Estamos Juntos

“Você acha que o medo deixa as pessoas egoístas?”
(¿Crees que el miedo hace egoísta a la gente?)

Mucho se habla de la soledad en los grandes centros urbanos.
Parece que vivir en una metrópolis, significa estar solo, vivir solo en medio de una multitud de rostros sin nombre.
Esta contradicción se une a otra:
A pesar de muchos, bien conocido en muchas de las redes sociales, el sujeto no puede comunicarse de manera efectiva con los demás, que su gusto.
Es como algo que falta.
Y para compensar la falta, se multiplica la oferta de ocio:
Bares, bailes, fiestas, centros comerciales, cines...
La multitud diluye una multiforme masa solitaria.
Todo esto, unido a la desigualdad social, es un fenómeno presente entre los países latinoamericanos.
En Brasil, en especial, estas contradicciones pueden ser claramente identificadas en las grandes ciudades, con la existencia de ocupaciones irregulares, y la expansión de las favelas.
“El Movimiento de Los Trabajadores Sin Techo” (MTST) nació de su seno para articular las luchas campesinas y urbanas, y enfrentar un dato contundente:
El 85% de la población brasileña, reside en zonas urbanas, donde se agrava la crisis habitacional, y consecuentemente, aumentan las favelas.
Ante la ausencia de reformas serias, los “Sin Techo” ocupan terrenos en busca de viviendas dignas.
El MTST nació en 1997, por iniciativa del “Movimiento de Los Sin Tierra”
Su creación partía de un dato:
El 85% de la población brasileña reside en zonas urbanas, y representaba un intento de articular las luchas por la tierra, y las luchas de las poblaciones urbanas.
El MTST ha aprendido que es fundamental:
1. El protagonismo de toda la familia campesina, y no sólo la del jefe del hogar, además, que deben ser lo más masivas posibles, aglutinando personas provenientes de los diversos municipios de cada estado.
2. Discutir entre todos, la finalidad de la ocupación.
3. Identificar previamente el área a ocupar, estudiando previamente su situación legal, sus condiciones físicas:
Existencia de agua, posibilidades de huertos de autoconsumo, visibilidad externa; sus condiciones productivas futuras, etcétera.
4. Procurar recursos para resistir, confiar en las personas que van a participar.
5. Planificar entre todos, el recorrido hasta el área.
6. Llegar en masa a la ocupación.
7. Mantener en secreto el lugar y la fecha; tener estudiado cómo librarse de la policía si ésta aparece.
Por ejemplo, en Itapecerica da Serra, en las afueras de São Paulo; desde el Morro do Osso, la vista abarca las filas de barracas construidas con una tela de plástico negro, tendida sobre estacas de madera o de caña.
En algunos lugares, una columna de humo blanco, señala los fuegos sobre los cuales se calienta el café matinal.
Allí, unas 3 mil familias, llegadas de las favelas de la megalópolis, ocupan un terreno privado, sobre el cual, flamea la bandera del MTST.
Ruido de martillos, sierras, picos…
En esta nueva ciudad “sui generis” siempre hay un pozo o una letrina para cavar, un techo para reparar, un tabique para apuntalar.
Según el MTST existen 2 mil proyectos de asentamientos, que agrupan de 250 a 300 mil familias, en alrededor de 8 millones de hectáreas de tierras expropiadas.
Esa es su conquista, en estos años de lucha.
La soledad en la multitud.
“Estamos juntos ou caminhamos só?”
(Caminamos juntos o por separado?)
Estamos Juntos es un film brasileño dramático, del año 2011, dirigido por Toni Venturi.
Protagonizado por Leandra Leal, Cauã Reymond, Lee Taylor, Nazareno Casero, Dira Paes, Debora Duboc, Sidney Santiago, Marat Descartes, Érica Ribeiro, Luisa Micheletti, entre otros.
El guión es de Hilton Lacerda, Bruno Della Latta y Toni Venturi.
Estamos Juntos es una película delicada, en la que, lo no dicho, a menudo significa más que decir, marcada por matices sutiles, y valorada por la hermosa fotografía de Lula Carvalho, y el compromiso del joven elenco.
Un punto a destacar en Estamos Juntos es el montaje, que construye un relato de forma circular, un movimiento de adentro hacia afuera, destacando a la perfección, el proceso vivido por el personaje principal.
Estamos Juntos gira alrededor de una joven doctora, que pasa a colaborar socialmente, cuando descubre que tiene una enfermedad grave.
Su drama personal, se mezcla con su trabajo de voluntariado, junto al movimiento de los “Sin Techo” en la capital paulista.
Para Carmen (Leandra Leal), una joven y talentosa doctora internista, todo comenzó a configurar de acuerdo a sus planes:
Una vida independiente en la animada São Paulo, junto a su amigo de fiestas y DJ, Murilo (Cauã Reymond), muy distante de las cadenas que la ataron en el pasado de provincia de donde vino.
Pero cuando los síntomas de una inesperada enfermedad grave, surgen en la vida de esta médico residente, se convierte en su rutina, y ella opta por relacionarse más con un enigmático hombre (Lee Taylor) al mismo tiempo, ya que ofrece una intensa pasión con un músico argentino, Juan (Nazareno Casero) de quien ella se enamora.
Todo iba bien, hasta que una situación inesperada, cambia la dirección del triángulo, y la vida misma de Carmen.
En Estamos Juntos, Carmen afrontará las 2 realidades en las que vive, y hará que se encuentren, incluso, a riesgo que se terminen conquistando o destruyendo, el uno del otro.
Y es que el ser humano no fue hecho para vivir solo.
Carmen, el personaje principal, no parece creerlo.
Ella es autosuficiente, salió de la pequeña ciudad de Boulder, en el interior de Río de Janeiro, para hacer realidad el sueño de convertirse en un médico en São Paulo.
No vive sola, a su cargo, y como único amigo, está Murilo.
De vez en cuando, tienen una relación, pero sólo para satisfacer sus necesidades sexuales.
Y es que Carmen no quiere el compromiso, tanto así, que decide esconder su pasado y otro pequeño, gran detalle de sí misma.
Ella es una persona solitaria, pero se siente bien acerca de esto.
Hasta el día en que la posibilidad de la muerte llama a su puerta...
Estamos Juntos es una delicada película porque aborda la propia soledad por elección, y cómo la vida parece derrumbarse de repente, sin previo aviso.
Por tanto, por mucho que Carmen pase por problemas físicos, el mundo se mueve, indiferente a su dolor.
El título de “Estamos Juntos”, en parte, es un reflejo de este estilo de vida, que hace hincapié, en los diálogos, al final de la historia.
Carmen se encuentra entre los 2 mundos:
El mundo de la burguesía inútil, engreída, y temeraria, para llenar el vacío del alma.
Y el mundo de los pobres y oprimidos, que ven la lucha por los derechos básicos, la razón de su existencia.
El tono de Estamos Juntos es más humanista, ya que se anuncia la creciente desesperación del personaje principal.
Y, como una receta para la soledad, la incomunicación, y la carencia de sentido a la vida, Estamos Juntos sugiere ayudar a los demás, el establecimiento de relaciones fraternas.
Por ello, Estamos Juntos utiliza la soledad, para hablar sobre el difícil momento, en que la vida te pone contra la pared, lo que resulta en la muerte psicológica, antes de que sea física.
“Você acha que eu nunca tive amigos, amigos de verdade?”
(¿Crees que yo nunca tuve amigos, amigos de verdad?)
Más de fondo, en Estamos Juntos, São Paulo actúa como un espejo que mira hacia atrás, en una escala más amplia, la angustia experimentada por los jóvenes.
Por tanto, las brillantes luces de la ciudad, se muestran como estrellas en el cielo, en una reversión de la perspectiva poética que sin embargo, no deja de informar de que algo está fuera de orden.
Del mismo modo, la ciudad que nunca duerme, habitada por personas de todo el mundo, con la diversión en cualquier momento del día y de la noche, parece que no tiene espacio para un grupo creciente de personas, que no ven más alternativa, que entrar en edificios vacíos tener un techo.
Para ello, se tienen que unir, organizar, y confiar en los demás.
El contraste entre las 2 realidades, se experimenta gradualmente, el carácter de Leandra Leal, una interpretación que va creciendo, a medida que el drama se complica.
Es como si viviera en un mundo de sueños, que se despierta violentamente de verdad.
Si este choque se presenta en forma de la enfermedad, que le ofrece la oportunidad de curación simbólica, con cortes energéticos, y medicina holística realizada por “su amigo”; es la comunidad de personas sin hogar, dirigida por la generosa y cariñosa, pero firme, Leonora, interpretada competente por Dira Paes.
Es entonces que, el uso de la ciudad de São Paulo como un personaje, no es una novedad en la carrera de director Toni Venturi, que utiliza la metrópoli como contrapunto al ambiente cerrado de la vivienda, en la que se limitan los personajes principales.
Pero es el cineasta, junto a la realidad, que podemos aplicar a la ciudad como protagonista de la trama.
Para ello, los usos de las imágenes aéreas, y escenarios fríos como viaductos y calles anchas, también retrata un movimiento que no es exclusivo de la capital del estado, sino que lleva a cabo sus actividades con mayor impacto, en el caso del Movimiento de Los Trabajadores Sin Techo (MTST)
Y tal vez, este es el aspecto más decepcionante de Estamos Juntos, al menos para mí, lo que explica que, si existe la posibilidad de la construcción del sentido de la vida, es luchar al lado de los oprimidos.
El drama de los pobres es mayor que los dramas individualistas de los ricos, y es lo que Estamos Juntos parece decir.
El problema no es pasar este mensaje, el problema es gritarlo todo de largo.
Respecto a los actores:
Leandra Leal demuestra, una vez más, que es una de las más grandes actrices de cine de Brasil.
Ella no tiene miedo de tomar riesgos, y se gana al público.
Cauã Reymond, también le va bien en el papel de un homosexual, que está celoso de su amiga.
El actor ofrece un personaje, que el espectador encontrará muy difícil de identificar, no porque sea gay, sino por los elementos de su personalidad.
Sin embargo, hay que destacar la construcción del personaje, ya que desagrada no haber sido mal diseñado, sino porque, está bien construido, para desagradar.
Nazareno Casero, el objeto de deseo de los amigos, explora el encanto latino de coquetear, y lo utiliza a través de la música.
Contra él, es el hecho de su carácter frágil, o infantil, por poseer algún tipo de diálogo “extraño” ante la situación en la que está implicado.
Todavía, Lee Taylor, responsable de la historia de suspenso; su identidad se desconoce, plantado con habilidad por el director Toni Venturi, con el fin de incitar a la pregunta, y extrañeza en el espectador.
Estamos Juntos, también cuenta con un cameo de Dira Paes; un papel insignificante e innecesario, que no coincide con el resto.
De hecho, todo el núcleo del MTST, parece más panfletario, que de gran importancia para la trama.
Siempre el tono de la metáfora de mundos paralelos, Estamos Juntos nos ofrece momentos increíbles, como:
Una conversación entre Carmen y su misterioso amigo en el porche.
Ella mira hacia arriba, y dice que “São Paulo es la peor ciudad para ver las estrellas.
Es el mejor ir a la parte superior de un edificio, y mirar hacia abajo.
Es la sensación de que el cielo se desplomó”
Al mismo tiempo, Estamos Juntos tiene un tono literal de las luces en las megas ciudades, y cuenta con todo el simbolismo, en el mundo donde el personaje cayó.
¿Y cuántos otros personajes de esa ciudad?
La dirección construye estos momentos con detalles, juegos de luz y sombra, el enfoque, y la profundidad de campo; es poético.
Por otra parte, la construcción de la enfermedad de Carmen y su soledad, por no poder compartir su dolor, es otra cosa bien construida.
La dificultad de desahogarse:
Murilo solo tiene tiempo para él, y cuando Carmen decide abrirse con él, se duerme en un sofá de hospital.
La enfermera amiga, no tiene tiempo, por estar de guardia.
Ni siquiera la madre responde a una llamada...
“¿Crees que yo nunca tuve amigos, amigos de verdad?”
Es lo que pregunta Carmen, al hombre misterioso, casi una declaración de fines obvia.
Y entonces, recordamos el título “Estamos Juntos”, pero después de todo:
¿Qué?
¿Estamos juntos?
Con todos los problemas de guión, de enfoque y de unión; Estamos Juntos viene a ser una película conmovedora.
Y también, claro está, aborda el aspecto social de la ciudad, usando el MTST en una de las subtramas; a modo de situar la historia física, y también, hacen la conexión entre la autosuficiencia del Carmen, y de la necesidad de vivir en el movimiento colectivo retratado.
“Quem não luta, tá morto”
(Quien no lucha, está muerto)
Y ahora yo voy a recalcar, que el MTST, no lucha sólo por la tierra, sino también contra la ignorancia.
La seriedad con que ha abordado el problema educacional del campesinado, ha hecho que el gobierno reconozca la experiencia metodológica del MTST, y su concepción de la “escuela nueva” como una adaptación pedagógica, adecuada al medio rural.
El movimiento atiende todos los niveles de educación.
Y convencido de que una organización sólo perdura, cuando forma a sus propios miembros, ha creado varias escuelas, y un Instituto que prepara técnicos agrícolas en distintas especialidades.
Y justamente hoy, tiene una brigada médica, formándose en Cuba, en La Escuela Internacional de Medicina.
Por otra parte, 8 universidades tienen convenios con el Movimiento para la formación técnica de sus cuadros.
A pesar de la situación crítica que hoy vive la izquierda en el mundo, el MTST, ha logrado constituirse, en un movimiento social con gran fuerza emocional, y fe en la victoria, contagiando con su alegría y confianza en el futuro, a quienes se acercan a él.
Pero esto no se produce espontáneamente, es algo que tiene que ver con la seguridad, con que se plantea el socialismo como alternativa al actual orden neoliberal capitalista, con la férrea decisión de luchar contra sus injusticias, con la confianza en la capacidad solidaria del hombre.
Y además, es algo que el MTST cultiva en todas las actividades colectivas que realiza, en lo que denomina “mística”
En ellas, el canto y el teatro, juegan un importante papel, junto a los símbolos del Movimiento:
Su bandera, y su himno.
Son formas de manifestación de un sentimiento colectivo que une, identifica, y fortalece el espíritu de resistencia y de lucha.
El MTST, se siente heredero de todo un proceso histórico de luchas populares, y trata de aprovechar las enseñanzas acumuladas en esas luchas, para construir un mundo mejor.
De ahí su disposición a estudiar las más diversas experiencias, tanto nacionales como de otros países, no para copiarlas mecánicamente, sino para extraer de ellas, lo que pueda ser útil a la organización.

“Algumas coisas vão passar a vida inteira sendo perguntas”
(Hay cosas que van a pasar toda la vida siendo preguntas)



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