The Perfect Storm

“In the Fall of 1991, the “Andrea Gail” left Gloucester, Massachusetts and headed for the fishing grounds of the North Atlantic.
Two weeks later, an event took place that had never occurred in recorded history”

El cine de catástrofes, vive un resurgir lógico, acorde con los tiempos virtuales que vivimos, consecuencia de un abanico de posibilidades que hoy permite recrear desastres, naturales o no, de un modo, cada vez más realista y verosímil, lejos ya del cartón piedra, de casposas superposiciones, y de otros obstáculos que impidan el pleno involucramiento del espectador en la historia narrada.
La avalancha digital de nuestros días, facilita la tarea, brinda espectáculos redondos y rotundos, abre bocas en la platea, pero es también, un arma de doble filo, una tentación constante, en manos de quienes confunden los medios con los fines, y fabrican productos vacíos, que algunos llaman “películas”; y en definitiva, sólo constituyen meros escaparates que exhiben las últimas novedades en software informático, ejemplos hay decenas, todos los conocemos y/o sufrimos.
En el otro extremo de la balanza, están las otras películas, las que son primero historias, y luego filmes con efectos visuales, las de los directores, productores, y guionistas, que únicamente utilizan el ordenador, para otorgar significado y eficacia completos a sus imágenes.
El cine moderno, nos ha legado clásicos imperecederos, cuyo esplendor se alcanza surcando los 7 océanos del planeta, un género vibrante, plural y fascinante, capaz de englobar un melodrama, una saga de aventuras de capa y espada, una historia de amistad y fraternidad, y también, una tragedia.
Entre fines de octubre y principio de noviembre, al occidente de EEUU llegan desde Canadá, grandes masas de aire frío; y paralelamente, El Océano Atlántico aún más caliente que el continente, permite el desarrollo de organismos tropicales.
Ese contraste entre masas de aire tan diferentes, produce fuertes tormentas a cierta distancia de la costa estadounidense, llamadas “Nordeasters”
Durante el mes de octubre de 1991, un importante sistema de baja presión, se formó a lo largo de un frente frío que se movía mar adentro.
Esta depresión se fue intensificando, convirtiéndose en el sistema dominante de esa área del Atlántico Occidental.
El Huracán Grace, que se había formado el 27 de octubre, a partir una tormenta tropical ya existente, y que inicialmente se movía hacia el noroeste, hizo un brusco giro hacia el este, debido al fuerte viento en la parte sur de la baja extra tropical que ya estaba en desarrollo.
De esta manera, Grace pasó a ser un colaborador secundario de ese sistema.
Para el 29 de octubre, Grace quedó totalmente debilitado, pero la humedad de los niveles medios y altos, fue absorbida por la baja extra tropical.
El sistema de baja presión, comenzó a moverse hacia el sudeste, y luego sudoeste, mientras continuaba intensificándose.
Un fuerte centro de altas presiones, se ubicaba desde El Golfo de México y hacia el noreste, a lo largo de Los Apalaches y hasta Groenlandia.
La importante diferencia de presiones entre este anticiclón, 1043 Hpa, y la baja en desarrollo, produjo fuertes vientos de más de 100 Km/h constantes, el 30 de octubre.
La boya #44011 de La Administración Nacional de Recursos Oceánicos y Atmosféricos (NOAA), localizada en los 41.1 N 66.6 W, reportó vientos sostenidos de 90 Km/h, con ráfagas de hasta 120 km/h, y olas de hasta 12 metros de altura.
Algunas observaciones no verificadas, reportaron vientos y oleaje, de mayor proporción.
La denominación de “Tormenta Perfecta” fue elegida por el meteorólogo Bob Case, del NOAA y su equipo; ellos fueron los que comenzaron a alertar a la población, de que la tormenta tendría “proporciones épicas”
Se cree, que el “Andrea Gail”, una embarcación pesquera, se haya hundido después de la medianoche del día 28 de octubre, cuando la tormenta aún se intensificaba.
La embarcación estaba equipada con un Radio-Faro Indicador de Posición para Emergencias, los que son usados para notificar situaciones de peligro, a las autoridades encargadas de las misiones de búsqueda y salvamento.
Sin embargo, cuando el radio fue encontrada, el interruptor se encontraba en la posición de apagado.
El día 5 de noviembre, el Radio-Faro del “Andrea Gail” se encontró en las costas de Sable Island.
El “Andrea Gail” fue un barco pesquero, de albacora o pez espada, que desapareció en un Ciclón Tropical, en principio era una tormenta, el 28 de octubre de 1991, cerca de La Isla Sable, en El Océano Atlántico, en la frontera de Estados Unidos y Canadá.
Originalmente llamado “Miss Penny”, el “Andrea Gail” fue construido en Ciudad de Panamá, Florida, en 1978.
Su puerto base, era Gloucester, Massachusetts; y tenía una eslora de 22 metros, 4 metros de manga, y 3 metros de calado.
Su velocidad máxima, era de 15 nudos, y tenía un motor diesel de 8 cilindros con 370 hp.
Tenía 6 tripulantes cuando desapareció.
En la proa, que era la parte más alta de la nave, se alojaba la tripulación, y sobre los camarotes, estaba la sala de mando.
En la popa, estaban tendidas las redes.
Los barcos “Hannah Boden” y “Lady Grace” eran los hermanos del “Andrea Gail”, pues tenían la misma estructura, y eran muy similares.
La nave, debería haber vuelto a Gloucester, el día 26, pero la tripulación aplazó la fecha al día 30, por un fallo en el congelador, que hizo que se perdiera parte de la carga.
Se desconoce el motivo de la desaparición, pero las hipótesis señalan, que fue volcado por una ola gigante, de más de 30 metros de altura, aunque no está confirmado.
Durante la tormenta, el capitán informó por radio, al barco pesquero “Hannah Boden” de la misma compañía, y muy parecido al “Andrea Gail”, de que estaban siendo golpeados por olas de 10 metros, y vientos de 150 km/h; y comunicó su posición por última vez, unos 300 kilómetros al noroeste de La Isla Sable.
La última comunicación por radio que dio fue:
“Ella va a venir muchachos, y va a venir muy fuerte”, y se refería a la tormenta, posiblemente, a la ola de 30 metros que los hundió.
Los guardacostas de Estados Unidos y Canadá, empezaron la extensa búsqueda el día 30, pero lo único que encontraron, fueron restos de la nave, la radio baliza, que no estaba bien sujeta a la nave, por lo que se había alejado de ésta, y una balsa inflable sin nadie a bordo.
Nunca se encontró a la tripulación.
Los vientos fueron tan fuertes, que las embarcaciones que pasaron cerca del centro de la tormenta extra tropical el 30 de octubre, reportaron vientos de 50-60 nudos o 90 - 111 km/h, la boya 44011 ubicada en 41ºN, 66.6ºW, reportó vientos máximos sostenidos de 90 km/h, y ráfagas de 120 km/h, con olas de 39 pies, o 11 metros a las 1500 UTC.
La Boya 44008 localizada en los 40.5º N, 69.5º W, reportó vientos máximos sostenidos de 58 Nudos, o 107 km/h con ráfagas de 63 nudos, o 116 km/h con olas de 31 pies, o 9,5 metros.
Los daños totales de “La Tormenta Perfecta” o “Tormenta de Halloween”, como fue llamada debido a la fecha, oscilaron en los cientos de millones de dólares.
El movimiento en dirección sur de la tormenta, desplazó a la misma, sobre una sección de La Corriente del Golfo, donde la temperatura en la superficie era de unos 26ºC, lo que hizo que se incrementara la convección, adquiriendo características tropicales.
El 1 de noviembre, podía divisarse una tormenta tropical dentro del área central del sistema de baja presión.
Poco tiempo después, se convirtió en un verdadero huracán, que no fue bautizado; por ello, a esta tormenta también se la recuerda como:
“El Huracán Sin Nombre”
“No one was prepared for this storm”
The Perfect Storm es una película dramática, del año 2000, dirigida por Wolfgang Petersen.
Protagonizada por George Clooney, Mark Wahlberg, Diane Lane, John C. Reilly, William Fichtner, John Hawkes, Allen Payne, Mary Elizabeth Mastrantonio, Karen Allen, Cherry Jones, Christopher McDonald, Bob Gunton, Michael Ironside, Rusty Schwimmer, Joseph D. Reitman, entre otros.
El guión es de Bill Wittliff, basado en la novela homónima de Sebastian Junger, publicada en 1997.
The Perfect Storm obtuvo 2 nominaciones al Oscar como mejor sonido y efectos visuales.
La historia, “basada en un hecho real”, trata de pescadores de pez espada de la localidad de Gloucester, Massachusetts, EEUU, en la década de los 90; específicamente, entre el 24 y el 31 de octubre de 1991.
Petersen, se ha arriesgado en llevar a la pantalla, unos hechos reales muy recientes, y muy trágicos.
El director ha sido muy respetuoso con los personajes creados, y sabía evidentemente, que podía herir los sentimientos de muchos habitantes de Gloucester, que siguen teniendo ese trágico suceso, todavía muy vivo en sus mentes y en sus corazones.
Así mismo, el director ha conseguido, con un presupuesto muy bajo para Hollywood, una película con unos efectos especiales deslumbrantes.
Hasta entonces en el cine, casi nadie ha conseguido, que las olas y las tormentas en el mar, fuesen muy creíbles.
Sin embargo, Petersen consigue sumergirnos de pleno en la tormenta.
The Perfect Storm confronta al ser humano contra problemas que pueden tener solución, o bueno, pueden dar lucha, e intentar salir victoriosos.
Petersen logra transmitirme esa ferviente, entre lucha hombre - naturaleza, y ver como a veces quedamos reducidos a nada ante ella.
Basado en un hecho real ocurrido en “La Noche de Brujas” o “Halloween” de 1991 en Nueva Inglaterra, The Perfect Storm es el resultado de la colisión entre 3 frentes feroces, que llegan a producir, la peor tormenta de la historia moderna.
Massachusetts es el hogar del barco de pesca de peces espada “Andrea Gail”, capitaneado por Frank William “Billy” Tyne, Jr. (George Clooney), un pescador veterano de 34 años, atormentado por su mala racha.
Su barco atraca al lado del “Hannah Boden”, capitaneado por Linda Greenlaw (Mary Elizabeth Mastrantonio), que lleva una racha espectacular.
Con una tripulación variopinta, “Andrea Gail” se hace a la mar con:
Robert “Bobby” Shatford (Mark Wahlberg), de 30 años, que debe dinero a un abogado por los trámites de divorcio, al tiempo que desea comenzar una nueva vida con su novia Christina “Chris” Cotter (Diane Lane)
Pescar es el único oficio que Bobby conoce para poder pagar las deudas acumuladas; por ello, en contra de los deseos de Chris, firmará para una última salida de temporada, con el barco de Billy.
A Billy Tyne y Bobby, se les unen:
Dale “Murph” Murphy (John C. Reilly), un pescador veterano de 30 años, que intenta mantener a una mujer y a un hijo fruto de una separación.
Alfred Peirre (Allen Payne), un mujeriego jamaicano de 32 años.
Michael “Bugsy” Moran (John Hawkes) de 36 años, que busca una pareja estable, y una sustitución de última hora.
Y David “Sully” Sullivan (William Fichtner), de 29 años, que mantiene una relación muy tensa con Murph.
Tyne está convencido, de que puede cambiar su mala racha, yendo a Flemish Cap, una zona conocida por sus increíbles bancos de peces, y que se encuentra más allá de la región frecuentada por los barcos pesqueros de Nueva Inglaterra.
Pero al contrario de Linda Greenlaw, que decide apostar por la seguridad ante la cercanía de una tormenta, Billy cree que puede desviar la tormenta, haciendo un rodeo a su regreso a Gloucester, con una pesca importante.
Si no lo intenta, su tripulación regresará con las manos vacías a final de la temporada pesquera.
Una decisión importante, a la que normalmente se enfrentan los pescadores.
Lo que es anormal, es el preocupante curso que toma el tiempo en el momento que “Andrea Gail” se hace a la mar.
El productor de televisión local, Todd Gross (Chris McDonald), relata a sus espectadores, que la tormenta comienza con El Huracán Grace, un frente poderoso que se acerca desde el Sur del Atlántico.
Este huracán, va encaminado a encontrarse con otras 2 tormentas, que podría provocar un choque frontal.
El choque, dará lugar a una tormenta sin precedentes, en la historia moderna; y será conocida como “La Tormenta Sin Nombre” o “La Tormenta de Halloween”, al darse lugar en la noche de esta celebración.
Más aún, la tormenta se aproxima con tal rapidez, que a los meteorólogos nos les da tiempo de nombrarlo; y apenas tienen tiempo, de lanzar una llamada de emergencia a los barcos echados a la mar.
La tripulación del “Andrea Gail” nunca llegó a recibir el mensaje de emergencia... y siguen su trayecto, sin saber lo que se les viene encima.
La navegación transcurre tranquilamente, mientras se forma, sin que ellos lo sospechen, 2 monstruosas tormentas:
Una de origen frío en el continente, y otra de origen caliente, en las cercanías de La Isla Sable.
La fusión de ambas anomalías atmosféricas, desencadena una monstruosa súper tormenta, que se interpone entre el “Andrea Gail” y Gloucester.
Mientras el “Andrea Gail” llena sus bodegas, la tormenta empieza a hacer estragos con yates y barcos contenedores, que son azotados inmisericordemente, por olas de más de 25m de altura.
El barco permanece en Flemish Cap, y ya está con sus bodegas casi llenas, pero la falla de la máquina de hacer hielo, impide llenarlas a cabalidad, pero Tyne da el viaje por consolidado, cuando recibe el aviso desesperado de una compañera, de la llamada “Tormenta del Siglo” y su capitán y tripulación, deciden enfrentar la tormenta, sin percibir la colosal magnitud de las fuerzas que se han desencadenado en esta, cuya ferocidad hunde barcos 10 veces mayores que la eslora del “Andrea Gail”
Cuando la tormenta cae sobre ellos, se ven obligados a pedir ayuda a La Guardia Costera de Estados Unidos, que responden enviando un Helicóptero Sikorsky SH-60 Seahawk para rescatarlos, pero este se estrella contra el mar por falta de combustible, dejando a los pilotos del aparato, que han sobrevivido al impacto, a la merced de la feroz tormenta.
Solos ante el peligro, la lucha entre la tripulación del “Andrea Gail” y las poderosas fuerzas de la naturaleza desatadas en esta súper tormenta, es épica.
Al margen de todo eso, la vida de la tripulación es resumida en The Perfect Storm, en donde nos podemos dar cuenta de los problemas, sueños y esperanzas que tienen ellos, con respecto a la vida, a su familia, y al amor.
Uno diferente al otro, son solo unidos por la firmeza de su capitán, quien en todo momento no se da por vencido, hasta encontrar un buen lugar para pescar, y regresar con el barco lleno de felicidad, que es traducida en dinero, por la gran cantidad de peces que capturen en su travesía.
The Perfect Storm te sumerge en una aventura de supervivencia, de colosales dimensiones, donde la fanfarronería siempre está presente, te demuestra el heroísmo y la valentía de sus personajes, te absorbe en su intensidad potenciada por una banda sonora, que se suma como un protagonista más en la tripulación del bote pesquero “Andrea Gail”, pero también, te conmueve por el espíritu de colaboración que en situaciones extremas, no miden las consecuencias en la ayuda hacia los demás, y además, provoca ese nudo en el estómago por su desenlace, que te deja pensando, que la vida vale más que el dinero.
“Well we'll dream for you:
Billy, and Bobby, and Murph, Bugsy, Sully, and Alfred Pierre...
Sleep well...
Good Night...”
Basada en hechos reales, The Perfect Storm adapta, a su vez, la novela homónima de Sebastian Junger, que rememora las andanzas de los 6 pescadores de Gloucester, a bordo del “Andrea Gail”, a la par que bebe de la esencia de las aventuras marinas de las grandes novelas de Jules Verne y Patrick O’Brian.
Sin embargo, y a pesar de las múltiples referencias de la hermenéutica marítima, The Perfect Storm tiene un eco fundamental en la historia de La Ballena Blanca, Moby Dick, tanto en la caracterización de los personajes como:
Billy Tyne, con la pesca, que personifica la obsesión de Ahab con Moby Dick; Bobby recuerda el grumete Ismael, ambos, narradores, así como Perry a Queequeg, y el vetusto “Andrea Gail” al ballenero “Pequod” como en la presentación del mar en su inmensa plenitud, su fuerza destructora, y su poder redentor.
Técnicamente hablando solo la mitad de The Perfect Storm “son hechos reales”, a partir del momento en que se comunican por última vez, para decir que van a una zona lejana, es pura invención, ya que no se puede saber con certeza, si encontraron peces, si se les estropeo la máquina de hielo, ni siquiera, como naufragaron.
La tarea titánica de recrear la tempestad más terrorífica que se recuerda no podía recaer en mejores manos, las más aptas y calificadas para ello:
Industrial Light and Magic (ILM), la poderosa empresa de George Lucas.
El reto principal de Petersen y del supervisor de efectos especiales, Stefen Fangmeier, fue mezclar las tomas reales con las tomas hechas digitalmente, especialmente, aquellas donde la tormenta es más virulenta, para crear una experiencia cinematográfica, de acuerdo con las dimensiones de la tormenta.
Los expertos desarrollaron una técnica especial, para la simulación del agua y de todos sus movimientos, culminando con la excelente recreación del huracán, y las olas de 20 metros.
El objetivo de The Perfect Storm, fue convertir, durante muchos minutos, la tormenta, en auténtica protagonista de la historia y motor de la acción.
El otro gran logro de ILM, fue el uso pionero de los animatics para filmar The Perfect Storm entera digitalmente, antes del rodaje real.
Así, Petersen pudo hacer todas las pruebas posibles, y escoger en cada momento, el plano ideal.
Durante el rodaje, en los estudios de Warner Bross en California, no se usó ninguna miniatura, todas las recreaciones fueron digitales.
El director tuvo que filmar cada secuencia al milímetro, para combinarla a posteriori, con los efectos pertinentes, e intentar, por ejemplo, que no se notara la diferencia entre el agua real, y el agua sintética.
Los efectos especiales fueron muy cuidados:
Por una parte tenemos los peces, incluido el tiburón, que fueron todos animatrónicos, no hubo ningún retoque CGI, salvo las imágenes de fondo, que vemos durante la tormenta.
El barco fue construido tal cual, sobre una plataforma que lo balanceaba agresivamente, en un plato enorme, quizás el más grande construido para ese propósito.
The Perfect Storm se centra básicamente, en el tratamiento de la tormenta:
Así que tenemos una primera hora de presentación de personajes, con sus respectivos problemas; y luego, una segunda hora de supervivencia de los protagonistas, por salir de la tormenta, y mantener a salvo la pesca.
Una está centrada mucho más en el guión, y la otra, centrada mucho más en lo visual.
Además, se puede disfrutar en The Perfect Storm, de una fotografía que regala puestas de sol, verdaderamente sobrecogedoras, nubes aterradoras, y en concreto, un espectacular “travelling” que nos llevará en un viaje frenético, desde la posición de la privilegiada vista aérea de los satélites meteorológicos, hasta el ojo del huracán, donde se encuentra el “Andrea Gail”, el barco pesquero que lleva a los protagonistas.
No sólo su técnica es perfecta, no necesita usar ninguna ralentización para narrar la historia, y consigue que en todo momento, nos enteremos de lo que está sucediendo en la pantalla; sino que muestra, un sorprendente interés por lograr cierta consistencia en los primeros 30 minutos del filme; y es que es de elogiar cómo describe, en escasos minutos, el duro trabajo de los pescadores, dignificándolos, y dándoles la importancia precisa.
Podemos resaltar las actuaciones de George Clooney y Mark Wahlberg.
Nadie diría que Clooney no era muy familiar con el mar y con la pesca antes de rodar The Perfect Storm, al contrario, es asombroso ver como pilota el “Andrea Gail” contra viento y marea.
Cabe resaltar, que George Clooney, en The Perfect Storm, no interpreta al típico héroe, sino a un hombre que tiene un mando incuestionable en un barco, pero que al mismo tiempo, confía en su tripulación, se preocupa por sus hombres, y que trabaja en equipo con ellos.
Mark Wahlberg, interpreta estupendamente a un pescador, que lleva la mar en la sangre.
Sin esfuerzo y de forma convincente, da vida a Bobby, un pescador nato en busca de un botín de consecuencias fatales.
Para prepararse, Wahlberg pasó varias semanas saliendo con pescadores de la zona, para aprender el oficio; también, conoció a la familia Shatford, y como Bobby hizo, alquiló una habitación en el Crow's Nest, donde bajaría a jugar al billar con los locales.
Diane Lane es la novia de Bobby Shatford, (Mark Wahlberg) en The Perfect Storm; y durante todo el metraje, Chris tiene premoniciones, y va a intentar por todos los medios posibles, que Bobby no salga de nuevo a pescar.
Sin embargo, no lo va a conseguir, y va a tener que conformarse con esperar su regreso.
Interpretar a personajes de verdad en un lugar donde la gente tiene sentimientos reales fue una experiencia única para los actores:
“Pasé algún tiempo con Christina Cotter, y fue muy abierta y agradable.
Fue una situación muy interesante, especialmente cuando fuimos al Crow's Nest, donde todo el mundo la conoce” dice Lane.
“Era estupendo, deseaba ir a trabajar cada mañana.
Por supuesto, al final del día, no podía esperar a llegar a casa, porque mi espalda me estaba matando, de estar sentada en un taburete, por más de 7 horas seguidas, en muchas escenas.
Naturalmente, nunca me queje de ello, puesto que los chicos estaban recibiendo constantemente, toneladas de agua durante semanas y semanas” concluye la actriz.
Linda Greenlaw encarnada por Mary Elizabeth Mastrantonio, es una mujer con personalidad arrolladora, dentro de un mundo generalmente liderado por hombres.
Como capitán de su barco, “Hannah Boden”, atracado al lado de “Andrea Gail”, dirige a su tripulación con intuición femenina.
Linda es, ante todo, una persona que vive, por y para la industria pesquera.
Mastrantonio, para interpretar mejor a su personaje, conoció a Linda Greenlaw que en la actualidad, vive en Maine.
Definitivamente, una película que cuenta hasta dónde puede llegar la codicia, o más concretamente, la necesidad, que a veces se sitúan sobre lo racional; con las escenas de la tormenta, son de las mejores que hay de un barco enfrentándose a un oleaje enorme.
También, la escena del tiburón, la del hombre que acaba cayendo al agua, y los rescates marinos del helicóptero, son momentos realmente intensos.
El momento más dramático, es el momento final, en que un tripulante escapado del barco ahora hundido, queda sólo en el océano, esperando la muerte.
La cámara se aleja del náufrago, y el mar recobra su inmensidad.
Se comprende entonces la idea de apeirofobia, o sensación de miedo o temor al infinito, a lo inmenso.
Probablemente, The Perfect Storm hubiera ganado mucho, si hubiera concluido con ese final, justamente amargo; pero se optó por un final que, si no es feliz porque era imposible, sí es reconfortante y lenitivo; y la taquilla, ya se sabe, es la taquilla, y es la que hace posible el cine.
Hay que tener en cuenta, que el final, aunque está basado en hechos reales, es una suposición, seguramente bastante acertada, pero una suposición, que puede dar lugar a que más de uno se quede pensando, si esto acaba así, entonces:
¿Quién cuenta la historia?
Se ha criticado mucho a partir de cierto momento, y durante un buen número de minutos, que The Perfect Storm no es más que un sinfín de agua, gritos de los tripulantes, y ruidos altisonantes, dejando la pantalla muy húmeda, pero sin que ese empapamiento traspase emotividad alguna, hasta el conocido final.
Por otra parte, las relaciones sentimentales, son introducidas de manera forzada, queriendo dibujar con fidelidad, los retratos de mujeres sufridas, vinculadas a los marineros sin conseguirlo con suficiente capacidad, debido al poco minutaje que comparten con ellos en pantalla.
Por otro lado, deja pensando que con semejante tormenta, es difícil que salga un helicóptero a rescatar gente, sobre todo, cuando el viento es tan fuerte como el de The Perfect Storm.
Aun perdonando ese error, resulta incomprensible ver, cómo tras empeorar la tormenta aun más, éstos intentan repostar gasolina, con la ayuda de un avión cisterna, algo imposible, y que no entra en la cabeza de nadie.
Ese hecho, hace que The Perfect Storm pierda un poco.
La idea de Petersen aquí ha sido, la de rellenar dando más tragedia y espectáculo a bombo y platillo, y eso ha matado un poco.
Parece una nimiedad, pero quizás donde haría falta una respiración “boca a boca” o RCP, solo vemos en su lugar, una puja en el pecho:
¿Decisión arbitraria?
Solo el director lo sabe.
Eso sin mencionar la tendencia homoerótica aquí ausente sobre las prácticas homoeróticas, muy documentadas por la psicología, del hombre del mar cuando no hay “agujeros cerca”… y en su lugar, tenemos a las mujeres esperando en los muelles, el retorno de los pescadores, para evitar cualquier tentación pecaminosa.
La banda sonora corre a cargo de James Horner, sin pena ni gloria.
“Christina?
Christina, can you hear me?
I don't know if you can, but I'm talking to ya, baby.
Do you know how much I love you?
I loved you the moment I saw you.
I love you now, and I'll love you forever.
No goodbye.
There's only love, Christina.
Only love”
The Perfect Storm es un homenaje a todos los fallecidos en el mar, desde los años de la guerra hasta aquellos que lo han hecho, simplemente para llevar alimento a sus familias.
Y The Perfect Storm trata exactamente, del trabajo y el sufrimiento que supone para éstas personas, el separarse de sus familias por meses, para volver con alimento y dinero.
Muchos volvían como el caso del principio del film, y después de faenar durante meses, sin obtener casi ganancia...
Es un trabajo muy duro, física y mentalmente.
Y Petersen supo imprimir en The Perfect Storm, una profunda y sincera emoción, basada por un lado, en su intenso afecto por el mar, y por otro, en un hondo acercamiento a sus trágicas y mezquinas criaturas, que habrán de enfrentarse a uno de esos bestiales milagros de la naturaleza, que convierten al hombre, tan pagado de su supuesta superioridad, en menos que una mota infinitesimal, al vaivén de los caprichosos dictados del océano, fuente de vida, y de muerte.
Esta lírica aventura, nos demuestra lo pequeños, pero también lo valientes, que podemos llegar a ser, cuando nos enfrentamos, cara a cara con la muerte.
He aquí la historia de 6 hombres, enfrentados a su destino; 6 pescadores de Gloucester, que desafiaron la naturaleza para convertirse en héroes.
Otra historia épica de “lobos de mar”, enamorados del universo marítimo, de su sencillez, y de su inmensidad, donde navegar a mar abierto, con la brisa en el rostro, y los pulmones llenos de aire, te convierte en “un hombre libre”
Sólo el poderío de Hollywood, y la pericia técnica de Petersen, al frente de un formidable equipo de entregados artistas, podía hacer esta historia tan impresionante, pero en ningún momento, nos olvidamos de la frágil condición humana, ni de los ruines motivos de este grupo de pescadores, para jugarse la vida por un poco de dinero.
Es decir, el idealismo acerca de esta forma de vida, queda completamente desterrado, pero aún conservamos una aureola de nobleza por el oscuro y arriesgado oficio, que obliga a un grupo de hombres, a viajar hasta altamar para ganarse la vida.

“The fog's just lifting.
Throw off your bow line, throw off your stern.
You head out to South channel, past Rocky Neck, Ten pound island.
Past Niles Pond where I skated as a kid.
Blow your airhorn and throw a wave to the lighthouse keeper's kid on Thatcher Island.
Then the birds show up, black backs, herring gulls, big dump ducks and green legged coots.
The sun hit ya, head North, open up to 12, steamin' now.
The guys are busy, you're in charge.
Ya know what?
You're a goddamn swordboat captain!
Is there any thing better in the world?”



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