The Divide

“Hello, do you copy?
We're on 29th and 5th.
Is anyone out there?”

El aislamiento, definido desde el psicoanálisis, es un mecanismo de defensa, frecuente en la neurosis obsesiva, consistente en aislar un pensamiento o comportamiento, eliminando sus conexiones con otros pensamientos, y llegando incluso, a una ruptura con la existencia del individuo.
Ejemplos de aislamiento, son las pausas en el curso del pensamiento, fórmulas, rituales, es decir, toda medida que permita establecer un hiato, en la sucesión temporal de pensamientos o actos.
Se define al “aislamiento afectivo” como el afrontamiento que realiza el individuo, ante conflictos emocionales y amenazas internas, o externas, separando las ideas de los sentimientos asociados.
Es decir, se hace una separación general de lo afectivo con lo cognoscitivo, aunque al pensar, siempre haya una muestra pequeña de afecto, o al amar, se piense sobre lo que se ama.
Los métodos más usados por las personas habitualmente para vencer, evitar, circundar, escapar, o ignorar las frustraciones y amenazas, incluye el aislamiento:
El cual, es la separación del recuerdo y los sentimientos, afecto, odio.
Por ejemplo:
Un gran amor es asesinado en un incidente.
Su pareja narra los detalles con una falta completa de emoción.
Cuando las técnicas de ajuste del comportamiento no bastan para equilibrar la realidad, el resultado puede llegar a lo siguiente:
Estrés y respuestas neuróticas como ansiedad o depresión, acompañadas frecuentemente, por disfunciones biológicas, como las del apetito o el sueño, o fisiológicas, como las llamadas enfermedades psicosomáticas, por ejemplo:
Úlceras gástricas o dolores nerviosos.
Conductas desadaptativas más graves, como el suicidio, y los trastornos delirantes.
Serían recursos defensivos más propios de trastornos de personalidad y de la esquizofrenia, y otros trastornos psicóticos, no constituyendo empero, ningún impedimento como para que cualquier persona recurra a ellos, si las defensas de tipo neurótico son insuficientes, y el estímulo desborda en intensidad, las capacidades defensivas del individuo.
El infierno son los demás, para sobrevivir al fin del mundo, primero debes sobrevivir a quienes te rodean…
“Let there be light”
The Divide es una película de terror post-apocalíptico, dirigida en el año 2012, por Xavier Gens.
Protagonizada por Lauren German, Michael Biehn, Milo Ventimiglia, Rosanna Arquette, Courtney B. Vance, Michael Eklund, Ivan Gonzales, Ashton Holmes, entre otros.
El guión es de Karl Mueller y Eron Sheean.
Sin embargo, The Divide no es nada original en su premisa, ya que hemos visto bastantes películas, en la que por una u otra razón, un grupo de personas se ve encerrada en un espacio reducido, y como el paso del tiempo, actúa inexorablemente, para hacer estallar el grupo en mil pedazos.
The Divide se desarrolla íntegramente en el interior del refugio, y ahí, asistimos al desmoronamiento de la civilización, a lo que supone la toma de decisiones erróneas, y en definitiva, a ver cómo la moral, la decencia, y la amistad, decaen ante la supervivencia:
Alarma, miedo, resignación, desesperanza, denigración y, finalmente, el horror en su más cruda versión.
Y es que cuando hablamos de películas de gente encerrada, suele haber 2 opciones:
O se llevan bien y colaboran, o todo lo contrario.
En The Divide, como en la mayoría de esos casos, sucede más bien esto último, y por ello, hay que advertir que contiene momentos bastante salvajes.
The Divide, cuyo título original iba a ser “Fallout”, cuenta la historia de un grupo de vecinos, que se refugia en el sótano de un edificio, tras una catástrofe nuclear que ha reducido la ciudad a escombros.
El origen de la hecatombe, no solamente nunca es explicado, sino que todo el metraje transcurre dentro de este improvisado búnker, en el que los personajes van enfrentándose a sus miserias personales, y sufriendo una degradación tanto física como mental, que irá resquebrajando el grupo, y haciendo de ellos, un peligro para sí mismos.
“Los afortunados mueren en la explosión” reza el trailer de The Divide, y definitivamente, la frase no podía ser más acertada, en una trama donde el enemigo no es ni la explosión, ni los terroristas; ni siquiera es la situación, sino la propia naturaleza humana.
Así las cosas, y tras un cataclismo que asola New York, 8 personas se refugian en su sótano comunitario.
Inesperadamente, son invadidos y tiroteados por soldados con uniformes aislantes.
Tras una escaramuza, con bajas en ambos lados, los supervivientes expulsan a los intrusos, aislándose por completo.
Así se inicia el verdadero horror:
Encerrados, con ataques de claustrofobia, y víveres contaminados por radiación, la desolación es máxima.
Invadidos por la locura, se convierten en depredadores de sus iguales.
Los ocupantes son:
Mickey (Michael Biehn) el conserje del edificio, y por tanto, asume el papel de líder del grupo ya que el sótano/refugio es obra suya.
Luego tenemos los hermanastros:
Josh (Milo Ventimiglia) y Adrien (Ashton Holmes) junto con un amigo, Bobby (Michael Eklund)
La ex pareja formada por Eva (Lauren German) y Sam (Iván González), un abogado.
Una madre, Marilyn (Rosanna Arquette) y su hija Wendy (Abbey Thickson)…
Y por último, Delvin (Courtney B. Vance) el negro del grupo.
El desarrollo de The Divide, más que tratar el tema post-apocalíptico, trata más bien de la convivencia del ser humano, en una situación de emergencia y excepcional.
Evidentemente, también seremos testigos, de la transformación personal de cada uno de los supervivientes:
Sus locuras, sus excesos, sus conflictos personales, su degradación personal…
Y sus cambios, también se verán reflejados en el grupo.
Es esta degradación, lo que de hecho representa lo mejor de The Divide, ya que uno de los mayores atractivos que le he encontrado, ha sido el inesperado giro que van tomando varios personajes, en vez de evolución se torna involución, a medida que la locura, el hambre, y la sed, se van apoderando de ellos, giro dotado de un marcado pesimismo, pero que al menos sorprende, en cuanto a qué se puede esperar inicialmente de determinados caracteres, sobre todo, en el caso de 2 personajes, cuyo deterioro llega a límites auténticamente escalofriantes, y que representan por sí solos, la carga de auténtico horror de The Divide.
Y de hecho, The Divide cumple las 3 condiciones:
Ser apocalíptica, claustrofóbica, y extrema.
The Divide es apocalíptica, aunque no nos queda claro, que ha pasado, que hay fuera del búnker, o que pasa con los niños.
Es claustrofóbica, porque además que la acción transcurre en un espacio reducido, llega un momento, en el que deseas que salgan de ese ambiente tan viciado, y así pueda avanzar la historia, porque de hecho, pasar, tampoco pasa tanto.
Y es extrema en unos personajes, que de la noche a la mañana, se convierten en seres violentos, primitivos, y sin sentido, que llevan la depravación al extremo, en una película que se hace extremadamente cruda de ver.
Además, The Divide representa muy bien el egoísmo y el miedo.
El egoísmo, porque en la mayoría de películas de grupos, todos intentan mirar por “el bien del grupo”
En The Divide se suceden numerosos comportamientos egoístas, que yo creo que se darían con muchísima más frecuencia que los altruistas, sobre todo cuando la situación parece no tener salida.
El miedo, porque seguro que en esas películas, y en muchas otras, los personajes parecen tener miedo, pero en pocas, ves con tanta representatividad, lo que el miedo lleva a hacer a algunas personas.
Y aquí, hay veces, en las que una mirada lo dice todo.
The Divide se abre con una de estas miradas tan especiales, una mirada de incredulidad, la de una chica, atónita, a través del cristal de una ventana, observando, cómo su ciudad, es literalmente arrasada por una fuerza desconocida, y todos sus habitantes con ella.
En el interior del edificio, los vecinos, enloquecidos, corren despavoridos como ratas dentro de un laberinto, intentando encontrar un lugar donde ponerse a salvo.
El sótano del inmueble, hogar del responsable de mantenimiento, se convertirá en un improvisado salvoconducto hacia la esperanza.
Paradojas, o poesía, The Divide se cerrará 2 horas después, con otra mirada muy significativa, otra mirada especial.
Pero el significado de esta, la tendrán que descubrir ustedes mismos.
“Not exactly the Garden of Eden”
Como suele suceder, en The Divide nunca se sabe que pasó afuera, porque se lanzaron los misiles... puras vagas suposiciones y teorías, que no se extienden ni media conversación.
El efecto que “el no saber” provoca, es en buena medida, lo que desata la locura en pantalla.
La influencia de los atentados del 9/11 están muy presentes en The Divide, empezando por el ataque inicial, que vendría a ser como el de Las Torres Gemelas, pero a gran escala, la discusión de si han sido los islámicos los responsables al hacerse con alguna bomba nuclear; o el saber que en el pasado, Mickey fue bombero de New York, y que estuvo de servicio ese fatídico día.
Hay que dar gracias al tono utilizado también, de cara al final, evitando a toda costa, cualquier atisbo de “happy end” que habría desmoronado mi opinión de The Divide, y nos regala unos 5-10 minutos finales, muy intensos, con una imagen final previsible, pero no por eso, exenta de una gran dureza.
Eso es interesante de ver, al igual que resultan válidos por allí, los mensajes críticos “subliminales” que aparecen acerca de la política belicosa de los EEUU, del uso de armas nucleares, y sus devastadoras consecuencias, tanto físicas como psicológicas, en un grupo de personas, que van degradándose y convirtiéndose en bestias salvajes, debido al contexto crítico que les toca vivir:
La supervivencia, el egoísmo, la depravación sexual, la crisis, y la opresión psicológica, el liderazgo en la toma de decisiones, la violencia como método para imponerse, la competencia por conseguir a cualquier precio, los bienes escasos fundamentales para sobrevivir, etc.
De hecho, se trata el tema en The Divide…
¿Fueron los musulmanes?
¿Los norcoreanos?
Y pregunto retóricamente:
¿Necesitábamos otra película con Estados Unidos mirándose el ombligo?
Además, no está del todo claro, que sea un ataque nuclear, ya que los soldados que entran en el refugio, hablaban inglés, y tenían montado, una especie de túnel que da a un laboratorio, como los que se usan en caso de peligro biológico.
Además, estaban haciendo pruebas con niños, y el tipo que sale del refugio para investigar, se pasa todo el metraje diciendo:
“Está en el pelo” quizás haciendo referencia a algún virus, o agente químico.
Mis conjeturas sobre lo que puede haber ocurrido fuera son:
Una Guerra Nuclear:
Es lo más evidente, pero no explica el comportamiento del equipo científico que asalta el refugio, a no ser que estén investigando algo relacionado con la radiación, cosa que dudo, porque esas investigaciones, ya se hicieron en los 40 y los 50.
Una Nueva Arma usada por los propios americanos o por un enemigo:
Eso explicaría, por qué los propios estadounidenses investigan a los supervivientes, pero no explicaría, por qué los tratan de ese modo.
Tampoco es muy coherente, porque la imagen del principio, parece claramente una explosión nuclear.
Erradicación:
Los estadounidenses lanzan la cabeza nuclear para erradicar el virus, o lo que sea que anden buscando, que podría haber surgido de modo casual, o ser un arma biológica.
Esto es lo que mejor explica el comportamiento del equipo que entra al refugio, ya que van claramente, buscando síntomas de algo.
Y si ese algo es letal, y todos excepto la niña están infectados, el comportamiento diplomático no es una opción, ya que no creo que aceptaran quedarse ahí para morir.
La única falla de esta teoría, es que si es un virus, y éste es peligroso, desde luego no es rápido matando.
Porque los personajes se pasan meses en el refugio, sin síntomas evidentes de degeneración física, más allá de los que probablemente son provocados por la desnutrición, y la falta de higiene.
Aún así, esta teoría es la que más me convence.
Por otro lado, los hombres de blanco, que son científicos principalmente, no militares, son sólo una excusa para sellar esa puerta, y que esperemos lo mismo que los protagonistas:
Una respuesta que al final entendemos que no importa nada.
Si tuviéramos que mencionar un referente a The Divide, sin duda alguna, este sería “Das Experiment” (2001), una producción alemana, que trata sobre un experimento sobre el comportamiento humano y sus reacciones; cuyo objetivo es, relatarnos el fin de nuestra propia humanidad, el apocalipsis a escala que se produce en nuestro interior, al ser expuestos a una situación extrema.
El apocalipsis dentro del apocalipsis.
Este es el principal punto diferencial entre The Divide, y el resto de propuestas a priori similares, que hemos podido ir viendo estos últimos años.
Se admite que los protagonistas sean arquetipos:
El negro, el héroe, los malos, la madre con su hija, el bueno, la pareja peleada… es decir:
La clásica pareja de oligofrénicos de gimnasio, la frígida antisocial, la “Mom I'd Like to Fuck” desbocada, el pagafantas, el novio cornudo, el líder venido a menos, y el típico negro que es nominado a la primera.
Mickey está creado para ser odiado desde el principio, aunque se le quiera dar un atisbo de bondad innecesaria.
Pero la 2ª parte del metraje, es tan violenta psicológicamente, está tan llena de maldad intrínseca y descontrolada, que olvidé que el personaje de Mickey era un hijo de puta, y ansiaba su regreso como líder.
Marilyn pierde a su hija sí, pero su locura no consiste en adoptar una lata de alubias, pues toma el camino del maltrato, el que se infringe a su misma, y el que se deja infligir por los demás.
Quizá mucho más consciente de los acontecimientos venideros, se deja morir y matar de una manera tremendamente cruel.
Ella arrastra a los impulsivos y amorales líderes, a la locura.
Bobby, el eterno acólito de Josh, muy parecido a él, acaba aceptando su papel de eterno segundón, en su rol cómo jefes, e incluso, es muy significativo su cambio final:
Ante la muerte de Marilyn, toma el papel femenino en la extraña pareja.
Si The Divide hubiese sido una película más larga, su futuro hubiese sido muy parecido al de la madre.
Sin embargo, sabiendo que no puede cambiar su realidad con Josh, al que admira pero teme, intenta caracterizado de mujer, ejercer de líder con Sam, y que este tome el papel femenino, para demostrar su hombría y su superioridad.
Josh, antagonista y dictador; su locura va “in crescendo” al mismo ritmo que su hijoputez, creando un mayor abismo entre ambos grupos.
El control que ejerce sobre una Marilyn anulada es tal, que entiende el miedo que infringe, por lo que acaba viendo a sus compañeros como propiedades, objetos y bufones, incluido su acólito.
Fue el único en salir del búnker, por lo que entiende, que algo sucede con “el pelo” y decide rapárselo junto a Bobby.
Cuando avanza el metraje, ambos pierdan su apariencia humana, y adoptan una apariencia monstruosa, símbolo de su progresiva pérdida de cordura, e identidad, y por consiguiente, de humanidad.
Sam, es incapaz de luchar con el resto de hombres por el liderazgo.
Herido en su orgullo de macho, e incapaz de proteger a su ex mujer, teniendo ésta que descuartizar un cuerpo para protegerle, y continuamente humillado por los 2 cabecillas, decide al final, auto convencerse de su hombría, matando al hombre con el que su mujer coincide más que él.
Eva, que más personaje cliché no puede ser, es moralmente irreprochable, pero humana, y por tanto, más cercana.
Ella vive intentando evitar el contacto directo, y sin interceder demasiado por Marilyn.
Al final, termina con su papel de buena persona y mejor cristiana, haciendo lo que han hecho todos…
Ver por su propio culo.
Porque…
¿Podía confiar en un hombre que ha matado, mentido, y escondido comida?
¿Merecía la pena salvar a su ex marido, un egoísta más preocupado por lo que opinaban 2 desquiciados, que por lo que opinaba ella?
Cruelmente los deja morir, pero se embarra de mierda porque al final…
Eva descubre, que la única salida es meterse en la mierda propia, y la de los demás.
Un pozo ciego, cual metáfora gruesa, luego de abandonarlos a todos.
Su decisión es crucial, individualista, y nefasta.
“No Future” le faltó decir.
Sólo para llegar al exterior, y descubrir que sigue estando sola.
Se trata, en realidad, de una especie de parábola, o de una alegoría del tipo:
El mundo es un búnker, del que no hay escapatoria, hemos sido encerrados ahí, por un designio inescrutable, sólo queda abusar de los débiles, y las mujeres; si sales a la superficie, no hay nada...
Con semejante cuadro, el morbo está servido, y como es natural, pasados unos días empieza el “folleteo random”, las traiciones, las salidas de armario inesperadas, las discusiones por la comida, los insultos, los cuernos, los grupillos, las conspiraciones, y por supuesto, las expulsiones, vamos, lo que viene siendo un “Gran Hermano” de toda la vida; pero es molesto que aparezcan y desaparezcan sub tramas que prometían ser la clave de todo.
Puede ser un despiste pretendido, pero es un despiste molesto, y muy artificial.
Y algunas decisiones de guión, algo insultantes para la lógica, con personajes tan ambiguos que se convierten directamente en estúpidos, con soluciones irreales, y poco meditadas para situaciones que resultan grotescas:
Travestismo, violaciones, sumisión, pozos de mierda, valientes, cobardes, y una única protagonista con un buen par de huevos.
En el arte, hay pocos recursos más cargantes y pretenciosos, que la alegoría:
La chica se llama Eva como la única mujer, el nombre de los personajes masculinos, muchos son de apóstoles, etc.
En el presente caso, toda la situación es tan guarra, miserable e irrespetuosa hacia la inteligencia del público, que el resultado es desesperanzado e intragable.
El problema aquí, es que algunos comportamientos no llegan a ser del todo consistentes:
Por un lado vemos reacciones que entendemos, a pesar de ser propias de enajenados, otras totalmente estúpidas, y sin sentido, que le quitan credibilidad, o acciones que deberían tener lugar, y nunca lo hacen, así como la resolución de algunas situaciones que no están a la altura.
Los personajes no evolucionan creíblemente.
No especulan acerca de lo que está pasando en el mundo exterior.
Esos gandules, muestran un inexplicable respeto hacia los más débiles, no hay razón para ello.
Villanos con más sesera los habrían esclavizado, o ganado para sí, antes de que significaran un peligro.
La salida del lugar, resultó ser demasiado fácil, se guarda un silencio forzado al respecto, como si se quisiera obligar al público, a tragar una situación innecesaria.
La pregunta por la salida, es la primera que te haces, aquí fue la última, y parece más como algo meramente incidental, etc.
En The Divide todo es excesivo:
Los malos son muy malos, si se vuelven locos, se vuelven muy locos; el novio tonto es muy tonto, la madre que se trastorna, e intenta venderse con su cuerpo, un concepto en papel muy interesante, se vicia con el exceso de suciedad, de ida de olla de los personajes.
Imaginen la escena:
Casco de protección radiactiva, teniendo sexo con la mujer en 4 patas, mientras le echa frijoles por encima, y otro de los personajes lo mira sentado en el sofá, con una máscara de gas...
como curiosidad, The Divide fue rodada en secuencia cronológica exacta, considerando que todos los personajes tendrían que ir perdiendo peso progresivamente.
Algunas de las interpretaciones dejan mucho que desear, los supuestos protagonistas:
Michael Biehn y Lauren German, no me convencen; sí en cambio, una pletórica, Rosanna Arquette y un demente Michael Eklund bordando el papel.
Como complemento al magnetismo de los personajes, el buen hacer en diseño de producción, enorme trabajo de maquillaje, vestuario, música, y efectos especiales físicos, se encarga de arropar el proyecto, con una ambientación soberbia, que camufla con maestría, las notables carencias de presupuesto y argumento, haciendo posible el “aparentar mucho con poco”, como es leitmotiv del extenso catálogo de cine “anti crisis” que hemos visto estos años.
Vestida de una estética feísta, sucia, y gris, gracias a una interesante labor de fotografía y maquillaje, The Divide ostenta su mayor fortaleza en saber atrapar al espectador, y sostener sus párpados, mientras observa el horror de la decadencia y depravación, a lo que el ser humano, el peor de los depredadores para el hombre, se ve arrastrado en condiciones extremas, aunque no se pueden obviar varios patinazos argumentales gratuitos, que como cité, restan credibilidad al conjunto.
The Divide refleja, de qué modo, nuestro instinto de supervivencia, un egoísmo natural, transmite enfermedades tan contagiosas y degradantes, como la violencia y la paranoia, así también la lujuria, pero no entraré en detalles...
“You wanna survive, you listen to me”
Parte de una tendencia cinematográfica, cada vez más común, sobre todo en el año que nos ocupa, The Divide es otro ejemplo de la llamada “ficción apocalíptica”, en este caso, no tan interesada en mostrar El Fin del Mundo, sino más bien, lo que sucede con un grupo de personajes, que se encuentran de repente con el apocalipsis personal, y de cómo este, va deteriorando lo que en un principio, debería ser un esfuerzo de colaboración.
Las pretensiones de metáfora de la sociedad humana son evidentes, y sin embargo, The Divide tiene más de un detalle interesante, que la hace muy atractiva, más allá de su premisa de ciencia ficción, y la convierten en una auténtica película de horror, a medida que transcurre el metraje.
En The Divide, la sombra de Las Torres Gemelas es más alargada que nunca.
Gens no aprovecha la ciencia ficción, para profetizar un futuro, sino para sentenciar a la condición humana.
El mundo va acabar, eso ya es tan seguro, como que en las próximas elecciones va a haber un cambio de partido.
Lo significativo ahora es, que no hay salvación para el hombre, llevamos el fin escrito en nuestros genes.
Quizás, lo más aterrador de The Divide sea, lo consciente que el espectador puede llegar a ser, al imaginar una situación tan extrema.
La mente humana puede degradarse hasta límites insospechados de desesperación.
El contexto es lo de menos.
Gens sólo quería organizar su sarao, en una habitación del pánico.
“El Gran Hermano” estaba allí, para contarnos nuestro fracaso como especie.
Buscando un laboratorio sociológico, Xavier Gens construye un pesebre viviente.
Creo que el mensaje que quería lanzarnos Xavier Gens, es el de una completa y total desconfianza en la humanidad, que se ha labrado su propio y desgraciado destino, a golpe de equivocaciones, lo consigue.
Tanto canibalismo, tanta violación, tanta escatología, y tanto descuartizamiento, nos ha hecho inmunes.

“That was our building coming down”



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