Beasts Of The Southern Wild
“I see that I am a little piece of a big, big universe, and that makes it right”
El futuro se debe construir, y nosotros tenemos mucho que decir al respecto.
Quizá para algunos de nosotros, tan ávidos de respuestas ante tanto desconcierto vital, dichas palabras nos parezcan exageradas, o acaso alejadas de cierto realismo.
De ello se trata, de intentar hacer realidad nuestra manera de enfrentarnos a la vida, y sobreponernos a ciertas circunstancias que nos sobrepasan, creyendo ilusamente, que toda posibilidad de cambio es imposible.
Cambio, palabra a un mismo tiempo, simple y compleja, implica darnos cuenta cuál es nuestra situación actual, ser conscientes que en nuestras manos está nuestro destino, y nuestra esperanza.
El clima de nuestro planeta permite a millares de seres, incluidos los hombres, vivir en su superficie.
Pero su equilibrio está amenazado.
La suerte de nuestro planeta parece encerrar una pequeña paradoja:
La misma cosa que permite que La Tierra sea un lugar habitable, algo así como un revestimiento hecho de gases y dióxido de carbono, está contemporáneamente amenazando su salud y la de sus pobladores.
Un 70% de la superficie del planeta está cubierta de agua.
El 97% es agua salada, y sólo un 3% es dulce.
En la actualidad, 1,200 millones de personas carecen de agua potable.
El 80% de los países posee sistemas inadecuados de distribución, y el 40% de la población tiene dificultades para satisfacer sus necesidades básicas.
Existen 200 cuencas internacionales a lo largo de las cuales, se distribuye el 40% de la población mundial.
El abastecimiento de más de 2,000 millones de personas depende del acuerdo, entre los distintos países, a la hora de compartir ese recurso vital, lo que provoca continuos conflictos.
Un bayou, de la voz choctaw, “bayuk”, que significa “arroyo” o “río pequeño” es un término geográfico, que en Louisiana, sirve para designar un cuerpo de agua formado por antiguos brazos, y meandros del río Mississippi.
Los bayous se localizan en la parte sur del estado, formando una red navegable de miles de kilómetros.
En los bayous, una corriente muy lenta, apenas perceptible, fluye hacia el mar durante la marea baja, y hacia arriba con la marea alta.
Un bayou está generalmente infestado de mosquitos, y otros insectos voladores.
Los bayous se encuentran, generalmente, en zonas muy llanas y en deltas.
En general, el agua que discurre en ellos se mueve mucho más despacio, que la del curso principal.
Por extensión, se llama “el bayou” a la gran región pantanosa del sur de Louisiana.
Este espacio anfibio fue ocupado por los acadianosfrancófonos, que vivían principalmente de los productos de la pesca y la caza.
“The whole universe depends on everything fitting together just right.
If one piece busts, even the smallest piece... the whole universe will get busted”
La vida es cambio constante, y por más que uno se empeñe en organizarla, y en hacer proyectos, surgen situaciones que impiden cumplir con las expectativas.
Algunos se adaptan mejor que otros, a las situaciones adversas, y hasta están quienes salen fortalecidos.
La actitud positiva es fundamental para vivir mejor, además de la creatividad a la que se apele para afrontar los obstáculos.
El cine contemporáneo por su parte, se ha visto inmerso en lo que se podría denominar las estrategias posmodernas.
Se desarrolla a partir de la combinación de elementos tanto de cine clásico como moderno, pero vistos desde una perspectiva diferente, desde una paradigmática e irónica realidad.
Hay momentos en el cine que están llenos de magia, en los que los sentimientos y las emociones, que nos hace sentir una película, trascienden su existencia como hecho audiovisual, y nos sentimos parte de la historia que estamos experimentando.
“When it all goes quiet behind my eyes, I see everything that made me flying around in invisible pieces”
Beasts Of The Southern Wild es una película de fantasía y drama, dirigida por Benh Zeitlin.
Protagonizada por Quvenzhané Wallis, Dwight Henry, Levy Easterly, Lowell Landes, Pamela Harper, Gina Montana, Nicholas Clark, Jovan Hathaway, entre otros.
El guión es de Benh Zeitlin y Lucy Alibar, basados en la obra de un solo acto, de Lucy Alibar “Juicy And Delicious”
Beasts Of The Southern Wild obtuvo 4 nominaciones al premio Oscar:
Mejor película, director, actriz (Wallis) y guión adaptado.
El director, coguionista y compositor del proyecto, crea en su ópera prima, un homenaje a Nueva Orleans, a través del mágico relato sobre la pérdida de la inocencia de una niña, y la necesidad de desarrollar un instinto de supervivencia, ante las diferentes desgracias que nos pueda traer la vida.
Beasts Of The Southern Wild no es otra cosa que un viaje iniciático en toda regla, la escenificación más verídica del rito de paso por antonomasia, que consiste en hacerse adulto; es un ejemplo perfecto que apela al lado humano, a los sentimientos, a los principios, y a las motivaciones de sus personajes para contarnos una historia ficticia, pero vestida en un traje de realidad.
Son películas como Beasts Of The Southern Wild, que salen de la nada, y nos sorprenden, son de esos golpes de los que no veíamos venir, y que nos pegan con una fuerza tal, que nos dejan apabullados, desconcertados, aturdidos.
Beasts Of The Southern Wild muestra la rebeldía social desde el punto de vista de una pequeña niña, con vertiginosos planos, con movimientos de cámara constantes, hay muchos planos subjetivos, y con una voz narradora, de la misma protagonista, que por momentos desconcierta un poco, pero que por otros, le aporta mucha verdad a la historia.
Todo esto, está acompañado por una metáfora visual muy bien lograda, en la que se puede ver a un grupo de bestias, la sociedad, reviviendo de los hielos, y yendo en busca de la familia, lo mejor de la película.
Beasts Of The Southern Wild es una representación pura y muy original, sobre la libertad y el crecimiento.
A todo esto, hay que añadir, que efectivamente, Beasts Of The Southern Wild no es una cinta para todos los gustos, pero yo recomendaría verla por su mensaje continuo, porque lo que se ve es una realidad.
Los polos se derriten, las islas desaparecen, y en ellas, hay gente que es incapaz de salir de allí por su arraigo.
Podrá gustar más o menos, pero a mi parecer, Beasts Of The Southern Wild es una película que todos tendrían que ver.
El guión de Benh Zeitlin y Lucy Alibar no tendría el mismo impacto, de no ser por las sorprendentes actuaciones de Quvenzhané Wallis y Dwight Henry, la niña y su padre en Beasts Of The Southern Wild, ambos actores naturales, que debutan en el cine, y la convierten en una historia sobre la valentía de un padre, de un pueblo y de una niña que descubrirá, habitando dentro de ella, a una bestia del salvaje sur.
A manera de curiosidad, la isla imaginario de Beasts Of The Southern Wild, “Isle de Charles Doucet” conocida por sus residentes como el “Bathtub”, fue inspirada por algunas comunidades de pesca independiente, amenazadas por la erosión, huracanes, y la subida de los niveles de agua en la parroquia de Terrebonne, en Louisiana, en particular la Isle de Jean Charles.
Beasts Of The Southern Wild fue filmada en el pueblo de la parroquia de Terrebonne Montegut, Louisiana.
Una de esas comunidades apartadas y amenazadas por distintos fenómenos de la naturaleza, como huracanes, y la subida del nivel del agua.
En la actualidad, ese lugar se encuentra conformado por casi igual área de agua, que de tierra firme.
Es increíble como una cámara puede retratar el alma humana, algo que no tiene forma ni color, pero que con un poco de imaginación y creatividad, toma forma y lo podemos ver tan claro, que hasta podríamos tocarlo.
De ahí el uso de la cámara a mano, que capta la fantástica cinematografía en 16mm de Ben Richardson, la constante narración de Hushpuppy (Wallis) y la estructura de carácter etéreo empleada por Zeitlin, evocan el estilo realista.
Beasts Of The Southern Wild es un filme que crece a medida que avanza, crece como película, y crece en emotividad, en fuerza.
A medida que vamos enfrentando una situación tras otra, vamos aprendiendo y entendiendo, a cada uno de estos personajes, que tienen mucho más que contar, que lo que se puede ver a simple vista.
Personajes marginados, que enfrentan la opresión y son puestos al límite, que en las condiciones más extremas, podemos ver su verdadera naturaleza, su verdadero ser interior.
Si Beasts Of The Southern Wild en su totalidad, es una excelente obra, la secuencia final del mismo, es en pocas palabras, un alarde de genialidad de su creador.
Haciendo gala de una fuerza visual impresionante, un score maravilloso, y una gran originalidad, historia contextualizada en un mundo ficticio, al borde del fin del mundo, en la cual tienen cabida animales mitológicos, enfermedades misteriosas y comunidades eremíticas, Beasts Of The Southern Wild intenta penetrar en el interior del espectador, siguiendo caminos olvidados.
En este sentido, los amantes de la psicología evolutiva y antropología, estarán de enhorabuena, porque Beasts Of The Southern Wild contiene grandes dosis de “pensamiento mágico” entendido como un estadio “Edénico” anterior al racionalismo determinista occidental, matarife último de la conexión con la “madre naturaleza”
Así, en este mundo, las personas pueden ser arboles, las tormentas se pueden matar a balazos, y las bombas deben ir en animales totémicos...
“My only purpose in life is to teach her how to make it”
Las aguas van a subir, los animales salvajes retornan de sus tumbas, y en el sur, todos los diques se hunden.
Hushpuppy (Wallis) es una intrépida niña de 6 años, que vive con su padre, Wink (Henry), en el “Bathtub”, una comunidad bayou ficticia, en una isla rodeada por agua creciente.
Wink le enseña a sobrevivir por sí misma, preparándola para cuando llegue el día en que él no pueda protegerla.
La pequeña Hushpuppy, desde su perspectiva infantil, narra una historia que traza obvias analogías, con la debacle dejada por el huracán Katrina en el 2005, en los estados sureños de Estados Unidos.
La fuerza de Hushpuppy es puesta a prueba, cuando Wink contrae una enfermedad misteriosa, y una tormenta inunda la comunidad, con la ayuda de un dique cercano, construido para separar la civilización de las zonas que quedarán anegadas tras el “eventual deshielo polar”
La pequeña comunidad sureña donde vive, con evidentes referencias al New Orleans del Katrina, ha dado la espalda al frenetismo del primer mundo, y está más preocupada por vivir al día, y disfrutar del momento, ante el peligro que los acecha.
En este mundo pre-apocalíptico con tintes distópicos, el universo depende de que cada pieza encaje en su lugar, algo que Beasts Of The Southern Wild logra en casi todo su metraje.
Pero la tormenta no es solo el fenómeno natural, la tormenta más fuerte que enfrentan nuestros personajes, es su condición humana, y a través de Hushpuppy y Wink, la vivimos y la hacemos nuestra.
En la rica imaginación de Hushpuppy, estos eventos están conectados al deshielo de los icebergs, que liberan a bestias arcaicas, jabalís gigantes llamados “Aurochs”
A pesar de los intentos de rescatar a la comunidad por parte del gobierno, Hushpuppy, Wink, y otros residentes, vuelven al “Bathtub”
Con la llegada de los “Aurochs” y el empeoramiento de la salud de su padre, Hushpuppy busca a su madre, que huyó “nadando”, en busca de tiempos mejores cuando ella era aún muy joven para recordar su rostro.
La ausencia de su madre, y la dura relación con su complicado padre, no hacen que Hushpuppy tenga una visión negra del mundo, pero sin duda, sí le aportan un ángulo diferente para ver las cosas.
Así nos lo hace notar, con la narración que hace de la vida que comparte junto a su padre.
Pero aunque su vida nunca ha sido un camino de rosas, la vida de Hushpuppy puede ir peor, mucho peor.
Así, continuando con la búsqueda de la madre, Hushpuppy culminará ese viaje de ida y vuelta, en pos de la recuperación de todas las piezas, de ese mundo que cree haber roto en pedazos tan pequeños, que su reparación nunca será definitiva.
Finalmente, este retorno al hogar, supone el abrazo definitivo a la postura unificadora de los 2 grandes pilares en choque, madre y padre; civilización y barbarie; vida y muerte; y como juez, jurado y ejecutor, una naturaleza desatada, catalizadora inicial a través de la tormenta, y finalmente a través de los legendarios “Aurochs”, todo ello forma una estructura circular, que esconde en realidad, una verdad que la niña va sembrando a lo largo de su narración, para establecerla de manera concluyente al final:
“Veo que soy una pequeña pieza de un gran, gran universo, y así es como debe ser”
Beasts Of The Southern Wild está construida como si se tratase de un sueño, con elementos fantásticos, como las bestias de antaño, que aparecen temprano en la trama, que Hushpuppy utiliza de alguna forma, para enfrentarse a su tétrico entorno.
Hushpuppy es una niña, quien no solo narra en off algunos puntos importantes de su vida, sino que se emociona, y expresa con realismo, los sentimientos reprimidos que tiene.
La actriz Quvenzhané Wallis, sorprende por cómo maneja su cuerpo para transmitir la personalidad de su papel, la rebeldía, y por la conexión que entabló con Dwight Henry, quien hace de su padre.
Este actor posee un rol complicado, ya que esconde una enfermedad, trata de enseñarle en poco tiempo, los riesgos de la vida, y tiene un carácter fuerte y violento, como realismo, está muy bien interpretado.
“The Bathtub” es como los habitantes nombraron a su pequeña isla cercana a la parte continental del sur de Estados Unidos.
Con los polos derritiéndose, se cree que el nivel del agua subirá, y la isla quedará bajo él, lo cual alarma a una parte de la comunidad.
Pero esto podría ser una historia más de crónica social, si no estuviera contada por esta niña de 6 años, el alma y el corazón de Beasts Of The Southern Wild, Hushpuppy.
Y a través de los ojos de la niña, el mundo adquiere significados distintos, y el relato se transforma, en el mejor ejemplo de que el realismo mágico, también tiene cabida en el cine.
Su ritmo posee una energía primitiva de supervivencia, que queda subrayada por la alusión a los “Aurochs” antecesores de los toros, que Zeitlin no consigue integrar satisfactoriamente a la trama.
“Everybody loses the thing that made them.
The brave men stay and watch it happen.
They don't run”
Beasts Of The Southern Wild cuenta la historia de una niña, que por las difíciles circunstancias que la rodean, tiene que hacerse mayor súbitamente, pero debe hacerlo, respetando la premisa fundamental de mantener no solo la coherencia consigo misma, sino también, con la naturaleza que la envuelve.
Para ello, deberá contrastar distintas posibilidades, con diferentes resultados:
Ser autosuficiente, y vivir y morir con dignidad, siendo en todo momento, ella misma, como ser humano y ser vivo, pero vivir en miseria y en completa ausencia de lujos.
Y someterse a la narcosis de la civilización contemporánea, anhelando un estado de bienestar económico perpetuo, y modelando sus sentimientos y valores, en función de las tendencias impuestas por el mercado, pero asumiendo el desmesurado coste, de perder las cualidades inequívocamente humanas, que nos hacen ser lo que somos.
En su mano esta, no solo perder la honorabilidad a la hora de morir, si no también, la dignidad con la que vivir.
A través de la curiosa mirada de Hushpuppy, encontramos belleza entre la chatarra y los escombros, utilizando su oído como un vínculo emocional, para escuchar los latidos del corazón de la vida alrededor.
Hushpuppy está en el centro de “The Bathtub”, intentando entender el mundo que la rodea, y descubriendo ese sentido de apego por su tierra, y por la naturaleza que caracteriza a su comunidad.
Sobreviviendo con pocos recursos, pero con un carácter forjado por años de luchar contra las adversidades, su padre Wink encarna el espíritu férreo de su pueblo, y cree que es su misión, lograr que su hija adquiera ese valor para que crezca con una personalidad que no permita que nada, de entre todo lo malo que puede suceder en su vida, la derrumbe.
El padre se preocupa en que su hija crezca fuerte e independiente, sin mostrar debilidad.
Que se identifique con la naturaleza, y busque su lado animal.
Y eso es lo que ella hace.
Hushpuppy lo aprende de la manera más radical y emotiva posible, a través de una de las relaciones padre - hija más volcánicas y poderosas del cine reciente, una trama que se ve beneficiada por el espectacular trabajo de Dwight Henry y Quvenzhané Wallis, la naturalidad, fuerza y energía que desprende la niña actriz es deslumbrante.
Esa pequeña Hushpuppy, con una actuación realmente fuera de serie, nos regala una de las mejores actuaciones infantiles, que hemos visto en mucho tiempo.
Por su parte, Wink como el padre, no pierde el ritmo, y nos deja perplejos con una actuación que mueve las fibras más sensibles de nuestra humanidad.
Wink desea inculcarle a su hija, la importancia de sobrevivir dentro de esta cruel realidad.
La falta de experiencia histriónica del actor Dwight Henry, queda evidente por su sobreactuada y monótona interpretación, que deja un vacío en la relación paterno filial, que representa el corazón de la historia.
Zeitlin es mucho más sabio en el manejo de Wallis, al no exigirle lo que no puede dar, obteniendo una magnética y genuina presencia en pantalla, que carga con Beasts Of The Southern Wild.
Sus costumbres y su forma de vida, son deplorables, pero es donde se han criado, y para ellos es normal.
Visto desde fuera, es una forma de salvajismo.
Solo hay que ver como comen, marisco crudo y pollos enteros sin cortar, directamente echados en una barbacoa.
Puede ser un padre loco, enfermo y borracho, que se pasa obligando a su hija a que se haga fuerte:
“Who is the man?
El futuro se debe construir, y nosotros tenemos mucho que decir al respecto.
Quizá para algunos de nosotros, tan ávidos de respuestas ante tanto desconcierto vital, dichas palabras nos parezcan exageradas, o acaso alejadas de cierto realismo.
De ello se trata, de intentar hacer realidad nuestra manera de enfrentarnos a la vida, y sobreponernos a ciertas circunstancias que nos sobrepasan, creyendo ilusamente, que toda posibilidad de cambio es imposible.
Cambio, palabra a un mismo tiempo, simple y compleja, implica darnos cuenta cuál es nuestra situación actual, ser conscientes que en nuestras manos está nuestro destino, y nuestra esperanza.
El clima de nuestro planeta permite a millares de seres, incluidos los hombres, vivir en su superficie.
Pero su equilibrio está amenazado.
La suerte de nuestro planeta parece encerrar una pequeña paradoja:
La misma cosa que permite que La Tierra sea un lugar habitable, algo así como un revestimiento hecho de gases y dióxido de carbono, está contemporáneamente amenazando su salud y la de sus pobladores.
Un 70% de la superficie del planeta está cubierta de agua.
El 97% es agua salada, y sólo un 3% es dulce.
En la actualidad, 1,200 millones de personas carecen de agua potable.
El 80% de los países posee sistemas inadecuados de distribución, y el 40% de la población tiene dificultades para satisfacer sus necesidades básicas.
Existen 200 cuencas internacionales a lo largo de las cuales, se distribuye el 40% de la población mundial.
El abastecimiento de más de 2,000 millones de personas depende del acuerdo, entre los distintos países, a la hora de compartir ese recurso vital, lo que provoca continuos conflictos.
Un bayou, de la voz choctaw, “bayuk”, que significa “arroyo” o “río pequeño” es un término geográfico, que en Louisiana, sirve para designar un cuerpo de agua formado por antiguos brazos, y meandros del río Mississippi.
Los bayous se localizan en la parte sur del estado, formando una red navegable de miles de kilómetros.
En los bayous, una corriente muy lenta, apenas perceptible, fluye hacia el mar durante la marea baja, y hacia arriba con la marea alta.
Un bayou está generalmente infestado de mosquitos, y otros insectos voladores.
Los bayous se encuentran, generalmente, en zonas muy llanas y en deltas.
En general, el agua que discurre en ellos se mueve mucho más despacio, que la del curso principal.
Por extensión, se llama “el bayou” a la gran región pantanosa del sur de Louisiana.
Este espacio anfibio fue ocupado por los acadianosfrancófonos, que vivían principalmente de los productos de la pesca y la caza.
“The whole universe depends on everything fitting together just right.
If one piece busts, even the smallest piece... the whole universe will get busted”
La vida es cambio constante, y por más que uno se empeñe en organizarla, y en hacer proyectos, surgen situaciones que impiden cumplir con las expectativas.
Algunos se adaptan mejor que otros, a las situaciones adversas, y hasta están quienes salen fortalecidos.
La actitud positiva es fundamental para vivir mejor, además de la creatividad a la que se apele para afrontar los obstáculos.
El cine contemporáneo por su parte, se ha visto inmerso en lo que se podría denominar las estrategias posmodernas.
Se desarrolla a partir de la combinación de elementos tanto de cine clásico como moderno, pero vistos desde una perspectiva diferente, desde una paradigmática e irónica realidad.
Hay momentos en el cine que están llenos de magia, en los que los sentimientos y las emociones, que nos hace sentir una película, trascienden su existencia como hecho audiovisual, y nos sentimos parte de la historia que estamos experimentando.
“When it all goes quiet behind my eyes, I see everything that made me flying around in invisible pieces”
Beasts Of The Southern Wild es una película de fantasía y drama, dirigida por Benh Zeitlin.
Protagonizada por Quvenzhané Wallis, Dwight Henry, Levy Easterly, Lowell Landes, Pamela Harper, Gina Montana, Nicholas Clark, Jovan Hathaway, entre otros.
El guión es de Benh Zeitlin y Lucy Alibar, basados en la obra de un solo acto, de Lucy Alibar “Juicy And Delicious”
Beasts Of The Southern Wild obtuvo 4 nominaciones al premio Oscar:
Mejor película, director, actriz (Wallis) y guión adaptado.
El director, coguionista y compositor del proyecto, crea en su ópera prima, un homenaje a Nueva Orleans, a través del mágico relato sobre la pérdida de la inocencia de una niña, y la necesidad de desarrollar un instinto de supervivencia, ante las diferentes desgracias que nos pueda traer la vida.
Beasts Of The Southern Wild no es otra cosa que un viaje iniciático en toda regla, la escenificación más verídica del rito de paso por antonomasia, que consiste en hacerse adulto; es un ejemplo perfecto que apela al lado humano, a los sentimientos, a los principios, y a las motivaciones de sus personajes para contarnos una historia ficticia, pero vestida en un traje de realidad.
Son películas como Beasts Of The Southern Wild, que salen de la nada, y nos sorprenden, son de esos golpes de los que no veíamos venir, y que nos pegan con una fuerza tal, que nos dejan apabullados, desconcertados, aturdidos.
Beasts Of The Southern Wild muestra la rebeldía social desde el punto de vista de una pequeña niña, con vertiginosos planos, con movimientos de cámara constantes, hay muchos planos subjetivos, y con una voz narradora, de la misma protagonista, que por momentos desconcierta un poco, pero que por otros, le aporta mucha verdad a la historia.
Todo esto, está acompañado por una metáfora visual muy bien lograda, en la que se puede ver a un grupo de bestias, la sociedad, reviviendo de los hielos, y yendo en busca de la familia, lo mejor de la película.
Beasts Of The Southern Wild es una representación pura y muy original, sobre la libertad y el crecimiento.
A todo esto, hay que añadir, que efectivamente, Beasts Of The Southern Wild no es una cinta para todos los gustos, pero yo recomendaría verla por su mensaje continuo, porque lo que se ve es una realidad.
Los polos se derriten, las islas desaparecen, y en ellas, hay gente que es incapaz de salir de allí por su arraigo.
Podrá gustar más o menos, pero a mi parecer, Beasts Of The Southern Wild es una película que todos tendrían que ver.
El guión de Benh Zeitlin y Lucy Alibar no tendría el mismo impacto, de no ser por las sorprendentes actuaciones de Quvenzhané Wallis y Dwight Henry, la niña y su padre en Beasts Of The Southern Wild, ambos actores naturales, que debutan en el cine, y la convierten en una historia sobre la valentía de un padre, de un pueblo y de una niña que descubrirá, habitando dentro de ella, a una bestia del salvaje sur.
A manera de curiosidad, la isla imaginario de Beasts Of The Southern Wild, “Isle de Charles Doucet” conocida por sus residentes como el “Bathtub”, fue inspirada por algunas comunidades de pesca independiente, amenazadas por la erosión, huracanes, y la subida de los niveles de agua en la parroquia de Terrebonne, en Louisiana, en particular la Isle de Jean Charles.
Beasts Of The Southern Wild fue filmada en el pueblo de la parroquia de Terrebonne Montegut, Louisiana.
Una de esas comunidades apartadas y amenazadas por distintos fenómenos de la naturaleza, como huracanes, y la subida del nivel del agua.
En la actualidad, ese lugar se encuentra conformado por casi igual área de agua, que de tierra firme.
Es increíble como una cámara puede retratar el alma humana, algo que no tiene forma ni color, pero que con un poco de imaginación y creatividad, toma forma y lo podemos ver tan claro, que hasta podríamos tocarlo.
De ahí el uso de la cámara a mano, que capta la fantástica cinematografía en 16mm de Ben Richardson, la constante narración de Hushpuppy (Wallis) y la estructura de carácter etéreo empleada por Zeitlin, evocan el estilo realista.
Beasts Of The Southern Wild es un filme que crece a medida que avanza, crece como película, y crece en emotividad, en fuerza.
A medida que vamos enfrentando una situación tras otra, vamos aprendiendo y entendiendo, a cada uno de estos personajes, que tienen mucho más que contar, que lo que se puede ver a simple vista.
Personajes marginados, que enfrentan la opresión y son puestos al límite, que en las condiciones más extremas, podemos ver su verdadera naturaleza, su verdadero ser interior.
Si Beasts Of The Southern Wild en su totalidad, es una excelente obra, la secuencia final del mismo, es en pocas palabras, un alarde de genialidad de su creador.
Haciendo gala de una fuerza visual impresionante, un score maravilloso, y una gran originalidad, historia contextualizada en un mundo ficticio, al borde del fin del mundo, en la cual tienen cabida animales mitológicos, enfermedades misteriosas y comunidades eremíticas, Beasts Of The Southern Wild intenta penetrar en el interior del espectador, siguiendo caminos olvidados.
En este sentido, los amantes de la psicología evolutiva y antropología, estarán de enhorabuena, porque Beasts Of The Southern Wild contiene grandes dosis de “pensamiento mágico” entendido como un estadio “Edénico” anterior al racionalismo determinista occidental, matarife último de la conexión con la “madre naturaleza”
Así, en este mundo, las personas pueden ser arboles, las tormentas se pueden matar a balazos, y las bombas deben ir en animales totémicos...
“My only purpose in life is to teach her how to make it”
Las aguas van a subir, los animales salvajes retornan de sus tumbas, y en el sur, todos los diques se hunden.
Hushpuppy (Wallis) es una intrépida niña de 6 años, que vive con su padre, Wink (Henry), en el “Bathtub”, una comunidad bayou ficticia, en una isla rodeada por agua creciente.
Wink le enseña a sobrevivir por sí misma, preparándola para cuando llegue el día en que él no pueda protegerla.
La pequeña Hushpuppy, desde su perspectiva infantil, narra una historia que traza obvias analogías, con la debacle dejada por el huracán Katrina en el 2005, en los estados sureños de Estados Unidos.
La fuerza de Hushpuppy es puesta a prueba, cuando Wink contrae una enfermedad misteriosa, y una tormenta inunda la comunidad, con la ayuda de un dique cercano, construido para separar la civilización de las zonas que quedarán anegadas tras el “eventual deshielo polar”
La pequeña comunidad sureña donde vive, con evidentes referencias al New Orleans del Katrina, ha dado la espalda al frenetismo del primer mundo, y está más preocupada por vivir al día, y disfrutar del momento, ante el peligro que los acecha.
En este mundo pre-apocalíptico con tintes distópicos, el universo depende de que cada pieza encaje en su lugar, algo que Beasts Of The Southern Wild logra en casi todo su metraje.
Pero la tormenta no es solo el fenómeno natural, la tormenta más fuerte que enfrentan nuestros personajes, es su condición humana, y a través de Hushpuppy y Wink, la vivimos y la hacemos nuestra.
En la rica imaginación de Hushpuppy, estos eventos están conectados al deshielo de los icebergs, que liberan a bestias arcaicas, jabalís gigantes llamados “Aurochs”
A pesar de los intentos de rescatar a la comunidad por parte del gobierno, Hushpuppy, Wink, y otros residentes, vuelven al “Bathtub”
Con la llegada de los “Aurochs” y el empeoramiento de la salud de su padre, Hushpuppy busca a su madre, que huyó “nadando”, en busca de tiempos mejores cuando ella era aún muy joven para recordar su rostro.
La ausencia de su madre, y la dura relación con su complicado padre, no hacen que Hushpuppy tenga una visión negra del mundo, pero sin duda, sí le aportan un ángulo diferente para ver las cosas.
Así nos lo hace notar, con la narración que hace de la vida que comparte junto a su padre.
Pero aunque su vida nunca ha sido un camino de rosas, la vida de Hushpuppy puede ir peor, mucho peor.
Así, continuando con la búsqueda de la madre, Hushpuppy culminará ese viaje de ida y vuelta, en pos de la recuperación de todas las piezas, de ese mundo que cree haber roto en pedazos tan pequeños, que su reparación nunca será definitiva.
Finalmente, este retorno al hogar, supone el abrazo definitivo a la postura unificadora de los 2 grandes pilares en choque, madre y padre; civilización y barbarie; vida y muerte; y como juez, jurado y ejecutor, una naturaleza desatada, catalizadora inicial a través de la tormenta, y finalmente a través de los legendarios “Aurochs”, todo ello forma una estructura circular, que esconde en realidad, una verdad que la niña va sembrando a lo largo de su narración, para establecerla de manera concluyente al final:
“Veo que soy una pequeña pieza de un gran, gran universo, y así es como debe ser”
Beasts Of The Southern Wild está construida como si se tratase de un sueño, con elementos fantásticos, como las bestias de antaño, que aparecen temprano en la trama, que Hushpuppy utiliza de alguna forma, para enfrentarse a su tétrico entorno.
Hushpuppy es una niña, quien no solo narra en off algunos puntos importantes de su vida, sino que se emociona, y expresa con realismo, los sentimientos reprimidos que tiene.
La actriz Quvenzhané Wallis, sorprende por cómo maneja su cuerpo para transmitir la personalidad de su papel, la rebeldía, y por la conexión que entabló con Dwight Henry, quien hace de su padre.
Este actor posee un rol complicado, ya que esconde una enfermedad, trata de enseñarle en poco tiempo, los riesgos de la vida, y tiene un carácter fuerte y violento, como realismo, está muy bien interpretado.
“The Bathtub” es como los habitantes nombraron a su pequeña isla cercana a la parte continental del sur de Estados Unidos.
Con los polos derritiéndose, se cree que el nivel del agua subirá, y la isla quedará bajo él, lo cual alarma a una parte de la comunidad.
Pero esto podría ser una historia más de crónica social, si no estuviera contada por esta niña de 6 años, el alma y el corazón de Beasts Of The Southern Wild, Hushpuppy.
Y a través de los ojos de la niña, el mundo adquiere significados distintos, y el relato se transforma, en el mejor ejemplo de que el realismo mágico, también tiene cabida en el cine.
Su ritmo posee una energía primitiva de supervivencia, que queda subrayada por la alusión a los “Aurochs” antecesores de los toros, que Zeitlin no consigue integrar satisfactoriamente a la trama.
“Everybody loses the thing that made them.
The brave men stay and watch it happen.
They don't run”
Beasts Of The Southern Wild cuenta la historia de una niña, que por las difíciles circunstancias que la rodean, tiene que hacerse mayor súbitamente, pero debe hacerlo, respetando la premisa fundamental de mantener no solo la coherencia consigo misma, sino también, con la naturaleza que la envuelve.
Para ello, deberá contrastar distintas posibilidades, con diferentes resultados:
Ser autosuficiente, y vivir y morir con dignidad, siendo en todo momento, ella misma, como ser humano y ser vivo, pero vivir en miseria y en completa ausencia de lujos.
Y someterse a la narcosis de la civilización contemporánea, anhelando un estado de bienestar económico perpetuo, y modelando sus sentimientos y valores, en función de las tendencias impuestas por el mercado, pero asumiendo el desmesurado coste, de perder las cualidades inequívocamente humanas, que nos hacen ser lo que somos.
En su mano esta, no solo perder la honorabilidad a la hora de morir, si no también, la dignidad con la que vivir.
A través de la curiosa mirada de Hushpuppy, encontramos belleza entre la chatarra y los escombros, utilizando su oído como un vínculo emocional, para escuchar los latidos del corazón de la vida alrededor.
Hushpuppy está en el centro de “The Bathtub”, intentando entender el mundo que la rodea, y descubriendo ese sentido de apego por su tierra, y por la naturaleza que caracteriza a su comunidad.
Sobreviviendo con pocos recursos, pero con un carácter forjado por años de luchar contra las adversidades, su padre Wink encarna el espíritu férreo de su pueblo, y cree que es su misión, lograr que su hija adquiera ese valor para que crezca con una personalidad que no permita que nada, de entre todo lo malo que puede suceder en su vida, la derrumbe.
El padre se preocupa en que su hija crezca fuerte e independiente, sin mostrar debilidad.
Que se identifique con la naturaleza, y busque su lado animal.
Y eso es lo que ella hace.
Hushpuppy lo aprende de la manera más radical y emotiva posible, a través de una de las relaciones padre - hija más volcánicas y poderosas del cine reciente, una trama que se ve beneficiada por el espectacular trabajo de Dwight Henry y Quvenzhané Wallis, la naturalidad, fuerza y energía que desprende la niña actriz es deslumbrante.
Esa pequeña Hushpuppy, con una actuación realmente fuera de serie, nos regala una de las mejores actuaciones infantiles, que hemos visto en mucho tiempo.
Por su parte, Wink como el padre, no pierde el ritmo, y nos deja perplejos con una actuación que mueve las fibras más sensibles de nuestra humanidad.
Wink desea inculcarle a su hija, la importancia de sobrevivir dentro de esta cruel realidad.
La falta de experiencia histriónica del actor Dwight Henry, queda evidente por su sobreactuada y monótona interpretación, que deja un vacío en la relación paterno filial, que representa el corazón de la historia.
Zeitlin es mucho más sabio en el manejo de Wallis, al no exigirle lo que no puede dar, obteniendo una magnética y genuina presencia en pantalla, que carga con Beasts Of The Southern Wild.
Sus costumbres y su forma de vida, son deplorables, pero es donde se han criado, y para ellos es normal.
Visto desde fuera, es una forma de salvajismo.
Solo hay que ver como comen, marisco crudo y pollos enteros sin cortar, directamente echados en una barbacoa.
Puede ser un padre loco, enfermo y borracho, que se pasa obligando a su hija a que se haga fuerte:
“Who is the man?
Who is the man?!”
Y venga a darle bofetones, a emborracharse, y a desaparecer de casa.
Luego tenemos desconcertantes imágenes de jabalíes gigantes, arrasando todo a su paso, que esto debe ser una metáfora de Occidente, masacrando a los pobres, o eso de que “el hombre es un lobo para el hombre”, aunque en este caso sería que “el hombre es un jabalí para el hombre”
Sin embargo, no niego el poder de sus imágenes, ni la fuerza de la niña protagonista,
Pero esa forma de salvajismo, es como en otras historias, comparada a la forma de vida que pueden tener los de la ciudad.
Cuando el grupo de supervivientes es llevado al refugio médico, se sienten esclavizados.
En el caso del padre, atado a una máquina y cama.
La pequeña, rodeada de niños gritones, que no tienen ni un ápice de madurez, lo demás se le vuelve extraño.
No era un lugar para los protagonistas de Beasts Of The Southern Wild.
“The Bathtub has more holidays than the whole rest of the world”
Por otra parte, buenísima la escena, cuando el padre enseña a la hija a pescar con la mano.
Todo esto ocurre, porque sabe que acabará muriendo, y quiere que Hushpuppy aprenda por sí misma, a valerse sola.
De ahí la dureza e insistencia en el trato del adulto.
Pero alguien podría decir, que la niña vivía torturada u obligada…
Sin embargo, la respuesta la obtenemos cuando ella, y 3 amigas más, van en busca de sus madres.
Llegan a un burdel, donde son tratadas con cariño, y tras darle de comer a Hushpuppy, y estar bailando con una de las mujeres, ella, que es la madre aunque lo desconoce, le dice que se puede quedar allí con ella, donde viviría mejor.
Es ahí, cuando la pequeña valora como una adulta, cuando dice que solo 2 veces la han cogido en brazos en su vida.
En ese momento, la gracia se presenta, pero ya la naturaleza se ha perpetuado, y ha invadido el espíritu y el alma.
Y es entonces, cuando recuerda a su padre, que fue quien la cogió en brazos recién nacida, y que a fin de cuentas, ha sido quien la ha criado toda la vida, ya que su madre se fue y los dejó.
La joven Hushpuppy decide con madurez volver a casa, con su padre, y seguir siendo una superviviente.
No obstante, hay varias cosas que me molestan de Beasts Of The Southern Wild:
En primer lugar, la manía de conseguir belleza y esperanza de personajes poco amables, y de espacios harto desagradables, algo que ya veíamos en otra pieza afroamericana de Oscar:
“Precious: Based On The Novel “Push” By Sapphire” (2009)
En segundo lugar, la recurrida estrategia de ciertos guionistas de contar el relato desde la perspectiva, y la voz narradora de un niño, algo que a base de tanto uso y abuso, acaba por cansar; pero la cosa va más lejos, cuando Zeitlin trata de introducir un pequeño elemento fantástico, a modo de punto de vista de la niña, una especie de fantasía recurrente, en la que unos jabalíes gigantes, amenazan con acercarse al pueblo en el que vive ésta; y por último, la intensidad de la cámara en mano…
Por otro lado, el director se implicó en la banda sonora junto a Dan Romer.
El resultado ha sido un score magnífico, aunque algo corto, en vista de su repetición, pero muy bien planteado.
Resulta nostálgico, triste y a veces alentador.
El uso electrónico y de xilófonos, es muy acertado.
“Strong animals know when your hearts are weak”
Beasts Of The Southern Wild es una película que te hace pensar y meditar.
¿Por qué si somos habitantes de un entorno tan perfecto, tenemos que adaptarlo a nuestros?
Y lo más fuerte, que una niña vea el equilibrio de la vida, mientras nosotros cerramos los ojos.
El debut cinematográfico de Benh Zeitlin, no es más que una intensa representación de la defensa de una forma de vida, con una fotografía muy arriesgada, con un gran trabajo realizado en el elenco, en especial en la pequeña protagonista, y con una historia que toca con profundidad, la pérdida de un ser querido, las desigualdades sociales, la enfermedad y la búsqueda de la libertad; sobre el poder, las actitudes, la familia y sobre la paternidad.
Y es en ese cruce de caminos, entre entender su lugar en la comunidad, y en el planeta, y adquirir esa necesaria valentía frente a la vida, que Hushpuppy se encuentra, y nos ofrece unas reflexiones que, bajo el disfraz de la inocencia infantil, esconden un significado más profundo.
Lo que hace Beasts Of The Southern Wild es sacralizar la fuerza y la dignidad del lado salvaje del hombre, considerándolo como el último resquicio, donde la inocencia vestida de pureza y virtud, puede refugiarse de la ponzoña vertida por las sociedades globalizadas y tecnócratas imperantes.
Hay gente que cuando la sacas de un sitio, no sabe vivir.
Y es el caso de éstas personas, que bajo sus pésimas condiciones, sienten estar en el paraíso, por su libertad, y porque saben valerse de ellos mismos.
La grandeza de Beasts Of The Southern Wild, es como logra relacionar los aspectos naturales, y las condiciones en que viven los personajes, y extrapolarlos al plano humano, a la resistencia natural e inevitable, que tenemos cada uno de nosotros en nuestro código genético.
Resistencia a perder lo que consideramos nuestro, resistencia a perder a nuestros seres queridos, resistencia al cambio, y sobre todo, resistencia a lo más natural de todo, la muerte.
“In a million years, when kids go to school, they gonna know:
Once there was a Hushpuppy, and she lived with her daddy in The Bathtub”
Y venga a darle bofetones, a emborracharse, y a desaparecer de casa.
Luego tenemos desconcertantes imágenes de jabalíes gigantes, arrasando todo a su paso, que esto debe ser una metáfora de Occidente, masacrando a los pobres, o eso de que “el hombre es un lobo para el hombre”, aunque en este caso sería que “el hombre es un jabalí para el hombre”
Sin embargo, no niego el poder de sus imágenes, ni la fuerza de la niña protagonista,
Pero esa forma de salvajismo, es como en otras historias, comparada a la forma de vida que pueden tener los de la ciudad.
Cuando el grupo de supervivientes es llevado al refugio médico, se sienten esclavizados.
En el caso del padre, atado a una máquina y cama.
La pequeña, rodeada de niños gritones, que no tienen ni un ápice de madurez, lo demás se le vuelve extraño.
No era un lugar para los protagonistas de Beasts Of The Southern Wild.
“The Bathtub has more holidays than the whole rest of the world”
Por otra parte, buenísima la escena, cuando el padre enseña a la hija a pescar con la mano.
Todo esto ocurre, porque sabe que acabará muriendo, y quiere que Hushpuppy aprenda por sí misma, a valerse sola.
De ahí la dureza e insistencia en el trato del adulto.
Pero alguien podría decir, que la niña vivía torturada u obligada…
Sin embargo, la respuesta la obtenemos cuando ella, y 3 amigas más, van en busca de sus madres.
Llegan a un burdel, donde son tratadas con cariño, y tras darle de comer a Hushpuppy, y estar bailando con una de las mujeres, ella, que es la madre aunque lo desconoce, le dice que se puede quedar allí con ella, donde viviría mejor.
Es ahí, cuando la pequeña valora como una adulta, cuando dice que solo 2 veces la han cogido en brazos en su vida.
En ese momento, la gracia se presenta, pero ya la naturaleza se ha perpetuado, y ha invadido el espíritu y el alma.
Y es entonces, cuando recuerda a su padre, que fue quien la cogió en brazos recién nacida, y que a fin de cuentas, ha sido quien la ha criado toda la vida, ya que su madre se fue y los dejó.
La joven Hushpuppy decide con madurez volver a casa, con su padre, y seguir siendo una superviviente.
No obstante, hay varias cosas que me molestan de Beasts Of The Southern Wild:
En primer lugar, la manía de conseguir belleza y esperanza de personajes poco amables, y de espacios harto desagradables, algo que ya veíamos en otra pieza afroamericana de Oscar:
“Precious: Based On The Novel “Push” By Sapphire” (2009)
En segundo lugar, la recurrida estrategia de ciertos guionistas de contar el relato desde la perspectiva, y la voz narradora de un niño, algo que a base de tanto uso y abuso, acaba por cansar; pero la cosa va más lejos, cuando Zeitlin trata de introducir un pequeño elemento fantástico, a modo de punto de vista de la niña, una especie de fantasía recurrente, en la que unos jabalíes gigantes, amenazan con acercarse al pueblo en el que vive ésta; y por último, la intensidad de la cámara en mano…
Por otro lado, el director se implicó en la banda sonora junto a Dan Romer.
El resultado ha sido un score magnífico, aunque algo corto, en vista de su repetición, pero muy bien planteado.
Resulta nostálgico, triste y a veces alentador.
El uso electrónico y de xilófonos, es muy acertado.
“Strong animals know when your hearts are weak”
Beasts Of The Southern Wild es una película que te hace pensar y meditar.
¿Por qué si somos habitantes de un entorno tan perfecto, tenemos que adaptarlo a nuestros?
Y lo más fuerte, que una niña vea el equilibrio de la vida, mientras nosotros cerramos los ojos.
El debut cinematográfico de Benh Zeitlin, no es más que una intensa representación de la defensa de una forma de vida, con una fotografía muy arriesgada, con un gran trabajo realizado en el elenco, en especial en la pequeña protagonista, y con una historia que toca con profundidad, la pérdida de un ser querido, las desigualdades sociales, la enfermedad y la búsqueda de la libertad; sobre el poder, las actitudes, la familia y sobre la paternidad.
Y es en ese cruce de caminos, entre entender su lugar en la comunidad, y en el planeta, y adquirir esa necesaria valentía frente a la vida, que Hushpuppy se encuentra, y nos ofrece unas reflexiones que, bajo el disfraz de la inocencia infantil, esconden un significado más profundo.
Lo que hace Beasts Of The Southern Wild es sacralizar la fuerza y la dignidad del lado salvaje del hombre, considerándolo como el último resquicio, donde la inocencia vestida de pureza y virtud, puede refugiarse de la ponzoña vertida por las sociedades globalizadas y tecnócratas imperantes.
Hay gente que cuando la sacas de un sitio, no sabe vivir.
Y es el caso de éstas personas, que bajo sus pésimas condiciones, sienten estar en el paraíso, por su libertad, y porque saben valerse de ellos mismos.
La grandeza de Beasts Of The Southern Wild, es como logra relacionar los aspectos naturales, y las condiciones en que viven los personajes, y extrapolarlos al plano humano, a la resistencia natural e inevitable, que tenemos cada uno de nosotros en nuestro código genético.
Resistencia a perder lo que consideramos nuestro, resistencia a perder a nuestros seres queridos, resistencia al cambio, y sobre todo, resistencia a lo más natural de todo, la muerte.
“In a million years, when kids go to school, they gonna know:
Once there was a Hushpuppy, and she lived with her daddy in The Bathtub”
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