The Sum Of All Fears

“27,000 Nuclear Weapons.
One Is Missing”

Desde que se inventó La Bomba Atómica, siempre ha circulado la pregunta, sobre lo que sucedería si se desatara una Guerra Nuclear.
En los 60 y 70, el cine de acción e intriga, utilizaba frecuentemente, la amenaza del conflicto atómico entre La Unión Soviética y Los Estados Unidos, para conseguir suspenso.
En los 80 y 90, luego de la disolución del Bloque Soviético, continuó la misma historia, pero con distintos protagonistas y antagonistas:
La Mafia Rusa, Generales de las provincias recién independizadas...
Ahora, en los albores del nuevo siglo, vemos que, como reza el dicho:
“Entre más cambian las cosas, más se quedan igual”
¿Podrían unos terroristas, llegar a detonar un arma de destrucción masiva en Estados Unidos?
Según La CIA, hay al menos unos 20 países, la mayoría situados en El Oriente Medio o en El Sureste de Asia, que están desarrollando, o ya tienen en su poder, armas de destrucción masiva.
Además, es sabido que existen decenas de miles de armas así, que fueron construidas durante La Guerra Fría, y están esperando en sus rampas de lanzamiento.
Actualmente, según un informe hecho público, existen un total de 164 cabezas nucleares portátiles, en paradero desconocido.
“This can't be happening”
The Sum Of All Fears es una película de suspenso del año 2002, dirigida por Phil Alden Robinson.
Protagonizada por Ben Affleck, Morgan Freeman, James Cromwell, Liev Schreiber, Bridget Moynahan, Alan Bates, Ciaran Hinds, Philip Baker Hall, Ron Rifkin, Bruce McGill, Colm Feore, Josef Sommer, Ken Jenkins, Michael Byrne, John Beasley, Jamie Harrold, entre otros.
El guión fue escrito por Paul Attanasio y Daniel Pyne, basados en el libro del mismo nombre, escrito por Tom Clancy, la cual se publicó en agosto de 1991; y se mantuvo en la lista de best sellers del New York Times, durante más de 6 meses, y ha vendido más de 6 millones de ejemplares.
“The Sum Of All Fears” es el 4º de los libros de Clancy con Jack Ryan como protagonista, que ha llevado a la pantalla el productor Mace Neufeld.
El héroe de las novelas, Jack Ryan, nombre completo John Patrick Ryan, Ph.D., Lt. USMC (ret.), KCVO, es un personaje irlandés-estadounidense ficticio, creado por Clancy, y que aparece en la gran mayoría de sus novelas.
Aunque se le otorgó una orden caballeresca honoraria por La Reina Elizabeth II, no se le adjunta el prefijo “Sir” debido a que continúa siendo un ciudadano estadounidense.
En el libro “Órdenes Ejecutivas”, Ryan se convierte en El 45º Presidente de Los Estados Unidos, luego de que unos terroristas asesinan a un número de altos miembros del gobierno federal, poco después de que Ryan es nombrado vicepresidente.
La cronología de las películas de Clancy, han sido alteradas con respecto a la de las novelas.
La película “Patriot Games” (1992) es una secuela de “The Hunt For Red October” (1990)
Además, a pesar de que la novela “The Sum Of All Fears” aparece después de “Clear And Present Danger” (1994), The Sum Of All Fears muestra una parte anterior de la carrera profesional de Ryan.
Cabe ser enfático, que The Sum Of All Fears, no es parte de La Trilogía del héroe protagonizado por Alec Baldwin & Harrison Ford, sino un intento de continuación de la franquicia.
La discrepancia se puede observar, en el hecho de que Ryan conoce a John Clark por primera vez, en “Clear And Present Danger” (1994), y que el personaje de Clark es significativamente distinto.
Ryan también está casado en las primeras 3 películas.
A su vez, tiene diferencias notables con el libro; por ejemplo:
El uso de “nazis”, cuando el libro, se habla de alemanes de ideologías pseudocomunistas.
Como dato, The Sum Of All Fears, fue escrito mucho tiempo antes de los hechos del 9/11.
Incluso, la trama original, trataba de una organización terrorista árabe, y no una neonazi, pero en su momento fue descartado por la producción, considerando que los árabes, “eran incapaces de obtener tecnología nuclear como para desarrollar un ataque atómico”
Aún así, la obra contiene una serie de reflexiones interesantes, que podrían anticipar lo que fue el mundo Post 9/11.
El otro problema, es que The Sum Of All Fears fue rodada durante el 2001, coincidiendo el final de la filmación, con El Ataque al World Trade Center, lo cual lo dejó en una posición comercial realmente incómoda:
¿Los estadounidenses, a pocos meses del 11 de Setiembre, estarían dispuestos a distraerse con un film de ficción, que trata sobre la explosión de una bomba atómica, en pleno centro de EEUU?
The Sum Of All Fears, sin duda no tendría razón de ser, sino hubieran existido Los Atentados, lo que demuestra, que Hollywood quiso aprovechar pronto, el filón que suponía, mostrar un ataque nuclear, prácticamente un año después del Atentado real.
Dice el director Phil Alden Robinson:
“Cuando leí el guión de “The Sum Of All Fears” me sorprendió lo inteligente que era, como todas las películas hechas a partir de obras de Tom Clancy.
Son películas de acción inteligentes.
Tratan de cuestiones reales de actualidad, y lo hacen con inteligencia.
En el mundo posterior a La Guerra Fría, han aumentado los conflictos regionales, y prolifera la tecnología y la información; la posibilidad de que alguien emplee un arma de destrucción masiva, en un área poblada, ha aumentado vertiginosamente.
The Sum Of All Fears muestra el peligro, de que el miedo pase a dominar nuestras reacciones, y nos conduzca a conclusiones erróneas”
El rodaje de The Sum Of All Fears, comenzó el 12 de febrero de 2001 en Montreal, Canadá, en cuyos alrededores, se filmaron las principales localizaciones, si bien la segunda unidad, rodó también en Washington DC, Baltimore, Rusia, y el desierto de California.
Para garantizar la máxima autenticidad en todas las cuestiones políticas, los responsables de The Sum Of All Fears, se dejaron asesorar exclusivamente por personal de La CIA, El Departamento de Defensa, Las Fuerzas Aéreas, Los Marines, El Ejército, y La Armada.
Una miríada de expertos, explicaron con todo detalle, lo que ocurriría durante y después de una explosión masiva, y asesoraron a los cineastas, sobre los procedimientos de fabricación y manipulación de armas de destrucción masiva.
Así las cosas, el relato es estremecedor y algo realista, de lo que podría pasar si una de esas armas, cayera en las manos equivocadas.
The Sum Of All Fears, que pone en escena una especulación de especial relevancia en el actual clima político, es una implacable descripción, de cómo el miedo se convierte rápidamente, en una forma de paranoia, que nubla la capacidad racional del hombre.
Tal vez, algunos traguen esas ínfulas de profundidad y categoría, pero muchos otros reconocerán, que se trata sencillamente, de la misma trama con la que Hollywood pretende asustarnos regularmente, con un suspenso demasiado tenue, como para mantener el interés durante casi 2 horas.
Como resultado, The Sum Of All Fears se transforma en una película multigenérica:
De espionaje, acción, suspenso, con fuerte entramado político, y gran hincapié en las tensiones de siempre, entre Estados Unidos y Rusia; y como debe ser, el 9/11 es la prueba, de que los malos de verdad no avisan.
El argumento goza de plena actualidad:
El Atentado a EEUU, prueba que un ataque terrorista de gran magnitud, es perfectamente realizable.
Así las cosas, durante La Guerra de Los Seis Días, también conocida como “Guerra del Ramadán” o “Guerra de Octubre”, fue un enfrentamiento armado a gran escala entre Israel y los países árabes de Egipto y Siria, dentro del denominado conflicto árabe-israelí.
Supuso la última guerra total, en múltiples frentes, entre Israel y sus vecinos árabes, y un punto de inflexión en la historia de dicho conflicto.
Egipto y Siria lanzaron una ofensiva militar por sorpresa contra Israel, coincidiendo con la festividad hebrea del Yom Kipur, el 6 de octubre de 1973, traspasando la línea de armisticio del Sinaí y de los Altos del Golán, que habían sido conquistados por Israel, durante La Guerra de Los Seis Días en 1967.
Es en ese marco, cuando un avión israelí, sobrevuela la frontera, armado con un dispositivo nuclear, pero es abatido por la artillería.
Años más tarde, la bomba es desenterrada en el desierto, y es adquirida por un misterioso operador internacional.
Al mismo tiempo que hay elecciones en Moscú.
En otras latitudes, John Patrick Ryan (Ben Affleck) es un joven analista de La CIA, que pasa su día, viendo noticieros, y analizando el comportamiento de políticos rusos.
De pronto, fallece el presidente Zorkin de Rusia (Richard Marner) y es reemplazado por Alexander Nemerov (Ciarán Hinds), sobre quien Ryan había escrito un reporte previamente; por lo que su jefe, William Cabot (Morgan Freeman) recluta al analista, para ir a Rusia, y estar presente en las entrevistas que La CIA efectúa con el nuevo líder.
Esa simple tarea se complica, cuando aparentemente, el nuevo presidente trata de iniciar un conflicto bélico con los Estados Unidos, tal vez, para mostrar su fuerza y determinación.
El gobierno de los Estados Unidos, se prepara para contraatacar, en lo que sin duda resultaría, en una aniquilación nuclear total de ambos bandos.
Pero Ryan no está convencido, de que las agresiones sean culpa de Rusia, así que debe averiguar su auténtico origen, al mismo tiempo que trata de convencer a sus superiores, de que posiblemente están luchando contra el enemigo incorrecto.
La cuestión es que la bomba estalla, y los hombres del poder estadounidense, están urgidos de tomar represalias inmediatas.
Pero no tienen pruebas fehacientes, de que los rusos, principales sospechosos,  son realmente los responsables.
Sin embargo, el sentimiento de venganza es cada vez más fuerte, y un feroz contraataque ya está preparado, aunque hayan pasado apenas horas del impacto de la bomba caída en Baltimore.
Al mismo tiempo, en medio del caos generado por la explosión, el joven agente, lucha frente a todos los obstáculos que se le presentan, para hacer llegar una información vital al sitio donde el presidente y otros altos directivos, deciden el futuro inmediato.
Así es…
Una vez más, es tarea de un desesperado hombre, el evitar la destrucción de la humanidad por medio de La Guerra Nuclear.
Y además, debe quedar bien con su novia, luego de dejarla plantada tantas veces, por ir a salvar el mundo.
Estas mujeres...
“The bomb is in play”
Lo que hace a The Sum Of All Fears algo distinta, es que los malos, por cierto unos neonazis malísimos, consiguen su objetivo.
Un giro que quizás, en realidad, no resulte muy original, si tenemos en cuenta que Al Queda había destruido The World Trade Center el año anterior, en las narices del todos los servicios de inteligencia.
Phil Alden Robinson, realiza un buen retrato de la susceptibilidad y paranoia que domina a los estadounidenses en la actualidad.
Su característica principal, es que representa el nuevo sentimiento impregnado en esos ciudadanos:
Estados Unidos está en peligro, ya no es una potencia inexpugnable y todopoderosa; en cualquier momento, en su propio territorio, algo terrible puede llegar a suceder nuevamente.
Pero si bien, The Sum Of All Fears está dirigido con cierta tensión, y buen nivel técnico y actoral, no está exento de fallas:
The Sum Of All Fears es la típica película, donde se nos muestra, como los EEUU son todopoderosos, con la mejor tecnología, etc.
Sin embargo, les meten una bomba nuclear de la forma más estúpida.
También, se nos muestra como los otros, en Rusia, viven en lugares oscuros, con tecnología anticuada, etc.; en fin, ellos, los buenos, y el resto los malos, como siempre.
Y es que los estadounidenses, no pueden alejarse de trazar personajes mesiánicos, y por ende, siempre su heroicidad, está patente para quitarle aplomo al nudo argumental.
Veamos:
Empieza The Sum Of All Fears y un avión israelí volando; hay un plano de la foto de la mujer y los niños del piloto…
Eso está mal:
A los pilotos de combate, no se les deja llevar fotos en los aviones; mientras se ve como el piloto se traga un misil que no ha visto venir; pues por eso precisamente.
Por cierto, también está mal lo del misil, porque es un solo misil.
Cualquier piloto novato pude esquivar un misil si lo ve venir, incluso puede esquivar 2, otra cosa sería 3, y así sucesivamente hasta estallar en el cielo como se pretende en The Sum Of All Fears.
Por otro lado, la escena en que EEUU manda aviones F-16, a atacar a los rusos en represalia.
Eso está mal:
Ningún F-16 tiene el alcance para llegar a las bases rusas.
Son aviones de interceptación; también está mal que sean 3, porque siempre vuelan en parejas.
¿Si la bomba estalló?
Como no se pulverizó el carro del presidente, cómo se llegó tan rápido a la escena para “salvarle”, cómo se permite llegar a “la zona cero” como s fuera un paseo al parque… y la radiación…
¿Qué pasó después?
Un problema que plantea The Sum Of All Fears, es un esquema “sesentista” del “villano neonazi”, algo que atenta con la supuesta realidad que desea pintar la trama.
Salvando el caso del político austríaco neonazi de hace unos años, el nacional socialismo no existe como fuerza amenazante, ni como villano cinematográfico, desde hace mucho tiempo.
Salvando los escasos films sobre La Segunda Guerra Mundial que se hacen hoy en día, el neonazismo pudo ser un esquema frecuente en los 60, apareciendo en filmes de terror, espionaje, e imitadores de 007, e incluso, en filmes eróticos, pero es un argumento quemado.
Respetando el esquema original de un terrorismo nuclear árabe, no sólo hubiera resultado mejor, y más fiel a la novela, sino que The Sum Of All Fears hubiera resultado más polémico e intimidante.
Otro es, copiarse argumentalmente de “The Hunt For Red October” (1990) pues Ryan es el único iluminado, que entiende las acciones de Nemerov, en un montón de políticos y militares enardecidos con la guerra.
Lo que no me cuadra, es como se logra “chatear” con el gobierno ruso, así de fácil, absurdo de donde se lo mire.
También, a mi juicio, deberían profundizar más con lo que le pasó a la ciudad donde estalla la bomba, porque al final, se termina como “cuento de hadas”, los presidentes sonriendo, y firmando acuerdos.
En fin, como siempre pasa, otra película que daba para más, pero no logra llegar a convencerme.
Tampoco es positiva su improvisada resolución, donde nos creemos, menos todavía, todo el entramado narrativo, ya que las licencias empiezan a abundar, asustando y alejando al sentido común, lejos del relato.
¿Se puede colar en el país, con total impunidad, una bomba atómica, trasladarla, y detonarla?
El libreto se constituye de esta manera, en una “explotation movie” que exprime el tema más candente y actual, algo que podrá sonar algo cínico y malintencionado, pero que termina siendo así.
Intencionadamente o no, la labor de las agencias de inteligencia y espionaje, tanto estadounidenses como rusas, está pintada de manera particularmente irónica, ya que a pesar de todos los recursos con los que cuentan, o supuestamente cuentan, no pueden impedir un estallido atómico, y es nada más ni nada menos que un novato, el llamado a solucionar el entuerto.
Otro punto es que, The Sum Of All Fears evita declaraciones patrioteras, y no esconde los trapos sucios de las negociaciones diplomáticas.
Las peleas, los gritos, los ataques de histeria, los prejuicios, todo se ve en pantalla.
Ryan asiste a toda clase de manejos de poder, en los que la diferencia entre callar, frente a una opinión terminante de un superior u oponerse, equivale a una carrera en la rama gubernamental.
También, The Sum Of All Fears funciona como ejercicio crítico sobre las armas de destrucción masiva, tales como las químicas, biológicas, y nucleares.
También demuestra, que el peor enemigo del hombre, es el mismo hombre; que la incertidumbre genera miedo, y el temor es sumamente contagioso, inclusive en personas importantes, con grandes responsabilidades sobre sus espaldas.
Cierto es que Ben Affleck no es el mejor actor del mundo, de hecho sólo tiene un tono, interpretando el mismo papel en diferentes películas, es decir, interpreta como puede, pero actor no es.
Y aquí, no se les ocurrió otra cosa, que plantar al pésimo Ben Affleck al frente, como “salvador del mundo”, eso sí es “la suma de todos los miedos”
Colocándose como el mejor agente de La CIA, Affleck campa a sus anchas por Rusia y Estados Unidos, sin que nadie pueda detenerle, ni siquiera, el mismísimo presidente; Ryan es capaz de negociar en las más altas instancias, cara a cara con El Kremlin, instantes antes de un ataque preventivo nuclear, y se salva de accidentes aéreos, bombas nucleares, y todo tipo de peligros… como en el videojuego homónimo del 2002.
Y peor, la trama romántica, con Affleck hablando con su ligue, intentando justificar por qué no puede ir a cenar, y entonces, Morgan Freeman le sugiere, que le diga la verdad.
El otro obedece, y la chica estúpida y egoísta, le cuelga al escuchar todo...
Estas mujeres…
Peor es que una bomba nuclear estalle, y que Affleck le parta la cara a un guarda de seguridad ruso, no significa que un filme tenga que ser calificado de acción.
Esto es más suspenso que otra cosa.
Por contra y para compensar, Morgan Freeman está bien; Liev Schreiber como John Clark, se sale como siempre, estará encasillado, pero nunca le he visto desvariar; Bridget Moynahan como Dr. Catherine Muller, está correcta como florero, inclusive se pudo prescindir de ella; y el resto del reparto, como:
James Cromwell como J. Robert Fowler, Presidente de EEUU, Ciarán Hinds como el homónimo ruso, Alan Bates como el antagonista Richard Dressler, etc. cumplen, que no es poco.
Por último, mencionar la banda sonora de Jerry Goldsmith, aquí no tan extraordinaria como suponen sus anteriores obras.
Tanto el comienzo, como el final, con fragmento de óperas, y la muy conocida “Nessun Dorma” de Turandot de Giacomo Puccini, mientras se ejecutan a los culpables, al estilo “The Godfather” (1972)
“General, the President is basing his decisions on some really bad information right now”
Actualmente, el mundo está en pleno proceso de cambio.
No hay dudas de eso.
Las nuevas tecnologías de información, y el desarrollo de las comunicaciones globales, son grandes responsables de achicar las fronteras, de acortar los espacios que separan a las naciones.
Estos rasgos característicos de las nuevas sociedades modernas, tuvieron su punto de inflexión, en el 11 de Septiembre de 2001, con la destrucción del World Trade Center en New York.
Tampoco, eso puede dar lugar, a demasiados cuestionamientos.
El mapa del planeta se modificó, como también, fundamentalmente, se alteraron los parámetros, acerca de aquello que desde aquel momento, pasó a ser posible, esperable, imaginable.
Vivimos en una época peligrosa.
El número de bombas y artefactos similares que circulan por el mundo, es motivo de genuina preocupación.
Cada vez, es más posible que se produzca un ataque terrorista clandestino; los titulares de los periódicos se van acercando, día a día, a la hipótesis que se postula en The Sum Of All Fears.
Esperemos que no lleguemos nunca a verla hecha realidad.

“And if you shut me out, your family, and my family, and twenty-five million other families will be dead in thirty minutes”



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