Intouchables

“Comment vous vivez l'idée d'être un assisté?”

La discapacidad no es incapacidad.
Detectamos las discapacidades visibles, físicas.
Nos resulta difícil pensar en otras discapacidades... las emocionales, las de carácter, las de la voluntad, las espirituales.
La discapacidad física es una limitación para el desarrollo de determinadas tareas, lo que no quiere decir, una limitación para la ejecución de las mismas.
Muchos hemos oído esas palabras; pero cuantos en verdad las tomamos en cuenta, cuantos consideramos que una persona discapacitada, puede hacer todo lo que uno hace, y cuantos no lo toman como cierto.
Empecemos con unas breves definiciones tomadas del Diccionario de la Lengua Española:
“Discapacidad”
Es estar impedido, o entorpecido, en alguna de las actividades cotidianas consideradas “normales”, por alteración de las funciones intelectuales o físicas.
“Incapacidad”
Es el estado transitorio, o permanente, de una persona que, por accidente o enfermedad, queda mermada en su capacidad laboral.
Dicho de otra forma, ser discapacitado no te impide trabajar, el ser discapacitado quizá le dificulte el llevar a cabo alguna actividad cotidiana, como caminar o leer; mas no es un impedimento para poder trabajar.
Hagámonos las siguientes preguntas:
¿Un discapacitado se puede trasladar de un lugar a otro?
Sí puede, quizá necesite una silla de ruedas, o una muleta en algunos casos; pero si se pueden desplazar de manera independiente.
¿Un discapacitado puede jugar algún deporte?
Sí puede, podemos verlos jugando baloncesto entre otros deportes, quizá sentado en una silla de ruedas; mas aquello no le impide jugar y practicar algún deporte.
¿Un discapacitado puede trabajar?
Sí puede, existen varios puestos y cargos en las organizaciones, en las que gente discapacitada podría laborar.
Así que dejemos de discriminarlos, ellos merecen ser tratados como cualquier otra persona, en igualdad de condiciones, dejemos a un lado los prejuicios.
De hecho, La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad fue el tratado sobre derechos humanos, que se ha negociado más rápido en la historia del derecho internacional, al igual que el primer tratado de derechos humanos del siglo XXI.
Con demasiada frecuencia, los que viven con discapacidades, han sido vistos como objetos de vergüenza, y en el mejor de los casos, de compasión condescendiente y caridad.
Sobre el papel disfrutan de los mismos derechos que el resto.
En la vida real, a menudo son relegados a los márgenes, y se les niega las oportunidades que otros dan por supuestas.
“Ça vous gène pas de vivre sur le dos des autres?”
Intouchables es una película francesa de comedia/dramática, escrita y dirigida por Olivier Nakache y Éric Toledano.
Protagonizada por François Cluzet, Omar Sy, Anne Le Ny, Audrey Fleurot, Clotilde Mollet, Joséphine de Meaux, Alba Gaia Bellugi, Cyril Mendy, Christian Ameri, Marie-Laure Descoureaux, Gregoire Oestermann, entre otros.
Intouchables está inspirada en un hecho real:
El millonario Philippe Pozzo di Borgo y su cuidador argelino, Abdel Yasmin Sellou.
Pozzo di Borgo es el autor del libro “Le Second Soufflé” o “El Segundo Aliento”, porque trata, precisamente, de un “segundo nacimiento” tras un accidente.
El autor cuenta el esfuerzo por recuperar su vida, el descubrimiento de un nuevo amor, el cambio en sus relaciones personales y sociales, la rabia de verse condenado a la inmovilidad, etc.
Tetrapléjico desde 1993, Pozzo di Borgo explica sus recuerdos, sensaciones, sentimientos y memorias, y daba forma a esa relación especial, que estableció con Abdel.
Los directores y guionistas Olivier Nakache y Éric Toledano, conocieron su historia a través de un documental, y la transforman en una historia de encuentro y amistad.
Ambos, sacuden los aspectos más duros, y se quedan con la esperanza de lo que se puede llegar a construir en una relación entre 2 hombres que se acercan.
En tan sólo 9 semanas después de su estreno en los cines de Francia, el 2 de noviembre de 2011, Intouchables se convirtió en la 2ª película francesa más exitosa de todos los tiempos, en número de espectadores, detrás de la película “Bienvenue Chez Les Ch'tis” (Bienvenidos al Norte) de 2008, y en el tercer éxito más grande de todos los tiempos, de la taquilla francesa.
Intouchables es una película amable, entrañable y divertida, pero sobre todo positiva, llena de emotividad, con la gran virtud de no acudir al recurso de la lágrima fácil.
Y la clave fundamental, está en la maravillosa química de sus protagonistas, los cuales representan 2 mundos opuestos, y radicalmente distintos, que por casualidades de la vida y del destino, convergen y se encuentran.
A partir de aquí, una oda a la vida, a las ganas de luchar, a las ganas de disfrutar, todo ello bajo el paraguas de una maravillosa historia de amistad, que hace que realmente llegué al corazón del espectador.
Todo ello con mucho, mucho humor, siempre por encima del drama, en donde no se profundiza, y se enseña nada más y nada menos, que lo imprescindible y necesario, para darnos por enterados.
No obstante, Intouchables toca temas dramáticos, aparte de la situación de por sí, como los cuidados más íntimos, o el abrirse a encontrar el amor, aunque uno piense que en sus circunstancias es imposible, aunque todo ello desde un enfoque de positividad, y de intentar siempre ser feliz.
La trama de Intouchables gira en torno a la relación de Philippe (Cluzet), un millonario parapléjico a causa de un accidente, y Driss (Sy), irresponsable y desempleado, a quien Philippe, ante la sorpresa de quienes lo rodean, contrata como asistente.
La historia está basada en un caso de la vida real, lo cual añade fortaleza a muchos de los mensajes que se pueden descubrir en la producción.
A pesar de tratar un tema de gran dramatismo, como puede ser la vida de una persona discapacitada, Intouchables ofrece muchas escenas de humor.
Se le añade, así, una aproximación muy humana, que precisamente ve en la persona discapacitada, un ser humano como todos, y con muchos horizontes y posibilidades.
A Intouchables no le faltan buenos atributos cinematográficos.
Una filmación técnicamente perfecta, con una más que competente fotografía y sonido, con buen rodaje de las escenas de más acción, con una banda sonora que meza música clásica, con clásicos del pop, y con la bella música incidental para piano de Ludovico Einaudi.
Intouchables empieza con una persecución policial, en la que los perseguidos, un joven de origen africano, Driss, y un tipo con cara de parisino burgués, Philippe, tienen más pinta de gamberros que circulan a alta velocidad por las avenidas parisinas que de delincuentes habituales.
A continuación, en flash-back, se nos cuenta la historia de esta improbable pareja.
Philippe es un millonario, en su momento metido en política, que como consecuencia de un accidente de parapente queda tetrapléjico; y que adicionalmente enviuda 3 años después.
Driss es un joven africano, de un suburbio parisino, que vive en un superpoblado apartamento con su tía y los hijos de ésta, y que ha pasado algún tiempo en prisión.
Driss acude a una entrevista de trabajo para cuidador personal de Philippe.
Trabajo que no le interesa, pero del que necesita que le sellen la citación a la entrevista, para seguir cobrando el subsidio de desempleo.
Contra todo pronóstico, es contratado, lo cual dará lugar a una peculiar relación entre ambos hombres, que en definitiva cambiará sus vidas.
Al final, retomará lo que sucede tras la persecución, y sabremos qué es lo que el destino depara a ambos hombres.
“Pas d’bras, pas d’chocolat!”
Un primer aspecto interesante en Intouchables, gira en torno a los 2 personajes principales.
Se presentan completamente opuestos, tanto por origen como por, evidentemente, sus capacidades.
Philippe, amante de la música y sumamente cultivado, solo es capaz de mover la cabeza.
Su vida resulta, en medio de su riqueza, sumamente monótona, y un tanto amarga, reducida por su incapacidad física, pero también por una actitud resignada ante su situación.
Driss, quien creció en los bajos fondos parisinos, es por el contrario, un joven atlético y ágil, inteligente pero sin educación.
Dispuesto a vivir sin trabajar, subsistiendo sin escrúpulos, con una pensión para desempleados, su vida transcurre en las calles, sin otro horizonte que distraerse y divertirse.
La improbable contratación de Driss, por parte de Philippe, se entiende a la luz de uno de los aspectos más interesantes de la relación.
Driss no trata a Philippe como un enfermo.
Por el contrario, es en cierto sentido inmisericorde con él.
Es precisamente esta característica lo que decide Philippe, cansado de ser tratado como un inútil.
La relación irá creciendo, y Driss por su parte, ayudará a Philippe a vencer muchos temores irreales, y a darse una segunda oportunidad en la vida.
Mientras que Driss, sufrirá también un cambio interesante.
El contacto con Philippe lo irá poco a poco humanizando, haciéndole crecer en responsabilidad, abriéndose a horizontes nuevos, desplegando talentos ocultos.
Driss dejará de ser un vagabundo sin responsabilidades ni ideales para convertirse, sin mediar algunos obstáculos, en una persona mucho más generosa y madura.
Hay otro aspecto interesante que vale la pena ser resaltado:
La amistad entre ambos personajes enriquece a aquellos a quienes tienen alrededor.
El hogar de Philippe, pasa de ser un lugar lóbrego y triste, para convertirse en una casa llena de luz y alegría.
Philippe mismo, pasará también a asumir la responsabilidad que tiene para con su hija.
De modo similar, Driss retomará sus relaciones con sus familiares, y asumirá también nuevas responsabilidades con sus parientes.
Esto nos conecta, finalmente, con otro aspecto importante de ser resaltado.
A pesar de lo imprescindible que Driss se vuelve para Philippe, éste reconoce con cierta generosidad, y magnanimidad, que su joven asistente debe tener también nuevos horizontes y, sobre todo, una mayor presencia con su familia.
Así, es capaz de dejarlo ir, prueba de una amistad auténtica, que piensa siempre en el bien del otro.
Intouchables resulta muy eficaz para transmitir las serias limitaciones por las que atraviesa un parapléjico, dependiente absolutamente, de aquellos que le rodean.
El gesto de Philippe cobra así mayor trascendencia, y evidencia su propio crecimiento.
Ya no es el hombre egoísta, impaciente, y centrado en sí mismo del inicio, sino abierto y dispuesto, sin que hayan dejado de existir ciertos temores, como a entablar nuevas relaciones.
Ellos convierten las situaciones que viven juntos en creíbles.
Las humanizan y las llenan de verdad.
Y lo que hace diferente a Intouchables del resto de films similares, es que te crees esa relación; la vives con ellos, la sientes.
Sientes cómo empatizan, y cómo se convierten en amigos; y cómo ambos, disfrutan de su mutua compañía.
Con los raíles de una “comedia concepto” pero haciendo hincapié en la historia real, sin victimismo, que se esconde detrás del ingenioso guión, los directores extienden “lo intocable” también al trato con los emigrantes de segunda generación, y a la parcelación social que todavía existe en las sociedades democráticas.
En la encrucijada histórica que atraviesa Europa, no es difícil encontrar paralelismos en Philippe, símbolo de una tradición envejecida y esclerótica, y Driss, la revitalización que llega de la periferia, con un uniforme de desesperación.
En Intouchables existe un discapacitado físico, y un discapacitado social.
En cualquier ciudad, desde Vancouver hasta Buenos Aires, existen clases sociales aisladas, aristocracias que se aíslan de gente de otro tipo.
Son otro tipo de “intocables”
“Elle a écrit:
Je viens à Paris la semaine prochaine, appelle-moi..., 3 petits points.
Vous comprenez ce que ça veut dire?”
Como en las comedias románticas, el primer encuentro entre los 2 protagonistas, tiene que dar la impresión de que esas 2 personas, nunca se llevarán bien, y para ello están muy bien situados en los 2 extremos de la escala social, y los viajes del centro a las afueras de París demuestran que cada uno proviene de un planeta distinto.
Intouchables, a través del humor, deja pinceladas de temas intensos.
Y entendemos por qué Philippe se siente a gusto con Driss y viceversa.
Ninguno de los 2 tiene nada que perder.
Ninguno de los 2 siente compasión o piedad, el uno por el otro.
Ni uno está por encima, ni el otro por debajo.
Se tratan como iguales, como “intocables”
Se tratan desde la horizontalidad.
Desde lo positivo, desde lo que pueden dar.
Driss encuentra un trabajo y un acceso a un mundo que le enriquece, Philippe tiene frente a frente, a alguien que le trata con naturalidad, a pesar de su discapacidad, y que se interesa por él como persona.
Y ambos mundos logran fundirse.
Omar Sy, actor y humorista, está ENORME en todos los sentidos, llena los encuadres, y aporta toda la diversión.
La versatilidad de Omar Sy como Driss, mostrando todo su carisma, en lo que es un personaje que gana presencia según avanza el metraje, llenándose de encanto con cada sonrisa, contagiando así, a un mundo estricto y serio, en el que se había convertido la vida de Philippe.
Con un físico imponente, con una gestualidad desbordante, y con un desparpajo notable, Sy se convierte en el alma de Intouchables, y hay que otorgarle un porcentaje notable de los aciertos de la misma.
Por otra parte, François Cluzet, que solo puede acompañarse de gestos faciales está GRANDE, se deshace en sonrisas para llevar la contraria a papeles en los que hasta ahora, lo había encasillado.
François Cluzet, desde la silla de ruedas, nos demuestra un gran talento, transmitiendo toda clase de emociones, sólo con su rostro y los escasos movimientos de cabeza, que le permiten este personaje; y el encargado de ser sus manos y sus pies, será un asistente que ni siquiera sabe serlo.
Son asimismo encomiables, las participaciones de las actrices secundarias, en especial una ENORME Anne Le Ny, como Yvonne.
Tanto ella como Magalie, el personaje de Audrey Fleurot (ENORME) necesitan, con la misma intensidad que su jefe, que en sus vidas aparezca algún elemento que les devuelva la sonrisa.
Ver a ambas mujeres irse despojando de capas, y prevenciones, resulta casi tan catártico como ver al inválido recuperar la alegría de vivir.
Intouchables es efectivamente un “hecho cultural” porque se atreve a tocar este tema espinoso:
El racismo.
Y lo hace sin hipocresías y sin clichés; viendo las 2 caras de la moneda.
Driss representa a todo un mundo en Europa, porque es la clase marginal que vive mejor en los países post-industriales, solo desde el punto de vista material.
Desde el punto de vista cultural, el precio de su “vida mejor” es pasar siempre por un extranjero.
La afirmación racial sigue siendo tan importante en Europa, que es posible que el conflicto de fondo se desdibuje en los países americanos.
De este lado del Atlántico, damos mucho menos importancia a la pretensión de pureza, por más que la hay, y el concepto de nación se basa en imperativos que no tienen que ver con el elemento racial.
En la más rancia sociedad francesa, sin embargo, un negro o un gitano, difícilmente son vistos como un igual.
Por si fuera poco, la vida de Driss transcurre en oficinas para conseguir su cheque de desempleado.
Es verdad que Driss vive de la asistencia social, de los impuestos del pueblo francés, y sin embargo…
Durante una escena de Intouchables, el millonario le pregunta a Driss, qué se siente depender del trabajo de los otros.
El cuadripléjico se está refiriendo, por supuesto, al cheque de desempleo que recibe Driss, y a los impuestos con los que se paga este cheque.
Hay una ironía.
Mientras dice esto, el millonario está siendo masajeado por enfermeros.
Él también depende de los otros para vivir.
En esta ironía está la profundidad de una concepción del mundo, que se afirma en dar para recibir y devolver.
Ya lo dijo Lennon:
“Al final el amor que recibes, es todo el amor que das”
Intouchables se llama así porque cuenta la historia de 2 hombres frágiles que se encuentran, y con gentileza aprenden a amarse.
Intouchables no es una gran película, ni una obra maestra, ni hace avanzar la historia del cine.
Su esquema lo hemos visto mil veces repetido; pero su pareja protagonista es creíble y provoca la sonrisa y la risa; y en momentos emociona.
Me quedo con las miradas y la contención de Philippe, me quedo con la risa contagiosa y la vitalidad de Driss.
Me gustaría conocer algo más, de algunos personajes secundarios, que forman parte del servicio del millonario, que se convierten en entrañables, me sobran algunas tramas secundarias, como la de la hija del millonario, que si desapareciera de los fotogramas, no pasaría absolutamente nada.
Las tramas periféricas, como las vidas de los personajes con sus familias, les dan dimensión a los respectivos caracteres protagónicos.
Mostrando que, eventos traumáticos, pueden divorciarnos del mundo, pero también, pueden convertirse en materia prima para una existencia más intensa.
Impagable la escena de los bigotes…
Como nota aparte, es importante señalar que quizás Intouchables se excede en algunas bromas y situaciones de contenido sexual, aunque sin llegar a ninguna escena de explícita desnudez.
Se debe tener esto en consideración, si Intouchables se ve con menores de edad.
Bromas como:
“Tu hija necesita un par de azotes, y tú solo puedes atropellarla con tu silla de ruedas” quedan revestidas, gracias a la pericia y al sentimiento de sus autores, de una ternura que reivindica la auto parodia, hasta en vidas marcadas por la tragedia, y es allí donde Intouchables tiene su toque de distinción.
Situaciones embarazosas se convierten en cómicas, como el chiste auto despreciativo, que le hace Philippe a Driss cuando pregunta:
“¿Driss, dónde encuentras a un cuadripléjico?”, y como Driss no responde, entonces Philippe le dice:
“Ahí mismo donde lo dejaste”, y explotan de la risa.
Curiosamente, en la vida real, Philippe Pozzo di Borgo estaba casado con la heredera de una gran fortuna.
El matrimonio adoptó 2 hijos.
Ella murió 3 años después del accidente de su esposo.
Intouchables no dice nada de las relaciones del padre parapléjico con los hijos adoptados, que no siempre han vivido las peripecias cinematográficas del padre con una alegría desbordante, relegados al puesto de lo innombrable.
El resto de la familia tampoco aprecia la “ligereza” con la que el parapléjico ha contado una historia de la que han sido “evacuadas” las relaciones familiares, para glorificar una amistad que rozaba lo escabroso.
Los familiares no apreciaban el riesgo que corría el parapléjico aventurero, prestando un coche de lujo (Maserati) a un personaje que le presentaba “chicas” y le daba a fumar hierbas no siempre confesables.
Philippe Pozzo di Borgo instaló a su amigo en la gran mansión familiar, de la calle de la Université, que fue un palacio comprado por el conde Carlo Andrea Pozzo di Borgo en 1820.
De hecho, Karl Lagerfeld alquiló durante algunos años esa residencia.
Desde la óptica familiar, dar las llaves de la casa, a un inmigrante con menudos antecedentes penales, tampoco era de una sensatez evidente.
El final feliz de Intouchables, tampoco convence a la “tribu” familiar.
Philippe se instaló en el sur de Marruecos, donde “descubrió el amor” con una joven marroquí, madre soltera con 2 hijas, con la que contrajo matrimonio.
Abdel Yasmin Sellou se marchó a su Argelia natal, donde montó un negocio de distribución de carne de pollo.
En Essaouira, antigua Mogador, Marruecos, en compañía de su nueva esposa, y sus 2 nuevas hijas de adopción, Philippe Pozzo di Borgo tampoco “tranquiliza” a su dispersa familia.
Los Pozzo di Borgo son un alto linaje de políticos, empresarios, aristócratas y creadores de perfumes, como la joven Valentine Pozzo di Borgo, que fue muy amiga de Carlota de Mónaco, antes de lanzar con su madre, una casa de creación de perfumes de lujo.
Desde ese ambiente parisino, la esposa y las niñas marroquíes adoptadas por un parapléjico sediento de “aventuras” no siempre encajan a la perfección, tocando la pátina histórica de un apellido famoso, en tiempos de Napoleón, viejo adversario de la familia, con los variopintos colores del sur marroquí, que tiene las ventajas de la meteorología, y una fiscalidad que los miembros de la familia aprecian de muy distinta manera.
Realidad o ficción, el mensaje de Intouchables es claro, ante el dolor de las tragedias de la vida, los peores medicamentos son la compasión y la autocompasión, y como lo dijo Philippe en un dialogo memorable del film:
“Él es lo que necesito, alguien que no me tenga piedad”
La pregunta de oro es:
¿Cómo un film que narra una historia, mil y una vez contada, de pronto cuaja de un modo tan fuerte?
Y aunque uno se responda que es por el “diseño”, debería recordarse que no siempre cuaja, que en ocasiones las películas mejor diseñadas fallan en conectar con el público.
Aquí eso no sucede:
Las secuencias humorísticas funcionan bien, las secuencias emotivas, dispuestas con robótica precisión, también.
¿Es la fórmula?
No, lo que hace que Intouchables sea agradable de ver, y tenga éxito, es que los actores comprenden a sus criaturas, más allá de cualquier elemento de guión.
En el fondo, lo que hace que nos guste una película, no es su “realismo” o su “realidad” sino su verdad.
Singular parábola entre colonizados y colonizadores, y un retrato fiel de la doble marginalidad de una sociedad que vive de poses, y en franca autodestrucción por el individualismo radical y perverso.
De gran reflexión sobre esa palabra tan manoseada, pero poco practicada:
Amistad, pero la amistad que nace de la empatía.
Y esa empatía nace del sentimiento mutuo, de considerarse normales, no obstante los prejuicios y rechazos sociales a sus respectivas condiciones personales y/o circunstancias sociales.
Así que Intouchables nos demuestra que el dicho:
“El dinero da la felicidad” es falso.
La felicidad se obtiene de garantizarse relaciones con terceros, con un gran cariz humano, donde los intereses queden relegados, y todos obtengan un beneficio, porque no nos engañemos, no hay relaciones en la vida que sean altruistas.
Todos han de obtener un beneficio por pequeño que sea; lo único intocable de la vida es la felicidad.
Por otra parte, rescatar la capacidad de las discapacidades, que la naturaleza o algún accidente imponen al cuerpo físico, es una capacidad que tienen todos los seres humanos.
Las capacidades de los seres humanos están íntimamente ligadas a la voluntad, y al amor por la vida, a la función de apoyo y contención familiar y social, y la aprobación que se recibe desde los entornos próximos.
Obviamente, las oportunidades que la sociedad facilita, habilitan la confianza, ese desarrollo, la motivación y el sentido de la vida.
La nutrición, el estímulo externo, las inquietudes internas, promueven el desarrollo para hacer apto al hombre, habilitarlo.
La discapacidad es una limitación que toma algún área del ser, física, mental, emocional intelectual, o espiritual.
Todos necesitamos que nos cuiden, eso es una realidad inapelable.
La pregunta que surge es:
“¿Quién cuida del cuidador?”

“Moi, je vais pas vous mettre des bas.
Même pour vous, vaut mieux vous évanouir.
Franchement!
À un moment donné faut…
On dit non!
On les met pas, on reste là”



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