The Darkest Hour

“This is how it starts”

Buena parte del cine de ciencia ficción de los años 50, aquel maravilloso cine de serie B, se hizo para adolescentes, como “las revistas pulp” en la que publicaban los ahora gigantes de la literatura, como:
Asimov, Bradbury o Heinlein.
De ahí salieron entonces, auténticas joyas, de un cine para adulto.
Luego, el cine adolescente lo degeneró, y salvo alguna obra de arte, no hubo gran cosa hasta “Star Wars” (1977), que aunque fastidie a mucho detractor, dio un empujón al género que aún dura.
Sobrevivido el año 2012, el año del fin del mundo, que ya llevaban años anunciándolo, lo que nos dejó, fue que nuestra cabeza, casi estalla a base de la sobreexplotación de películas catastróficas, que llegaron ese año, a nuestras pantallas.
“Welcome to Russia, sucker”
The Darkest Hour es una película de ciencia ficción ruso estadounidense, del año 2011, dirigida por Chris Gorak, y producida por Timur Bekmambetov.
Protagonizada por Emile Hirsch, Olivia Thirlby, Max Minghella, Rachael Taylor, Joel Kinnaman, Dato Bakhtadze, Yuriy Kutsenko, Artur Smolyaninov, Pyotr Fyodorov, Nikolay Efremov, entre otros.
El guión es de M.T. Ahern, Leslie Bohem y Jon Spaihts.
The Darkest Hour parte con gran potencial:
El rodar en Rusia promete planos exóticos de Moscú, bajo el asedio de unos invasores, terrestres y extraterrestres, la premisa de alienígenas invisibles, que solo se ven con destellos de energía, es relativamente inquietante, y $30 millones de presupuesto, auguran una producción de calidad.
La trama se centra, cuando un grupo de jóvenes que viajan a Moscú, en el preciso momento que llega una invasión alienígena; un inexplicable desastre mundial arrasa el mundo, causando fallos en los dispositivos eléctricos, el grupo de estadounidenses y británicos de visita en Moscú, se verán atrapados en la ciudad.
El caos asola de esta manera, cuando la población empieza a ser perseguida y asesinada, por una fuerza desconocida.
Unidos por el miedo, se las arreglarán para encontrar un refugio subterráneo, sobreviviendo con lo que pueden.
Así las cosas, 5 días después, emergen sobre una ciudad fantasma, antes llena de vida, pero a medida que exploran en busca de supervivientes, se dan cuenta de que la amenaza, todavía sigue presente.
Deberán unirse, aprender, y adaptarse lo más rápido posible, para poder protegerse si quieren sobrevivir.
The Darkest Hour sigue Ben (Max Minghella) y Sean(Emile Hirsch), 2 jóvenes estadounidenses que viajan a Moscú, para patentar y comercializar un software/aplicación social, junto con Skyler (Joel Kinnaman), el cual les traiciona al vender el producto como suyo.
Mientras están en la ciudad, deciden ir a un club nocturno, en el que tenían pensado celebrar la venta del software.
Allí mismo conocen a Natalie (Olivia Thirlby) y Anne (Rachael Taylor), las cuales contactaron con ellos, gracias a la aplicación de estos.
De pronto, se produce un apagón que afecta a Moscú en general, y cuando salen a la calle, contemplan lo que parece ser una aurora boreal, que resultan ser bolas luminosas que descienden, y se dividen al mismo tiempo.
Sin embargo, esas “luces” resultan ser alienígenas, que desintegran a todo aquel que se encuentra a su paso con micro ondas, y empieza a cundir el pánico entre la población.
Tras esconderse en un almacén durante días, los 5 tratan de sobrevivir y combatir a las fuerzas invasoras, al mismo tiempo que buscan más supervivientes.
La premisa de The Darkest Hour es divertida, y juega sus cartas bien, sin algo más espectacular, así que no es un film impactante, pero cumple en todo momento con la ambientación y la atmosfera, de un Moscú devastado y asediado por estos seres, y seguramente nos mantendrá en alerta, pero como dije, no es tan impactante como hubiésemos esperado.
“Team work makes the dream work”
Y es que si en los 50, las invasiones extraterrestres eran metáforas de la paranoia de La Guerra Fría, The Darkest Hour podría haber devuelto el cachetazo, usando la imagen, para analizar la invasión de la cultura americana, en la conservadora Rusia.
Una película, que al fin, tratan un ataque alienígena, en un país que no sea EEUU, y resulta que tiene que ser en Rusia, y los buenos buenísimos que luchan, y supongo que vencerán a los malos, son unos turistas norteamericanos.
Así las cosas, los extraterrestres van matando fácilmente a todos los rusos, y los turistas norteamericanos defendiendo el mundo…
Como ya está muy visto que los alienígenas invadan New York o Los Angeles, The Darkest Hour traslada la acción a Rusia, no siempre los EEUU tiene que ser el blanco de todo ataque extraterrestre, mejor sería gastarse unos dólares de más, en la construcción digital de una ciudad ficticia, pero falta cerebro…
Esto es la mayoría de originalidad que contiene The Darkest Hour, una nueva muestra de cine apocalíptico extraterrestre, que constata una vez más, que en la industria fílmica, cada vez hay más gente que se deja eclipsar por los efectos digitales, y se olvida de que debería haber un guión mínimamente aceptable como base.
Porque todo en The Darkest Hour, parece como “de casualidad”, todo es un mundo, en donde el idioma no parece ser un problema real, sino algo que a la larga, parece de un mundo paralelo, donde todos los rusos terminan hablando inglés, muy raro, e incluso molesto, pero una vez pasado este punto, se pueden ver algunas, muy pocas, cosas favorables.
Lo que si destaca, es un buen efecto constantemente.
Aunque el tráiler, casi todo lo que se ve, parece ser de gran calidad, otra cosa es cuando se junta en la película.
El efecto famoso de desintegración, que ocurre cuando los engendros alienígenas que quieren invadir el planeta, tocan a los humanos, está bien; el problema es que uno muy parecido ocurría en el film “War Of The Worlds” (2005)
Y es que hay una serie de elementos, que no deben fallar en una película de estas características:
El primero es, una amenaza terrible y creíble, en The Darkest Hour, se opta por menos es más, pero el resultado es que, menos es infinitamente menos.
Estos seres medio invisibles del espacio, no sólo son incapaces de crear pánico, el hecho de no verles les perjudica más que beneficiarles, y sólo llegan a resultar espectaculares, y algo temibles, en su primera aparición, el resto del tiempo, su presencia se diluye, en ningún momento existe sensación de acecho, por lo que, aunque la idea de tener un enemigo invisible es muy buena, pierde toda virtud al no perturbar lo más mínimo al espectador.
Aparte de una amenaza terrible, también le pido unos protagonistas creíbles, con carisma, que me les pueda llegar a creer, desde luego, eso no es lo que ocurre en The Darkest Hour, los cuales, no sólo se ve perjudicado, por que el espectador desee fervientemente que sean desintegrados por esos extraños seres del espacio, si no que resulta totalmente inverosímil, que su lucidez haga que ellos sean unos de los pocos supervivientes que han aguantado vivos, tan solo cuando aparece Veronika Ozerova, parece que podemos estar ante un personaje realmente interesante, lástima que tras pasar un par de minutos en compañía estadounidense, se vuelva tan estúpida como éstos.
Lo peor de The Darkest Hour es la presencia de algunas lagunas argumentales, no explicando ciertas escenas y situaciones:
Todo pasa demasiado rápido.
Unas luces caen del cielo, los protagonistas se encierran, ni más ni menos que 4 días, sin embargo, las barbas de los hombres no crecen, y el pelo de las chicas sigue igual de limpio…
Los actores son malos, y el perfil de los personajes y sus relaciones, son exageradamente planos:
Por ejemplo, al morir la chica rubia, su amiga sigue tan ancha en la siguiente escena, yo incluso sin conocerla, me habría quedado mudo; nadie llora, nadie se lamenta de verdad.
Son como robots, sin emoción alguna, y eso que están en mitad del apocalipsis, con desconocidos, y en una ciudad extraña...
Las pretensiones de la invasión, son inexistentes.
Los aliens cuasi-elementales que carbonizan gente…
¿Cómo llegan?
Y más importante que el cómo:
¿De dónde?
Que el protagonista descubra por “la gracia” esconderse tras los cristales:
¿Cómo y por qué correr el riesgo?
O es que los aliens son bien estúpidos.
El profesor que descubre la forma de matarlos, un topicazo, y es que llega a resultar, verdaderamente sorprendente, como llegan a armarse algunos protagonistas en tan poco espacio de tiempo…
Y esa “Jaula de Faraday” una sola persona, no la se hace en 4 días…
Porque si en medio de planes sofisticados para enfrentar a meros “impulsos eléctricos” aparece un ruso con una bazuca, y dale al gatillo, pues ya todo suena a bruto desmadre.
Eso sin tener en cuenta, que en apenas 5 días, ya todo el mundo sabe que son esas cosas, como atacan, y como deben ser atacadas...
Y los rusos tras de eso, que se parecen a “Los Cazafantasmas” en pleno alusión al capitalismo estadounidense, que se hace notar desde el inicio, al enfocar ese enorme letrero de McDonald’s o debería decir:
“Макдональдс”
Ese atrincheramiento del principio, que parece más del género zombie...
Aunque, la introducción de The Darkest Hour sea toda una bofetada a Rusia y, una descarada caricatura sobre la manera de hacer negocios, y la inseguridad de hacerlos con rusos en Rusia...
No tiene desperdicio que 2 “inocentes jóvenes empresarios” sean “timados” por culpa de la impunidad mafiosa, que parece ser, impera en Rusia.
Al inicio de The Darkest Hour, las chicas tienen problemas de comunicación con el idioma, ya que todos hablan ruso, y ellas inglés, pero increíblemente después del primer ataque, todos los rusos con quien se encuentran… hablan inglés; y los protagonistas se mueven por Moscú, como por su pueblo...
En la escena inicial, son cientos de aliens los que se ven caer; pero los intrépidos jóvenes de The Darkest Hour, logran sobrevivir matando a... 4!!!
Es que los aliens de turno, no saben lo que es, un trabajo un equipo...
Llama la atención, que los “electro tentáculos”, no aparezcan desde un comienzo, ya que no se explica, que desde un principio, sea esa la forma de atrapar a la gente.
En el final, no comprendo como la chica protagonista, luego de que explote el barco, se vaya nadando a la superficie, y esconderse en un bus, si a centímetros tenía el submarino que los esperaba, y eso que el otro protagonista lo había visto junto a ella…
La acción, no es para nada comprensible en la protagonista.
El problema es, que aquí, los alien/zombis son los espectadores en sus butacas.
No sé, pensando que en Rusia se piratea de una manera tan indiscriminada, y motivo de ello fue el lanzamiento por parte de las productoras del formato R5 para ganar cancha, simplemente se me ocurre, que la industria norteamericana está contraatacando con argumentos en sus películas que “atacan” a la antigua Unión Soviética.
Los rusos eran los malos de las recientes producciones; y ahora Moscú queda arrasado por un puñado de aliens, con el dispositivo de camuflaje óptico, robado a unos “Predators” cuando venían a La Tierra…
Y para colmo, con ese final, no pretenden vendernos que habrá una segunda parte:
¿Verdad?
Porque no es necesaria, y creo que nadie la está pidiendo.
Bueno, y del 3D, directamente no se merece muchas líneas.
Como siempre, innecesario, inútil, y puesto ahí, únicamente para hacer caja y recaudar más.
Yo he visto The Darkest Hour en 2D, y no me arrepiento, porque sinceramente, el 90% de las películas no requieren estar editadas en 3D, la verdad.
A ver si se acaba pronto, ese “boom” enfermizo por ponerle 3D a todo.
“What's the dress code for the end of the world?”
Lo único que rescato, y por lo que vale algo la pena de ver The Darkest Hour, es la cuestión en torno a “La Jaula de Faraday”
Y es que es muy probable, que hemos calentado el desayuno en una Jaula de Faraday (el horno de microondas) o probablemente, montemos para ir a trabajar, en una Jaula de Faraday (un automóvil) en la actualidad.
Las Jaulas de Faraday poseen una amplia gama de usos en la ingeniería, las telecomunicaciones, la investigación médica, y otras áreas, donde la interferencia electrostática y electromagnética, puede afectar el funcionamiento del equipo.
¿Nunca nos hemos preguntado, por qué los aviones nunca se estrellan por culpa de un rayo?
Todo esto, es debido a que en ellos se produce el curioso efecto de “La Jaula de Faraday”; la cual debe su nombre a su inventor, el científico británico, Michael Faraday; que la construyó en el año 1836; y que también es conocida como “El Escudo de Faraday”
La Jaula de Faraday es un efecto provocado, en el que el campo electromagnético, en el interior de un conductor en equilibrio sea nulo, de paso, anulando el efecto de los campos externos.
Esto se debe a que, cuando el conductor está sujeto a un campo electromagnético externo, se polariza, de manera que queda cargado positivamente, en la dirección en que va el campo electromagnético, y cargado negativamente, en el sentido contrario.
Puesto que el conductor se ha polarizado, este genera un campo eléctrico igual en magnitud, pero opuesto en sentido al campo electromagnético, luego, la suma de ambos campos dentro del conductor, será igual a 0.
Tal situación, se pone de manifiesto en numerosas situaciones cotidianas, por ejemplo:
El mal funcionamiento de los teléfonos móviles en el interior de ascensores, o edificios con estructura de rejilla de acero.
Una manera de comprobarlo, es con una radio sintonizada en una emisora de Onda Media.
Al rodearla con un periódico, el sonido se escucha correctamente.
Sin embargo, si se sustituye el periódico, con un papel de aluminio, la radio deja de emitir sonidos:
El aluminio es un conductor eléctrico, y provoca el efecto “Jaula de Faraday”
Este fenómeno, tiene una aplicación importante en aviones, o en la protección de equipos electrónicos delicados, tales como:
Repetidoras de radio, discos duros, y televisión situados en cumbres de montañas, y expuestos a las perturbaciones electromagnéticas, causadas por las tormentas.
Muchos dispositivos que empleamos en nuestra vida cotidiana, están provistos de una Jaula de Faraday:
Los microondas, escáneres, cables, etc.
Otros dispositivos, sin estar provistos de una Jaula de Faraday, actúan como tal:
Los ascensores, los coches, los aviones, etc.
Por esta razón, se recomienda permanecer en el interior del coche, durante una tormenta eléctrica, ya que su carrocería metálica, actúa como una Jaula de Faraday.
La buena aplicación de este sencillo efecto, salva miles de vidas.
Increíble que algo tan sencillo, nos sea tan útil.
En conclusión, The Darkest Hour, es un filme que no tiene ni pies ni cabeza, y que solo tiene un punto valido técnico, una fotografía admirable, y es que Rusia se presta para esto, pero que no es suficiente para poder revivir una trama que ha fallecido demasiado temprano.
Al menos, tiene algo interesante para el espectador que no se conforma con la trama, y es La Jaula de Faraday.

“Our expansion plans for Moscow include getting drunk, laid and ending up in a Russian prison, all at the click of a button”



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