Room 237

“Some movies stay with you forever... and ever... and ever”

Si preguntamos por la calle, a cualquier aficionado al cine, o consultamos en un buscador de Internet, cuáles han sido las películas de terror más influyentes de la historia, no cabe duda, que una de las principales respuestas, si no la primera, sería:
“The Shining” (1980) de Stanley Kubrick.
Curiosamente, “The Shining” se estrenó entre abucheos y críticos decepcionados, incluyendo a Stephen King, autor de la novela que Kubrick había adaptado con total libertad.
Tuvo que ser, 7 años lo que tardaría el director neoyorquino para reponerse del duro golpe crítico con “Full Metal Jacket” (1987)
Pero con el paso del tiempo, el relato del escritor y hombre de familia, que gradualmente pierde la cordura en un hotel ubicado en medio de la nada, comenzó a ganar adeptos, y a reivindicarse ante los ojos de la crítica internacional, hasta alcanzar el estatus de Obra Maestra de Culto.
“The Shining” fue una total sorpresa en su época.
Donde se esperaba la adaptación de una estupenda novela de Stephen King, el público se encontró con algo más.
Una densa y perturbadora película, que nos metía en una espiral obsesiva muy difícil de salir de ella.
Y es que la obsesión por una determinada obra cinematográfica, puede tomar muchos caminos.
En la mayoría de los casos, el fanático memoriza diálogos, analiza las proporciones detrás de cada secuencia, se introduce de lleno en la semiótica del filme, y explora a fondo, las intenciones de ese director, cuya cinta lo ha marcado profundamente.
Sin embargo, en algunas ocasiones, el espectador difumina esa delgada línea, que separa al fanatismo de la obsesión enfermiza, abandonando el entendible proceder del fanático, para adentrarse en terrenos mucho más irracionales y perturbadores.
Stanley Kubrick fue un director de cine que tuvo una carrera corta.
Demasiado corta algunos dirían, pero siempre se enfocó en dosificar y presentar la perfección, en pocas muestras cinematográficas dignas de ser admiradas.
Consideradas todas, Hitos del Séptimo Arte, sus películas contenían detalles magníficos en técnica y adaptación.
En pocas palabras, Kubrick observaba todos los elementos, y los colocaba en escena si representaban algo.
Al conocer este método, muchas personas han dedicado su vida, a estudiar el cine de Kubrick, como una especie de libro histórico.
Mil y una teorías que especulan sobre cualquier posible significado de una película suya, y que tratan de darle más dimensiones de vida a la misma.
Es lo que sucede cuando las grandes películas, u obras de arte, logran hacerse un hueco propio, y conseguir diferentes niveles de interpretación.
¿Hay realmente códigos ocultos en “The Shining”?
¿Es puro delirio o paranoia?
¿Será una divertida manera de profundizar en un film de culto?
Que cada uno saque sus propias conclusiones.
“REDRUM”
Room 237, es un documental estadounidense, escrito y dirigido en 2012, por Rodney Ascher, que explora los significados de la película “The Shining” de Stanley Kubrick, realizada en 1980.
Protagonizada por Bill Blakemore, Geoffrey Cocks, Juli Kearns, John Fell Ryan, Jay Weidner, Buffy Visick, entre otros.
También, Room 237 incluye imágenes de archivo, en las que aparecen:
Stanley Kubrick, Stephen King, Jack Nicholson, Shelley Duvall, Scatman Crothers, Joe Turkel, Danny Lloyd, Barry Nelson, Philip Stone, Keir Dullea, Martin Potter, Tom Cruise, Nicole Kidman, entre otros.
El director Rodney Ascher, debuta con este trabajo, su primer largometraje, que ya ha pasado por 2 de los festivales internacionales más destacados:
Room 237 fue exhibido en la sección Directors' Fortnight del Festival Internacional de Cine de Cannes 2012, y en El Festival de Cine de Sundance.
Sus derechos de distribución, fueron adquiridos por IFC Midnight, y fue estrenada en los cines estadounidenses, y a través de vídeo bajo demanda, el 29 de marzo de 2013.
Es sabido por cualquiera que indague un poco que la película “The Shining” de Stanley Kubrick, que está repleta de ambigüedades, subtextos, trucos visuales y espaciales, y mil y un detalles más, que la superdotada mente del director, colocó como piezas de un gigantesco puzle, con el único objetivo de jugar con la mente del espectador, y convertir el visionado de “The Shining” en una experiencia que ninguna otra película de terror pudiese igualar.
Y es sobre estas piezas, sobre las que se cimienta el documental Room 237 del estadounidense, Rodney Ascher.
Room 237 incluye imágenes tomadas de “The Shining” como era de esperar, y otras películas de Kubrick, así como opiniones de diversos seguidores de ese director.
Room 237, tiene 9 segmentos, cada uno de los cuales, se centra en diferentes elementos, que podrían revelar pistas secretas que insinúan una temática de mayor escala; curiosidades que jamás, en la vida, habías podido pensar ver en “The Shining”
Adelantada a su tiempo, “The Shining” cosechó nuevos fanáticos con su lanzamiento en formatos caseros, como el VHS, sin embargo, fue el DVD, el que le permitió a aquellos obsesionados con el trasfondo de la obra, analizar cuadro por cuadro, todas y cada una de las secuencias del filme, para reconstruir, cada una de las escenas, y observar, con una resolución mucho mejor a la del VHS, las centenas de minúsculos detalles, que Kubrick había plantado, voluntaria o involuntariamente, dentro del filme.
La Caja de Pandora se había abierto, y la fama de Kubrick por colocar detalles y pistas veladas para el mejor entendimiento de sus películas, excitó la imaginación de los fanáticos de “The Shining” que, completamente imposibilitados para preguntarle a Kubrick la validez o no de sus teorías, comenzaron a desarrollar justificaciones cada vez más descabelladas.
Cabe decir que Room 237 no posee una estructura “lógica”, saltando constantemente, de un tema a otro, sin orden ni concierto, lo cual llega a resultar molesto en muchos tramos, pero mostrando en todo momento, una pasión desmedida hacia la obra de Stanley Kubrick, que consigue introducirnos de lleno en el documental.
Hablando exclusivamente de Room 237, como documental, sus combinaciones de planos de la película, repetidos hasta la saciedad, ralentizadas, superpuestas, ampliadas, etc., es brillante y dinámica.
También, muy interesantes son los planos y esquemas de las escenas.
El resto del metraje, consiste en secuencias de otros filmes, también muy acertadas, que dotan al conjunto, de dinamismo y amor por el cine.
El documental Room 237, cuenta con entrevistas a fanáticos de “The Shining”, quienes la analizan, y la relacionan con, entre otras cosas:
El genocidio de nativos estadounidenses, El Holocausto, y el alunizaje del Apolo 11.
Los entrevistados, no son vistos en pantalla, pero sus comentarios acompañan las secuencias de video, principalmente, de la propia película “The Shining” las cuales se conectan vagamente con el diálogo.
La decisión del montaje, referente a eliminar las cabezas parlantes, por la voz en off, es brillante; ya que ayuda a hacerle más fácil al espectador, la digestión por una sobredosis de información, que se alinea con la imagen, mostrando de par en par, las obras magnas de Kubrick, como referentes cinematográficos de lo más extraños.
Una nota de producción, enfatiza en que los realizadores de Room 237, no intentan promover ninguna de las aseveraciones de sus entrevistados.
“The Shining” es tal vez, el trabajo más enigmático de Kubrick, por la aparente experiencia de horror, y su capacidad de desorientarnos, al alejarse tanto del libro de Stephen King.
Para la mayoría, sólo se trata de una película, para otros, es una gran metáfora que desata múltiples teorías, sobre dobles intenciones del director, con mensajes ocultos, bromas subliminales, e incluso, una cubierta para revelar la verdad sobre los logros de La Era Espacial de EEUU.
“The Shining” efectivamente, es escalofriante al revelar un comportamiento siniestro, y una verdadera indulgencia de dirección, precisamente, eso la convierte en un objeto de estudio, e interpretaciones diversas.
Room 237, está dividida en 9 segmentos, cada capítulo se centra en un elemento específico diferente de “The Shining” que puede revelar pistas ocultas sobre una temática mayor, cada una de las cuales, no tienen seguimiento, una de la otra, es decir, los segmentos son presentados a modo de viñetas.
Estos van, desde la decoración de fondo, basada en el arte de los nativos estadounidenses, y los símbolos que hacen referencia a la Alemania nazi, hasta los movimientos de cámara, que crean ilusiones subliminales, con la yuxtaposición de imágenes.
Es el tipo de cosa que uno se daría cuenta, viendo repetidas veces “The Shining” escena por escena, momento a momento.
Algunos pueden llegar aún más lejos, desde una planificación de la geografía del hotel, a la disección cuidadosa del patrón que sigue el triciclo de Danny Torrance (Danny Lloyd)
Lo hacen en varios niveles, desde los personajes, hasta el guión o incluso el decorado.
Empezamos con:
El historiador Geoffrey Cocks, que nos comenta que “The Shining” es una parábola sobre El Holocausto; y las relaciones del #42.
Se defiende demostrando señales como la máquina de escribir alemana marca Adler, que significa “águila”, símbolo nazi y estadounidense, que Jack Torrance (Jack Nicholson) utiliza, o la aparición del número 42, año fatídico del inicio de la exterminación de judíos en Auschwitz; en muchas partes de “The Shining”
Incluso, podemos ver en uno de los televisores la película "Summer Of '42 (1971)". También llega más allá afirmando que esos pasillos inundados de sangre es la derramada por el pueblo judío.
En la cocina se pueden ver apiladas cajas de refresco 7UP, las cuales siempre son de 6 cajas, es decir, 6 x 7 = 42.
El Hotel Overlook, fue construido en 1907, y 42 es múltiplo de 7; así como la fotografía final, que fue tomada en julio, el 7° mes del año.
Parece ser, que la novela “La Montaña Mágica” de Thomas Mann, es una referencia constante en “The Shining”, y Mann usa el # 7 como un indicador de peligro.
¿Kubrick ha jugado con estas cuestiones numerológicas?
La mayoría de la música contemporánea, mezclada y arreglada por Kubrick y Wendy Carlos para “The Shining” como “The Dream Of Jacob” de Krzysztof Penderecki, fue compuesta por judíos, o hacen referencia a las carnicerías de La Segunda Guerra Mundial de una forma u otra.
Otra pista musical, sería el tema que abre la banda sonora:
“Dies Irae”, el cual es un canto fúnebre tradicional.
Y la inundación de sangre que surge de los ascensores, se refiere, según este análisis, a una atrocidad que todo el mundo prefiere ignorar, y que sólo Wendy Torrance (Shelley Duvall) y Danny, las víctimas de “The Shining” son capaces de ver.
En otra apreciación, el periodista Bill Blakemore, nos cuenta que “The Shining” habla del genocidio de los nativos estadounidenses, a manos de los primeros colonos.
El Hotel Overlook, es una metáfora de su exterminio.
Su teoría se basa en los múltiples símbolos indios que aparecen, las latas de levadura marca “Calumet” palabra que significa “pipa de la paz”, con el rostro de un indio, y también, la afirmación de que el Hotel Overlook está construido sobre un cementerio sagrado.
Para empezar, uno de los primeros diálogos de “The Shining” hace mención a ello de pasada, una idea que no se halla en la novela original.
Para seguir, muchos de los motivos que adornan el Hotel, como las pipas “Calumet” en el salón donde Jack escribe, los tapices navajo, o el trazado de las alfombras, pertenecen a culturas amerindias.
Por otra parte, algunos ven en la imagen del cocinero, Dick Hallorann (Scatman Crothers), que yace cubierto de sangre sobre la moqueta, una alegoría de la violencia racista.
Cuando huye de su padre, el pequeño Danny consigue salvarse siguiendo sus propias huellas sobre la nieve:
Esto es un truco empleado a menudo por los “pieles rojas”; y finalmente, la foto final, indica que el alma de Jack está atrapada en el hotel para siempre...
Para ser más exactos, en una foto del baile del 4 de Julio, es El Día de La Independencia de los EEUU; una fecha que, para los nativos estadounidense, tiene poco de festiva.
Room 237, explica que “The Shining” se dedica a mostrar como “no ser víctima de la historia”:
Eventos terribles han sucedido en el Hotel Overlook, pero Danny aprende que si cierra los ojos, los mismos se irán.
Hay razones para creer, que Kubrick no se sentía cómodo, afrontando el tema del Holocausto, y muchos piensan, que encontró la forma de esconder el tema en otros lugares.
Esta teoría es muy similar, a la interpretación de que toda la película muestra la sistemática destrucción de los indios estadounidenses.
Como tercera opinión, tenemos una gran polémica, que creo nunca se acabará descubriendo:
El famoso alunizaje.
Aquí, en Room 237, se afirma que fue Kubrick el que realizó la famosa escena... que fue todo mentira; incluso, se atreven con argumentos, sobre la simbología de muchas de sus escenas.
Cada línea en “The Shining” empieza a sonar verdadera:
Las constantes discusiones de Jack Torrance con su esposa Wendy, acerca de las responsabilidades del trabajo, parecen ser la propia voz de Kubrick, justificando su cumplimiento de órdenes gubernamentales:
“¿Acaso no sabes que tengo obligaciones con mis empleadores?”
“¿Tienes alguna idea de lo que es un contrato?”
“¿Sabes lo que un acuerdo significa?”
Toda la diatriba de Jack Nicholson en contra de su esposa, es Stanley diciéndole a su esposa Christiane Harlan, después de que ella descubriera lo que estaba haciendo, que era el material fílmico del Apollo 11 llegando, supuestamente, a La Luna.
La susodicha habitación 237, es La Luna, es decir “Room N° 237”, el cual es un anagrama de “moon”, por eso, muestra la llave colgando durante un rato.
Danny juega en la moqueta, hasta que mira y ve la puerta abierta.
Cuando se levanta, vemos que lleva un jersey, con el Apollo 11 tejido en él.
Así, cuando va hacia la habitación, el cohete va a La Luna.
Kubrick quiso decirnos, que la llegada del hombre a La Luna, fue un montaje, siempre se dijo, que lo había rodado él.
Y esa es la habitación de La Luna, donde todo lo que pasa, no es real, y todo sobre esta habitación, tiene que ser cubierto con mentiras, y no debemos dejar que nadie se entere, lo que realmente ocurre en la habitación 237.
El número de la habitación, también tiene su curiosidad:
En la novela original, el número es el 217; pero Kubrick lo cambia.
¿Por qué?
237mil millas, es la distancia entre La Tierra y La Luna.
En cuanto a lo del cambio de la habitación, 217 por la 237, fue una exigencia del Hotel Timberline, del que se tomaron las imágenes exteriores para el Hotel Overlook, que sí tenía habitación 217, y temía que, tras “The Shining” quedase permanentemente sin ocupar, así que pusieron la 237, que no existía en el Timberline.
También, la pelota de Danny, esta comparada como este satélite.
Esas gemelas, que tantas pesadillas han provocado, son una alusión a las misiones Gemini de la NASA.
Otra de las imágenes más terroríficas del filme, la del hombre disfrazado de oso, correspondería a la amenaza soviética, que el complejo militar-industrial de EEUU habría tratado de conjurar, orquestando el montaje de las misiones lunares.
Finalmente, los mensajes telepáticos, “El Resplandor” del título, serían una referencia, al pacto de silencio que Kubrick contrajo con el gobierno estadounidense, y que sólo podía romperse, mediante un mensaje cifrado.
Sobre la escena inicial, de la llegada de Jack Torrance al Overlook; se muestra la reunión entre Jack Torrance y Stuart Ullman (Barry Nelson), en el despacho de este último, junto con la presencia de Bill Watson (Barry Dennen)
Ullman viste ropa de color rojo, blanco, y azul, representando al gobierno de Estados Unidos, casi se diría personificando una figura del clan Kennedy, o por otro lado, más precisamente representando a la NASA; esto se deduce, porque el lugar representa una oficina gubernamental; donde puede verse también, la bandera de Estados Unidos.
Jack Torrance representa al mismísimo director Stanley Kubrick, y su experiencia con la NASA, de producir y dirigir “el falso montaje del alunizaje” sobre la misión del Apollo11.
Los marcos de la ventana, de hecho, forman el número 11.
Además, el águila en medio, representa la misión lunar, ya que el águila es el símbolo del Apollo 11.
Y 2 águilas en la oficina, representan a los astronautas del módulo lunar:
Neil Armstrong, y Buzz Aldrin.
El comunicador y el águila no están lejos; lo que significa, que el módulo lunar no estaba en La Luna, sino la NASA falseó las transmisiones.
Por último, vemos a Bill Watson, que no dice palabra durante la reunión, presumiblemente, es un representante del FBI o la CIA, para que Torrance/Kubrick no diga palabra de lo que está a punto de realizar.
Una cuarta, indica que la estructura del hotel es ilógica, llevándonos y mareándonos por esos pasillos, con la sorpresa que alguno de ellos no llevan a ninguna parte.
Para aumentar la sensación claustrofóbica del Hotel Overlook, Kubrick concibió el lugar, de tal forma, que su estructura desorientase al espectador.
El montaje nos hace dar vueltas y más vueltas, por pasillos y habitaciones que, en una edificación real, no podrían estar allí.
No es que sea una teoría en sí, pero Room 237 nos muestra, como la arquitectura que plantea Kubrick, no se corresponde con la que tendría que ser en realidad, es decir, construye un escenario totalmente irreal.
Es uno de los momentos más interesantes del documental, porque más que especular libremente, se ofrecen ideas sólidas, y mapas que corroboran la idea.
Los otros 2 participantes, la actriz Juli Kearns, y el músico John Fell Ryan, también aportan ideas interesantes, al mostrar las múltiples etapas en la conciencia de Danny, a través del recorrido de pasillos abordo del triciclo, y la posible manipulación de sus padres, en esos ascensos y descensos; no descartan los espacios con arquitectura imposible, hay ventanas donde no puede haberlas, y habitaciones que no hay forma de que existan.
Y por último una quinta, en la cual nos indica que “The Shining” es simétrica.
Construida como un espejo, cada una de sus escenas, refleja otra escena que tendrá lugar más adelante.
“The Shining” puede proyectarse al revés, y pese a ello, los cambios de plano y los movimientos de cámara, seguirán siendo los mismos.
Francamente curioso e inquietante:
“REDRUM = MURDER”
Si nos damos un paseo por la red, nos encontramos teorías de todo tipo, incluso entre la crítica más “sesuda”:
El Mito de Minotauro, seguramente la teoría más alocada de todas, con apenas un poster, y poco más, como el laberinto.
Sobre todo en el famoso “close-up” de Jack, a manera de un bisonte con las cejas levantadas…
La experta de la teoría, asegura la locura, de que nos encontramos ante una revisión del mito griego.
En “The Shining” hay varias alusiones a cuentos infantiles, ello es debido, a que Stanley Kubrick y Diane Johnson, para preparar el guión, leyeron trabajos del psicoanalista Bruno Bettelheim, y una de sus obras más importantes es: “Psicoanálisis de Los Cuentos de Hadas”, en la cual, analiza la importancia de algunos cuentos como:
“La Bella y La Bestia”, “Caperucita Roja”, “Hansel y Gretel”, “Blanca Nieves y Los Siete Enanitos”, “Los Tres Cerditos”, etc.
Por ejemplo; cuando la cámara hace un barrido lentamente, por el dormitorio de Danny, se pueden ver varios “stickers” adornando la puerta, incluyendo uno de Dopey, de Los Siete Enanitos.
En una toma posterior, luego de que el pobre Danny ha soportado muchas de las cosas terribles del Overlook, puede verse que este “sticker” ha desaparecido.
¿Error de continuidad?
Algunos creen que no:
Dopey o “Tontín” ya no es más un ser inocente, ahora es un iluminado.
Es ahí, cuando Danny tiene su primer “resplandor” o “shining”; y ve lo que pasará en el Overlook.
En la escena siguiente, va una doctora a revisarlo; y ésta se entera de la existencia de “Tony” el amigo “dedito” imaginario.
Cuando se va de la recámara, Dopey ya no está entre las estampitas de la puerta; es decir, Danny ya no es totalmente ignorante de lo que ocurre en su mundo, como podría estar el enanito, con capacidades diferentes que aparece en la película animada de Disney.
Del mismo modo, la forma de “lobo” que hace Jack cuando intenta derribar la puerta con el hacha, similar a la del cuento de “Los Tres Cerditos”
El triciclo de Danny, misma teoría.
No es casualidad la duración de las secuencias, con los largos paseos que da Danny en su triciclo al principio de “The Shining”
Son largas secuencias de reconocimiento del lugar.
Sin embargo, cada vez ocurren más cosas en esos paseos.
Los paseos ocurren primero en la planta baja, donde ve el lugar en donde su padre se volverá loco; luego en la planta alta, donde encuentra el cuarto 237.
El último paseo que da, es primero en la planta baja, corta a un área de habitaciones en la planta alta, y termina con la escena de las hermanas descuartizadas.
Danny sube de nivel la primera vez, se ilumina de alguna forma, para encontrar los misterios del hotel, hasta que la realidad y la lógica se pelean, y ves una de las escenas más horribles en la historia del cine.
La Masonería, por su parte, también está expresada en el jersey de Danny:
Amarillo, azul, y turquesa, que son los colores de los masones de Egipto.
El simbolismo ritual de Danny en el pasillo, con el decorado hexagonalmente...
Sobre Kubrick contra el autor Stephen King, podemos decir que está figurado en el Wolkswagen Bettle, el cual en la obra de Kubrick es amarillo, y en el del libro de King, es rojo.
No tendría mayor importancia, excepto porque al final, vemos un accidente de un camión aplastando un Wolkswagen Bettle rojo.
Kubrick daba a entender así, que su obra cinematográfica, había superado al libro de Stephen King.
También hay alusiones al sexo:
Como al inicio de la llegada al Hotel, Jack está leyendo la revista “Playgirl” donde viene publicado en la portada un reportaje sobre el incesto, y deja la revista en el asiento del lobby, aún delante de su jefe.
Como dato, se sugiere que Jack ha abusado anteriormente de su hijo y que los eventos en el Overlook, solo será el final de la familia.
A manera del lobo en el cuento de “Caperucita Roja”
De ahí que Wendy sienta que Jack, algo le hizo a su hijo…
De aquí parte otra teoría, la de los sacrificios humanos, como cuando Wendy golpea a Jack con un bate, en lo alto de las escaleras, haciendo un paralelismo de los sacrificios en las tribus, especialmente sudamericanas.
Pero de todas las teorías presentadas, quizás la más interesante, es la que indica que “The Shining” es una gran confesión sobre el rol de Kubrick en el montaje del video sobre el hombre en La Luna.
Una gran teoría de conspiración, reforzada con la posible presencia de evidencia en “The Shining”
Así también, algunas repeticiones de anteriores films de Kubrick, presentados en “The Shining” de manera curiosa, como por ejemplo:
La huida en automóvil de Humbert y Lolita en “Lolita” (1962) y la escena de la familia Torrance, en el “Bettle” antes de llegar al Overlook.
Otra es la escena de la habitación 237, en comparación a la habitación onírica en “2001: A Space Odyssey” (1968)
Pero si consideramos el manejo de ciertos objetos en cada una de las escenas, como por ejemplo:
Las sillas que aparecen y desaparecen, o la posición física imposible de los laberintos del hotel, estamos el frente de un estudio interesante, sobre la posibilidad y la subjetividad, al observar una obra de arte.
A mí, personalmente me llamó la atención, los cambios entre escenas de algunos objetos, como la máquina de escribir alemana marca Adler, que unas veces es de color blanco, otras de negro.
También, el hecho de que hay incoherencias espaciales.
Por ejemplo:
En una escena, al principio, donde Jack llega al hotel, atraviesa el vestíbulo, y llega al despacho del director, donde hay una ventana.
Lo cual, después de hacer mapas de las estancias como se aprecian en “The Shining”, no tiene sentido, debería haber una pared ciega.
El suéter del niño:
¿Mensaje de Kubrick para indicar que él filmó en La Tierra, la llegada del hombre?
Entonces:
¿Room 237 quiere demostrar, que una película mítica va en realidad, sobre el genocidio nativo estadounidenses?
¿O es sobre La Segunda Guerra Mundial?
¿O simplemente, se trataba todo de una gran broma?
No lo sé, ni lo sabe nadie cuando se encienden las luces tras el documental.
Room 237 no trata de buscar explicaciones, ni desencriptar el complejo artístico de Kubrick.
Aquí se parte de la esquizofrénica puesta en escena de un genio, para indagar sobre la paranoia, la obsesión, y la transformación de la realidad, a través de los ojos, sea de quien sea.
Conforme las ideas, se convierten en otras ideas más fantásticas, los signos y significados aparecen en todos lados.
Room 237 deja de ser un documental sobre “The Shining”, y se transforma en un filme sobre la naturaleza de la obsesión, del director y de sus seguidores por igual, y la capacidad para comprobar, que cualquier cosa puede ser real.
Después de esto, las 9 partes en las que Ascher divide Room 237, construyen un caso que podría mantener conversaciones y observaciones en pausa, con el dedo en el botón de regresar y adelantar, durante aún más horas.
Con estos 102 minutos, nos queda claro, que la frase de “mucho trabajo y poca diversión, hacen de Jack alguien aburrido” no se aplicaba de ninguna forma a Kubrick.
Quizás, lanzó todo al azar dentro de “The Shining”, era un tipo tan inteligente, que pudo haber descubierto que, sólo de esa manera, era capaz de abordar diferentes objetivos.
O tal vez, sólo se trate de un montón de errores de continuidad que no significan nada, pero alguien les ha puesto más atención de la necesaria.
De cualquier forma, el director, seguramente tenía un método para su locura, y a través de “The Shining” encontró la forma de expandir la ola de miedo, más allá de una sola habitación, en el desolado Hotel Overlook.
En mi opinión, da igual si estas teorías son verdaderas o falsas, lo importante es, que son muy interesantes, y te dan otro punto de vista, completamente diferente de “The Shining”
Te ayudan a fijarte en detalles, que probablemente hayas pasado por alto, y te intentan explicar todo aquello que “The Shining” te obliga a preguntarte.
“All work and no play make Jack a dull boy”
Quizás, alguien cometa el error de cargar contra documentales como Room 237, por beber de un material original tan rico como “The Shining” de Kubrick, limitándose a pensar, que se trata simplemente, de una danza alrededor de una obra maestra incuestionable del cine.
Pero andan muy equivocados; se podría decir que, lo que al principio sería un “documental sobre…” acaba convirtiéndose en una pieza, casi de ficción, del puzle que el genio Stanley Kubrick comenzó hace 33 años, y que un grupo de paranoicos, nosotros, nos limitamos no a completar, sino a hacer más complejo.
Room 237 es un documento extraordinario para los fanáticos, de uno de los más grandes hitos del cine de horror, que permite analizar pausadamente, y con lupa, una gran cantidad de los elementos, que Kubrick desarrollaba con un cuidado patológicamente obsesivo, para dar vida a cada una de sus obras.
Pero por encima de todo, Room 237, muestra la forma en la que deberían, en un mundo ideal y con todo el tiempo del mundo a nuestra disposición, verse todas y cada una de sus películas.
No desde la superficialidad de las horas de metraje, sino desde la profundidad de meses de arduo trabajo y estudio.
Ahí queda, inalcanzable, la utopía del cinéfilo.
Supongo que Kubrick, nos estará observando desde ese universo creado en la inigualable “2001: A Space Odyssey” (1968), y se estará riendo o rasgando las vestiduras, con tanta elucubración sobre sus películas.
Es conocido, que no le gustaba nada, opinar sobre el significado de sus obras.
Si se sobrevive a la sobredosis de información planteada por su director, nos encontramos sin duda, con uno de los documentales “rara avis” más ricos, complejos, y diferentes, que jamás se han hecho sobre el significado de “Obra Maestra”
Porque, como conclusión:
¿Cómo no coger algo tan bonito, como que Las Obras Magnas de los grandes autores, dejan de pertenecer a ellos, nada más entrar en la mente del colectivo?
Debería haber un documental así, de todas y cada una de las buenas películas del cine.

“No por mucho madrugar, amanece más temprano”



Comentarios

  1. Yo creo que El Resplandor es de las mejores películas de Kubrick, de las más raras y perturbadoras, la vi en las películas online de hbo y creo que como es confusa la gente busca explicaciones bizarras para tratar de entenderla.

    ResponderBorrar
  2. Hola Dulce, gracias por ver la película, leer la nota, y dejar su comentario.
    Tienes toda la razón, "The Shining" (1980) es una obra maestra.
    Respecto a las explicaciones bizarras, te digo que resultan curiosas, pero a veces dudo que sean intencionales del director, aunque Kubrick era un genio, este tipo de "Lecturas" o "hallazgos" no dejan de sorprender.
    Saludos.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas populares