The Girl

“Blondes make the best victims.
They’re like virgin snow that shows up the bloody footprints”

“Rear Window” (1954)...
“Vertigo” (1958)...
“The Birds” (1963)...
Esos y otros grandes éxitos de Sir Alfred Hitchcock, “El Maestro del Suspense”, tuvieron como protagonistas a mujeres rubias y elegantes que, detrás de una apariencia algo fría, parecían ocultar una tórrida sexualidad.
Todo parece indicar, que en la vida real, el director británico sentía una gran atracción por ese tipo de damas, y utilizaba sus películas para materializar sus fantasías secretas.
Hitchcock reconocía abiertamente, que tenía una debilidad por las rubias, y quizás por el hecho de que su esposa Alma Reville, tenía pelo castaño, buscaba realizar sus fantasías eróticas con las intérpretes de sus filmes.
De hecho, no es ningún secreto, que estaba enamorado secretamente de varias de ellas, y esto fue muy notorio en los casos de Ingrid Bergman, Grace Kelly y Tippi Hedren.
Según afirman quienes trabajaron con él, con el paso de los años, esa fascinación comenzó a ponerse de manifiesto, de una forma cada vez más perversa y retorcida, en la que la admiración por esas actrices, se mezclaba con el deseo de humillarlas y de hacerlas sufrir.
“¿Sabe por qué elijo actrices rubias y sofisticadas?
Busco mujeres de mundo, auténticas damas que saben transformarse en prostitutas en el dormitorio” le dijo Hitch a Françoise Truffaut.
Suponemos que al “voyeur” de Hitch le encantaban las mujeres estilosas y rubias, y en sus historias, se regocijaba pervirtiendo la imagen frío-glamurosa de la rubia inalcanzable, en situaciones llenas de sutil sensualidad, sea con besos, con fuegos artificiales, abrazos, miradas, andares, o exhibiciones en ropa interior, o en la ducha.
Lo que Truffaut, más o menos llamó, “La Teoría del Erotismo Helado”
La selección por parte del “Maestro del Suspense” se podría explicar, porque abundan las rubias en la cultura anglosajona y nórdica, a la cual pertenecía, pero Hitchcock confesó, que lo veía como una manera de hacer más vulnerables a sus heroínas, pues parecía disfrutar cómo la trama las sometía a amenazas físicas y tribulaciones dolorosas.
Hitch tenía un gusto exquisito, y prefería rubias inteligentes y elegantes, a diferencia de las voluptuosas rubias, que abundan en el cine de Hollywood.
Sobre esto expresó:
“Sí, me gusta el tipo de rubia fría.
Frialdad aparente, porque en el momento en que se ponen en acción, todas las barreras se rompen.
Es el tipo de mujer inglesa.
Todas parecen profesoras, pero dentro de un taxi, te pueden destrozar.
Un tipo de rubia como el de Marilyn Monroe no me interesa.
Llevan el sexo colgado de su cuello, como si fuera una joya;
Curiosamente, la primera morena de su carrera, Audrey Hepburn, le causó serios problemas, pues renunció a rodar “No Bail For The Judge” en 1959, al estar embarazada.
Le arruinó sus planes, y desde ese momento, la adorable Audrey se convirtió en una más de sus pesadillas, y nunca perdió la oportunidad de denigrarla públicamente.
La primera rubia que protagonizó una película de Hitchcock, fue una actriz llamada June Tripp, quien encabezó el elenco de uno de sus primeros thrillers, titulado “The Lodger: A Story Of The London Fog” en 1927.
El argumento trataba sobre un asesino en serie, que elegía a jóvenes rubias como víctimas.
Ahora bien, la primera rubia de Hitchcock que se convirtió en una figura internacional, fue Madeleine Carroll, con quien filmó en Inglaterra, en 1935, “The 39 Steps”
En 1936, volvió a elegir a Carroll como heroína para “Secret Agent”
Madeleine era encantadora y buena actriz, pero Hitchcock la trataba duramente.
En “The 39 Steps” Hitch la obligó a permanecer, un gran número de horas esposada, arrastrándose por carreteras, y barrancos.
En privado, ella se quejaba de las humillaciones que padecía.
“Era una gran estrella, pero Hitchcock se portó como una bestia con ella.
Era un tipo muy tosco, al que le encantaba gastar todo tipo de bromas pesadas y obscenas”, contó John Gielgud, quien fue el protagonista masculino de “Secret Agent”
El trato que dio el director a esta, y a otras actrices, es visto por algunos biógrafos y analistas, como una manifestación de misoginia, odio a las mujeres.
A juicio de algunos, esa mezcla de atracción y repulsión, tenía sus raíces en lo inseguro y poco atractivo que se sentía Hitchcock.
Casado desde 1926, con la editora y guionista Alma Reville, al parecer, en su largo matrimonio nunca hubo mucha pasión.
Según el guionista Joseph Stefano, quien escribió con Hitchcock la trama de “Psycho” (1960), el director le confesó, que solo había tenido relaciones sexuales con su esposa una vez, y que de esa experiencia había nacido Pat, su única hija, en 1927.
“Hitch y Alma eran como dos hermanos.
La relación que mantenían era la de dos socios colaboradores”, comentó el dramaturgo Samuel Taylor.
En marzo de 1939, Hitchcock dejó Londres, y se instaló en Hollywood con su familia.
Un año después, filmó su primer éxito en los Estados Unidos: “Rebecca” (1940)
Como protagonista, le fue impuesta Joan Fontaine, quien por entonces tenía solo 22 años, y era tímida e insegura.
Según varios testigos, Hitchcock trató a su nueva rubia, como si fuera una marioneta.
Años después, Fontaine escribió en su autobiografía sobre Hitchcock:
“Nos caímos bien, y me di cuenta de que estaba de mi parte.
Tenía una extraña manera de comportarse, como bien saben los actores que han trabajado con él.
Su lema es “divide y vencerás”
Deseaba total lealtad, pero solo a su persona”
El director quiso que durante el rodaje, Fontaine no se confiase, y que siempre mostrase esa inseguridad y timidez que tan bien iban a su papel:
“Hitchcock intentaba dividirnos.
Quería ejercer un control absoluto sobre mí, y parecía disfrutar con el hecho de que los actores de la película, no se cayeran bien entre ellos, al final del rodaje.
Eso ayudó a mi interpretación, ya que se suponía, que mi personaje estaba aterrorizada por todo el mundo, y aportó mucha tensión a mis escenas.
Aquello le permitía ejercer el mando, y formaba parte de la confusión que buscaba.
Para su satisfacción, me mantuvo en la cuerda floja; pero no me dio lo que yo más necesitaba, que era confianza”
La actuación de Fontaine no fue muy buena.
Hitchcock suprimió los planos de los “grandes momentos” para disimular que Joan no estaba a la altura.
Además, tras terminar el rodaje, tuvieron que volver a grabar una docena de frases sueltas de la actriz, para que su actuación se puliese en la sala de montaje.
Joan Fontaine también fue protagonista, junto a Cary Grant, de “Suspicion” (1941), ganando el Oscar como Mejor Actriz por este papel, fue su último trabajo dirigido por Alfred Hitchcock.
Sin embargo, en 1944, otra rubia, la gran Tallulah Bankhead, le dio muchos problemas en el rodaje de “Lifeboat”, creando conflictos constantes debido a su costumbre de trabajar sin ropa interior.
Por otro lado, y aunque en las 3 películas que hizo con Hitchcock “Spellbound” (1945), “Notorious” (1946) y “Under Capricorn” (1949), Ingrid Bergman no tiene el cabello rubio, sino castaño claro, eso no impidió que el director se obsesionara con ella.
Además, fue el principio de una amistad que duró hasta la muerte del director.
Según el historiador Donald Spoto:
“Hitchcock se enamoró apasionadamente de Ingrid, y alimentó sentimientos que ella no correspondía, ni quería corresponder”
Mientras Bergman lo consideraba una figura paternal, él se prendó de ella como un adolescente.
“Yo lo quería, pero no del modo que él esperaba”, explicó la actriz años después.
Para Hitchcock debió ser un suplicio que, al distanciarse de su esposo, Bergman tuviera romances con distintos hombres, sin tomarlo en cuenta como posible amante.
Pero el golpe más duro, lo recibió cuando su adorada sueca, aún casada, abandonó Hollywood para irse a vivir a Italia con el director Roberto Rossellini.
En algunos momentos, Bergman se veía incapaz de transmitir lo que Hitchcock le pedía en algunas escenas.
Después de la muerte del director, la actriz comentó que:
“Se sentaba y me escuchaba con paciencia, y cuando yo ya creía que me lo había ganado, me decía muy dulcemente:
“Ingrid, cariño, fíngelo”
Así era como Hitchcock conseguía lo que quería.
Y, por lo general tenía razón”
Hitchcock modeló la actuación de Bergman con ternura.
Sin embargo, no ocurrió lo mismo con Gregory Peck que dijo que:
“La verdad es que no me ayudó en casi nada, y eso que tenía tan poca experiencia, que estaba seguro de que necesitaba que me dirigieran mucho...
Se limitaba a decirme, que lo que tenía que hacer, era vaciar mi rostro de toda expresión, y que entonces me fotografiaría”
Pasaron 4 años sin que encontrara otra musa.
Durante ese tiempo, dirigió a Anne Baxter en “I Confess” (1952), tiñéndola de rubio.
“Era un genio, pero tenía su lado perverso”, dijo Baxter de Hitchcock.
Hasta que en 1953, Hitch vio a una joven de 23 años, llamada Grace Kelly, y se fascinó con ella.
Era su ideal femenino:
Rubia, bella, inteligente, distinguida y sensual.
Según él, la sexualidad no debía ostentarse:
“Si el sexo es demasiado llamativo y evidente, no hay suspenso”
Y la, en apariencia fría, Grace cumplía ese requisito.
Hitchcock la dirigió en “Dial M For Murder” (1954), “Rear Window” (1954) y “To Catch A Thief” (1955), en las que se encargó de supervisar cada detalle de su vestuario, maquillaje, y peluquería para ajustarlos a su mujer soñada.
“Conmigo, floreció”, afirmaba con orgullo.
Frente a sus narices, Grace vivió un ardiente romance con Ray Milland, su coestrella en “Dial M For Murder” (1954)
Sin embargo, se dice que Hitchcock evitó hacerle insinuaciones sexuales, por temor a perderla.
Con ella, era todo delicadeza y mimos:
Era su princesa.
Por otra parte, el personaje que encarna James Stewart en “Rear Window” (1954) es exactamente “el alter ego” de Alfred Hitchcock, que observa a través del encuadre, la ventana, inventa historias, pone nombres a los personajes, y entre ellos, destaca una rubia que es la protagonista de la trama.
Hitchcock cuidó y mimó a su nueva musa, Grace Kelly, a su antojo.
Incluso, tuvo claro los trajes que luciría Kelly en la película, antes de rodarla.
Según Edith Head, diseñadora de vestuario:
“En el guión definitivo, aparecían detalladamente, todos los vestidos.
Había una razón detrás de cada color, y de cada estilo que llevaba Grace, y Hitchcock estaba seguro de cada detalle.
En una escena, la veía de verde pálido; en otra, de chiflón blanco.
La verdad era que estaba realizando su sueño en el estudio.
Hitch quería que ella apareciera como una figura de porcelana de Dresde, como ligeramente intocable”
Por eso, en 1956, quedó destrozado cuando Grace Kelly se casó con Rainiero de Mónaco, y puso fin a su carrera en el cine.
En 1956, Hitchcock conoció a Vera Miles, y firmó con ella un contrato para actuar en “The Wrong Man” (1956) y otras 2 películas.
Aunque la actriz de 25 años, era madre de 2 hijos, y estaba casada en segundas nupcias, Hitch pensó que podría transformarla a su gusto.
“Vera Miles va a sustituir a Grace Kelly, ella tiene estilo, inteligencia, y cierta discreta cualidad”, declaró con seguridad a los reporteros.
Sin embargo, Miles no percibió la ternura que el director sentía por ella, y consideraba que no gustaba al director, porque durante el rodaje de “The Wrong Man” (1956) declaró sobre Hitchcock:
“Nunca me ha felicitado, tampoco me ha dicho siquiera, por qué me ha contratado”
Además, Miles no percibió ser una de las damas de Hitchcock, porque consideró que ella, por su forma de ser, no se correspondía a las anteriores grandes musas del director:
“A lo largo de los años, Hitchcock ha tenido un único tipo de mujer en sus películas:
Madeleine Carroll, Ingrid Bergman, Grace Kelly.
Yo intenté complacerlo, pero no pude, porque era demasiado obstinada, y él quería alguien a quien pudiera moldear”
En 1958, cuando Hitchcock estaba a punto de iniciar el rodaje de “Vertigo” (1958), la película con la que pensaba transformar a Vera, en una estrella de primera magnitud, ella le anunció que estaba embarazada, y que no podría filmarla.
Según algunos, Miles era una mujer enérgica e independiente, y no estaba dispuesta a ser una réplica de otras rubias. 
Vera sentenció sobre “Vertigo” (1958):
“Hitchcock tuvo la película que quería, y yo a mi hijo”
Aún así, la actriz conservó su contrato con el director, y apareció en algunos episodios para la televisión, y como actriz secundaria en “Psycho” (1960)
Pero Hitchcock reconoció que perdió todo el interés en Vera, y ya no pudo encontrar el ritmo con ella.
En el último momento, Hitchcock tuvo que darle el papel protagónico de “Vertigo” (1958) a Kim Novak.
Su relación con ella fue tensa, y distante desde el principio, ya que Kim no se sintió cómoda con el look que Hitchcock le impuso.
Finalmente, tuvo que someterse a sus exigencias.
El director tuvo problemas con Kim Novak por el vestuario en “Vertigo” (1958), ya que la actriz se negó a lucir zapatos negros de tacón, y un traje de chaqueta gris, porque prefería que fuese de color púrpura, o blanco, pero al final accedió.
Novak desconocía, lo importante que era para Hitchcock, todos estos detalles en la película, que estaban especificados en el guión.
Samuel Taylor, que escribió el guión definitivo de “Vertigo” (1958), dijo que:
“Todos los que vieron a Hitchcock durante la realización de la película comprendieron, lo mismo que yo, que aquella era una historia que sentía en lo más profundo de su ser”
Este largometraje, define la personalidad del director, y es el mejor ejemplo de la perfección de Alfred Hitchcock, tanto en moldear a una rubia, con su maquillaje, peinado y vestuario, como en la supervisión de las escenas, los ángulos y el montaje final.
Taylor recordó que:
“Hitch sabía exactamente, lo que quería hacer en esa película, exactamente lo que quería decir, y cómo debía ser visto y oído.
Fue su historia del primer fotograma al último, y cada instante de la película nos descubre cosas de él”
Su siguiente rubia fue Eva Marie Saint, en “North By Northwest” (1959), y con ella no tuvo grandes conflictos.
Como de costumbre, escogió su vestuario para darle la sofisticación que deseaba.
“Le supervisé hasta el último cabello”
Más tarde, le tocó el turno a Janet Leigh, a quien inmortalizó con la escena del asesinato bajo la ducha en “Psycho” (1960)
Janet Leigh tenía 32 años, 2 hijos y estaba casada con Tony Curtis.
Cuando Hitchcock la conoció en una reunión de preproducción, la advirtió diciéndole:
“Mi cámara es el amo absoluto, yo cuento mi historia a través de la lente, y por tanto, necesito que usted se mueva cuando ella se mueve, y que pare cuando ella para.
Confío en que sabrá encontrar la motivación adecuada, para seguir el movimiento.
Estaré encantado de que trabajemos juntos, pero no tengo intención de cambiar un solo movimiento de cámara”
La famosa escena de la ducha, ha dado mucho de qué hablar, incluso hasta nuestros días.
Janet Leigh siempre dejó claro, que Hitchcock nunca le pidió que interpretase esta secuencia desnuda.
Sin embargo, Jack Barron, el supervisor del maquillaje, recordó que el director le dijo, que estuvo intentando convencerla para que la rodase desnuda.
También le propuso rodar desnuda algunos planos, para la versión europea de “Psycho” (1960)
Pero ella siempre se negó.
En 1961, cuando ya tenía 62 años, Hitchcock vio en la televisión, un anuncio publicitario, donde aparecía una bella modelo rubia que llamó su atención.
Tippi Hedren, una divorciada de 31 años, madre de una niña (Melanie Griffith), se convirtió en su última gran obsesión...
“The Birds could be the most terrifying motion picture I have ever made”
The Girl es una película dramática dirigida por Julian Jarrold y realizada en 2012.
Protagonizada por Toby Jones, Sienna Miller, Imelda Staunton, Penelope Wilton, Sean Cameron Michael, Conrad Kemp, Adrian Galley, Leon Clingman, Kate Tilley, entre otros.
El guión lo firma Gwyneth Hughes, basada en el libro “Spellbound By Beauty: Alfred Hitchcock And His Leading Ladies” de Donald Spoto, publicado en 2009.
HBO, en conjunto con la BBC, estrenó hace sólo un par de meses en Estados Unidos la cinta The Girl, un filme que escarba lo profundo de la relación, que traspasó las fronteras de lo profesional… y de la cordura.
El director de este proyecto es Julian Jarrold y Toby Jones encarna a Alfred Hitchcock, en una actuación que saca aplausos.
Pocos actores son tan claros como Sienna Miller, en cuanto a las fronteras que debieran existir entre la vida pública y la privada.
En eso comparte el espíritu de Hedren.
Esta fue, sin duda, una de las razones que la sedujeron para aceptar el guión de The Girl.
Miller da vida a la protagonista de “The Birds” (1963) y “Marnie” (1964), en un intento por despejar, lo que en su minuto fueron rumores de pasillos, y desenmascarar al hombre que creó y, un año más tarde, destruyó su carrera.
Era de esperar, que en una época en la que se llevan a la gran pantalla la vida de cualquiera de “Los Grandes”, así con mayúsculas, con resultados generalmente regulares, le tocase la hora a Tippi Hedren, y al director que la descubrió en un anuncio de la televisión, y según contaban las malas lenguas, la destrozó psicológicamente, el orondo y estupendo “Maestro del Suspense” Sir Alfred Hitchcock.
The Girl se inmiscuye en la tortuosa relación entre Alfred Hitchcock, y la que fue su musa durante unos años, Tippi Hedren.
Más aún, lo que se muestra, es la obsesión que fue calando en el excelente realizador británico por la actriz que él mismo descubrió, y la hizo saltar a la fama.
Bajo la premisa “Yo te inventé”, el genio inglés somete a la rubia, a no pocos vejámenes, la mayoría psicológicos, todos puestos al servicio de su obra.
Llegado este punto, podemos preguntarnos, si no es típico de todos los genios, el traducir una cierta deformidad psicológica en una obra singular.
De esta forma, se va mostrando el trabajo realizado durante 2 películas del “Maestro del Suspense”, en las cuales, Tippi Hedren participó como protagonista:
“The Birds” (1963) y “Marnie” (1964), de hecho recomiendo verlas antes de visionar The Girl.
En su momento, Hedren tenía 30 años, la edad de Miller, cuando Hitchcock la vio por primera vez, en un anuncio de televisión.
Bastó ese impulso para llamarla, y darle el rol protagónico en “The Birds” (1963), la película que siguió de la exitosa “Psycho” (1960)
Según Hedren, la manipulación y los juegos mentales del director, comenzaron inmediatamente, en su prueba de cámara.
Lo que Hedren tuvo que soportar, crueldades como lanzarle gaviotas y cuervos en un ático por 5 días consecutivos, era un secreto a voces dentro de Hollywood.
Precisamente, lo que busca The Girl, es explorar la oscuridad de la sicología de Hitchcock, pero fuera de pantalla.
Lo mejor es la análisis de la psicología de ambos, torturado y mezquino él, elegante y digna ella; así como las interpretaciones de los actores, unos miméticos Toby Jones y Sienna Miller.
Así se va observando, como la relación director-actriz, pasa por distintas fases entre cosas positivas y negativas, pasando por una tortura mental, e incluso hasta física para la actriz.
Atendiendo a estos hechos, encontramos a un Hitchcock inseguro y dominado, que se sobrepasaba con sus estrellas, a la mínima oportunidad.
The Girl puede verse, como un film sumamente interesante, en la indagación de un personaje como lo fue Alfred Hitchcock, interpretado magistralmente por Toby Jones, sus temores y sus anhelos.
Aunque lamentablemente, pareciera que termina siendo un producto algo vacío, y donde uno esperaría algo más.
Quizá, y como amante del género “cine dentro del cine”, me hubiera encantado observar más de las producciones que se muestran en pantalla.
Como el tras bambalinas de “The Birds” (1963)
Alfred Hitchcock no sabía quién iba a ser, ante la multitud de candidatas, la protagonista de su próxima película, “The Birds”, hasta que vio un anuncio de televisión sobre un líquido adelgazante, presentado por una bella rubia.
En ese momento, quería saber quién era esa mujer y conocerla.
Se trató de Nathalie Hedren, más conocida como Tippi Hedren.
Una guapa mujer de 34 años, divorciada, madre de una hija de 4 años llamada Melanie Griffith, y sin ninguna experiencia en la interpretación.
Como fuera el caso, Hedren firmó un contrato por 8 años, sin saber quién iba a ser su productor.
Solo hasta que lo firmó, le dijeron que iba a trabajar para Alfred Hitchcock.
El director declaró a una periodista:
“Firmé un contrato con ella, porque es una belleza clásica.
Las películas ya no tienen bellezas así”
Tippi tuvo que luchar mucho para bordar el papel de protagonista.
Nadie entendía que Hitchcock diese el protagonismo a una actriz principiante.
La actriz recordó:
“El estudio no me respaldó, porque yo no tenía experiencia.
La gente de la Universal dijo a Hitchcock:
“Pero:
¿Qué estás haciendo?”
“¿Estás loco?”
Sin embargo, él les contestó, que tenía plena confianza en mí, y que me dejaría hacer el papel.
Desde esa noche, sentí una tremenda responsabilidad, y una gran presión, y mi vida se centró en hacer todo lo posible por justificar su fe en mí.
Todos los días, mientras preparábamos “The Birds”, si Hitchcock creía que yo no hacía exactamente lo que él quería, se enfurruñaba, y parecía ofendido y decepcionado”
“The Birds” (1963) fue su incursión más pura en el género fantástico, tras sus coqueteos con lo fantasmagórico en “Rebecca” (1940) y “Vertigo” (1958), o el terror psicológico de “Psycho” (1960)
En realidad, Hitchcock tenía proyectado dirigir “Marnie” (1964) tras el éxito comercial de “Psycho” (1960), pero este rodaje fue postergado, a causa de la boda de la que iba a ser su protagonista inicialmente, Grace Kelly.
Fue una feliz circunstancia, que hizo que el “Maestro del Suspense” desempolvara otro proyecto, que tenía guardado en el cajón:
La traslación al cine de un relato de Daphne du Maurier, a la que ya había adaptado en “Jamaica Inn” (1939) y “Rebecca” (1940) titulado “The Birds”
La historia narraba la odisea de un granjero y su familia, atrincherados en una casa, después de que las aves empezaran a atacar a la gente.
Para la película, Hitchcock cambió los personajes, dándole el protagonismo Melanie Daniels (Hedren), una altiva joven, de la alta sociedad, que llega al pequeño pueblo costero de Bahía Bodega.
Va detrás de un seductor abogado, Mitch Brenner (Rod Taylor), del que se ha encaprichado, y lo que encuentra es el inexplicable fenómeno de los pájaros, rebelándose contra el ser humano.
Para los papeles protagonistas, el director inglés escogió al galán de la época Rod Taylor, y a una desconocida modelo llamada Tippi Hedren, de la que Hitchcock se había enamorado por el anuncio de un producto dietético.
Una de esas bellezas rubias y frías, que tanto le han obsesionado durante toda su carrera, desde Madeleine Carroll a Janet Leigh, pasando por Grace Kelly.
Tippi se dejó moldear por el director, que controló desde sus movimientos hasta el vestuario, logrando una interpretación más que convincente.
La bella modelo, y madre de Melanie Griffith, lo pasó francamente mal, durante el rodaje, especialmente cuando tuvo que protagonizar una angustiosa escena, donde era atacada por numerosos pájaros.
Pero tanto sufrimiento valió la pena.
Ella ganó el Globo de Oro a la Mejor Actriz Revelación, y Hitchcock quedó tan contento con ella, que volvió a llamarla para su siguiente éxito, “Marnie” (1964)
Hitchcock la hizo firmar un contrato de 8 años y, aunque carecía de experiencia como actriz, la lanzó al estrellato con “The Birds” (1963)
“Fue amor a primera vista”, comentó un cercano colaborador del director.
Hitchcock incluso, llegó a decir a la prensa, que su nueva actriz tenía más elocuencia y humor que Grace Kelly.
Hedren quedó sorprendida cuando comenzó a recibir insinuaciones sexuales, cada vez más explícitas de su parte, pues ella no sentía el menor interés por él.
En respuesta a su negativa, Hitchcock se volvió muy dominante con ella, e incluso llego a prohibir al resto del equipo que se acercara a ella.
Controlo su vida, pidió informes sobre ella, y un día la acosó, convencido de que ella también estaba enamorada de él.
Obviamente no era así, según comento la actriz:
“Estaba obsesionado conmigo”
Para ello, acosó en su camerino a la actriz, le puso un detective que la vigilaba, la trataba mal en el rodaje, e incluso mando a la pequeña Melanie, una muñeca que se parecía a su madre, metida en un ataúd como regalo.
Tanto es así, que incluso:
“No permitió a nadie que se acercara físicamente a ella durante la producción.
No toques a la chica después de que haya dicho:
¡Corten!, me dijo más de una vez, lo cual fue muy difícil, porque teníamos un montón de escenas juntos”, explicó Rod Taylor, protagonista junto con Tippi en “The Birds” (1963)
Su obsesión se volvió enfermiza; hasta el punto de que Hitchcock, no permitía que Tippi se fuese a su casa en un taxi compartido con gente del rodaje.
“Yo no debía ir en el mismo coche que ella, como si fuera a mancillar a su diosa.
Hitchcock la rodeó con un muro, e intentó aislarla de los demás, para que pasara todo el tiempo con él”, expresó Taylor.
Tanto era así, que el director desaprobaba a la gente que aparecía en la vida de Tippi, prohibió que su hija Melanie fuese al estudio a verla, y cuando salía con sus amigos, la seguían, y la espiaban, para luego dar parte de lo que hacía a Hitchcock.
“Hitchcock estaba obsesionándose conmigo, y yo empecé a sentirme muy incómoda, porque no tenía forma de controlarlo.
Debía ir con mucho cuidado, y ser muy prudente.
Intentaba controlarlo todo, desde lo que me ponía, hasta lo que comía, y bebía”, dijo la actriz, pues el director pretendía controlar hasta su vida privada.
Según su testimonio, ella fue víctima de lo que hoy se conoce como “acoso sexual”
Hitchcock se aprovechó de la situación, y abusó de su poder, ya que era una época, en la que no existía la posibilidad de poner una denuncia por acoso.
A Tippi sólo le quedaba aguantar:
“Yo no podía renunciar, y romper mi contrato:
Habría habido una demanda judicial; además, era una simple madre soltera con una hija de la que cuidar.
Me habrían puesto en “La Lista Negra”, y no habría vuelto a encontrar trabajo, de modo que tuve que aguantarme”, confesó la actriz.
Por este motivo, Hitchcock le tomó manía, y en la escena final en “The Birds”, en la que Melanie es atacada por decenas de pájaros, cambio los pájaros mecánicos por pájaros de verdad, de todo tipo: gaviotas, palomas, cuervos... que cubrieron de excremento todo el plato, incluso a la actriz, y provocaron que realmente le hicieran daño.
Los últimos 5 días de rodaje fueron una tortura según dijo Hedren, y terminó con un colapso nervioso, la pobre protagonista estuvo a punto de perder un ojo, y tuvo que ser hospitalizada.
Pero el resultado… fue una obra maestra.
¿Qué tan común eran estos comportamientos dentro de la industria en esa época?
“Muy común.
Las historias son innumerables.
Hitch defendía estas conductas, bajo la excusa de que estaba haciendo todo lo necesario, para convertirme en una estrella de cine”, explica Tippi.
El ejemplo más extremo, fue esa escena de los pájaros en el ático.
Sienna Miller experimentó una situación similar, pero bastante más controlada, comparada a lo que Hedren tuvo que pasar, pero le bastó eso, para imaginarse lo terrible que debió ser.
“Hubo gritos reales en la grabación.
Me lanzaron pájaros vivos durante una hora, en un espacio bastante reducido.
Fue muy brutal.
Lo peor es que Tippi tuvo que soportarlo por 5 días”, agrega Miller.
Y no sólo eso.
En la famosa escena, donde Hedren es atacada por una bandada, en una caseta de teléfono, a la actriz se le dijo que los vidrios que cubrían la caja, eran falsos e irrompibles.
Pero cuando el pájaro mecánico chocó contra las ventanas, los vidrios explotaron.
Pasó toda la tarde, sacándose pedazos de cristal de la cara.
Hitchcock la estaba empujando hasta su punto de quiebre.
“Cuando miro hacia atrás, no puedo creer que lo aguanté por tanto tiempo.
Era muy malvado.
Al final estaba muy cansada.
Nunca había sentido ese cansancio en mi vida.
Hitchcock tenía una mente muy extraña.
Mi doctor le dijo que yo necesitaba descansar por una semana.
Hitch le respondió:
“No puede ser, ella es todo lo que tenemos para grabar”
Mi doctor, enojado, le preguntó si estaba tratando de matarme.
Grabamos “The Birds” durante 6 meses, y tuve una sola tarde libre”, recuerda Tippi.
“Me confrontaba de manera descontrolada, si él pensaba que yo estaba saliendo con alguien.
Mandaba a personas para que me siguieran.
Les advirtió a Rod Taylor, y a Sean Connery, coprotagonistas de los filmes:
“No toquen a la chica”
Era una constante necesidad de control, siempre insistiendo en una copa de champagne, después de las grabaciones, cuando lo único que yo quería, era volver a casa con mi hija”, recuerda Tippi Hedren, madre de la actriz Melanie Griffith.
Una vez que Hedren se resistió a trabajar de nuevo con el director, él le pasó el contrato que habían firmado al comienzo del proceso:
Un pago por US$ 600 a la semana, con tal de hacer nada, durante 2 años, negándose a trabajar con otros directores, incluido François Truffaut, quien la quería incluir en sus películas.
Pero me queda una duda:
¿Pudo Hitchcock hacer sus películas, sin la crueldad de esa relación?
“No puedo responder esa pregunta.
Lo que sí puedo decir, es que Hitchcock está recibiendo su merecido castigo con “The Girl”
Además:
¿Podrías imaginarte atrapado en ese cuerpo, cuando él juraba que se veía como Cary Grant?”
Los tiempos, coinciden ambas Hedren/Miller, han cambiado para mejor.
Las estrellas de cine rubias, siempre serán vistas como fantasías, pero Miller tiene claro que:
“Por estos días, somos más capaces de lograr cosas, sin sentirnos en deuda con un hombre, que quiere controlarte y poseerte.
Hay más en la vida, que ser la marioneta de hombres siniestros”
Lo más curioso, es que después de “The Birds” (1963) la actriz Tippi Hedren, y el director, trabajaron juntos nuevamente en “Marnie” (1964), y nuevamente se repitió este acoso.
Tuvo que aceptar el papel por defecto, después de que Hitchcock, no logró convencer a Grace Kelly para regresar a la gran pantalla.
Hitchcock llego a amenazarla, diciendo que acabaría con su carrera.
En cierto modo, se salió con la suya, ya que tras “Marnie” (1964), la carrera de la actriz Tippi Hedren se estancó.
Cuando Hedren no soportó más el acoso, Hitchcock la amenazó con destruir su carrera.
“Y lo hizo”, dijo Tippi.
No obstante, en el 2007, la actriz habló sin rencor del director que la consagró:
“Aquel pobre hombre, deseaba desesperadamente, algo que no consiguió a lo largo de su vida”...
Después de perder a Tippi, Alfred Hitchcock no volvió a ser el mismo, y su carrera empezó a declinar.
Ella fue su última rubia...
Curiosamente:
¿Cómo habría sido construido el film “The Birds” (1963), si los pájaros fuesen de hecho el “símbolo” de las relaciones sexuales bloqueadas del director?
La respuesta es simple:
Primero debemos imaginar “The Birds” (1963) como un film sin pájaros.
Tendremos entonces, un típico drama norteamericano, acerca de una familia en la cual, el hijo va de mujer en mujer, porque es incapaz de liberarse de la presión ejercida por su madre posesiva.
Un drama muy parecido, a docenas que han pululado por los escenarios, y las pantallas norteamericanas, particularmente en la década del 50:
La tragedia de un hijo, jugando con el caos de su vida sexual, por lo que era en aquellos días referido como la “ineptitud de la madre en vivir su propia vida”, en “gastar su energía vital”, y el derrumbamiento emocional de la madre, cuando alguna mujer, finalmente, se las arregla para llevarse a su hijo de esa vida, todo aderezado con un poco de regusto “psicoanalítico” a la Eugene O'Neill, o Tennessee Williams, y actuado, si fuera posible, en un estilo psicológico a la Actors' Studio.
Ese era el lugar común, de la escena americana, en la década de 1950.
En resumen, amor platónico, obsesión y necesidades del guión, hicieron de las rubias de Hitchcock, una de sus señas de identidad, uno de los pilares maestros de su cine, y un elemento que siempre perturba, cada vez que se las ve atravesar la pantalla.

“One of television’s great contributions is that it brought murder back into the home, where it belongs”



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