Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain
“La chance c'est comme le Tour de France.
On l'attends longtemps et ça passe vite.
Quand le moment vient, faut sauter la barrière sans hésiter”
La batalla del cine europeo, frente al cine norteamericano, pasa por la consolidación de una industria propia, así como por la elaboración de un discurso diferenciado, que se erija en una verdadera alternativa comercial y narrativa.
El cine francés es un ejemplo de las posibles alternativas.
Cine de autor pero que no aspira a la marginalidad, sino que pretende llegar al público medio, y tener éxito comercial en las pantallas de los cines.
El Surrealismo nació estrechamente ligado al movimiento Dadaísta, que significó ante todo, una abierta manifestación contra toda forma de arte tradicional, y llegó incluso, al rechazo de todo arte producido por formas convencionales.
El Surrealismo fue definido como “automatismo psíquico puro, por el cual, se propone expresar el funcionamiento real del pensamiento, en ausencia de todo control ejercido por la razón, fuera de cualquier preocupación estética o moral”
Lo importante era reconocer la capacidad de la imaginación espontánea, sin mediación de sistemas de control racionales, para producir coherencia a partir de lo incoherente, y una lógica aparentemente necesaria, a partir de lo ilógico, o de lo imposible.
Los surrealistas criticaban la pérdida de la libertad en los creadores, debida a que el pragmatismo, la rutina, el peso de la educación someten al individuo, la propia autocensura se encarga de limitar la capacidad de creación, al no ser capaz de romper sus ataduras, y dejar que la imaginación vague sin lazos ni trabas.
El creador es, pues, un alienado de la sociedad, de la que solo puede librarse mediante la exaltación de lo irracional, de la locura, del sueño, es decir, mediante la oposición de “otro mundo” al establecido y dominado por las clases dirigentes.
El Automatismo significaba, el mecanismo por el que las ideas y las asociaciones de imágenes surgían al exterior de manera rápida, espontánea, fluida, sin hacer caso para nada de la coherencia y del sentido.
En su mayoría, el cine vanguardista, experimenta recursos y técnicas, sosteniendo el ritmo visual como principio gobernante, tanto para el montaje como para las escalas de los objetos, o el tiempo de duración de los planos.
Además, utiliza estudiadas técnicas de composición, y numerosos usos de las cámaras:
Ángulos inusuales, efectos ópticos, y distintas velocidades de filmación.
Las vanguardias intentaban descartar la visión tradicional, y enseñar nuevas maneras de mirar.
El propio Buñuel, uno de los precursores del cine surrealista, explica que para sumergir al espectador, en un estado que permitiese la libre asociación de ideas, era necesario producirle un choque traumático en el mismo comienzo del filme.
Las películas surrealistas pretenden provocar un impacto moral en el espectador, a través de la agresividad de la imagen, se juega con los sueños, con la imaginación; la gente hace cosas inesperadas, inimaginables para el espectador.
Hay una ida y vuelta constante, por medio de objetos, personajes y hechos, donde se puede reconocer la libertad de la imaginación que se plantea en el surrealismo.
“Elle va changer ta vie”
Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain es una película francesa del género comedia, del año 2001, dirigida por Jean-Pierre Jeunet, coescrita por el director y Guillaume Laurant.
Protagonizada por Audrey Tautou, Mathieu Kassovitz, Rufus, Lorella Cravotta, Serge Merlin, Jamel Debbouze, Claire Maurier, Clotilde Mollet, Isabelle Nanty, Dominique Pinon, Artus de Penguern, Yolande Moreau, Urbain Cancelier, Maurice Benichou, entre otros.
Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain obtuvo 5 nominaciones al Oscar:
Mejor película de habla no inglesa, guión original, dirección artística, sonido y fotografía.
Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain es una de las películas francesas más taquilleras de todos los tiempos, más de 30 millones de espectadores en el mundo, y marcó un fenómeno muy poco usual en su fecha:
Desbancar a las siempre taquilleras películas estadounidenses en Francia, y lograr una gran repercusión fuera de su país, en mercados tales como EEUU, Europa, América Latina y Asia.
Según Jean-Pierre Jeunet, Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain se trata de un film “concebido para dar felicidad a la gente”, “un cine champán”, como es ahora nombrado, en que el espectador es sumergido en una ligera ebriedad, una euforia que se parece a la felicidad.
Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain es una producción francesa, de género comedia romance, con un enmarque de la línea temática bastante distinto al de las demás cintas de su tipo.
Tañe las cuerdas del instrumento emocional de manera delicada y sutil, sin dejar de ser conmovedora, y más importante aún, sin rayar lo melifluo.
La fantasía y lo irreal, conforman un hilo permanente en el tejido de la trama, que realza las historias de trasfondo y la historia principal.
Con realización visual, e introducción sumamente atractivas, atrapa al espectador desde el inicio de la narración, por medio de datos simples y concretos, que poco a poco, van formando la base de una historia agraciada y algo infantil en un inicio.
Con enfoques y ángulos, que dan la impresión de flotar en el universo de la protagonista, y acercamientos que desvelan los sentimientos de los personajes con sólo imágenes, se es introducido a una historia que parece tener su entorno especial, y particularmente creado.
El planteo viene a mostrarnos una joven que con espíritu altruista, decide empezar a cambiar las vidas de las personas, mediante métodos poco convencionales.
Desde la teoría, Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain es una película que apuntaría a emocionarnos, con la generosidad y el desinterés que Amélie pone de manifiesto en cada una de sus acciones.
Y desde luego, para que esto funcione, el director debe lograr que el público acepte tal entorno, sin cuestionar su veracidad, y sin intentar siquiera, poner la historia en algún contexto más “realista”
Para lograrlo, no faltaba más, hace diestro uso de su extraordinario sentido visual, presentando las imágenes en una paleta de colores muy viva, pero a la vez limitada; un constante filtro verdoso, acentúa los colores primarios, y deslava todo lo demás, reduciendo la percepción del espectador, o mejor dicho, centrándola a lo que Jeunet quiere, pero sin descuidar los escenarios y ambientación.
Todos los trucos de cámara, incluyendo efectos digitales, están utilizados para servir al guión, y para subrayar, unas veces con sutileza, otras con desgarradora vehemencia, las emociones de los personajes.
Nunca se usan sólo por lucirse, o por parecer “cool”
La dificultad que presentó Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain fue cómo seleccionar anécdotas de la vida real, e ideas completamente imaginarias.
No se las podía incluir a la fuerza, porque tenían que encajar con la personalidad de los distintos personajes.
Un narrador omnisciente nos revela, pieza a pieza, los componentes del colorido juego que constituye Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain, empezando de su infancia y sus vivencias, hasta llegar a su empleo de adulta en “Café des 2 Moulins”, un café en Montmartre, cuya existencia es sustraída de la realidad.
Una serie de acontecimientos, le llevan a explotar su faceta de bienhechora de la humanidad, y durante la consecución de esta meta, se halla frente a un enigma fotográfico, que desembocará en la búsqueda de su compañero, Nino Quincampoix (Mathieu Kassovitz).
Entre obras de buena fe y fantasías inocentes, Amélie Poulain (Audrey Tautou) vive una serie de experiencias que cambian su punto de vista de la vida, y de los hombres, aunque sin dejar de lado sus propios placeres personales.
Es fácil que el espectador identifique su lado soñador con el iluso personaje principal, y sus preocupaciones acerca de la bondad y la justicia sobre esta tierra.
Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain contiene escenas llenas de fantasía, colores, movimientos de la cámara, sonido entre otros.
Amélie utiliza un recurso muy interesante, que es mirar directamente a la cámara, y se dirige al espectador, esta es una manera de introducirlo a la historia, como si fuésemos un personaje más, y ser cómplice en sus aventuras.
La historia del duende viajero, es una de las historias paralelas a la principal, que me pareció formidable, como Amélie utiliza un duende que le pertenece a su padre, para ayudarlo a superar la muerte de su esposa/madre, y realizar lo que siempre quiso:
Viajar por el mundo.
Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain es un film sobre los pequeños placeres de la vida, sobre los guiños del destino, sobre ese universo infantil que nunca dejamos atrás.
Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain es una película muy recomendable, para aquellos que quieran extraviarse por paraísos que creían perdidos, y deseen reconciliarse con la vida, o por lo menos intentarlo.
“Voilà ma petite Amélie, vous n'avez pas des os en verre.
Vous pouvez vous cogner à la vie”
Año 1997, París.
Amélie (Tautou) es una joven camarera que decide cambiar su vida, el mismo día que descubre que Lady Di ha fallecido en un accidente de tráfico.
Justo ese mismo día, descubre que en su baño, hay escondida una pequeña caja que contiene juguetes, fotografías, y cromos que un niño escondió hace ya 40 años, y decide buscarle y entregarle la caja.
Si él se alegra, decidirá dedicar su vida a ayudar a los demás.
Y así sucede.
Amélie va a mejorar muchas vidas con sencillos gestos.
“Elle va changer ta vie”, es decir, “ella va a cambiar tu vida”
Comienza con una voz en off, que narra la niñez de Amélie durante la cual, creció aislada del resto de los niños por decisión de su padre, debido a su equivocada creencia de que ella sufría problemas cardíacos, equivocado, pues cada vez que él le hacía un chequeo médico en casa, el corazón de Amélie se disparaba, simplemente por el contacto físico con su padre, ya que él normalmente nunca era afectivo con ella.
Este hecho, junto con el ambiente tenso que imperaba en su casa, debido también a la naturaleza inestable y nerviosa de su madre, y sobre todo, por la trágica muerte de ésta, al caérsele encima una turista suicida que se lanzó al vacío desde lo alto de la catedral de Notre Dame, lo que agudizó las tendencias antisociales de su padre, hacen que la niña desarrolle una inusual y activa imaginación.
Como se cita en Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain:
“Pasan los días, los meses y después los años.
A su alrededor todo parece tan muerto, que Amélie prefiere soñar hasta alcanzar la edad para irse de casa”
Amélie cumple 22 años, y deja su casa para instalarse en un apartamento en Montmartre, que se costea trabajando como camarera del “Café des 2 Moulins”
Allí, se dan a conocer una serie de personajes extravagantes que salen a la luz, dan un colorido variado, que nos muestran cómo la vida puede ser analizada desde distintos puntos de vista, allí donde cada vida es un mundo particular, donde se ponen en juego muchos factores.
Suzanne (Claire Maurier) es la dueña, antigua artista de la hípica artística, que cojea un poco, ya que se le cayó su propio caballo encima, pero nunca derrama nada, a la que le gusta ver a los atletas que lloran por desilusión, y no le gusta que un hombre sea humillado en presencia de su hijo.
Georgette (Isabelle Nanty) es la vendedora de tabaco hipocondríaca, la cual odia la frase “el fruto de su vientre”
Gina (Clotilde Mollet) es camarera como Amélie, cuya abuela era sanadora, y a quien le gusta hacer crujir los huesos.
Hipolito (Artus de Penguern) es un escritor fracasado, a quien le gusta ver toreros corneados por televisión.
Joseph (Dominique Pinon) es el amante rechazado de Gina, quien se pasa espiándola todo el día, y a quien sólo le gusta hacer explotar el papel de burbujas.
Philomène (Armelle Lesniak) es azafata de vuelo, a quien le gusta el ruido producido por el tazón del gato en el azulejo, al cual le gusta oír historias para niños.
¿Es que la realidad humana que hay en la calle, y que hay que enderezar, es tan desoladora?
¿Somos tan excéntricos?
En ello, hay un factor onírico, que se pone de manifiesto:
Donde cada personaje expone su modo particular de vivir, y de apreciar la realidad.
Vemos mucho de sueños perdidos en ellos, de particularidades que nos transportan a un universo paralelo, donde una jovencita decide dar giros, a ciertos aspectos del destino.
Con la simpleza de intenciones, y con muchas ganas de corregir detalles, que para ella están mal, se propone modificar el caprichoso destino.
“L'échec nous enseigne que la vie n'est qu'un projet, une répetition sans fin d'un essai d'une ouvre qui n'est jamis libéré”
Amélie no tiene novio, lo intentó una o dos veces, pero los resultados la desanimaron.
En su lugar, Amélie ha cultivado un gusto por los pequeños placeres, tales como:
Meter la mano en un saco lleno de legumbres, romper la capita de azúcar caramelizado de la Crème brûlée con una cuchara, verle la cara en la oscuridad en el cine a la gente, lanzar piedras en el canal Saint Martin, o tratar de adivinar cuántas personas hacen algo, en un determinado momento, como cuantas parejas tienen un orgasmo en un momento específico, a lo que responde “quince”
Pero el 30 de agosto de 1997, ocurre el evento que cambiará la vida de Amélie.
Tras una serie de circunstancias, por el shock ocasionado al enterarse por televisión, del accidente de Lady Di, descubre tras una losa de su baño, el pequeño tesoro guardado por un niño hace 40 años.
Fascinada por el hallazgo, el 31 de agosto, a las 4:00 de la madrugada, tiene una idea espectacular:
Donde quiera que esté, Amélie encontrará al dueño, y le devolverá su tesoro.
Si lo conmueve, se convertirá en una vengadora del bien.
Si no, pues nada.
Con la ayuda de su vecino Raymond Dufayel (Serge Merlin) un anciano conocido como “el hombre de cristal” por la debilidad de sus huesos, que lleva 20 años sin salir de casa, y que sólo ve el mundo a través de la reproducción de un cuadro de Pierre-Auguste Renoir; y tras una larga búsqueda por toda la ciudad, Amélie consigue finalmente, localizar al dueño del tesoro y devolvérselo de forma casual, tras una estrategia muy original.
El dueño, no sólo se emociona profundamente, al descubrir que toda su infancia estaba en esa cajita, sino que además, se plantea mejorar su vida actual.
En ese momento, Amélie tiene una sensación de completa armonía, y decide volcarse hacia los demás, para crearles felicidad en sus vidas.
De esta forma, inventa toda clase de estrategias, de lo más originales y conmovedoras para intervenir, sin que se den cuenta, en la existencia de varias personas de su entorno.
Como cuando agarra del brazo a un ciego vagabundo, y le da un rápido pero intenso paseo por un mercado, mientras le susurra al oído todo lo que ella va viendo, produciendo en el ciego, un estado de emoción inmensurable.
También, le hace olvidar a Georgette su carácter hipocondríaco, y a Joseph su desdichada obsesión por Gina, al provocar Amélie una situación de romance de lo más pasional entre ambos.
De la misma manera, se venga del cruel frutero de su barrio, quien humilla constantemente a su joven ayudante, dejándolo en ridículo delante de todo el mundo.
Asimismo, consigue sacar a su vecino Raymond de la obsesión por el cuadro de Renoir, mediante el envío anónimo de videos, donde se muestran hermosas escenas de lo más curiosas, que producen en el anciano, una inmediata necesidad de expandir su mente, más allá de lo que había hecho antes.
También, gracias a Amélie, Hipolito vuelve a cobrar ilusión por su literatura, al descubrir una de sus estrofas pintada en una pared de la calle:
“Sans toi, les émotions d’aujourd’hui ne seraient que la peau morte des emotions d’autrefois”
(Sin ti, las emociones de hoy no serían más que la piel muerta de las de ayer)
Y sobre todo cuando, valiéndose de un gnomo de piedra de jardín, a quien su padre tenía especial cariño, logra que éste, por fin, decida hacer las maletas y emprender un viaje por el mundo.
Pero mientras todo esto sucede, y nadie se preocupa por Amélie, ella se ve forzada de forma involuntaria, a examinar y valorar su vida solitaria.
Este sentimiento se agudiza especialmente, tras conocer a Nino, un chico tan raro y soñador como ella, que trabaja medio día en “el tren del horror” y el otro medio en un “sex shop”, que colecciona las fotos que la gente va desechando en las cabinas de fotos.
Amélie siente fascinación por Nino, pero prefiere un encuentro casual, a una presentación directa.
Lo intenta varias veces sin éxito, y acaba dejándolo por imposible.
Pero, finalmente, su vecino Raymond le corresponde con la misma moneda a Amélie, incitándola a buscar lo que había dejado en un segundo plano:
Su propia felicidad.
Así, Amélie, acaba felizmente en los brazos de Nino, al que besa de la forma más sutil y complaciente que se pueda imaginar.
“Nous parlons du temps pour ne pas se rendre compte comment passe vite”
Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain nos muestra la vida de Amélie Poulain desde su creación hasta su madurez, pasando por su juventud.
Nos muestra claramente las características surrealistas del “cambio de la voluntad individual”, genera un sentimiento de generosidad, bondad, perseverancia e ingeniosidad en el espectador, y de la presentación no solo de los personajes, sino también de sus sueños, valores, personalidad, y deseos para el futuro, por medio de cualquier medio creado, o bien ideado.
La timidez de Amélie, tiene como base, una fuerte tendencia a la cobardía, ya que no se siente capaz de arriesgarse por miedo a salir herida sentimentalmente.
Su miedo lo evade con “estratagemas” que solo son una forma de alargar el momento de enfrentarse con la realidad, y actuar de una forma directa.
Este es otro simbolismo, ya que el vecino tiene un esqueleto tan frágil, como si fuera de cristal, y no puede salir de casa por poder hacerse daño.
De este modo, podemos decir lo que siente Amélie subconscientemente, con sus sentimientos:
No puede dejar “salir” a su corazón, por temor a que se rompa, cual como haría el esqueleto de su vecino.
Este paralelismo es muy importante, ya que tarde o temprano, va a tener que enfrentarse con ello, y elegir si arriesgarse para perder, o ganar todo, o vivir protegiéndose como siempre, sin que haya ningún cambio en su vida.
Audrey Tautou no sólo es perfecta para el personaje, sino que es una verdadera actriz de carácter, lo cual es poco común en Francia.
Además, tiene un agudo sentido de la cinematografía y del ritmo y sólo tenía 23 años, en el momento de rodar Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain.
Amélie se enamora de Nino, y de una manera jocosa juega con él, atrasando el momento de conocerse, tal vez por miedo de conocer a alguien nuevo, de una u otra manera, Nino llega a conocer a Amélie, y él también se enamora de ella.
No sobran los protagonistas románticos en Francia.
El actor Mathieu Kassovitz, no sólo es increíblemente encantador, y un actor maravilloso, sino que posee una cualidad asombrosa:
La cámara le adora.
Me gusta el mundo fantástico que imagina la protagonista, en el que las cosas son casi idílicas, y también la forma en la que unas palabras cambian su forma de ver un trozo de la realidad.
El ejemplo más claro, es cuando la dueña del café explica como “empareja” a desconocidos, y ella decide usarlo como base.
Y la manera tan descarada de mirar a la cámara, para hacer cómplice al espectador de ese pequeño mundo.
Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain ironiza determinados actitudes de los personajes:
Colección de fotos desechadas, y huellas en el hormigón, celos compulsivos, una hipocondríaca que sufre de fuertes jaquecas, le duele el nervio ciático, o porque tiene ataques de tos, la portera alcohólica llorona desde que perdió a su marido, “el hombre de cristal”, que por la delicadeza de sus huesos, no sale de su casa desde hace 20 años, y se dedica a pintar siempre el mismo cuadro; el tendero humillador de empleados, el padre que se refugia en su casa con su gnomo desde la muerte de su esposa; todos estos terminan dejando sus patologías, gracias a que Amélie interviene, aunque ellos no se dan cuenta, todo esto es una forma de crítica a la vida actual, que como surrealista, lo que intenta es enseñarnos a ver la vida desde otro punto de vista, uno menos racional, más imaginativo y soñador.
Relacionando todo esto con Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain, se puede decir que tiene presente muchas características del surrealismo, ya que en algunas partes la misma Amélie Poulain, se transforma en agua, se desvanece, esto lo vinculo con la metamorfosis.
En Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain salen algunas escenas, en las cuales se presentan desnudos, sexo, y lo erótico se trata de modo lúbrico, y lo uno aún más, porque el sexo se vuelve, hasta cierto punto un vicio, puesto que al inicio, se menciona que Amélie tenía relaciones sexuales, pero que con todos quedaba frustrada, además, existen unas escenas en que las personas, sin tener un sentimiento que los uniese, tenían sexo, lo único que los unía era la dependencia al sexo, ejemplo la que vendía cigarrillos, y el señor que pasaba grabando todo lo que hacía su ex novia.
La característica de ser autómata, por otra parte, se enlaza con la forma en que el dueño de la verdulería trataba a su empleado, pues el empleado era débil, tenía cierto tipo de discapacidad.
En aspectos tan pequeños, como por ejemplo, los cambios que ella hace en la casa del tendero Collignon, que generan una serie de confusiones mentales en él, debido a estar tan acostumbrado a la rutina.
La animación de lo inanimado, hay una escena en que las fotografías, la lámpara y otros objetos toman vida, elementos incongruentes, en momentos cuando la actriz principal se encontraba mirando televisión, se comenzaba a contar cosas sobre ella en la televisión, que confundían en cierto punto, pues en realidad no estaban sucediendo.
En sí, Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain, nos muestra todo lo que es capaz de hacer la imaginación.
La infancia es un tema recurrente, que se refleja en la forma sorprendente de contar:
La de Amélie será reflejo de la de su Príncipe Azul, Nino Quincampoix, solitario y sin amigos.
O la de Dominique Bretodeau, el niño que 40 años antes, había escondido sus juguetes más apreciados, en una pequeña caja tras la pared del baño en que vive la protagonista.
Este hecho, la recuperación de la infancia, ese lugar mítico, perdido en el olvido por alguien gracias a ella, desembocarán en una decisión clave, basada en su pensamiento mágico infantil:
Si el propietario recupera ese lugar, la protagonista intentará hacer feliz a aquellos que la rodean.
Así ocurre:
Tras descubrir la caja, Dominique Bretodeau, llora, y decide visitar a su hija, y a su nieto al que no conoce.
El opuesto de este universal, la soledad, y la incomunicación, están presentes también en Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain.
El ser humano occidental, vive rodeado de artilugios y mecanismos de expresión y comunicación, y, paradójicamente, está solo, y se siente desamparado.
Es intencionado, pues, que el relato recoja de manera sutil, todos esos modos expresivos o comunicativos, obviando otros como el teléfono móvil y el ordenador que hoy nos rodean; un olvido que contribuye a esa sensación de extrañamiento del espectador, ante lo que está viendo.
La introducción del accidente de Lady Di y su novio, no es en absoluto baladí, porque su impacto mediático fue de tal calibre, que abrió una nueva senda comunicativa globalizada en lo emocional.
El cine familiar, aparece en el genérico, con una Amélie niña, que juega ante la cámara, memoria visual de la infancia, un lugar habitado por fantasmas, hechos de un haz de luz.
La fotografía y la televisión luego, cuando la protagonista recibe una cámara de su madre, y el vecino le hace creer, que dicha máquina provoca accidentes por un defecto de fábrica.
La fotografía como captadora de almas en rostros, explica el afán coleccionista de Nino de retratos de fotomatón desechados por sus dueños.
O a través de esas fotos polaroid del enanito de cerámica, en todas las capitales del mundo, que incitan al padre de Amélie a viajar.
El cine como lugar de ensoñación de un público sonriente, al que la protagonista observa complacida.
La afición a la pintura de “el hombre de cristal” que copia obsesivamente, una copia al año, el mismo cuadro impresionista, y que tiene una cámara de vídeo obsoleta, para observar la calle y el reloj de una tienda, como única conexión con el mundo exterior, al que no accede debido a su extraña enfermedad.
El teléfono fijo o en cabinas, instrumento de juegos amorosos entre Nino y Amélie.
La literatura, con toda su fuerza de ilusión, está encarnada en Hipolito, el escritor fracasado, y en la carta de amor que recibe la portera con 30 años de retraso, de su marido muerto en la Argentina, tras abandonarla por otra.
Por otro lado, me llamó mucho la atención, el hecho de que por más que sucedieran cosas malas, ella siempre tenía mentalidad positiva, además se convierte como en cierto tipo de “ángel guardián”, ayudaba a todos, trataba de hacerle a las personas de su entorno, una vida feliz y justa, o por lo menos, una vida en la cual tuviesen algo con que resignarse, como pasó con la carta que le escribió a la señora donde vivía Amélie, puesto que la mujer quedó tranquila al recibir la carta de su esposo, donde decía que la amaba.
La utilización de pasatiempos diferentes, como crear un álbum de fotos de una persona desconocida, o recolectar piedras y tirarlas, hablar con vegetales, son una forma de expresar la libertad de pensamiento que Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain involucra del cine surrealista, y ponen en duda la realidad misma.
Hay una larga secuencia surreal en la cual, Amélie se imagina las razones por la cual Nino, su amor, no llega su punto de encuentro determinado.
En la secuencia, se usan planos mezclados con tomas en blanco y negro, transiciones y aceleramiento de tomas, fantasiosas e irreales, en espacios de lugar y tiempo confusos.
Un par de detalles curiosos, la actriz Audrey Tautou aprendió a escribir al revés, la frase “Menu du jour”, y en realidad, no sabe tirar una piedra para que rebote en el agua, lo hicieron con efectos especiales.
“Sans toi les émotions d'aujourd'hui ne seraient que la peau morte des émotions d'autre fois”
A pesar de ser descrita por muchos como un “cuento para adultos” en Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain se pueden encontrar pequeñas pinceladas sobre la naturaleza humana.
El principal, y más evidente, es el hecho de ver con romanticismo y nostalgia la infancia, tal y como hizo Antoine de Saint-Exupéry con “Le Petite Prince”
La inocencia, y a la vez, la naturaleza traviesa que se les atribuye a los niños, hacen que Amélie pase de ser un personaje más, a uno con mucho juego.
Por supuesto, no nos podemos olvidar el simbolismo de encontrar una caja, los recuerdos de infancia de un hombre a quien encontrarse con esta gracias, a Amélie le supone un cambio en su vida, y una recapacitación de ella.
No se puede dejar de lado, que la educación por parte de los padres, juega un papel muy importante, que hace ver que, una mente cerrada puede ocasionar graves trastorno al ser humano, al no permitir vivir.
Muchas veces, el sobre proteccionismo, nos ha ocasionado que las personas no puedan valerse por sí mismas, aunque hay excepciones a la regla.
No todos los que han vivido bajo ese esquema, han sufrido esas consecuencias nefastas.
Quizás lo que más me impresiono, o me llamo la atención, fue como todos pensamos que la felicidad esta en cosas extravagantes, como una mansión, carros, dinero; pero Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain nos enseña, que la felicidad puede encontrarse en cosas tan pequeñas y simples, como introducir “la mano en una bolsa con granos, y sentir esa hermosa sensación”, que es algo simple, que te permite ser feliz.
A veces, las personas pasan gran parte de su vida, empeñados en trabajar duro para poder alcanzar la felicidad en algún momento, pero no se dan cuenta, que la felicidad puede estar allí, en cosas simples, o en cosas al alcance de la mano, como lo que poseen, o las personas a su alrededor, que muchas veces dejan pasar por alto, y las pueden llegar a perder.
Es una gran enseñanza, pues a veces, en una vida llena de trabajos, las cosas pequeñas son las que realmente te pueden hacer feliz, y seguir luchando por tus sueños como una motivación.
La felicidad que enseña Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain, me recuerda la frase, de un anónimo:
“La felicidad no es un destino, sino un trayecto”
La inocencia, la nostalgia, la apariencia azucarada, el final feliz, la previsibilidad propia del cuento, no supone, en mi opinión, un obstáculo al compromiso de Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain.
La descripción de un hecho, con el contexto de otros que lo acompañan en espacio y tiempo, simboliza esa idea espiritual, de interconexión entre todas las cosas que suceden en el mundo.
La bondad, el optimismo crítico, y la fantasía infantil auténtica, serían la vía para conseguir un planeta mejor y más justo.
“La vie est étrange.
Lorsque vous êtes un enfant, le temps ne passe pas et tout á coup, un jour vous avez 50 ans.
Et ce qui reste de l'enfance s'inscrit dans une caisse rouillée”
On l'attends longtemps et ça passe vite.
Quand le moment vient, faut sauter la barrière sans hésiter”
La batalla del cine europeo, frente al cine norteamericano, pasa por la consolidación de una industria propia, así como por la elaboración de un discurso diferenciado, que se erija en una verdadera alternativa comercial y narrativa.
El cine francés es un ejemplo de las posibles alternativas.
Cine de autor pero que no aspira a la marginalidad, sino que pretende llegar al público medio, y tener éxito comercial en las pantallas de los cines.
El Surrealismo nació estrechamente ligado al movimiento Dadaísta, que significó ante todo, una abierta manifestación contra toda forma de arte tradicional, y llegó incluso, al rechazo de todo arte producido por formas convencionales.
El Surrealismo fue definido como “automatismo psíquico puro, por el cual, se propone expresar el funcionamiento real del pensamiento, en ausencia de todo control ejercido por la razón, fuera de cualquier preocupación estética o moral”
Lo importante era reconocer la capacidad de la imaginación espontánea, sin mediación de sistemas de control racionales, para producir coherencia a partir de lo incoherente, y una lógica aparentemente necesaria, a partir de lo ilógico, o de lo imposible.
Los surrealistas criticaban la pérdida de la libertad en los creadores, debida a que el pragmatismo, la rutina, el peso de la educación someten al individuo, la propia autocensura se encarga de limitar la capacidad de creación, al no ser capaz de romper sus ataduras, y dejar que la imaginación vague sin lazos ni trabas.
El creador es, pues, un alienado de la sociedad, de la que solo puede librarse mediante la exaltación de lo irracional, de la locura, del sueño, es decir, mediante la oposición de “otro mundo” al establecido y dominado por las clases dirigentes.
El Automatismo significaba, el mecanismo por el que las ideas y las asociaciones de imágenes surgían al exterior de manera rápida, espontánea, fluida, sin hacer caso para nada de la coherencia y del sentido.
En su mayoría, el cine vanguardista, experimenta recursos y técnicas, sosteniendo el ritmo visual como principio gobernante, tanto para el montaje como para las escalas de los objetos, o el tiempo de duración de los planos.
Además, utiliza estudiadas técnicas de composición, y numerosos usos de las cámaras:
Ángulos inusuales, efectos ópticos, y distintas velocidades de filmación.
Las vanguardias intentaban descartar la visión tradicional, y enseñar nuevas maneras de mirar.
El propio Buñuel, uno de los precursores del cine surrealista, explica que para sumergir al espectador, en un estado que permitiese la libre asociación de ideas, era necesario producirle un choque traumático en el mismo comienzo del filme.
Las películas surrealistas pretenden provocar un impacto moral en el espectador, a través de la agresividad de la imagen, se juega con los sueños, con la imaginación; la gente hace cosas inesperadas, inimaginables para el espectador.
Hay una ida y vuelta constante, por medio de objetos, personajes y hechos, donde se puede reconocer la libertad de la imaginación que se plantea en el surrealismo.
“Elle va changer ta vie”
Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain es una película francesa del género comedia, del año 2001, dirigida por Jean-Pierre Jeunet, coescrita por el director y Guillaume Laurant.
Protagonizada por Audrey Tautou, Mathieu Kassovitz, Rufus, Lorella Cravotta, Serge Merlin, Jamel Debbouze, Claire Maurier, Clotilde Mollet, Isabelle Nanty, Dominique Pinon, Artus de Penguern, Yolande Moreau, Urbain Cancelier, Maurice Benichou, entre otros.
Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain obtuvo 5 nominaciones al Oscar:
Mejor película de habla no inglesa, guión original, dirección artística, sonido y fotografía.
Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain es una de las películas francesas más taquilleras de todos los tiempos, más de 30 millones de espectadores en el mundo, y marcó un fenómeno muy poco usual en su fecha:
Desbancar a las siempre taquilleras películas estadounidenses en Francia, y lograr una gran repercusión fuera de su país, en mercados tales como EEUU, Europa, América Latina y Asia.
Según Jean-Pierre Jeunet, Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain se trata de un film “concebido para dar felicidad a la gente”, “un cine champán”, como es ahora nombrado, en que el espectador es sumergido en una ligera ebriedad, una euforia que se parece a la felicidad.
Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain es una producción francesa, de género comedia romance, con un enmarque de la línea temática bastante distinto al de las demás cintas de su tipo.
Tañe las cuerdas del instrumento emocional de manera delicada y sutil, sin dejar de ser conmovedora, y más importante aún, sin rayar lo melifluo.
La fantasía y lo irreal, conforman un hilo permanente en el tejido de la trama, que realza las historias de trasfondo y la historia principal.
Con realización visual, e introducción sumamente atractivas, atrapa al espectador desde el inicio de la narración, por medio de datos simples y concretos, que poco a poco, van formando la base de una historia agraciada y algo infantil en un inicio.
Con enfoques y ángulos, que dan la impresión de flotar en el universo de la protagonista, y acercamientos que desvelan los sentimientos de los personajes con sólo imágenes, se es introducido a una historia que parece tener su entorno especial, y particularmente creado.
El planteo viene a mostrarnos una joven que con espíritu altruista, decide empezar a cambiar las vidas de las personas, mediante métodos poco convencionales.
Desde la teoría, Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain es una película que apuntaría a emocionarnos, con la generosidad y el desinterés que Amélie pone de manifiesto en cada una de sus acciones.
Y desde luego, para que esto funcione, el director debe lograr que el público acepte tal entorno, sin cuestionar su veracidad, y sin intentar siquiera, poner la historia en algún contexto más “realista”
Para lograrlo, no faltaba más, hace diestro uso de su extraordinario sentido visual, presentando las imágenes en una paleta de colores muy viva, pero a la vez limitada; un constante filtro verdoso, acentúa los colores primarios, y deslava todo lo demás, reduciendo la percepción del espectador, o mejor dicho, centrándola a lo que Jeunet quiere, pero sin descuidar los escenarios y ambientación.
Todos los trucos de cámara, incluyendo efectos digitales, están utilizados para servir al guión, y para subrayar, unas veces con sutileza, otras con desgarradora vehemencia, las emociones de los personajes.
Nunca se usan sólo por lucirse, o por parecer “cool”
La dificultad que presentó Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain fue cómo seleccionar anécdotas de la vida real, e ideas completamente imaginarias.
No se las podía incluir a la fuerza, porque tenían que encajar con la personalidad de los distintos personajes.
Un narrador omnisciente nos revela, pieza a pieza, los componentes del colorido juego que constituye Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain, empezando de su infancia y sus vivencias, hasta llegar a su empleo de adulta en “Café des 2 Moulins”, un café en Montmartre, cuya existencia es sustraída de la realidad.
Una serie de acontecimientos, le llevan a explotar su faceta de bienhechora de la humanidad, y durante la consecución de esta meta, se halla frente a un enigma fotográfico, que desembocará en la búsqueda de su compañero, Nino Quincampoix (Mathieu Kassovitz).
Entre obras de buena fe y fantasías inocentes, Amélie Poulain (Audrey Tautou) vive una serie de experiencias que cambian su punto de vista de la vida, y de los hombres, aunque sin dejar de lado sus propios placeres personales.
Es fácil que el espectador identifique su lado soñador con el iluso personaje principal, y sus preocupaciones acerca de la bondad y la justicia sobre esta tierra.
Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain contiene escenas llenas de fantasía, colores, movimientos de la cámara, sonido entre otros.
Amélie utiliza un recurso muy interesante, que es mirar directamente a la cámara, y se dirige al espectador, esta es una manera de introducirlo a la historia, como si fuésemos un personaje más, y ser cómplice en sus aventuras.
La historia del duende viajero, es una de las historias paralelas a la principal, que me pareció formidable, como Amélie utiliza un duende que le pertenece a su padre, para ayudarlo a superar la muerte de su esposa/madre, y realizar lo que siempre quiso:
Viajar por el mundo.
Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain es un film sobre los pequeños placeres de la vida, sobre los guiños del destino, sobre ese universo infantil que nunca dejamos atrás.
Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain es una película muy recomendable, para aquellos que quieran extraviarse por paraísos que creían perdidos, y deseen reconciliarse con la vida, o por lo menos intentarlo.
“Voilà ma petite Amélie, vous n'avez pas des os en verre.
Vous pouvez vous cogner à la vie”
Año 1997, París.
Amélie (Tautou) es una joven camarera que decide cambiar su vida, el mismo día que descubre que Lady Di ha fallecido en un accidente de tráfico.
Justo ese mismo día, descubre que en su baño, hay escondida una pequeña caja que contiene juguetes, fotografías, y cromos que un niño escondió hace ya 40 años, y decide buscarle y entregarle la caja.
Si él se alegra, decidirá dedicar su vida a ayudar a los demás.
Y así sucede.
Amélie va a mejorar muchas vidas con sencillos gestos.
“Elle va changer ta vie”, es decir, “ella va a cambiar tu vida”
Comienza con una voz en off, que narra la niñez de Amélie durante la cual, creció aislada del resto de los niños por decisión de su padre, debido a su equivocada creencia de que ella sufría problemas cardíacos, equivocado, pues cada vez que él le hacía un chequeo médico en casa, el corazón de Amélie se disparaba, simplemente por el contacto físico con su padre, ya que él normalmente nunca era afectivo con ella.
Este hecho, junto con el ambiente tenso que imperaba en su casa, debido también a la naturaleza inestable y nerviosa de su madre, y sobre todo, por la trágica muerte de ésta, al caérsele encima una turista suicida que se lanzó al vacío desde lo alto de la catedral de Notre Dame, lo que agudizó las tendencias antisociales de su padre, hacen que la niña desarrolle una inusual y activa imaginación.
Como se cita en Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain:
“Pasan los días, los meses y después los años.
A su alrededor todo parece tan muerto, que Amélie prefiere soñar hasta alcanzar la edad para irse de casa”
Amélie cumple 22 años, y deja su casa para instalarse en un apartamento en Montmartre, que se costea trabajando como camarera del “Café des 2 Moulins”
Allí, se dan a conocer una serie de personajes extravagantes que salen a la luz, dan un colorido variado, que nos muestran cómo la vida puede ser analizada desde distintos puntos de vista, allí donde cada vida es un mundo particular, donde se ponen en juego muchos factores.
Suzanne (Claire Maurier) es la dueña, antigua artista de la hípica artística, que cojea un poco, ya que se le cayó su propio caballo encima, pero nunca derrama nada, a la que le gusta ver a los atletas que lloran por desilusión, y no le gusta que un hombre sea humillado en presencia de su hijo.
Georgette (Isabelle Nanty) es la vendedora de tabaco hipocondríaca, la cual odia la frase “el fruto de su vientre”
Gina (Clotilde Mollet) es camarera como Amélie, cuya abuela era sanadora, y a quien le gusta hacer crujir los huesos.
Hipolito (Artus de Penguern) es un escritor fracasado, a quien le gusta ver toreros corneados por televisión.
Joseph (Dominique Pinon) es el amante rechazado de Gina, quien se pasa espiándola todo el día, y a quien sólo le gusta hacer explotar el papel de burbujas.
Philomène (Armelle Lesniak) es azafata de vuelo, a quien le gusta el ruido producido por el tazón del gato en el azulejo, al cual le gusta oír historias para niños.
¿Es que la realidad humana que hay en la calle, y que hay que enderezar, es tan desoladora?
¿Somos tan excéntricos?
En ello, hay un factor onírico, que se pone de manifiesto:
Donde cada personaje expone su modo particular de vivir, y de apreciar la realidad.
Vemos mucho de sueños perdidos en ellos, de particularidades que nos transportan a un universo paralelo, donde una jovencita decide dar giros, a ciertos aspectos del destino.
Con la simpleza de intenciones, y con muchas ganas de corregir detalles, que para ella están mal, se propone modificar el caprichoso destino.
“L'échec nous enseigne que la vie n'est qu'un projet, une répetition sans fin d'un essai d'une ouvre qui n'est jamis libéré”
Amélie no tiene novio, lo intentó una o dos veces, pero los resultados la desanimaron.
En su lugar, Amélie ha cultivado un gusto por los pequeños placeres, tales como:
Meter la mano en un saco lleno de legumbres, romper la capita de azúcar caramelizado de la Crème brûlée con una cuchara, verle la cara en la oscuridad en el cine a la gente, lanzar piedras en el canal Saint Martin, o tratar de adivinar cuántas personas hacen algo, en un determinado momento, como cuantas parejas tienen un orgasmo en un momento específico, a lo que responde “quince”
Pero el 30 de agosto de 1997, ocurre el evento que cambiará la vida de Amélie.
Tras una serie de circunstancias, por el shock ocasionado al enterarse por televisión, del accidente de Lady Di, descubre tras una losa de su baño, el pequeño tesoro guardado por un niño hace 40 años.
Fascinada por el hallazgo, el 31 de agosto, a las 4:00 de la madrugada, tiene una idea espectacular:
Donde quiera que esté, Amélie encontrará al dueño, y le devolverá su tesoro.
Si lo conmueve, se convertirá en una vengadora del bien.
Si no, pues nada.
Con la ayuda de su vecino Raymond Dufayel (Serge Merlin) un anciano conocido como “el hombre de cristal” por la debilidad de sus huesos, que lleva 20 años sin salir de casa, y que sólo ve el mundo a través de la reproducción de un cuadro de Pierre-Auguste Renoir; y tras una larga búsqueda por toda la ciudad, Amélie consigue finalmente, localizar al dueño del tesoro y devolvérselo de forma casual, tras una estrategia muy original.
El dueño, no sólo se emociona profundamente, al descubrir que toda su infancia estaba en esa cajita, sino que además, se plantea mejorar su vida actual.
En ese momento, Amélie tiene una sensación de completa armonía, y decide volcarse hacia los demás, para crearles felicidad en sus vidas.
De esta forma, inventa toda clase de estrategias, de lo más originales y conmovedoras para intervenir, sin que se den cuenta, en la existencia de varias personas de su entorno.
Como cuando agarra del brazo a un ciego vagabundo, y le da un rápido pero intenso paseo por un mercado, mientras le susurra al oído todo lo que ella va viendo, produciendo en el ciego, un estado de emoción inmensurable.
También, le hace olvidar a Georgette su carácter hipocondríaco, y a Joseph su desdichada obsesión por Gina, al provocar Amélie una situación de romance de lo más pasional entre ambos.
De la misma manera, se venga del cruel frutero de su barrio, quien humilla constantemente a su joven ayudante, dejándolo en ridículo delante de todo el mundo.
Asimismo, consigue sacar a su vecino Raymond de la obsesión por el cuadro de Renoir, mediante el envío anónimo de videos, donde se muestran hermosas escenas de lo más curiosas, que producen en el anciano, una inmediata necesidad de expandir su mente, más allá de lo que había hecho antes.
También, gracias a Amélie, Hipolito vuelve a cobrar ilusión por su literatura, al descubrir una de sus estrofas pintada en una pared de la calle:
“Sans toi, les émotions d’aujourd’hui ne seraient que la peau morte des emotions d’autrefois”
(Sin ti, las emociones de hoy no serían más que la piel muerta de las de ayer)
Y sobre todo cuando, valiéndose de un gnomo de piedra de jardín, a quien su padre tenía especial cariño, logra que éste, por fin, decida hacer las maletas y emprender un viaje por el mundo.
Pero mientras todo esto sucede, y nadie se preocupa por Amélie, ella se ve forzada de forma involuntaria, a examinar y valorar su vida solitaria.
Este sentimiento se agudiza especialmente, tras conocer a Nino, un chico tan raro y soñador como ella, que trabaja medio día en “el tren del horror” y el otro medio en un “sex shop”, que colecciona las fotos que la gente va desechando en las cabinas de fotos.
Amélie siente fascinación por Nino, pero prefiere un encuentro casual, a una presentación directa.
Lo intenta varias veces sin éxito, y acaba dejándolo por imposible.
Pero, finalmente, su vecino Raymond le corresponde con la misma moneda a Amélie, incitándola a buscar lo que había dejado en un segundo plano:
Su propia felicidad.
Así, Amélie, acaba felizmente en los brazos de Nino, al que besa de la forma más sutil y complaciente que se pueda imaginar.
“Nous parlons du temps pour ne pas se rendre compte comment passe vite”
Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain nos muestra la vida de Amélie Poulain desde su creación hasta su madurez, pasando por su juventud.
Nos muestra claramente las características surrealistas del “cambio de la voluntad individual”, genera un sentimiento de generosidad, bondad, perseverancia e ingeniosidad en el espectador, y de la presentación no solo de los personajes, sino también de sus sueños, valores, personalidad, y deseos para el futuro, por medio de cualquier medio creado, o bien ideado.
La timidez de Amélie, tiene como base, una fuerte tendencia a la cobardía, ya que no se siente capaz de arriesgarse por miedo a salir herida sentimentalmente.
Su miedo lo evade con “estratagemas” que solo son una forma de alargar el momento de enfrentarse con la realidad, y actuar de una forma directa.
Este es otro simbolismo, ya que el vecino tiene un esqueleto tan frágil, como si fuera de cristal, y no puede salir de casa por poder hacerse daño.
De este modo, podemos decir lo que siente Amélie subconscientemente, con sus sentimientos:
No puede dejar “salir” a su corazón, por temor a que se rompa, cual como haría el esqueleto de su vecino.
Este paralelismo es muy importante, ya que tarde o temprano, va a tener que enfrentarse con ello, y elegir si arriesgarse para perder, o ganar todo, o vivir protegiéndose como siempre, sin que haya ningún cambio en su vida.
Audrey Tautou no sólo es perfecta para el personaje, sino que es una verdadera actriz de carácter, lo cual es poco común en Francia.
Además, tiene un agudo sentido de la cinematografía y del ritmo y sólo tenía 23 años, en el momento de rodar Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain.
Amélie se enamora de Nino, y de una manera jocosa juega con él, atrasando el momento de conocerse, tal vez por miedo de conocer a alguien nuevo, de una u otra manera, Nino llega a conocer a Amélie, y él también se enamora de ella.
No sobran los protagonistas románticos en Francia.
El actor Mathieu Kassovitz, no sólo es increíblemente encantador, y un actor maravilloso, sino que posee una cualidad asombrosa:
La cámara le adora.
Me gusta el mundo fantástico que imagina la protagonista, en el que las cosas son casi idílicas, y también la forma en la que unas palabras cambian su forma de ver un trozo de la realidad.
El ejemplo más claro, es cuando la dueña del café explica como “empareja” a desconocidos, y ella decide usarlo como base.
Y la manera tan descarada de mirar a la cámara, para hacer cómplice al espectador de ese pequeño mundo.
Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain ironiza determinados actitudes de los personajes:
Colección de fotos desechadas, y huellas en el hormigón, celos compulsivos, una hipocondríaca que sufre de fuertes jaquecas, le duele el nervio ciático, o porque tiene ataques de tos, la portera alcohólica llorona desde que perdió a su marido, “el hombre de cristal”, que por la delicadeza de sus huesos, no sale de su casa desde hace 20 años, y se dedica a pintar siempre el mismo cuadro; el tendero humillador de empleados, el padre que se refugia en su casa con su gnomo desde la muerte de su esposa; todos estos terminan dejando sus patologías, gracias a que Amélie interviene, aunque ellos no se dan cuenta, todo esto es una forma de crítica a la vida actual, que como surrealista, lo que intenta es enseñarnos a ver la vida desde otro punto de vista, uno menos racional, más imaginativo y soñador.
Relacionando todo esto con Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain, se puede decir que tiene presente muchas características del surrealismo, ya que en algunas partes la misma Amélie Poulain, se transforma en agua, se desvanece, esto lo vinculo con la metamorfosis.
En Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain salen algunas escenas, en las cuales se presentan desnudos, sexo, y lo erótico se trata de modo lúbrico, y lo uno aún más, porque el sexo se vuelve, hasta cierto punto un vicio, puesto que al inicio, se menciona que Amélie tenía relaciones sexuales, pero que con todos quedaba frustrada, además, existen unas escenas en que las personas, sin tener un sentimiento que los uniese, tenían sexo, lo único que los unía era la dependencia al sexo, ejemplo la que vendía cigarrillos, y el señor que pasaba grabando todo lo que hacía su ex novia.
La característica de ser autómata, por otra parte, se enlaza con la forma en que el dueño de la verdulería trataba a su empleado, pues el empleado era débil, tenía cierto tipo de discapacidad.
En aspectos tan pequeños, como por ejemplo, los cambios que ella hace en la casa del tendero Collignon, que generan una serie de confusiones mentales en él, debido a estar tan acostumbrado a la rutina.
La animación de lo inanimado, hay una escena en que las fotografías, la lámpara y otros objetos toman vida, elementos incongruentes, en momentos cuando la actriz principal se encontraba mirando televisión, se comenzaba a contar cosas sobre ella en la televisión, que confundían en cierto punto, pues en realidad no estaban sucediendo.
En sí, Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain, nos muestra todo lo que es capaz de hacer la imaginación.
La infancia es un tema recurrente, que se refleja en la forma sorprendente de contar:
La de Amélie será reflejo de la de su Príncipe Azul, Nino Quincampoix, solitario y sin amigos.
O la de Dominique Bretodeau, el niño que 40 años antes, había escondido sus juguetes más apreciados, en una pequeña caja tras la pared del baño en que vive la protagonista.
Este hecho, la recuperación de la infancia, ese lugar mítico, perdido en el olvido por alguien gracias a ella, desembocarán en una decisión clave, basada en su pensamiento mágico infantil:
Si el propietario recupera ese lugar, la protagonista intentará hacer feliz a aquellos que la rodean.
Así ocurre:
Tras descubrir la caja, Dominique Bretodeau, llora, y decide visitar a su hija, y a su nieto al que no conoce.
El opuesto de este universal, la soledad, y la incomunicación, están presentes también en Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain.
El ser humano occidental, vive rodeado de artilugios y mecanismos de expresión y comunicación, y, paradójicamente, está solo, y se siente desamparado.
Es intencionado, pues, que el relato recoja de manera sutil, todos esos modos expresivos o comunicativos, obviando otros como el teléfono móvil y el ordenador que hoy nos rodean; un olvido que contribuye a esa sensación de extrañamiento del espectador, ante lo que está viendo.
La introducción del accidente de Lady Di y su novio, no es en absoluto baladí, porque su impacto mediático fue de tal calibre, que abrió una nueva senda comunicativa globalizada en lo emocional.
El cine familiar, aparece en el genérico, con una Amélie niña, que juega ante la cámara, memoria visual de la infancia, un lugar habitado por fantasmas, hechos de un haz de luz.
La fotografía y la televisión luego, cuando la protagonista recibe una cámara de su madre, y el vecino le hace creer, que dicha máquina provoca accidentes por un defecto de fábrica.
La fotografía como captadora de almas en rostros, explica el afán coleccionista de Nino de retratos de fotomatón desechados por sus dueños.
O a través de esas fotos polaroid del enanito de cerámica, en todas las capitales del mundo, que incitan al padre de Amélie a viajar.
El cine como lugar de ensoñación de un público sonriente, al que la protagonista observa complacida.
La afición a la pintura de “el hombre de cristal” que copia obsesivamente, una copia al año, el mismo cuadro impresionista, y que tiene una cámara de vídeo obsoleta, para observar la calle y el reloj de una tienda, como única conexión con el mundo exterior, al que no accede debido a su extraña enfermedad.
El teléfono fijo o en cabinas, instrumento de juegos amorosos entre Nino y Amélie.
La literatura, con toda su fuerza de ilusión, está encarnada en Hipolito, el escritor fracasado, y en la carta de amor que recibe la portera con 30 años de retraso, de su marido muerto en la Argentina, tras abandonarla por otra.
Por otro lado, me llamó mucho la atención, el hecho de que por más que sucedieran cosas malas, ella siempre tenía mentalidad positiva, además se convierte como en cierto tipo de “ángel guardián”, ayudaba a todos, trataba de hacerle a las personas de su entorno, una vida feliz y justa, o por lo menos, una vida en la cual tuviesen algo con que resignarse, como pasó con la carta que le escribió a la señora donde vivía Amélie, puesto que la mujer quedó tranquila al recibir la carta de su esposo, donde decía que la amaba.
La utilización de pasatiempos diferentes, como crear un álbum de fotos de una persona desconocida, o recolectar piedras y tirarlas, hablar con vegetales, son una forma de expresar la libertad de pensamiento que Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain involucra del cine surrealista, y ponen en duda la realidad misma.
Hay una larga secuencia surreal en la cual, Amélie se imagina las razones por la cual Nino, su amor, no llega su punto de encuentro determinado.
En la secuencia, se usan planos mezclados con tomas en blanco y negro, transiciones y aceleramiento de tomas, fantasiosas e irreales, en espacios de lugar y tiempo confusos.
Un par de detalles curiosos, la actriz Audrey Tautou aprendió a escribir al revés, la frase “Menu du jour”, y en realidad, no sabe tirar una piedra para que rebote en el agua, lo hicieron con efectos especiales.
“Sans toi les émotions d'aujourd'hui ne seraient que la peau morte des émotions d'autre fois”
A pesar de ser descrita por muchos como un “cuento para adultos” en Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain se pueden encontrar pequeñas pinceladas sobre la naturaleza humana.
El principal, y más evidente, es el hecho de ver con romanticismo y nostalgia la infancia, tal y como hizo Antoine de Saint-Exupéry con “Le Petite Prince”
La inocencia, y a la vez, la naturaleza traviesa que se les atribuye a los niños, hacen que Amélie pase de ser un personaje más, a uno con mucho juego.
Por supuesto, no nos podemos olvidar el simbolismo de encontrar una caja, los recuerdos de infancia de un hombre a quien encontrarse con esta gracias, a Amélie le supone un cambio en su vida, y una recapacitación de ella.
No se puede dejar de lado, que la educación por parte de los padres, juega un papel muy importante, que hace ver que, una mente cerrada puede ocasionar graves trastorno al ser humano, al no permitir vivir.
Muchas veces, el sobre proteccionismo, nos ha ocasionado que las personas no puedan valerse por sí mismas, aunque hay excepciones a la regla.
No todos los que han vivido bajo ese esquema, han sufrido esas consecuencias nefastas.
Quizás lo que más me impresiono, o me llamo la atención, fue como todos pensamos que la felicidad esta en cosas extravagantes, como una mansión, carros, dinero; pero Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain nos enseña, que la felicidad puede encontrarse en cosas tan pequeñas y simples, como introducir “la mano en una bolsa con granos, y sentir esa hermosa sensación”, que es algo simple, que te permite ser feliz.
A veces, las personas pasan gran parte de su vida, empeñados en trabajar duro para poder alcanzar la felicidad en algún momento, pero no se dan cuenta, que la felicidad puede estar allí, en cosas simples, o en cosas al alcance de la mano, como lo que poseen, o las personas a su alrededor, que muchas veces dejan pasar por alto, y las pueden llegar a perder.
Es una gran enseñanza, pues a veces, en una vida llena de trabajos, las cosas pequeñas son las que realmente te pueden hacer feliz, y seguir luchando por tus sueños como una motivación.
La felicidad que enseña Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain, me recuerda la frase, de un anónimo:
“La felicidad no es un destino, sino un trayecto”
La inocencia, la nostalgia, la apariencia azucarada, el final feliz, la previsibilidad propia del cuento, no supone, en mi opinión, un obstáculo al compromiso de Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain.
La descripción de un hecho, con el contexto de otros que lo acompañan en espacio y tiempo, simboliza esa idea espiritual, de interconexión entre todas las cosas que suceden en el mundo.
La bondad, el optimismo crítico, y la fantasía infantil auténtica, serían la vía para conseguir un planeta mejor y más justo.
“La vie est étrange.
Lorsque vous êtes un enfant, le temps ne passe pas et tout á coup, un jour vous avez 50 ans.
Et ce qui reste de l'enfance s'inscrit dans une caisse rouillée”
Comentarios
Publicar un comentario