The Hunger Games

“May the Odds be Ever in your Favor”

Si cogiésemos los tópicos más obvios que nos ha regalado el “reality show” por antonomasia de nuestra era, “El Gran Hermano”, el público empuja con discurso masificado a través de social media paralelo, y todos los participantes, acaban coincidiendo en que, en tan poco espacio, y en tan corto tiempo, todas las emociones posibles, se acaban magnificando de forma más aparatosa, que en la otra realidad.
Mientras que Jules Verne profetizó en sus relatos fantásticos, todo un avance tecnológico que propulsaba exponencialmente las posibilidades del ser humano, las parábolas de George Orwell, y la ciencia ficción de Philip K. Dick, imaginaron una distópica existencia, dónde esa romántica y moderna libertad creativa y aventurera, era cortada de raíz por las técnicas de vigilancia de la soñada democracia, más totalitaria que emancipadora.
La ciencia ficción del cine, pasó de hablar de ilusiones mágicas que descubrían nuevos mundos, a tratar temas de invasiones, y miedo a perder nuestra identidad y nuestro planeta, para llegar a los oscuros recovecos de la inteligencia artificial, la necesidad de parar el nacimiento natural, y replicar el ADN y las emociones.
Empezamos mirando las estrellas, y terminamos poniendo el foco muy cerca de nuestros cuerpos, y nuestros temores interiores.
“The Hunger Games” es el primer libro de la trilogía homónima, escrita por la autora estadounidense, Suzanne Collins.
Se trata de una novela de aventura y ciencia ficción, narrada en primera persona, desde la perspectiva de Katniss Everdeen, una adolescente de 16 años, que vive en Panem, una nación post apocalíptica, ubicada en lo que anteriormente era América del Norte.
El libro muestra, en mayor parte, las experiencias vividas por ella en “Los Juegos del Hambre”, un evento anual, realizado en Panem, donde un chico y una chica de cada distrito, con edades que vayan desde los 12 hasta los 18 años, deberán luchar a muerte entre ellos, mientras son observados por televisión nacional.
Inspirado en las experiencias de su escritora, y algunos relatos de la mitología griega, “The Hunger Games” tratan temas como la pobreza extrema y el hambre.
Varios críticos, dieron reseñas positivas del libro, aunque varios notaron similitudes con “Battle Royale” de Koushun Takami.
Luego de haberse distribuido alrededor del mundo, “The Hunger Games” vendió más de 20 millones de copias, lo que lo convierte en uno de los libros más vendidos de todos los tiempos.
Además, también se lanzó un audio libro, narrado por la actriz Carolyn McCormick.
La trilogía “The Hunger Games” en sí, también posee influencias de obras de William Shakespeare, concretamente de “Julius Caesar”, donde se habla del poder total, y luego de la caída.
El universo de “The Hunger Games” es una sociedad de ficción distópica, en la que se establece la trilogía.
Se trata del país llamado Panem, que se encuentra en lo que antes era América del Norte, en una fecha no determinada, por lo menos 100 años en el futuro, y 75 años después de una gran rebelión que se ha tenido dentro de Panem.
El país de Panem, es el escenario de la trilogía, que se “levantó de las cenizas” de lo que fue América del Norte, la cual había sido devastada por un evento apocalíptico no especificado.
Hay una ciudad llamada Capitolio, que controla los 12 distritos de Panem; situado en Las Montañas Rocosas.
Mucho tiempo después de La Guerra Mundial, y 75 antes del inicio de la primera novela, hubo una guerra dentro de Panem, en la que los distritos se rebelaron contra el Capitolio.
A esta se la llamó: “Días Oscuros”, y dio como resultado, la destrucción aparente del Distrito 13, y la creación de “Los Juegos del Hambre”
Collins ha dicho, que se necesitarían “3 dígitos” entre 100 y 999 años, para la devastación de América del Norte, y que así es como emerge Panem.
Según lo revelado en la novela “Sinsajo”, Panem proviene de la frase en latín “Panem et circenses”, que significa “pan y circo”
Así las cosas, El Capitolio es la sede del gobierno totalitario de Panem, y su principal ciudad, y está situado en Las Montañas Rocosas del noroeste del antiguo Estados Unidos y Canadá, y está rodeado por los 12 distritos periféricos.
Es la casa del dictador y presidente Coriolanus Snow.
De ahí que “Los Juegos del Hambre” fueron creados por el gobierno de Panem, a raíz de una rebelión conocida solo como “Los Días Oscuros”
Los ciudadanos de Capitolio, se muestran a ser en su mayoría, preocupados por la moda, comida, y entretenimiento.
Los tintes, pelucas, y trajes de vivos colores que están “de moda”
En las fiestas, la selección de los platos, son habitualmente mucho mayores, que lo que una sola persona se permitiría.
Los ciudadanos de Capitolio, manifiestan casi ninguna preocupación, o incluso, el conocimiento de las condiciones desesperadas, la pobreza a nivel de la inanición en el que la mayoría de los ciudadanos de los distritos viven.
Parece que la mayoría de los ciudadanos del Capitolio, tienen nombres tomados de la antigua Roma, y la Grecia antigua.
Se menciona que muchas personas en el Capitolio, están “hundidos en la deuda”
De hecho, los ciudadanos del Capitolio hablan con un acento distintivo.
La protagonista Katniss Everdeen lo describe como “una tontería”, de tono alto con tonos recortados, y vocales extrañas, los extremos de las oraciones subiendo como si estuvieran haciendo una pregunta, y un silbido en la letra “s”
Varios personajes principales, provienen del Capitolio como Effie Trinket.
Cabe decir que el Capitolio está en control de la cosecha.
Cada año, desde Los Días Oscuros, el Capitolio organiza un evento llamado “Los Juegos del Hambre”; estos se componen de 2 niños de 12 a 18 años de cada distrito, un niño y una niña, que son elegidos por sorteo para competir en un torneo.
Cuando un ciudadano cumple los 12 años de edad, su nombre se introduce automáticamente en “la cosecha”, un sorteo del que los tributos son extraídos.
Por cada año, hasta cumplir los 18 años.
Dado que muchas familias viven en la pobreza, uno puede ser capaz de recibir teselas adicionales, escasa provisión para una persona, de cereales y aceite durante un año, para cada miembro de la familia, a cambio de papeletas adicionales en la cosecha.
Por tanto, para cada tesela, una papeleta adicional se coloca en la urna de cosecha, estas papeletas son acumulativas, y se agregan cada año.
En el día de la cosecha, un portavoz del Capitolio viene, y elige al azar un nombre de cada urna de la cosecha, selecciona a los 2 tributos que van a competir.
Sin embargo, cualquier otro ciudadano del mismo sexo, entre las edades de 12 a 18 años, puede ser voluntario, para el sustituir al tributo elegido, como hizo Katniss con su hermana Prim.
Una vez escogidos los tributos, son llevados de inmediato al Capitolio, donde se les da un cambio de imagen por un equipo de estilistas, para parecer atractivos para una audiencia de televisión:
Katniss tuvo a Cinna, y Peeta Mellark a Portia.
Ellos aprenden la estrategia con sus mentores; como:
Katniss y Peeta de Haymitch Abernathy, y participan en un desfile y entrevistas, junto con los otros tributos.
Ellos también reciben entrenamiento con armas, y otros suministros que se utilizan para impresionar a un equipo de jueces, los vigilantes, que luego les dan una puntuación, de acuerdo a sus habilidades.
Estos resultados, se harán públicos para demostrar, quién tiene las mejores posibilidades de sobrevivir, lo que puede atraer a patrocinadores, y ayuda con las apuestas.
El día después de las entrevistas finales, de los juegos; la mayoría de las personas con las puntuaciones más altas, mueren en primer lugar, porque son considerados como amenazas.
En la mayoría de juegos, un grupo bien provisto de tributos, llamados “profesionales”, por lo general de los distritos acomodados de 1, 2, y 4; se unen para cazar a otros tributos, hasta que son los únicos que quedan para luchar entre ellos.
El último tributo con vida, es coronado vencedor, por el presidente de Panem, y se le permite vivir en un área especial de su distrito, llamada “Aldea de Los Vencedores”, donde las casas están bien equipadas, y totalmente abastecidas de alimentos.
Todas las familias en su distrito, también reciben provisiones durante un año, bultos con alimentos, y otros bienes.
Los personajes principales son:
Katniss Everdeen:
Ella es la protagonista principal, y el libro se narra desde su perspectiva.
Es una adolescente de 16 años que vive en el Distrito 12, concretamente, en una zona llamada “La Veta”, que es denominada, como la más pobre de allí.
Luego de que su padre muriese en un accidente en la mina del distrito, ella se convierte en la encargada de mantener a su familia, que consta de su hermana menor y su madre.
Sus habilidades principales, son la caza con el manejo de arco y flecha.
Si bien, eso es un deporte ilegal en Panem, ella se las arregla para pasar los límites de su distrito, y traer todo tipo de animales, los cuales en su mayoría, intercambia en El Quemadero, el mercado negro del Distrito 12.
Peeta Mellark:
Es un joven de 16 años que vive en el Distrito 12.
Conoce a Katniss desde la infancia, ya que ambos iban a la misma escuela.
Su familia posee una panadería, en la que él trabaja decorando pasteles, y como asistente principal de su madre.
Debido a esto, se especializa en el camuflaje, y en levantar cosas pesadas.
Su primer acercamiento real con Katniss, ocurrió un día que él le arrojó un pan quemado, en medio de la lluvia, ya que ella estaba muriendo de hambre por el reciente fallecimiento de su padre.
En su entrevista con Caesar Flickerman, asegura que desde ese momento, está enamorado de ella.
Haymitch Abernathy:
Es un señor de 40 años que vivía en el Distrito 12.
Dado que las reglas dicen, que un antiguo ganador de los juegos, debe entrenar a los tributos de su respectivo distrito, se convierte en el mentor de Katniss y Peeta, luego de que ambos resultasen electos para representar al Distrito 12, en “Los 74° Juegos del Hambre”
Haymitch es un adicto al alcohol, que ganó “Los 50° Juegos del Hambre” cuando tenía 16 años.
Fue de gran ayuda para Katniss y Peeta en la arena, ya que los ayudó a conseguir varios patrocinadores.
Cinna:
Él es el estilista de Katniss.
Conmovido por la acción heroica de ella el día de la cosecha, Cinna planea convertirla, en la atracción principal de “Los 74° Juegos del Hambre”
Para ello, crea una serie de vestidos que la ayudan a ganarse el apodo de “La Chica en Llamas”
Es la única persona de El Capitolio, con la que Katniss se siente bien.
Aunque su participación en el libro es menor, influyó en gran parte en el comportamiento de Katniss en los juegos.
Otros Tributos:
Glimmer, Cato, Clove, Tresh, Rue, y Foxface, son los tributos más relevantes de los juegos.
Los 4 primeros son considerados “Tributos Profesionales”, ya que desde niños, son entrenados para participar en los juegos, a pesar de que esto es ilegal.
Comenzando la arena, forman una alianza para facilitar la competencia.
Si bien, la participación de Tresh es menor, se vuelve un personaje fundamental al salvarle la vida a Katniss, y quedando entre los 5 mejores tributos.
Rue por su parte, juega un papel esencial en el libro, ya que se alía con Katniss, y luego de su muerte, provoca una serie de acontecimientos importantes.
Por último, Foxface, apodada así por Katniss, también queda entre los mejores 5.
Como curiosidad, la portada del libro “The Hunger Games” es de color negro, con un sinsajo color oro, un pájaro cruce de sinsonte y arrendajo, aunque en la historia, a este último lo llaman “sinsajo” nacido de una adaptación genética, con una flecha inscrito en un círculo.
Esta es una imagen del pasador, dado a Katniss por la hija del alcalde del Distrito 12, Madge Undersee, que Katniss lleva en la arena.
La imagen corresponde a la descripción que aparece en el libro, a excepción de la flecha:
“Es como si alguien hubiera diseñado un pájaro de oro pequeño, y después fue unido con anillo a su alrededor”
El pájaro está conectado al anillo, sólo por las puntas de sus alas.
De este modo, Suzanne Collins ha estado más que oportuna, a la hora de aprovechar el pequeño filón de esta nueva “sci-fi” que no se había explotado de forma literal y “mainstream”:
La asunción democrática del asesinato, en un juego de supervivencia.
Y si bien el tema de la muerte, y la posibilidad de que el sistema apruebe ese autocontrol de censo de población, ya han sido tratados por el género, Collins ha sabido manejar los códigos necesarios, para avanzar en el mundo de las sagas literarias juveniles y llevarse “el gato al agua”
Así las cosas, “The Hunger Games” se han constituido como uno de los libros más famosos, entre los jóvenes de todo el mundo, y en muchos colegios de Estados Unidos lo están poniendo como “lectura obligatoria”
Aunque no sólo ha recibido críticas buenas, ya que en Estados Unidos, también lo han llegado a prohibir de algunos colegios, por su alto contenido de violencia.
“I volunteer as a tribute!”
The Hunger Games es una película de fantasía; dirigida en 2012, por Gary Rossy.
Protagonizada por Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson, Elizabeth Banks, Woody Harrelson, Donald Sutherland, Stanley Tucci, Liam Hemsworth, Toby Jones, Lenny Kravitz, Wes Bentley, Paula Malcomson, Isabelle Fuhrman, Sandra Ellis Lafferty, Paula Malcomson, Kimiko Gelman, Nelson Ascencio, Brooke Bundy, Amandla Stenberg, Dayo Okeniyi, Leven Rambin, Jack Quaid, Latarsha Rose, Alexander Ludwig, Jacqueline Emerson, entre otros.
El guión es obra de Gary Ross, Suzanne Collins y Billy Ray, basados en la novela best-seller del mismo nombre, de Suzanne Collins, siendo la primera entrega de la trilogía, siguiendo:
“The Hunger Games: Catching Fire” (2013) y “The Hunger Games: Mockingjay – Part 1 & 2” (2014 - 2015)
Concretamente, The Hunger Games es un exponente, y una historia de ciencia ficción, que evoca ideas interesantes, y manidas, como una civilización oprimida por un gobierno totalitario, un mundo post apocalíptico, y la utilización de los medios de comunicación como forma de control social.
En definitiva, un contexto distópico en el que la principal riqueza parte de unos valores morales, totalmente retorcidos y, hasta cierto punto, fascinantes.
Estamos hablando de una sociedad, que envía anualmente, a 24 jóvenes de entre 12 y 18 años, a batirse en un duelo a muerte, para más INRI, televisado.
Se trata de una obligación, y “un honor” concedido previo sorteo, y que nace tras un alzamiento fallido de los 12 Distritos contra el gobierno central, que no duda en adoptar en un régimen mucho más opresivo, con normativas de este tipo.
No es más que una especie de ley vengativa, que también sirve para controlar el gasto de recursos, un vale de comida = un boleto adicional con tu nombre en la rifa; y para recordarle al pueblo, las consecuencias de la insurgencia.
Hay que tener en cuenta, que este tipo de películas, las basadas en novelas, están hechas sobre todo, pensando en los fans de los libros.
Lamentablemente, en muchos casos, de los que desconocemos la obra literaria, The Hunger Games puede que no incite a muchos, a leer el libro, por defectos de la producción.
Y es que The Hunger Games no es ni futurista, un futuro tan absurdo es sumamente improbable, ni es ciencia ficción, no le veo nada de ciencia.
Ficción, seguramente, pero más descabellada no podría ser.
Así entonces, The Hunger Games sigue a Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence), una habitante de un país, que en su día fue conocido como “Los Estados Unidos de América”
Ahora, la antigua primera superpotencia mundial, se llama Panem, y está dividida en 12 distritos, orquestados desde El Capitolio, residencia de una despiadada clase gobernante, cuyo poder se consolidó tras una cruenta guerra civil.
Desde entonces, cada año, se celebran unos brutales juegos, en los que 2 jóvenes elegidos al azar, un chico y una chica de entre 12 y 18 años, de cada uno de los 12 distritos, se enfrentan entre ellos, en un combate a muerte, en el que por supuesto, solo puede quedar uno con vida.
Un campeón que será colmado con cuantiosas riquezas, y un retiro de lujo para el resto de su vida.
Ni falta hace decir, que la competición es retransmitida en todo el país en sangriento directo, siendo ésta, el programa con más audiencia de todos.
Detrás de este sinsentido, se intenta moralizar sobre la sociedad esclavizada por los medios y las grandes corporaciones, y se muestra un hilo de esperanza con un destello moral, al intentar demostrar que, si las sociedades se unen, pueden ir en contra del tirano, por más que este poder tenga.
Una lectura insulsa, vana, trillada, y terriblemente mal plasmada.
Y es que The Hunger Games sufre de una frívola elaboración de la realidad en la que existe.
Poco se dice del pasado de estos 12 distritos, y de cómo la humanidad llegó hasta aquí, mientras que el objetivo de los juegos, no queda muy claro.
Los juegos se crearon para amedrentar a los pobres, y evitar una nueva rebelión, pero sin embargo, se los transmiten para que los vean en TVHD, lo que observamos, provoca que se amotinen.
Si no quieren que se rebelen:
¿Para qué se los enseñan?
Ver a tus hijos morir, no te hace un súbdito más sumiso…
El guión, escrito por Ross, Collins, y Billy Ray, pierde demasiado tiempo tratando de explicar la importancia de los patrocinadores:
Personas invisibles, y sin aparente relevancia en The Hunger Games, que los jugadores deben impresionar, para que les compren cosas que ayuden a su supervivencia.
Esto extiende la duración, innecesariamente, por encima de las 2 horas, y aunque las escenas sirven para desarrollar el carácter de Katniss, retrasa el inicio de los juegos, que es el plato fuerte de la historia.
También, pasamos mucho tiempo con los ricos, y prácticamente nada con los pobres, con quienes se supone, “simpaticemos”
Se nos explica superficialmente, que viven en condiciones paupérrimas, y que pasan hambre, por eso los llaman “Los Juegos del Hambre”, pero los concursantes se notan bastante saludables, y muy bien nutridos, al menos, lo suficientemente atléticos, como para pelear.
Como nota al calce, me parece irónico, que la Motion Picture Association Of America (MPAA) le haya dado recientemente, una clasificación “R” al documental “Bully” (2012), sobre el “bullying” en Estados Unidos; porque los estudiantes decían mucho “fuck”, pero aquí, donde adolescentes se matan, y The Hunger Games se va con un “PG-13”
“Fuck” = malo.
Asesinatos = no tan malo.
Mensaje captado, MPAA.
“The World Will Be Watching”
En The Hunger Games, Gary Ross nos habla del gran teatro del mundo, y de la impostura de nuestra sociedad, de una aparente libertad, construida en falso, y de ese rescoldo que brota de la rabia y la dignidad, para contravenir a quienes creen disponer de nuestra vida.
Hay intentos de controlar y dirigir los pasos de los concursantes, de herirles en su humanidad, y regalarles el bálsamo oportuno, de jugar con sus sentimientos, y fabricar romances improbables, de decidir sobre su futuro, para después quitárselo.
Pero también, hay una voluntad de volverse a sublevar como individuo, y como pueblo, de pensar, y hacer creer a los poderosos, que se han salido con la suya, de gritar indignados contra quienes les amordazan, con sólo bajar el volumen del televisor.
Porque en esta historia, el presidente Coriolanus Snow (Donald Sutherland) y su “longa manus” Seneca Crane (Wes Bentley) creen estar construyendo una historia de amor adolescente, que les dé audiencia y poder, pero Katniss y Peeta (Josh Hutcherson) juegan a otra cosa, cada uno con sus armas, y llega un momento, con el romance, en que el espectador no sabe, si está asistiendo a una realidad o a una ficción, realizada para los televidentes de Panem, una vuelta de tuerca, sobre la frágil verdad de lo que aparece en la pantalla…
El trabajo de Collins, resulta una ruleta rusa de temas controversiales, que van desde la muerte como método didáctico, hasta la pobreza extrema, comandada por la tiranía y la ausencia de derechos.
Las interpretaciones de temas en The Hunger Games, y los mensajes han sido ampliamente discutidas entre los críticos y comentaristas.
En su reseña para The Washington Times, Peter Suderman expresó que “tal vez es una historia liberal, por la desigualdad, y la división de clases.
Tal vez, es una épica libertaria de los males del gobierno autoritario.
Tal vez es una revisión feminista de la ciencia ficción de películas de acción.
Tal vez sea una sátira sangrienta de la teleralidad”, pero llega a la conclusión, de que The Hunger Games, se limita a proponer estas teorías, y no trae ninguna de esas teorías, a una conclusión razonable.
El deber “gustarle a la gente” para obtener patrocinio, y poder sobrevivir a costa de los demás, podría leerse como una alegoría de la demagogia, la falsedad, y la superficialidad con la que somos gobernados.
Por supuesto, también cabe la posibilidad de la revolución, de una nueva rebelión de los oprimidos, que había dado origen a los juegos, para volver a empezar el ciclo vicioso.
La crítica al poder totalitario, es tan palmaria, como la que se dirige a esos “mass media”, que fabrican imágenes falsas, para ofrecérselas al telespectador como alimento virtual, insustancial, y narcotizante de conciencias.
El aspecto estrafalario de ciertos habitantes de Panem, que asisten al espectáculo, es tan patético y ridículo, como superficial y cruel, es su comportamiento ante la vida de los Tributos.
Quiere ser reflejo del lamentable espectáculo de la modernidad llevada al futuro, sofisticada en su progreso tecnológico, y degradada en su humanidad, esclava de sus sentimientos, y acrítica ante la injusticia ajena.
Allí asistimos a la explotación de las miserias humanas, inducidas para saciar el morbo del espectador, insensible ante la vileza que supone dar su “patrocinio” a determinado concursante, cuando lo que se juega es la vida física, o la dignidad moral, algo que ya se puede ver en nuestra televisión.
Y The Hunger Games es también, el embrutecimiento de una sociedad, que mira a las personas como animales, a los que basta con enviar estímulos reconfortantes en paracaídas, o regalar un poco de esperanza, pero no demasiada.
Acá, el ganador del certamen, se hace adjudicatario a una vida de lujo, mientras que el resto de sus compatriotas, sigue condenado a una vida miserable.
Si se quiere, The Hunger Games se puede interpretar perfectamente, como una alegoría comunista.
¿Acaso los deportistas más destacados, no tenías privilegios en la fenecida URSS?
¿Acaso los países satélite de La Cortina de Hierro, no tenían la falsa sensación de igualdad de status, cuando participaban de juegos olímpicos, reservados exclusivamente para naciones pro-soviéticas?
Otros afirman, que The Hunger Games tiene temas cristianos, como el de auto-sacrificio, que se encuentra en la sustitución de Katniss, en el lugar de su hermana menor, de forma análoga, al sacrificio de Jesús como un sustituto para la expiación de los pecados.
Otro crítico, Amy Simpson, encuentra que The Hunger Games, también gira en torno al tema de la esperanza, que se ejemplifica en la bondad incorruptible de Katniss por su hermana, Primrose.
Ella también afirma, que Peeta Mellark es “una figura de Cristo” en The Hunger Games.
Al igual que en los acontecimientos de La Pasión de Jesús, en The Hunger Games, Peeta es apuñalado, y dado por muerto después de salvar a Katniss, “obteniendo la herida que estaba destinada inicialmente para ella, y luego, enterrándose en el lodo, y escondiéndose en una cueva, durante 3 días, antes de salir con una nueva oportunidad de vida”
“The Games Will Change Everyone”
La historia ya es algo interesante de por sí, además de mostrar el coraje, la moralidad, o falta de ella, y la estrategia de sus protagonistas, ante una situación en la que deben luchar a vida o muerte, pretende ser una denuncia, ambientándose en una sociedad, regida por una ideología absolutista, mostrando hasta qué punto, llega su grado de manipulación durante los juegos, y a una humanidad que ha llegado a un nivel de degeneración total, cuando su mayor disfrute es, ver como sus jóvenes se matan entre ellos, en horario de máxima audiencia, y todo ello, en una película destinada a un público menor de edad…
Este target tan específico, supone que la violencia no sea tan explícita, pero hay que destacar, que si dejamos a un lado esto, se puede apreciar igualmente el dolor, la tensión, y el miedo, muy bien conseguidos en un par de momentos, ya que, sean las escenas más o menos sangrientas, no hay que olvidar que, lo que estamos presenciando, son niños matando niños, imaginárselo, ya es bastante terrible.
Aunque es cierto, que no tienen reparos en matar a los tributos incómodos; en el libro se explica, que en otros juegos, un tributo se volvió loco, y se dedicó a comerse a los demás, por lo que fue eliminado por una oportuna avalancha, porque, aunque los habitantes del Capitolio disfrutan con las muertes violentas, el canibalismo es demasiado para ellos…
Las películas futuristas, muchas de ellas hechas para un público más adulto, nos han mostrado en numerosas ocasiones, nuestros estados más salvajes, el acierto aquí, es plantearles esta premisa, a millones de jóvenes espectadores, conjugándolo con elementos que les enganchen, como una heroína carismática, y toques de acción, y aventura.
O sea violencia y muerte maquillada para que agrade y aplaudir felices.
Y es que el problema, al ver The Hunger Games, y más para aquellos que no hayan leído el libro, es la poca información que se nos da sobre algunos aspectos, como es el caso de la familia de Katniss, en concreto en el personaje de su madre, quien apenas tiene un par de escenas, para poder entender algo más, tanto al personaje como su situación familiar, y por qué es tan importante para ella, regresar con vida.
Una cámara movediza, añade rapidez a la acción, pero en las escenas de asesinatos, se mueve quizás muy rápidamente, seguramente para evitar mostrar las matanzas explícitamente, y así evitar una clasificación para mayores de 18 años...
Los efectos visuales, se notan muy pobres en varias escenas, sobre todo para un blockbuster en esta década, pero es entendible, con un presupuesto inferior a los $80 millones, al ser producido por una compañía no tan grande como Lionsgate.
Por más increíble que suene; ironía, el capitolio estaba muy bien abastecido de toda clase de riquezas, a diferencia de los 12 distritos en los cuales carecían de alimentos, pero no de televisores en “high definition” colocados hasta en áreas de trabajo.
Me sorprende que, en esa época la televisión, todavía no esté muerta, ya que “Los Juegos del Hambre” son televisados por todos los distritos, mientras estos ven como sus jóvenes se matan unos con otros.
Como sea:
¿Cómo se les ocurre, matar jóvenes en un “Show de TV” sin importarles nada?
Ahí se refleja el pensamiento socio-político que esta historia trata de transmitir.
Los individuos del Capitolio, que son las personas adineradas de la alta sociedad, literalmente, no les importa las personas de algunos de los distritos, que son los que están destinados a morir, porque son marginados, no es justo; de ahí ejercen su control totalitario sobre ellos.
Ciertamente, es un futuro de segunda mano, y uno concebido de manera no muy brillante.
Los primeros minutos del metraje, se hacen detestables, especialmente, porque el escenario carece de credibilidad.
Todo es tan exagerado y colorinche, en una mezcla de barroco y punk, con gente vestida como Mozart, y teñida de tonos azules y fucsias, que resulta fácilmente odiable.
Pero el mayor problema, claro está, es aceptar la existencia de semejante certamen.
Gente disque muriéndose de hambre... yo a todos los vi muy rellenitos, si iban a crear un sitio donde la gente no tiene ni para comer, porque los actores no lucen más como la gente de África… todos bonitos, rubios, buenos cuerpos, cejas depiladas a la perfección, ningún adolescente de ahí, tiene ni siquiera acné; se llevan a la Lawrence a depilarle las piernas y las cejas... y que le van a depilar, si ya no tiene ningún “fucking” pelo en ninguna de esas partes…
A Jennifer le llegó muy tarde este papel, naturalmente, y ahora por cuestiones de edad.
¿Qué hace ahí Lenny Kravitz?
¿Y Donald Sutherland?
Haymitch Abernathy (Woody Harrelson) en definitiva, es un error de casting, no transmite la gracia y el sarcasmo de su personaje, es simplemente William “The Old Shoe” Schumann de “Wag The Dog” (1997)
La inclusión del personaje Seneca Crane, con risible barba, que en cierta manera se convierte en el rostro del mal, el cual, en The Hunger Games es muy ambiguo, les permite hacer una crítica hacia los medios de comunicación.
El resto de los personajes, no merecen mención, porque su intervención es prácticamente anecdótica.
De hecho, incluso resulta irrisorio el villano Cato, interpretado por Alexander Ludwig, o el poco provecho que se le saca a Claudius Templesmith (ENORME Toby Jones)
La ropa “Lady Gaga” que aparece en The Hunger Games, es la forma inteligente de expresar una crítica de las actuales “Fashion victims”
Y es que, la verdad, estoy harto de tanta mojigatería parental, vamos a acabar como Estados Unidos:
¿Es que nadie piensa en los niños?
¿Por qué ninguno de los tributos escogidos para ir al matadero, o cualquiera de sus progenitores, hace ningún intento de escaparse, esconderse, huir, o en el peor de los casos, ejecutar a cualquiera de los prepotentes organizadores del concurso?
¿Cómo es que todos aceptan las reglas de este absurdo juego?
Y ni hablar de los perros que mandan los organizadores, y que igualmente salen de la nada, emergen del suelo... o las ráfagas de fuego…
Ninguna de estas cosas, son hologramas intangibles, si no que atacan, y dañan realmente.
En el libro, además, por lo que he visto en las críticas, se inventan una suerte de zombies, con los concursantes ya muertos.
Este tipo de refritos, y mezclas de ideas, no me gustan nada, me parecen que desvirtúan la credibilidad del conjunto de la narración.
Y no hay una razón clara para ese mundo alienado que nos presentan, ni tampoco conocemos sus reglas:
¿Cómo funcionan realmente los juegos?
¿Cómo surgen algunos recursos del mismo, como los incendios provocados, y las bestias?
Ni su look, en este aspecto, el atuendo de los ricos puede resultar hortera y ridículo, y ni siquiera, el pasado de los padres de la protagonista.
Es como decir:
“Si queréis saber más, a leer los libros”
E incluso, hay alguna situación no resuelta, como la sublevación de un distrito de la que no sabremos nada más.
Y no es válido, en absoluto, defender este punto, diciendo que hay que esperar a las futuras entregas, y hay que leer los libros.
Una película, debe mantener una cierta coherencia narrativa absoluta por sí misma, con independencia de su referente, o en cambio, el público puede desconectar fácilmente de la propuesta, y la distopía deja de ser creíble por sus lagunas.
The Hunger Games también consta de una serie de diferencias con el libro.
En la película, se revela que el tributo masculino del Distrito 1, se llama Marvel, pero en la trilogía, esto no se sabe, sino hasta “Catching Fire”
Por otra parte, en el libro, Peeta pierde su pierna, tras terminar los juegos debido a la infección, mientras que en la película, sanó casi directamente.
Lo mismo ocurrió con Katniss, quien en el libro pierde la audición momentáneamente, pero en la película, no se menciona nada al respecto.
Son demasiadas las diferencias, que no vale perder el tiempo en nombrarlas todas...
El espíritu asesino de algunos participantes, le quita cierto realismo a la competencia, pues por más entrenado que un joven se encuentre, es difícil pensar, en un alma mutilada deseosa de generar muerte, cuando aún, esto último no se ha tornado imperioso.
¿No generaría la naturaleza humana, la necesidad de permanecer todos juntos para afrontar en grupo las amenazas de la jungla?
Por otra parte, la manipulación de las reglas, a medida que el juego se desarrolla, se torna ya demasiado explícita.
¿Para qué sufrir por la suerte de los protagonistas, si de todos modos, los organizadores pueden apagar esa pequeña luz de esperanza, estableciendo una nueva regla absurda, en cualquier momento?
Es verdad, que lo que se busca con dicha manipulación del reglamento, es acentuar la crítica, hacia la obsesiva y enfermiza idea de los medios masivos por generar entretenimiento, pero así, como ha sucedido con las últimas ediciones del reality “Gran Hermano”, el excesivo manoseo, finalmente termina por generar pérdida de credibilidad, y de interés en el producto.
En fin, la gravedad de la situación extrema de supervivencia, posee desconexión emocional con personajes sin introducción ni fondo, mostrados en excesivos planos cortos.
No se aprovecha el escenario claustrofóbico como factor psicológico.
A la competición, le falta intensidad, y le sobra alguna reflexión pseudolírica.
Se fuerza un vínculo amoroso anodino.
Los efectos especiales, y el diseño artístico, son de apariencia barata.
El trabajo de su cámara tembleque distrae…
Mala señal cuando el protagonismo que se le da a la cámara, es mayor que el que se le da a la trama.
“Embrace the probability of your imminent death, and know in your heart that there's nothing I can do to save you”
¿Qué mensaje se pretende enviar a los niños, con una película en la que jóvenes adolescentes, se matan entre ellos?
Desgraciadamente, los adolescentes solo conocen los que les venden y les publicitan en este momento.
Por eso, le es fácil a un autor, escritor, o cineasta, recoger tramas y temas que ya resultaron exitosos anteriormente, y darles un “nuevo enfoque”, y un buen marketing, hace el resto.
Cabe preguntarse:
¿Qué están leyendo ahora mismo, los jóvenes de todo el mundo, cuyo sistema hormonal prevalece por encima de sus neuronas?
Respuesta, una serie de libros escritos por Suzanne Collins, cuya primera entrega, se identifica con el título de The Hunger Games, aunque irónicamente, todo el que se asocie con él, va a sentir todo lo contrario, a lo que debe sentir alguien que lleva días sin probar bocado.
Sin ir más lejos, en este país, la gente paga para ver como un animal es torturado hasta la muerte.
¿Les suena algo?
Solo les falta pedir muerte, muerte, muerte.
Somos una cultura, a la que le encanta el derramamiento de sangre.
Quién te dice a ti, que dentro de un tiempo, un régimen totalitario, no nos obligue
a los más pobres y humildes, a participar en semejante divertimento.
Pues mezclamos eso, los “realities basura”
¿Realmente, llegará un momento en que nos volveremos tan insensibles, que seremos capaces de seguir un programa, donde se mata a la gente por un premio?
Y ese premio es seguir con vida; pues:
Bienvenidos a Los Juegos del Hambre.

“This is how we remember our past.
This is how we safeguard our future”



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