The Bride Of Frankenstein

“Warning!
The Monster demands a Mate!”

La criatura de Frankenstein, uno de los iconos más importantes de la literatura y el cine universales, y figura central de películas, nació en la mente de Mary Wollstonecraft Godwin, posteriormente Mary Shelley, durante un sueño que tuvo una noche de 1816.
La historia es bastante conocida:
Ella, su futuro marido Percy Shelley, y el médico y escritor, J. W. Polidori, entre otros, eran los ilustres invitados de Lord Byron en la Villa Diodati, a orillas del Lago de Ginebra, en Suiza.
Debido a la erupción del volcán Tambora, en Indonesia, ese fue “el año que no hubo verano”, y las continuas tormentas veraniegas, les obligaron a permanecer diversos días recluidos en el interior de la casa, compartiendo la lectura de diversas obras de la literatura gótica alemana al calor del fuego.
Una noche, el excéntrico Lord Byron propuso que cada uno de ellos escribiera una historia de espanto, y fue así cómo días más tarde, sumándose a las particulares circunstancias de aquellos días, ciertas conversaciones acerca de temas escabrosos, relacionados con los misterios de la alquimia, y las posibilidades de devolver vida a los cuerpos fallecidos, todo acabó confluyendo en la mente de la futura escritora, durante la noche del 21 al 22 de Junio, de 1816.
Terminada, y finalmente publicada 2 años más tarde, gracias a la ayuda de Percy, la novela “Frankenstein o el Moderno Prometeo” desvelaría el lado más oscuro del alma humana, mediante una historia que sorprendería, y aterrorizaría a generaciones de lectores, y a la cual, se le nota una especial sensibilidad femenina en su reflexiones sobre la soledad, y el desprecio social que hace que nos compadezcamos más del ser, que de su creador.
A lo largo del tiempo, muchas fueron las piezas que adaptaron la obra en la escena teatral, desde el mismo año de su publicación.
Shelley sentenció claramente, la necesidad sobrehumana del amor…
De la compañía para el inhumano, e incomprendido monstruo; con una compañera.
“She's alive!
Alive!”
The Bride Of Frankenstein es una película de terror, y ciencia ficción, dirigida por James Whale, y estrenada en 1935.
Protagonizada por Boris Karloff, Colin Clive, Valerie Hobson, Elsa Lanchester, Ernest Thesiger, Dwight Frye, entre otros.
The Bride Of Frankenstein estuvo nominada al Oscar como mejor sonido.
The Bride Of Frankenstein es la secuela de “Frankenstein” (1931) y cuenta con un guión escrito por John L. Balderston y William Hurlbut; siendo una de las mejores secuelas de la historia del cine de terror, de hecho, una de las primeras secuelas que se hacían en toda la historia del cine.
James Whale desarrolla aquí una historia apasionante, con mucho humor y terror, y con una secuencia memorable cerca del final.
El nombre de la película “The Bride Of Frankenstein” sugiere de que en ese entonces, la gente ocupaba la palabra “Frankenstein” para referirse al monstruo, y no para el doctor.
El relato pone de manifiesto las limitaciones del género humano; la ambición del hombre de ser igual a Dios; la lucha ancestral contra la muerte; las consecuencias del avance científico, etc.
Trata de la intolerancia, la discriminación, la soledad, la amistad, la exclusión.
Al amparo del exotismo y el terror, aporta referencias, no advertidas por la censura, sobre la homosexualidad, la necrofilia, la blasfemia.
En un plano contrapicado, la imagen del monstruo parece la del crucificado, por ejemplo.
Además, desde los efectos especiales, y el apartado estético, es sumamente atrayente, posee una conseguida ambientación desde los escenarios, tantos artificiales como naturales, aunque la mayoría derivan de una asombrosa decoración de sets de filmación.
La puesta en escena también no tiene desperdicio, la iconografía en el diseño de los personajes, forman parte ya del acervo cinematográfico del género de terror, y la atmósfera gótica, donde la trama se desarrolla, acentúa aún más el tono necrófilo y perverso considerablemente atrayente de la obra.
Además de retomar algunos aspectos del libro, que habían quedado relegados en el film anterior, como el encuentro con el ermitaño ciego, los homúnculos, esta nueva adaptación se alza en un paseo por el amor y la muerte, que potencia la imagen de la criatura como un ser solitario y despreciado por la sociedad, una crítica a la intolerancia, que es interpretada por muchos analistas como un canto a la tolerancia por parte de Whale, cuya homosexualidad nunca fue un secreto, y una relativa humanización de la imagen del Dr. Frankenstein, además de incorporar nuevos personajes que aportan novedad y equilibrio a la trama.
The Bride Of Frankenstein se introduce con una muy bien lograda escena:
La autora de la novela original, Mary Shelley, relata a 2 personas, la continuación de su historia, haciendo un pequeño repaso por los hechos ocurridos en “Frankenstein” (1931)
Luego de unos pocos minutos, la narración se sumerge en las palabras de la mujer, y empieza a desarrollar el argumento y el conflicto principal. ´
El tono de esta propuesta es un poco diferente al de la película antecesora.
Hay mucho humor, y emoción, además del romance que sí estaba presente en el film de 1931.
El terror sigue presente, y se puede apreciar en casi toda la narración, pero también es una comedia, lo que le aporta un entretenimiento mayor, y un sentido mejor logrado en los cambios que van apareciendo en el monstruo.
The Bride Of Frankenstein es una historia sobre el amor, sobre la amistad, y sobre los límites del ser humano al jugar a ser Dios.
Whale se negaba a que en The Bride Of Frankenstein la criatura se limitara a hacer las mismas cosas que en la primera, de modo que se la planteó como un paso más en su lógica evolución como personaje.
Así, el monstruo aprendería a hablar, igual que en el libro, acercándose a la especie humana, y dando pie a que el público se identificara más con él.
La criatura presenta también algunos cambios:
Aquí pronuncia palabras, y mantiene un contacto sentimental con cada una de las personas que están dispuestas a ayudarlo, mientras que asusta y lastima físicamente, a quienes no lo hacen.
Va en busca de una compañera, de un ser como él, que lo comprenda, y que lo quiera.
A su vez, y como lo anticipa su título, The Bride Of Frankenstein introduce nuevos roles:
La novia y un poderoso doctor.
El hombre es el encargado de darle el toque extraño y oscuro al relato.
Las expresiones de Ernest Thesiger (Doctor Pretorius) y los movimientos de su cuerpo, manifiestan una ansiedad muy bien lograda.
La mujer/Novia es un rol que presenta muchas características:
Es sumamente misteriosa, nunca se sabe demasiado de ella, es hermosa, algo particular, ya que supuestamente fue creada con partes de cuerpos, y presenta un diseño impecable:
Vestuario y maquillaje, inspirados en Nefertiti, Reina de Egipto.
Aparece cerca del final, después de una secuencia que forma parte de las mejores escenas de la historia del género; los primeros planos de los Doctores, las chispas, los enormes mecanismos, y ella acostada como si fuese una momia, esperando el golpe de electricidad para darle vida.
No obstante, el mayor problema para los guionistas fue, sin duda, hallar una explicación no demasiado grosera, para la reaparición del supuestamente fallecido monstruo.
Finalmente, la solución fue incluir un prólogo en el que aparecen Lord Byron (Gavin Gordon), Percy Bysshe Shelley (Douglas Walton) y la joven Mary Godwin (Elsa Lanchester), revelándose así la naturaleza puramente de ficción, de todo lo acaecido en la anterior película.
La historia narrada en “Frankenstein” (1931) resulta de esa forma presentada, nada más que como un cuento nocturno, contado por la futura novelista para entretener a sus compañeros.
Gracias a esta pirueta dramática, Whale quedaba con las manos libres para dirigir esta segunda película The Bride Of Frankenstein, por los derroteros que más le interesasen, sin atender a ninguna de las engorrosas convenciones propias de las segundas partes.
Ahora bien, el realizador no olvidaba que, aparte de sus fantasías personales, debía introducir en el largometraje, elementos del más puro terror, que era al fin y al cabo, lo que la gente deseaba ver.
“My experiments did not turn out quite like yours Henry.
But Science, like love, has her little surprises, as you shall see”
The Bride Of Frankenstein tiene lugar en Suiza, entre 1816 y 1817; y arranca con un prólogo imposible, pero encantador, que sucede durante una de las legendarias veladas románticas entre el poeta Percy Bysshe Shelley, su amante Mary y Lord Byron, entre otros, en Villa Diodati, Suiza.
En la escena, Lord Byron alienta a la autora de la novela, con la frase:
“Cuéntanos tus infiernos mientras el cielo brama”, en referencia a la terrorífica tormenta que observamos a través de los ventanales.
Y vemos al Doctor Frankenstein (Colin Clive) en su lucha contra su propia creación, y con las consecuencias que tuvo para otras personas.
Como en la vida misma, los fantasmas del pasado a veces no nos dejan en paz.
En esta ocasión, el monstruo creado por el doctor Frankenstein (Boris Karloff), logra escapar de su fatal destino.
Huyendo de sus perseguidores, busca refugio en la cabaña de un ermitaño ciego (O.P. Heggie)
En otro lugar, el doctor Pretorius (Ernest Thesiger), un sabio que ha elaborado ya varios homúnculos, convence a Víctor Frankenstein para que colabore en la creación de una compañera para el monstruo.
La idea de Pretorius es unir a la infeliz pareja y, de este modo, dar inicio a una nueva raza.
Dará al traste con este propósito la nueva Criatura (Elsa Lanchester), horrorizada ante la visión del monstruo.
The Bride Of Frankenstein sufrió notables modificaciones antes de su estreno en salas comerciales.
Los 15 minutos mutilados contenían, por ejemplo, secuencias alusivas a la vida escandalosa de Byron y sus amigos, así como un final, bien poco semejante al visto más tarde en las pantallas, con el doctor Harry y su prometida muertos entre los escombros del laboratorio.
Se asegura, que aún subsiste algún plano, en el que se distingue el cadáver de Henry Frankenstein entre las ruinas.
Algunos de estos recortes, reaparecerían posteriormente, bajo la forma de flash-backs en películas como:
“The Ghost Of Frankenstein” (1942) o “House Of Dracula” (1945), ambas de Erle C. Kenton.
Asimismo, a manera de curiosidad, y por presentar otra muestra de la política ahorrativa de la Universal, la excelente partitura de Franz Waxman, fue reutilizada en los seriales de “Flash Gordon” y “Buck Rogers”
Además, la censura hizo reducir la cantidad de muertes; de 21 en el guión original, hasta sólo 10.
“A Mate... For The Monster!”
El reparto para The Bride Of Frankenstein fue elegido por el director, antes incluso de que el guión estuviera acabado.
Karloff y Clive repetirían sus papeles como criatura y doctor respectivamente.
A estos, se añadirían las impagables presencias de Una Q'Connor y Ernest Thesiger, quien daría vida al doctor Pretorius, el villano de la función, en una escena que seguro que William Friedkin homenajeó en la magnífica presentación del Padre Merrin, en su obra maestra “The Exorcist” (1973)
Así hace acto de presencia, el misterioso Doctor Pretorius, que es la gran novedad en The Bride Of Frankenstein, y probablemente, el mejor personaje de la misma.
Con un aspecto y presencia, que recuerda vivamente a algunos personajes clásicos del expresionismo alemán, Pretorius es quien sucede a Henry Frankenstein, en el papel del ambicioso sin límites de turno que jugará a ser Dios, sólo que esta vez, alcanzando un nivel superior al sustituir el, en cierto modo inocente, afán de curiosidad del primero, por las viles intenciones del segundo, de llevar a cabo un plan maquiavélico, para el que necesitará indefectiblemente, la colaboración de Henry.
Sin embargo, el personaje del joven Doctor Frankenstein ha sufrido un proceso de humanización desde el final de la anterior película.
Conocedor de la terrible maldición que derivó de sus acciones pasadas, es mostrado como un personaje traumatizado, y atemorizado, cuyas prioridades son ahora inversas, y que sólo se verá obligado a volver, tras sus propios e imprudentes pasos, cuando peligre lo que más desea proteger:
El amor de Elizabeth (Valerie Hobson, sustituyendo a Mae Clarke, del primer film)
Sin embargo, es la Criatura, protagonista absoluto de The Bride Of Frankenstein, quien continúa y concluye su arco dramático, evolucionando como personaje de una manera más notable que cualquier otro, y resuelta con brillo y sencillez.
En The Bride Of Frankenstein, el monstruo aprende a hablar, aprende a querer, aprende a necesitar… y finalmente, aprende lo que significa ser necesitado.
Se potencia, de este modo, el carácter crítico con el egoísmo de la sociedad, ya presente en la novela de Shelley, hasta el punto de aportarle al monstruo, un carácter de mártir, no exento de cierta ironía religiosa, mostrándolo en multitud de ocasiones, como si se tratara de un Jesucristo amorfo, que incluso en cierta escena, es casi crucificado.
De hecho, ya sea mediante secuencias simbólicas, como las referidas, o la aparición en pantalla de ciertos objetos, e indumentarias, The Bride Of Frankenstein está repleta de imaginería religiosa por los cuatro costados, alcanzando una presencia más intensa; durante una de sus secuencias más bellas y, al mismo tiempo, tristes:
Su corta estancia en la casa del solitario ciego, el único que, a falta de visión, logra ver a la Criatura en su interior de niño solitario, donde el monstruo, sin ir más lejos, experimenta y acepta la “Primera Comunión” durante un almuerzo al que no le faltan detalles de la “Última Cena”
En The Bride Of Frankenstein, se puede apreciar el fantástico trabajo de Boris Karloff encarnando al monstruo.
El actor le brindó emoción y expresiones conmovedoras, que hacen cambiar el perfil del villano que mata por matar, y lo convierte en un personaje solitario e incomprendido.
“We belong dead!”
La evolución de Frankenstein, o el Monstruo, es muy evidente en The Bride Of Frankenstein, y un factor que le suma muchos puntos a su favor, no solo aprende a hablar, o decir costosamente algunas palabras, con esto también se muestra capacitado de expresar sus propios sentimientos, haciendo que la imagen del monstruo sea mejor acogida por la cultura popular, además de mostrar los mismos defectos, y virtudes que cualquier persona, le gusta comer, fumar y beber vino, pero también tiene otras necesidades, tener amigos, y amar a una mujer son algunos de los intereses que Frankenstein da a conocer, dejando en claro que este monstruo es tan sensible, y frágil como cualquier persona.
También, es crucial mencionar la interpretación; el grado de vileza, egoísmo y manipulación que alcanza Pretorius, en su irrefrenable carrera hacia sus objetivos, se retrata de una manera ejemplar, apoyada por la potente actuación del espectacular Boris Karloff.
A partir de este momento, y por si nos quedaba alguna duda, estamos totalmente convencidos de que nada podrá detener la determinación del maléfico villano.
Pero acerquémonos por un momento al quid de la cuestión:
La “novia” que nos prometía el título, como símbolo de la humanización del monstruo.
Ella aparece en escena, entre impactantes explosiones eléctricas y rebuscados planos aberrados.
Se trata de Elsa Manchester, a quien ya habíamos visto como Mary Shelley en el prólogo de The Bride Of Frankenstein.
Sus movimientos robóticos al surgir tras las vendas, su expresión de espanto inundando los enormes ojos, incapaces de descubrir al ser sensible que se esconde tras el monstruo y, cómo no, el peinado imposible con sus zigzagueantes mechas blancas, se han convertido por derecho propio, en una imagen recurrente y obligatoria en la historia del cine.
La novia se inspira en María, la mujer artificial de “Metropolis” (1927) de Fritz Lang.
De “Metropolis” (1921), toma la plataforma que eleva a la novia a la altura de los rayos, para que la electricidad natural le dé la vida.
La imagen de la novia ha pasado a formar parte de la iconografía imperecedera del cine; y curiosamente ella sea algo casi inexistente en The Bride Of Frankenstein, ya que aparece en los últimos 15 minutos, y rápidamente se desasen de ella, y al mismo tiempo también, se da a entender que Frankenstein, el monstruo, también muere.
“I cannot see and you cannot speak”
Cabe destacar en The Bride Of Frankenstein, la extraña secuencia de los homúnculos en las botellas, en la que el doctor muestra sus pequeñas creaciones, encerradas en unos botes de cristal cilíndricos.
En ellos observamos, igual de fascinados que Henry Frankenstein, unos diminutos personajes vivos, que luchan por escapar de su encierro, ante el placer de Pretorius.
El término homúnculo, del latín homunculus, “hombrecillo”, a veces escrito homonculus, es el diminutivo del doble de un humano, y se usa frecuentemente, para ilustrar el misterio de un proceso importante en alquimia.
En el sentido hermético, es un actor primordial incognoscible, puede ser visto como una entidad, o agente.
El proceso para crear esta entidad, es simbólico para los alquimistas.
El término “homúnculo” fue posteriormente usado en la discusión de la concepción y el nacimiento.
En 1694, Nicolas Hartsoeker descubrió “animalúnculos” en el esperma de humanos y otros animales.
La escasa resolución de aquellos primeros microscopios, hizo parecer que la cabeza del espermatozoide era un hombre completo en miniatura.
A raíz de ahí, se desataron las teorías que afirmaban, que el esperma era de hecho un “hombre pequeño” (homúnculo), que se ponía dentro de una mujer para que creciese hasta ser un niño; éstos llegarían más tarde, a ser conocidos como los “espermistas”
Se pensaba que, ya desde Adán, estaba enclaustrada toda la humanidad, que se iría transmitiendo a su descendencia.
Esta teoría biológica, permitía explicar de forma coherente, muchos de los misterios de la concepción, por ejemplo:
Por qué necesita de dos personas.
Sin embargo, más tarde se señaló, que si el esperma era un homúnculo, idéntico a un adulto en todo, salvo en el tamaño, entonces el homúnculo debía tener su propio esperma.
Esto llevó a una reducción al absurdo, con una cadena de homúnculos “siempre hacia abajo”
En su estudio original, sobre la novela de la inglesa Mary Shelley “Frankenstein” se señala que el padre de Shelley, William Godwin, y su marido, Percy Bysshe Shelley, estaban bastante familiarizados con la vida y obra de alquimistas, como Paracelso y otros; también se sugiere, que Johann Conrad Dippel, un alquimista nacido en el Castillo Frankenstein, de quien cree que puede haber sido la inspiración para el Doctor Frankenstein, fue un estudiante del Doctor David Christianus, esto trae a colación, el conocimiento de Mary sobre los homúnculos, para su detalle en la novela.
Lejos de lo que podría parecer, al visionar esta curiosa escena, The Bride Of Frankenstein se basa en ideas de la escritora.
Como cité, Shelley ya hablaba de homúnculos en su novela, lo que, por otra parte, demuestra el gran conocimiento que tenían los guionistas, y Whale sobre la obra:
El mito de la vida artificial, los roles de cada uno de los homúnculos, creados por Pretorius, no son tan inocentes como parecen, sino que por el contrario, representan distintos estereotipos relacionados con el poder establecido, y la dominación sexual, bien sea mediante la soberanía:
Ese rey, que por cierto, se escapa de su frasco buscando los favores de su azorada reina.
Las fantasías sexuales:
La bailarina y la sirena como algo desconocido pero atrayente.
La tentación en el diablo, e incluso su represión moral institucionalizada, con el arzobispo…
Ellos son el poder y sexo, que Pretorius desea canalizar, creando a la criatura que mejor puede servir a sus ansias de notoriedad y, por qué no, quizá también a sus deseos más inconfesables:
Una mujer.
Por otra parte, se da claramente a entender, que éstos son tipos de homúnculos, basados en las criaturas descritas en “Esfinge” de Emil Besitzny y en “Vida de Paracelso” de Franz Hartmann.
En The Bride Of Frankenstein existen 3 escenas magníficas, que justifican con creces, su popularidad.
La primera es esa, la del Dr. Pretorious mostrando sus creaciones diminutas al Dr. Frankenstein.
La segunda, la tierna relación mantenida por el violinista ciego y el monstruo, 2 seres solitarios, con posible fabulación homosexual, no hay que olvidar que James Whale era gay…
Y la tercera, el momento culminante de la creación de la novia.
Como dato curioso, tanto en los créditos iniciales, como en los finales, se mantiene la incógnita sobre quién interpreta a la compañera del monstruo, situando un símbolo de interrogación en el lugar que debería ocupar la actriz.
De manera diferente a como se hizo en su “primera parte” de 1931.
“Before you came, I was all alone.
It is bad to be alone”
The Bride Of Frankenstein funciona de maravilla como cuento fantástico, lleno de sugerencias, sin necesidad de leer entre líneas.
Whale utiliza con toda intención, una iconografía religiosa, pero también civil, como el linchamiento del monstruo, el cual es sorprendentemente parecido, a los linchamientos de negros en EEUU de los 30; para crear momentos siniestros, inolvidables, y propios de una película de terror como ese banquete sacrílego sobre un ataúd al estilo “Hamlet” de Shakespeare, esa conversación en sombras sobre los cuentos bíblicos, la impresionante creación de la mujer…
James Whale, era homosexual en los EEUU de los años 30, sabe lo que es ser perseguido, que lo intenten apedrear y quemar, que lo llamen “monstruo” y “aberración contraria a la naturaleza y a los designios de Dios”
Pero todo autor es todas sus criaturas, no solo una, y Whale es también el Doctor Pretorius, tanto Ernest Thesiger como Whale eran homosexuales, ese profesor Pretorius, loco, expulsado de la universidad…
¿Por qué?
Por “saber demasiado”, nos dice, con más pluma que un pavo real.
Claro, que Pretorius es más viejo que el Monstruo, y como “el diablo sabe más por viejo que por diablo”, él, al contrario que el Monstruo, lleva mucho tiempo “odiando a los vivos y amando a los muertos” todo un referente a la necrofilia, ya se ha revelado, y ha decidido contravenir toda ley humana, y supuestamente divina, y ponerse a engendrar monstruos con otro hombre, Víctor Frankenstein en alusión a una clara homosexualidad.
Sigan tirando de ese hilo, y entenderán por qué el Monstruo derriba una estatua de un obispo en el cementerio, después de que no le dejen convivir en paz con otro hombre, el ciego ermitaño, el único que le acepta como es, y por qué al final, determinados personajes deciden que es mejor, y más acogedor que “un mundo de dioses y monstruos”
Los biógrafos de Whale rechazan la noción de que se le identifique con el monstruo desde una perspectiva homosexual, los estudiosos han identificado un subtexto gay, impregnado a través de The Bride Of Frankenstein, especialmente una sensibilidad “camp”, particularmente encarnada en el personaje de Pretorius y su relación con Henry.
Pretorius sirve como un “Mefistófeles gay”, una figura de seducción y tentación, yendo tan lejos, como para tirar de Frankenstein lejos de su novia, en su noche de bodas, para participar en el acto antinatural de la creación de un “no-procreativo”
En una ocasión Pretorius le dice a Frankenstein:
“Sed fecundos y multiplicaos”
A lo que el monstruo se refiere:
Obedeciendo el mandato bíblico, que por supuesto, tiene la elección por medios naturales, pero en cuanto a mí, me temo que no hay ningún camino abierto para mí, pero la manera científica.
El monstruo por su parte, no tiene entendimiento innato sobre el vínculo macho-hembra, lo que lleva a forjar una suposición de valencia sexual en su relación con Pretorius/como “Novia” y el ermitaño.
De hecho, su relación con el ermitaño, se ha interpretado como un matrimonio del mismo sexo, que la sociedad heterosexual no va a tolerar.
Y Whale nos recuerda rápidamente, que la sociedad no lo aprueba.
El monstruo es expulsado de su lugar de placer doméstico, por 2 armados hasta los dientes, y de sorprendente y rápida, proceden a destruir esa amistad.
Como era de esperar la censura cortó gran parte de las escenas terroríficas, o que trataran de temas religiosos, por ejemplo cuando Dr. Pretorius habla con el Dr. Frankenstein, intentando que se asocie a él y le dice:
“Siga los pasos de la naturaleza, o de Dios…”
En el guión decía:
“'… si cree en los cuentos de hadas”' pero en The Bride Of Frankenstein finalmente se cambio por:
“…historias bíblicas”
Yendo más allá, en la escena con el ciego y el Monstruo, se consumen los sacramentos cristianos del pan y del vino, como en “Última Cena” con el ermitaño; más bien, el monstruo es una “burla de lo divino”, ya que, después de haber sido creado por el hombre, en lugar de Dios, “carece de la chispa divina”
Así como en la crucifixión del monstruo, donde Whale “presiona los botones de la audiencia” invirtiendo la creencia fundamental cristiana de la muerte de Cristo, seguida de la resurrección…
El monstruo se levantó de entre los muertos, luego crucificado.
Pero un detalle me hace pensar más allá de lo visto en esa “Última Cena”…
Y aquí entra todo lo morboso posible.
Ante la soledad del ermitaño, este accede a que el monstruo viva con él…
¿Por qué?
Por soledad, y siendo más monstruoso el ermitaño, por amistad, alimento y refugio, le enseña a hablar, lo acuesta en la cama, le da de comer, de beber, le enseña a fumar…
Esto último, es lo morboso que interpreté.
Un eventual abuso de parte del menos monstruo hacia el “monstruo” con sentimientos, ya que a cambio de ciertos favores, le enseña y le da cobijo.
Puedo interpretar que al emborracharlo, podía acceder a que el monstruo, también “se dejara fumar”…
“Yes, I know... made me from dead... I love dead... hate living”
Cualquier persona puede transformarse en un monstruo cuando es rechazado por una sociedad intolerante.
Como ya había sido descrito por Shelley, la criatura es sensible y emocional, y su objetivo es compartir su vida con un ser semejante.
La novela lo muestra como alguien muy inteligente y letrado, ya que había leído “El Paraíso Perdido”, “Las Idas” de Plutarco y los sufrimientos del joven “Werther”
El monstruo se ve empujado a actos de crueldad y muerte, por la desesperación y la soledad.
De hecho, ese es otro tema importante de “Frankenstein”, la soledad y los efectos que tiene sobre los humanos.
Frankenstein es un personaje que se siente ahogado por la soledad, y rechazado por su aspecto.
Se siente en desventaja ante el personaje masculino del jardín del Edén en ese sentido.
Hasta llega a pedirle una compañera a su creador.
Desde el comienzo, el monstruo es rechazado por todos los que lo ven.
Comprende a partir del momento de su “nacimiento” que ni siquiera su propio creador puede hacerle compañía; esto queda en evidencia cuando el Dr. Frankenstein dice:
“…una de las manos se estiraba, buscando alcanzarme, pero escapé…”
La criatura intenta olvidar este episodio, y sigue adelante, pero todos los que lo ven huyen aterrorizados.
Al ver su propio reflejo, comprende que él tampoco puede verse a sí mismo…
El hombre sigue jugando lóbregamente a ser Dios, sin medir las consecuencias de sus actos, manipulando polémicos conceptos científicos, que le son vedados éticamente, y que derivan en situaciones sumamente absorbentes, desde el aspecto sobrenatural que irrumpe con ellas; así como la lucha inevitable para vencer a la muerte, algo patente en todas las culturas, y cómo evoluciona la sociedad por los avances científicos.
Pero:
¿Ahí queda la cosa?

“To a new World of Gods and Monsters”



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