “la exploración planetaria debe realizarse de manera que se evite la contaminación nociva de los cuerpos celestes”
Y la regulación se centra en las esporas bacterianas, porque pueden sobrevivir inactivas en condiciones extremas, y luego proliferar.
La NASA, tiene un equipo específico dedicado a controlar que no sale al espacio ninguna misión que no cumpla los requisitos de ultralimpieza, y los técnicos e ingenieros se afanan, antes de colocar los robots en el cohete de lanzamiento, limpiando cada pieza con alcohol, y sistema de esterilización microbiana por calor.
Los componentes que toleran las altas temperaturas, se someten a procesos entre 110°C y 146°C durante 144 horas.
Después se hacen análisis para verificar que todo el material cumple la normativa de carga de esporas.
La misión, también cumple la norma de no dirigirse a ningún lugar en Marte donde se sepa que hay agua, líquida o helada, como mínimo a un metro de profundidad.
Esta medida se toma por si falla el aterrizaje, ya que en el accidente podrían introducirse en el suelo fragmentos de los equipos que, si no estuvieran debidamente esterilizados, llevarían microbios terrestres capaces tal vez de proliferarían en las condiciones de humedad allí, y con la ayuda del calor producido en el generador de radioisótopos del Curiosity.
Otro dato interesante, es que la nave ha sido diseñada para guiarse a sí misma durante el descenso, a través de la atmósfera de Marte, con una serie de maniobras similares a las utilizadas por los astronautas pilotando los transbordadores espaciales de NASA.
Durante los 3 minutos anteriores al aterrizaje, la nave frena su descenso con un paracaídas, y después usa retrocohetes montados alrededor del borde de una etapa superior.
En los últimos segundos, la etapa superior actúa como una grúa aérea, bajando al rover en posición recta con un cable hasta la superficie; y es que posarse en el suelo de Marte es más difícil que en La Luna, porque el planeta tiene una atmósfera suficientemente densa, aunque menos que La Tierra.
En La Luna por ejemplo, llegas al suelo directamente con retrocohetes.
Así, el MSL entrará en la atmósfera marciana a una velocidad de casi 30.000 kilómetros por hora, y necesita, primero, un escudo térmico para protegerlo del calor que se genera por fricción.
Cuando haya frenado hasta 1.500 kilómetros por hora, se tiene que desplegar el paracaídas, pero cuando éste se desprenda, todavía irá a 300 kilómetros por hora y, si llega al suelo a esa velocidad el vehículo… esta frito.
Así que después del paracaídas, se usarán unos retrocohetes para terminar de frenar y, a 8 metros del suelo, entra en acción la grúa espacial, como si fuera un helicóptero que descuelga el Curiosity hasta el suelo; por lo que se utilizó una técnica de guiado atmosférico, que es la misma que utilizó el Apolo 11 en su visita a La Luna.
La última etapa de descenso, comenzó a los 1800 metros, a una velocidad de 300 kilómetros por hora.
Se encendieron los retrocohetes de la estructura del robot, después de que el sistema de navegación detectase que éste se separó del paracaídas.
No se optó la técnica de las bolsas de aire utilizadas en 2004 con Spirit y Opportunity, pues hubiera rebotado unos 2 kilómetros, muy lejos del lugar ideal que se había planificado aterrizar.
Se pensó en aterrizar con patas, como hicieron los astronautas en La Luna, pero se hubiese quedado a un metro de altura, lo que hubiese hecho difícil bajar de allí.
Por otra parte, las rampas metálicas o de aire, no hubiesen tenido lugar dentro de la nave espacial.
Además, las patas pueden apoyarse sobre rocas o depresiones profundas, y puede ser difícil salir luego de allí.
Se buscó entonces la alternativa innovadora del descenso con paracaídas, y una grúa con retrocohetes; este sistema de descenso, es llamado Skycrane.
A los 23 metros de altura, la grúa descendió el vehículo con cables, lo que permitió aterrizar en terrenos accidentados, con las ruedas ya en el terreno listo para moverse.
La exitosa llegada del rover, fue todo un hito de la tecnología, condensada en 7 minutos de vertiginoso descenso desde la órbita.
Durante los primeros 4 minutos de la entrada, la fricción con la atmósfera de Marte, frenó considerablemente la velocidad de una nave espacial.
Pero al final de esta fase, el vehículo todavía viajaba a más de 1.600 kilómetros por hora, sólo 100 segundos antes de aterrizar.
Para frenar aún más, un paracaídas se abrió para reducir la velocidad hasta alrededor de 322 kilómetros por hora.
En los últimos 90 metros para llegar al suelo, la nave usó unos retrocohetes y, finalmente, correas de sujeción que bajaron el rover a la superficie de forma suave y controlada.
El objetivo inicial, era que el rover trabajara a lo largo de 2 años realizando una expedición geológica en el Monte Sharp, una elevación sedimentaria en medio del cráter Gale, situado justo al sur del ecuador marciano.
Tras recorrer el cráter, Curiosity se encuentra explorando la ladera del monte con sus cámaras e instrumentos de recogida y análisis química de muestras.
Este escenario se eligió por la edad del cráter, de entre 3.500 y 3.800 millones de años, el mismo periodo en el que La Tierra y el resto de los planetas del Sistema Solar fueron bombardeados de manera frecuente por meteoritos.
También, es la época en que Marte pudo albergar una atmósfera capaz de elevar la temperatura, y permitir la presencia de agua líquida en la superficie.
El rover, ahora famoso por sus “selfies”, ha permitido saber que Marte tenía atmósfera en su juventud, se tienen datos más detallados de la radiación en el planeta, de cara a futuras misiones tripuladas, se encontraron pruebas de la existencia de agua dulce y, además, se analizaron meteoritos y rocas que permitieron conocer mejor la historia del planeta.
En poco más de un año en El Planeta Rojo, el astromóvil MSL ha encontrado evidencia de que Marte presentó en el pasado, condiciones favorables para albergar vida microbiológica.
El rover, también encontró evidencia de la existencia pasada de un lago de agua, en donde hoy está el cráter Gale, así como también estimó la presencia de un 2% de agua, en la composición global del suelo rocoso del planeta.
El 16 de diciembre de 2014, Curiosity registró con el instrumento SAM, aumentos bruscos en los niveles de gas metano en el cráter Gale.
Estos muestran que los valores de base son más bajos de lo pensado, de apenas 0,7 partes por billón en volumen, ppmv, pero en 6 ocasiones aumentaron considerablemente, una de las veces, hasta sobrepasar las 7 ppmv, 10 veces más.
Esto indica que hay “una fuente adicional de metano de origen desconocido”
Durante los últimos 1826 días, o 1777 soles marcianos; el Curiosity ha recorrido unos 15,30 kilómetros de la superficie del Planeta Rojo, después de un complicado pero exitoso aterrizaje sobre una llanura llamada Aeolis Palus, al norte del cráter de Gale.
En todo este tiempo, el Curiosity, más allá de todos sus proyectos científicos, se ha dedicado a regalarnos una enorme cantidad de fotos impactantes desde la superficie de nuestro vecino planeta.
Ahora, La NASA y el JPL han aprovechado todas las imágenes capturadas por la cámara de navegación “Hazcam” del vehículo, dedicada a evadir riesgos y peligros en sus recorridos, para crear un “timelapse” de los últimos 5 años del rover explorando Marte.
Esta, es una de las 5 cámaras con las que cuenta el rover, sin contar con sus espectrómetros; y cada una de las imágenes, está identificada con la fecha en la que fue capturada, tomando en cuenta el día o Sol de la misión, y su ubicación en El Planeta Rojo.
Además, el “timelapse” también muestra el recorrido total del Curiosity sobre la superficie marciana.
Aunque el rover cumplió su misión principal a los 687 días de haber llegado a Marte, actualmente lleva más de 1100 días adicionales en su misión prolongada; y todavía le queda vida por delante, siempre y cuando sus ruedas se lo permitan.
Es una soberbia máquina, el Curiosity, solamente superado por su antecesor el Opportunity, que lleva más de 13 años rodando por Marte.
Una curiosidad, es que sus cámaras principales están a una distancia del suelo, tal que quedan a la altura de los ojos de un ser humano promedio de pie sobre la superficie de Marte, por lo que su perspectiva, es muy similar a lo que vería alguien correteando por El Planeta Rojo; y a diferencia de Opportunity, y de su difunto gemelo, Spirit; Curiosity está impulsado por un generador de radioisótopos lo que le permite sobrevivir y operar durante la noche marciana, a cambio de tener una vida finita claramente definida.
Lo del Opportunity es una sorpresa agradable, pues estaba diseñado para solo 30 días, y el operarlo ha dado valiosísimas lecciones a los ingenieros de NASA sobre como operar un vehículo a largo plazo en Marte.
“The Mars we had found was just a big moon with a thin atmosphere and no life.
There were no martians, no canals, no water, no plants, no surface characteristics that even faintly resembled Earth's”
Desde que Curiosity aterrizó en Marte, hemos podido oír todo tipo de comentarios sobre el coste de la misión; y se ha convertido en una molesta rutina que ciertos círculos critiquen sistemáticamente el dinero gastado en misiones espaciales, como si el presupuesto de La NASA o la exploración del Sistema Solar fuesen un lastre para la economía mundial; además que poner un valor monetario en la exploración espacial, es imposible; pero cabe preguntarse:
¿Es necesario hacer un gasto tan grande, cuando hay gente muriendo de hambre?
Este tipo de iniciativas, promueven la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías, que tarde o temprano tienen un impacto en el estilo de vida.
Se trata de investigación básica, y es imposible saber, qué avances puede traer esto para mejorar la vida en La Tierra, pero por poner un ejemplo, el desarrollo de la industria espacial, ha sido fundamental para investigar los suelos y el clima de nuestro planeta, y así poder cultivar más comida.
Todo lo que disfrutamos en el día a día:
Antibióticos, analgésicos, comunicaciones, transporte y hasta el aire acondicionado; que en conjunto han disminuido la pobreza mundial, aumentado la alfabetización, y duplicado nuestra expectativa de vida, proviene de la investigación y el desarrollo de grandes ideas, que luego han generado incontables subproductos.
Pero sigue el cuestionamiento de que se invierten millones en buscar vida en otros planetas, cuando el mundo donde vivimos se lo está llevando el diablo.
En vez de invertir esa cantidad de dinero en educación, flora, fauna, salud o en ayudas a damnificados por catástrofes ambientales...
Sin duda tienen razón, pero el problema de este punto de vista, es que pasa de puntillas por un hecho objetivo, y es que Curiosity es una misión realmente cara, si la comparamos con otros proyectos espaciales.
De hecho, es la nave espacial más cara que ha visitado Marte, aunque el programa Viking de los años 70, sigue siendo el más oneroso en conjunto.
Sólo con el presupuesto del ejército de EEUU, se podría enviar un Curiosity cada 32 horas... pero el costo de esta misión, es muy bajo comparado a por ejemplo, el de la misión Apolo, que duró 13 años, y puso a 12 hombres en La Luna en 6 viajes diferentes.
La misión Apolo costó unos $135.000 millones actuales; y en promedio, cada aterrizaje lunar costó $22.500 millones, que sería el equivalente a 10 misiones de robots a Marte; lo cual es también una de las razones por las que no se volvieron a llevar astronautas a La Luna.
Por cierto, el Curiosity fomentó el empleo, dice La NASA; en más de 7.000 personas que trabajaron en el proyecto en 31 estados de Estados Unidos.
Sea como sea, ahora que Curiosity está en Marte, sólo nos queda disfrutar con sus espectaculares imágenes, y esperar a los revolucionarios resultados científicos, que sin duda nos va a proporcionar; por lo que los próximos años prometen ser muy interesantes.
La posibilidad de vida en Marte, es un tema que ha recibido un particular interés no solo de parte de la comunidad científica, sino también por el público en general, debido a su similitud y proximidad con La Tierra.
Hasta la fecha, aún no se ha podido encontrar evidencia definitiva que confirme la existencia presente o pasada de vida en Marte.
Aun así, se posee evidencia acumulativa, que favorece la posibilidad de que Marte, en un pasado, haya albergado agua líquida, y que esta haya sido óptima para poder sostener vida.
Sin embargo, la existencia de condiciones habitables, no indica necesariamente la existencia de vida; por ello, aunque el consenso general de la comunidad científica descarta la posibilidad de vida presente en Marte, persisten algunas dudas sobre si alguna vez existió vida en este planeta, cuando su atmósfera era más densa y el agua existía en abundancia sobre su superficie.
Igualmente, debido a la posibilidad de vida marciana, la exploración de Marte, así como la de otros cuerpos celestes, se realiza o planea realizar con la precaución de no provocar una contaminación interplanetaria con microorganismos de La Tierra.
Los científicos, ya tienen una vislumbre de cómo la inteligencia artificial les ayudará a explorar el cosmos en el futuro.
Los ingenieros astrofísicos enseñan a las naves espaciales a pensar por sí mismas, y a tomar decisiones solas:
Esas máquinas, ya son capaces de colectar y analizar información científica, y luego seleccionar los datos que deben enviar a La Tierra, sin ninguna participación humana.
El mejor ejemplo, es el sistema AEGIS, o Autonomous Exploration for Gathering Increased Science de La NASA, que ha sido probado en el robot Curiosity desde 2016, y que tiene el potencial de acelerar los descubrimientos científicos en Marte, según un informe publicado en la revista Science Robotics.
AEGIS, selecciona rocas de aspecto interesante, y ordena al robot que dispare su cámara láser en las piedras para vaporizarlas, y analizar su composición. “Programamos el Curiosity para usar el sistema cuando el robot se traslada a un nuevo sitio y, desde La Tierra, tardamos un determinado tiempo en conocer su ubicación exacta, y qué está a su alrededor”, cuenta Raymond Francis, miembro del Jet Propulsion Lab que creó el software.
“Durante ese período, el sistema permite al Curiosity tomar la decisión de qué es importante analizar”, dijo.
Francis, es uno de los desarrolladores que enseñaron a AEGIS, cómo reconocer la roca madre, que contiene pistas sobre la capacidad pasada de Marte de soportar la vida.
El 93% de los casos, la inteligencia artificial elige el mismo objetivo que un ser humano habría elegido, pero sin los 48 minutos que el Curiosity tardaría en enviar una imagen a La NASA, y recibir órdenes de vuelta, un tiempo de inactividad considerable para una máquina que costó $2.600 millones.
Pero gracias al nuevo sistema, el robot tarda entre 90 y 105 segundos en apuntar, disparar a la piedra, y analizar los resultados.
AEGIS, también tiene la capacidad de corregir el objetivo de la cámara láser para ayudar los controladores humanos cuando quieren analizar una característica muy pequeña en una roca.
Si La NASA no da con ese detalle en el primer intento, la medición podría perderse para siempre, porque el robot necesita trasladarse a otro sitio rápidamente.
Ese sistema de corrección, puede ralentizar las cosas por unos minutos, pero en las 2 veces que se le ha utilizado, corrigió disparos que hubieran perdido el objetivo y, en palabras del equipo de científicos, “salvó el día”
El equipo señala, sin embargo, que evita ejecutar AEGIS cuando las baterías del Curiosity están cerca de agotarse, o cuando hay demasiados datos para transmitir a La Tierra.
Nuevos hallazgos del rover Curiosity de La NASA, han revelado pruebas más convincentes de la habitabilidad de Marte.
Eso sí, en teoría la vida se habría acabado en El Planeta Rojo hace miles de millones de años, pero no dejan de ser descubrimientos muy importantes.
Investigadores estudiaban los datos del Curiosity, y detectaron boro en el cráter Gale de Marte, el cual tiene más de 3.800 millones de años de haberse formado.
El boro, es un elemento químico que puede catalizar la formación de ARN, ácido ribonucleico; algo que se encuentra en todas las células vivientes, cuando se disuelve en agua.
Este boro, fue descubierto en las vetas minerales de sulfato de calcio que sugieren la presencia de agua subterránea en el planeta, por lo que el equipo cree que podría significar que, al menos parte del agua en el cráter Gale, posee condiciones favorables para la formación de vida.
El hallazgo ha sido publicado en el Geophysical Research Letters.
Otras misiones futuras a Marte, son el Mars 2020 rover, la 2020 Chinese Mars Mission, y el Mangalyaan 2 rover.
El rover ESA ExoMars, también previsto para el lanzamiento en 2020, debe obtener muestras de suelo de hasta 2 metros de profundidad, y realizar una búsqueda exhaustiva de biosignaturas y biomoléculas.
Hay una propuesta para una Misión de Retorno de Muestras de Marte por La ESA y La NASA, pero esto ha sido retrasado hasta al menos 2024.
Esta misión, sería parte del Programa Aurora de Europa.
Con suerte, el rover que La NASA pondrá en Marte en el año 2020, será capaz de responder las muchas más preguntas que tenemos acerca de la vida ancestral en Marte.

“Mars is there, waiting to be reached”



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