Behind The Candelabra

“Without the show there's no business”

Los “celebrities”, aquellos seres inalcanzables para el resto de la humanidad, con su magnética extravagancia, sus atractivas “plumas”, sus grandes mansiones a pie de playa, y la posibilidad de hacer cuanto les venga en gana...
¿Quién no querría ser uno de ellos?
Están tan cerca, pero a la vez tan lejos...
Parecen inalcanzables.
Para la gente humilde, ellos son como “extraterrestres en el espacio”, sabes que están ahí, pero nunca los has visto realmente.
Por eso, si alguna vez te acercas demasiado a alguno, con el tiempo, se te irá acabando el oxígeno, y después, morirás con agonía.
Eso fue Liberace:
Virtuosismo y exceso, todo lo relacionado con él, ha brillado durante décadas en la memoria colectiva de los anales de la televisión, y en el mundo del espectáculo.
A pesar de convertirse, con el paso del tiempo, en Icono gay del Pop, nunca admitió su homosexualidad, pero poca falta que hacía.
Fundamentalmente, Liberace tuvo gran éxito en espectáculos en clubes y salas, en Las Vegas por ejemplo, fue una estrella de primer nivel; pero también en televisión.
Despertó burlas, pero también admiración por su peculiarísimo estilo, excesivamente recargado y kistch, popularizando un vestuario loquísimo, y una forma de interactuar con el público, cercana y divertida.
Alternando versiones de piezas clásicas y populares, Liberace cuidaba mucho el sentido del espectáculo en directo, y su imagen pública, desarrollando una de las primeras campañas de “marketing” que le hizo crecer en popularidad.
Una obsesión por cuidar su imagen, le llevó probablemente a la soledad, a pesar de que cuidaba muy bien a sus amantes.
Mucho podemos hablar de la importancia del personaje, del artista dentro del escenario, del descomunal pianista, que entre lentejuelas, anillos, y un radiante candelabro, deleitaba a multitud de espectadores en los shows en vivo, shows que realizaba por todo el país, y que eran su verdadera pasión.
Alguien que adquirió una gran relevancia, y que trató de promocionarse hasta codearse con cargos políticos, algo que siempre deseó, y que nunca llegó a culminar.
Liberace fue un pragmático empresario del espectáculo, y supo bien manejar su propio negocio, aunque más allá de eso, fue un personaje prisionero de su propia ruina moral, que al compartirla con otros, produce un descenso a los infiernos.
Y es que la vida humana, la convivencia en sí, tiene en su epicentro, la sordidez, y si ésta no se compensa con grandes y pequeños momentos de heroicidad y nobleza cotidiana, termina por envilecer a cualquiera.
“You have an eye for new and refreshing dick”
Liberace fue el artista mejor pagado en el mundo desde los años 50 hasta los 70, tal era el furor que despertaba en cada uno de sus conciertos, discos, películas, y programas de televisión.
Nacido bajo el nombre de Wladziu Valentino Liberace, más conocido por su apellido, Liberace, fue un famoso artista y pianista estadounidense, de ascendencia polaca e italiana, de gran popularidad.
Otros nombres usados por él fueron:
Walter Busterkeys, Walter Liberace, Lee Liberace, Liberace Chefroach, The Glitter Man, y Mr. Showmanship.
Liberace nació en West Allis, Winsconsin, Estados Unidos, el 16 de mayo de 1919.
Para sus amigos era conocido como “Lee” y para la familia era “Walter”
Sus padres fueron Frances Zuchowska, de origen polaco, y Salvatore “Sam” Liberace, un emigrante de Formia, Italia.
Liberace tuvo un hermano gemelo que murió al nacer, y nació con un saco amniótico, lo que en su familia, como en muchas sociedades, se tomaba como un signo de genialidad, y un futuro excepcional.
Liberace comenzó a tocar el piano a los 4 años, y mientras que su padre llevó a sus hijos a los conciertos, acercándolos aún más a la música, también fue muy exigente con los niños en la práctica y el rendimiento.
De ahí que Liberace empezara a memorizar piezas difíciles, a los 7 años.
Además, estudió la técnica del famoso pianista polaco, y más tarde amigo de la familia, Ignacy Paderewski.
La Gran Depresión, alrededor de 1929, fue muy dura para la familia, financieramente.
Por aquel entonces, el adolescente Liberace también sufrió de un problema del habla, y sufrió de las burlas de los niños del barrio, que se reían de su rechazo hacia los deportes, y su afición por el piano y la cocina.
Entonces, Liberace prefirió centrarse en su piano, y progresó bajo la instrucción del profesor de música, Florence Kelly, quien guió su desarrollo musical, durante 10 años.
Liberace adquirió experiencia, tocando música popular en los cines, la radio local, en clases de baile, en los clubes, y en bodas.
También actuó en cabarets, y clubes de striptease, y aunque sus padres no estaban de acuerdo, fue su forma de ganarse la vida, en tiempos difíciles.
Además, mostró interés por el dibujo, el diseño, y la pintura, y se convirtió en un exigente seguidor de la moda.
Para entonces, ya estaba mostrando la habilidad de convertir sus excentricidades para llamar la atención, y se volvió más popular en la escuela, aunque sobre todo, como un objeto de burla.
Entre 1942 y 1944, Liberace se alejó de interpretación clásica formal, y reinventó su acto con un “pop con un poco de los clásicos”, o como también lo llamó “la música clásica, donde las partes aburridas quedaron fuera”
En los años 40’s, se dirigió a la ciudad de New York, y a mediados de esa década, ya estaba actuando en clubes nocturnos, en las principales ciudades de los Estados Unidos.
Y así, Liberace pasó de ser pianista de música clásica, a “Showman”, y de manera impredecible y caprichosa, combinó música seria con piezas ligeras, por ejemplo:
Música de Chopin, con “Home On The Range”
Durante un tiempo, tocaba el piano junto a un tocadiscos en el escenario.
El truco ayudó a llamar la atención.
También, añadió la interacción con las peticiones de la audiencia, hablando con los clientes, haciendo bromas, dando lecciones a los miembros del público, y comenzó a prestar más atención a detalles, tales como puesta en escena, la iluminación, y la presentación.
En 1944, hizo sus primeras apariciones en Las Vegas, ciudad que más tarde, se convirtió en su principal lugar para presentaciones.
Liberace trabajo sin descanso, para perfeccionar sus actuaciones:
Agregó el candelabro sobre el piano, como un accesorio de firma, y adoptó el apellido “Liberace”, como su nombre artístico definitivo, por lo que un punto importante en sus comunicados de prensa, que fue declarado:
“Liber-Ah-chi”
En 1947, se promocionaba como:
“Liberace, el más sorprendente virtuoso del piano de hoy”
Por este motivo, tenía que tener un piano, para que coincida con su presencia cada vez mayor, así que compró un piano de cola BlüthnerGrand, de gran tamaño, forrado en hoja de oro, que fue promocionado como:
“Un piano que no tiene precio”
Liberace se trasladó a Hollywood, California, donde actuaba en clubes locales, como:
“Ciro” y “Mocambo”, para las estrellas de Hollywood como Rosalind Russell, Clark Gable, Gloria Swanson, y Shirley Temple.
Liberace creó publicidad muy exitosa, que le ayudó a despegar hacia la fama.
En 1950, se presentó ante El Presidente Harry S. Truman, un amante de la música, en La Sala Este de La Casa Blanca.
A pesar de tener éxito en el circuito de los clubes, donde él era a menudo un acto intermedio, su ambición era llegar a un público más amplio, como una estrella del cine y la televisión.
Fue así que Liberace comenzó a ampliar su acto, y lo hizo aún más extravagante.
Su acto a gran escala en Las Vegas, se convirtió en su sello, ampliando su cantidad de fans de manera espectacular, y haciéndolo rico en poco tiempo.
En 1955, Liberace ganaba $50,000 por semana, en El Riviera Hotel and Casino en Las Vegas, y tenía más de 200 clubes oficiales de fans, con un cuarto de millón de miembros.
Estaba ganando más de $ 1,000.000 por año, a partir de las apariciones públicas, y en televisión.
Las actuaciones de Liberace, eran con frecuencia, cubiertas por las revistas más importantes, y se convirtió en una superestrella de la cultura pop, pero también, se convirtió en el blanco de las bromas de los comediantes, y el público.
Los críticos musicales, eran por lo general, muy duros en su apreciación, respecto a su forma de tocar el piano.
Liberace, una vez declaró:
“Yo no doy conciertos, me puse un espectáculo”
A diferencia de los conciertos de pianistas clásicos, que normalmente terminan con aplausos, y un retiro fuera del escenario, el show de Liberace terminaba con el público, invitado a subir al escenario, para poder tocar su ropa, su piano, sus joyas, y sus manos.
En la siguiente fase de su vida, el pianista Liberace, después de haber ganado la riqueza súbita, vivió el materialismo en su vida y sus actuaciones.
Diseñó y construyó su casa, “la primera casa de celebridad”, en 1953, con un tema de piano, que aparece en todas partes, incluyendo una enorme piscina en forma de éste instrumento.
La casa de sus sueños, con lujosos muebles y antigüedades de todo tipo.
Liberace aprovechó su fama, y promocionaba bancos, compañías de seguros, compañías de automóviles, empresas de alimentos, incluso, empresas de servicios exequiales.
Los patrocinadores, amablemente le enviaban productos complementarios, entre ellos, su blanco Cadillac limusina.
Su fama fue tal, que recibió una estrella en “El Paseo de La Fama” de Hollywood, en 1960 por sus contribuciones a la industria de la televisión.
A lo largo de su vida, Liberace recibió 6 discos de oro.
Su carrera discográfica, sin embargo, nunca alcanzó el nivel de popularidad de sus shows en vivo.
Un crítico comentó, cerca del final de la vida de Liberace:
“El Sr. Showmanship, tiene otro poder de atracción más fuerte en su show:
La manera cálida y maravillosa que trabaja su audiencia.
Por sorprendente que parezca, detrás de todo el brillo de oropel, la falsa modestia y la sonrisa tímida, Liberace emana un amor que se vuelve a él mil veces”
En contraste con su presencia extravagante en el escenario, Liberace era conservador en cuanto a la política y a la fe, dejando de lado a los disidentes y rebeldes.
Creía fervientemente en el capitalismo, pero también estaba fascinado con la realeza, la ceremonia, y el lujo.
A él le gustaba codearse con “los ricos y famosos”, actuó como estrella, y estuvo cerca de presidentes y de reyes, que eran sus seguidores, y le trataban bien.
Sin embargo, para sus fans, seguía siendo uno de ellos, del Medio Oeste, que había ganado su éxito, a través de trabajo duro.
Con una personalidad ambigua, y un look completamente surrealista, Liberace vivía en la opulencia más absoluta.
Su mansión, un homenaje al kitsch más recargado, y su vestuario lleno de dorados, pieles y joyas, eran la fachada tras la que ocultaba un cúmulo de frustraciones.
Y es que Liberace mantenía su homosexualidad, al margen de su imagen pública y por respeto a su madre, y las relaciones que mantenía con atractivos jovencitos, eran siempre interesadas por ambas partes.
La verdadera sexualidad de Liberace, era un tema confuso aún más en la mente del público, por su amistad, y los vínculos románticos con la actriz Joanne Río, con quien, según él, casi se casó; la patinadora Sonja Henie, Mae West, y la famosa transexual, Christine Jorgensen.
Campañas de publicidad y artículos en revistas femeninas, intentaron contrarrestar los rumores de homosexualidad, al presentar Liberace como:
“El perfecto hombre, con el que una mujer estaría encantada de estar...
Tan considerado en las fechas...
Nunca se olvida de las pequeñas cosas que a las mujeres les encanta...”
Sin embargo, en entrevista de 2011, la actriz y gran amiga de Liberace, Betty White, confirmó un secreto sabido a gritos de antaño, que Liberace era gay.
De hecho, el artista entabló y ganó una demanda en los años 50, contra un diario de Londres, por haber insinuado su homosexualidad, por lo que mantuvo ante el público, la ilusión de su heterosexualidad, hasta por ahí de los años 80.
Durante toda su vida, Liberace vivió su homosexualidad a puerta cerrada, celosamente protegida por sus representantes, que atacaron con represalias y demandas, cuando se quiso ventilar a la prensa.
Sus amantes quedaron a la sombra, mientras él podía aparecer del brazo de mujeres célebres, en los actos públicos.
A ojos contemporáneos, resulta curioso, cómo un derroche de mariconez sin adulterar, pudo hacerse con un público tan vasto, en una época tan rígida e hipócrita.
Actualmente, su novio más célebre, Scott Thorson, radica en Reno, Nevada, tiene 54 años, y padece cáncer.
Thorson conoció a Liberace en 1976, cuando tenía 17 años, a través de su amistad con el productor de cine de Hollywood, Ray Arnett.
Liberace contrató a Thorson para actuar como su amigo personal y compañero, una posición que supuestamente incluye, una relación amorosa de 5 años con espléndidos regalos, viajes, y promesas de cuido y adopción por parte de Liberace.
Como empleado, Thorson condujo el Rolls-Royce de Liberace en el escenario de sus shows, y fue un bailarín.
Según Thorson, su relación de compromiso terminó, debido a un comportamiento promiscuo de Liberace, y la adicción a las drogas de Thorson.
Thorson dijo, que después de su cirugía plástica, el cirujano siempre le proporcionaba un cóctel de drogas, altamente adictivas que incluían:
Cocaína, Quaaludes, Bifetaminas, y Demerol.
Las cosas “no pararon bien”; y en 1982, Thorson presentó una demanda $113 millones contra Liberace.
En 1986, Thorson y Liberace aceptaron un acuerdo extrajudicial, por $ 75.000, 3 coches y 2 perros.
Y posteriormente, visitó y se reconcilió con Liberace, poco antes de la muerte del artista, en 1987.
Thorson dijo, que Liberace le obligó a hacerse una cirugía plástica para parecerse a él, porque quería engañar a la prensa, en cuanto a la verdadera naturaleza de su relación, diciendo que eran “padre e hijo”
Asimismo, también dijo que el famoso cantante, lo echó de casa cuando se volvió adicto a la cocaína.
Poco antes de que eso ocurriera, Thorson asegura haber tenido tuvo un romance con Michael Jackson, consentido por Liberace:
“Liberace me presentó a Michael a finales de los 70.
Fue más o menos cuando salió “Thriller” y Michael y yo nos convertimos en amantes”, afirmó Thorson.
Según Thorson, El Rey del Pop fue un increíble amante:
“Nuestra relación duró 6 o 7 años, Michael era muy generoso conmigo.
Me trataba muy bien”, indicó.
Tiempo después, el ex chófer, acudió al programa de radio de Howard Stern, que como muchos saben, es conocido por su lenguaje crudo y directo.
Thorson entró en el juego, de buenas a primeras, contando detalles sobre el pene de Liberace, el artista con el que estuvo enrollado durante muchos años en secreto:
“Su pene era muy feo, porque se la había agrandado con silicona.
Y no estaba circuncidado”
Ya sabes, que para los estadounidenses, al revés que los europeos, la circuncisión es algo casi básico, y el “uncut” no suele gustar demasiado.
Pero lo fuerte viene, cuando confiesa haber mantenido relaciones sexuales con Michael Jackson, y se decide a contar detalles muy escabrosos sobre el sexo oral:
“Michael Jackson no era bueno en el sexo oral:
Era de los que escupía, no de los que tragaba”
También cuenta, que la tenía muy pequeña, y que en la cama, era un aburrido”
Y para redondear la entrevista, ante la pregunta de quién era mejor en la cama, soltó un “Ninguno de los 2”
Thorson también entró en detalles, sobre su primer encuentro romántico, y destacó que “duró aproximadamente una hora”
Sin embargo, no explicó, porqué pusieron fin a su relación.
Como dato, en 1981, 4 personas, asociadas con la llamada “Banda de Wonderland”, fueron asesinadas como parte de una conspiración del trafico de drogas, en la que el actor pornográfico, John Holmes, conocido por el enorme tamaño de su pene, estuvo supuestamente involucrado; así como Scott Thorson como testigo.
Pero todo acabó como juicio nulo; el segundo juicio, en 1991, terminó en una absolución.
Por otra parte, en 2008, Thorson se declaró culpable, de los delitos relacionados con drogas, y acusaciones de robo, y fue sentenciado a 4 años de prisión; pero fue puesto en libertad posteriormente.
Scott Thorson, de 54 años, reconoció en prisión, que es un drogadicto, e insistió que está determinado a mantenerse sobrio, y evitar cumplir 20 años en prisión, por los cargos de robo en domicilio, y robo de identidad por los que fue sentenciado.
En febrero de 2013, la policía que investiga una cartera perdida, siguió la pista del uso de las tarjetas de crédito de la víctima, a un hotel en Reno, Nevada.
Pues a Thorson se le encontró el uso de las tarjetas de crédito, como el alquiler de una habitación en el Hotel Ponderosa en Reno, y fue arrestado, nuevamente.
El vice fiscal de distrito, John Helzer, dijo que Thorson, cuyo nombre verdadero es Jess Marlow, ha tratado de aprovecharse de su fama, desde que dijo a las autoridades, que no podría resistir la mala publicidad de ir a prisión, por robar una tarjeta de crédito, de un motel ubicado junto a un bar de desnudistas en Reno.
“Su mayor impedimento, es la percepción que tiene de ser una celebridad, él no es una celebridad, es una historia, una historia de acusaciones, manipulación, y fracaso"”, dijo Helzer.
Y sentenció:
“Debería ir a prisión”
Pero el juez, rechazó la moción de la fiscalía, para que le revocara a Thorson su libertad condicional, y lo enviara a la cárcel, pero dijo que esta será su última oportunidad.
“No estoy impresionado, ni creo que nadie lo esté, con su supuesto estatus de celebridad”, dijo el juez.
“Usted es igual a cualquier otro adicto que haya cometido un crimen contra una víctima”, finalizó.
En una entrevista años antes, Thorson había dicho claramente, que es gay.
Curiosamente, en 2002, cuando habló con Larry King en su show de CNN, insistió en que no era gay, sólo confuso…
En ese momento dijo, que tuvo una relación con Liberace, porque era joven y torpe, y que el músico se aprovechó de eso.
No obstante, en 1988 Thorson publicó sus memorias en el libro “Behind The Candelabra: My Life With Liberace”, de la cual se usó como base para un telefilm de HBO.
Pero Thorson tiene algunas palabras para Michael Douglas y Matt Damon, ya que en su opinión, tenían que haberlo sacado de la cárcel cuando fue detenido por robo, puesto que trabajaban en Behind The Candelabra, que nunca habría sido posible sin él.
“Hollywood me dio la espalda.
Matt Damon y Michael Douglas, no me pagaron la fianza, aunque me ofrecí a hablar con ellos sobre Behind The Candelabra”, dijo.
Así las cosas, llegamos a la tragedia, cuando Liberace murió, a la edad de 67 años, el 4 de febrero de 1987, en su casa de invierno en Palm Springs, California, de “neumonía por virus citomegálica, como consecuencia de la enfermedad de Virus de Inmunodeficiencia Humana”, según el informe del forense, y publicado en The LA Times.
“Because I'm the bandleader with the nightclub act”
Behind The Candelabra es una película dramática estadounidense, estrenada en 2013, y dirigida por Steven Soderbergh.
Protagonizada por Michael Douglas, Matt Damon, Dan Aykroyd, Debbie Reynolds, Scott Bakula, Rob Lowe, Cheyenne Jackson, Boyd Holbrook, Nicky Katt, Tom Papa, entre otros.
El guión es de Richard LaGravenese, basado en las memorias de Scott Thorson y Alex Thorleifson, “Behind The Candelabra: My Life With Liberace” (1988)
Aunque fuese escrito desde la perspectiva de Scott, la personalidad de Liberace está muy bien detallada, además de sus problemas más íntimos, y sus secretos.
Curiosamente, Liberace logró en la vida real, mantener en silencio su sexualidad, y fue poco tiempo después de su muerte, cuando se supo la “conocida verdad”
No obstante, todo surge a raíz del libro, escrito por Scott Thorson, para el cual, Soderbergh se basó en el guión, y a su vez, contó con la colaboración de los familiares de Liberace.
Cabe señalar de entrada, que Behind The Candelabra no cuenta la vida de Liberace, sino que se limita al relato de sus 9 años con Scott, entendida como una relación de poder y dependencia, entre un hombre poderoso y un chico inexperto.
Behind The Candelabra se estrenó el 21 de mayo de 2013, en El Festival Internacional de Cine de Cannes; y se le otorgó el “Palm Dog Award” al french poodle “Baby Boy”, perro que aparece en algunas escenas de Behind The Candelabra.
La cinta de Soderbergh, se llevó 11 premios de La Academia de Ciencias y Artes de La Televisión de los EEUU - EMMY.
Además de consagrarse como La Mejor Película para Televisión del año, Mejor Director, y Mejor Actor para Michael Douglas, también obtuvo el Emmy Creative Arts como:
Mejor Dirección de Arte, Edición, Peinado, Mezcla de Audio, Maquillaje con, y sin Prótesis; Vestuario, y Casting.
Behind The Candelabra es un relato sobre el poder, la soledad, el sexo, y la falsedad, y Steven Soderbergh dirige para la HBO, una biografía sobre el personaje de Liberace, un pianista de grandes eventos, que tuvo participación en la televisión, y una gala de los Oscar.
Como dato decir, que el cine de Hollywood, por lo general, cae en la mojigatería, pero Soderbergh nunca:
Ver a Douglas y a Damon sentados en el sofá, con la complicidad de una pareja real, es un logro inmenso, y eso es posible, tanto por la trayectoria de Soderbergh, como por las tablas de los actores, que repiten además, con el director.
Y es que el proyecto tuvo complicaciones desde el principio, por la censura en Estados Unidos, lo que impidió distribuirse en cines; y esa prohibición, cerró sus posibilidades a los premios Oscar 2014.
Yo estoy más que seguro, que hubiera tenido muchas opciones de premios Oscar a nivel técnico, como:
Maquillaje, vestuario, fotografía, diseño de producción, dirección artística, pero sobre todo, para su excelente reparto, o incluso, para el guión de Richard LaGravenese.
Cabe señalar también, que el nombre de la serie “Behind The Candelabra” hace referencia a ese candelabro, que gustaba tener Liberace arriba de su piano mientras tocaba, en una forma de introducirse a ese mundo, que estaba detrás de su música, su vida llena de excesos, y de sus amantes.
El director describe con talento, el exhibicionismo del lujo delirantemente hortera, la moda antinatural en que se convirtió la cirugía plástica, intentando disfrazar la temida vejez, la paranoia, el desorden mental, las subidas y bajones emocionales, las consecuencias que produce la adicción a las drogas, la impotencia del poder que se siente, al no poder hacer nada contra un personaje que lo tiene todo.
Behind The Candelabra narra esos momentos de gloria del autor, y enseña el encaprichamiento de alguien que lo tiene todo, y de cómo maneja la situación para conseguir a sus parejas.
Conforme avanza el metraje, comprendemos que la relación entre Scott y Liberace, es una pizca más viva que las anteriores, aunque su deterioro posterior sea notable.
Maravillosamente bien recreada la época en que está ambientada Behind The Candelabra, a finales de los años 70 y principios de los 80, resulta una parodia perfecta, del Hollywood de los años 70, la extravagancia, y los excesos de Las Vegas, la opulencia de las grandes estrellas, y los homosexuales bien escondidos en sus armarios, ya que les resulta inconcebible, reconocer en público su verdadera naturaleza, algo que cambiará por completo, con la muerte de Rock Hudson, y la llegada del SIDA.
Aunque Liberace nunca reconoció su verdadera sexualidad, incluso su certificado de defunción fue cambiado, gracias a la insistencia del forense, días después de su muerte, y la insuficiencia cardíaca inicial, pasó a reflejar la verdadera razón, una neumonía relacionada con el SIDA.
En definitiva, Behind The Candelabra una película de lujo sobre la homosexualidad, la fama, y el poder de la prepotencia, que brilla no solo por las lentejuelas.
“Who the hell do you think you are talking to?”
En 1977, Scott Thorson (Matt Damon) de 17 años de edad, quien trabaja como entrenador de animales para películas, conoce a Bob Black (Scott Bakula), un productor de Hollywood, en un bar.
A instancias de Black, Thorson sale del campo, en busca de un trabajo mejor remunerado.
Así, Black presenta a Thorson con Liberace (Michael Douglas), que toma un gusto inmediato por el hombre, más joven y guapo.
Y Liberace los invita, detrás del escenario, y a su lujosa casa.
Mientras Thorson observa, que uno de los perros queridos de Liberace, está sufriendo de una forma temporal de la ceguera, y como un veterinario ayudante, informa al famoso pianista, que sabe cómo curar la enfermedad.
Después de tratar al perro, Thorson se convierte en “asistente” de Liberace, a petición del ejecutante.
Así las cosas, Scott se muda con Liberace, y posteriormente, se convierte en su amante.
En este punto, Scott dice que es bisexual, porque él también se siente atraído por las mujeres.
Liberace es simpático, informándole que él quería, y trató de amar a las mujeres, pero se sintió atraído exclusivamente a los hombres; y relata la historia de una “sanidad divina” en la que le informó un “mensajero” que Dios todavía lo amaba.
Y se convierte, gradualmente claro, que Liberace está tratando de moldear a Scott, en una versión más joven de sí mismo, y para ello, solicita a su cirujano plástico Dr. Jack Startz (Rob Lowe) transformar el rostro de Scott, para que se parezca más a su propio rostro, y hace un intento fallido de adoptarlo formalmente.
Con la muerte liberadora de la madre, Liberace comienza a visitar teatros pornográficos, y sugiere a Scott que vean otras personas, y Scott se pone molesto.
Mientras tanto, el abuso de drogas de Scott, y de promiscuidad de Liberace, crea una grieta que finalmente destruye su relación.
Scott va donde a un abogado, para solicitar su participación financiera de la propiedad, y Liberace termina su asociación formal, y se involucra con su más reciente “asistente”
No mucho después, Scott recibe una llamada telefónica de Liberace, diciéndole que está muy enfermo, de lo que más tarde se revela como el SIDA, y le gustaría que Scott lo visitase de nuevo.
Scott, está de acuerdo; y él y Liberace, tienen una última conversación emocional, en su lecho de muerte, antes de que Liberace muera en febrero de 1987.
Scott, asiste al funeral de Liberace, en la que él se imaginaba, ver a Liberace realizar por última vez, una función de despedida, con su tradicional extravagancia, antes de ser elevado al cielo.
A lo largo del metraje, se van mostrando las distintas fases que vivieron en dicha relación, desde los momentos de gloria, hasta los más angustiosos.
Soderbergh, como debe ser, muestra esto sin tapujos, y no se guarda nada.
Como ha sido su costumbre en gran parte de su filmografía, Soderbergh se las apaña como editor y director de fotografía, saliendo muy bien librado de ambas, al igual de un trabajo de dirección, elegante y detallista.
“I want to be everything to you, Scott.
I want to be father, brother, lover, best friend”
Para los que no conocíamos a Liberace, Behind The Candelabra es una ocasión excepcional, para saber que escondía el personaje, detrás del candelabro que presidía sus actuaciones, como bien sugiere el título, o por lo menos, como lo vivió su joven amante.
Scott Thorson nos muestra, como Liberace le obligó a someterse a una operación de cirugía estética, para parecerse a él de joven, y como se cansó de él, cuando conoció a otro chico, más joven y guapo, echándole de su mansión, de la forma más humillante.
Lo cierto es, que la figura de Liberace no sale muy bien parada, se le retrata como una “diva”, caprichoso, vanidoso, adicto a las joyas, y a la cirugía estética, y lo peor de todo, como un “viejo verde”, impresionante la escena en que Scott ve a Liberace por primera vez, recién salido de la ducha, sin peluca, ni maquillaje, ni suntuosos ropajes…
Y es Soderbergh, rodó Behind The Candelabra, con la intención de estrenarla en cines, pero ningún distribuidor quiso arriesgarse, por el contenido homoerótico de sus escenas, fue entonces, cuando la HBO acudió al rescate, y la exhibió en su cadena de pago.
Y, aunque es cierto que Behind The Candelabra ofrece momentos eróticos, de alto nivel entre hombres, lo que debió asustar a los distribuidores es, que esos hombres fuesen Matt Damon y Michael Douglas, 2 reyes de la testosterona heterosexual.
Pero en su profesionalismo, Soderbergh utiliza a los actores, de una manera inteligente, y les deja espacio para construir sus personajes.
En Behind The Candelabra ningún personaje es perfecto, Liberace se nos describe no solo como un carismático genio, que ama a los hombres, sino como un ser que puede resultar tan atrapante, como execrable, tan talentoso como extravagante y superficial.
Scott también resulta un personaje con aristas:
Inicialmente tierno y enamorado, pero débil y manipulable, siempre con la necesidad de sentirse amado, y de buscar refugio a sus insatisfacciones.
Sin duda, lo mejor del largometraje, son las magníficas interpretaciones de Michael Douglas y Matt Damon.
Como dato, Behind The Candelabra es una cinta muy interesante, por el resurgimiento de Michael Douglas, en una “nueva resurrección”, tras llevar algunos años “de baja”, y tras el cáncer de garganta sufrido recientemente.
No obstante, su papel llama la atención, por ofrecernos un personaje con un pronunciado acento, que lo diferencia notablemente, resultando ligeramente afeminado.
Su personaje era, el de un hombre que guardaba sus apariencias exteriores, encubriendo en libros y en televisión, que estaba perdidamente enamorado de famosas mujeres, pero que en su vida real, su pasión eran los jóvenes fornidos.
Excepcional la manera, como Douglas capta la esencia de Liberace, sus gestos, y el movimiento de las manos.
Mientras que el personaje de Damon, se muestra con menos pluma, ya que se declara “bisexual”, un chico, cuando comienza la historia tiene 17 años, ingenuo, que experimenta con su sexualidad, y se ve deslumbrado por la riqueza y opulencia en que vive Liberace.
El personaje de Damon sufre un cambio, desde el primer momento, en donde era un simple joven tranquilo, hasta la parte final, en donde la droga y el alcohol, le han cambiado, es más agresivo, la fama y el poder de estar al lado de Liberace, se le ha subido a la cabeza, y eso lo escenifica muy bien el actor.
Para Damon, al igual que para otros chicos, es muy complicado deshacerse de esa vida de lujos, aunque en el fondo, no estaban enamorados de Liberace.
La dinámica entre Douglas y Damon ha sido tan aclamada, que el mismo Douglas, quien describe Behind The Candelabra, como un alivio, que llegó después de superar su cáncer de garganta, dijo en su discurso de aceptación del EMMY, que estaba parado ahí, gracias a Matt:
“Eres tan bueno como tu otra mano... estuviste magnífico, y eres la única razón por la cual estoy aquí.
Así que mereces la mitad del premio.
¿Quieres la parte de atrás o la de adelante?”, dijo Douglas en tono de broma, con la temática gay de Behind The Candelabra.
Algo importantísimo de escuchar, es que ambos intérpretes, cambian su acento, es difícil reconocer sus voces, por eso, es importante ver Behind The Candelabra en versión original, para poder apreciar esos detalles, que no se pueden detectar en la versión doblada.
A través del personaje de Douglas, asistimos a curiosísimas escenas de besos, caricias, y arrumacos, desnudos en la camas de 2 actores muy heterosexuales, sobre todo Douglas, que ha sido conocido, como uno de los hombres más mujeriegos, y sexualmente activos y feroces de Hollywood.
Si Behind The Candelabra está excelente, Michael Douglas está de 10, y esperemos que no se retire como lo ha anunciado, al igual que el director, y que su salud le deje seguir trabajando, y ofreciéndonos buenos papeles, aunque sean secundarios de lujo.
Completamente irreconocible, Dan Aykroyd como el serio agente judío de Liberace, Seymour Heller; siniestro, hilarante, y ENORME, Rob Lowe como el cirujano plástico, Dr. Jack Startz, con una piel tan estirada, que apenas puede abrir los ojos.
El espectador acudirá, a una sesión de risoterapia por la personalidad del personaje de Douglas, y sobre todo, los momentos en los que luce en pantalla el Dr. Startz, interpretado brillantemente por Rob Lowe.
Su personaje se encarga de “estirar” y rejuvenecer a sus pacientes, pero su propia cara, es un poema cuando apenas puede cerrar los ojos, como el caso de Liberace, quien finalmente dormía con los ojos abiertos, por los estirones de piel que se daba.
Buenísima escena, por cierto.
Lowe es como una especie de “Dr. Frankenstein” que puede esculpir cuerpos a su antojo, una actuación llena de cinismo, humor, y mucha mordacidad, un personaje que sirve para arremeter contra esta cirugía, cuando se utiliza de modo pueril.
Y la eterna, y en este caso camaleónica, Debbie Reynolds, como la única mujer en la vida de Liberace, su madre Frances, la cual, deja destellos de fuerza, pero se echa en falta más intervenciones de ella, y que en la vida real, fue amiga de Liberace, así como Jerry Weintraub, productor de Behind The Candelabra igualmente lo fue; el cual dijo sobre él:
“Soy el único con la edad suficiente, para haber conocido personalmente a Liberace.
Llevaba una vida extraordinaria.
Sólo tenía ese secreto sobre su homosexualidad.
Entre su público había muchas mujeres, y todas estaban enamoradas de él, con lo cual su “coming out” era aún más complicado en esa época”
Sin embargo, Michael Douglas confesó, que también tuvo un breve encuentro con el legendario pianista:
“Lo conocí a los 12 años.
Estaba con mi padre, Kirk Douglas, que lo conocía un poco, en Palm Springs.
Liberace tenía puestas tantas joyas, que resplandecía al sol.
Fue el predecesor de estrellas como:
Elton John, Madonna, Cher, o Lady Gaga”
Durante el rodaje, Michael Douglas tenía la misma edad que Liberace cuando murió, quizás por eso, o porque tuvo cáncer, y vio a la muerte de cerca, o quizás simplemente, porque este era un papel que venía esperando desde hace años sin saberlo, es uno de los mejores momentos de su vida en pantalla.
El actor contó también, que Behind The Candelabra se hizo “justo después de mi cáncer, y por eso sentí que Steven, me dio un regalo formidable con este personaje.
Estoy muy agradecido con el equipo, por haberme esperado hasta que me recuperara”, dijo el 2 veces ganador del Oscar.
Pero sigamos, porque el maquillaje de Behind The Candelabra es impresionante, algo que no deja indiferente, con un trabajo por detrás de unas 6 horas, casi nada.
En declaraciones a Entertainment Weekly, Rob Lowe ha develado, que el equipo de maquillaje tardaba casi 2 horas diarias, en prepararle para el rodaje.
La caracterización consistía, entre otras cosas, en mantener sus cejas elevadas, mediante un elástico que le estiraba la cara, y que estaba sujeto a la parte posterior de su cabeza.
El actor ha revelado también, que esta caracterización resultó muy dolorosa, y que le producía migrañas:
“Rodamos durante el verano.
Hacía muchísimo calor.
La peluca, ser estirado, definitivamente, no fue la experiencia física más agradable, eso seguro”, ha explicado.
Lowe también ha explicado, que sus amigos y su familia se “caían de espaldas” cuando les enseñaba fotografías:
“Les repelía, y al mismo tiempo, les encantaba, que era precisamente lo que yo estaba buscando”, ha añadido.
Ya no sólo por los peinados y los arreglos para el espectáculo, la cirugía que se hacen en Behind The Candelabra queda inmejorable.
El vestuario es algo que enamora, tantas lentejuelas, tanto color, y con la iluminación que se utiliza, entras en el sueño de Scott, y casi lo puedes llegar a vivir con él.
También excepcional, es el efecto digital empleado, de poner la cabeza de Douglas en el cuerpo de Philip Fortenberry, verdadero pianista en Behind The Candelabra, no se nota.
Otro gran momento, es ver a Debbie Reynolds, jugando a una máquina tragaperras, en su casa, donde no hay dinero, aunque se gana un premio gordo, en ningún momento caen monedas…
También, son destacables:
La llegada de Scott a casa de Liberace, y al mismo tiempo, la salida de Billy Leatherwood (Cheyenne Jackson) de ella.
Como dato, el personaje de Billy, está basado en un “protegido” de Liberace, llamado Vince Cardell.
Además, está bien traída, la comparación con la valiente actitud que tuvo Rock Hudson, al exponer su enfermedad al mundo, a pesar de que perdiera gran número de sus fans, sabiendo que con su actitud, ganaría una gran cantidad de vidas, que evitarían el contagio del SIDA.
Descomunal es la última imagen vivo del pianista, turba verlo, teniendo fresca en la mente, su fastuosidad y ganas de vivir.
Lo fascinante del Liberace que nos cuenta Behind The Candelabra, es su monstruosidad.
Nunca se entendió, por qué Liberace era atractivo para el público, ni por qué lo fue para Scott.
No hay contacto con la historia de amor, de la que se habla continuamente, pero nunca se siente.
Liberace y Scott viven un exceso sin fiestas, claustrofóbico, sórdido desde la primera secuencia.
No se comprende, qué es lo que atrapa a Scott de ese hombre repugnante, ni qué es lo que echará de menos, ni qué encuentra memorable, en el último momento.
La mirada de Soderbergh podría confesarse fría a ese respecto, si no fuera por ese final, que aspira precisamente a lo contrario, y no lo hace.
Por último, y ya finalizo, la banda sonora, las canciones de piano me encantaron, además del uso que se les dio en más de una ocasión, para cambiar de escena, y el resto de la música que acompaña a Behind The Candelabra, una sugerente partitura musical de Marvin Hamlisch, que adapta temas de Liberace, y canaliza sentimientos.
El compositor Marvin Hamlisch, murió antes del estreno de Behind The Candelabra, y a él está dedicada.
“You want to help animals?
Pick up the dog shit”
Todo es vicio en Behind The Candelabra, pero un vicio envuelto en pieles de visón.
Liberace, a mi parecer, es el más acabado ejemplo de lo kitsch:
Pianista virtuoso, podría haber desarrollado una carrera, más o menos brillante en los circuitos de música culta, pero prefirió ofrecer su talento, a un público menos cultivado.
En sus espectáculos, alternaba la música clásica y la popular, equiparándolas en un precursor ejercicio de banalización postmoderna.
Pero lo más llamativo de su arte, fue el arropar esta pirotécnica musical, con una parafernalia visual de procedencia igualmente bastarda, delirantemente artificiosa y barroca.
Su enorme popularidad se cimentó, más que en sus grabaciones, en sus apariciones en TV, y sobre todo, en sus actuaciones en directo, en las que hacía alarde de su amaneramiento.
Sin embargo, Liberace luchó activamente, para defenderse de los rumores sobre su homosexualidad.
La pesadísima máscara que llevaba sobre, y bajo la piel, ponía en evidencia, lo que él intentaba ocultar.
Su muerte por SIDA, en aquellos primeros años de estigmatización social de la enfermedad, confirmó oficiosamente, lo que era un secreto a voces.
Interesante y contradictorio personaje.
¿Fue un valiente que restregó ante las narices de la sociedad, un comportamiento aborrecido y despreciado?
¿Fue un cobarde, incapaz de superar los prejuicios de su época, y de reconocerse?
Las 2 cosas y más, según cuenta una de las personas que le quiso, Scott Thorson, uno de sus últimos amantes, y que tampoco se reconocía como homosexual.
Behind The Candelabra es una historia muy triste, con muchos miedos en las profundidades de los personajes, aunque después, lleven brillantes trajes, vayan con anillos, colgantes de oro, y bonitos peinados; todo eso, eso es estético, y es fría, pero los humanos por dentro, “estamos calientes”
Lo excesivo, resulta al final, una virtud, tal y como Liberace lo predico.

“I love to give the people a good time”



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