Eternal Sunshine Of The Spotless Mind

“You can erase someone from your mind.
Getting them out of your heart is another story”

Melancolía, es la palabra que describe el sentimiento más impreciso, que un ser humano puede experimentar, pero a la vez, de los más profundos.
Por ejemplo:
Melancolía es llorar sin saber bien por qué.
Es sentir añoranza por algo que no precisamos, si hemos vivido o soñado.
El recuerdo de algo que no alcanzamos a rememorar con exactitud, pero que nos deja la extraña sensación, de que cualquier tiempo pasado fue mejor.
Melancolía es la nostalgia por lo que no fue, pero pudo ser, la nostalgia por el saber, qué hubiese sido de nuestras vidas, si hubiésemos hecho una cosa, en vez de la otra.
A todos nos ha pasado, en uno o en otro momento de nuestras vidas.
Estás tranquilamente en lo tuyo, haciendo cualquier cosa, y de repente, una canción, un sonido, una palabra, un gesto, o incluso, algo indefinible, dispara un mecanismo en nuestro cerebro, y recordamos.
La memoria tiene estas cosas, es caprichosa e incontrolable.
De repente, vuelves a vivir una situación compartida con una persona, en la que no has pensado en años, se te clava en el costado, un recuerdo entrometido, doloroso, archivado en algún baúl perdido, o bien, vuelves a disfrutar de aquel maravilloso instante, en el que todo parecía perfecto, y el mundo cobraba todo su sentido.
Por supuesto, la memoria engaña:
Tenemos una mente incontrolable, que aumenta o reduce la intensidad emocional de ese recuerdo, colorea a su capricho las zonas grises, deforma lo que pasó, adaptándolo a nuestro punto de vista subjetivo, o lo hace más acorde a nuestra actual visión del mundo.
Y a veces es estupendo, claro pero también recuerdas a aquella persona de tu pasado que compartió tu vida en un determinado momento, y te hizo sufrir tanto.
En un arrebato de protección, por un instante, desearías no haber conocido nunca a esa persona, borrarla de tu memoria, donde habita como un persistente fantasma... y a veces sufres por lo contrario, por no ser capaz de recordar con nitidez, aquella otra historia que en su momento quisiste, por los motivos que sean, hacer desaparecer de tu mente, y que ahora sólo puedes imaginarla.
En cierto modo, los humanos somos memoria.
Y no te puedes fiar siempre de ella.
Cuando conoces a una persona, y sobre todo, cuando lo conoces tan íntimamente, como en una relación, esa persona cambia tu vida, para bien o para mal.
¿Cómo pueden olvidarse todos esos momentos juntos?
Y lo que es más:
¿Cómo se puede extraer a esa persona de tu alma?
Tal vez no es tan difícil olvidar los momentos pasados juntos, como haríamos con una fotografía, bastaría con recortar su silueta; pero ese momento vivido, lo que esa persona te ha aportado, no son solo recuerdos, y en mi opinión, eso es imposible de eliminar, por más que nos empeñemos, lo que las personas causan en nuestro interior, es algo con lo que tendremos que vivir para siempre.
¿Será posible arrastrar sobre nuestros hombros, cada una de nuestras experiencias pasadas, cada uno de nuestros errores, cada uno de nuestros hallazgos?
¿O será preferible, y posible, hacer de tanto en tanto, borrón y cuenta nueva, empezar de cero, olvidar, hacer de cuenta como que nada pasó, y seguir adelante?
Si te dijeran que hay una forma de borrar todos los malos recuerdos y sufrimientos de tu mente...
¿Tomarías esa opción?
¿Aunque involucre perder también, todos los lindos recuerdos vividos en ese mismo periodo?
Sólo tienes que poner en una caja, cada uno de los objetos que te recuerdan a esa persona especial que quieres olvidar.
Y:
¿Qué pasaría si recibieras una carta, avisando que has sido borrado de la memoria de alguien, y que no deberías intentar ponerte en contacto con esa persona?
“Why do I fall in love with every woman I see who shows me the least bit of attention?”
Eternal Sunshine Of The Spotless Mind es una película estadounidense, del género fantástico, con tintes dramáticos y de comedia, del año 2004, dirigida por Michel Gondry.
Protagonizada por Jim Carrey, Kate Winslet, Kirsten Dunst, Mark Ruffalo, Elijah Wood, Tom Wilkinson, Thomas Jay Ryan, Gerry Robert Byrne, Jane Adams, David Cross, Ryan Whitney, entre otros.
El guion fue elaborado por Charlie Kaufman, quien trabajó en la historia con Gondry y Pierre Bismuth.
La idea empezó con Bismuth, quien según Kaufman, envió por correo a varios amigos, incluyendo a Gondry, una carta en la que les explicaba, que los había borrado de su memoria, para ver cuáles eran sus reacciones.
Eternal Sunshine Of The Spotless Mind es como todo lo basado en guiones de Kaufman, una absoluta paranoia, pero también, una gran genialidad.
El guionista, en seguida recurrió a un poema de Alexander Pope, que comienza con los versos:
“¡Qué felices son los inocentes!
Olvidando el mundo, y por éste olvidados.
Brillo eterno de una mente inmaculada.
Cada plegaria aceptada, y con cada una, una renuncia”.
Con esta premisa, la precisa y brillante maquinaria de Kaufman, erigió una comedia oscura y triste, fundamentada en el olvido como sentimiento del amor perdido, y muchas veces añorado.
Eternal Sunshine Of The Spotless Mind es una nueva profundización en la fragmentación y desglose del guión, la gran condición que hace inmensa la perspectiva narrativa de este genio, una experimentación llena de puntos de giros retroactivos, y a su vez progresivos, de acción minada con un ingenio inquieto y amenazante, dejando el carácter y el pensamiento alterados por el tiempo, por la fugacidad de los sentimientos que, con los recuerdos y la añoranza, mutan, acreditando que, dentro del amor existe lo ilógico.
Pero más allá de jugar con la afasia temporal, con la deconstrucción narrativa, la gran virtud de Eternal Sunshine Of The Spotless Mind es que, en su intención, no está la originalidad, sino el propósito de contar una historia que muestra la verdadera naturaleza del amor, concibiendo su destino e inevitabilidad, su sentido de la injusticia, y la predestinación.
La compleja estructura de su guión, exige del espectador paciencia, y la complicidad de entrar en un juego en el que se rompen las coordenadas espaciales, y sobre todo, las temporales, con un viaje al pasado, y unos intentos por reconstruirlo desde el presente.
Y es que nunca fue tan cierto, que el sentido de una película, está en los ojos del que mira, del que siente de una manera u otra lo que está viendo.
Kaufman sumerge al público, en sus laberínticos paisajes ficticios, pesimistas, y psicológicos, pero ampliando el recorrido, al sugerir una historia teñida de intelectualismo existencial y emocional, que obliga al espectador a cuestionarse acerca de la vida, del pasado, del presente, y el futuro, en un viaje de recuerdos que atormentan, pero sin los cuales la felicidad en casi todos los casos fugaz y frágil, no tendría sentido.
Eternal Sunshine Of The Spotless Mind fue ganadora del premio Oscar 2005, al Mejor Guion Original, y recibió asimismo la nominación como mejor actriz para Kate Winslet.
Se ha calculado, que Eternal Sunshine Of The Spotless Mind, es la 2ª película más aclamada por la crítica de los años 2000, en virtud de su número de apariciones en prominentes listas de “Películas de La Década”
Eternal Sunshine Of The Spotless Mind gira alrededor de Joel Barish (Jim Carrey), un hombre solitario y rutinario, que un día decide, de manera impulsiva, iniciar un viaje en tren hacia una estación desconocida, en Montauk, Nueva York.
Allí conoce a Clementine Kruczynski (Kate Winslet), una mujer impulsiva con su cabello de color azul.
Pero todo lo que se presenta como obvio en Eternal Sunshine Of The Spotless Mind, tiene un trasfondo imprevisto, y el espectador va descubriendo poco a poco, que esa no es la primera vez que Joel y Clementine se ven.
En realidad, hace algún tiempo, después de una larga relación, y muchas diferencias, Clementine había decidido romper el noviazgo, y ponerse en manos del doctor Howard Mierzwiak (Tom Wilkinson) para que le borraran todos los recuerdos relacionados con Joel.
La historia trata entonces, de una pareja algo dispareja, de personalidades totalmente opuestas, ella es un tanto extrovertida, con un estilo extravagante, se tiñe el cabello de colores, según su estado de ánimo, trabaja en una librería, sin embargo no le gusta leer…
Él es callado, introvertido, de carácter serio… se conoce con Clementine en una fiesta de unos amigos en común.
Él la nota desde un principio, pero se le imposibilita abordar a mujeres desconocidas; mas adelante, ella se le acerca, y comienzan a conocerse y hacer bromas sobre el nombre de Clementine.
Comienzan a vivir juntos, y poco a poco se enamoran perdidamente él uno del otro, se observa una convivencia muy divertida, juegos, conversaciones interesantes, paseos, etc., pero hay un problema, Clementine es una mujer muy inestable emocionalmente, y al caer en la rutina de la convivencia, comienza a aburrirse de su pareja, a maltratarlo.
Joel por su parte, también hace lo mismo, como consecuencia, la relación de pareja se deteriora poco a poco.
A estas alturas, cabe decir que Eternal Sunshine Of The Spotless Mind, no muestra la historia de una forma lineal, por lo que es algo recomendable, estar atentos a los detalles, como el color de cabello de la protagonista.
Por otro lado, los recuerdos de cierto modo, son elementos que nos definen.
En Eternal Sunshine Of The Spotless Mind, conocemos detalles de la relación entre Joel y Clementine, mediante recuerdos que se van desvaneciendo, derrumbando, desenfocando...
Los recuerdos se convierten en elementos borrosos, hasta que desaparecen del todo de la mente de los protagonistas.
Pero como dice la frase del principio, “aunque borres a una persona, sacarla de tu corazón, es más complicado”
La escena del principio, se recupera al final, y nos ayuda a entender algo mejor las cosas:
Joel y Clementine volvieron a encontrarse.
Eternal Sunshine Of The Spotless Mind trata sobre las segundas oportunidades, y la necesidad de amar las limitaciones y defectos del otro, sobre la propia identidad, y la memoria como esencia de la persona, sobre el amor, y la capacidad de rectificación, para anular el fatalismo determinista.
Y del matrimonio, como lugar para dar un sentido a la vida, y “buscar la paz de un alma jodida” en palabras, de la sufrida Clementine, que busca la felicidad en un mundo, que en ocasiones se presenta como una pesadilla de la que uno quiere olvidarse.
Así es la vida también para Joel, que ve discurrir sus más bellos recuerdos junto a otros no tan felices, queriendo borrar estos últimos, como si de una película se tratara.
Triunfo absoluto de la subjetividad, donde la realidad se recrea a conveniencia en el interior del propio cerebro, y donde el amor se identifica con la memoria, hasta reducir la persona a un nombre, o un recuerdo que, si se olvida, destruye consigo al amado.
Contrariamente a lo que se pueda pensar, debido a lo intrincado de su disposición argumental casi perfecta, la coherencia es absoluta, pese a desenvolverse en distintos tiempos, realidades y dimensiones, ocurriendo la mayor parte del metraje dentro del cerebro de Joel, de sus recuerdos, de sus deseos.
Con una planificación narrativa de compleja construcción, y portentoso efecto formal, Kaufman subvierte los designios del género, entrelazando los indicios descriptivos de su magnífico guión hacia atrás.
Por tanto, la entidad, la habilidad, y la sorpresa de Eternal Sunshine Of The Spotless Mind, consisten en detallar el final en su prodigioso prólogo para, mediante los recuerdos de Joel, desvelar su significado.
Lo que el guionista está haciendo, en definitiva, es reunir una asombrosa conjunción de virtudes, como perspectiva del misterio que abarcan los deseos internos, los más gratos recuerdos, los sueños, y una realidad transformada en onírica, circunscrita a una solución médica, que hace desvanecer los recuerdos del pasado en unas horas.
Como dijo el escritor y dramaturgo francés, Armand Salacrou:
“Un hombre sin recuerdos, es un hombre perdido”, y en ese terreno es donde Gondry y Kaufman, construyen un hilo conductor que juega con el espacio y el tiempo, construyendo y deconstruyendo una historia, que sólo puede ser entendida por la subjetividad del espectador.
“Random thoughts for Valentine's Day, 2004.
Today is a holiday invented by greeting card companies.
To make people feel like crap”
Podemos revelar que Eternal Sunshine Of The Spotless Mind, cronológicamente hablando inicia en el año 2002, cuando el Dr. Howard Mierzwiak, casado, tiene una relación amorosa con su recepcionista, Mary Svevo (Kirsten Dunst)
Cuando la relación empeora, Mary se somete al proceso de borrado de memoria.
Pero el doctor no se aplica el procedimiento.
También en el 2002, Joel Barish va junto con sus amigos Rob Eakin (David Cross) y Carrie Eakin (Jane Adams), a una fiesta en la playa en Montauk, Nueva York, en donde conoce a Clementine Kruczynski, con cabello color verde, con quien comienza una relación amorosa, en el transcurso de la relación, Clementine cambia el color de su cabello de verde a rojo, y luego a naranja; el cabello cambia de color junto con sus estados de ánimo.
Pero en el año 2003, la relación de ambos se agota, como se ve en una escena situada en un restaurante chino, con Clementine con cabello color naranja.
En enero o febrero del 2004, Clementine se separa de Joel, tras haber chocado su auto, y haber discutido con él varias veces, una de ellas, en un mercado, y sobre tener un hijo.
A ella le hacía mucha ilusión, pero él no se sentía preparado.
Unos días antes del Día de San Valentín, Clementine, fiel a su personalidad impulsiva, va a la clínica Lacuna Inc., la clínica que dirige Mierzwiak, y que borra la memoria a quien lo solicita, para eliminar todos los recuerdos relacionados con Joel.
Antes de someterse a este proceso, que se realiza por la noche en la casa del cliente mientras duerme, la persona debe llevar todos los objetos que puedan recordarle al otro, para así, al despertar, no confundirse.
Durante el proceso de borrado de Clementine, uno de los operarios, Patrick (Elijah Wood), se enamora de ella, y rápidamente comienzan una relación.
Como él no es demasiado original, utiliza para seducirla, los poemas y cartas de Joel, que ella llevó a la clínica.
Esto le causa extrañeza a ella.
Joel va a la librería, en donde Clementine trabaja, y se sorprende al ver que ella no lo reconoce, esta cambia su color de cabello de naranja a azul.
También ve que besa a alguien, que en realidad es Patrick.
Luego, su amigo Rob, le entrega la carta de Lacuna Inc., en donde dice que Joel ha sido borrado completamente de la memoria de Clementine, y que no deben comentarle nada a ella, sobre su relación.
Esto evidentemente entristece a Joel.
Momentos antes de San Valentín, Joel acude a Lacuna Inc. para borrar a Clementine de su memoria.
Debe llevar cualquier elemento relacionado con ella, para elaborar un mapa de su cerebro.
Luego, Patrick se queda con las cosas de Joel; porque toma un collar que este iba a regalarle a Clementine.
La noche del 13 de febrero, Stan Fink (Mark Ruffalo) y Patrick, van al apartamento de Joel, pasadas las 08:30pm para aplicar el procedimiento.
En el proceso, Patrick revela a Stan, que ha estado cortejando a Clementine.
Mientras tanto, Mary también va al apartamento para acompañar a Stan.
Ella habla en varias ocasiones sobre Howard, de lo inteligente que es, y de la admiración que siente por él.
Patrick recibe la llamada de Clementine, y esta le dice que está trastornada por algo.
Él pide permiso a Stan para irse.
Mientras tanto, Stan y Mary, beben y fuman marihuana.
Joel continúa viendo sus recuerdos que desaparecen, pero decide cancelar el procedimiento, ya que no quiere olvidar lo feliz de su relación.
Pero está dormido, así que junto con la Clementine de su mente, intenta oponerse a aquello, yéndose junto con ella, a los recuerdos de los que no tienen información los borradores, como puede ser la niñez de Joel, en donde ella no estaba, y así esconderla, y poder recuperarla una vez despierto.
Mientras tanto, Patrick llega al apartamento de Clementine, y juntos deciden ir al río congelado de Charles.
Una vez allí, Patrick utiliza una frase de Joel, que encontró entre sus cosas, para seducir a Clementine, pero ella se levanta, y decide irse, alterada.
En los intentos de Joel de escapar del borrado de memoria, lo logra.
Entonces, Stan y Mary llaman a Howard, el cual acude de inmediato y lo soluciona un par de veces, en esta situación, Stan decide salir un momento para tomar el aire, y aprovechando, Mary besa a Howard.
En ese momento, llega la mujer de él, los ve, y le dice a Mary la verdad:
Que habían tenido una relación amorosa, pero ambos convinieron, que lo mejor era que Mary lo borrara de su memoria.
Por otro lado, en el último recuerdo que le queda de Clementine, y antes que sea borrado, Clementine le susurra a Joel que “la encuentre en Montauk”
Al despertar, y con Clementine borrada de su memoria, Joel no va al trabajo y toma un tren a Montauk, sin poder explicarse a sí mismo el acto impulsivo, y se observan las escenas iniciales.
Esa misma mañana Mary, indignada por el secreto que le fue guardado, decide enviar a todos los pacientes de la clínica de Howard sus expedientes, explicándoles que han sido sometidos a un proceso de eliminación de memoria.
Joel pasa el día en Montauk, en donde también está Clementine, con cabello color azul, con quien hace contacto visual de vez en cuando.
Ya en el tren de regreso, Clementine y Joel inician una incómoda conversación, descubren que se habían visto en la librería en donde ella trabaja, y él visita, pero nunca se han tomado en cuenta, pues ambos borraron sus recuerdos de haber tenido una relación.
Una vez que han llegado, Joel lleva a Clementine a su casa, ella le pide que suba.
Toman un trago, ella le da su teléfono, y Joel la llama, en cuanto llega a su apartamento.
Al día siguiente, van por la noche al río Charles que está congelado, pasan la noche juntos.
Por la mañana, Joel y Clementine van a casa de este, pero primero pasan por la de ella, para que coja su cepillo de dientes.
Mientras él la espera en el coche, aparece Patrick, a quien Joel no conoce, y le pregunta extrañado a Joel, qué hace ahí, lo cual confunde a este.
Mientras tanto, Clementine, al entrar en su casa, encuentra el expediente que le ha enviado Mary, que contiene un cassette, y lo reproduce en la radio del coche de Joel.
En la cinta, Clementine habla mal de Joel, y lo critica, lo cual confunde mucho a ambos, y él la echa del auto.
Posteriormente, Clementine, aún confusa, decide ir a casa de Joel.
Cuando llega, este está escuchando su propia cinta, en la que habla mal de Clementine.
Ambos se disculpan, y Clementine se dispone a irse, pero Joel la detiene, le pide que espere, y se dan cuenta que estaban dispuestos a introducirse en la relación otra vez, aceptando lo aburrido y atrapante que puede resultar, sin importar nada.
La historia de Eternal Sunshine Of The Spotless Mind, forma un círculo, siendo el principio “la segunda vez que se conozcan, porque ya se habían borrado el uno del otro”, casi el final, cuando Clementine tiene el color de pelo “azul”
“Constantly talking isn't necessarily communicating”
El elemento de ciencia ficción o pseudo-ficción que supone que una empresa como Lacuna Inc., borre por un sencillo proceso los recuerdos de una persona, pasan instantáneamente a un trasfondo de credibilidad, cuando el verdadero hilo narrativo de Eternal Sunshine Of The Spotless Mind emerge a la superficie de las profundidades narrativas, con las que Kaufman y Gondry plantean un intenso melodrama obsesivo, personal e íntimo, que fragua su interés en el sugerente término de, “intentar solucionar en sueños, lo que uno no fue capaz de arreglar en la realidad”
Eternal Sunshine Of The Spotless Mind es una historia de corazones rotos, que interpela sobre la vida, el amor, la memoria, y el olvido, entendiendo que el amor es lo único por lo que vale la pena haber vivido.
Para encubrir este viejo tema del amor, los creadores recurren a la dimensión de la conciencia, a un puzle de situaciones contrapuestas, jugando arriesgadamente en el filo, enalteciendo su imprescindible visión, con una capacidad de sorpresa inquietante.
El título “Eternal Sunshine Of The Spotless Mind” está inspirado en un verso, del extenso poema “Eloisa to Abelard” del poeta inglés, Alexander Pope.
Ésta es la estrofa, en la que aparece el verso en cuestión:
“How happy is the blameless vestal’s lot!
The world forgetting, by the world forgot.
Eternal sunshine of the spotless mind!
Each pray’r accepted, and each wish resign’d”
En lo que respecta a los protagonistas, el papel de Kate Winslet fue creado por Michel Gondry, quien esperaba que lo ocupase la cantante islandesa Björk, pero ésta lo rechazó, porque después de protagonizar “Dancer In The Dark” (2000) sufrió una gran depresión, y tenía miedo de recaer, si volvía a actuar.
Otro de los aspectos destacados, es el apartado interpretativo, con un Jim Carrey haciendo quizás, la mejor actuación de su carrera hasta este momento, mucho más circunspecto que de costumbre.
El actor era consciente de estar participando en algo diferente, en una obra de autor, en una película que haría que su trabajo trascendiera más allá de sus habituales vehículos de lucimiento personal, con inminente fecha de caducidad.
Carrey se deja dirigir por Gondry, y el resultado es inmejorable, porque no olvidemos que en el fondo, estamos ante un actor con mucho talento.
Así las cosas, a través de la imaginería visual de Michel Gondry, que se adapta al portentoso guión de Kaufman, y lo hermana a la perspectiva de su cosmos gráfico, traduciendo visualmente, de forma dinámica y sencilla, el desdoblamiento de universos paralelos que propone el guionista, aportando lo necesario para narrar esta difícil y hermosa oda al romanticismo, donde la memoria y su fragilidad, quedan simbolizadas por la continua contraposición de los libros, dibujos, y recuerdos, alegorías de la subsistencia de la memoria, y por otra parte, la nieve, alusión al gélido olvido, a la limpieza de recuerdos, que son utilizados para revelar, que mientras Joel y Clementine observan las constelaciones sobre el río helado, mientras escapan al proceso de limpieza de memoria que ellos han solicitado, los ecos del mundo real, repiten los mismos errores.
Es imposible no conmoverse con los desesperados intentos de Joel por detener un proceso irreversible, cuando se da cuenta de la enormidad de la pérdida que implica, sentir el pánico que se apodera de él, cuando sus recuerdos se esfuman literalmente delante suyo, lo que le lleva al alucinado intento de esquivar su destino, llevándose consigo, su recuerdo de Clementine a las zonas más ocultas, vergonzosas, y reprimidas de su memoria, lo que permite a Kaufman, darse un paseo por el lado más recóndito del ser humano.
Mientras, en el exterior, las peripecias sentimentales de las personas que rodean a Joel, nos ofrecen un nuevo juego de espejos, de terribles implicaciones, entre las cuales brillan con luz propia, las que salpican a los personajes de Mary y el Dr. Mierzwiak, o al patético Patrick.
La clave de que volvieran a encontrarse, se encuentra en la lucha de Joel, para no olvidar del todo a Clementine de sus recuerdos, el objetivo de protegerla.
Antes de que se esfume su último recuerdo, Clementine le susurra algo a Joel, que parece decir “Montauk”
Esa es la razón del impulso de Joel, para coger otro tren, el tren que va a “Montauk”, el tren donde, tras borrarse los recuerdos Clementine y él volverán a encontrarse, donde decidirán volver a empezar de nuevo, tras enterarse de que ambos hicieron lo mismo para olvidarse el uno del otro.
Eternal Sunshine Of The Spotless Mind tiene momentos preciosos, como la escena de la playa nevada, o la despedida “inventada” en la casa de la playa, mientras todo se desmoronaba.
No obstante, también hay otras ridículas, como los pasajes de la niñez de Jim Carrey, o la patética escena entre Kirsten Dunst y Mark Ruffalo, cuando le están borrando el cerebro a Jim Carrey:
¿Ponen “el piloto automático” en una complicada operación, con una máquina que no se sabe cómo funciona, y encima, se dedican a beber, a fumar marihuana, e incluso, a echar un polvo?
¿Pudieron haber buscado una excusa más inteligente?
Ahora, no me entiendan mal:
Eternal Sunshine Of The Spotless Mind es una buena película, y en aquellos instantes en los que se centra en la realidad de los personajes principales, y en lo que sienten el uno por el otro, incluso llega a emocionar, pero a veces, tanta floritura de supuestos contenidos metafísicos, menoscaba el placer de su visionado, convirtiéndola en otra de esas presuntuosas cintas, que no se sabe muy bien por qué, reciben el beneplácito de la crítica.
Y es que no todo lo que pretende ser rupturista, ha de ser considerado como un oasis dentro de los convencionalismos a los que nos tiene sometidos Hollywood, puesto que al final, ese falso modernismo, puede acabar convirtiéndose también, en una mera repetición.
“I could die right now, I'm just… happy.
I've never felt that before.
I'm just exactly where I want to be”
Por años, se han hecho filmes acerca de la mente, su introspectiva es diferente en las constantes ocasiones, pues a ciencia cierta, nadie sabe con lo que se va a topar, es como decir, que nadie sabe en realidad, que es lo que hay en su cerebro, o referirnos a que nadie llega a conocerse a sí mismo en toda su vida, pero de cualquier manera, mueren felices, esto porque no se percatan de su errores, sólo se convencen de que lo que piensan está bien, o es un impulso, coincidencia, pero si en verdad, las partes fragmentadas de nuestra vida, aquellas que provocan dudas y pensares diferentes, todas estas partes, son en verdad pertenecientes a un todo, y este todo es tan concreto, que pareciera explicar la existencia misma.
Este drama cómico o comedia dramática, fantástica fantasía, sobre las dificultades que acarrea el amor y la vida en pareja, esgrime conscientemente, conceptos que procuran llegar al interior de un desenamorado, pretendiendo así entender, las insondables dudas y preguntas del corazón, aquéllas que hacen amar, tolerar, aceptar, aprender a perdonar, las que vuelven vulnerables a los enamorados que, a pesar de saber que la pasión es una etapa, y que lo efímero muchas veces se convierte en rutina insoportable, tiene su valor en la segunda oportunidad, en el instante, en que el alma se desnuda, volviendo a nacer, encontrando de nuevo el amor, reflejado todo ello, en imágenes y secuencias pretéritas, que van cobrando sentido según avanza la acción en el presente, retrocediendo en los recuerdos del pasado.
Aunque parece muy fantasiosa, al ver Eternal Sunshine Of The Spotless Mind tuve una idea inicial:
Sería el negocio del siglo poder hacer eso, borrar a tanta gente que nos ha hecho daño, que no han correspondido nuestro amor, porque “el que ama sin ser correspondido, sabe lo doloroso que esto puede ser”
Pero analizando con cabeza fría, y saliendo del mundo de fantasías, pisando tierra firme pensé:
¿Entonces, cómo podemos aprender esa lección de vida que nos dan las relaciones toxicas, o los rompimientos dolorosos?
Por más tormentosos que hayan sido, son un aprendizaje maravilloso, que nos ayuda a crecer, a madurar, a escoger una pareja estable, que sea afín con nuestros gustos e intereses.
¿Qué sucede en casos como el de Clementine y Joel?
En algunas ocasiones, las parejas tan diferentes, generan un aderezo muy particular en la convivencia de pareja, porque lo que uno no tiene el otro si, se complementan; así llegan a un acuerdo que satisface a ambos… pero en otras situaciones, diferencias tan marcadas, dificultan la convivencia, haciéndola casi imposible.
En el proceso de enamoramiento, tendemos a maximizar las cualidades, y minimizar los defectos de la pareja, situación que va cambiando durante los años de convivencia, allí es cuando realmente se ven los verdaderos colores de cada quién, no hay careta que perdure, poco a poco se va cayendo, y cada quien se muestra tal cual es, posiblemente, causando una decepción en la pareja, realidad que puede chocar con el paso de los años… a toda esta situación, se le pueden sumar otros aspectos como la rutina, que perjudica lentamente la relación, disminución de la emoción en el ámbito sexual, falta de iniciativa de algún miembro, la falta de metas en común, desinterés en el crecimiento individual de cada quien, falta de admiración hacia la pareja, etc.
En fin, todos nos hemos preguntado siempre, dónde está el límite en las crisis de pareja, en qué lugar se sitúa la línea divisoria que marca el “esto no funciona ahora y no funcionará jamás”

“I loved you on this day.
I love this memory”



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